Potencial forrajero de variedades de maíces costarricenses
María F. Dittel-Pérez
InterSedes, Revista electrónica de las sedes regionales de la Universidad de Costa Rica,
ISSN 2215-2458, Volumen XXIII, Número 47, Enero-Junio, 2022.
10.15517/isucr.v23i47 | intersedes.ucr.ac.cr | intersedes@ucr.ac.cr
A: e forage potential of Costa Rican corn was evaluated, the phenology of the
crop, the height of the plant, the number of leaves and the diameter of the stem were recorded
every 15 days, from the month of establishment and until the day of harvest. e stem was
the part of the plant that contributed the most (between 44 and 54 %) to the production of
total green forage, followed by the cob (between 24 and 34 %), while the leaf is the one that
contributes the greatest to the yield of dry material.
R: Se evaluó el potencial forrajero de maíces costarricenses y la fenología del cultivo.
Se registró la altura de la planta, número de hojas y el diámetro del tallo cada 15 días, desde el
mes de establecido y hasta el día de la cosecha. El tallo fue la parte de la planta que más aportó
(entre 44 y 54 %) a la producción de forraje verde total, seguido de la mazorca (entre 24 y 34 %),
mientras que la hoja es la que mayor aporta al rendimiento de materia seca.
Estudiante, Escuela de Agronomía
Universidad de Costa Rica
San José, Costa Rica
ferdit05@hotmail.com
Publicado por la Editorial Sede del Pacíco, Universidad de Costa Rica
DOI: 10.15517/isucr.v23i47.47696
P : producción, maíz, forrajero, calidad, tallo
K: production, corn, forage, quality, stem
Forage potential of varieties of Costa rican corn
Recibido: 02-07-21 | Aceptado: 17-08-21
C  (APA): Dittel-Pérez, M. F., Brenes-Gamboa, S., Sánchez-Ledezma, W. (2022). Potencial
forrajero de variedades de maíces costarricenses. InterSedes, 23(47), 101–125. DOI 10.15517/isucr.
v23i47.47696
Saúl Brenes-Gamboa
Sede del Atlántico
Universidad de Costa Rica
Turrialba, Cartago, Costa Rica
saul.brenes@ucr.ac.cr
William Sánchez-Ledezma
Dirección de Investigación e Innovación
Instituto Nacional de Transferencia
Agropecuaria (INTA)
Turrialba, Cartago, Costa Rica
wsanchez@inta.go.cr
InterSedes, ISSN 2215-2458, Volumen 23, Número 47,
Enero-Junio, 2022, pp. 101-125 (Artículo).
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Introducción
En las regiones tropicales, y propiamente en Costa Rica, se sabe
que los pastos de piso son la principal fuente de alimentación del
ganado bovino, sin embargo, aunque existen diversas especies y
variedades, no se logran cubrir los requerimientos nutricionales.
Esto ocurre debido a que el incremento de la sequía y el exceso de
lluvia ocasionados por el cambio climático provocan efectos nega-
tivos en el crecimiento y desarrollo fenológico de muchos cultivos,
entre ellos los pastos, lo que repercute en la disminución del ren-
dimiento y valor nutritivo (bajo contenido de materia seca (MS)) a
causa del elevado contenido de agua (Van Soest, 1994).
Las condiciones adversas como la sequía o el exceso de lluvia
afectan la producción de pastos de piso, y cuando no es suciente
para atender la carga animal deseada, existe la necesidad de intro-
ducir alimentos externos a base de maíz importado, lo cual au-
menta la dependencia de productos externos a la nca, costos de
producción y disminuye la rentabilidad (Sánchez, 2015). El uso de
alimentos concentrados comprende hasta un 40 % de los costos
totales en la producción bovina, por lo que se justica la importan-
cia de emanciparse de las materias primas importadas y alimentar
a los rumiantes con pastos y forrajes producidos in situ, los cuales
reejan solamente un 3,5 % de los costos de alimentación (Solano
y León, 2005).
El maíz, originario de Mesoamérica, es una excelente fuente de
forraje; se considera el “rey de los ensilados” por el aporte energé-
tico (altos contenidos de MS, carbohidratos y almidón), bien sea
como forraje fresco o ensilado (el cual puede ser almacenado por
un tiempo prolongado). Lo anterior es una práctica común en to-
dos los países de agricultura avanzada, ya que contribuye a resol-
ver el problema que plantea la estacionalidad de la producción de
pastos frente al constante requerimiento de los animales (Paliwal
et al., 2001).
Costa Rica cuenta con aproximadamente 3.292 hectáreas de-
dicadas al cultivo de maíz de grano blanco, sin embargo, no se
utiliza como recurso forrajero, puesto que aún falta un programa
de mejoramiento genético con ese propósito. Aunque los ganade-
ros siembren maíz para forraje, dependen de semilla de variedades
criollas que los mismos productores han conservado por años o
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de híbridos importados sin previa validación bajo las condiciones
propias de la zona, lo que pone en riesgo el éxito de las cosechas
(Sánchez, 2015).
El proyecto pretendió determinar el potencial forrajero y los
costos de producción de seis variedades costarricenses de maíz en
el distrito de Santa Cruz, cantón de Turrialba, provincia de Carta-
go, Costa Rica.
Materiales y métodos
Ubicación del experimento
La investigación se realizó en una nca comercial dedicada a
la producción de leche, en el distrito de Santa Cruz, a 13,3 km del
centro del cantón de Turrialba, durante el periodo comprendido
de septiembre a diciembre de 2017, considerado como lluvioso.
La nca se ubica a 1127,3 msnm, en las coordenadas 9°5694” lati-
tud norte y 83°4214” longitud oeste. Predomina el clima tropical
húmedo, con precipitación anual de 2100 a 5889 mm y una tem-
peratura anual oscilante entre 5°C y 26°C. La zona de vida es de
bosque húmedo premontano (Ortiz, 2009). Durante el periodo de
evaluación la temperatura osciló entre los 18 y 20°C, con una pre-
cipitación total de 1 063 mm y un promedio de humedad relativa,
velocidad del viento y radiación de 90,5 %, 0,5 m/s y 11 MJ/m
respectivamente (IMN, 2017).
Previo al establecimiento del ensayo, se tomó una muestra com-
puesta por el suelo del área experimental a 20 cm de profundidad,
posteriormente se llevó al laboratorio del Instituto Nacional de
Innovación y Transferencia en Tecnología Agropecuaria (INTA)
para su respectivo análisis químico (cuadro 1).
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C 
A      . S C, T. 
pH Cmol(+)/L mg/L Sat.
Acidez
(%)
M.O
(%)
C
(%)
H2O
K
Ca Mg Acidez P Fe Cu Zn Mn
Muestra 5,7
0,2
2,2 0,96 0,3
8
126 10
2,8
10
8 17,59 10,2
Óptimo 5.6-6.5 0.2-0.6 4-20 1-5 0.5-1.5 10-20 10-100 2-20 2-10 5-50 10-50
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Los valores de pH, K, Zn y Mn se encuentran dentro del rango
óptimo, mientras que P, Ca y Mg son bajos. Sin embargo, las rela-
ciones catiónicas Ca/Mg, Ca/ K, Mg/K y (Ca+Mg)/K se encuen-
tran dentro del rango óptimo. También, el porcentaje de satura-
ción de acidez se encuentra por debajo del 10 %, lo que no afecta
el crecimiento y el desarrollo del cultivo (Bertsch, 1995).
Materiales de maíz a evaluar
Se evaluaron las variedades de maíces costarricenses: Los Dia-
mantes 8843, EJN2, JSáenz, Nutrigrano, Upiav-G6 y Proteinta
aportadas por el INTA. Se utiliza como testigo local el híbrido co-
mercial HR-960.
Diseño y desarrollo experimental
Para realizar el estudio, se utilizó un diseño de bloques comple-
tos al azar con cuatro repeticiones y siete tratamientos, conforma-
dos por las seis variedades descritas y el testigo. Se establecieron
parcelas experimentales de 30 m de cada tratamiento. La parcela
útil fue denida por tres metros lineales en los tres surcos centrales
de cada parcela experimental. . El suelo en la nca es del orden
andisol, con buenas características físicas y con fertilidad media,
lo cual lo hace óptimo para el desarrollo de diversos cultivos, entre
ellos los pastos y los forrajes (INTA, 2015).
Se aplicó herbicida glifosato para eliminar el pasto y malezas
presentes en el terreno. Previo a la siembra, el terreno se prepa
con la rastra, con el objetivo de descompactar y airear el suelo y
eliminar malezas. Después de tratar la semilla con las moléculas
de carboxin y carbosulfan para evitar problemas de hongos e in-
sectos, se realizó la siembra manualmente en “espeque, en hileras
distanciadas a 0,75 m entre sí, y a 0,20 m entre plantas, con una
densidad de 66 665 plantas/ha, para lo cual se utilizan alrededor de
30 kg/ha de semilla. Finalmente, los granos se cubrieron con una
delgada capa tierra y se aplicó atrazina como control preemergente
de malezas.
Las parcelas fueron fertilizadas según 180 kg/ha N, 75 kg/ha
P2O5, 20 kg/ha K2O y 20 kg/ha Mg, con las fórmulas químicas 10-
30-10, K-MAG y Urea. El fósforo, potasio, magnesio y la mitad del
nitrógeno se aplicaron a la siembra, una cuarta parte del nitrógeno
a los 25 y el resto 45 días después del establecimiento. Una vez es-
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tablecido el cultivo se aplicó la molécula clorpirifos para el control
de cogollero (Spodoptera frugiperda).
Metodología de evaluación utilizada
En los forrajes verdes
Fenología del cultivo
Para evaluar la fenología del cultivo, se registró la altura de la
planta, número de hojas y el diámetro del tallo cada 15 días, a par-
tir del mes de establecido y hasta el día de la cosecha. Las medi-
ciones se realizaron en 20 plantas, representativas y previamente
identicadas en cada tratamiento. La altura de la planta se registró
en centímetros desde el nivel del suelo hasta el vértice de la última
hoja, el número de hojas, mediante el conteo de hojas sanas total-
mente fotosintéticas y hojas hasta con un 50 % de senescencia y el
diámetro del tallo en mm a 10 cm desde la base del suelo.
Producción de forraje
Para evaluar la producción de forraje y el valor nutritivo, se
cosecharon 4 metros lineales ubicados en las hileras centrales de
cada parcela experimental. Los cereales se cosecharon manual-
mente con “machete” a 5 cm del nivel del suelo, cuando el grano
alcanzó el estado lechoso, antes de que alcanzara el estado feno-
lógico ideal identicado como la línea de leche (Bala et al., 2000;
Mangado, 2006), debido a volcamiento por exceso de viento. Se
registró la producción de forraje verde (FV) en los cuatro metros
lineales de cada parcela experimental, al utilizar como unidad de
medida kg/metro lineal. Posteriormente, se calculó el rendimiento
por hectárea (t/ha), al multiplicar la producción obtenida en cada
metro lineal (kg/m) por la cantidad de metros lineales (13 333)
que existen en una hectárea de terreno (Castro, 2002).
La producción de MS por metro lineal (kg/m) se determinó al
multiplicar el rendimiento obtenido de FV (kg/m), por el porcen-
taje de MS de cada tratamiento. Se utilizó como unidad de medida
las t MS/ha (De la Rosa et al., 2002), al multiplicar el rendimiento
de MS por metro lineal (kg/m) por el número de metros lineales
que tiene una hectárea (13 333).
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Relación: hoja, tallo, mazorca
Para determinar la relación entre las principales partes de la
planta; hoja, tallo, mazorca y or al momento de la cosecha, se
seleccionaron dos plantas representativas de cada parcela expe-
rimental, al separar y pesar la porción de cada parte de manera
individual. Posteriormente, se envió una muestra al laboratorio de
cada parte de la planta para determinar el contenido de MS, y así
determinar la relación de las mismas en base verde y seca.
Valor nutritivo
Para la determinación del valor nutritivo, se tomó una muestra
aleatoria de 1 kg de cada tratamiento y repetición, la cual se envió
al Laboratorio de Piensos y Forrajes del INTA, para determinar el
contenido de MS, cenizas (CE), proteína cruda (PC), bra neutro
detergente (FND), bra ácido detergente (FAD), lignina (LIG) y
digestibilidad in vitro de la MS (DIVMS).
El contenido de MS (materia parcialmente seca (55 a 65 °C) se
determina por tiempo de secado hasta peso constante), se obtuvo
por pérdida de peso tras la desecación de 0,5 kg de FV en estufa
a 65 °C y 105 °C por 48 horas. Las CE se obtuvieron por incine-
ración de 2,0 g de forraje seco a 550 °C durante 6 horas. La PC se
determinó como nitrógeno y se multiplicó por 6.25 mediante el
método de macro Kjeldahl (AOAC, 1984) con catalizador CuSO4 -
K2SO4 3,5 de TECATOR, al emplear 1 g de muestra y un digestor
DS-20 y un equipo de destilación automático de la misma rma
para las sucesivas operaciones de digestión de las materias nitroge-
nadas, destilación del NH3 y valoración simultánea del mismo. La
FND, FAD, LIG y DIVMS se determinaron en secuencia mediante
el procedimiento propuesto por Goering y Van Soest (1970).
Análisis estadístico de los datos
Los datos correspondientes a las características fenológicas de
la planta, producción de MS y relación hoja/tallo/mazorca, se so-
metieron a un análisis de varianza con el procedimiento de mo-
delos lineales, generales y mixtos del programa InfoStat (versión
2018), mediante un diseño de bloques completos al azar, según el
modelo descrito a continuación:
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Donde:
yij = Variable dependiente.
µ = Media.
Bi = Bloque de parcelas (i = 3).
Ej = Variedad de maíz.
εij = Varianza residual o término del error.
El pH, la composición química y digestibilidad in vitro de los
ensilados, se sometieron a un análisis estadístico por medio del
procedimiento de modelos lineales, generales y mixto del progra-
ma InfoStat (versión 2018).
Resultados y discusión
Altura de planta, diámetro del tallo y número de hojas
El comportamiento de la altura, diámetro del tallo y número
de hojas de los materiales evaluados a las diferentes edades de cre-
cimientos se presenta en la gura 1. Con respecto a la altura de la
planta, todos los materiales presentaron un patrón de crecimiento
similar, con mayor desarrollo entre los 45 y 75 días, en compara-
ción al inicio y nal del periodo evaluado.
Al momento de la cosecha, se encontraron diferencias signi-
cativas (P<0,05) entre los tratamientos; por ejemplo, las variedades
costarricenses EJN2 y Los Diamantes 8843 alcanzaron la mayor
altura de planta (260,7 y 254,8 cm, respetivamente). Además, se
determinó que el crecimiento del híbrido HR-960 comercial (226,
4 cm) fue semejante a las variedades JSáenz (237,9 cm) y Nutri-
grano (231,8 cm), y únicamente superior a Proteinta (212,6 cm) y
Upiav-G6 (194, 8 cm).
Lo anterior es relevante al considerar que la altura de un forra-
je tiene una correlación positiva con la producción de biomasa.
Pero, si la altura de la planta es excesiva, se podría presentar vol-
camiento y ocasionar pérdidas de forraje e incrementar las labores
de manejo y cosecha, por ende, los costos de producción (Sánchez
e Hidalgo, 2018).
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F 
A    (),    ()   
          ()
Los valores obtenidos son superiores al promedio alcanzado
(204 cm) con variedades criollas en la misma zona de Turrialba,
pero semejantes al valor promedio (245 cm) reportado en un es-
tudio realizado en Aguas Zarcas de San Carlos con las mismas va-
riedades (Sánchez et al., 2017). El diámetro en la base de la planta
osciló entre 19,4 y 23,3 mm, la variedad Upiav-G6 alcanzó el ma-
yor valor y el híbrido HR-960 el valor más bajo (gura 1). Blessing
y Hernández (2009) reportan valores semejantes (23,6 mm) a los
60 días de crecimiento, situación que favorece el anclaje de la plan-
ta y la reducción de volcamiento. Por el contrario, cuando existen
alta densidad de siembra, la competencia entre plantas y la falta de
nutrientes, el poco grueso de los tallos y entrenudos más largos,
provocan volcamiento en la plantación.
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En cuanto a la cantidad de hojas al momento de cosecha (90
días), la variedad Los Diamantes 8843 presentó el mayor núme-
ro de hojas verdes por planta (8,3) y la Nutrigrano la cantidad
más baja (6,2). En relación con el testigo (HR-960), la variedad
Los Diamantes tiene 7,2 % más de hojas. El número de hojas por
planta puede rondar las 8 o 21 hojas, aunque el promedio oscila
entre 8 y 12. Sin embargo, el número de hojas se encuentra sujeto a
variedades e híbridos en relación con el número de nudos del tallo,
puesto que de cada nudo emerge una hoja (Reyes, 1990; Rodríguez
et al., 2016).
Por otro lado, la variedad Proteinta mostró el mayor número
de hojas senescentes a cosecha (5,8), mientras que la variedad Los
Diamantes alcanzó la menor cantidad (4,0), donde el número de
hojas que se pierden al momento de la cosecha varía entre 3 y 5
hojas por planta. Esto debido a la falta de actividad fotosintética,
disponibilidad de nutrientes, engrosamiento del tallo, alargamien-
to de nudos o bien enfermedades foliares (Calzada et al., 2014).
Lo anterior también coincide con lo observado en la gura 1, ya
que a los 75 días se dio el punto máximo de presencia de hojas por
planta, en general para todos los materiales, en especial Upiav-G6
con 11,6 hojas al momento de la cosecha (90 días). También, se
rescata que la variedad que perdió más hojas durante todo el pe-
riodo de evaluación fue Nutrigrano (4,6) y el híbrido HR-960 (2,7).
Relación hoja/tallo
En el cuadro 2 se presenta la relación hoja/tallo de cada varie-
dad e híbrido en diferentes edades de crecimiento.
C 
R /       
      
Variedad e
híbrido 40 días 60 días 75 días 90 días
HR-960 2,4 1,96 1.06 1.04
Proteinta 2.02 1.15 0,92 0,9
Nutrigrano 1.95 1.24 1N2 1.05
EJN2 1.96 1.24 0 95 1.11
Los Diamantes 1.94 1.32 0.80 0.90
Jsaénz 2.09 1 95 0.99 0.93
Upiac-G6 1.87 1.42 0 96 0.87
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Como se observa en el cuadro 2, la variable relación hoja/tallo
no presentó diferencias signicativas (P>0,05) entre tratamientos
en ninguna de las edades evaluadas. Según Elizondo y Boschini
(2002), cuando la planta se cosecha antes de los 70 días, en el re-
sultado de la relación hoja/tallo predomina la parte foliar. Eso se
reeja en el cuadro 3, entre los 45 y 60 días para todos los mate-
riales evaluados, sin embargo, a los 90 días, solamente el material
Upiav-G6 mostró la menor relación H:T (0,87), aunque el testigo
local HR-960 alcanzó valores semejantes (1,04).
Producción de biomasa
Producción de materia verde y seca
En el cuadro 3, se detalla la producción de materia verde (MV)
y materia seca (MS), la cual no mostró diferencias signicativas
(P>0,05) entre los tratamientos, con rendimientos que oscilaron
entre 67,1 y 84,3 t/ha de MV y entre 12,5 y 16,4 t/ha de MS. Las
producciones de las variedades tendieron a ser superiores que el
híbrido HR-960, excepto la variedad EJN2, situación que coincide
con lo reportado por Elizondo y Boschini (2001), quienes indican
que, por lo general, los rendimientos de los híbridos son menores
a las variedades regionales por ser plantas de porte bajo.
C 
P         
      S C 
T    ( )
Variedad e híbrido Materia verde Kg/ha Materia seca Kg/ha
JSáenz 84 334,2 16 438,4
Los Diamantes 82 381,3 14 445,3
Proteinta 78 714,7 14 753,8
Upiav-G6 76 348,1 13 960,7
Nutrigrano 75 364,8 12 531,2
HR-960 74 648,1 16 056,2
EJN2 67 148,3 12 510,5
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Los resultados de materia verde obtenidos son similares a los
reportados por Amador y Boschini (2000), con variedad criolla de
maíz a los 93 días (67,5 t/ha) y 105 días (88 t/ha) en Ochomogo de
Cartago. Franco et al. (2015) en un estudio realizado en México
con híbridos y variedades de maíz forrajero registraron datos se-
mejantes a los del presente estudio, con un rendimiento promedio
de 89 t/ha. También, Antolín et al. (2009) encontraron rendimien-
tos de FV, entre 52,5 a 85,6 t/ha con una densidad de 85 000 plan-
tas/ha. Sin embargo, Sánchez et al. (2017) mostraron rendimientos
inferiores (entre 39,1 y 59,7 t/ha) con variedades criollas en las
localidades de Agua Zarcas de San Carlos, Turrialba, Guápiles y
Monteverde. Sánchez et al. (2011) también reportaron rendimien-
tos inferiores con híbridos (26,6 t/ha) y un genotipo criollo (41,3
t/ha). En el mismo estudio, al aumentar la densidad de siembra a
83 333 plantas/ha, el rendimiento del genotipo criollo incrementó
a 57,8 t/ha.
Los resultados de biomasa verde obtenidos en el presente estu-
dio se pueden considerar adecuados, ya que un buen rendimiento
de materia verde puede oscilar entre 60 y 80 t/ha (Bernal, 1991).
Los rendimientos de MS oscilaron entre 16,4 y 12,5 t/ha, alcanza-
ron la variedad JSáenz el mayor valor y la EJN2 el menor, semejan-
tes al testigo local HR-960 (16,1 t/ha).
Los resultados del presente estudio son similares a los repor-
tados por Amador y Boschini (2000), quienes obtuvieron rendi-
mientos de MS oscilantes entre 11,2 y 15,2 t/ha, a los 107 y 121 días
respectivamente, al emplear una variedad criolla de maíz.
De igual forma Boschini y Elizondo (2004) reportan datos de
rendimientos de MS (14,1 y 17,9 t/ha) semejantes a los obteni-
dos en el presente estudio a los 98 y 126 días, respectivamente.
Rendimientos superiores de MS (24 t/ha) reportan Zaragoza et al.
(2019), en México, con híbridos de maíz a los 2240 msnm y con
densidades de 70 000 plantas/ha. También, Velázquez (2013) pre-
sentó rendimientos mayores, con valores entre 20,1 y 34 t/ha al
evaluar variedades de maíz en México a 1835 msnm y con una
densidad de 88 000 plantas/ha.
Por otra parte, Méndez (2017) evaluó el potencial forrajero de
cuatro variedades costarricenses a diferentes densidades de siembra
(133 333, 88 888, 66 666 y 53 333 plantas/ha). Encontró que al incre-
mentar el número de plantas por hectárea aumenta el rendimiento
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de materia verde y seca, sin embargo, los datos obtenidos fueron
menores que los de este estudio, a pesar de que en ambos casos el
número de plantas por punto de siembra eran dos. En el ensayo los
rendimientos de MS uctuaron entre 9,3 y 7,7 t/ha. Probablemente,
la cantidad de horas luz recibidas puede inuenciar en el rendimien-
to de biomasa del cultivo de maíz (Sánchez e Hidalgo, 2018).
Otro factor que inuye en el rendimiento de la MS es la edad del
cultivo al momento de realizar la cosecha, ya que conforme avanza
el estado de madurez siológico, ocurren diferentes sucesos como
la perdida de humedad en los granos y de la planta entera, lo cual
genera un incremento en la producción de MS (INIA, 1994).
Según Sánchez e Hidalgo (2018), los buenos rendimientos de
MS rondan entre 14,2 y 17,7 t/ha, por lo que los resultados de MS
obtenidos en la investigación actual se pueden considerar como
adecuados. Es importante mencionar que debido a la presencia de
tormentas tropicales algunas plantas se volcaron, esto pudo provo-
car que se generaran pérdidas de biomasa, y por ende una dismi-
nución en el rendimiento por hectárea. La producción de biomasa
del cultivo de maíz está inuenciada por diversos factores como
genotipo, fertilidad, manejo agronómico y condiciones climáticas,
lo anterior puede afectar los rendimientos tanto de variedad como
de híbridos de un sitio a otro (Subedi et al., 2006).
Composición porcentual de la planta de maíz
En la gura 2, se presenta la relación tallo/hoja de cada varie-
dad e híbrido evaluado a las diferentes edades de crecimiento. En
la gura se observa que a los 45 días el aporte del tallo (entre 51,5
y 59,8 %) a la biomasa total es ligeramente superior a la contri-
bución de la hoja (entre 40,2 y 48,5 %), pero a medida que incre-
menta la edad de la planta, el aporte del tallo y la mazorca también
aumentan. A los 60 días aparecen los primeros brotes orales, los
cuales, aportan valores relativamente pequeños (1,3 y 4,8 %) du-
rante todo el ciclo. La edad a la oración encontrada en el presente
estudio, es inferior a los 90 días estudiados por Amador y Boschini
(2000), con aportes inferiores (1,64 y 0,21 %) a la biomasa total.
A los 75 días de crecimiento se forma la mazorca en su totalidad,
conforme incrementa la edad de la planta, el aporte de la mazorca
a la biomasa total también intensica. Caso contrario a los otras
partes de la planta, las cuales disminuyen, porque el crecimiento
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del tallo y las hojas se paraliza para dar espacio a la formación de
la mazorca y grano, lo cual ocasiona que se eleve el porcentaje de
mazorca con el avance del estado de madurez. La formación de
grano es muy importante debido al aporte energético (Velázquez,
2013). El tallo y la hoja se encuentran en porcentajes superiores
a 60 y 20 % respectivamente, datos similares a los obtenidos por
Amador y Boschini (2000).
A los 90 días de crecimiento el tallo y la mazorca son las partes
de la planta que aportan el mayor porcentaje a la biomasa total,
tanto en las variedades como el híbrido. En todos los cultivos el
tallo y la mazorca aportan porcentajes semejantes a la biomasa
total, con valores que oscilan para el tallo entre 44,3 y 53,7 %, y
para la mazorca, entre 23,9 y 34,4 %, mientras que el aporte de
las hojas fue inferior (entre 20 y 22 %) y el de la or insignicante
(entre 1,3 a 1,3 %).
No se encontraron diferencias signicativas entre los trata-
mientos con respecto al aporte de las partes de la planta. Sin em-
bargo, se observó una leve tendencia, pues las variedades Proteinta
y Los Diamantes 8843 aportaron menor porcentaje de tallo (44,3
y 49,1 % respectivamente) y como consecuencia mayor aporte de
mazorca (34,4 y 28,1 %) y menos hojas (20 y 20,1 %), en relación
con el híbrido HR-960.
En la gura 3, se observa el aporte de las partes de las plantas
a la biomasa total en base seca. A los 45 días de crecimiento, se
encontró un mayor aporte de las hojas (entre 62,9 y 69,6%) en
relación con el tallo (30,4 y 37,1%). Sin embargo, a partir de esta
edad el porcentaje de la hoja decrece y el del tallo aumenta hasta
los 75 días.
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F 
A  , ,       
        S C,
T,  ( ).
Los primeros brotes orales aparecen a los 60 días (Figura 2),
los cuales aportan alrededor del 10 % a la biomasa total, pero el
aporte de la mazorca incremen. A los 90 días, el aporte de la
biomasa total lo conforman el tallo (33,2 %), hojas (32,3 %) y ma-
zorca (21,8 %) en proporciones semejantes, con una ligera inferio-
ridad de la mazorca.
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F 
A  , ,       
        S C,
T,  ( ).
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Los resultados observados en la gura tres, son similares a los
reportados por Boschini y Elizondo (2004), los cuales indican que
la fracción de las hojas disminuye al aumentar la edad y la con-
tribución del tallo decrece al iniciar la producción de la mazorca,
lo anterior con relación al tiempo. También, Elizondo y Boschini
(2001), al evaluar el efecto de la densidad de siembra en el rendi-
miento y calidad del cultivo de maíz, encontraron que la produc-
ción de MS de las hojas es superior a la del tallo antes de los 70 días
de desarrollado el cultivo.
A los 90 días de crecimiento, el tallo y las hojas son las fraccio-
nes de la planta que aportan más a la biomasa total, la variedad
EJN2 es la que presenta mayor porcentaje de tallo (39,9 %) y la
Nutrigrano el menor valor (33,2 %). Con respecto al contenido de
hojas, las variedades Upiav-G6 y Los Diamantes 8843 alcanzaron
los mayores porcentajes 38,1 y 37,3 %, respectivamente. En cuanto
al aporte de la mazorca, la variedad Nutrigrano obtuvo el mayor
aporte (30 %), mientras la Upiav-G6 presentó el menor (21,8 %).
Composición química y digestibilidad
Calidad nutritiva de los forrajes antes de ensilar
En el cuadro 4, se presentan los resultados de composición quí-
mica y digestibilidad in vitro de cada parte de la planta antes de
ensilar por variedad e híbrido.
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C 
C       ,
,      MS   
          S C 
T, 
Variedad e
híbrido
Parte
de la
Planta
% MS % FDN % FDA % LIG %
Celulosa % PC % CE %
DIVMS
Los
Diamantes
Tallo
10,21 65,67 36,37 4,77 31,57 5,80 6,87 53,06
Nutrigrano 10,52 59,38 33,13 4,64 31,77 5,70 6,13 59,81
JSáenz 8,31 63,44 34,73 4,47 30,25 5,80 6,60 55,00
EJN2 8,44 63,61 36,43 4,68 28,48 6,20 6,60 53,76
Upiav-G6 10,07 62,78 35,40 4,98 30,42 5,50 6,00 58,40
Proteinta 8,97 60,45 33,17 4,22 28,94 5,67 6,27 62,15
HR-960 10,45 64,46 35,20 4,76 30,45 6,17 8,73 54,74
Los
Diamantes
Hoja
21,64 60,05 26,70 3,61 23,09 11,43 10,47 67,79
Nutrigrano 21,57 59,03 25,87 3,25 22,64 12,00 10,03 69,88
JSáenz 24,00 58,91 25,90 4,36 21,56 13,50 10,00 68,84
EJN2 20,50 60,27 28,37 4,03 24,35 11,27 10,33 65,19
Upiav-G6 21,72 59,68 25,67 3,38 22,29 13,40 11,40 67,82
Proteinta 21,30 59,99 26,07 3,42 22,70 14,37 10,03 69,17
HR-960 21,52 59,02 26,53 3,06 23,47 11,87 11,43 70,32
Los
Diamantes
Flor
34,62 62,29 29,50 6,42 23,07 8,30 5,23 54,73
Nutrigrano 34,28 58,71 26,57 6,24 20,33 8,87 6,40 57,40
JSáenz 35,70 57,93 25,10 5,66 23,98 7,00 4,60 50,30
EJN2 32,88 62,66 29,43 5,46 19,43 7,40 5,03 53,38
Upiav-G6 28,77 60,25 28,83 7,31 21,50 8,37 8,17 57,34
Proteinta 35,69 60,66 28,40 6,18 20,98 9,40 4,50 56,64
HR-960 36,74 57,81 26,80 5,90 22,16 8,53 4,40 58,59
Los Dia-
mantes
Ma-
zorca
10,52 52,89 20,63 2,29 18,33 10,60 4,73 78,79
Nutrigrano 13,02 54,94 22,23 2,18 20,03 9,47 4,10 77,97
JSáenz 11,78 53,53 20,03 1,51 18,49 9,30 4,53 79,05
EJN2 10,27 51,94 20,80 1,78 19,02 10,87 5,43 79,84
Upiav-G6 11,14 55,19 21,90 2,35 19,55 9,47 5,17 74,90
Proteinta 9,76 53,15 16,83 1,93 14,91 8,33 4,07 78,79
HR-960 11,20 49,74 19,00 2,09 16,94 11,13 4,67 80,84
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Materia seca total (MST)
La or es la parte de la planta con mayor contenido de MS, con
valores que oscilaron entre 28,8 y 46,7 %, seguido de la hoja (entre
20,5 y 24 %), mientras que el tallo (entre 8,4 y 10,4 %) y la mazorca
(entre 9,8 y 13 %) son los que contienes más proporción de agua.
A pesar de estos resultados, no se encontraron diferencias signi-
cativas (P>0,05) entre tratamientos (cuadro 4).
Según Ruiz et al. (2006) el contenido de MS en el forraje de
maíz es muy variable, puesto que estará asociado al momento de
cosecha, lo cual reeja la madurez de la planta, así como las con-
diciones climáticas, suelo y manejo agronómico. Por ejemplo, los
resultados alcanzados en planta completa (16,80 %-30,50 %) no
cumplen con lo reportado por Demanet (2009) de 26 % MS.
Proteína cruda (PC)
Como es de esperar, la hoja es la parte de la planta con ma-
yor contenido de PC, con porcentajes que uctuaron entre 11,3 y
14,4. La mazorca fue la segunda en importancia (entre 8,4 y 11,1),
mientras que la or (entre 7,0 y 9,4 %) y el tallo (entre 5,5 y 6,2 %),
son los que contienen menores valores de PC.
También, se encontró que la hoja fue la única parte de la plan-
ta que mostró diferencias signicativas (P>0,05) en el contenido
de PC entre los tratamientos, presentó las variedades Proteinta
(14,4 %), JSáenz (13,5 %) y Upiav-G6 (13,4 %) los mayores valo-
res, mientras que en el resto de los materiales los contenidos os-
cilaron entre 11,4 y 12. En términos generales, los resultados se
encuentran dentro de lo reportado por Romero (2004), con varia-
ciones entre 6 %-17 %; del mismo modo, los datos son cercanos a
los citados por Demanet (2009), donde la proteína en planta ente-
ra es de 6 % a 10 %.
Fibra neutro detergente (FDN)
El contenido de FND presentó diferencias signicativas
(P<0,05) entre las partes de la planta, debido a que los valores en-
contrados en la mazorca (entre 49, y 54,9 %) fueron inferiores al
del tallo (entre 59,4 y 65,7 %), la hoja (entre 68,9 y 60,3 %) y la or
(57,8 y 62,7 %).
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Se determinó que las partes de las plantas no mostraron dife-
rencias signicativas (P>0,05) entre los tratamientos. Los resulta-
dos son semejantes a los mencionados por Romero (2004), ya que
cuando se realiza la cosecha a una altura de corte de 15 cm del
suelo, el contenido de FDN es de aproximadamente 44,2 % (con
rangos de 30 %-58 %) y conforme se incrementa la altura de corte,
así disminuye el contenido.
Fibra ácido detergente (FDA)
Al igual que en el caso anterior, se encontraron diferencias sig-
nicativas (P<0,05) entre las partes de la planta, ya que el conte-
nido de FDA de la mazorca (entre 16,8 y 22, 2 %) fue inferior en
comparación al tallo (entre 33,1 y 36,4 %), la hoja (25,7 y 28,4 %)
y la or (25,1 y 29,5 %). A pesar de estos resultados, no se encon-
traron diferencias signicativas (P<0,05) en tratamientos en cada
parte de la planta.
Además, las partes de las plantas no mostraron diferencias sig-
nicativas (P>0,05) entre los tratamientos. Por otra parte, Romero
(2004) reporta valores de FDA para toda la planta de 24,9 % a una
altura de corte de 15 cm (aunque los rangos pueden darse entre
20 %-40 %), del mismo modo que FDN, al incrementar la altura
de corte, el contenido aumenta.
Celulosa y LIG
El contenido de celulosa también mostró diferencias signica-
tivas (P<0,05) entre las partes de la planta, ya que el tallo alcan-
zó mayores valores (entre 30,2 y 31,8 %) en comparación con las
otras partes, las cuales presentaron valores entre 14,9 y 24,4 %. Al
igual que el caso anterior, entre variedades y el híbrido de maíz no
se encontraron diferencias signicativas (P>0,05) en ninguna de
las partes de la planta. Comparado con lo obtenido por Elizondo
(2015) los resultados del ensayo son superiores, el autor reportó
rangos entre 20,09 %-37,43 %.
La LIG también reejó diferencias signicativas (P<0,05) entre
las partes de las plantas, ya que la mazorca alcanzó menores conte-
nidos (entre 1,5 y 2,3) que la or (entre 5,5 y 7,3). El tallo y la hoja
presentaron valores intermedios que oscilaron entre 3,4 y 5 %. No
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se encontraron diferencias signicativas (P>0,05) entre tratamien-
tos en ninguna de las partes de la planta, cuyos valores están den-
tro del rango denido por Elizondo (2015) (3,34 % - 6,84 %).
Cenizas (CE)
El contenido de CE presentó diferencias signicativas (P<0,05)
entre las partes de la planta, debido a que la hoja alcanzó los ma-
yores valores que uctuaron entre 10 y 11,4 %, en comparación
con la or (entre 4,4 y 6,4 %) y la mazorca (4.1 y 5,4 %), mientras
que el tallo obtuvo valores intermedios entre 6 y 8,7 %. No se en-
contraron diferencias signicativas (P>0,05) entre tratamientos en
ninguna de las partes de la planta. Para datos de planta entera los
resultados (6,50 %-8,90 %) son superiores a los observados por
Gebauer (1994) de 5,54 %.
Digestibilidad in vitro de la materia seca (DIVMS)
Se encontraron diferencias signicativas (P<0,05) entre las par-
tes de la planta. La mazorca alcanzó la mayor digestibilidad, con
valores que oscilaron entre 74,9 y 80,8 %. La hoja fue la segunda en
importancia, con porcentajes que uctuaron entre 65,2 y 70,3 %.
Estos valores fueron superiores a los alcanzados con el tallo (entre
53,1 y 62,2 %) y la or (entre 50,3 y 58,6 %). Entre tratamientos,
no se encontraron diferencias signicativas (P>0,05) en ninguna
de las partes de la planta. En el caso de la planta entera, los valores
alcanzados se encuentran en un rango de 56,70 %-62,30 %, lo que
coincide con los reportados por Gupta et al. (2005), con valores
entre 52 %-68 %.
Conclusiones y recomendaciones
La planta de maíz incrementó su crecimiento y grosor del tallo
entre los 45 y 75 días de crecimiento, momento a partir del cual
inicia la etapa reproductiva y la senescencia de las hojas bajeras
de la planta. A pesar de que la variedad EJN2 alcanzó la mayor
altura de la planta, el rendimiento de MS fue bajo en comparación
con los otros materiales, debido a problemas de volcamiento de
las plantas.
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Las variedades J Sáenz y HR-790 son las que más aportan en
cuanto a la MST, mientras que la hoja es la que mayor aporta al
rendimiento de MS y los mayores contenidos de proteína se pre-
sentan en las hojas. Se sugiere realizar la cosecha de los forrajes
cuando el grano se encuentra en estado masoso-pastoso o grano
media línea de leche, con el objetivo de que el contenido de MS,
azúcares solubles y almidones sean los adecuados para obtener un
buen ensilaje. Por último, en condiciones agroecológicas simila-
res a la zona donde se realizó el estudio, se recomienda utilizar la
variedad JSáenz, debido a su alto rendimiento, adecuada altura de
planta y menor costo de producción.
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