InterSedes, ISSN 2215-2458, Volumen 24, Número 49,
Enero-Junio, 2023, pp. 70-91 (Artículo).
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e infraestructuras al resto de la población local (Sandoval, 2017),
lo que hace que éstos puedan llegar a desempeñar una función de
“asistencia social” (Cortés Vargas et al., 2012). En segundo lugar,
cuando las agencias de seguridad del Estado son ausentes o in-
ecientes y los grupos criminales ponen en práctica mecanismos
de protección contra agresiones externas, por ejemplo contra la
violencia de bandas provenientes de otras localidades (Biderman
et al., 2019; Cortés Vargas et al., 2012) o contra la micro crimina-
lidad local, en particular contra los robos y asaltos, pero también
prohibiendo la violencia doméstica y de género (Lessing, 2008).
En algunos casos hasta pueden proteger a la población local contra
la brutalidad policial (Alves, 2016). En tercer lugar, cuando relle-
nan otros vacíos dejados por parte de las instituciones del Estado
y crean formas de mediación de conictos entre vecinos y vecinas
o favorecen la acción de agencias del Estado y del sector privado
para que suministren diferentes tipos de servicios dentro de las co-
munidades, como sucede en las favelas de Río de Janeiro en Brasil
(Gay, 2017; Lessing, 2008; Saborío, 2014). Es debido a este tipo de
benecios que, independientemente de la violencia que los gru-
pos criminales generan dentro de los barrios donde se encuentran,
sus residentes no sólo pueden llegar a tolerarlos pasivamente, sino
también a aceptarlos (Cortés Vargas et al., 2012) e, incluso, a apo-
yarlos activamente; por ejemplo, avisando de la presencia policial,
escondiendo a criminales en sus casas o guardando armas y drogas
(Auyero et al., 2014; Cortés Vargas et al., 2012; Lessing, 2008).
En el caso de Rincón Grande de Pavas, cuando se les preguntó a
las personas entrevistadas si las bandas generaban benecios para
el resto de la comunidad, es decir, para todas las personas que no
colaboraban con sus actividades ilícitas, las respuestas fueron casi
siempre negativas. Solo un privado de libertad relató, hablando del
pasado y explicitando que hoy en día esto no sucede, que la ban-
da a la que pertenecía le había ayudado a la escuela local a repa-
rar el cielo raso y que Colas, ex líder del narcomenudeo en Finca
San Juan de Pavas que falleció asesinado en 2010, repartía, entre
las personas que más lo necesitaran, parte de la mercancía que su
grupo robaba. Es el caso de alimentos como arroz y frijoles proce-
dentes de un camión asaltado, así como juguetes para los niños y
las niñas durante la época navideña. Sin embargo, la investigación
dejó claro que actualmente la criminalidad local no ayuda a las co-