Káñina, Rev. Artes y Letras, Univ. de Costa Rica XLV (1) (Enero-Abril) 2021: 65-74/ISSN: 2215-2636
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bohemio costarricense, que implicarían la existencia de una relación de amistad, si bien en tiempo ya
muy lejano. Se ocupa, además, de algo importante: declara que “tu pinche libro” es una novela, no
una biografía. Se preocupa, sin embargo, porque está lleno de infidencias, demanda entonces que no
se publique “hasta que me lleve la pelona”, por lo terrible de estas; también, solicita que el nombre
de “Isabel” (del cual, obviamente, deriva “Chavela”) se sustituya por el de Natyeli, “que es un
hermoso nombre zapoteco que significa ´Yo te amo´” y que se omita cualquier mención a Javier
Rojas, “que fue mi esposo” (Sánchez, 2014, p. 10). Luego, nos daremos cuenta de que, en efecto, la
novela es protagonizada por el personaje de Natyeli Vargas, que ha sido publicada después de la
muerte en 2012 de Chavela Vargas, pero que no se han omitido las alusiones a Javier Rojas, si bien
se ha incluido una grafía diferente de su nombre (“Xavier” en lugar de “Javier”).
4) Una dedicatoria en la que se incluye la narración de los homenajes realizados en México
a Chavela Vargas tras su muerte, el recuento de los lugares en los que el libro se escribió y del tiempo
(cinco años) necesario para elaborarlo, así como el reconocimiento a quienes lo hicieron posible,
proveyendo información, una beca y lecturas del manuscrito; y la mención, nuevamente, de la
declaración de inocencia de José León Sánchez, quien firma esta dedicatoria (Sánchez, 2014, pp. 11-
13).
5) Una carta sin fecha firmada por “Natyeli” y dirigida “Al hermano Pedro”, la cual se
relaciona con una cita atribuida a Chavela Vargas que aparece en portada y dice: “Pedro Almodóvar
Caballero es la deuda que Dios tenía conmigo”. En esa carta se establece un paralelismo entre el
personaje del Quijote y el hermano Pedro, que “bebió las aguas del Ebro sin enloquecer en junto a
los sueños imposibles del Toboso”, usando como motivo el del artista-caballero, es decir, el del artista
que persigue sus hazañas estéticas como lo hacen los caballeros andantes. Asimismo, se le pide a
Pedro que lea “este libro”, que revise cada capítulo y después “piensa en mí, Natyeli” (Sánchez, 2014,
p. 14).