Káñina, Rev. Artes y Letras, Univ. de Costa Rica XLV (2) (Mayo-Agosto) 2021: 53-71/ISSN: 2215-2636
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con palabras que buscan tranquilizar a don Lisandro, explicando que al rato de andar el animal tomará
el ritmo y se calmará, sin embargo, el caballo parece asustado por algo más que está en el campo,
pero que los hombres no alcanzan a ver en medio de la oscuridad.
En el camino, Goyo, quien es un experimentado peón que se ha pasado la vida en aquellas
tierras, aconseja al patrón tomar otro camino, ya que, según su instinto, están yendo por un sitio
equivocado, a lo que don Lisandro responde de manera insolente que van por el camino correcto, ante
este tono, Goyo, quien se caracteriza como un hombre sumiso, prefiere guardar silencio:
Recuéstese más a la derecha, don Lisandro; de no, vamos a salir frente a los tembladerales. Pero el otro
no hizo caso, objetando que si así lo hicieran darían sobre el remanso de los sauces. Goyo no insistió
por el tono malhumorado de las palabras. ¡Porfiarle a él, que conocía el camino como sus manos! En fin,
ya se desengañaría (Güirales, 2014, p. 23)
Aquí, además, se puede apreciar un grado de focalización cero (Genette, 1989), ya que el
lector puede conocer directamente los pensamientos del personaje, el cual piensa que el patrón está
equivocado, que él conoce aquellos caminos como la palma de su mano, pero que con el andar él
mismo se dará cuenta de su error. Efectivamente, en un punto del trayecto llegan a la orilla del río, y
después de andar un rato, don Lisandro decide cruzar, ante lo cual Goyo le advierte en repetidas
ocasiones que está cometiendo una imprudencia, no obstante, el patrón hace caso omiso y se lanza,
el caballo se niega a sumergirse en el río, pero el jinete, le clava las espuelas de manera violenta para
obligar al animal a entrar en el río, al sumergirse se da cuenta de que ha entrado en el remanso, en el
que se hunde, Goyo intenta salvarlo, con una cuerda, pero ambos mueren en la acción: otra vez la
ironía, tanto el remanso del agua como el del ambiente articulan ese clima ambivalente “tempestad
tranquila” que terminará en tragedia.
En lo que respecta a la construcción de los personajes, “El remanso”, debido a su breve
extensión, brinda muy pocas características tanto físicas como psicológicas en cuanto a estos; sin
embargo en el desarrollo de los diálogos y los pensamientos intentos de los protagonistas, permite
observar una distinción entre ambos personajes, primero uno posee un carácter pasivo, recibe órdenes,