Káñina, Rev. Artes y Letras, Univ. de Costa Rica XLV (2) (Mayo-Agosto) 2021: 185-211/ISSN: 2215-2636
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descripción de la sexualidad en la prisión cuando muestra parte de un grafiti en las paredes del salón:
“AMOR MACHO / LOS JUESES MUEBEN / LA JUSTICIA CON /…”. Pese a estos detalles, el
guion de Cardona y Cisneros no posee en cambio pasajes equivalentes a estos:
Un tiempo de días, de años, de meses, de angustias sin fin llegó a contarme que en
San Lucas, isla de los hombres solos, todo era posible. Los hombres que ejercían
negocio de ramera eran muchachos de 14, 15 o 18 años. (…) ¡Ah, en el presidio todo
termina en vicio! Alguna vez nos tocó un cabo de vara que solía jugar en los dos
casos: el femenino y el masculino. (Sánchez, 2016, p. 72)
Todo es correcto en un mundo de barrial. Un mundo donde los hombres se aniquilan
los unos a los otros para mediar un “ensueño” que son las nalgas peladas de otro
hombre hecho como ellos, de piernas rasuradas. Todo lo que pasaba no tenía nada
de raro y lo extraño hubiera sido que todo eso no sucediera (Sánchez, 2016, p. 89).
En el texto literario, la voz narrativa insiste mucho en ese “vicio” que pierde a los hombres,
en el que Jacinto nunca cayó, pero sí muchos otros presos. El filme prescinde de este tipo de
reflexiones, haciendo de los travestidos y prostitutos una parte del paisaje, y del episodio de la
profanación del cadáver de Generoso un ejemplo más de la pérdida de la dignidad humana. El guion
cinematográfico omite además cualquier mención al sexo con la mula Margarita, la cual es presentada
por el narrador como una solución al “extravío sexual” (Sánchez, 2016, p. 227). Esta decisión de los
guionistas Cardona y Cisneros afecta el funcionamiento para-textual, el título, pues en la novela esos
“hombres solos” aluden explícitamente a la soledad de los hombres heterosexuales. En la narración
fílmica, la voz en off debe justificar el título de otra manera y dice que se trata de una isla habitada
por “muchos hombres llenos de soledad” (Cardona, 1974, 0:01:20).
La soledad y la desesperación heterosexual son ejemplificadas cuando el texto fílmico retoma
el pasaje de la visita de dos damas al penal (en la novela Sánchez, 2016, p. 154). Sin embargo, más
allá de la representación de la sexualidad, el episodio (Cardona, 1974, 0:49:30 – 0:55:15) confirma la
caracterización de un mundo en el que la vida humana no tiene valor: a diferencia de la novela, en la
que el pasaje propicia las fantasías del narrador, sin ninguna otra consecuencia, en la película este
tiene un desenlace violento, pues un preso es ejecutado después de lanzarse sobre una de las mujeres,
quien ha decidido jugar con el deseo de los reos y bailar para ellos (al ritmo de una melodía que
coincide con el rasgueo del negro Smith con su guitarra).