Káñina, Rev. Artes y Letras, Univ. de Costa Rica XLVI (1) (Enero-Abril) 2022: 69-96/ISSN: 2215-2636
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Medea y desterrándola a una discursividad limitante y excluyente. En este panorama, la amenaza ante
el espacio enunciativo elaborado en los textos viene a cumplir la premonición circundante de dicha
amenaza, y asimismo, de forma más relevante, también desempeña una función enunciativa, para
denunciar el perseguimiento de la violencia de aquella contraparte narrativa y los efectos residuales
que esta puede acarrear. Además, traer a colación esta amenaza a través de la ficción permite
trasladarla al plano histórico, para pensar la forma en la cual la agencia de estas comunidades podría
responder ante ellas, permitiendo la posibilidad de elaborar una reparación simbólica.
En esta perspectiva, vuelve a entrar al escenario la imagen del futuro deseado construida por
Medea y expuesta en pasajes anteriores. Es importante recordar que dicha imagen era sostenida por
la promesa de un futuro juntos, hecha por Jasón y Medea, la cual fue elevada por estos al estatus de
juramento. Lo que es desglosado en el texto, para hacer comprender la naturaleza de este hecho, es la
idea que Medea crea alrededor del concepto de ‘hogar’, pues en este convergen las posibilidades de,
en efecto, poder elaborar una narrativa independiente del discurso limitante propiciado por la
masculinidad. Esta acción debe ser analizada bajo la premisa presentada alrededor de los géneros
literarios usados para estructurar la obra, ya que, al hacerlo, es posible comprender la naturaleza del
juramento realizado entre las partes como un acto transaccional: las fichas de intercambio son,
entonces, el honor de Jasón y la agencia de Medea.
En este sentido, es menester recordar que, a pesar de los atributos adjudicados con
anterioridad a Medea, su capacidad de acción estaba delimitada bajo el ojo vigilante y restrictivo del
rey Etes, quien ejercía sobre ella la doble figura de autoridad de soberano y de padre, doblegando, a
través de la monopolización de la palabra, cualquier posibilidad elocutiva por parte de Medea. En
esta disposición de las cosas, la imagen de Jasón representa no solo la posibilidad de habitar un
territorio alejado del dominio paterno, sino, además, la oportunidad de tener un espacio propio, un
territorio en el cual construir una idea particular sobre su calidad de sujeto. De esta forma, el ejercicio
de la agencia en Medea, al crear a Jasón como héroe, es, a su vez, la esperanza de comprar la
posibilidad que tiene este de adquirir un espacio para ella, un lugar para ser, pues Medea, como mujer,