Káñina, Rev. Artes y Letras, Univ. de Costa Rica XLVI (1) (Enero-Abril) 2022: 97-116/ISSN: 2215-2636
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de la estructura de la lengua (Barriga, 2002), durante los años escolares, entre los seis y doce años, el
lenguaje continúa expandiéndose vertiginosamente. En concreto, el léxico experimenta un importante
crecimiento y una mayor organización de las categorías semánticas, que se han venido instaurando
desde etapas más tempranas (Barriga, 2002; Nippold, 2007; Ameel, Malt, y Storms, 2008). Durante
el ciclo escolar, el lenguaje adquiere un papel fundamental en el desempeño académico de los
estudiantes; tal como resaltan Dockrell y Messer (2004), se ha comprobado que los niños y niñas que
poseen una mayor riqueza léxica, se convierten en eficientes aprendices de la lectura. Esta habilidad
representa para ellos importantes ventajas en su desempeño académico con respecto al de los niños
con léxico más pobre, ya que, en la gran mayoría de las asignaturas escolares, la lectoescritura
constituye la principal herramienta para la transmisión de los contenidos de aprendizaje. A la vez, el
dominio del código escrito se convierte en un vehículo promotor de la constante transformación y
expansión lingüística (Barriga, 2002; Tolchinsky, 2004; Nippold, 2007; Best, Dockrell y Braisby,
2006). Estos procesos son también promovidos gracias a la gran variedad de experiencias en las que
se ve involucrado el individuo al momento de ingresar al sistema educativo formal (Blum-Kulka,
2004).
La importancia crucial que adquiere el léxico en el desarrollo infantil ha impulsado
numerosas investigaciones en este campo. Algunas publicaciones sobresalientes en el contexto
costarricense emergen de la lingüística aplicada (véanse Murillo Rojas y Sánchez Corrales, 2002a,
2002b y 2004; Rojas Porras, 2005 y 2006; Hernández Delgado, 2006; y Araya Ramírez, 2011). Otras
investigaciones, desarrolladas principalmente en otros países, se inscriben en el campo de la
psicolingüística y la psicología cognitiva y evolutiva. Dentro de esta línea de conocimiento, los
trabajos que se consideran de mayor influencia para esta investigación son aquellos en los que se
vincula al léxico con los procesos cognitivos de categorización y conceptualización, y cuyos métodos
de recolección de datos se basan, bien sea en pruebas de fluidez semántica (véanse Nelson, 1974;
Posnansky, 1978; Kail y Nippold 1984; Goikoetxea, 2000; Piñero et al., 1999), o en la formulación