Káñina, Rev. Artes y Letras, Univ. de Costa Rica XLVII (2) (Mayo-Agosto) 2023: 191-214/ISSNe: 2215-2636
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maquetas. Así también se reconstruyen narrativas como argumenta Nofal (2016), puesto que se
escriben nuevamente los testimonios, pero ahora desde la mirada de los descendientes.
Nos interesa ubicar los testimonios de estos hijos como heterogéneos, con una matriz literaria
autobiográfica. En cuanto al documental, Kohan Esquenazi, a través de Pablo Gershanik, no es ajeno
a la idea de una construcción de los acontecimientos, de las tramas, de las argumentaciones, de las
explicaciones sobre el pasado y sus consecuencias que conducen a los usos políticos de una memoria
particular. En este caso, la memoria de los hijos «argenmex». En La caja Topper el foco se encuentra
en el narrador que se posiciona como alter ego del autor, mientras que en Villa Olímpica el testimonio
del «argenmex» Pablo Gershanik es uno de los principales, rodeado de otros hijos que cuentan sus
experiencias, valiéndose a su vez de archivos objetuales como cartas, casetes, juguetes, fotos que les
permite reconstruir la vivencia del exilio. En el caso de Gershanik, este recuerda a través de
entrevistas que el mismo director le realiza. Gershanik le habla a la cámara, la mira y en ese mirar se
deduce que se dirige a Kohan Esquenazi, quien aquí se presenta como un hijo productor de memoria,
al dar su voz y al escuchar lo que otras personas de su misma generación le cuentan. Recepta las
historias y luego las reconstruye, las rearma y se posiciona como alguien que habilita los testimonios
y los presenta públicamente.
Por su parte, en La caja Topper, Gadano se propone contar su historia y la de sus padres. Dicha
historia solo es narrada luego de la muerte de su madre, una vez que este hijo encuentra una vieja caja
de zapatillas donde ella atesoraba toda clase de, podría decirse, archivos vinculados con objetos que
marcaron no solo la vida de sus descendientes, sino también la vida de una familia que vivió el exilio
en más de un país. A pesar de que la familia primero se exilió en Brasil y luego en México, el espacio
narrativo de La caja Topper está situado mayormente en México. Lo más contundente de la novela
es la caja de zapatillas como objeto que contiene no solo otros objetos sino, principalmente, la
equiparación de la caja a una memoria, la de los hijos y sus padres y el vínculo afectivo especial de
uno de esos hijos (el narrador) con la madre creadora de un archivo transmedial a partir del cual se