Káñina, Rev. Artes y Letras, Univ. de Costa Rica XLVIII (1) (Enero-Abril) 2024: 1-17/ISSNe: 2215-2636
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queda es sensibilizarse ante las coacciones impuestas por el sistema que subyuga a la población
afrodescendiente y sus condiciones de existencia.
Desde esta perspectiva, desde los primeros versos de la elegía se observa la construcción del
aspecto humanizador del río en la lírica de Guillén. No se trata de un mero componente topográfico
del paisaje circundante; antes bien, al río Mississippi se le atribuyen características que lo personifican
subjetivamente, incluyendo no solo unidades de materia corpórea, sino también huellas de la
experiencia emocional humana. Estos atributos contribuyen sobre todo a la imagen sustancial del río
como ser presente, atento a las tragedias históricas y lúcido ante la realidad que le rodea.
En los versos siguientes, la repetición de las frases «El Mississippi pasa» y «y mira el
Mississippi cuando pasa» (p. 185) reproducen al menos dos efectos particulares desde el punto de
vista de la construcción poética: en un primer momento, refuerzan la idea de
movimiento/desplazamiento de su curso natural, por lo que enfatizan o reiteran la imagen del agua
como elemento transitorio, en constante proceso de cambio. Esta transitoriedad de su paso encuentra
resonancia en la filosofía heraclitiana, a través de la continua renovación de las aguas en su cauce.
Con cada nuevo verso, «el Mississippi pasa» inaugura otra corriente que contribuye a consolidar la
alegoría de la transformación; es decir, las aguas renacen de su esencia para generar nuevos afluentes.
Un segundo efecto generado por la repetición está en la confusión de las aguas en su propio fluir: «El
Mississippi pasa/ y mira el Mississippi cuando pasa». Significa que, a la vez que realiza su paso, el
río observa su propio desplazamiento, como si se materializara en una entidad externa a la
composición de su materia.
En la introducción para Summa poética, Madrigal destaca la repetición como un recurso muy
presente en la poesía de Guillén (Guillén, 2021). Para el crítico, el poeta utiliza la anáfora de varias
formas en sus composiciones: «la repetición, en forma de complexiones, conversiones, epanalepsis,
epíforas, etc., sirve a menudo en Guillén a propósitos rítmicos, tanto en la construcción del verso
(repetición de palabras), como en la de la estrofa (repetición de versos)» (p. 31). En el caso de la
elegía, por su propia naturaleza de lamento, también parece relacionarse en cierta medida con las