Káñina, Rev. Artes y Letras, Univ. de Costa Rica XLVIII (1) (Enero-Abril) 2024: 1-25/ISSNe: 2215-2636
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LAS ETIQUETAS DISCURSIVAS EN EL DISCURSO ORAL EN
ESPAÑOL COMO SEGUNDA LENGUA
The Signalling Nous in the Oral Discourse in Spanish as a Second Language
Patricia Guillén Solano*
RESUMEN
Las etiquetas discursivas constituyen un mecanismo de cohesión que permite encapsular fragmentos textuales previos por
medio de sintagmas nominales. Estos sintagmas funcionan como arranque para la organización informativa subsiguiente e
incorporan conceptualizaciones subjetivas sobre los fragmentos a los que hace referencia y poseen, por esta razón, la
capacidad de expresar evaluaciones implícitas y constituirse así en recursos argumentativos.
En este artículo se estudia el rendimiento funcional de las etiquetas discursivas en el discurso oral de hablantes de español
como segunda lengua (en adelante, español L2) a partir de un corpus de 5 clases de español L2 grabadas en audio. Los
resultados del estudio evidencian la escasa presencia de este mecanismo cohesivo y la tendencia a utilizar en su lugar la
anáfora gramatical.
Palabras clave: mecanismo de cohesión, encapsulación, anáfora, discurso oral, español como segunda lengua.
ABSTRACT
Signalling nouns are cohesive devices that allow the encapsulation of previous textual fragments through nominal phrases.
These phrases function as a start for the subsequent informative organization and incorporate subjective conceptualizations
about referred fragments, which gives them the capacity to express implicit evaluations and thus becoming argumentation
devices.
This article studies the functional performance of signalling nouns in Spanish as a second language oral speech on the basis
of a corpus of five Spanish lessons that were audio recorded. The study findings show the lack of these cohesive devices
and the tendency to use grammatical anaphora instead.
Keywords: cohesive device, encapsulation, anaphora, oral discourse, Spanish as a second language.
1. Introducción
En la bibliografía relativa a los mecanismos cohesivos de índole discursiva, el término
etiqueta discursiva ha sido asociado con distintas denominaciones: encapsulador (Conte, 1991),
anáfora conceptual (González Ruiz, 2008; Llamas, 2010) o etiqueta del discurso (López, 2014), entre
otras. En este trabajo de ha seleccionado el término etiqueta discursiva para referirse a un mecanismo
* San José, Costa Rica. Universidad de Costa Rica. Profesora catedrática, doctora. Correo electrónico:
patricia.guillen@ucr.ac.cr, ORCID: https://orcid.org/0000-0002-6250-0575
DOI: https://doi.org/10.15517/rk.v48i1.59668
Recepción: 22/3/2023 Aceptación: 13/6/2023
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cohesivo de encapsulación mediante el cual se recupera el contenido de segmentos discursivos
previos a través de sintagmas nominales(Izquierdo y González, 2013, p. 151), por lo tanto, implica
acudir a determinado fragmento discursivo para interpretar el referente en cuestión.
Este tipo de anáfora se concibe como una manifestación de la cohesión textual en tanto que
constituye un medio para lograr la continuidad discursiva a partir de la contextualización de cada
nueva cláusula en el discurso precedente, de manera que recupera información previa con el fin de
situar la nueva. Mediante esta recuperación se construye la continuidad informativa y, por lo tanto, la
progresión temática necesaria para que el hablante pueda seguir el hilo del discurso (Álvarez de Mon
y Rego, 1999).
En el caso particular de las anáforas que se agrupan dentro del término etiqueta discursiva,
se enfatizan tres propiedades del encapsulador: introduce nuevos referentes, marca el inicio de
unidades discursivas y asume una función argumentativo-persuasiva. El rmino “etiqueta” alude
puntualmente a que pone nombre al contenido del fragmento que sintetiza o encapsula (López
Samaniego, 2011).
El uso de las etiquetas discursivas ha sido estudiado en géneros académicos escritos, entre
ellos, el artículo de investigación (Gray, 2010; Jiang y Hyland, 2017) y la tesis (Charles, 2007), así
como en géneros orales que incluyen conferencias, clases universitarias y conversaciones entre
estudiantes (Swales, 2001). En particular, el estudio de la capacidad de las etiquetas discursivas para
actuar como estrategia velada de persuasión se ha basado sobre todo en el análisis de géneros
periodísticos (Borreguero, 2006; Llamas, 2010; Izquierdo y González, 2013).
También se ha estudiado la variación en el uso de las etiquetas discursivas en las modalidades
escrita y oral en el ámbito académico-científico. López (2017), a partir de la comparación de diez
comunicaciones de congreso y diez artículos publicados en actas o en revistas especializadas, todos
derivados de estas comunicaciones, concluye que los patrones de aparición de las etiquetas dependen
considerablemente de la modalidad comunicativa del discurso y, además, plantea que algunos
encapsuladores se vinculan estrechamente con determinados patrones. Por ejemplo, el patrón nominal
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especificativo (el hecho de que…) es mucho más frecuente en las publicaciones científicas que en las
comunicaciones orales, mientras que el patrón atributivo (el hecho es que…) predomina en el discurso
oral. Estos resultados, de acuerdo con la autora, evidencian una estrecha relación entre léxico y
gramática discursiva.
Se cuenta, además, con trabajos de tipo contrastivo que han explorado las diferencias entre el
uso de encapsuladores en español y en inglés en el discurso académico-científico (Álvarez de Mon y
Rego, 1999), o bien, que contrastan sus usos en las modalidades escrita y oral en inglés (Flowerdew,
2006; Flowerdew y Forest, 2015). Para la presente investigación, resultan de particular interés los
resultados obtenidos por Flowerdew y Forest (2015, p. 103), quienes constatan la preferencia de
nombres de significado más general e inespecífico como cosa, punto, cuestión o idea en el discurso
oral en inglés. Estos autores corroboran así una tendencia que ya había sido señalada por Swales
(2001), la cual responde, en términos generales, a la menor planificación que suele asociarse con las
modalidades orales.
En el ámbito de la enseñanza de la lengua, Duque (2020) se refiere al interés que han suscitado
los encapsuladores en el estudio del inglés como lengua extranjera. Por el contrario, indica el autor,
la investigación en español se ha centrado en el uso de estas unidades por parte de hablantes nativos,
fundamentalmente en los registros periodístico, político y académico, razón por la cual los estudios
en corpus de hablantes de español L2 han sido escasos y marginales.
1
Señala, además, que aun cuando
la coherencia y la cohesión forman parte de los contenidos evaluados al determinar el nivel de
dominio del español L2, el análisis de estas propiedades textuales se ha centrado en el estudio de los
marcadores y ha dejado de lado otro tipo de unidades discursivas.
1
Al respecto, el estudio de Pešková (2020), si bien no está enfocado en el uso de encapsuladores, representa un
aporte valioso, en tanto explora las relaciones anafóricas en las producciones escritas en español como lengua
extranjera de estudiantes universitarios checos. Más recientemente, Duque (2022b) estudia la dimensión
referencial y conectiva de la encapsulación anafórica pronominal en textos de aprendices adolescentes de
español como L2 a partir de cuatro subcorpus (escritores adolescentes y adultos, nativos y aprendices). Se hará
alusión nuevamente a ambos estudios en la discusión de los resultados de la presente investigación.
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A partir de la necesidad de indagar más sobre el uso de las etiquetas discursivas en español
L2, en la presente investigación se estudia su rendimiento funcional en el discurso oral. Para ello, en
primer lugar, se lleva a cabo una caracterización de este tipo de anáforas. Posteriormente, se describe
la metodología utilizada. A continuación, se presenta el análisis cuantitativo y cualitativo de las
muestras obtenidas a partir de un corpus de discurso oral extraído de 5 clases de español L2 grabadas
en audio. Finalmente, se discuten los resultados del análisis realizado y se exponen las respectivas
conclusiones.
2. Las anáforas léxicas
Las anáforas léxicas están constituidas por una expresión anafórica o anáforo y un referente
textual. De acuerdo con Cuenca (2010), es posible establecer una distinción entre anáforas léxicas y
anáforas gramaticales precisamente a partir de la categoría gramatical del anáforo. Así, las anáforas
léxicas están constituidas por sintagmas nominales, mientras que las gramaticales por pronombres.
Por otra parte, si la diferencia se establece con base en el tipo de referente (Duque, 2022a),
las anáforas pueden ser correferenciales, cuando sustituyen a un sintagma nominal, y proposicionales,
cuando implican “una relación de equivalencia difusa con una idea o contenido proposicional
presentado en el contexto discursivo precedente” (Duque, 2020, p. 857). Mientras las anáforas
correferenciales se manifiestan a través de sinónimos y repetición, las proposicionales lo hacen a
través de etiquetas discursivas y pronombres neutros. En este punto conviene señalar que la presente
investigación se centra en el estudio de las anáforas proposicionales o, como se conoce también en la
literatura sobre el tema, el proceso de encapsulación anafórica (Parodi y Burdiles, 2016, 2019).
Dentro de la categoría de las anáforas proposicionales, nos interesan particularmente las
denominadas etiquetas discursivas, que López (2015, p. 435) define como “sintagmas nominales
anafóricos que tienen como núcleo un nombre abstracto y que se emplean para condensar el contenido
de un segmento discursivo”.
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Desde el punto de vista semántico, las etiquetas discursivas denotan entidades de segundo o
de tercer orden (Conte, 1991; González Ruiz, 2008; López, 2011; Duque, 2020).
2
Las entidades de
segundo orden corresponden a eventos, procesos o circunstancias que se localizan en el tiempo y en
el espacio, mientras que las de tercer orden corresponden a entidades abstractas que aluden a actitudes
(esperanza, creencia, juicio, sospecha) y a los actos de habla (Izquierdo y González, 2013). El hecho
de que las etiquetas se utilicen para referirse a este tipo de entidades hace notar el carácter abstracto
de su significado y de su referente. Este último, de acuerdo con López (2011, p. 305), suele ser una
entidad abstracta que posee naturaleza predicativa y presenta una extensión muy variable (una frase,
un párrafo o todo un fragmento textual). El anáforo, por su parte, condensa, resume o redefine la idea
expresada en el referente (Peña, 2004, 2006).
Además de remarcar la naturaleza abstracta del referente, Conte (1991, p. 2) señala que la
interpretación de este en relación con la etiqueta discursiva involucra un trabajo activo por parte del
hablante, en el que intervienen procesos cognitivos que requieren asociación, elaboración y
construcción del contenido al que se alude, sobre todo considerando que el referente puede aparecer
sin estar lo suficientemente delimitado. Al respecto, Francis (1994) y López (2011) proponen que las
etiquetas o encapsuladores funcionan a modo de activadores y delimitadores del referente. Por lo
tanto, tal como plantean Izquierdo y González (2013):
El procesamiento de etiquetas discursivas implica activar informaciones y fuentes de
conocimiento de diferente índole: la interpretación de la etiqueta exige acudir no solo a la
memoria a corto plazo, cuya fuente de información es en este caso el cotexto lingüístico
encapsulado, sino también al conocimiento enciclopédico ubicado en la memoria a largo
plazo (p. 153).
2
De acuerdo con Lyons (1980, p. 387), las entidades de primer orden corresponden a las de menor grado de
abstracción, esto es, a los objetos físicos concretos. No obstante, López (2011) llama la atención en cuanto a
que sustantivos como cosa, aun cuando denotan entidades de primer orden, también pueden constituir el núcleo
de etiquetas discursivas, al tratarse de “nombres generales” que conllevan cierto grado de abstracción.
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La activación de estas informaciones y fuentes de conocimiento se manifiesta en la
categorización y nueva conceptualización del contenido al que hace se hace referencia, lo cual
distingue las etiquetas discursivas de otros mecanismos de encapsulación tales como las proformas o
las nominalizaciones, ya que mediante estos mecanismos únicamente suele repetirse el significado de
un verbo precedente (v. Zuloaga, 2018). Por esta razón, en el caso de las etiquetas, se habla de una
función retrospectiva, en tanto recuperan información anterior, y de una función prospectiva, debido
a que replantean el contenido y permiten avanzar en el discurso. Además, permiten incorporar el
punto de vista del hablante y condicionar así la interpretación de sus enunciados, no solo mediante
evaluaciones de tipo axiológico emotivo, sino también a través de la modalidad epistémica, la
modalidad deóntica y distintas valoraciones relacionadas con el grado de expectabilidad
(información conocida o novedosa), o bien, con la relevancia informativa que se le atribuye al
contenido encapsulado (Izquierdo y González, 2013, p. 15).
De forma general, se puede afirmar que las etiquetas cumplen dos funciones discursivas
(Duque, 2020, pp. 864-865): la evaluación de la entidad discursiva a la que se refieren o encapsulan
(…) y la conexión entre el segmento discursivo que retoman y el segmento discursivo en el que se
insertan. Esta conexión, tal como proponen Parodi y Burdiles (2016, 2019), Montolío (2013) y Recio
et al. (2021) involucra la coherencia referencial, ya que se condensa o resume el contenido anterior,
y la coherencia relacional, dado que se abre paso a nueva información. López (2014, p. 267), por su
parte, plantea que las etiquetas cumplen una función textual cohesiva, en tanto ponen en relación el
miembro encapsulado y el encapsulador, y una función pragmático-cognitiva, por cuanto “guían al
interlocutor sobre el modo en que debe interpretar el miembro encapsulado”.
La función evaluativa o valorativa de las etiquetas es quizás la más señalada en la literatura
sobre el tema. Esta función les proporciona una propiedad que las distingue de otros tipos de anáfora
léxica y consiste en que pueden expresar “(…) the speaker or writer’s attitude or stance towards,
viewpoint on, or feelings about the entities or propositions that he or she is talking about” (Thompson
y Hunston, 2000, p. 5).
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Es importante considerar que la evaluación puede estar codificada en el propio sustantivo, en
alguno de sus modificadores, o bien, en ambos (Francis, 1994). También conviene señalar que no
solo la semántica propia del sustantivo o de sus modificadores interviene en una valoración, sino
también el cotexto, que implica distintas asociaciones a nivel sintagmático, y el contexto, que
involucra la situación comunicativa real.
Al abordar la función evaluativa de las etiquetas discursivas, resulta de utilidad la distinción
que plantea Yamasaki (2008) entre evaluación explícita y evaluación implícita. Mientras que en la
primera se realiza una aserción directa, en la segunda la valoración se asume como compartida, es
decir, se da por sentado que el interlocutor la acepta y la avala. De acuerdo con Izquierdo y González
(2013), las etiquetas discursivas son mucho más productivas para introducir evaluaciones implícitas.
Una vez expuestas las características de las anáforas léxicas y de las etiquetas discursivas en
particular, a continuación se expone la metodología utilizada para su análisis.
3. Metodología
En esta investigación se estudia el uso de las etiquetas discursivas en el discurso oral de
hablantes de español L2, las cuales corresponden a “sintagmas nominales anafóricos que tienen como
núcleo un nombre de significado abstracto que condensa sintetiza el contenido de un segmento
discursivo de diversa amplitud y complejidad conceptual” (Izquierdo y González, 2013, p. 159).
3.1. Corpus
Las etiquetas discursivas se identifican y analizan en un corpus de 5 clases de español L2
grabadas en audio. En cada una de estas clases se realizó una actividad comunicativa plural, que, de
acuerdo con la tipología de actividades propuesta por Moreno (2011), presenta las siguientes
características:
- Los participantes establecen turnos de palabra: indican que quieren hablar, toman y ceden
la palabra.
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- Los participantes cambian de modalidad según sus intenciones: enunciación,
interrogación o negación, por ejemplo.
- Los participantes utilizan recursos verbales y no verbales propios de la oralidad.
Puntualmente, la actividad de interacción oral se planteó a partir de preguntas de opinión
sobre temas variados. Están preguntas fueron preparadas por los profesores con anterioridad y, una
vez comenzada la clase, se asignaban a distintos estudiantes. En cuanto el estudiante a quien se
asignaba la pregunta comenzaba su participación, los demás estudiantes intervenían voluntariamente,
ya fuera para apoyar o refutar argumentos.
Con el fin de facilitar la comparación entre las muestras, se seleccionaron 5 grabaciones en
las que, en la medida de lo posible, la participación de los hablantes fuera equilibrada y, sobre todo,
que no estuviera recargada en el profesor del curso, de manera que este solo interviniera para dirigir
y guiar la actividad.
Además, en vista de que nuestro interés radicaba en obtener la mayor cantidad de discurso a
partir de las intervenciones de los participantes para luego proceder con la identificación y el análisis
de las etiquetas discursivas, se procedió a analizar la producción oral desarrollada durante toda
actividad comunicativa plural, por lo cual la duración de las grabaciones varía entre 35 y 50 minutos.
Se estableció que en cada una de las 5 clases intervinieran oralmente al menos 2 hablantes de
español L2 de nivel C1 de acuerdo con el Marco común europeo de referencia para las lenguas (en
adelante, MCER). La selección del nivel se basó en que el uso de las etiquetas, como se describió en
el apartado anterior (2), está asociado con el discurso argumentativo y, al respecto, en el nivel C1 el
hablante:
Defiende una postura sobre una cuestión compleja, formulando los elementos de la
argumentación con precisión y recurriendo al énfasis con eficacia. Desarrolla de forma
sistemática un argumento lingüísticamente bien estructurado, teniendo en cuenta la
perspectiva del/la interlocutor/a, destacando los elementos importantes, aportando ejemplos
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para apoyar su postura y cerrando la intervención con una conclusión adecuada (MCER,
2001, p. 80).
Es importante señalar, además, que el Plan Curricular del Instituto Cervantes (2006), si bien
no se refiere al fenómeno de la encapsulación anafórica propiamente dicho, incluye el estudio de
recursos cohesivos léxico-semánticos que implican calificaciones valorativas en el nivel C1 (sección
Tácticas y estrategias pragmáticas, apartado 1.1. Mantenimiento del referente y del hilo discursivo).
En la Tabla 1 se caracterizan las grabaciones que conformaron el corpus:
Tabla 1
Corpus
Número de
grabación
Tiempo en
minutos
Participantes
1
48
3 hablantes no nativos
1 L1 inglés, 1 L1 alemán, 1 L1 japonés
Nivel de competencia en español C1
1 hablante nativo
2
50
4 hablantes no nativos
2 L1 inglés, 2 L1 alemán
Nivel de competencia en español C1
1 hablante nativo
3
35
2 hablantes no nativos
2 L1 inglés
Nivel de competencia en español C1
1 hablante nativo
4
50
3 hablantes no nativos
2 L1 inglés, 1 L1 alemán
Nivel de competencia en español C1
1 hablante nativo
5
38
3 hablantes no nativos
3 L1 inglés,
Nivel de competencia en español C1
1 hablante nativo
3.2. Transcripción
Cada fragmento extraído del corpus incluye los siguientes códigos:
- La letra mayúscula F y el número de fragmento discursivo (1, 2, 3, etc.).
- HNN (hablante no nativo) y número de hablante.
- P (profesor) y número de profesor. En total participaron 5 profesores, todos hablantes
nativos de español.
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Además, en cada ejemplo la etiqueta se resalta en negrita y se subraya el segmento discursivo
del que depende su interpretación (referente).
La trascripción se presenta en ortografía estándar y se utilizan los siguientes signos de
transcripción, siguiendo la propuesta de Briz (2000):
: Cambio de hablante.
A: Intervención de un hablante identificado como A.
- Reinicios y autointerrupciones sin pausa.
/ Pausa corta, inferior al medio segundo.
// Pausa entre medio segundo y un segundo.
(RISAS) Cuando aparecen en los enunciados.
aa Alargamientos vocálicos.
nn Alargamientos consonánticos.
¿ ? Interrogaciones. También para los apéndices del tipo ¿no?, ¿eh?
Con el fin de ejemplificar los criterios anteriores, a continuación, se presenta un fragmento
sujeto a análisis:
F1 HNN7: (RISAS) si los grupos atacan habitantes normales para ellos
no importa la ideología de estos grupos / pero también España
fue importante para el gobierno
P2: okey / ¿y cómo termina ese conflicto?
Como se aprecia en F1, la etiqueta “ese conflicto” corresponde a un sintagma nominal que
retoma, resume y valora el contenido proposicional del fragmento subrayado mediante el sustantivo
“conflicto”.
3.3. Procedimiento de análisis
Si bien el estudio se centró en el análisis de las etiquetas discursivas, en los resultados también
se hace referencia al uso de los encapsuladores pronominales, que se diferencian de los nominales
por cuanto no recurren a sustantivos abstractos para encapsular o etiquetar, sino a pronombres neutros
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(Duque, 2022b). Además, se registran las formas nominales denominadas proformas (por ejemplo,
“cosa”), con el fin de determinar su frecuencia en relación con las etiquetas discursivas.
En el caso de las etiquetas, se registraron los sintagmas nominales anafóricos conformados
por un determinante definido o indefinido
3
(artículo definido o indefinido, demostrativo, posesivo),
un sustantivo que incluye el contenido de otro elemento del texto circundante y, en ocasiones, algún
modificador que complementa el nombre (un adjetivo, una cláusula de relativo, por ejemplo).
Como señala López (2017), la identificación de los encapsuladores nominales en este tipo de
corpus requiere revisión manual, por lo que en esta investigación se llevó a cabo una selección manual
de los encapsuladores y luego se procedió con su codificación mediante el programa NVivo, con el
fin de facilitar la búsqueda posterior de los ejemplos.
Una vez delimitada la lista final de encapsuladores presentes en el corpus, se procedió a
revisarlas con detalle y se identificaron las etiquetas discursivas, así como las anáforas gramaticales
y las proformas que implicaban contenidos proposicionales, con el fin de contrastar su frecuencia de
aparición.
4. Resultados del análisis
El análisis se llevó a cabo considerando particularmente los casos en los que el anáforo o
unidad anafórica resume y valora el contenido proposicional del fragmento al que hace referencia.
No obstante, con el fin de dar cuenta de otros tipos de anáforas, también se registraron las ocurrencias
que Izquierdo y González (2013) denominan “valorativamente neutras”, en tanto resumen el
contenido proposicional del enunciado de una forma que puede considerarse neutra u objetiva.
Asimismo, se incluyen las anáforas gramaticales y las proformas que retoman contenidos
proposicionales.
3
Esta decisión se tomó considerando la propuesta de Izquierdo y González (2013), quienes señalan que existen
casos de sintagmas nominales indefinidos en los que se infiere una relación anafórica con un elemento anterior,
por ejemplo, “un preocupante fiasco” o “un resultado que enerva”.
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Seguidamente se presenta la Tabla 2, que incluye las distintas unidades anafóricas todas
ellas con un referente de carácter proposicional registradas en cada una de las 5 grabaciones. Se
presenta el pronombre eso en primer lugar dado que corresponde al anáforo más utilizado. Las
restantes unidades anafóricas se presentan de acuerdo con su orden de aparición en el corpus.
Tabla 2
Unidades anafóricas registradas en cada grabación
Grabación 1
Cantidad de veces
por hablante
Total
HNN1
HNN2
P1
4
2
3
9
HNN3
HNN1
1
1
2
Grabación 2
HNN5
HNN6
HNN7
P2
1
3
1
3
8
P2
1
1
HNN6
2
2
HNN6
2
2
HNN6
1
1
HNN6
1
1
HNN6
1
1
HNN7
1
1
HNN7
1
1
Grabación 3
HNN8
P3
3
8
11
P3
1
1
HNN8
HNN9
4
2
6
Grabación 4
P4
HNN10
HNN11
7
3
2
12
P4
1
1
P4
1
1
HNN11
1
1
HNN10
1
1
HNN11
1
1
HNN11
2
2
Grabación 5
HNN14
P5
HNN15
3
5
1
9
HNN13
1
1
HNN14
P5
1
1
2
HNN14
1
1
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Tal como se indicó anteriormente, el pronombre eso es el anáforo más utilizado en cada una
de las grabaciones. Aparece en construcciones como la siguiente, en las que, cumple una función
procedimental, en tanto se limita a identificar un referente complejo o abstracto y, dado que se trata
de una anáfora encapsuladora, de percibirlo como una entidad discursiva unitaria” (López, 2011,
p.404):
F2 HNN2: Creo que está bien / un voto para que la gente pueda
hacer una decisión en la / en la explotación de
petróleo / no tengo problema con eso.
Al respecto, conviene señalar que, de acuerdo con Martín (2018), los estudios de corpus de
habla nativa evidencian el uso frecuente de este pronombre con valor anafórico en la conversación
coloquial. En el caso del español como segunda lengua, y para la modalidad escrita, Duque (2022b)
determina que eso es el encapsulador nominal no marcado, en tanto que es el más frecuente en el
análisis que realiza a partir del corpus CEDEL2.
En la Tabla 3 se presenta su porcentaje de uso en relación con otras unidades anafóricas:
Tabla 3
Uso del pronombre eso en comparación con otras unidades anafóricas
Grabaciones
Anáforos
Porcentaje de
uso
Grabación 1
Eso
81.8 %
Etiquetas discursivas
18.2 %
Grabación 2
Eso
44.4 %
Otros pronombres
22.2 %
Etiquetas discursivas
33.3 %
Grabación 3
Eso
61.1 %
Otros pronombres
38.9 %
Grabación 4
Eso
63.1 %
Otros pronombres
5.2 %
Proformas
15.8 %
Etiquetas discursivas
15.8 %
Grabación 5
Eso
69.2 %
Proformas
7.7 %
Etiquetas discursivas
23.1 %
Total
Eso
62 %
Otros pronombres
15 %
Proformas
5%
Etiquetas discursivas
18 %
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Así, del total de los 79 anáforos que intervienen en anáforas de tipo proposicional, 49 (62 %)
corresponden al pronombre eso, 12 a otros pronombres (15 %), 4 a proformas (5 %) y 14 a etiquetas
discursivas (18 %).
Como se ha señalado a lo largo de este trabajo, el análisis se centró en el uso de la anáfora
léxica denominada etiqueta discursiva, es decir, aquella cuyo cleo es un sustantivo que presenta
una clara preferencia por acompañarse de un determinante y que se relaciona con el discurso
argumentativo de distintas formas. Por ejemplo, favorece las transiciones que van desde la
presentación de detalles hasta la generalización, o bien, desde la descripción de hechos y eventos a la
evaluación de los mismos.
En este sentido, cabe destacar que las etiquetas discursivas corresponden al segundo tipo de
anáfora utilizado en el corpus, después de la anáfora gramatical que se realiza a través del pronombre
“eso”. El tercer y cuarto lugar lo ocupan otros pronombres y ciertas proformas, respectivamente.
En cuanto a la estructura de las etiquetas identificadas y a sus funciones discursivas, el análisis
cualitativo permitió determinar lo siguiente:
Las etiquetas aparecen insertas en los siguientes patrones gramaticales: determinante +
etiqueta discursiva y ser + modificador + etiqueta discursiva.
El patrón atributivo corresponde únicamente a dos apariciones que corren por cuenta
de uno de los profesores (hablante nativo del español) y se presentan en el siguiente fragmento:
F3 HNN10: / pero para era cómica pero una mezcla de cosas
buenas y malas porque sí es posible que la película no
necesite Iván / pero su personaje está muy importante
porque no hay una prueba sobre los papeles de
mujer en las películas/
P4: ¿recuerda el nombre de esa prueba?
HNN10: Bechdel / y es cuando dos mujeres / aah / que
tienen papeles hablan juntos sin mencionar un
hombre y es una prueba muy básica de lo importante
- de la importancia de incluir mujeres importantes e
independientes en las películas / es muy básico pero
no si este película la pasa o no porque todo el
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tiempo las mujeres hablan mucho pero toda la
película sobre hombres /
P4: eran 9 películas y de esas nueve películas solo una era
con personajes femeninos principales / Little women
mujercitas / y de esas el resto de películas la coreana
pasaba el test solo dos películas pasaron el test
Bechtel que mencionó // lo mínimo que tiene que ser
una película es que tenga dos personajes femeninos
que hablen entre ellas y que no hablen de temas que
sean de relaciones con hombres
HNN10: mjú
P4: okey y en 2020 eso es difícil así que / o sea es difícil
que una película haga eso de nueve películas
nominadas / eeeh / 7 no 7 o pasan el test entonces es
muy interesante lo que menciona porque la película /
a pesar de ser mujeres son todo en torno a hombres es
una buena - muy interesante crítica
HNN10: nunca hablan de mujeres /
P4: muy interesante es muy buena observación
/bueno //
HNN12: pues creo que en esta época es no hay muchas
películas sobre los sentimientos de las mujeres
porque hay muchas mujeres no actúan películas / pues
/ principalmente solo sentimientos
P4: mmm // por eso está bien algo nuevo/ yo pienso
que esa es la razón por la que yo / digamos / la
película todavía es muy / o sea / muy como icónica
por ejemplo en España celebraron los treinta años en
el 2018 // e incluso hay un video en Vogue que
hicieron sobre la moda por la ropa los trajes
En el fragmento anterior, la encapsulación o etiquetado retoma la idea que ha ido reiterándose
en los segmentos anteriores: en la película en torno a la cual gira la actividad comunicativa de la clase,
las protagonistas son mujeres, pero siempre hablan de hombres. En este caso, resulta difícil subrayar
un segmento puntual al que haga referencia la etiqueta. Este referente puede determinarse únicamente
a partir del enlace entre las distintas intervenciones de los hablantes P4 y HNN10. Así, “una buena /
muy interesante crítica” y “muy buena observación” resumen y valoran el contenido proposicional
de esta parte de discurso. En relación con este punto, es importante señalar que la posición antepuesta
del adjetivo puede indicar una valoración subjetiva (Demonte, 1999, p. 193) y esasociada con
contenido de naturaleza evaluativa (Real Academia Española, 2010, p. 256).
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Desde una perspectiva informativa, conviene retomar que las etiquetas discursivas pueden
ser utilizadas para indicar cambio de tópico (Francis, 1994; Schmid, 2000). En el ejemplo, este
cambio se ve reforzado por el marcador discursivo bueno, que suele cumplir esta función (cf. Briz,
2000).
Por último, el ejemplo evidencia que el referente no siempre está delimitado claramente en el
discurso, sino que tiene que ser reconstruido por el interlocutor, lo cual, de acuerdo con Conte (1991),
le otorga a la anáfora léxica o encapsulación anafórica una naturaleza pragmática.
Retomando la estructura de las etiquetas identificadas en el corpus, se constata que el patrón
determinante + etiqueta discursiva es el más común, pues se utiliza en 10 de las 12 ocurrencias.
Este patrón cumple mayormente una función metadiscursiva (López, 2011), en tanto refiere
a una actividad propia del lenguaje (pregunta, tema, afirmación). Al respecto, Duque (2020) apunta
que uno de los sustantivos que suele conformar este tipo de etiquetas es “situación”, dado que puede
utilizarse para referirse a un sinfín de contenidos. En el corpus sujeto a análisis, se producen 5
ocurrencias de este sustantivo como etiqueta discursiva, las 5 por parte de hablantes no nativos: en 4
casos junto al demostrativo “esa” y en un caso junto al demostrativo “esta”:
F4 HHN1: Si tus vecinos te invitan a ti y a tu esposo a ver una
película en su casa / sorpresivamente se convierte en
una película porno ¿Te quedarías a verla?
HHN3: no (RISAS)
HNN1 tal vez un poco incómodo va a salir corriendo
HNN2: no (RISAS)
HNN1: tengo dolor de cabeza
HNN3: yo no puedo imaginar esa situación (RISAS)
HNN2: si tu papá tiene una amante tu mamá no se ha dado cuenta /
¿lo delatarías?
HNN3: no porque no es mi problema no
HNN2: tengo esa situación con mi mamá
F5 HNN6: el promedio de hijos durante esta época era como 5 o
6 hijos cada mujer y ahora es como dos o tres
entonces tiene mucho más poder de su cuerpo ahora
que puede influir en cuántos hijos quiere /entonces
esta situación o esta parte ha mejorado pero todavía
hay otras partes en la lucha de mujeres o el feminismo
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que es - está en una situación mejor especialmente en
esta época
En el último ejemplo, el hablante alterna el grupo nominal “esta situación con “esta parte”.
El patrón determinante + etiqueta discursiva también aparece con una función valorativa.
Esta función se evidencia en el siguiente fragmento, en el que la etiqueta no solo retoma y valora
información anterior, sino que la orienta informativamente:
F6 HNN13: un periódico dice que Costa Rica tendría un potencial
equivalente a doscientos setenta mil millones dólares
en producción de hidroeléctricas // y según estudios
citados / se dice/ además el país ahorraría entre como
mil millones dólares y dos mil millones al año en
compra de petróleo/ esta bonanza permitiría
solventar el déficit fiscal actual y dina- dinamizar la
economía / sí
Mediante la valoración, que implica, a su vez, determinada orientación informativa, la
etiqueta apoya el argumento a favor de la exploración y explotación de petróleo en Costa Rica e
introduce más argumentos. De esta manera, la valoración se combina con otros lexemas y otras
construcciones presentes en el referente y ocurre lo que Izquierdo y González (2013, p. 175)
denominan “isotopía semántica de relevancia argumentativa”.
Aunque se suele afirmar que la distancia o la competencia entre posibles referentes está
relacionada con la tendencia de los hablantes a seleccionar un pronombre (“ello”, “eso”) cuando el
referente es más accesible, y a inclinarse por una anáfora léxica cuando este es s difícil de
recuperar, en el fragmento anterior no se evidencia esta premisa, pues la etiqueta valora la
información inmediatamente anterior y, a partir de esta valoración, introduce nuevos argumentos a
favor de la posición que asume el hablante. En este sentido, se comparte el criterio de Bernárdez
(1995, p. 173) en cuanto a que la motivación para emplear una anáfora léxica puede responder sea a
la voluntad de recuperar un referente insuficientemente activado en la memoria del destinatario, sea
al deseo de añadir una valoración sobre la proposición anterior.
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Por último, los resultados van en la misma línea de los obtenidos por Pešková (2020) a partir
del análisis de la producción escrita en español como segunda lengua de estudiantes checos: el
empleo de anáforas conceptuales (término equivalente, en este caso, al de etiquetas discursivas) es
esporádico.
5. Conclusiones
Los resultados evidencian que las etiquetas discursivas que suponen una valoración del
referente son poco utilizadas en el discurso oral de los hablantes de español L2, así como en el de los
hablantes nativos participantes (profesores).
De forma general, la anáfora proposicional más frecuente en el corpus analizado es la que
utiliza pronombres neutros, en particular, el pronombre eso. Aunque también se identificó el uso de
proformas y otros pronombres, la suma de ocurrencias de estos dos últimos mecanismos es menor
con respecto al número de etiquetas discursivas utilizadas.
Como señala Cornish (1999), el uso de la anáfora léxica implica un esfuerzo interpretativo
durante la co-construcción del discurso, lo que explicaría que los hablantes se hayan inclinado por el
uso de pronombres neutros, ya que funcionalmente también recuperan referentes de contenido
proposicional. Así, mientras que el uso de etiquetas discursivas implica situar y elaborar
construcciones nominales para resumir, retomar, orientar o valorar un fragmento textual que puede
ser de diversa extensión y complejidad conceptual (un sintagma, parte de una oración, una oración o
más de una, todo un párrafo o varios, incluso discontinuos, según González Ruiz, 2008), los
pronombres, si bien de forma menos precisa, rescatan el contenido proposicional y permiten continuar
con el discurso.
En esta línea, Duque (2020) plantea que el predominio de los pronombres demostrativos en
detrimento de las etiquetas de discurso está relacionado con el grado de dificultad que implica la
selección de un nombre o grupo nominal que, por su significado, sea adecuado para recuperar el
referente pretendido. Flowerdew (2008), por su parte, concluye que otra limitación relacionada con
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el uso de etiquetas se presenta cuando la elección es adecuada pero los aprendices utilizan un
repertorio muy limitado y repetitivo basado en nombres comodín, por ejemplo, “situación”,
“problema”. Esta limitación también se confirma en nuestro estudio.
Así, aun cuando los ejemplos extraídos del corpus permiten confirmar la presencia de
anáforas léxicas mediante las cuales no solamente se retoma el referente, sino que se incorpora un
punto de vista y se reorienta la información nueva a través del uso de un nombre o grupo nominal que
recoge alguno (s) de los rasgos del referente, su número es muy bajo en comparación con otros
recursos anafóricos.
Si bien tanto las anáforas gramaticales como las léxicas mantienen cadenas referenciales y,
por ello, constituyen un recurso fundamental tanto de repetición como de progresión, en el caso del
aprendizaje del español, señala Peña (2004), conviene enfatizar la importancia de promover el uso de
anáforas léxicas, pues, “la anáfora léxica activa dispositivos relacionados no sólo con un saber
lingüístico, sino con un conocimiento del mundo más general que incluye obviamente mecanismos
cognitivos de representación” (p. 1).
En este sentido, coincidimos con Duque (2020) y Duque et al (2019) en apuntar que
convendría entonces abordar el estudio de los encapsuladores nominales mediante la enseñanza
explícita del proceso de construcción del discurso: cuál es el encapsulador que mejor reformula o
empaqueta la información anterior, qentidades encapsula y a través de qué tipo de encapsulador,
cuál es la información que continúa, con qué cadenas referenciales temáticas avanza la información,
etc. Al respecto, cabe mencionar la correlación positiva entre las calificaciones obtenidas por los
aprendices y el uso de etiquetas discursivas, identificada por Flowerdew (2006).
A diferencia del estudio de Petch-Tyson (2000) sobre el uso de etiquetas discursivas en corpus
de aprendices de inglés, en el cual concluye que la frecuencia de etiquetas en textos escritos por
aprendices es inferior a la de textos producidos por hablantes nativos de esa lengua, en la presente
investigación el discurso oral de los hablantes nativos, en este caso, profesores de español L2, no se
destaca por un mayor uso de etiquetas.
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Así, los resultados muestran que tanto los hablantes de español L2 como los hablantes nativos
utilizan mayormente los pronombres neutros “eso” y “esto”. De acuerdo con González Ruiz (2008),
esta tendencia se explica, en el caso del español L2, de la siguiente manera “a los estudiantes les
resulta más fácil utilizar proformas pronominales neutras que una anáfora conceptual o recapitulativa:
la selección de un sustantivo anafórico apropiado exige tener una buena competencia xica” (p. 250).
La relación entre el uso de etiquetas discursivas y la competencia léxica cobra especial
importancia por cuanto, como apunta Duque (2020), los pronombres neutros presentan un alcance
más limitado que las etiquetas, lo que puede incidir de forma negativa en la construcción del discurso
no solo desde el punto de vista estilístico, sino también comunicativo, puesto que se podría generar
ambigüedad en la recuperación referencial. Por lo tanto, se remarca la necesidad de estudiar de forma
explícita el uso de las etiquetas como mecanismo cohesivo, ya que para evitar la ambigüedad y lograr
establecer las relaciones apropiadas entre las distintas partes que conforman el discurso, los hablantes
y sus interlocutores deben actualizar el significado de las etiquetas recurriendo al cotexto y al
contexto.
Considerando que en la presente investigación se confirma la preferencia por el uso del
pronombre neutro “eso” para hacer referencia a contenidos proposicionales previos, coincidimos con
la recomendación de Duque (2016) de proponer actividades en el aula de español L2 que propicien
que el aprendiz tome conciencia de las diferentes posibilidades de las que dispone la lengua para
realizar una conexión textual concreta.
Esta toma de conciencia resulta particularmente importante cuando se parte de la premisa de
que el género clase es una manifestación de la denominada oralidad secundaria, en tanto constituye
un discurso formal con cierto grado de planificación (Ong, 1996). En este género discursivo se
esperaría, entonces, que el uso de encapsuladores nominales fuera similar al que se presenta en
géneros escritos (Flowerdew y Forest, 2015, p. 100). No obstante, mediante los resultados de la
presente investigación se concluye que, si los hablantes pueden lograr una comunicación efectiva
utilizando un pronombre, el uso de etiquetas se vuelve marginal aun en discursos en los que se
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esperaría una mayor planificación y, por lo tanto, una mayor precisión xica. Por esta razón, el
tratamiento explícito de las etiquetas discursivas como recurso cohesivo en el discurso oral surge
como una necesidad en el ámbito del español L2 en contextos académicos.
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