Káñina, Rev. Artes y Letras, Univ. de Costa Rica XLVIII (3) (Setiembre-Diciembre) 2024: 1-35/ISSNe: 2215-2636
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en distribución complementaria con el mapudungun en función del carácter mutuamente excluyente
de sus respectivos valores indiciales.
4. El paisaje rural: recorriendo el hinterland
En relación con el paisaje lingüístico rural, los datos que consignamos a continuación
provienen de la observación y registro del paisaje lingüístico de unos 1000 kilómetros de vías de
tránsito no urbanas extendidas entre Bahía Blanca y distintas localidades del radio circundante,
distantes de ella no más de 200 kilómetros y ubicadas en el partido homónimo y en los de Coronel
Dorrego, Coronel Pringles, Coronel Rosales, Coronel Suárez, Monte Hermoso, Saavedra, Tornquist y
Villarino, en el sudoeste bonaerense, así como en el lindante partido de Tres Arroyos, de la región
sudeste (v. i.a. Scavone, 2015, p. 17). El número indicado se distribuyó en unos 500 kilómetros de
tránsito sobre rutas nacionales (RN 3 «Comandante Luis Piedrabuena» Norte, RN 3 «Vieja» y RN 33
«Ruta del Desierto Dr. Adolfo Alsina»), 400 kilómetros sobre rutas provinciales (RP 51, RP 67, RP
72, RP 76, RP 78, RP 85, RP 113 y RP 229) y 100 kilómetros sobre accesos, desde las rutas citadas, a
diversos pueblos, ciudades y centros turísticos: Aparicio, Arroyo Corto, Bajo Hondo, Cascada
Cifuentes, Coronel Dorrego, Coronel Pringles, Cura Malal, Dufaur, El Perdido, Fortín Mercedes, La
Salada, Micaela Cascallares, Pueblo Santa María, Saavedra, Tornquist —y su balneario Parque
Norte—, Reta, Villa del Mar y Villa Ventana.
A diferencia de las producciones lingüísticas registradas en el paisaje urbano, la amplia
mayoría de las observables en las vías de circulación transitadas en el espacio rural derivan de la
agencia oficial, en coincidencia con lo observado en España por Fernández Juncal (2019, p. 51). Esas
producciones top-down se orientan a la demarcación del espacio y el ordenamiento de la circulación,
como en el paisaje urbano, y suelen contener nombres propios: por un lado, los nombres de cursos
hídricos, elevaciones orográficas y otros sitios de importancia se exhiben de modo próximo a ellos y,
por otro lado, los nombres de localidades tanto se visibilizan en sus caminos de acceso como en los
carteles de señalización (como el que muestra la Figura 8) que indican la distancia que se debe
recorrer para llegar a cada una, por lo que se reiteran en diversas ubicaciones. Sin embargo, el paisaje
rural difiere en este aspecto del paisaje urbano en al menos dos sentidos: por un lado, la instancia