Káñina, Rev. Artes y Letras, Univ. de Costa Rica XLVIII (3) (Setiembre-Diciembre) 2024: 1-33/ISSNe: 2215-2636
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de la historia que El reino de este mundo cuenta, sino, exclusivamente, de la astuta y
originalísima manera con que el narrador cuenta la novela (p. 237).
El texto es, sin lugar a duda, literario antes que histórico y el mejor respaldo de esta
afirmación es la presencia de lo maravilloso en el texto. El propio Carpentier, en el prólogo de la
novela, la calificó de «sucesión de hechos extraordinarios» (Padura, 2002, p. 274). La
independencia de Haití, con todo lo que implicó tanto antes como después de su realización, es el
eje del relato. Efectivamente, los hechos extraordinarios se suceden a lo largo de las páginas, a
partir del momento en que Mackandal pierde un brazo entre los engranajes del trapiche e,
imposibilitado para realizar trabajos más pesados, está destinado a cuidar del ganado. Con mucho
más tiempo libre, el esclavo se da al estudio de las plantas y sus propiedades venenosas, asistido por
la Mamán Loi, suerte de sabia que vive apartada y posee extraños poderes. Ti Noel, personaje cuya
perspectiva es utilizada a lo largo de los primeros capítulos, contempla cómo la anciana en una
ocasión:
Respondiendo a una orden misteriosa, corrió a la cocina, hundiendo los brazos en una olla
llena de aceite hirviente. Ti Noel observó que su cara reflejaba una tersa indiferencia, y, lo
que era más raro, que sus brazos, al ser sacados del aceite, no tenían ampollas ni huellas de
quemaduras, a pesar del horroroso sonido de fritura que se había escuchado un poco antes.
Como Mackandal parecía aceptar el hecho con la más absoluta calma, Ti Noel hizo
esfuerzos por ocultar su asombro (Carpentier, 2000, p. 21).
Ti Noel había escuchado hablar a Mackandal y a Mamán Loi sobre animales con
descendencia humana, de hombres con poderes licantrópicos y de mujeres que rugían de noche tras
haber sido violadas por grandes felinos. Sin embargo, es tras el evento del aceite que el narrador
llama «bruja» a la anciana. Lo insólito entra al texto a través de ella, aunque sus conocimientos se
utilizan en la trama con fines prácticos y precisos, pues Mackandal, tras desaparecer de la hacienda
de su amo, Lenormand de Mezy, y ser ubicado por Ti Noel en una gruta apartada, inicia un proceso
de progresivo envenenamiento de los animales de las haciendas, cuyos amos no tardan en caer