Káñina, Rev. Artes y Letras, Univ. de Costa Rica XLIX (1) (Enero-Abril, publicación continua) 2025: 1-24.
ISSN: 0378-0473 ISSNe: 2215-2636
4
peruanidad, etc., es un singular abstracto que alcanza al menos dos significados: uno derivado de su
adjetivación, es decir, cuando es utilizado para describir los rasgos característicos de lo venezolano,
y otro relacionado con su sustantivación, o lo que es lo mismo decir, cuando es utilizado como
sinónimo para nombrar lo venezolano. De esta forma, descubrimos además que la palabra
«venezolano» es un sustantivo general concreto que nombra a un sujeto u objeto existente, idealmente
relacionado con Venezuela, mientras que la «venezolanidad» es un singular abstracto que puede ser
utilizado tanto para la caracterización de lo venezolano, como para nombrar lo relacionado con él.
Ahora, resulta claro que el debate sobre el significado de los gentilicios no se agota en su
expresión exclusivamente lingüística o tropológica. En cambio, al hablar sobre la venezolanidad, este
signo tan singular que adjetiva y sustantiva a su vez, nos vemos obligados a adentrarnos en el terreno
fértil de las discusiones filosóficas, pues ¿de qué otro modo podríamos responder de dónde provienen
estas características que son asociadas al ser venezolano entonces? ¿Es que acaso podríamos
aventurarnos a intentar asegurar que se trata de un regalo de la naturaleza? Más aun ¿nos atreveríamos
a argumentar de algún modo que estos rasgos que son adjetivados o nombrados a través de la
venezolanidad son esenciales u ontológicos del ser? Al respecto, como bien demuestra Sambarino
(1980) en su investigación, lo cierto es que los caracteres que son enumerados a través de singulares
abstractos como la venezolanidad son siempre un conjunto de caracteres históricos y culturales
construidos por el hombre en sociedad, por lo tanto, hablamos de caracteres que son tanto dinámicos,
como movibles a través del tiempo.
En otras palabras, el concepto de venezolanidad no contiene, ni puede contener, ningún
contenido ontológico referido a rasgos naturales inamovibles del «ser» venezolano, simplemente
porque no existe ninguna característica sociohistórica-cultural que pueda ser heredada naturalmente.
Lo que significa, entre otras cosas, que no existe un motivo válido para aceptar la definición de
identidad de quienes, ante la pregunta de por qué los venezolanos son de una determinada manera,
solo alcanzan a responder con frases tautológicas del tipo «es porque los venezolanos son (somos)