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Ciencias Naturales
diferencias estadísticas solo para el bioensayo que
se extendió por seis días, siendo T2 el que presentó
mejores resultados. Además, el análisis histológico
demostró ser el mejor parámetro para medir el
efecto inmunoestimulante, donde T1 y T2 mostraron
los mejores resultados (Peña-Navarro, 2012).
Por otro lado, es importante aclarar que las
bacterias probióticas ocupan espacio y demandan
nutrientes, lo cual reduce las posibilidades de
colonización y desarrollo de otros microorganismos
que sean patógenos o puedan convertirse en nocivos
(Sotomayor y Balcázar, 2003).
García-Bernal et al. (2020) indicaron que la
aplicación de probióticos y medicamentos
homeopáticos disminuyó la concentración de
Vibrio spp, tanto en el agua de cultivo como en
hepatopáncreas del camarón juvenil L. vannamei,
mediante cinco grupos experimentales: dos con
cepas probióticas de Streptomyces spp. RL8 (T1) y
N7 (T2), uno con productos homeopáticos a partir
de bacterias patógenas [ViP-7C+VIA-7C] (T3), otro
con medicamentos homeopáticos para humanos
control (T5). Además, se registraron diferencias
camarones tratados con T1, T2 y T3, con respecto
al control (T5) (García-Bernal et al., 2020).
Se evaluó el efecto antagónico de las cepas
probióticas Ili (Vibrio alginolyticus), P62 y P63 (Vibrio
sp.) y P64 (Bacillus sp.), al someterlas a una prueba
de inhibición in vitro con Vibrios patógenos (Vibrio
harveyi E22, V.vulnificus S2 y V. parahaemolyticus
PA2). Los resultados mostraron que las mezclas P63-
Ili, P62-P64 y P62-P63-Ili presentaron porcentajes de
inhibición mayores al 50%, es decir, tienen potencial
aplicación para el control de Vibrios patógenos en
los sistemas acuícolas (Sotomayor y Balcázar, 2003).
A pesar de que la utilización de probióticos es una
alternativa prometedora, Noor-Uddin et al. (2015)
investigaron las propiedades de resistencia a los
antimicrobianos de siete probióticos usados en el
cultivo de camarones. Los resultados mostraron
que solo 6 de 60 aislamientos fueron resistentes
a más de cuatro antimicrobianos. Además, no se
conocen estructuras asociadas con la transferencia
horizontal de genes, es decir, las cepas bacterianas
probióticas parecen contribuir con tipos y
cantidades muy limitadas de genes de resistencia en
comparación con las especies bacterianas naturales
en los ambientes acuícolas (Noor-Uddin et al., 2015).
Por otra parte, en México, se transformó la cepa
E. coli BL21
recombinantes PirA y PirB, las cuales sirvieron como
blanco para seleccionar fragmentos de anticuerpos
que se unen a la toxina mediante la técnica de
despliegue de fagos (Trujillo-García, 2016). Luego, el
mismo autor indica que la mortalidad en camarones,
retados con V. parahaemolyticus, disminuyó 25% a
las 24h y 56% a las 48h al emplear los fagos-scFv
anti-PirA y anti-PirB, que se seleccionaron mediante
dos rondas de bioselección evaluadas por ELISA, es
decir, se reduce la mortalidad en el camarón porque,
los anticuerpos desplegados en fagos reconocen y
Existen reportes que indican que la toxina PirA
de V. parahaemolitycus puede ser utilizada como
inmunoestimulante, ella tiene un tamaño de 13 kDa
y una similitud entre 28%-35% con las proteínas
PirA encontradas en Photorhabdus luminescens,
P. asymbiotica, Xenorhabdus doucetiae y Yersinia
intermedia (Han et al., 2015; Lee et al., 2015).
Campa-Córdova et al. (2017) realizaron un estudio
en México que comprendió los siguientes grupos
experimentales con L. vannamei: (i) control no
infectado (solo agua de mar), (ii) administración
por V. parahaemolyticus y (iii) control infectado por
V. parahaemolyticus. Los resultados señalaron que el
control no infectado y los grupos tratados con rPirA
obtuvieron una mortalidad promedio de 1,66%,
mientras que el grupo no tratado con rPirA, pero
V. parahaemolyticus, tuvo una tasa
de mortalidad del 48,33%.