Resumen
Lo que reflexionaremos en este texto va en contra de lo que el estudio de las relaciones étnico-raciales en la educación en Brasil ha demostrado en los últimos años, es decir, no hay posibilidad de construcción de conocimiento si no se tiene una postura militante y comprometida. Esta postura no es nada nueva en las ciencias de la educación o en ciencias sociales. Se verá a través del análisis bibliográfico cómo pensadores e investigadores militantes y comprometidos nos demuestran que el conocimiento se produce en la militancia y en el compromiso. Esta última afirmación, muy polémica en el ámbito académico, quiere discutir con la idea hegemónica de que para ser científico y objetivo, el individuo que se involucra con la producción de conocimiento, solo lo hará si se plantea como sujeto epistémico, mensajero de una forma precisa de investigar, armado con conceptos que lo conducen a la acción sobre la experiencia sensible y en la explicación como seguridad de objetividad del conocimiento producido, como el que produce verdades y significados para la sociedad. Sin embargo, como se verá en este argumento, también epistémico, los individuos productores de conocimiento son movilizados por una inquietud intelectual, que tiene origen en la realidad concreta en que están implicados. La discusión aquí presentada puede ser igualmente situada en lo que Freire (1987) dice sobre el hecho de que la cultura no puede ser quitada del individuo, pues él solo existe porque la cultura le es constitutiva. Este individuo de cultura es su propio productor. Implicado en su realidad, este individuo no tiene cómo ser objetivado para fuera de sí mismo.