Universidad de Costa Rica - Sede de Occidente
Revista Pensamiento Actual - Vol 21 - No. 36 2021
ISSN Impreso: 1409-0112 ISSN Electrónico 2215-3586
Cultura y Pensamiento
Período Junio - Noviembre 2021
139.
- 158.
DOI: 10.15517/PA.V21I36.47021
Andrés Solano-Fallas
139
Los pótos según los malecus: identidad y aliciente moral, desde una visión
estereotipada
The potoes according to the malecu people: identity and moral incentive, from a stereotyped point of
view
Andrés Solano-Fallas1
Fecha de recepción: 6-3-20
Fecha de aprobación: 8-3-21
Resumen
El artículo tiene por objetivo dilucidar cómo la figura de los indígenas pótos, según su versión estereotipada en las pláticas ma-
lecus, contribuyó a la conformación de la identidad del endogrupo, y a su vez, fungió como aliciente moral. En lo que respecta a
la configuración de la identidad, se exponen cinco estereotipos clave (de belleza, de intelectualidad, emocional, sobre conducta
laboriosa, y sobre conducta sexual) que los malecus concibieron de los pótos, en orden a explicar cómo estos presuponen la ima-
gen que el endogrupo tenía de sí. En cuanto al aliciente moral, se desarrolla cómo la visión sobre los pótos, implicó el rechazo de
ciertas prácticas consideradas negativas que un malecu no debería ejercer, como también el reconocimiento de otras a seguir.
Palabras clave: malecus, pótos (póto maráma), estereotipos, identidad, aliciente moral
Abstract
The aim of this paper is to elucidate how the figure of indigenous pótoes, according to their stereotyped account in the malecu
narrative, contributed to the conformation of the in-group’s identity, and at the same time, it worked as moral incentive. Regar-
ding to the identity configuration, it’s exposed five key stereotypes (on beauty, on intellectuality, on emotions, about laborious
conduct, and sexual conduct) that the malecu conceived about the pótoes, in order to explain how these presuppose the image
that the in-group had on themselves. As to the moral incentive, it develops how the visualization about the pótoes, implied the
rejection of some practices considered negative that a malecu should not perform, as well as the acknowledgement to follow others.
Key words: malecu (people), pótoes (póto maráma), stereotypes, identity, moral incentive
1
Magíster en Filosofía. Docente en la Universidad de Costa Rica, Sede del Pacífico y Escuela de Estudios Generales, Costa Rica. Tutor en
la Universidad Estatal a Distancia, Costa Rica. Cátedra Filosofía de la Educación. Correo electrónico: sadsunsea@gmail.com
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I. Introducción
hectáreas (27.43 Km cuadrados) (Guevara-Víquez, 2011).
Aunque este sea el área total del territorio, solamente
Los malecu(s), cuyo nombre significa “nuestra gente”
600 hectáreas (6 Km cuadrados) es “aproximadamente
(ma-, nuestro/a; lecu, gente/persona), es un pueblo
lo que está en control de la población indígena” (Guevara-
indo-costarricense, perteneciente a la familia chibcha.
Víquez, 2011, p. 24). Asimismo, de los varios palenques
Actualmente se encuentran en el norte del país, en el
que existieron, en el presente hay tres: El Sol, Margarita
distrito de San Rafael, del cantón de Guatuso, de la
y Tonjibe. En lo concerniente a la población, de acuerdo al
provincia de Alajuela, en lo que ellos mismos denominan
Censo 2011 (INEC, 2013), es cercana a las 500 personas;
“Territorio Malecu”, o bien, “Reserva Indígena de los
de las cuales casi todas viven en el Territorio Malecu,
Guatusos”, de acuerdo a la oficialidad estatal costarricense,
junto con unas 900 personas no-indígenas. Conservan su
según su creación en 1976. A mediados del siglo XIX, su
idioma, aunque no toda la población es bilingüe; además,
antiguo territorio posiblemente alcanzó 110000 hectáreas
existen variantes entre cada palenque. No obstante, se
(1100 Km cuadrados)2, coincidiendo en gran parte con
halla en un estado de decrecimiento, ya que “se encuentran
el área de la cuenca del Río Frío; en el cual había por lo
adultos con una competencia únicamente receptiva en
menos 17 palenques3, con una población que posiblemente
malecu o con una competencia activa reducida, niños y
rondaba entre las 1500 a 2000 personas (Castillo, 2005a
jóvenes con diferentes grados de competencia pasiva y
y 2005b). No obstante, múltiples situaciones -como el
productiva y ya no sobreviven sujetos monolingües en
sometimiento a esclavitud y casi-exterminio por parte de
malecu” (Sánchez-Avendaño, 2011, p. 88).4
los huleros nicaragüenses (1868-1900); y las posteriores
migraciones internas a la zona, entre otras- provocó la
Apuntado lo anterior, en este artículo se explica cómo la
drástica pérdida de tierras.
identidad del malecu antiguo5 se conformaba a partir de
la visión estereotipada que tenía de su coetáneo indígena,
Cuando se crea la “Reserva”, fue con un área de 2994
el póto6, y a su vez, como dicha visión le servía como
hectáreas (29.94 Km cuadrados), empero, en 1977,
aliciente moral. Para ello se ha seleccionado como obra
mediante decreto ejecutivo, se reduce la extensión a 2743
principal las “Pláticas de botos” (en Constenla-Umaña
2
Sobre este dato, deseo rectificar un error humano cometido en Solano-Fallas (2019 p.40; y 2018: p.3). Después de indicar las 2994
hectáreas del Territorio Malecu, reconocidas por parte del Estado costarricense, procedí a apuntar que el territorio histórico fue mucho más
extenso, ya que alcanzaba las 1100 hectáreas. Claramente puede apreciarse el error, por cuanto que la segunda cifra es menor a la primera. En
vez de “1100 hectáreas”, debe leerse correctamente “110000 hectáreas”.
3
El término “palenque” remite a un asentamiento multifamiliar, usualmente ubicado en la margen de algún río. Estos palenques estaban
conformados por cuatro o cinco casas-ranchos grandes, a pocos metros de distancia entre cada una. En cada casa-rancho, “vivía una familia
extendida compuesta por cuatro o cinco familias nucleares, cuyos miembros estaban emparentados entre sí por lazos de parentesco o matrimonio,
y que en conjunto podían sumar unas 30 personas. De esta forma la población de un palenque podía oscilar entre los 90 y 120 habitantes”
(Castillo, 2005a, p.80). Cada casa-rancho estaba construida sobre un plano rectangular o cuadrado, con un techo de dos vertientes, hecho de
hojas de palma, y sin paredes (Castillo, 2005a, p. 80; Guevara-Berger y Chacón-Castro, 1992, p. 104). Hoy día, el término se utiliza de manera
general para referirse a las comunidades que actualmente existen en el Territorio Malecu, debido a que los lugares habitacionales dejaron de
ser ranchos. En el presente son casas unifamiliares, pequeñas, de concreto o madera, y techo de zinc, a raíz de una política de vivienda del
Estado costarricense a partir de 1963 (Guevara-Berger y Chacón-Castro, 1992, p. 104).
4
El párrafo anterior y el presente, junto a las notas aclaratorias que contienen, están tomados íntegramente de Solano-Fallas (2019b), por
cuanto que la finalidad es meramente informativa: presentar y aclarar al público que no está familiarizado con este pueblo indígena, quienes
eran los malecus, y cuál fue el devenir de su territorio. Por ello, no considero necesario tener que reescribir lo anterior, ya que en esos dos
párrafos se sintetiza la información necesaria para tener una noción de los malecus.
5
Sobre la diferenciación de “antigüedad” y “actualidad” de la cultura malecu, verse la Nota #1 en Solano-Fallas (2018, p.19-20). Para un
estudio más detallado, remitirse a Sánchez-Avendaño (2015).
6
A este grupo indígena se le denomina en español como “bóto” o “vóto”, dado a que así se les conoció a partir de la Colonia (Constenla-
Umaña, 2014, p.10). En malecu, el término para este exogrupo es “póto” (en singular; y “póto maráma” en plural). Se ha preferido mantener
el vocablo en malecu, con su debida castellanización cuando se le plurifica, aunque a veces se alterna con la traducción malecu.
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e Ibarra-Rojas, 2014) que consisten en una serie de 8
finalidad consiste en que el malecu desestima algunos
textos que narran cómo eran concebidos los pótos (póto
comportamientos considerados impropios -aunque
maráma), algunos de los cuales muestran encuentros
como se expone, en algunos casos eran recurrentes a
(sexuales o agresivos) entre ambos grupos. De manera
realizarlos-, pero también se le reconoce conductas que
secundaria se toma en consideración las descripciones
deberían ser seguidas por el endogrupo en cuestión -si
del póto presentes en Pláticas sobre ogros (Constenla-
bien, algunas no eran ejercidas-.
Umaña, 2014), que si bien los ogros tendían a victimizar
con preferencia a los pótos, tales prácticas no ahondan
Sobre la citación, se opta por seguir la manera en que
demasiado en caracterizar demasiado a este grupo
Constenla-Umaña los editó, en vez de utilizar APA, debido
indígena, sino que presuponen su concepción7. Ambas
a que permite ubicar los pasajes fácil y puntualmente. En
series de textos, valga señalar, tiene como marca indeleble
“Pláticas de bótos” los textos I, II, III, V, parcialmente el
estereotipos fuertemente arraigados en su imaginario, lo
VII, y el VIII están enumerados con números romanos, y
que sin duda presenta una versión distorsionada de los
las líneas con números arábigos. Por ejemplo, VIII, 10-11,
póto maráma, pero que contribuyeron a la configuración
remite al texto número ocho, líneas 10 a la 11. No obstante,
de la identidad malecu, dado que “los estereotipos cubren
debido al deterioro de salud de Constenla-Umaña -quien
una amplia zona de las creencias sociales y tienen una
finalmente falleció-, este le encargó la publicación a
función de primer orden en la construcción de la identidad
Ibarra-Rojas, pero sin finalizar la numeración arábiga
social” (González-Gabaldón, 1999, p.79).
en los siguientes textos: IV, VI y parcialmente el VII, por
lo que no cuentan con líneas numeradas. Para paliar esta
El artículo se compone básicamente de dos partes que
situación, se recurrió en estos textos señalar el número
remiten a cada tema: la identidad y el aliciente moral.
romano del texto en cuestión, y de la página en la que
En cuanto al primero, se inicia explicando cómo era
aparece la línea que se desea citar o referir. Por ejemplo,
concebido el póto, centrándose en por lo menos cinco
VI, p.143. A excepción de este lamentable inconveniente,
grandes estereotipos presentes en los textos, a saber,
cualquier otra serie de textos malecus que se refiera en
estereotipo de belleza, estereotipo intelectual, estereotipo
este artículo si cuenta con la citación de números romanos
emocional, estereotipo sobre conducta laboriosa y
y arábigos.
estereotipo sexual. Acto seguido, se desarrolla cómo a
partir de estos cinco estereotipos el malecu antiguo se
II. Contexto narrativo e histórico de las
concebía a sí mismo, dado que la figura del póto reúne
pláticas
aquellos rasgos que el malecu rechazaba o simplemente
no se identificaba. En la medida que se realice esto, se
Brevemente, los póto maráma eran seres pequeños, de
muestran otras características que resultan ser propias
los cuales se decían que no crecían mucho (I, 72; II, 13;
de los malecus, pero trataron de obviar o negar mediante
VI, p.143; VII, p.147), que incluso se podían confundir con
la visión peyorativa de los pótos. Respecto al segundo
duendes por su baja estatura (I, 72). Según las pláticas,
tema, se procede a explicar cómo la caracterización
fueron creados en la primera creación por Cabecera del
del póto implica una serie de estímulos morales, cuya
río Nharíne, por lo que eran congéneres de los malecus,
7
Si bien estos son los “textos base de trabajo” para el artículo, debe apuntarse que en orden a comprender tanto el contexto de las tramas
narrativas contenidas en los dos ciclos narrativos indicados, como también el universo malecu en general, se requiere del apoyo de otras
narraciones que le son vinculantes: Constenla-Umaña 1992, 1993, 1996, 2011a; Galante-Marcos, sin año, A; J.E.P Margarita-IETSAY 2000; y
Mejía-Marín 1994.
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y estos los consideraban humanos, aunque deficientes8.
estos se convirtieron en sus víctimas preferenciales, por lo
De acuerdo a Ibarra-Rojas (en Constenla-Umaña e Ibarra-
que este Dios tomó la decisión de exiliarlos finalmente de
Rojas, 2014, p.114), en el siglo XVI los pótos vivían en las
ahí. Finalmente, gracias al relativo buen comportamiento
tierras más cercanas al Lago de Nicaragua y al río San
de los pótos, Nharíne hizo que tuvieran una buena muerte,
Juan, pasando por el río Frío y llegando a pasar el río
antes de enviar el cataclismo que destruyó a la primera
Sarapiquí. Según Constenla-Umaña (2014, p.135; nota
humanidad, por el mal comportamiento de los malecus.
#2), en el recuerdo del endogrupo, como se transluce en
En la segunda creación, los póto maráma no volvieron
las pláticas, los malecus parecen acordarse de ellos como
a ser creados9.
vecinos específicamente de la zona circundante al curso
inferior del río Frío, dado que ese era el lugar a donde
III. Configurador de identidad10
fueron a dar los ogros, cuando estos fueron primeramente
exiliados por Nharíne del territorio malecu, el cual se
El grupo indígena de los póto maráma, según están
encontraba entre el curso superior y medio del río Frío.
representados por los dos ciclos de pláticas, tenía la
Debido a que Nharíne reubicó a los ogros en territorio póto,
función social de ser un medio por el cual los malecus
8
El ciclo cosmogónico que narra tanto la venida de los Dioses (tocú maráma) al mundo, sus dos creaciones, y otras peripecias, tales como
la obtención del fuego, y el odio a la humanidad por parte de la Diosa que habita en la Cabecera del río Aóre, se encuentran en Laca Majifijica
(Transformación de la Tierra), editada por Constenla-Umaña (1993). Debido a que dicha obra no se ha vuelto a publicar, lo que implica que sea
de difícil acceso, puede remitirse a Solano-Fallas (2016) para ver una reseña sobre los aspectos cosmológicamente relevantes.
En cuanto a los nombres de los Dioses que aparecen en las distintas pláticas, como a los que se utilizan en este artículo, cabe comentar que no
revelan el verdadero nombre de la divinidad, sino el lugar en el que moran, dado que no estaba permitido mencionar sus nombres reales. Por
ejemplo, el Dios principal vive en la Cabecera de río Nharíne, pero por abreviación se referirá a este, y cualquier otro Dios/a, solamente por el
nombre del río en malecu.
Valga señalar que Nharíne fue el encargado de crear casi todo: en la primera vez, fue por votación unánime, ya que los demás Dioses decidieron
que el primero que había llegado al mundo se encargase de tal labor; en la segunda vez, fue él otra vez, porque su excompañera sentimental
y madre de su hija, la Diosa Aóre, le había instigado a que destruyese la humanidad, a lo cual Nharíne había finalmente aceptado, siempre y
cuando, ella crease todo, pero no pudo, por lo que él tuvo que asumir la labor.
9
Casi todos los textos coinciden en que no fueron creados nuevamente después del gran cataclismo, sin embargo, existen unos textos que
indican lo contrario. En la nota #18 del presente artículo, abordo este punto.
10
El tema de la identidad es un asunto complejo y de amplia discusión en el ámbito académico. A pesar de que existen varias posturas,
tiende a moverse por lo menos entre dos grandes enfoques, el esencialista y el constructivista, cayendo a veces en un dualismo académico.
En líneas muy generales, en el primer enfoque hay variantes en que las identidades “aparecen como un mero reflejo de un listado de rasgos
culturales objetivos compartidos, desde otras aparecen como una expectativa que busca explicar lo que la gente hace o debiera hacer en base
a quienes son o a qué cultura pertenecen” (Briones, citada en Quintana-Monge, 2016, p. 47). En otras palabras, no se toma en consideración el
efecto o influencia, o causalidad de otras acciones y eventos, e incluso la propia voluntariedad del ser humano, conduciendo a la impresión de
que hay cierta naturalidad e inmutabilidad en el contenido de la auto-denominación.
Por su parte, el segundo enfoque si toma en cuenta efectos, influencias, la voluntad de la persona, otros procesos de socializaciones y relaciones
de poder en la conformación de la identidad. Esta noción de “conformación” da a entender que no es algo fijo, sino “un proceso abierto y ambiguo”
(Quintana-Monge, 2016, p. 48), dada la dinamicidad de la vida social y sus múltiples espacios de actuación, en la que las personas entablan
variadas relaciones, varias de ellas mediadas o condicionadas según el entramado de poder en que se encuentre la persona. Por consiguiente,
acorde a Quintana-Monge (2016), en este enfoque no hay una sola identidad, sino múltiples, y jerarquizadas.
En el caso que nos compete, según se avance en la lectura, podrá notarse que, de acuerdo a los textos seleccionados, el malecu mantenía una
visión esencialista de sí, en la que condicionaba su existencia, auto-denominación y adscripción al grupo si se cumplían ciertas características,
o bien, si no se compartían aquellas características estereotipadas que atribuyeron a los pótos. No obstante, tal identidad está indefectiblemente
atravesada o conformada por las relaciones que sostuvieron con los pótos, debido a que las prácticas y maneras de ser de este grupo indígena,
como se podrá apreciar en el artículo, fueron una condicionante para la identidad del malecu.
Por ello, sin necesidad de caer en el dualismo antes mencionado, es mi consideración de que ciertamente hay auto-percepciones del endogrupo
que son necesarias para atribuirse una pertenencia y ciertas cualidades para auto-denominarse y diferenciarse de otros grupos. No obstante, es
mi postura que tal tipo de identificación, también está mediada por lo expuesto de la postura constructivista, dado que la identidad es gradual,
no es estática, es aditiva, y están mediadas por procesos de (auto)descripción y adscripción (Weydt en Sánchez-Avendaño, 2015, p. 17-18). Como
apunta Sen, la cuestión está en tener cuidado de la “filiación singular”, es decir, suponer “que cualquier persona pertenece especialmente, para
todos los propósitos prácticos, a una sola colectividad —ni más, ni menos—” (2007, p. 45).
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se configuraban su propia identidad, a partir de la
Estereotipo de belleza. De acuerdo con lo que se desprende
representación negativa que hacían de los pótos. A
de los ciclos narrativos, la belleza era considerada como
diferencia de otras figuras como los ogros (muerra
una cualidad natural, por lo que no se podía apelar a
maráma) que representaban lo gravemente negativo,
que lo bello no era más que simplemente un criterio
entendido en términos de daño, violación, muerte y
subjetivo social13. Esto implica que el malecu se definió
falta de acatamiento a las reglas divinas, es decir, como
a sí mismo como un ser bello en contraposición al
“lo malo”11, los pótos se convirtieron para los malecus
póto, pero enfatizando que estas diferencias no eran
en una figura que reunía estereotipos negativos con los
subjetivas a la visión que cada grupo podía tener de sí
cuales no se identificaban a sí mismos. Como toda función
mismo, sino porque eran rasgos objetivos. No obstante,
general del estereotipo, este consiste en atribuir a un
he considerado exponer la belleza no tanto como una idea
colectivo características que tienden a ser principalmente
que contribuye a configurar la identidad del malecu, sino
peyorativas, y en algunos casos, degradantes12.
como un estereotipo que da identidad, debido a que las
caracterizaciones que los malecus hicieron en sus pláticas,
Dichas características estereotipadas no solamente
fueron expuestas con burla implicando cierta denostación
conforman una manera de percibir al otro, sino que
hacia el póto.
a su vez sirven para diferenciarse tangencialmente
de tal colectivo, estableciendo para sí marcas o rasgos
En primer lugar, los póto maráma eran vistos con algunas
que se consideran propios (Cano-Gestoso, 1993, p.269;
partes corpulentas, sin decir que fuesen necesariamente
Casal-Madibeitia, 2005-6, p.137); a la vez que permite
gordos o siquiera regordetes. De los hombres, se limitan
supuestamente justificar ciertos tipos de tratos,
a decir que “eran panzoncillos” (VI, p.143); mientras que
usualmente adversos y desfavorables, que pueden escalar
con las mujeres enfatizaban en señalarlas como nalgonas
hasta actos violentos de diversa índole.
(II, 19-20; III, 63), lo que de algún modo parecía ser un
aspecto que se prestaba para la burla, debido a que los
Por tanto, el estereotipo llega a cumplir con la función
textos al mencionar que eran de nalgas grandes, lo hacen
de conformar -parcialmente- la identidad del grupo que
de tal manera que transmiten cierta jocosidad; máxime
genera tales características en el otro, en este caso, de
cuando se toma en cuenta que la narradora del texto III
los potos. Como se indicó, es en las “Pláticas de botos”
cuenta que su madre -quien le transmitió esta plática
en la que se encuentra principalmente la concepción
(III, 1-2 y 84-98)-, indicaba que a veces decían aspectos
peyorativa de los malecus respecto de los pótos, y en
negativos de los pótos porque ellos (los malecus) “por
menor medida en las Pláticas sobre ogros, dado que los
gusto suelen hablar así en son de broma” (III, 90); por
pótos eran víctimas preferenciales de los ogros. Esta
lo que se puede inferir que caracterizaciones, como las
apreciación negativa que los malecus construyeron en
nalgas grandes u otras partes, tendían a la mofa.
algún momento, se pueden agrupar en cinco grandes
estereotipos, según se exponen a continuación.
11
A este respecto, puede verse Solano-Fallas (2019b), que aborda de manera detallada la figura del ogro como representación de los aspectos
negativos (graves) con los que no se identificaba el malecu antiguo.
12
Dichas características pueden variar desde prejuicios hasta prácticas discriminatorias. En el caso de los prejuicios, pueden comprenderse
como concepciones que emiten juicios de valor en detrimento de la persona o grupo al cual van dirigidas. Tales juicios pueden ser distorsiones
de algún rasgo, práctica o hecho en particular, o bien no tener ningún vínculo real con la persona o colectivo. Por su parte, la discriminación
puede entenderse como la puesta en práctica de tales prejuicios, en el momento en que la persona o grupo que mantiene sus prejuicios, entabla
contacto con aquellos a quienes atribuye tales juicios. Claramente, tanto el prejuicio como la discriminación son temas complejos que en modo
alguno pretenden discutirse acá, sino solamente evocarlos para comprender la noción del estereotipo.
13
Si bien es mi postura que lo bello es un constructo social al cual se le pueden relacionar otros conceptos, según los parámetros axiológicos
que se posean en determinados momentos históricos (ver Eco y De Michele, 2010), en el presente trabajo expongo explicativamente la manera
en qué era concebida la belleza por los malecus.
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En segundo lugar, se acentuaba que los pótos hombres
los votos” (XIII, 31). Obsérvese que los apelativos eran
eran “medio feíllos” (III, 29), de las cuales las mujeres
utilizados de manera general y omniabarcante, por lo
tampoco eran una excepción, debido a que las
que desde la perspectiva de los malecus, todos los póto
consideraban igualmente “medio feíllas” (III, 62). Parece
maráma no podían no ser tontos. Algunos apelativos
que la idea de fealdad está ligada, parcialmente, a su
llegan a rayar en lo despreciativo, como llamarlos
corpulenticidad, debido a que el texto III después de que
“atolondrados”, “no muy listos”, mientras que otros
hace mención de que las mujeres son “medio feillas”,
pasan tal raya convirtiéndose en denigradores, como
indica: “y nalgudas nalgudas las mujeres” (III, 63).
cuando los catalogan de irremediablemente ignorantes
Fuera de lo regordete que está vinculado negativamente
por lo que no podían vivir de otra manera.
como un rasgo que hace que una persona no sea bella,
no se tiene más información en estas pláticas de que
Cabe recalcar que los malecus no se limitaron a
otro factor constituye la fealdad.
concebirlos como idiotas ignorantes, sino que su
estereotipo abarcó la ineptitud para que estos se
Sin embargo, en una ocasión admitían que las
valieran por sí mismos. Al ser ignorantes y no poder
mujeres eran de pechos bellos, cuando aluden a
dejarlo de ser, porque mentalmente ya tienen un
que “bellamente… se ungían las tetas con fruto de
problema intelectivo, de acuerdo a los textos V y VI,
matapalo” (II, 21), y que los hombres no eran tan feos,
los pótos recurrían al robo de semillas de cacao, maíz,
por cuanto que “se veían bien con sus taparrabos” (II,
estacas de yuca, cepas de plátano, pejibaye, guaba, entre
23). Por una parte, esto podría explicar porque no los
otras (V, 3, 14-18), y flechas (Texto VI) de los malecus,
consideraban categóricamente feos, sino “medio feíllos”;
porque supuestamente no podían conseguirlas
y otra, que evidencia el estereotipo ante ellos mismos,
las semillas y demás, ni fabricar las flechas por sí
por cuanto que las líneas 21 y 23 confronta el propio
mismos, lo cual despertaba la ira de los malecus, ya
estereotipo de belleza que los malecus conformaron
que los castigaban fuertemente mediante azotes (V,
en la figura de los pótos. Los catalogaban como seres
12; VI, p.143), e incluso llegaban a matarlos (V, 12). Sin
que eran naturalmente “feíllos”, pero se les filtró una
embargo, en una plática se llega a admitir que “[e]n
apreciación de belleza: reconocieron por un momento
efecto tenían de todo” (IV, p. 138), lo cual era un serio
que en belleza no son tan distintos al malecu, debido a
cuestionamiento a la noción prejuzgada que tenían
que tales líneas indican por lo menos algún sentimiento
del póto, debido a que “tener de todo” implica que
de atracción. Aun así, se insistía en hacer de lo “medio
efectivamente eran capaces de conseguirlo, lo que a su
feíllo” y lo corpulento de los pótos un estereotipo para
vez, valga señalar, presupone que no eran mentalmente
encasillarlos como distintos y convertirlos en objetos
deficientes. No obstante en las demás narraciones se
de burla, a partir de criterios de belleza, que conducían
insiste en proyectar el estereotipo. Por ejemplo, en
a configurar la autopercepción del malecu.
el texto VI se vuelve a señalar que “De todo tenían”
(VI, p. 143), pero seguidamente se indica que eran
Estereotipo intelectual. En términos generales se
“despistados”, lo cual parece ser un justificante para
concibe a los pótos como seres intelectualmente
concluir que “No tenían cacao”; es decir, en el texto el
inferiores, torpes, que no saben hacer gran cosa, según
malecu se estaba reafirmando a sí mismo que, a pesar
se puede inferir del siguiente listado de descripciones
de que los pótos se valiesen por su propia cuenta, eran
intelectivas negativas: “no eran muy listos” (I, 24),
unos ineficientes, y que por ello incurrían en el robo,
eran “atarantadillos” (II, 12), “eran ignorantes y como
porque no sabían hacer bien las cosas. Esta vacilación
tales vivían” (III, 16), “eran insensatos” (III, 10, 30), “no
de estar afirmando una concepción prejuiciosa y a la
razonaban bien” (IV, p.138), “eran atolondradillos” (IV,
vez asentir por breves instantes que no era cierto, no
p.140), “eran despistados” (V, p.143), y “no entendían
hacía más que manifestar ante el propio malecu su
mayor cosa,/ eran tontos” (VII, 5-6). Incluso en Pláticas
versión estereotipada del poto y el gran esfuerzo por
sobre ogros se expresaban “que… no… no… son listillos
creerla como verdadera, dado que los asentimientos
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de que efectivamente los potos “tenían de todo” sin
limitado y constreñido a lo experiencial día a día. Por otro
duda alguna cuestionaban la noción que se habían
lado, lo poco que sabía, no lo sabía bien, lo que conllevaba
conformado de este grupo indígena14.
a que no pudiese realizar bien las cosas por sí mismas,
como ya quedó claro con la siembra y la fabricación de
De manera similar, su percepción intelectual sobre los
flechas. Pero también se menciona que su capacidad de
pótos sirve de justificación para comprender que el póto
realizar hechizos era restringida, por no tener mucho
no habla bien el idioma malecu: “no hablaban bien,
conocimiento (II, 32-33), y porque Nharíne no quiso
pronunciaban bien… de otra manera, de otra manera las
transmitirles (II, 30).
cosas,/ hablaban… distinto y no se les entendía su habla;/
se dice que hablaban por la nariz, no podían articular
Estereotipo emocional. Los pótos son considerados como
bien” (I, 65-67; idea similar se repite en III, 35 y VI, p.
emocionalmente extraños, por cuanto que tendían a
143). Estas líneas presentan dos asuntos. En primer lugar,
alternar la risa, el llanto y el canto en momentos en
una persona debería -en principio- poder hablar bien,
que supuestamente las tres reacciones emocionales
porque es lo suficientemente inteligente para comprender
no deberían manifestarse, sino solamente una o bien
su propio idioma, empero, la idiotez se hace manifiesta
ninguna según convenga la situación. Por ejemplo, si un
incluso hasta en el habla. En segundo lugar, el hincapié
ogro les robaba la esposa (II, 15-16; V, 28-30) o si se les
que se hace en que el póto no habla bien el malecu,
moría un pariente (III, 20-25), se reían y luego lloraban, y
conduce a considerar que una persona se identifica con
después cantaban, y volvían otra vez a reír, llorar y cantar
el resto de su grupo en el tanto que es un hablante de
nuevamente, y así constantemente. En otros casos, en
propio idioma. Es decir, el estereotipo de “menso que
lugar de alternar el trío risa-llanto-canto, expresan una
no puede hablar bien”, implica que el hecho de hablar
emoción que no correspondía al momento, por ejemplo, “si
bien -entiéndase, tener conocimiento y dominio de su
la esposa se les escapaba con o… o… otro, en verdad no más
lenguaje- es un constitutivo de identidad. A pesar de que
se reían y se reían,/ ¡qué iban a saber!, no entendían” (I,
los pótos sean igual de humanos que los malecus, dado
26-27). La línea 27 es interesante, porque permite suponer
que Nharíne los creó al parecer conjuntamente (I, 2-3,
que el desbalance emocional con el que caracterizaban a
64-69; VII, p.147), el hecho de no poder comunicarse fluida
los pótos, se debía a la ineptitud mental que les nublaba
y plenamente en malecu se convierte en una diferencia
su capacidad cognitiva para poder discernir que eventos
identitaria infranqueable, cuya deficiencia comunicativa
requieren de risa o llanto o canto, o alguna otra emoción.
se explica en términos de incapacidad mental. Por lo que
Los malecus les reconocen que son seres que no pelean y
desde la perspectiva malecu, este estereotipo conlleva
que pasan cantando alegremente (II, 44-49), no obstante,
a que no basta tener el mismo creador, sino que es
les extraña sus reacciones emocionales. No las consideran
imperioso conocer el idioma15.
normales, lo que implica que una persona debe tener
control de sus emociones, sabiendo cuando es el momento
Aunado a lo anterior, la deficiencia intelectual se notaba
indicado para ejercerlas.
en que el póto, por un lado no era capaz de transmitir
conocimientos de una generación a otra (I, 25; VII, 4),
Estereotipo sobre conducta laboriosa. Existía un esfuerzo
de lo cual se infiere que su saber fuese extremadamente
en describir al póto como un ser dado a no trabajar mucho,
14
A este respecto, es interesante leer el comentario que realiza Eugenia Ibarra-Rojas a estas pláticas, debido a que desmiente la representación
del póto como tonto-ladronzuelo: “En síntesis, los indios botos practicaron la agricultura, la pesca, la cacería y la recolección. De acuerdo con la
información que brinda el conquistador español Marmolejo en 1563, eran capaces de producir para ellos y un poco más, que podían intercambiar,
además del oro al que tenían acceso” (Ibarra-Rojas en Constenla-Umaña e Ibarra-Rojas, 2014, p.157).
15
Desde una perspectiva etnohistórica (Ibarra-Rojas) y lingüística (Constenla-Umaña), resulta fácil comprender el posible origen de la
particularidad del estereotipo en relación al idioma “mal hablado” por parte de los pótos. Los pótos tenían la capacidad de hablar de manera
errónea el malecu, y de entenderlo a pesar de las confusiones, porque los pótos hablaban un idioma emparentado al malecu, y por tanto no
propiamente el malecu. El idioma que hablaban era el rama, el cual pertenecía, junto al malecu y posiblemente el huetar, a la familia vótica de
la estirpe chibchense nuclear (Constenla-Umaña, 2011, p.95; 2014, p.4; e Ibarra-Rojas en Constenla-Umaña e Ibarra-Rojas, 2014, p.114).
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sin catalogarlo como un vago sin remedio, pero tampoco
deducir someramente que tenían una vida sexual sin
de presentarlo como un ser excelsamente laborioso: “no
mucha restricción, sin caer en prácticas sexuales que
eran tan vagos los botos,/ en efecto trabajaban,/ en efecto
los Dioses (tocú maráma) detestaban en demasía, por
sembraban yuca,/ en efecto sembraban plátano,/ en
ejemplo, la homosexualidad y la incestuosidad, o peor aún
efecto hacían chicha,/ en efecto hacían chicha de plátano
-desde la perspectiva malecu tradicional- en la mezcla
verde ahumado” (II, 5-10). La visión que se configuraba el
de ambas, y aún más terrible, que fuesen a gran escala,
malecu del póto, confrontada con la realidad, lo obligaba
es decir, en orgías homosexuales incestuosas. Recuérdese
a aceptar que sin duda que el póto realizaba algunas
que la conducta sexual es uno de los puntos que los Dioses
labores agrícolas, cuando afirma expresamente que “en
exhortan constantemente a los malecus, por ejemplo en el
efecto eran trabajadores,/ en efecto sembraban cacao,/
Laca Majifijica, el segundo castigo se debió por relaciones
en efecto sembraban yuca” (III, 13-15). Empero, al ser
sexuales incestuosas lésbicas, y el tercer castigo, que es en
el otro diferente, le menoscababa parcialmente dicho
sí la transformación de la tierra, fue a causa de las orgías
mérito al comentar insistentemente en que a pesar de
incestuosas homosexuales en las que incurrieron tanto
poder sembrar, no era un gran trabajador, porque no se
hombres y mujeres. Asimismo, este aspecto vuelve a ser
dedicaba afanosamente al trabajo: “en efecto, trabajaban,
retomado en las Pláticas sobre ogros, en la que los malecus
sembraban yuca, pero poca solamente, sembraban cacao,
hacen del ogro un desenfrenado sexual, abusador, asesino
pero po… pero poco solamente” (VI, p.143). De este modo,
e incestuoso: rasgos que son utilizados para atribuir a
se conformaba la idea que, si bien admiten que los pótos
esos seres aquellas características con las que no se
sabían trabajar, a pesar de su pretendida deficiencia
identifican. Obsérvese que, a pesar de que los pótos son
mental, la razón por la cual no lo hacían parecería ser
estereotipados, no se llegó a exagerar ni proyectar en tales
más por un asunto de vagancia y pereza, cuando se vuelve
indígenas los rasgos que los propios malecus consideraban
a rematar que “[e]n efecto trabajaban, pero no… mucho”
negativamente perniciosos respecto de la conducta sexual,
(IV, p.138). Solamente en un texto, se llegó al extremo
como por ejemplo si se los atribuyeron a los ogros.
de aseverar que del todo no eran laboriosos, debido a
“que los botos no trabajaban,/ andaban en la selva no
De manera similar como ocurrió con el estereotipo de
más, se estaban echados en breñales” (I, 13-14), lo cual
la conducta laboriosa, los malecus no pudieron o no
da una idea de holgazanería en la que no hacían más
quisieron negar la realidad de la vida sexual de sus
que perder el tiempo. Este último texto es un indicador
congéneres humanos. Empero, ello no les impidió en
de la intención del malecu en hacer de ellos personas
presentarlos como seres con muchos deseos sexuales, a tal
del todo no trabajadoras, sin embargo, su estereotipo
punto que expresaron de que “[n]o tenían pudor” (III, 11),
es atenuado. A diferencia de los otros estereotipos en
que de acuerdo a Constenla-Umaña, quería decir que “[n]
que a “regañadientes” contradecían su propia noción
o les da pena ver o tener relaciones sexuales ante todo el
prejuiciosa, en este estereotipo no lograron o no quisieron
mundo” (en Constenla-Umaña e Ibarra-Rojas, 2014, p. 135;
negar la evidente realidad de que si hacían algo, por lo
nota #1). Esta impetuosidad sexual es llamativa, porque
que se limitaron a menoscabar parcialmente su actitud
los pótos no se limitaban a tener relaciones sexuales
laboriosa.
entre su propia gente, sino que al parecer seducían a los
malecus, ya que “con hombres de acá y acullá fornicaban
Estereotipo sobre conducta sexual. En términos generales
ellas,/ con mujeres de acá y acullá fornicaban ellos” (II,
los pótos fueron calificados como “muy fregados” (II, 2) o
36-38). Nótese que no dicen que fornicasen a la fuerza
“tremendos” (II, 65), lo que da a entender en el lenguaje
con los y las malecus, sino que las líneas presuponen que
coloquial costarricense actual como “calenturientos”. De
había un consenso sexual de ambas partes. Considero
acuerdo al primer texto, no había hombre que no pudiese
que es llamativo, por cuanto que este señalamiento viene
ver una mujer y no sentir deseos (II, 3-4), e igualmente
a contradecir nuevamente el estereotipo de la belleza:
las mujeres tampoco se recataban, por cuanto que “con
si los pótos fuesen bastante “feíllos”, resultaría difícil
hombres… se daban gusto” (II, 36), por lo que se puede
explicar con cuál “encanto” conseguían tener sexo con
Cultura y pensamiento
147
malecus, dado que la violación es descartada en las
Aunque admiten que habían excepciones, debido a que
narraciones como opción para explicar estos encuentros
habían algunos póto maráma que vivían en monogamia:
sexuales. Sería especular demasiado en que resultaban
“en efecto existían… quienes eran así,/ y… se conformaban
excelentes amantes sexuales, y que por esto los y las
con la esposa, se conformaban con el esposo” (II, 39-
malecus accedían a las relaciones sexuales; no obstante,
40). No obstante, dicha excepción no parece ser más
deja entrever una vez más como el estereotipo de belleza
que una validación del estereotipo, en el tanto en que
es cuestionable, lo que a su vez conduce a plantear que
estaban calificando a estos pótos monógamos como
el estereotipo de la conducta sexual era un intento más
irregularidades dentro de su propio grupo, sin que
por concebir que la “tremendosidad sexual” era un rasgo
ello implicase una identificación con los malecus, y por
propio del póto, y no del malecu.
ende, que tampoco hubiese una negación de la noción
generalizada que habían conformado los malecus.
Por otra parte, los malecus veían en esta conducta
sexual el efecto que tenía la deficiencia mental, dado
Relacionado a la permisividad sexual, de acuerdo a los
que expresaban que “[e]n verdad tan solo sucedía que
malecus, los pótos cuando se convertían en padres -y
no razonaban bien y… podían estar juntos, estar dos
podría incluirse a las madres- tampoco practicaban
hombres… con una misma mujer” (IV, p.138). En primer
una restricción de la impetuosidad sexual de sus hijos,
lugar, les llamaba la atención que dos hombres estuviesen
ni mucho menos incurrían en prohibirles a sus hijos
dispuestos a compartir una misma mujer. Como primer
las parejas sexuales, tal como se infiere del siguiente
subpunto, esto denota que a la mujer se le reconocía una
texto: “no tenían celos de los otros botos… por sus hijas,
sexualidad de la cual podía disfrutar, dado que los textos
como… los otros, los arimimis, los corocus, los jafanhjis,
no presentan una censura del actuar sexual femenino,
en absoluto” (VII, p.149). En primer lugar, esto explicaba
siempre y cuando no se cayese en orgías, ni mucho menos
para los malecus porque dentro del propio grupo indígena
lésbicas. Empero, como segundo subpunto, lo anterior
póto, no había inconveniente alguno en que se llevase
revela un valor patriarcal malecu en el tanto que en la
a cabo la “tremendosidad”: los padres y las madres,
mujer no podía ser sujeto que dispusiese de dos hombres
antes de ser tales, disfrutaban de su vida sexual, lo que
para su gozo, mientras que el hombre si podía estar con
implica que sus propios padres y madres no ejercían
dos o más mujeres. Cabe aclarar que esta práctica sexual
ningún dominio sobre su sexualidad; lo que conduce a
no implicaba que fuese un trío, es decir, que las tres
plantear que este permisivismo parece ser una conducta
personas estuviesen juntas en el mismo momento, sino
parental que se reproducía con la siguiente generación, y
a convivir. De acuerdo a Constenla-Umaña, “en materia
así sucesivamente. Por lo que hubiera parecido extraño
de matrimonio, practicaban la poliandria, rasgo este
que antes de asumir la paternidad, no hubiese habido
último que particularmente chocante y chistoso para los
inconveniente alguno con quien se sostuviese sexo -
guatusos, entre los cuales lo que se daba era la poliginia”
dentro de los límites permitidos por los Dioses-, pero
(2014, p.5), lo cual contribuía a considerar a los pótos
que luego de la paternidad, se hubiesen tornado selectivos
como los otros que se comportaban sexualmente extraños
con las parejas de sus hijos. De ahí que el texto indique
respecto de lo que se suponía ser lo correcto. En segundo
que no existía inconveniente o “celos” sobre cuál póto
lugar, se muestra como tal práctica sexual -y matrimonial,
gozase del hijo/hija del otro, porque el padre/madre así
según parece ser, como menciona Constenla-Umaña-
lo hacía antes de la paternidad-maternidad. En segundo
no podría ser producto de una persona inteligente, sino
lugar, el texto denota que tales “celos” si eran un asunto
solamente de alguien que no estaba en capacidad de
a considerar antiguamente por los malecus. Los tres
razonar “adecuadamente”.
nombres que se indican, a saber, arimimis, los corocus,
los jafanhjis, correspondía a por lo menos tres linajes
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patrilineales malecus que alguna vez existieron (Sánchez-
y les caía la noche. También se les llamaban extraños por
Avendaño, 2015, p.57)16; por lo que al haber existido linajes,
el proceso que seguían en los entierros (VII)17. En el texto
la fogosidad sexual de los hijos no podía ser permitida
III de Pláticas sobre ogros, se menciona una costumbre
por los padres, dado que había un orden a relacionarse.
alimenticia que consistía en comer danta, la cual era
considerada por lo malecus como un animal impuro, según
Podría considerarse que la existencia de linajes, y
mandato de los Dioses. Otra costumbre alimenticia aparece
particularmente patrilineales (Sánchez-Avendaño, 2015,
en “Pláticas de bótos”, la cual era comer, en demasía, comida
p.57), que salen a relucir, constituyen la razón última del
de ardilla, lo que resultaba insólito para los malecus (V, 19-
estereotipo mismo: los malecus no podían ver como normal
25). Todo esto contribuye a reforzar la concepción negativa
dicha conducta sexual, porque era incompatible con la
y peyorativa. El póto era un ser “medio feíllo”, parcialmente
manera con que dividía organizativamente su pueblo. Un
por ser regordete, y por otras razones que no quedan claras;
pueblo que se encuentre dividido patrilinealmente, no podía
no era inteligente, lo que lo hacía supuestamente incapaz
permitir que los hijos de cada linaje gozasen sexualmente
de valerse por sí mismo (por lo que recurre al robo), como
con cualquier malecu, como tampoco que dos hombres
de tampoco poder hablar bien, e incompetente para poder
compartiesen una mujer, debido a que sus linajes se hubiesen
transmitir conocimiento y aplicar adecuadamente el poco
perdido; lo cual podría interpretarse que el ser “fregados”
saber del cual disponía; era emocionalmente inestable,
como un acto “carente” de sensatez, siendo precisamente esto
dado que no sabía discernir en qué situación ejercer alguna
lo que veían en los pótos: insensatos, tontos, atolondrados,
o ninguna emoción; era más o menos vago, que si bien
sin pudor, que no comprenden las implicaciones socio-
trabajaba, no lo hacía con muchas ganas; y finalmente un
políticas que implicaban los actos sexuales.
“tremendo” sexual, no pudoroso, cuyo matrimonio tendía a
ser de dos hombre y una mujer, y sin restringir o seleccionar
De este modo, básicamente consideraron que el póto era de
las parejas de sus hijos.
costumbres raras (III, 20; esta idea se repite con insistencia
en líneas 9 y 17). Además de lo emocional y lo sexual, se
Los cinco estereotipos que el malecu le atribuye al póto,
menciona que eran raros por montar sus casas sobre los
en primera instancia les eran de utilidad para calificar al
árboles (I, 8; III, 67), por echarse a dormir en las gambas
“vecino”, brindándoles una concepción -si bien errónea y
de los tamarindos (I, 19), de las ceibas (I, 20), y en general
muy parcializada- con quién estaban tratando; máxime
de cualquier gamba (III, 18), cuando andaban en la selva
que son sus congéneres, debido a que Nharíne los creó.
16
Según comenta Sánchez-Avendaño, “la unidad política parecía ser la comunidad o conglomerado de familias unidas por parentesco,
liderada por el fundador del palenque o uno de sus descendientes, el individuo más anciano o incluso un vidente” (2015, p.57). Por su parte, los
linajes eran el modo por el cual se dividía el pueblo antiguamente, sin presuponer grandes diferencias de estatus, rango o prestigio, por cada
linaje. Aclara que actualmente se desconoce cómo se organizaba cada linaje, salvo en que no consistían en comportarse como clanes, es decir,
que la exogamia no era exigida.
17
Básicamente, el texto narra que los pótos enterraban al difunto al tercer amanecer (día), sin colocarle las tablas por encima y debajo del
cuerpo. Durante los dos amaneceres, el cuerpo permanecía expuesto, sin embargo, en qué condiciones no queda claro, dado que el narrador
parece vacilar: en un primer momento dice que era cubierto de una resina (VII, p.147) -que el narrador no especificó, probablemente porque no
se acordaba o no tenía conocimiento-; más adelante señala que lo envolvían en mastate, y le pintaban un poco los arcos ciliares pero que “en
verdad no lo pintaban” (VII, p.148). A este respecto, Ibarra-Rojas (en Constenla-Umaña e Ibarra-Rojas, 2014, p.160) confirma que efectivamente
ocurría al tercer día, y aclara lo que parece ser la vacilación del narrador. En los primeros días de muerto se le cubría con resina, aunque parece
que en ocasiones variaban dado que lo pintaban. Al tercer día si lo pintaban con achiote y lo envolvían en mastate. De esta manera, la vacilación
que se observa en el texto, parece deberse a falta de claridad expositiva del narrador.
Por otra parte, el texto proyecta el estereotipo de inteligencia, por cuanto que decían que los pótos se preguntaban si el difunto estaba muerto,
y que lo vigilaban para ver si se iría a levantar, o hablar, o alzar los brazos (VII, p. 147-148), o cualquier otra cosa.
Los malecus consideraron este proceso de enterramiento extraño, dado que su práctica consistía en que la persona debía ser enterrada al
amanecer siguiente que había muerto, colocándole tablas por debajo y encima de su cuerpo, para quedase en contacto directo con la tierra
(Constenla-Umaña en Constenla-Umaña e Ibarra-Rojas, 2014, p.150, nota #11). En relación al texto VII, parecería que también era una práctica
que fuese pintado, aunque Sánchez-Avendaño menciona que Sapper informaba que a finales del siglo XIX, el cuerpo era envuelto en mastate,
después de que había sido vestido con un traje nuevo, y se le colocaban bananos, cacao y materiales para hacer fuego (2015, p.70).
Cultura y pensamiento
149
Pero más allá que esto, la versión estereotipada fue
manifestar una o varias. Esto está claramente ligado
relevante para construir la imagen que tenían de sí
al aspecto anterior, por cuanto que consideraba que
mismos, e identificarse como un solo colectivo, debido
solamente un ser inteligente actúa sensatamente.
a que “[c]uando los individuos se identifican con un
grupo y observan al resto como miembros de otro grupo
En cuarto lugar, se concebía con una actitud trabajadora,
distinto al propio, se tiende a despersonalizar a los demás,
dado que el hecho de que supiese sembrar y fabricar flechas,
considerándolos como personas que reaccionan de un
manifestaba que no solamente laboraba, sino que lo hacía con
modo determinado por pertenecer a un determinado
empeño, porque no se veía en la necesidad de robar. Si bien
grupo y no como individuos con rasgos personales o
admite que el póto hace algo de trabajo, pero que vaguea, se
diferencias con su propio grupo” (Casal-Madinabeitia,
autoconstituye como ejemplo de laboriosidad, por cuanto que
2005-6, p.140). En primer lugar, como se indicó en su
criticar al póto por “medio trabajar”, presupone que había
momento, el malecu se veía a sí mismo como el parámetro
un criterio a seguir, el cual no era otro más que sí. De ahí
del cual juzgar la belleza de los demás, y por ende, como
que se pueda inferir que una persona que verdaderamente
bello. El simple hecho de que se destaque burlescamente las
se identifique como trabajador, no puede serlo si a la vez es
grandes nalgas de las pótas, y el que ambos sexo-géneros
perezoso. La pereza o vagancia es una cualidad negativa que
sean regordetes, indican que se concebían con mejores
era rechazada, por no permitir el adecuado desarrollo de las
atributos físicos. Aun cuando se les filtró apreciaciones de
actividades, en este caso, agrícola y fabril.
belleza en los pótos, insistieron en que eran “medio feíllos”.
En quinto lugar, el malecu llegó a verse a sí como un ser
En segundo lugar, se consideraban a sí mismos inteligentes,
que controlaba sus impulsos sexuales, por cuanto que no
por cuanto que tenía un mayor cúmulo de conocimientos,
estaba deseando mantener relaciones sexuales con cuanta
por lo menos en hechicerías, siembra y fabricación de
persona del sexo-género opuesto se le cruzase por el
flechas: se puede inferir que sus hechizos eran más efectivos
camino. Esto no quiere decir que practicase la abstinencia
por la comparación ineficaz que se hace con el póto; sabían
de manera generalizada, pero que por lo menos mantenía
sembrar porque no tenían necesidad de incurrir en robos,
una conducta sexual moderada marcada por el pudor,
debido a que la narración asocia robo con no saber sembrar,
dado que no llevaba a cabo sus encuentros sexuales en
por lo que infiere que el saber sembrar no implica robar,
público. Además de controlar su fogosidad, también se
desde su argumentación lógica; y de manera similar se puede
concebía como racional en materia sexual, debido a que
decir de la fabricación de flechas, dado que al no incurrir
estaba consciente que el sexo desenfrenado podía traer
en robo, significa que conocen y ejercen las respectivas
consecuencias negativas a la organización y división del
técnicas para crear flechas. Además, por contraposición
pueblo. Recuérdese que los linajes patrilineales servían
al póto, eran capaces de transmitir dichos conocimientos
como un mecanismo de clasificación, por lo que una
de generación en generación. El aspecto más relevante de
sexualidad irresponsable podía afectar el orden establecido.
verse como inteligentes, tenía que ver con el manejo del
De ahí la importancia de velar por la vida sexual de los
idioma, debido a que el conocimiento y el uso del mismo era
hijos, como también de ver como una insensatez el que
indispensable para llamarse a sí mismo malecu. Nótese que
dos hombres compartiesen a una misma mujer, dado que
si bien los pótos son sus congéneres porque el mismo Dios
se interrumpiría la manera “racional” de dividir al pueblo
los creó, enfatizaron en que eran ajenos de la “malecuidad”
según linajes, ya que no se sabría a cuál pertenecería el hijo.
porque ni siquiera podían hablar correctamente; por lo que
Sin embargo, esta noción que se dio a partir del estereotipo
el dominio del idioma era un indicador de quién es malecu,
del póto, tiene un inconveniente. El malecu se proyectó
lo cual presuponía a su vez una capacidad cognitiva.
como una persona que controlaba su sexualidad, y que la
enmarcaba dentro de la racionalidad, pero en la práctica
En tercer lugar, como se había comentado, el malecu
no cumplió según la manera con que se identificaba a sí
se veía a sí mismo como un ser capaz de controlar sus
mismo. De los pótos, por más “fregados” o “tremendos” que
emociones, y de saber en cuál situación corresponde
fuesen, tendían a conducirse de manera adecuada, por lo
150
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menos en términos generales, ya que “en realidad si hacían
los castigos que le infligía a los pótos que les robaban
cosas incorrectas, solo que no muchas en verdad pues” (IV,
eran bastante duros, al punto que llegaban a matarlos.
p.140). Dentro de las cosas incorrectas, que se podría citar
Por lo que a pesar suyo, la manera en que trataba a los
el comer danta y la permisividad sexual, ninguna llegó a ser
pótos denota que hacían uso de la agresión. Quizá esto no
razón suficiente para que Nharíne decidiese transformar
los identifique como agresivos, pero por lo menos como
la tierra. Cuando Aóre instiga a Nharíne, y este finalmente
potenciales agresores o agresores ocasionales; rasgo con
accede, fue por el comportamiento sexual incestuoso y
el cual los textos no parecerían estar de acuerdo, debido a
homosexual de los malecus, no por la fogosidad de pótos,
que, en su lógica, los actos agresivos son constituyentes de
debido a que estos -salvo algunas excepciones- murieron
un ser agresivo, según se aprecia en la figura del ogro18.
de buena manera antes del cataclismo (II, 56-59, 71; III,
En segundo lugar, como se comentó en relación a la
68-70, 79-83; VI, p.143; y VII, p.149). Esto es revelador de
“tremendosidad”, el malecu no se permitía -por lo menos
la verdadera conducta sexual del malecu, a pesar de que
en el discurso- la permisividad sexual, empero, sucumbía
trataron de negarla, y desviar el asunto en la impetuosa
al sexo irresponsable, sobrepasando a los póto maráma,
sexualidad del póto, a tal punto que obviaron que los
por cuanto que estos no cayeron en orgías incestuosas y
encuentros sexuales entre pótos y malecus parecen haberse
homosexuales. De este modo, contra su propio parecer,
debido por un mutuo consenso, lo que claramente cuestiona
su identidad incorpora la propensión a la agresividad,
la propia racionalidad sexual que se atribuían.
como también una conducta sexual proclive a la tentación.
Hasta aquí se tiene que a costa de los estereotipos con
En cuanto al etnocentrismo que es claramente evidente
los que circunscribió al póto, el malecu consolidó su
en los textos, desde el marco cultural occidental actual de
identidad en términos positivos como una persona que
Derechos Humanos, es y debería ser una práctica que debe
es bella, inteligente, emocionalmente estable, laboriosa
ser eliminada, en el tanto que no permite un adecuado
y sexualmente moderada (aunque en este último punto
acercamiento con el otro por la distorsión a la cual es sujeto19.
falló terriblemente). No obstante, los estereotipos de
Por lo que parecería, en principio, como un rasgo negativo de
los cuales se valió para configurar su identidad revelan
la identidad malecu antigua. Empero, explica Ibarra-Rojas
por lo menos dos aspectos negativos que el malecu no
que “es un rasgo común entre algunos pueblos indígenas
quiso admitir, y mucho menos identificarlos como parte
centroamericanos, por lo menos” (en Constenla-Umaña e
de quien era o se proyectaba ser. En primer lugar, al
Ibarra-Rojas, 2014, p.157). Por lo que no era atípico, aunque
contrastarse con los pótos quienes son caracterizados
llama la atención que lo aplicase al póto, quien se supone ser
como gente que no peleaba, y que por el contrario, se
un congénere suyo, creado por el mismísimo Nharíne, quien
la pasaban cantando (II, 44-49), se deja entrever que el
en varias ocasiones les pidió que no lo tratasen mal. A pesar
malecu podía ser agresivo, aunque no se identificase
de la solicitud divina, habían decidido hacer del póto objeto
explícitamente como tal. Sin embargo, se infiere que
de burla, según cuenta la narradora del texto III, cuando
podía ser agresivo, no solamente porque mantuviese las
explica que su madre le contaba que “por gusto suelen hablar
características de pacífico y alegre como distintivos del
así en son de broma” (III, 90) respecto del póto. Incluso ese
póto, y no las remitiese a sí mismo, sino también porque
mismo texto indica que esta visión peyorativa había sido
18
En Pláticas sobre ogros, se había puesto la agresividad como un rasgo en la figura del ogro, y por tanto, no propio de sí.
19
Esta idea en contra del etnocentrismo, considero que tiene su respaldo, por ejemplo, en el artículo 19 de la Convención Mundial de Derechos
Humanos de Viena de 1993 (Naciones Unidas, 2013), el cual indica lo siguiente: “Las personas pertenecientes a minorías tienen derecho a su
propia cultura, a profesar y practicar su religión y a emplear su propio idioma en público y en privado, con toda libertad y sin injerencia ni
discriminación alguna”.
Si se efectúa una lectura (claramente anacrónica) de la situación de los pótos desde el Art. 19, resulta manifiesto que las prácticas emprendidas
por los malecus, según se hallan en sus narraciones, contribuían a una manera de negarles y desdeñar la cultura de los pótos. Nótese la manera
en son marginados por sus distintas prácticas laborales y sexuales, e incluso el modo en que expresaban sus emociones, dado que no coincidían
con aquellas que los malecus consideraban correctas y propias de todo malecu. Incluso hasta la forma en que pronunciaban el malecu jaica
era objeto de burla.
Cultura y pensamiento
151
heredada por dos linajes: “se les había metido el prejuicio
lo beneficiaba, sino que conducía a la preservación y
en la cabeza a los jafanjis y a los corocus/. y pensaban…
mejoramiento de su pueblo, debido a que el malecu no
que eran tontitos” (III, 53-54); lo cual es interesante porque
se concebía como un ser aislado, sino como parte del
ubica a los responsables, o por lo menos a los colectivos
palenque. En otras ocasiones me he referido a que la
grupales, dado que no puntualiza en personas concretas.
elección es un tema importante para el pensamiento
Con todo reconociendo que la visión negativa sobre el póto
malecu, dadas las consecuencias que tiene el actuar moral
es utilizada abiertamente para mofarse, y que fueron dos
(Solano-Fallas, 2016, 2018 y 2019a). En este caso, se podría
linajes antepasados quienes introdujeron dicho prejuicio, el
decir que si el malecu decide no trabajar encarecidamente
estereotipo del póto se presentaba como normalizado, y por
y vagabundear como del afirma póto, su decisión no sería
ende, se muestra con naturalidad el rasgo etnocéntrico del
un asunto que lo afectase únicamente a él/ella, sino que
malecu antiguo.
de algún modo tendría implicaciones en la subsistencia y
organización de su pueblo, como también de sus relaciones
IV. Aliciente moral
interpersonales con sus congéneres malecus. Por otra
parte, si no trabajaba, se vería forzado a robar en orden a
La visión peyorativa sobre el póto conducía a configurar
poder alimentarse, lo cual podría poner su vida en peligro,
la identidad que el malecu tenía de sí, y a su vez dejaba
tal y como ellos mismos hacían con los pótos. El duro
entrever no solamente rasgos etnocéntricos, sino
castigo que infligían, en primera instancia, pretendió ser
cualidades negativas que buscaba opacar, pero que se
un medio disuasivo para los pótos, en orden a hacerles
hacían manifiestas en las pláticas. Además de esto, los
saber lo que les podría pasar si incurrían nuevamente;
estereotipos cumplían otra función, a saber, ser estímulos
pero podría inferirse que también sirvió para asustar a
morales para propiciar o rechazar ciertas conductas, dado
los propios miembros, debido a que estas pláticas, como
que “el estereotipo es concebido como un refuerzo positivo
muchas otras, tenían por finalidad ser edificantes morales
o negativo con el que se intenta controlar la conducta de
(cf. Constenla-Umaña 1992, p.88; 1993, p.19; 2011a, p.10;
los miembros del grupo” (Cano-Gestoso, 1993, p.236). En
2014, p.16). Así, quien no trabajase, se estaría comportando
términos generales, se podría decir que aquellos aspectos
como un póto, y como tal, merece el “debido” castigo.
negativos se rechazarían porque eran supuestamente
propios de los pótos, lo cual vendría a decir, que solo los
Otro aspecto negativo que se buscaba disuadir mediante
tontos, insensatos, ignorantes, los realizan; o bien, que los
el póto, era la conducta sexual permisiva. Como se explicó
aspectos positivos que se vinculan al póto, sería como decir
anteriormente, el tener sexo con cualquier persona, o
que si incluso “los tontitos” se comportan de X-manera,
que dos hombres conviviesen con una misma mujer,
por qué no también los malecus, quienes se consideran
tenía implicaciones en la organización interna del pueblo
superiores que ellos, lo que de alguno modo equivaldría a
malecu, dada la existencia de linajes patrilineales. No se
golpear el ego en orden promover una conducta.
podía ejercer una sexualidad irresponsable, sin pensar
nuevamente en el impacto que ocasionaría en el endogrupo,
En cuanto a los aspectos negativos, la figura prejuiciada
dado que la persona no se encuentra separada del todo.
del póto, conducía a condenar socialmente la actitud
Por otra parte, el mantener encuentros sexuales carentes
vagabunda y perezosa, y por ende, a proyectar como valor
de pudor, es decir, en pleno público, es aducido como un
el tener una actitud laboriosa. El trabajo se constituía
comportamiento que solamente un tonto-que-no-sabe-lo-
como rasgo importante que todo malecu debía cumplir, no
que-hace haría. Juzgando por el contenido de los textos,
solamente por la mera razón existencial de primer orden,
no parece deducirse, o siquiera inferirse, que los malecus
a saber, alimentarse y protegerse, sino también porque
cayesen en la falta de pudor, no obstante, se plantea como
le permitía poner en práctica lo que había aprendido,
una conducta que ningún ser racional debería de imitar. A
y lo que los Dioses les habían enseñado. Trabajando es
los pótos se les condonaba, no porque estuviese correcta,
como el malecu se realizaba plenamente, tanto a nivel
sino que por su deficiencia mental no tenían consciencia de
individual como grupal, ya que su esfuerzo no solamente
lo que hacían. Por tanto, un malecu no podría apelar a que
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Revista Pensamiento Actual - Vol 21 - No. 36 2021 - Universidad de Costa Rica - Sede de Occidente
no tenía conocimiento de la gravedad en la que incurría,
las chichadas efectuaban luchas con bordones (Sánchez-
por cuanto que se identifica como un ser inteligente. Este
Avendaño, 2015, p.64). Si bien no se consideraban a sí
aliciente resulta llamativo, en el tanto en que era un punto
mismos agresivos, ni mucho menos agresores, el hacer
en el cual tendían flaquear, y que por ende no siempre
de las peleas un entretenimiento, denota que requerían
seguían cabalmente; y que aun así atribuyeron como
de un medio para canalizar rasgos agresivos que niegan
exclusivamente propio del póto, mientras obviaban que
en el discurso, pero que la práctica desmiente. Aunado a
varios de los suyos se dejaban seducir por los pótos. Quizá,
esto, Rigoberto Lacayo (malecu del Palenque Margarita)
de ahí su mayor insistencia e importancia en las narraciones
señala que “[c]uando había una rivalidad entre los hombres
malecus, dado que por algunos tipos de conductas sexuales
por una mujer, tenían que pelear entre los dos” (en J.E.P.
fueron eliminados de la tierra, mediante el cataclismo.
Margarita-IETSAY 2000, p.74), con palos especiales en el
que cada pretendiente golpeaba una parte del cuerpo de su
En lo que respecta a los aspectos positivos, relucen por lo
contrincante, por turnos, hasta que uno de los dos cayese,
menos cuatro, que a pesar de provenir de seres “mensos”,
pero sin que se le matase. De igual modo, no se consideraban
los reconocieron como comportamientos positivos. En
peleoneros, y aun cuando minimizaban los efectos mortales
primer lugar, se indica que “no… bebían mucha chicha
de una pelea, el mero hecho de que tuviesen que acudir a
de yuca, no… se emborrachaban mucho, en verdad, solo…
una para decidir quién se quedaba con una mujer, denota
tomaban para llenarse” (VII, p.149), por lo que surge como
nuevamente un quiebre en la autoimagen. En todo caso,
aliciente el no beber -bebidas fermentadas- en demasía. Si
el punto consiste en que reconocían que la figura del póto
los pótos por ser ignorantes y no saber lo que hacían, y aun
era un aliciente para no pelear, pero sus conductas revelan
así no eran unos borrachos, mucho menos podían serlos
que, si bien no pasaban peleando todo el tiempo, hacían
los malecus. De las “Pláticas de botos” no se sugiere que
de la pelea un medio de entretenimiento y un arbitraje.
los malecus fuesen unos alcohólicos, empero reconocían al
congénere inferior no abusar de la chicha. No se sigue que
En tercer lugar, lapidariamente se puntualiza que los
vetasen toda bebida fermentada, sino que su engerimiento
pótos “no hablan obscenidades” (I, 30), lo cual se intuye
se realizaba dentro de límites racionales.
como un rasgo a seguir, porque seguidamente se indica
en el texto que esto era parte del buen comportamiento
En segundo lugar, se comenta que no eran seres que
que Nharíne observaba en ellos. A partir de estas pláticas
gustaban de pelear. De manera general, el texto I dice
-como otras que son de mi conocimiento- no se sugiere
que “[n]o hacen daño” (I, 29), lo cual puede interpretarse
que el malecu fuese malhablado y vulgar, y que por tanto
que no perjudicaban a ningún otra persona, ni siquiera
utilizase la figura del póto para auto-llamarse la atención.
a los malecus, por cuanto que estos últimos tendían a
A lo sumo se puede conjeturar que si dichos “tonticos” no
ser los victimarios de su desmedido castigo por robarles
son unos obscenos, con mucha mayor razón no podían
semillas y flechas. De manera más concreta, se señala que
serlo los malecu, por lo que quizá este aspecto positivo
“no se peleaban” (VII, p.149), lo que da a entender que
fungiese como un recordatorio a continuar siendo decente
entre ellos mismos no resolvían sus problemas con algún
en el habla. Es decir, sería un aliciente que refuerza una
grado de violencia20. Sin embargo, a pesar de reconocer
conducta que ya estaban siguiendo.
en los pótos este aspecto como positivo, en la práctica no
estaban plenamente dispuestos a seguirlo. Los malecus en
Finalmente, se halla un cuarto aspecto positivo que
20
En Pláticas sobre ogros, acaecen unas excepciones. En el texto II, un par de amigos fueron al otro lado del río, el cual cruzaron con un
mecate. De regreso, el amigo (protagonista de la narración) cruza primero y retira la cuerda, para que los ogros viniesen por su amigo y lo
devorasen, y así el quedarse con la esposa. Al final, el amigo traicionado logra cruzar al día siguiente, gracias a la ayuda de su collar-amuleto
que le indicó que tenía que hacer. Una vez que llega a la casa, cuenta lo sucedido, y él y otros le dan una paliza al amigo traidor, por tratar de
robarle la esposa y matarlo. En el texto III, un póto le da a su coesposo carne asada de un ogro que habían matado, engañándole que es de
danta, para que este muriera y quedarse solamente para sí con la esposa que compartían. A raíz de esto, el coesposo muere, pero se convierte
en un alma condena por la muerte violenta que tuvo. En ambos textos resalta el hecho de que efectivamente se daban peleas entre los mismos
pótos, no obstante, parecen ser casos aislados y muy ocasionales, por lo que la idea de que el póto no es peleonero se mantiene.
Cultura y pensamiento
153
tiene que ver con el cuido y protección de los árboles,
cortan” (VIII, 10-11), mientras que un póto, después de
que figura solamente en la última plática (VIII). En
haber cortado un árbol, este le reclamó por qué lo dañaba
ella se narra que, en primer lugar, cortar los árboles es
si no le había hecho nada, por lo que ante la perplejidad
como asesinar un ser, debido a que lloran cuando son
de que el árbol le hablase y le reclamase, sin poder
cortados (VIII, 2), y que sangran, dado que la savia que
entender lo que estaba sucediendo, Nharíne se le presentó
les corre es su sangre (VIII, 3). En segundo lugar, el
indicándole que no quería que él -y por extensión, sus
cortar/matar un árbol no solamente afecta al árbol en
congéneres pótos- cortasen más árboles, excepto aquel
cuestión, sino también a la flora circundante, dado que
del cual se obtiene leña (VIII, 23-25). Por el contexto de la
estos cumplen distintas funciones en el ambiente. Por
plática, parece que el malecu antiguo en algún momento
ejemplo, se cita que los mangles protegen las lagunitas
sucumbió en la tala irresponsable, sin importarle el
(VIII, 6-8). Obsérvese que esta plática plantea una ética
sufrimiento que causaba a los árboles dañados, como a la
ambiental, cuya preocupación principal no es el humano
propia naturaleza circundante, y mucho menos sin tomar
-quien sin duda se vería afectado a la larga-, sino en la
en consideración lo que los Dioses le habían indicado. Por
conservación del propio ambiente, por cuanto que este
el contrario, el póto si respetó lo que se le había solicitado,
tiene un valor por sí mismo y no en relación a los seres
llevando a cabo un cuido y protección ambiental, que el
humanos, debido a que fue Nharíne quien creó todo, sin
malecu no dejó de reconocerle, y que de algún modo se
caer un antropocentrismo desmesurado y tiránico sobre
lamenta por no haber hecho lo mismo. Por lo que este
toda la naturaleza. Por el contrario, el ser humano debe
aspecto positivo parecía tener por intención de encaminar
saber cómo existir en grupo y, como tal, co-existir con
nuevamente al malecu a una práctica conservacionista
el ambiente, según se muestra en la queja que plantea el
de la cual hacía tiempo (indefinido) se había apartado,
texto: se dice que los Dioses le habían dicho a un malecu
y recriminarle que el póto, a pesar de ser “tontito”, no
que no cortaran árboles, “[p]ero ahora ya no obedecen
cometía el mismo agravio21.
[los malecus]./ A todos todos (sic) esos tipos de cosas las
21
Como se indicó, en la trama de la plática se remite al malecu antiguo, y por ende a otro tiempo narrativo al hacer del póto el protagonista de texto
VIII. Como parte de su acervo cultural, este otro tiempo narrativo apela a su cosmovisión (ver Laca Majifijica), la cual se cimienta sobre un equilibrio y
contacto en la naturaleza, en la que los elementos naturales y el ser humano se relacionan como un todo. Por ello, el contexto de la plática es comprensible:
el malecu estaba maltratando la naturaleza, y por tanto, actuando contra los valores del endogrupo. No obstante, la evocación de un recuerdo en el que
el póto si obedece y el malecu no, propició que el narrador abandonase momentáneamente la narración e introdujese elementos más cercanos al malecu
“actual”, cuando puntualiza en las líneas 10-11 del texto VIII que los malecus no obedecen, cortando todo tipo de árbol. Estas líneas son un intertexto
que introduce un pesar “más cercano” para las generaciones contemporáneas del endogrupo, causado por -lo que Sánchez-Avendaño (2015, p.98-117)
denomina- el “segundo contacto intenso” con la cultura no-indígena (principalmente costarricense vallecentralista y nicaragüense circundante de la
frontera); por lo que en VIII, 10-11 se crea por un breve momento un vínculo entre un recuerdo de la cultura malecu antigua con un pesar más actual.
Básicamente Sánchez-Avendaño (2015, p.98-117) expone que, a partir de la segunda mitad del siglo XX, el malecu fue inmerso nuevamente en un
proceso sistemático de desposeimiento de tierra. El primer momento de contacto intenso fue con el casi exterminio total por parte de los huleros
nicaragüenses (1868-1889) que invadieron su territorio, matando a unos y vendiendo como esclavos a otros en Nicaragua, y violando mujeres, lo
que dio paso a que no solamente su territorio se viese reducido, sino también a la colonización de parte familias nicaragüenses, como también
costarricenses y estadounidenses (Sánchez-Avendaño, 2015, p.95). En el segundo contacto intenso, se dieron casos de agresiones físicas y amenazas
de parte de los no-indígenas para despojarlos de la tierra, como también de otros medios deshonestos como el canje de tierra por rifles o perros, o
bien del engaño en que se apropiaban de más tierra de la que se había acordado comprar (Sánchez-Avendaño, 2015, p.99). Una vez con la tierra, los
no-indígenas “limpiaban” el terreno, es decir, deforestaban en orden a utilizarla para cultivo y ganadería. Estos hechos, se podrían interpretar en
que el malecu que perdía la tierra, de algún modo, se hacía responsable de la muerte de los árboles que narra el texto VIII, y que algunos de ellos
sucumbían a los nuevos valores económico-agrarios del mercado conducentes a la destrucción de la naturaleza.
Parece que el recuerdo del póto protegiendo y cuidando los árboles, el cual tenía por finalidad generar un aliciente moral respecto a una ética ambiental,
fue un detonante en el narrador para que externara brevemente, en dos líneas, su malestar, generando de esa manera un intertexto en el que se
asoma rápidamente las secuelas del segundo contacto intenso que condujo a fallar en el cumplimiento de las órdenes ambientales dadas por Nharíne.
Considerando este intertexto desde el siglo XXI, se puede afirmar que dicho aliciente moral concebido en la filosofía malecu antigua, continúa teniendo
su vigencia en épocas más cercanas; y que muy posiblemente este estímulo haya aumentado el sentido de culpa, debido a que el malecu contemporáneo
al haber visto en la figura de su póto estereotipado, que este y con todas sus deficiencias, no sucumbió al irrespeto del ambiente, mientras que los malecus
tanto antiguos como los antepasados más cercanos al tiempo actual, siendo superiores a esos “tontuelos”, debieron en ambas ocasiones mantenerse
fuertes a pesar de las circunstancias. Es decir, si los “tontos” pótos obedecieron a Nharíne, también los malecus debieron obedecer, pero fallaron dos veces.
154
Revista Pensamiento Actual - Vol 21 - No. 36 2021 - Universidad de Costa Rica - Sede de Occidente
Por consiguiente, de manera general el malecu observaba
órdenes de los Dioses, obtuvieron una buena muerte22,
que el póto tenía un buen comportamiento, ya que no se
por cuanto que no fueron víctimas del cataclismo23.
conducía mal (I, 30; IV, p.138; VII, p.149), lo cual brindaba
Incluso se ganaron el aprecio de los Dioses, quienes los
alicientes morales para el actuar del endogrupo, a pesar
defendieron de las atrocidades a que los sometían los
de sus deficiencias mentales, su inestabilidad emocional,
ogros, matando y exiliando a estos últimos fuera del
su “medio” vaga conducta laboral y su “tremendosidad”
territorio póto antes del cataclismo (ver Pláticas sobre
sexual. Algunos de estos estímulos fueron reconocidos
ogros). Solamente aquellos pótos que se condujeron
aunque no practicados, evidenciando aspectos identitarios
inadecuadamente, merecieron una mala muerte antes
que el malecu negaba de sí, pero que estaban presentes
de la transformación de la tierra: “pocos de ellos morirán
en su manera de ser; mientras que otros sirvieron para
como macharos,/ pocos de ellos… e e… se ahogarán,/ a
reforzar actuares ya existentes, o tratar de corregir
pocos de ellos los matará la serpiente,/ a pocos de ellos
conductas en las que flaqueaban o que se habían
los matará… devorará el tigre” (II, 52-55). Por lo que un
abandonado.
buen comportamiento implica, desde la filosofía malecu
antigua, ganarse una buena muerte, que en su sistema de
Finalmente, podría decirse que el máximo aliciente
creencias religiosas significa que al morir se irá a morar
moral consistía en recordar y exhortar a los malecus
con los Dioses. Precisamente esto fue lo que obtuvieron la
que sus actos tienen consecuencias, debido a que el póto,
mayoría de los pótos, y de ahí la importancia de utilizar
con todo y sus fallos laborales y sexuales, por seguir las
su figura estereotipada como un aliciente.
22
La buena muerte consiste en morir a causa de alguna enfermedad o de manera natural, lo que conduce a que en la vida post-mortem
pase a morar en las casas de los tocú maráma, que se encuentran en el mundo físico, concretamente en las cabeceras de los ríos. Por su parte,
la mala muerte consiste en que si alguien se comportó inadecuadamente en vida, cuando muera pasa a la vida post-mortem a sufrir castigos
con los diablos (maica maráma). Hay un diablo llamado Oronhacafá que habita en el cielo, por lo que el cielo tiene una connotación de tormento,
a diferencia del paraíso cristiano. Aquí van aquellos malportados que murieron a causa de una mordedura de serpiente. Otros diablos, por su
parte, viven en una parte terrenal del mundo físico, gobernados por Lhára o Jára; a este lugar van los malportados que murieron de manera
trágica, excluyendo la mordedura de serpiente.
23
De acuerdo al texto I, 77-78, se dice que todos murieron, especificando que la causa de muerte fue una diarrea, mientras que los textos
VI (p.143) y VII (p.148 y 149) no precisan ninguna causa. Por su parte, el texto III, tampoco indica la causa de muerte, pero añade una variante,
a saber, que no todos los pótos murieron con el cataclismo: “Sin embargo… se terminaron los botos,/ murieron./ Excepto unos cuántos, en
efecto, actualmente están desaparecidos,/ quién sabe adónde se fueron” (III, 79-83). Esto resulta interesante e intrigante, dado que no se explica
desde las propias pláticas por qué algunos pótos quedaron vivos después de cataclismo, si precisamente por su buen comportamiento les fue
dada una buena muerte. Curiosamente, el texto III tiene un pequeño referente en el texto VII del Laca Majifijica, puntualmente en la línea 1133
en la que se menciona que los póto maráma -entremetidos en una lista en la que aparecen antes y después de ellos los nombres de antiguos
linajes malecus- salieron de la cueva Arefé después que Nharíne transformó la tierra. Por tanto, el relato cosmogónico incluye, sin dar mayor
explicación, que se crearon nuevamente los pótos (o quizás algunos de ellos), lo que pudo haber dado pie a interpretar que los pótos del texto
III son los sobrevivientes del cataclismo. Asimismo, llama la atención que se comente la “actualidad” de su desaparición, y la incógnita del
paradero permanezca como un asunto presente, cuando se supone en otros textos que ya todos murieron.
Concerniente a lo anterior, cabe transcribir el comentario de Ibarra-Rojas sobre estas variantes: “Tales observaciones no dejan de sorprender,
porque, históricamente, los indios botos se vieron muy poco después de la conquista. Efectivamente, después de principios y mediados del siglo
XVI, no aparecen en las fuentes documentales sino hasta aproximadamente en 1640, y luego en 1742, como citáramos antes. En el siglo XVII se
reportan cerca del río Sarapiquí, y en el siglo XVIII en el caribe de Nicaragua” (en Constenla-Umaña e Ibarra-Rojas, 2014, p.160).
A manera de especulación, se podría pensar que la intervención de los Dioses, y particularmente de Nharíne, fue la manera en que los malecus llenaron
un vacío histórico sobre cuál fue el devenir de sus congéneres humanos. Las pláticas no permiten corroborar que los malecus tuvieran un conocimiento
pleno de los impactos que estaba teniendo la conquista en el decrecimiento poblacional de los pótos, o la servidumbre a la cual estaban sometidos por
los huetares y la amenaza, simultánea, de los nicaraos en el siglo XVI (Ibarra-Rojas, 2011), ni mucho menos la posterior migración hacia el río Sarapiquí
y al Caribe nicaragüense, a razón de sobrevivencia. No obstante, por ser pueblos vecinos es plausible suponer que tenían algún conocimiento sobre lo
que le estaba ocurriendo a los pótos, por lo menos de los sucesos en el siglo XVI y unas décadas más de siglo XVII (cf. Ibarra-Rojas, 2011, p.15); por lo
que desde este breve recuento histórico, el texto III parece presuponer un recuerdo de un conocimiento -muy impreciso y difuso, y que en todo caso se
perdió- sobre estos eventos históricos, ya que el afirmar que están perdidos y que no se sabe adónde se fueron, de algún modo cuestiona la explicación
de la narración de la muerte divina pre-cataclistica, y abre el portillo para considerar que generaciones previas supieron otra versión de los hechos. De
todos modos, al ser un recuerdo vago y, básicamente, carente de sustancialidad histórica (para el endogrupo), la narración que se dieron a sí mismos
cobró más fuerza, aunque no deja de asombrar que se perpetuara tal recuerdo en el texto III, y en la lapidaria mención del texto VII del Laca Majifijica.
Cultura y pensamiento
155
V. Conclusión
de cada sujeto” (2015, p.16). La visión estereotipada del
póto no es una excepción, dado que proveyó alicientes
Se puede observar que la visión estereotipada del póto
morales que eran de capital importancia para el
cumplía una importante función en la conformación
malecu antiguo, porque mostraba que debía existir una
de la identidad del malecu antiguo, y a su vez, servía
correspondencia entre lo que el malecu decía ser y lo que
como aliciente moral. En primer lugar, los estereotipos
realizaba o no realizaba, ya que sus acciones denotarían o
“facilitan la identidad social, la conciencia de pertenecer
cuestionarían su identidad. De ahí la insistencia de que no
a un grupo social” (González-Gabaldón, 1999, p.81), ya
realizase aquellos actos que los pótos ejecutaban, porque
que permiten conformar al otro, bajo unos supuestos
solamente ellos por ser atolondrados los cometían, lo que
atributos -en los cuales hay un consenso básico, y por lo
no era admisible para un ser que se veía a sí mismo como
menos tácito- que sirven como un “anti reflejo” para que
superior a su congénere; o bien, que si el póto, siendo
el endogrupo se defina a sí mismo en contraposición suya.
“menso”, realizaba ciertos actos loables, con mayor razón
El malecu antiguo, al estereotipar al póto, se creaba un
debía hacerlo un malecu. Por consiguiente, el estereotipo
marco referencial de pertenencia grupal, en el tanto que
sobre los pótos fue significativo para configurar la
solamente podían describirse y adscribirse como tales
identidad y promover alicientes morales, y a su vez sirvió
aquellos seres que no tuvieran las características del
para reforzar una relación bidireccional entre identidad y
exogrupo. En lo que respecta a la descripción identitaria,
aliciente moral: la identidad del malecu antiguo surgió en
la autoimagen del malecu dependía de aquellos rasgos que
contraposición de los estereotipos con que caracterizaron
no hubiesen sido adjudicados al póto; por ello la constancia
a sus vecinos, implicando que habían actuaciones que eran
en las narraciones de resaltar por lo menos los cinco
propias para cada grupo; mientras que el cumplimiento
grandes estereotipos. Con la adscripción sucedía algo
o falta a los estímulos morales, que surgían de la figura
interesante: los malecus reconocían que habían ciertas
prejuiciada del póto, facilitaba precisar si había o no
características positivas en los pótos (como el de cuidar
una correspondencia entre lo que se hacía y lo que se
y proteger los árboles, o no ser tan “feíllos”), pero que
expresaba ser.
eran menoscabadas por tratarse de congéneres inferiores,
básicamente “tontos”. Los malecus no permitieron que
VI. Referencia bibliográfica
los pótos pudiesen adscribirse como malecus, dado que
flaqueaban en las demás características; por lo que la
Cano-Gestoso, José Ignacio. (1993). Los estereotipos
adscripción al endogrupo se convirtió en cumplir con
sociales: el proceso de perpetuación a través de
rasgos que básicamente se adquirían con el nacimiento.
la memoria selectiva. Madrid: Editorial de la
Esto implica que la identidad que se configuraba desde la
Universidad Complutense de Madrid.
noción peyorativa del póto, fuese concebida por el malecu
antiguo como una cuestión esencialista. Nótese que lo
Casal-Madibeitia, Sonia. (2005-6). “Los estereotipos y
relevante en las pláticas no consiste en proporcionar
los prejuicios: cambios de actitud”. Estudios de
detalles individuales de cada malecu o póto -aunque
Lingüística Inglesa Aplicada, 6, p.135-149.
se mencionaban algunas excepciones-, debido a que las
diferencias intergrupales no estaban en cuestión, sino
Castillo, R. (2005a). “El territorio histórico maleku de
que la identidad grupal (o social) se refiere “en lo que
Costa Rica”. Revista Reflexiones, 84 (1), p.71-85.
comparte con su propio grupo y en lo que la diferencia
de otros grupos” (Sánchez-Avendaño, 2015, p.21).
Castillo, R. (2005b). “Población indígena maleku en Costa
Rica”. Anuario de Estudios Centroamericanos,
En relación con lo anterior, Sánchez-Avendaño comenta
31, p.115-136.
-reseñando en lo que consiste el enfoque constructivista
de la identidad- que “las identidades proporcionan los
recursos para moldear las subjetividades y las experiencias
156
Revista Pensamiento Actual - Vol 21 - No. 36 2021 - Universidad de Costa Rica - Sede de Occidente
Constenla-Umaña, Adolfo. (1992). “Hagiografía y
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Umaña; narración por Eustaquio Castro y
siglo XVI hasta el año 2000. San José: Siwá Pákö
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[Comisión integrada por MEP (Ministerio de
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José: EUCR.
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