Towards a Literary Transmediality as a Didactic Resource for Reading Motivation
Jósebeth Castro Rojas
Sede Rodrigo Facio, Universidad de Costa Rica, San José, Costa Rica josebeth.castro@ucr.ac.cr
Fecha de recepción: 30-12-2021 Fecha de aprobación: 05-02-2022
El disfrute de la literatura va de la mano con la motivación que se tenga. A nivel educativo es un reto que los adolescentes se interesen por leer y sean capaces de ver a la literatura como una aliada para su entretenimiento y no como una obligación. Para conseguir que ellos se entusiasmen es importante generar nuevas maneras de abordar el texto y donde los estudios transmediales son una buena herramienta para conseguirlo. A través de adaptaciones de textos literarios en cómics, el estudiante conoce una nueva manera de apreciar la literatura y disfrutar de las narraciones, motivo por el cual se generó la propuesta de trabajar un cuento de Édgar Allan Poe y su respectiva adaptación a un cómic como eje central para la motivación lectora.
The enjoyment of literature goes hand in hand with the motivation it has. It is a challenge to get adolescents inte-rested in reading and to be able to understand literature as an ally for entertainment and not as an obligation. To get students excited, it is important to generate new ways of approaching the text, and transmedia studies are a good tool to achieve this. Through adaptations of literary texts into comics, the student learns a new way of appreciating literature and enjoying the stories, which is why the proposal to work on a story by Edgar Allan Poe and its respective adaptation into comics was generated as a central axis for reading motivation.
Universidad de Costa Rica - Sede de Occidente
Revista Pensamiento Actual - Vol 22 - No. 38 2022
ISSN Impreso: 1409-0112 ISSN Electrónico 2215-3586
Período junio 2022 - noviembre 2022
197. - 204. DOI 10.15517/PA.V22I38.51407
Dossier: Primer Congreso Centroamericano
de Didáctica de la Lengua y Literatura
Jósebeth Castro Rojas
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La lectura ha sido un eje para la creación del ser humano integral. A través de ella, las personas pueden acceder al conocimiento y entretenimiento; sin embargo, por diversas razones, principalmente relacionadas con el uso de tecnologías y una mala cultura lectora, se ha dejado de lado la importancia que tiene esta actividad.
A nivel educativo es todo un reto lograr que los estudiantes se entusiasmen con la idea de leer. Concebida como idea porque muchas veces sucede que, al comenzar la lectura, descubren que en realidad pueden disfrutar el texto que tienen frente a ellos, pero antes de iniciar sienten que es una carga y una pérdida tiempo, circunstancias propias de los contextos en los que han crecido.
Para el docente de español es un desafío enseñar y promover el gusto por la lectura si se toma en cuenta el contexto social y tecnológico en el que se vive actualmente. La cantidad de distracciones que existen gracias a los canales de streaming, los videojuegos en línea, las plataformas para generar contenido audiovisual y un sinfín de aplicaciones que están al alcance de la población joven y adolescente con la que se trabaja en las instituciones afectan directamente a la hora de que emprendan una lectura. Por más pequeño que sea el texto, con el simple hecho de saber que deben invertir tiempo y prestar atención se genera un desánimo colectivo, que empeora cuando escuchan que todos sus pares tampoco quieren leer. El grupo etario afecta de manera absoluta en la resolución por no leer, no es lo que está de moda o de lo que todos hablan, así que prefieren relacionarse de otras maneras y declarar enemiga oficial a la lectura, sin siquiera darle una oportunidad.
La culpa no es por completo del desinterés estudiantil, sino que hay que sumarle el hecho de que muchos estudiantes no reciben una educación lectora en sus hogares, pues los padres no sacan tiempo para leer o leerles y, si son ambientes con
necesidades económicas, los libros no forman parte de los bienes del hogar. Además, los profesores de enseñanza secundaria se topan con un desafío cuando llegan los estudiantes de las escuelas debido a que, en algunos casos, durante sus seis primeros años de educación formal no se les incentivó la lectura y ese periodo es clave para el desarrollo educativo y emocional estudiantil, de modo que lograr que la vean como un momento de disfrute y no como una obligación se convierte en un reto.
El lugar de procedencia del joven también afecta su interés lector. Este hecho se ve manifestado en la diferencia que existe entre los colegios que tienen acceso a la tecnología, transporte y otras comodidades asociadas más a los centros urbanos que a los colegios ubicados en las zonas costeras o alejadas de las urbes. El nivel educativo varía mucho entre estos contextos y la motivación lectora es aún más difícil de promover, pues muchas veces las desigualdades sociales, el abandono gubernamental y la escasez de recursos se vuelven contra la promoción lectora e, incluso, educativa.
Ante este panorama, que parece ser desalentador,
¿qué ruta debe tomar el docente para que sus estudiantes sean capaces de comprender que la lectura puede ser entretenida y no una obligación? Para responder esta pregunta, es necesario conocer a la población con la que se trabaja, observar sus intereses y todo aquello que llame su atención, con el fin de vincular sus gustos con la literatura. Es importante, también, incluir las atracciones mediáticas no solo las regionales, sino las internacionales, debido a que forman parte del mundo que los rodea y la cultura pop es muy fuerte en la adolescencia, por lo que es vital indagar en aquello que llama su atención.
Al comprender la importancia que tiene a nivel educativo la innovación en términos de destrezas, se considera como objetivo incorporar la estrategia transmedial del cómic para la motivación lectora como acompañamiento de un texto literario del corpus propuesto por el Ministerio de Educación
Pública (MEP). Toda esta propuesta se genera a partir del objetivo anterior y de la búsqueda de nuevos caminos que permitan al estudiante entusiasmarse con la literatura.
Una de las maneras para conseguir un acercamiento de los estudiantes a la literatura es gracias al cómic. El cómic o historieta gráfica narra una historia a través de viñetas e imágenes, que pueden o no presentar diálogos, de modo que:
[…] se distingue por ser un medio masivo de información, publicación y periódica, conformada por una historia narrada mediante la imagen, la palabra, símbolos, planos, ángulos, plasmados en papel y distribuidos mediante viñetas y globos de diálogo para mostrar una historia con inicio, desarrollo y conclusión. Posee una estructura narrativa, acompañada de una presencia y una línea temporal, donde marca el antes y después de la historia. (Maza, 2013, p. 13)
Al contar una historia, la narrativa se vuelve importante para la comprensión de los acontecimientos, lo que garantiza que se necesite de un consumidor atento y perspicaz para comprender aquello que se está contando, ya sea solamente a través de lo gráfico o también por las descripciones escritas y los diálogos. Todo ello impulsa al estudiante a seguir la historia, entusiasmarse con ella y continuar leyendo. La presencia de dibujos se vuelve llamativa para los jóvenes, puesto que es una tendencia que viene desde la infancia y que es fácilmente aprovechable para atraer su atención.
Existe, en el mundo de los cómics, el llamado comic book, el cual presenta características deseables si se desea trabajar en el aula como parte de la motivación lectora, pues:
[…] consiste en un montaje de palabra e imagen, y por tanto exige del lector el ejercicio de sus facultades visuales y verbales. En realidad, las particularidades del dibujo
(perspectiva, simetría, pincelada) y las particularidades de la literatura (gramática, argumentos, sintaxis) se superponen unas a otras. La lectura del comic book es un acto de doble vertiente: percepción estética y recreación intelectual. (Eisner, 2007, p. 10)
De este modo, la lectura del cómic puede funcionar como iniciación al mundo de la literatura, en el sentido de que prepara a los estudiantes para comprender narraciones y los mantiene atentos en la historia que se está narrando.
No es una novedad enseñar a través de imágenes. De hecho, el lenguaje gráfico ha sido importante a nivel histórico: las pinturas rupestres, los jeroglíficos egipcios, los mosaicos, las cerámicas pintadas y todas aquellas representaciones en las que se narra una historia han acompañado a la humanidad y han dejado un legado. Por eso, el uso de cómics para incentivar la lectura y el disfrute literario es, efectivamente, una buena herramienta; sin embargo, la idea no es sustituir la literatura sino, más bien, es tomar lo mejor de ella y unirla a la producción gráfica. Esta mezcla se logra gracias a los estudios inter/transmediales y las producciones que devienen a partir de ellos.
Los estudios transmediales tomaron fuerza gracias a Henry Jenkins, investigador que habló de la convergencia de los medios y con ello dio paso a los estudios de la transmedialidad:
Con «convergencia» me refiero al flujo de contenido a través de múltiples plataformas mediáticas, la cooperación entre múltiples industrias mediáticas y el comportamiento migratorio de las audiencias mediáticas, dispuestas a ir casi a cualquier parte en busca del tipo deseado de experiencias de entretenimientos. «Convergencia» es una palabra que logra describir los cambios tecnológicos, industriales, culturales y sociales en función de quienes hablen y de aquello a lo que crean estar refiriéndose. (Jenkins, 2006, p. 14)
Los medios que convergen crean un nuevo medio y, a través de él, se presentan creaciones que combinan ambas producciones y dan paso a una nueva experiencia para el consumidor. Por eso, cuando se habla de transmedialidad, los investigadores utilizan el término: “[…] para referirse al hecho de que cada vez más obras tienden a aparecer en varios medios. […] La transmedialización es el mecanismo o proceso que «adapta» una obra que existe en un medio determinado a otro medio” (Sánchez-Mesa, 2017, p. 9). Este mecanismo de movimiento medial es utilizado en diversas plataformas y con todas las producciones que estén al alcance de los consumidores. Por este motivo, han sido tan exitosas las adaptaciones cinematográficas de libros o de otras producciones ya existentes, debido a que los consumidores se desplazan hacia nuevos medios que sean llamativos y que los sigan entreteniendo.
Como procesos que se gestan entorno a los cambios globalizantes y que surgen de acuerdo con las necesidades de los consumidores, varios investigadores se han dedicado a estudiar estos cambios a nivel cultural. Para dar otra aproximación del tema, Cubillo (2013) considera que:
[…] la calidad intermedial tiene que ver con la forma en la que un producto mediático llega a existir, es decir, con la transformación de un determinado producto mediático (un texto literario, una película) o de su substrato en otro medio. Existe un texto “original”, que es la “fuente” del recién creado medio; se da un proceso de transformación de un medio a otro. (p. 173)
Los procesos transmediales permiten estudiar las adaptaciones de todos los productos que se encuentren, de modo que otros estudios, como la literatura comparada, pueden versar en esta teoría.
En los estudios inter/transmediales existen clasificaciones que permiten ampliar los campos de la transmedialidad, por eso: “[…] conceptos como cross-media, plataformas múltiples
(multiple platforms), medios híbridos (hybrid media), mercancía intertextual (intertextual commodity), mundos transmediales (transmedial worlds), interacciones transmediales (transmedial interactions), multimodalidad (multimodality) o intermedios (intermedia) forman parte de la misma galaxia semántica.” (Scolari, 2013, p. 25). Con ellos, el universo de procesos transmediales se amplía y da paso a nuevos productos que siguen convergiendo y generando nuevos contenidos.
Gracias a la transmedialidad, la literatura y el cómic se vinculan y forman un nuevo producto que puede ser utilizado como un recurso didáctico. Más allá del entretenimiento que brinda la literatura, también existe un componente educativo en leer, motivo por el cual, desde los centros educativos, se incentiva la lectura. Este es uno de los ejes que han permitido estudiar al cómic como un apoyo educativo al contar con la parte gráfica y la parte literaria:
Esta transposición supone que el texto transite por dos formatos diferentes permitiendo a la persona que hace uso de los distintos dispositivos enfrentarse a dos maneras diferentes de leer sin que por ello se vea perjudicada su capacidad cognitiva. Al contrario, como estamos demandando en esta aportación, la variedad de formatos puede estimular el pensamiento y activar la capacidad crítica para verter opiniones acerca de los componentes del universo textual al que se está enfrentando la persona. (López et al., 2016, pp. 210-211)
El nivel cognitivo del estudiante se ve beneficiado al estar ante una producción que mezcla dos medios. Las imágenes estimulan el sentido visual y el texto activa la atención y recepción narrativa, por lo que el lector procesa ambas producciones como una sola. Esto tiene múltiples ventajas, pues:
Otra característica importante que podemos extraer del cómic, como recurso didáctico para la enseñanza, está en el proceso de
analogía perceptual de tipo visual que se puede realizar. De tal forma que es posible llegar a realizar generalizaciones a partir de las relaciones que se establezcan entre el personaje, su entorno y el nuestro. (Diago y Nieto, 1989, p. 55)
Así, el uso del cómic vincula a los lectores con el texto gráfico y el escrito, de manera que la atención que se presta incrementa y con ello el interés en la historia.
La teoría para ejecutar esta propuesta es amplia y fundamenta la idea de incluir al cómic dentro del estudio de la literatura como un apoyo para la motivación lectora. Para conseguir que dicha teoría y la práctica se conjugaran en una misma investigación, se partió de una metodología que permitiera incluir el análisis textual con el análisis visual en producciones gráficas. Por esta razón, se optó por trabajar desde una metodología cualitativa.
Según Sampieri (2010) en su libro Metodología de la Investigación, en el enfoque cualitativo: “La recolección de los datos consiste en obtener las perspectivas y puntos de vista de los participantes […]. También resultan de interés las interacciones entre individuos, grupos y colectividades” (p. 8). Por este motivo, el abordaje de un cuento, por medio de una representación gráfica como el cómic, resulta enriquecedor a la hora de trabajar con adolescentes, pues permite realizar comparaciones, buscar semejanzas y diferencias en ambas producciones y motivarlos a realizar sus propias adaptaciones, lo que genera que el estudiante no sea solo un lector pasivo, sino que se convierta en un consumidor activo que busca más allá de la narración que tiene ante sí.
La edad de los estudiantes también fue una variable a considerar. El cómic elegido sobre “El corazón delator” de Édgar Allan Poe presenta escenas violentas con un cadáver y narra gráficamente el proceso de descuartizamiento del viejo al ser víctima de la psicosis del narrador. Se eligieron
estudiantes entre los 15 y los 17 años porque se consideró que son edades en las que los educandos no son fácilmente impresionables y que pueden entender ese lenguaje gráfico como parte de una narración y no como la exposición amarillista de un crimen.
Para la elección del cómic y del cuento, se consideró trabajar con una historia mundialmente famosa, que no fuera muy extensa y que tuviera adaptaciones que se encontraran al alcance de todos. Además, se buscó un cuento que presentara una narración llamativa y una historia que pudiera entretener a los estudiantes; por ese motivo, “El corazón delator” fue el seleccionado para esta propuesta transmedial.
El recurso del cómic para la motivación lectora puede utilizarse a través de adaptaciones transmediales de textos ya existentes en cómics. Gracias al uso de las tecnologías y la exposición mundial de los recursos digitales, es posible encontrar cómics sobre diversas producciones literarias. Algunas adaptaciones son de novelas, donde se incluyen los elementos más importantes del texto; otras son sobre cuentos y en ellas es más sencillo transformar la narración literaria completa en una narración gráfica. Como se mencionó, para esta propuesta se utilizó un cuento mundialmente conocido: “El corazón delator” de Édgar Allan Poe. Narraciones extraordinarias es un libro que ha perdurado activamente en el tiempo y por ser tan famoso existen muchas adaptaciones transmediales, no solo en cómic, también en videos y stopmotion.
El MEP incluye en su propuesta de textos literarios, el libro de Édgar Allan Poe y da la libertad al docente de elegir cuál cuento desea trabajar, así que se eligió “El corazón delator” al presentar varias adaptaciones en cómic. La elegida fue la producida por la compañía MAX Cómics y adaptada por Corben y Margopoulos. En esta, se presenta un cómic con una estética a blanco y negro que incluye todos los
elementos narrados en el cuento de Poe.
Desde la aparición de la pandemia por la COVID-19, el MEP, en una búsqueda por no interrumpir el proceso de aprendizaje de los estudiantes, implementó el uso de las Guías de Trabajo Autónomo (GTA), en las cuales se incluye la materia vinculada con el programa de estudio, así como una serie de ejercicios para poner en práctica la teoría. Estas guías son entregadas a los estudiantes para que las realicen en la institución o en sus hogares. El cómic sobre “El corazón delator” se incluyó en estas y fue entregado a un total de 104 estudiantes de noveno año del Colegio Técnico Profesional de Cóbano, con edades entre los 15 y 17 años.
La propuesta consistió en no solo leer el cómic, sino también el cuento que le dio origen, por lo que, de manera grupal, el primer paso para el desarrollo de esta técnica fue la lectura del cuento de Édgar Allan Poe. Siempre que se leen textos en la clase es importante realizar pausas y consultar a los estudiantes por elementos significativos que el texto ha ido describiendo o narrando. Este hecho es aún más importante si posteriormente se va a cambiar de medio y a estudiar el cuento a través del cómic como adaptación transmedial.
Después de haber leído el cuento y conversar sobre él, se procedió a leer y estudiar la adaptación en el cómic. Cuando se estudia una producción gráfica, es necesario enfatizar en todos los elementos que se presentan a nivel visual: los colores, la distribución de las viñetas, la forma de los bocadillos o globos de diálogo, las onomatopeyas y la frecuencia con las que aparecen. Todo ello permite entender, de manera gráfica, lo que el narrador presentó de forma escrita. Además, existen símbolos que también son importantes de incluir en el análisis, pues a nivel literario no aparecen, pero en la gráfica no se pueden dejar pasar.
Dicho proceso permite que los estudiantes se concentren en lo que tienen ante sus ojos y lo comprendan; no es solo leer por leer, no es solo ver
un dibujo con letras, es entender el lenguaje gráfico y literario y poder conjugarlos para captar la calidad de la narración. Este es un ejercicio que les permite estar atentos, observar más allá de lo que se presenta a simple vista y entender el nivel implícito del texto, además de que es una actividad fundamental a la hora de analizar textos literarios y no literarios para que los estudiantes vayan comprendiendo la importancia de leer más allá de las letras y ver más allá del arte.
Al finalizar la lectura del cómic, se procedió a consultar a los estudiantes por las principales semejanzas y diferencias que aparecen en ambos medios. Con ello, se capta el nivel de atención en la lectura y en los detalles y se explica que, al ser adaptaciones, se pueden generar ciertas libertades creativas sin que ello afecte la esencia de la historia original. En el cómic elegido el narrador muere, hecho que no ocurre en el cuento. Todos estos elementos son importantes de resaltar, debido a que la última parte del ejercicio sobre la motivación lectora consistió en que ellos mismos pudieran producir su propio cómic adaptado.
Se eligió un cuento de la costarricense Yolanda Oreamuno titulado “La lagartija de la panza blanca”. Los estudiantes debían adaptar dicho cuento a un cómic, con globos de diálogo y onomatopeyas, e, incluso, si así lo deseaban, podían cambiar algunos elementos del cuento para adaptarlos a su propia historia. La intención era que leyeran otro texto literario y que, en el proceso, comprendieran su esencia, captaran los elementos más importantes y sintetizaran las ideas.
Durante este proceso de transmedialidad, se prioriza el desarrollo cognitivo de los estudiantes al ser lectores y creadores. No es necesario que sepan dibujar, al final lo que importa es la manera en la cual puedan procesar el lenguaje literario y transformarlo en un lenguaje gráfico, de modo que el proceso lector se amplíe y se muestre como una técnica nueva para la enseñanza de la literatura con la cual los estudiantes puedan tomarse más
libertades y explorar nuevas capacidades que, quizás, no conocían que tenían.
Después de recibir las GTA de los estudiantes con sus adaptaciones, se pudo confirmar que, efectivamente, el uso del cómic para incentivar la motivación lectora fue exitoso, no solo a nivel de lectura, sino de producción.
Si se tuviera que realizar una comparación entre la acogida que tiene el análisis de textos literarios, desde una manera tradicional, y la recepción que tuvo el análisis del cuento con un cómic incluido, la diferencia resultaría muy significativa. Usualmente, hay GTA que quedan incompletas o, incluso, que no se entregan, pero este no fue el caso, pues todos los estudiantes las entregaron a tiempo y completas. Con ello, se pudo comprobar que la población estudiantil se sintió motivada y disfrutó del proceso de lectura y creación, a pesar de que muchos comentaban que no sabían dibujar, pero aun así crearon sus propias versiones de “La lagartija de la panza blanca”. Incluso, hubo estudiantes que hablaron de otros cuentos que han sido convertidos a cómics, hecho que resultó gratificante al observar que se generó un interés lector.
Al final, el resultado más enriquecedor fue trabajar con una nueva técnica de lectura que tuviera un recibimiento tan positivo y que abriera la posibilidad de seguir implementando la transmedialidad a nivel educativo, pues no solo se puede utilizar el cómic, sino cualquier otro producto nuevo que se genere a través de los cambios de medio y que sea un aliado en la motivación lectora.
Trabajar la literatura desde los estudios inter/ transmediales es muy enriquecedor a nivel educativo y profesional. El docente está en contacto con nuevas maneras de enseñar y esto lo lleva a investigar, explorar nuevas producciones y teorías y poder utilizarlas en las aulas.
Los estudiantes requieren de nuevas motivaciones a la hora de leer, más aún si son estudiantes que ya llevan varios años en el sistema educativo y nunca han demostrado interés por la lectura, motivo por el cual es vital que el docente indague en los estudios que puedan generar dicha motivación.
Gracias al uso del cómic en el aula y a los ejercicios literarios y gráficos que se realizaron, tanto a nivel lector como creativo, los estudiantes mostraron resultados muy positivos y se evidenció un interés mayor con solo ver que en la materia se encontraba un cómic, pues la presencia de dibujos llama su atención y los relaja. Además, el texto escrito que aparece es poco, lo que ayuda a que no se indispongan, como sí sucede cuando es únicamente literatura. Fue interesante observar que no hubo resistencia cuando se les mencionó que antes de leer el cómic se iba a leer el cuento que le dio origen, más bien, esto generó un interés mayor y los preparó para que prestaran atención durante ambas lecturas.
Otro resultado importante de resaltar es la incentivación de la capacidad de síntesis y análisis textual. Los estudiantes se toparon con un reto cuando se les solicitó que hicieran su propia adaptación de un cuento a un cómic, pero todos lo lograron hacer. En algunos casos, hubo más profundización con los elementos que rescataron del cuento, pero en todos se dio una investigación sobre las palabras que no entendían para que pudieran transformarlas en dibujos y lograr narrar la esencia del cuento de principio a fin. Resultó muy satisfactorio notar que prestaron atención a elementos del análisis del texto que no estaban implícitos, pero que comprendieron y lograron transformar. Esto permite reafirmar la propuesta de que el cómic funciona para que se genere un interés por la narrativa que se está presentando.
La creación propia también es un elemento que se debe rescatar. Costa Rica es un país que ha condenado a las artes en los centros educativos, siendo peor en los colegios técnicos, donde se suprimieron todas las lecciones de lecciones artísticas, por lo que los
estudiantes que tienen algún tipo de sensibilidad para dicha disciplina y no tienen otros medios para expresarla y conocerla, se ven condenados a graduarse de secundaria sin saber que ante ellos tienen un recurso valioso. Por eso, al solicitarles y darles la libertad creativa, se observaron resultados muy positivos en cuanto a los dibujos y la estética que utilizaron. En muchas adaptaciones fue evidente que hubo horas de trabajo y de dedicación, incluso hacían portadas y presentaban sus cómics como si fuera un libro.
Estos espacios son necesarios para la creación del ser humano integral, puesto que la motivación artística promueve que el estudiante disfrute lo que hace y con ello la educación no se convierte en tedio para el alumno.
Por último, es importante reflexionar sobre el papel del docente en la actualidad. Como profesores de español la motivación lectora es fundamental, pero leer va más allá de solo un libro, leer también es comprender el lenguaje gráfico, las imágenes, vincularlas con el texto escrito y ser capaces de adaptarnos al contexto imperante. Con ello, los estudiantes salen beneficiados, pero el docente también, pues el conocimiento debe actualizarse y moverse. Somos una comunidad que tiene a cargo a decenas de estudiantes, todos diferentes, y por eso es necesario poner en práctica nuevas teorías y maneras de apreciar el mundo literario.
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