197
Reseña
Con ayuda de estos animales y de sus armas, logró
capturar vivas dos ciervas que unció a un carro de
oro. Montada en este carro visitó el monte Hemo
de Tracia y luego regresó a Grecia, donde las ninfas
Dos fueron los personajes míticos que osaron
enamorarse de Ártemis. El primero fue el dios río
Alfeo, hijo de Tetis, quien persiguió a la diosa a través
de toda Grecia, hasta que la hija de Latona llegó a
Ortigia, donde embadurnó su rostro y el de todas sus
ninfas con barro blanco. En el momento en que llegó
Alfeo, no pudo distinguir a la diosa de sus doncellas,
por lo que, resignado y en medio de una atormentante
risa burlesca, tuvo que retirarse del lugar. Acteón,
hijo de Aristeo, fue el segundo enamorado de
la diosa se dio cuenta, lo transformó en ciervo y su
misma jauría lo despedazó.
castidad que ella mantenía. Cuando se dio cuenta
de que Zeus había seducido a Calisto y que ella
estaba esperando un hijo, la convirtió en osa y
llamó a la jauría para que la despedazara. Pero
Zeus, conociendo a tiempo las intenciones de su hija,
catasterizó a Calisto y la convirtió en la Osa Mayor.
Como se observa, Manuel Alvarado Murillo ha
propuesto un enfoque innovador al complementar
los nombres de los protagonistas. Su investigación
y abarca el griego micénico, la forma de griego
utilizada en los documentos del segundo milenio
a.C. descubiertos en lugares como Cnosos o Pilos.
de los nombres y su evolución a lo largo del tiempo.
No obstante, es fundamental reconocer que la
etimología de los nombres griegos antiguos
no siempre es clara ni precisa. Las propuestas
«Aquiles» en el diccionario, donde se presentan
numerosas hipótesis, tanto antiguas como modernas,
para interpretar el nombre del héroe pelida (p.46):
AQUILES (Ἀχιλλεύς)
Su nombre aparece citado doscientas noventa y
dos veces en la Ilíada, uno de los dos poemas épicos
toda la literatura universal. Como un caso raro de
abreviación métrica (Chantraine, 1968, p. 150), en
unas ocasiones aparece escrito con doble lambda
Atrida, soberano de hombres, y Aquiles, de la casta
de Zeus] (Homero, 1999, Il
diosa, del Pelida Aquiles] (Homero, 1999, Il., I, v.
etimológico.
En un primer momento, se vio en el antropónimo
que no tiene labios (Graves, 1997, Vol. II, p. 484) o
el de los labios que no mamaron (Apolodoro, 1985,
que la diosa Tetis solo había logrado quemarle los
labios a su hijo durante el ritual para inmortalizarlo,
cuando Peleo se lo arrebató, y posteriormente la
diosa abandonó su hogar y no le dio los cuidados
no deja de ser una falsa etimología popular.
Actualmente se sabe que el antropónimo Aquiles
data de la época micénica, pues ya aparece
documentado en una tablilla de Cnosos, escrita en
Lineal B: 𐀑𐀩
se conocen algunos adjetivos derivados del nombre: