Análisis de las prácticas preprofesionales en la Carrera de Trabajo Social, Sede
de Occidente, UCR
Analysis of pre-professional practices in the Social Work Degree, Western Campus, UCR
Doris Piñeiro Ruiz
doris.pineiro@ucr.ac.cr
Universidad de Costa Rica, San Ramón, Costa Rica
https://orcid.org/0009-0005-1744-6097
Illiana Arroyo Navarro
illiana.arroyo@ucr.ac.cr
Universidad de Costa Rica, San Ramón, Costa Rica
https://orcid.org/0009-0000-7008-659X
Fecha de recibido: 29-11-2023
Fecha de aceptación: 22-10-2024
Resumen
Este artículo presenta los resultados de una investigación realizada en la Sede de Occidente de la
Universidad de Costa Rica (UCR) por dos docentes de la carrera de Trabajo Social (CTS-SO) durante
el período 2019-2020. La investigación se centró en el potencial de las prácticas preprofesionales
como espacios fundamentales para la articulación teórico-práctica, representando así un recurso
pedagógico clave para la formación de Trabajadores y Trabajadoras Sociales. Estas prácticas permiten
al estudiantado ir más allá de los conocimientos teóricos abstractos, interactuar con la realidad
social desde el inicio de su formación e intervenir en ella, contribuyendo a la transformación de
situaciones sociales a partir de las tres dimensiones de la intervención profesional: lo teórico-
metodológico, lo técnico-operativo y lo ético-político, en pos de una práctica y calidad académica
adecuada al contexto específico. La investigación adoptó una metodología cualitativa y se llevó a
cabo con un grupo de estudiantes que realizaron sus prácticas de Bachillerato en Trabajo Social
entre 2013 y 2018. Las principales conclusiones indican que las prácticas preprofesionales son
espacios de crecimiento en los cuales el diálogo entre la formación universitaria y la realidad social
fomenta una comprensión práctica de los contenidos teóricos, técnicos y ético-políticos impartidos
en el aula. Además, se observó que las prácticas fortalecen en el estudiantado una visión sociocrítica
sobre las necesidades de las diversas poblaciones y grupos en el país.
Palabras Clave: prácticas preprofesionales, formación en Trabajo Social, dimensiones teórico-
metodológicas, técnico-operativa, ético-política.
Abstract
This article presents the results of a study conducted at the Western Campus of the University of
Costa Rica (UCR) by two professors from the Social Work program (CTS-SO) during the 2019-2020
period. The research focused on the potential of pre-professional practices as fundamental spaces for
theoretical-practical integration, representing a key pedagogical resource for the training of Social
Workers. These practices enable students to go beyond abstract theoretical knowledge, interact
with social realities from the outset of their training, and actively engage in them, contributing
to social transformation through the three dimensions of professional intervention: theoretical-
methodological, technical-operational, and ethical-political, aimed at achieving an academically and
contextually relevant practice. The study employed a qualitative methodology and was carried out
Universidad de Costa Rica - Sede de Occidente
Revista Pensamiento Actual - Vol. 24 - No. 43 2024
ISSN Impreso: 1409-0112 ISSN Electrónico 2215-3586
Período Diciembre 2024- Mayo 2025 Ciencias Sociales 11011. - 025. Doris Piñeiro Ruiz, Illiana Arroyo NavarroDOI 10.15517/pa.v24i43.62869
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co-metodológicas de las prácticas preprofesionales
en los procesos de trabajo institucional, comunal y
empresarial de la Carrera de Trabajo Social de la
UCR-SO?
Asimismo, los tres objetivos que guiaron la in-
vestigación fueron:
1. Identificar los aportes teórico-ope-
rativos de las prácticas profesionales I, II y III en las
empresas, comunidades e instituciones públicas y
privadas colaboradoras.
2. Establecer las habilidades y cono-
cimientos adquiridos por las personas estudiantes
durante el proceso de la práctica preprofesional.
3. Determinar la pertinencia de las
prácticas preprofesionales en la formación de Tra-
bajo Social.
Como técnica de análisis de datos se utilizó la
triangulación, que facilita la validación de estos me-
diante la comprobación de más de dos fuentes y pone
a prueba la veracidad de los resultados obtenidos.
2. Marco Teórico
Las categorías que brindaron sustento teórico
al proceso investigativo fueron las siguientes: los
espacios de actuación profesional del Trabajo Social,
la formación en Trabajo Social, las prácticas prepro-
fesionales y su pertinencia para el estudiantado,
y finalmente, las habilidades y conocimientos de
la población estudiantil durante el proceso de la
práctica preprofesional.
El ejercicio profesional del Trabajo Social es di-
with a group of students who completed their undergraduate Social Work internships between 2013
and 2018. The main findings indicate that pre-professional practices serve as growth spaces where
the dialogue between university education and social reality fosters a practical understanding of
the theoretical, technical, and ethical-political content taught in the classroom. Additionally, it was
observed that these practices strengthen a socio-critical perspective in students regarding the
needs of diverse populations and groups in the country.
Keywords: pre-professional practices, Social Work training, theoretical-methodological dimension,
technical-operational dimension, ethical-political dimension.
1. Introducción
Desde sus inicios en 1974 y hasta la fecha, en sus
cincuenta años de existencia, la Carrera de Trabajo
Social de la Sede de Occidente (CTS-SO) de la Univer-
sidad de Costa Rica (UCR) ha cumplido un importan-
te papel en la formación de personas trabajadoras
sociales, pues no solo se han ubicado laboralmente
en la Región de Occidente, sino en todas las regiones
del país. Apostando siempre a una visión sociocrí-
tica sustentada en el reconocimiento particular e
histórico en el que se expresan las necesidades de
las distintas poblaciones, la persona estudiante es
quien puede y debe realizar un cambio sustantivo
a nivel profesional.
Lo anterior es esencial para el estudio de las prác-
ticas preprofesionales, pues estas son construidas
por los sujetos a partir de su propia realidad, las
cuales solo pueden ser leídas desde la misma ex-
periencia, saberes y sentires de las participantes.
Tomando en cuenta estos aspectos, el artículo
que se desarrolla a continuación parte del proyecto
de investigación titulado Implicaciones teórico-me-
todológicas de las prácticas preprofesionales en los
procesos de trabajo institucional, comunal y empre-
sarial de la Carrera de Trabajo Social de la UCR-SO.
Este proyecto pretende rescatar el potencial que
encierran los espacios de las prácticas preprofesio-
nales, considerando que la educación superior se
materializa a través de una práctica social, lo cual
exige comprenderla desde el contexto contemporá-
neo en el cual se produce y reproduce.
La pregunta de investigación que orientó el es-
tudio fue: ¿Cuáles han sido las implicaciones teóri-
13Ciencias Sociales
diversas poblaciones y manifestaciones de la cues-
tión social atendidas en los espacios de actuación
profesional. En lo referente a las prácticas prepro-
fesionales dentro de la carrera de Trabajo Social,
es necesario conocer la definición en torno a dicho
término.
Olivares et al. (2015) consideran que las prácticas
profesionales representan un diálogo entre la for-
mación universitaria y la realidad a enfrentar, con-
virtiéndose así en espacios de crecimiento. Además,
conciben que su finalidad es efectuar para los y las
estudiantes una asimilación en el mundo real de los
aprendizajes teóricos obtenidos, siendo actividades
imprescindibles para la formación de la persona.
Aunado a lo anterior, Olivares et al. (2015) agre-
gan que la práctica profesional ofrece condiciones
similares a los ámbitos laborales, con la diferencia
de que se trata de un ejercicio acompañado y su-
pervisado desde el proceso formativo. En las prác-
ticas profesionales, el estudiante se acerca, con la
supervisión de especialistas, a determinados pro-
cedimientos de intervención sobre la realidad en
el campo de formación profesional (p. 11). Así, las
prácticas profesionales son reconocidas como los
espacios que, por un lado, permiten el acercamiento
al ejercicio profesional y, por otro, posibilitan poner
en práctica los conocimientos teóricos obtenidos en
el proceso de formación de determinada carrera
universitaria.
La pertinencia de las prácticas preprofesiona-
les radica en que constituyen un acercamiento real
al espacio de actuación profesional, permitiendo
conocer marcos institucionales, trabajar con dife-
rentes poblaciones sujetas de derechos que reciben
atención desde el Trabajo Social y enfrentar dilemas
éticos que dirigen a problematizar el posicionamien-
to ético-político.
Para Acevedo y Beiza (2008), es en las experien-
cias preprofesionales donde el estudiantado logra
adquirir y desarrollar las habilidades necesarias
para el futuro ejercicio profesional, aplicando la
metodología de las intervenciones sociales.
verso; ello se debe a que el espacio ocupacional se
encuentra implicado por mediaciones relacionadas
con los procesos socioestructurales, los cuales con-
tribuyen a la definición de esa diversidad, necesa-
ria para atender las diferentes expresiones de la
cuestión social, presente en el modo de producción
capitalista.
De tal modo, “las áreas, campos y sectores y el
trabajo/demanda se relacionan en tanto configu-
ran espacios de actuación profesional; son diversos
debido a las transformaciones y cambios sociales
que generan demandas de intervención” (Tibana &
Rico, 2009, p. 10). Es decir, los espacios en los que se
desempeñan los y las trabajadoras sociales están de-
terminados por las transformaciones sociales gene-
radas a partir de las dinámicas macroestructurales.
En relación con el Trabajo Social, es necesario
conocer lo que se entiende por formación. En este
sentido, Acevedo y Beiza (2008), citando a Fernán-
dez, reconocen la formación como “…el conjunto de
procesos sociales de preparación y conformación del
sujeto, referido a fines precisos para un posterior
desempeño en el ámbito laboral” (p. 26). Se suma,
entonces, que la formación tiene una finalidad, es
decir, el futuro ejercicio a nivel laboral, donde se
ponen en práctica los conocimientos adquiridos.
La formación profesional específica en Trabajo
Social se acerca a estas posturas sobre el proceso
formativo, pues, como lo mencionan Angulo et al.
(2011), “la formación académica históricamente ha
estado en consonancia con las exigencias del Estado
al momento de atender las manifestaciones de la
cuestión social” (p. 89). Por tanto, es posible soste-
ner que dicha formación profesional se encuentra
vinculada a las diversas transformaciones gestadas
a partir del modelo económico capitalista, el cual, en
articulación con el aparato estatal, define la atención
a las expresiones de la cuestión social.
Cabe resaltar la importancia de que la formación
en Trabajo Social permita desarrollar habilidades
orientadas a un ejercicio profesional crítico, que
contemple las particularidades presentes en las
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3. Estado del Arte
El estado del arte es uno de los apartados me-
dulares de cualquier investigación científica. Es
necesario incorporarlo porque concreta el proceso
de investigación bibliográfica previa al inicio de la
construcción del estudio, con el objetivo de develar
los avances que la comunidad científica ha aportado
con respecto al objeto de estudio. A continuación,
se presenta una breve síntesis.
Se encontraron diez investigaciones nacionales y
extranjeras que aportan elementos importantes a la
investigación. En primer lugar, algunos documentos
se refieren a la importancia de las prácticas prepro-
fesionales en la formación de futuros profesionales
y cómo las investigaciones al respecto generan insu-
mos para la constante revisión de estos procesos, y
por ende, su mejora, con el objetivo de brindar una
formación profesional de calidad en compromiso
con los estudiantes, así como con las poblaciones
con las que se interviene.
Otros escritos abordan las prácticas preprofe-
sionales en países latinoamericanos, partiendo de
contextos que surgen del sistema económico impe-
rante, que es desigual y que, por ende, brinda ciertas
condiciones que la carrera de Trabajo Social debe
considerar para formar a sus estudiantes, así como a
los profesionales para la intervención en el ejercicio
de la profesión.
Asimismo, algunos documentos se refieren a la
formación profesional de manera extensa, a partir
de una perspectiva crítica que entiende la realidad
desde una totalidad y no de una manera fragmen-
tada.
Finalmente, los últimos estudios aportan insu-
mos desde las perspectivas de los estudiantes, quie-
nes son representantes principales en el proceso
de investigación y, desde su experiencia, pueden
develar las necesidades y aciertos de las prácticas
preprofesionales. También exponen la importancia
de que los docentes que se encuentran involucra-
dos en los procesos de prácticas preprofesionales
Las prácticas preprofesionales posibilitan a quie-
nes se encuentran en proceso de formación pasar
de la teoría a la práctica en el escenario de atención
del Trabajo Social, buscando el mejoramiento de las
condiciones de vida de las clases explotadas median-
te la ejecución de la política social.
Constituyen un espacio para el desarrollo de ha-
bilidades y conocimientos para el futuro ejercicio
del Trabajo Social, y responden fundamentalmente
al objetivo de “lograr que los alumnos apliquen en
la realidad social las herramientas teóricas y meto-
dológicas adquiridas en su formación académica y
desarrollen las habilidades y destrezas pertinentes
al ejercicio profesional en los ámbitos de la interven-
ción” (Acevedo & Beiza, 2008, p. 9). De manera que
dichas herramientas y conocimientos se construyen
en torno a las dimensiones:
Teórico-metodológicas: esta dimensión
está relacionada al saber conocer e incluye los
conocimientos que teóricos y metodológicos que
el estudiantado debe adquirir para graduarse
como profesional en Trabajo Social.
Téc nico-operat iva: es t a dimensión
permite operacionalizar a través de técnicas
e instrumentos lo teórico metodológico de
la primera dimensión, está directamente
relacionada con el saber hacer, con las habilidades
y destrezas que deben desarrollar las y los
estudiantes en su proceso formativo.
Ético-políticas: esta dimensión consiste en
el saber ser, está conformada por los principios
y los valores que debe alcanzar para poner en
práctica su quehacer profesional.
Incluyendo, en este contexto, habilidades rela-
cionadas con el desarrollo de las tecnologías de la
información y la comunicación. Como menciona
Ávila (2016), el trabajo social debe adaptarse a los
procesos de cambio social, utilizando los avances
tecnológicos como herramientas para abordar las
manifestaciones de la cuestión social.
En resumen, estas son las categorías principales
desarrolladas en la investigación que da lugar al
presente artículo.
15Ciencias Sociales
estudiantado. Las características sociodemográficas
de la población estudiantil son las siguientes: veinti-
trés jóvenes, estudiantes de la CTS-SO, de segundo,
tercero y cuarto año de carrera. En su gran mayo-
ría son mujeres, aunque también hay hombres, con
edades entre 18 y 25 años. Provenientes de diversas
regiones del país, parte de ellos se han trasladado a
vivir en San Ramón y sus alrededores para asistir
a la universidad; la otra parte todavía reside con
sus familias.
Los criterios de selección tomados en conside-
ración para elegir a la población estudiantil parti-
cipante fueron los siguientes:
1. Que las personas estudiantes hayan
realizado y aprobado la práctica de cada nivel inme-
diato anterior de forma satisfactoria.
2. Que todas las personas estén dis-
puestas a participar en la entrevista.
Con el objetivo de recolectar la información ne-
cesaria, se utilizaron las siguientes técnicas:
4.1. Revisión y análisis documental
Durante las primeras fases del proceso inves-
tigativo se consultaron documentos de asistencia
a las prácticas, esto con el fin de delimitar a las
poblaciones participantes del estudio, en ellas se
encontraron los correos y números telefónicos de
las personas estudiantes.
También se analizaron los contenidos de las uni-
dades temáticas de cada uno de los programas de
los cursos de Teoría y Práctica del Trabajo Social en
los tres niveles; las matrices con información de las
distintas prácticas de cada nivel, los diagnósticos
de empresas, comunidades e instituciones de las
personas estudiantes.
El análisis documental permitió además de es-
tablecer la población, estructurar las guías de en-
trevista y dar forma al planteamiento del problema
y los objetivos, así como dilucidar las categorías de
investigación a operacionalizar.
sean quienes orienten a los estudiantes durante el
proceso; por lo tanto, se debe contar con un cuerpo
docente capacitado que no solo evalúe al estudian-
tado, sino que también lo acompañe.
4. Metodología
En este apartado se presenta el referente meto-
dológico a partir del cual se realizó la investigación.
El enfoque de este estudio fue cualitativo, el cual
se basa en diferentes técnicas para la recolección y
análisis de datos, considerándolo de gran valor en
el estudio de las prácticas preprofesionales, pues
estas son construidas por los sujetos a partir de su
propia realidad, la cual solo puede ser leída desde
la experiencia de las personas participantes, como
lo hace la investigación cualitativa.
El tipo de estudio tuvo un carácter explorato-
rio-descriptivo-explicativo (Hernández et al., 2010),
pues representa un primer acercamiento a las prác-
ticas preprofesionales de la CTS/SO, identificando
la articulación de contenidos y estrategias pedagó-
gicas en las distintas asignaturas de cada nivel de
Bachillerato, que en su conjunto aportan a la lectura
crítica de la realidad social y profesional, siendo este
uno de los retos principales.
El objeto de estudio corresponde al análisis de
las prácticas preprofesionales de la CTS/SO en sus
tres dimensiones: la teórico-metodológica, la técni-
ca-operativa y la ética-política.
Al ser un estudio cualitativo, es necesario con-
siderar los aportes y percepciones de las diversas
personas involucradas en las prácticas preprofe-
sionales, ya que son ellas las que identifican las im-
plicaciones a nivel teórico, práctico y metodológico
de este proceso.
Cabe mencionar que se realizó un mapeo por
nivel de la carrera para ubicar las unidades pro-
ductivas, comunidades e instituciones públicas,
así como a las personas involucradas en cada una
de ellas, a saber: estudiantes, líderes comunales y
profesionales de Trabajo Social. Para este artículo
se incluyen solo los resultados relacionados con el
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implica utilizar diversos datos, métodos, teorías y/o
investigadores para abordar la pregunta de investi-
gación. Esta estrategia ayuda a mejorar la validez y
la credibilidad de los hallazgos encontrados. En este
caso, permitió relacionar la teoría, la información
recolectada y la interpretación de las investigadoras.
4.3. Instrumentos de recolección de
información
Como instrumentos para la aplicación de las en-
trevistas se utilizó la guía de entrevista semi estruc-
turada, así como el cuaderno de campo, igualmente
la aplicación de Zoom, cuando estas se realizaron
virtualmente.
Las Fuentes de información utilizadas fueron:
Fuentes primarias: Estudiantes practicantes
de cada Nivel de Bachillerato (I, II, III)
Fuentes secundarias: -Programas de los cursos
de Trabajo Social;
-Matrices de las distintas prácticas de cada nivel;
- Lineamientos generales de las prácticas para
cada nivel.
5. Resultados y Discusión
5.1. Las Prácticas preprofesionales de la
CTS-SO y sus tres grandes dimensiones
de intervención
Después de realizar la investigación, se pretende
plasmar en este artículo los principales resultados
a partir de las entrevistas realizadas a las personas
estudiantes.
5.1.1. Dimensión teórico-metodológica
La profesión de Trabajo Social busca apropiarse
de un bagaje teórico-metodológico proveniente de
diferentes matrices de pensamiento social, con la
intención de nutrir, iluminar y clarificar la actuación
profesional que se desarrolla en diversos espacios,
ya sean locales o en organizaciones públicas y/o
4.2 La entrevista semiestructurada
Se entrevistaron estudiantes de bachillerato en
Trabajo Social de la CTS-SO. Con algunas se pudo
realizar la entrevista a través de la plataforma Zoom,
mientras que con otras se llevó a cabo de manera
presencial y algunas nos atendieron telefónicamen-
te. Se aplicaron nueve entrevistas a estudiantes de
I Nivel, cinco a estudiantes de II Nivel y nueve a es-
tudiantes de III Nivel, para un total de veintitrés
personas estudiantes. Para ello, se elaboró una guía
de entrevista semiestructurada que se aplicó en
aproximadamente cuarenta y cinco minutos.
Cabe aclarar que, para la investigación desarro-
llada, se entrevistó tanto a estudiantes practicantes
como a personas trabajadoras de empresas privadas,
líderes comunales de las distintas organizaciones
sociales donde se realizó la práctica comunal y pro-
fesionales en Trabajo Social de instituciones públi-
cas. Sin embargo, para los efectos de este artículo,
solo se consideró el relato y la experiencia de las
personas estudiantes.
Es importante señalar que, en un primer momen-
to, se había planificado la realización de todas las en-
trevistas de forma presencial; sin embargo, debido a
la pandemia de 2020, no fue posible el acercamiento
a toda la población. En este sentido, fue necesario
adecuar el cronograma y crear nuevas estrategias
para obtener la información.
Cada una de las técnicas expuestas contribuyó
de manera oportuna al alcance de los objetivos, así
como a la recolección y posterior análisis de la in-
formación obtenida para la investigación. Para el
registro y transcripción de las entrevistas, se utilizó
una grabadora de audio (con el consentimiento de las
personas informantes) y la plataforma Zoom cuan-
do no fue posible realizar la entrevista en persona.
Posteriormente, estas grabaciones fueron transcri-
tas por las investigadoras para su interpretación
final. Con el fin de garantizar la confidencialidad
de las personas participantes, no se utilizaron sus
nombres. Para el análisis e interpretación de la in-
formación, se empleó la triangulación de datos, que
17Ciencias Sociales
es proporcionar bases epistemológicas que permitan
interpretar los fenómenos sociales que ocurren en
el espacio empresarial, comunal e institucional.
En efecto, los conocimientos teóricos adquiridos
en cada uno de los cursos proporcionan validez cien-
tífica a lo observado, considerando las actividades
de la población en su quehacer diario.
Por tanto, encontrar un equilibrio entre los cur-
sos de cada nivel y el proceso práctico constituye
un punto esencial para el logro de un aprendizaje
significativo que permita, entre otros aspectos, el
desarrollo de competencias en los educandos; en la
misma medida que responde a su formación integral
(Calderón et al., 2017).
Esto se refleja en las respuestas de las personas
estudiantes, las cuales resaltaron algunos cursos
teóricos, ligándolos directamente con el proceso
práctico, que les proporcionaron herramientas teó-
ricas para interpretar la realidad social.
Entre lo que manifestaron las estudiantes entre-
vistadas se puede citar lo siguiente:
“Los cursos teóricos sí aportaron al proceso
práctico, porque me permitieron ir vinculando
la teoría con la realidad, observar las relaciones
de poder, los roles de género y el sexismo, las
condiciones laborales y otros.” (Conversación
personal, estudiante de I Nivel, 2020)
Para complementar, otra estudiante explica:
“Sí, porque nos dieron fundamentos
relacionados con el modo de producción
capitalista, la función de la fuerza de trabajo
dentro del mismo, así como la explotación
y factores relacionados con la ergonomía
y la psicología presentes en el trabajo.”
(Conversación personal, estudiante de I Nivel,
2020)
No hay que olvidar que, para esta práctica la-
boral, los cursos teóricos en general tienen como
finalidad contribuir a que el estudiantado adquiera
privadas, en procura de impulsar la defensa, pro-
tección y promoción de los derechos humanos de
las poblaciones sujetas a atención.
De ahí que “la dimensión teórico-metodológica
(…) hace referencia a aquellos elementos devenidos
de la teoría social que conforman la base de lectura
y análisis de las relaciones sociales” (Fallas, 2012,
p. 88).
Tomando como referencia la cita anterior, se
puede señalar que la teoría proporcionada en los
diferentes cursos de la carrera se convierte en una
herramienta básica para que las personas estudian-
tes promuevan y apliquen de manera adecuada los
conocimientos adquiridos, donde la práctica super-
visada, junto con el material bibliográfico estudiado
en clase y los ejemplos del docente, sean un referente
para acercarse a la realidad social.
Es así como las y los docentes debemos preocu-
parnos por formar al estudiantado con una visión
crítica, y para eso es esencial que interrelacionen la
teoría con la práctica, de manera que puedan com-
prender los problemas y desafíos que les presenta
la sociedad.
Ciertamente, cada uno de los cursos del plan de
estudios de la carrera tiene un propósito: formar
para que, en un futuro, el estudiantado pueda ejer-
cer la profesión, considerando que “la enseñanza es
actividad productiva —arte y técnica—, mientras
que la formación es acción —praxis—, que se logra
en gran parte (…) a través de la enseñanza” (Gordillo,
1985, p. 16).
Así las cosas, la educación siempre implicará un
aprendizaje práctico, “… necesario para impulsar la
investigación como soporte en la creación de prác-
ticas contextualizadas conducentes a la consolida-
ción de competencias en los practicantes, lo cual
implica el desarrollo de capacidades de observación,
descripción e interpretación de su propio contexto”
(Sayago & Chacón, 2006, p. 9).
Es importante señalar que la teoría es fundamen-
tal para la práctica y viceversa. Su principal función
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los espacios locales.” (Conversación personal,
estudiante de II Nivel, 2020)
Como se puede notar, las personas participantes
consideran que los aportes teóricos del nivel son
esenciales en el proceso, pues permiten desarro-
llar una mirada crítica, en tanto colocan las discu-
siones relacionadas con los colectivos sociales y su
importancia en la transformación social, además
de brindar insumos que permiten comprender las
diversas particularidades que surgen en los espacios
comunitarios.
Con referencia al III Nivel de Bachillerato, la per-
cepción del estudiantado sobre el aporte teórico-me-
todológico de los cursos fue la siguiente:
“Los cursos teóricos sí me aportaron
significativamente a mi proceso práctico,
porque dan buenas bases metodológicas y
teóricas para que realicemos una crítica y no
nos quedemos ‘con el síndrome de la gabacha’,
pues nuestras funciones van más allá de eso.”
(Conversación personal, estudiante de III Nivel,
2020)
Otra estudiante expresa:
“Los principales aportes fueron la
comprensión teórica de la cuestión social,
la política pública y social, cómo funciona el
Estado, las principales maneras en las que opera
la ideología y las distintas áreas de intervención
de Trabajo Social.” (Conversación personal,
estudiante de III Nivel, 2020)
El total de las personas entrevistadas en este
último nivel de la carrera contestaron que los cursos
teóricos, especialmente los de Teoría del Estado, les
ayudaron sustancialmente a tener una perspectiva
crítica ante el contexto en el que se iban a insertar.
Esto permitió hacer una lectura teórica y crítica de
los hechos que acontecían a lo largo de la práctica
preprofesional.
A partir de los comentarios de las personas es-
tudiantes entrevistadas, medir el aporte teórico, en
conocimientos en torno a las diferentes teorías sobre
la reproducción social y de la fuerza de trabajo, tanto
en espacios productivos formales como informales,
y su vinculación con la producción de conocimientos
teóricos. Por lo tanto, si no se le da oportunidad al
practicante de formar parte del proceso productivo,
la experiencia no será provechosa para ninguna de
las dos partes y se pierde el proceso de sensibiliza-
ción que pretende la misma.
Por lo tanto, es necesario que el estudiantado
conozca y experimente las implicaciones del trabajo
remunerado y no remunerado, caracterizando las
diferentes actividades productivas, según el sector
económico: pequeña producción agrícola tradicional
y no tradicional; agroindustria y proletarización del
campo; industria: producción en maquila, microem-
presa textil y de alimentos; servicios: comercio, ali-
mentos, entre otros.
Con respecto al estudiantado que realizó la prác-
tica con organizaciones comunales, en el II Nivel
de carrera, su percepción en relación con el aporte
teórico-metodológico de los cursos fue la siguiente:
“Gracias a la teoría revisada en los cursos,
fue posible obtener mayor conciencia sobre la
necesidad y la importancia de la articulación
comunal en el desarrollo local, ante el abandono
que ha realizado el Estado por atender los
retos y desafíos que se presentan a nivel
micro, mientras se reconoce la importancia de
abrir espacios para que las personas puedan
conocer sus derechos y cómo respaldarlos.”
(Conversación personal, estudiante de II Nivel,
2020)
Otra estudiante señaló:
“Los cursos teóricos que se brindan en este
nivel aportaron insumos en la comprensión de
las particularidades de los procesos prácticos en
el ámbito comunitario, específicamente desde
las premisas epistemológicas y ontológicas de
las cuales debemos partir cuando nos acercamos
a los grupos poblacionales que se encuentran en
19Ciencias Sociales
bajo Social no es fácil de explicar, debido a la posi-
ción contradictoria que ocupa en la división social
del trabajo, como una persona asalariada más que
vende su fuerza de trabajo a cambio de un ingreso
económico. La única diferencia, respecto a las demás
profesiones, es que el Trabajo Social surge “…como
una actividad auxiliar y subsidiaria en el ejercicio
del control social y en la difusión de la ideología
de las clases dominantes en relación con las clases
trabajadoras” (Durán, 2012, p. 6).
Es importante reconocer que las prácticas pre-
profesionales se constituyen en una herramienta pe-
dagógica fundamental para la formación de trabaja-
doras y trabajadores sociales, pues no solo permiten
al estudiantado iniciar una experiencia laboral, sino
que también les brindan la oportunidad de poner en
práctica los conocimientos teóricos aprehendidos en
el aula y relacionarlos con la realidad social.
Particularmente, en lo técnico-operativo, podrían
señalarse las siguientes acciones profesionales:
a. Investigación social, diagnóstica y evaluativa.
b. Formulación, planificación, programación,
gestión, administración, ejecución y evaluación de
políticas, planes, programas, proyectos y servicios
de carácter social.
c. Estudios sociales: socioeconómicos, socio-cri-
minológicos, victimológicos, socio-ambientales,
socio-laborales, socio-gerontológicos, organiza-
cionales, comunales, de vida y costumbres, y otros
atinentes al ejercicio profesional.
d. Peritajes sociales.
e. Asistencia social: bienes, servicios e informa-
ción con personas, grupos, familias y colectivos en
condiciones de desigualdad social o situaciones con-
tingenciales por efectos de desastres.
f. Promoción y defensa de la Seguridad Social.
g. Procesos socioeducativos: prevención y pro-
moción social, participación social, procesos orga-
términos de calidad académica y práctica, implica
grandes retos, pues, tal y como lo señala Gordillo
(1985):
“La ‘práctica’ no tiene, ciertamente, una ca-
pacidad verificadora de la teoría; la simple concate-
nación de fenómenos o su manifestación empírica
no es suficiente para estimar el valor veritativo de
una teoría, como tampoco lo es estar en posesión
de un alto grado de coherencia formal.” (p. 3)
A pesar de ello, el plan de estudios de la carrera
de Trabajo Social está marcado por un componente
teórico muy fuerte, relacionado con los temas gene-
radores de cada nivel, asociado a cursos prácticos.
En este sentido, en cada uno se presentan elemen-
tos teóricos específicos según la naturaleza de cada
práctica.
Lo relevante de este proceso es que no se puede
señalar un curso como el principal para el desarrollo
de la práctica, porque cada nivel lo conforma un nú-
mero de cursos de distintas disciplinas que aportan,
desde su especialidad, teorías que complementan el
aprendizaje de manera integral.
Cada uno de los cursos aporta herramientas
para que el estudiantado tenga la capacidad de in-
terpretar la realidad social desde la cual ejercerá
su profesión.
5.1.2. Dimensión Técnico- operativa
La dimensión técnico-operativa es “…aquella que
legitima el valor de uso de la profesión en la divi-
sión social y técnica del trabajo…” (Villalobos, 2013,
p. 44). Se interpreta como el quehacer profesional
llevado a cabo con las distintas poblaciones, el cual
debe estar ligado a las dimensiones teórico-me-
todológica y ético-política. De ahí que no se trate
únicamente de aplicar técnicas y métodos, como
algunas personas piensan; es necesario trascender
lo aparente, asumiendo una posición crítica frente
a las problemáticas tratadas.
Por este motivo, esta dimensión es relevante,
considerando que la labor del profesional en Tra-
Revista Pensamiento Actual - Vol 24 - No. 43 2024 - Universidad de Costa Rica - Sede de Occidente20
el día “bandeando” y solo en pocas ocasiones podían
tener algún acercamiento con el resto del personal
de la empresa. Lo expuesto anteriormente es un
problema que se presenta en estos espacios labo-
rales donde la jefatura separa a la población para
que cumpla con las tareas asignadas. Esto afecta
significativamente el proceso de práctica de las y
los estudiantes, especialmente cuando los temas de
investigación requieren de la convivencia constan-
te con las personas trabajadoras y estas no tienen
autorización de sus superiores para conversar con
las y los estudiantes.
Tomando en cuenta lo anteriormente mencionado
y las labores realizadas en el espacio laboral, se les
preguntó a las personas estudiantes si creían que
esta práctica aportó a su formación profesional en
Trabajo Social y fue interesante conocer las respues-
tas: “Me permitió desarrollar una mirada crítica
durante el proceso de la práctica, en donde pude
vincular la teoría con la realidad” (Conversación
personal, 2021). Otra estudiante señaló: “Pude ob-
servar las relaciones de poder, los roles de género, el
sexismo y las condiciones laborales que presentan
las personas trabajadoras” (Conversación personal,
2021). La siguiente estudiante expresó: “Se pudo
comprender fundamentos marxistas relacionados
con el modo de producción capitalista, la reproduc-
ción de la fuerza de trabajo dentro del mismo, así
como la feminización del trabajo, la explotación, la
precariedad laboral y factores relacionados con la
ergonomía y la psicología presentes en el mundo del
trabajo” (Conversación personal, 2021).
Como se puede notar, las y los estudiantes se-
ñalaron que esta práctica les permitió reconocer
sus limitaciones y fortalezas a la hora de ejercer
un trabajo durante ocho horas seguidas. Esto tiene
relación con algunas condiciones relacionadas con
los valores que, como trabajadores o trabajadoras
asalariados/as, se deben poner en práctica; por
ejemplo, ser responsable, honesto, sincero y pun-
tual, atributos que se valoran cuando se cumple con
un horario.
En ese sentido, agregaron que esos aportes téc-
nizativos y de capacitación, entre otros.
h. Procesos de mediación y negociación.
i. Procesos terapéuticos: intervención en crisis
y atención terapéutica individual, de pareja, grupal
y familiar.
j. Supervisión de los procesos de Trabajo Social.
k. Docencia universitaria en materia de Trabajo
Social, Ciencias Sociales y áreas académicas atinen-
tes al trabajo profesional (Ley 3943, 2022).
Considerando las actividades que se deberían
desarrollar en el ejercicio profesional, según lo con-
templado por el Colegio de Trabajadores Sociales
de Costa Rica (COLTRAS), es importante reconocer
que las prácticas preprofesionales se constituyen
en una herramienta pedagógica fundamental para
la formación profesional, pues no solo permiten al
estudiantado iniciar una experiencia laboral, sino
que también les brindan la oportunidad de poner en
práctica los conocimientos teóricos aprehendidos en
el aula y relacionarlos con la realidad social.
Por ende, es importante conocer el aporte téc-
nico-operativo de las personas estudiantes en los
distintos lugares donde se desarrolló la práctica: en
la empresa, comunidad, grupo organizado e institu-
ción. Con respecto a la primera práctica desarrollada
en empresas privadas, las personas entrevistadas
mencionaron que tenían clara la función que podía
desarrollar el estudiantado en dichos espacios, por-
que el equipo docente les explicó, con anterioridad,
en qué consistía la práctica y cuál era el objetivo
principal. También mencionaron que, en la empresa,
los encargados se tomaron el tiempo de explicar con
detalle las funciones específicas que realizarían.
Cabe mencionar que dos estudiantes negaron
conocer su función al menos al inicio de la prácti-
ca; uno de ellos indicó que fue un poco complicado
comprender la función que desarrollarían, ya que
los ubicaban lejos de las personas trabajadoras, que
en su mayoría eran hombres dentro de una bodega.
Mencionaron además que trabajaban durante todo
21Ciencias Sociales
en procesos grupales y comunales. Fomentar en las
personas cómo ser un buen líder o lideresa, como
facilitadores de procesos comunales, esta práctica
les posibilitó impulsar a que las personas aspiraran
al cambio, utilizando todo tipo de recursos (perso-
nales, comunales, institucionales, etc.).
Para finalizar, en la última práctica de Bachille-
rato, la cual se desarrolla en instituciones públicas
y/o privadas, según lo señalado por las personas
entrevistadas, se cumple con una gran cantidad de
actividades o tareas a lo largo de su proceso de for-
mación, las cuales les permiten desarrollar sus habi-
lidades en cuanto a redacción de informes, atención
de población, ejecución de proyectos, entre otros.
Ahora bien, para que dichos procesos técni-
cos-operativos logren superar el mero tecnicismo,
deben estar articulados con los fundamentos teóri-
co-metodológicos y ético-políticos del ejercicio pro-
fesional. En este sentido, hay que tener presente que:
Es en el ámbito de la instrumentalidad del Ser-
vicio Social que los componentes críticos y progre-
sistas de la cultura profesional son escogidos, iden-
tificados, construidos y reconstruidos, y de ellos
depende el restablecimiento de la unidad entre me-
dios y fines y la preocupación por los valores demo-
cráticos. Es la categoría que permite poner el acervo
técnico-operativo en su debido lugar: subordinada a
los valores y fines, dentro del proyecto profesional
hegemónico (Guerra, 2003, p. 158).
Lo anterior implica que las y los estudiantes, con-
jugando la teoría con la práctica y haciendo uso de
las dimensiones teórico-metodológica y ético-polí-
tica, construyen y reconstruyen su saber, al tiempo
que se posicionan en el mundo del Trabajo Social.
Asimismo, la relación entre teoría y práctica es un
elemento esencial que contribuye a su formación
profesional.
5.1.3. Dimensión ético-política
El análisis de esta dimensión dentro del proce-
so de la práctica es necesario, porque no se puede
desvincular de lo teórico-metodológico y lo técni-
nico-operativos se dieron en la comprensión de la
teoría marxista, del modo de producción capitalista,
la relación capital-trabajo, la desigualdad laboral, la
lucha de clases, la cuestión social, las condiciones
laborales y ergonómicas, y la importancia de las con-
diciones materiales y organizativas a lo interno del
trabajo para el desarrollo de personas sanas, así
como en el fortalecimiento de habilidades y des-
trezas para la comprensión del mundo del trabajo.
Una de las personas entrevistadas mencionó
que se podría repensar la finalidad de la práctica,
pues al ser la primera que se realiza en la carrera,
el estudiantado no comprende muchos conceptos
teóricos que, en el transcurso de esta, podrían ad-
quirirse en los siguientes años. Es decir, al momento
de realizar la práctica, el estudiantado no la vincula
con el ejercicio profesional, pero posteriormente
podrá hacerlo cuando adquiera mayor criticidad y
conocimiento teórico.
Con respecto a la II práctica, específicamente
relacionada con organizaciones comunales, las y los
estudiantes reconocieron que, gracias a los cursos
y su articulación con el proceso práctico, se logró
alcanzar el objetivo de desarrollar habilidades y
destrezas en diversos ámbitos, lo que les facilitó la
inserción comunal, pues obtuvieron elementos para
comprender las dinámicas comunales y las acciones
que se pueden plantear y ejecutar dentro de estas.
Sin embargo, es en la práctica donde estas habilida-
des se fortalecen y adquieren mayor sentido.
Dentro de las habilidades que desarrollaron es-
tán la escucha activa hacia las personas, el fortale-
cimiento de las relaciones interpersonales entre el
grupo de estudiantes y las personas de la comuni-
dad, identificación de redes de apoyo y fortaleci-
miento de la empatía hacia las personas, indepen-
dientemente de su condición social y económica.
Desarrollaron la capacidad de análisis y solución de
problemas comunales y grupales, además de poder
seleccionar qué aspectos son prioritarios y cuáles no
para dar una solución oportuna, tomando en cuenta
los recursos disponibles. El liderazgo fue otra habi-
lidad importante a la hora de trabajar en equipo y
Revista Pensamiento Actual - Vol 24 - No. 43 2024 - Universidad de Costa Rica - Sede de Occidente22
ses inmediatos. Se demandan competencias, pero
no la competencia autorizada y permitida, sino la
competencia técnica y ético-política que subordine
el “cómo hacer” al “qué hacer” y este al “deber ser”,
sin perder de vista sus raíces en el proceso social
(Iamamoto, 2008, p. 100).
Esto significa que las personas estudiantes son
responsables de las decisiones que tomen a partir
de su intervención profesional, acciones que podrían
afectar o beneficiar a las personas con las que se
trabaja.
En este sentido, la confianza que se les brinda
por parte de las personas supervisoras para asumir
responsabilidades es muy importante, porque todo
depende de la actitud y el compromiso mostrados
durante su permanencia en la institución u orga-
nización.
6. Conclusiones
La Carrera de Trabajo Social de la Sede de Occi-
dente (CTS-SO) apuesta por la construcción de diálo-
gos constantes entre la profesión y las personas, gru-
pos, comunidades y proyectos que se desarrollan en
la sociedad, vinculando de manera dinámica la teo-
ría y la práctica. Lo anterior se lleva a cabo mediante
la integración de enfoques y áreas de intervención
profesional. Una de las principales formas en las
que se visualiza esta integración es precisamente
en las prácticas preprofesionales que se realizan en
empresas, comunidades, grupos e instituciones u
organizaciones durante el primer, segundo y tercer
nivel de bachillerato, según corresponda.
La formación del estudiantado se enfoca en la
comprensión e investigación de las expresiones
de la cuestión social y de las formas en que estas
se manifiestan y afectan a diferentes poblaciones
en el contexto en el que se desenvuelven. Por ello,
se considera que los procesos de práctica son de
gran ayuda para que el estudiantado comprenda
los diversos fenómenos sociales desde su contexto
estructural.
Además, como parte de su proceso formativo,
co-operativo, pues constituye una herramienta fun-
damental en los procesos de trabajo. Este análisis
posibilita la reflexión crítica y reflexiva, de manera
que se asuman responsabilidades éticas y políticas
en los diferentes espacios donde se desarrolla el
proceso de la práctica preprofesional.
El trabajo social como profesión se caracteriza
por poseer un fuerte contenido político en su accio-
nar. Así lo percibe Midgley (2008), cuando señala
que “nuestro actuar siempre es político, siempre
supone relaciones de poder y siempre debe lidiar
con la forma en que éstas afectan las condiciones
y situaciones sociales que intervienen en los y las
profesionales” (p. 14).
En consecuencia, lo ético es coherente con lo po-
lítico desde la perspectiva en la cual se manifiesta la
necesidad de que los trabajadores sociales asuman
una postura mediada por la ética en su actuación
profesional, y de esta manera se conviertan en ac-
tores protagónicos, conscientes de su actuación y
de la intencionalidad que persiguen con ella (Falla
et al., 2011, p. 19).
Por tanto, se inculcan al estudiantado principios
y valores éticos para que los pongan en práctica en
los distintos escenarios laborales donde desarrollan
su experiencia académica, y que “esté en capacidad
de asumir los compromisos y desafíos que le implica
posicionarse de cara a la realidad social y contradic-
toria de la injusticia social” (Falla et al., 2011, p. 17).
Al respecto, Kisnerman (1998) señala que “la
formación de trabajadores sociales es parte de un
proyecto académico en el que, a partir de un análisis
de la sociedad actual y de un perfil académico-profe-
sional acorde a esa realidad, se insertan los objetivos
y contenidos curriculares” (p. 144).
En términos generales, la formación en Trabajo
Social (CTS) prepara académicamente a un/a profe-
sional informado/a, culto/a, crítico/a y competente,
que rompa tanto con el teoricismo estéril como con
el pragmatismo que deja prisionero al profesional
en el hacer por hacer, pensando en metas e intere-
23Ciencias Sociales
poblaciones y grupos en el país, principalmente en la
región de Occidente, Huetar Norte, Central y Pacífico
Norte. A su vez, fomentan el compromiso de las per-
sonas estudiantes para abordar esas necesidades.
Aunado a lo anterior, el hecho de que las prácticas
se lleven a cabo en los distintos espacios de actua-
ción profesional —es decir, en empresas, comuni-
dades, grupos e instituciones u ONG—, así como
las reflexiones en los cursos sobre sus vivencias en
el proceso de práctica, facilitan la comprensión de
la incidencia política que tiene el Trabajo Social en
el mejoramiento de las condiciones de vida de las y
los sujetos, e incluso en la búsqueda de una trans-
formación de esas condiciones.
En este sentido, las prácticas se convierten en
espacios de crecimiento, ya que representan un diá-
logo entre la formación universitaria y la realidad a
enfrentar, permitiendo que el estudiantado asimile,
en el mundo real, los aprendizajes teóricos, técnicos
y ético-políticos sustentados en los cursos que cur-
san a lo largo de su formación profesional.
Finalmente, las prácticas preprofesionales son
una estrategia para cumplir con la función de ex-
tensión y presencia de nuestra profesión a lo largo
y ancho del país. Por lo tanto, deben ser parte de
un proyecto académico que sea fruto del debate y
la discusión en cada nivel de bachillerato, y que es-
tén pensadas en el marco de una lectura crítica y
comprometida con los sectores más vulnerables de
la sociedad. Para ello, se requiere una evaluación
constante de los aportes de este proceso académico,
con el fin de identificar el tipo de formación que se
está ofreciendo en la Carrera.
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mediante las cuales las instituciones estatales, las
empresas y las organizaciones privadas intervie-
nen sobre las expresiones de la cuestión social, sea
a través de políticas públicas o desde propuestas
“filantrópicas” (como la responsabilidad social, por
ejemplo).
De igual forma, durante la formación profesional,
se da énfasis a determinados temas que requieren
ser abordados desde el Trabajo Social, tales como
las formas de reproducción de la fuerza de trabajo,
las formas de organización de las clases subalternas,
las políticas de organización y promoción social, y
la intervención profesional ante las demandas de
los sectores más desprotegidos.
Cada una de las prácticas preprofesionales reali-
zadas por el estudiantado está vinculada con alguno
de los temas mencionados. La primera práctica la-
boral permite que las personas estudiantes conoz-
can y experimenten las implicaciones del trabajo
remunerado y no remunerado, reconociendo las
condiciones que viven las personas trabajadoras
y comprendiendo cómo se reproduce la fuerza de
trabajo en las relaciones sociales capitalistas.
La segunda práctica, por su parte, permite que
el estudiantado comprenda cómo surgen y se desa-
rrollan los procesos de organización de las distintas
poblaciones a través de grupos de apoyo, asocia-
ciones de desarrollo, comités de caminos, comités
de deporte, entre otras formas de organización co-
munitaria.
Mientras que la tercera práctica conecta a fu-
turas y futuros profesionales con los espacios de
intervención del Estado y el tercer sector, frente a
las demandas de las clases subalternas, mediante la
atención a la población, la elaboración de informes,
las visitas de campo, los procesos grupales, entre
otras tareas que se realizan en el ámbito profesional.
Por tanto, las prácticas permiten que el estudian-
tado desarrolle y fortalezca una visión sociocrítica
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