Revista Pensamiento Actual - Vol 24 - No. 43 2024 - Universidad de Costa Rica - Sede de Occidente

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durante las últimas tres décadas, este crecimiento no ha sido suficiente para que las personas en con-dición de pobreza superen este estado. Unido a lo anterior, la desigualdad ha crecido en ese mismo período, lo que es un signo claro de que los frutos del crecimiento económico se están concentrando en grupos específicos de la población y no están llegan-do a todo el entramado social y productivo nacional.

Adicionalmente, el problema fiscal, agravado por los subsidios fiscales a la producción en los que se basa el estilo de crecimiento actual, constriñe la capacidad del Estado para atender las necesidades de la población en materia de inversión social.

En materia ambiental, los resultados han sido mixtos. Si bien el país ha consolidado su posición internacional como destino verde y la deforestación se ha detenido, recuperando zonas boscosas, per-sisten graves problemas asociados al uso del suelo, uso del agua, contaminación por agroquímicos y contaminación del aire, entre otros.

Si a eso agregamos los problemas causados por el cambio climático, así como la escasa planificación urbana y la actividad turística y agrícola de expor-tación, sobreexplotadora de recursos, nos encon-tramos con que los grupos más vulnerables de la población no solo no están recibiendo beneficios del nuevo estilo de desarrollo, sino que son las víctimas directas de su éxito.

Resulta necesaria una revisión profunda de las bases del actual estilo de crecimiento, de manera que se convierta en una verdadera herramienta de desarrollo nacional inclusivo y no en un mero ins-trumento de crecimiento económico que perpetúe rezagos estructurales y el empobrecimiento de am-plios sectores de la población nacional.

Referencias bibliográficas

Alpizar, F., Madrigal, R., y Salas, A. (2018). Retos ambientales de Costa Rica. BID, Departamento de Países de Centroamérica, Haití, México, Panamá y la República Dominicana.

déficits fiscales, con la consiguiente restricción de la inversión pública y del gasto social, entre otros, así como los problemas de pobreza y desigualdad estructurales. Asimismo, el estilo de desarrollo ac-tual ha profundizado algunos de los problemas am-bientales que el país venía enfrentando en décadas previas (Zamora, 2022, p. 5).

Las exoneraciones concedidas por los regíme-nes de incentivo a la exportación y de atracción de inversión extranjera directa (IED), así como las reducciones arancelarias promovidas por el estilo de crecimiento, parecen haber contribuido a exa-cerbar los déficits fiscales. La inversión pública ha sido muy limitada durante las últimas décadas, lo que ha derivado en una Costa Rica con un sustancial rezago en infraestructura en varias dimensiones: vial, educativa, de salud pública y de suministro de agua potable, entre otras.

En materia social, la promoción de exportacio-nes ha contribuido al incremento de la brecha entre clases sociales, favoreciendo la concentración de la riqueza y el aumento de la desigualdad. Esto se debe a que se ha generado una dualidad entre las actividades económicas ligadas al mercado externo y las que operan en el mercado interno. En general, las primeras están poco encadenadas a la dinámica y a las actividades productivas nacionales, y bási-camente se constituyen en enclaves productivos. Las actividades dirigidas al mercado externo han alcanzado elevados niveles de productividad y, en el caso de las zonas francas, también niveles salariales superiores a la media nacional.

Por su parte, las actividades agrícolas tradiciona-les y las demás actividades ligadas al mercado inter-no han sido poco dinámicas en las últimas décadas, lo que ha llevado a que la población que depende de ellas para subsistir enfrente menores ingresos, más desempleo y niveles de vida más bajos.

La pobreza no muestra signos de mejora signifi-cativa desde hace décadas, lo mismo que la desigual-dad medida por el índice de Gini. Si bien es cierto que el país ha logrado crecer de manera sostenida