Control de
Diabetes mellitus e hipertensión arterial en personas
afiliadas al Seguro Popular. El caso de habitantes de las localidades
rurales en Tabasco, México
Control
of Diabetes mellitus and hypertension in people affiliated to
the Seguro Popular. The case of residents of rural towns in Tabasco,
Mexico
Resumen
En este artículo se
presentan los resultados de un estudio cuyo
objetivo fue conocer la atención que se brinda en las clínicas del
primer nivel a personas que tienen un diagnóstico de diabetes mellitus
o de hipertensión arterial y que cuentan con Seguro Popular.
Participaron habitantes de tres localidades del municipio de Nacajuca,
Tabasco con menos de 1,200 habitantes y 98,4% en hogares
indígenas. Se realizó una encuesta de hogares; entrevistas abiertas y
pláticas informales con autoridades municipales y médicos alópatas. A
través de la encuesta se obtuvo información completa de 328 hogares
donde se identificó a 107 personas con una enfermedad crónica, 79,4% de
ellas afiliadas al Seguro Popular. Las principales enfermedades
reportadas son diabetes mellitus
trastornos de la visión e hipertensión
arterial. La mayoría de las personas entrevistadas (73,2%) acude al
control de estas enfermedades a la clínica institucional que se ubica
en o cerca de su localidad de residencia. Sin embargo, mencionan que
esta cita de controles tiene un requisito a cumplir. En las clínicas de
salud no se siguen los procedimientos normados y existe desabasto de
medicamentos específicos, por lo que las personas entrevistadas siguen
diversas estrategias para adquirir los medicamentos. Se concluye que el
tratamiento y control de la hipertensión arterial y de la diabetes
mellitus se contemplan en los
servicios que otorga el Seguro Popular;
sin embargo, existen deficiencias en el cumplimiento de lo normado
oficialmente. Se sugiere que los tomadores de decisiones públicas en
salud otorguen la importancia que merece el primer nivel de atención
médica en la atención de las enfermedades crónicas.
Palabras clave: servicios de salud,
hipertensión arterial, diabetes
mellitus, comunidades rurales, Nacajuca, Tabasco
Abstract
This article discusses the
results of a study designed with the
objective to know about the attention that receive at a first level
clinics the persons with a diagnosis of diabetes mellitus or
hypertension and Seguro Popular
insurance. Methodology: The study was in
three towns of Nacajuca, Tabasco, México with less than 1,200
inhabitants and 98.4 per cent in indigenous households. The information
was gathered from a survey of households; open interviews and informal
talks with municipal authorities and allopathic physicians. Through the
survey was obtained complete information of 328 households; 107
personas with a chronic disease, 79.4% of them affiliated to the Seguro
Popular. The main reported diseases are diabetes mellitus
disorders of
vision and hypertension. The majority of those interviewed (73.2%) goes
to the control of these diseases to the institutional clinic located in
or near their town of residence. However, they mention the control as a
requirement to meet. Regulated procedures are not followed in health
clinics and there is shortage of specific medications so the persons
follow various strategies to acquire the drugs. Conclusions: the
treatment and control of hypertension and diabetes mellitus is covered
by the catalogue of services that gives the Seguro Popular.
Notwithstanding there are deficiencies in compliance with the regulated
officially. It is suggested that the public decision-makers in health
grant the importance that deserves the first level of health care in
the care of chronic diseases.
Keywords: health services,
hypertension, diabetes mellitus, rural
communities, Nacajuca, Tabasco
Fecha de
recibido: 14 enero
del 2014 Fecha de aprobado: 17
marzo del 2014
Fecha
de corregido: 8
abril del 2014
1.
Introducción
Las enfermedades crónicas
no transmisibles son un problema de salud
pública en el ámbito mundial; la Organización Mundial de la Salud
reporta que 90,0% de las defunciones por alguna de estas enfermedades
ocurren en países de ingresos medios y bajos (OMS, 2013). En
el caso específico de México, en el 2011 las cardiopatías isquémicas,
la diabetes mellitus y los tumores malignos ocuparon los tres primeros
lugares como causa de muerte. La diabetes mellitus representó
en el ámbito nacional 11,7% y 16,3% del total de defunciones en hombres
y en mujeres, respectivamente. En el mismo año, en el estado
de Tabasco, esta enfermedad ocupó el primer lugar como causa de
defunción en mujeres y el segundo lugar en hombres: 19,7% y 12,7%
respectivamente (Instituto Nacional de Estadística y Geografía, 2011).
En México el Sistema
Nacional de Salud se integra por: (1) las
instituciones de seguridad social bajo el régimen de cuotas
obrero-patronales donde la afiliación depende de la condición laboral;
(2) la medicina privada y (3) el Seguro Popular de Salud.
Este último se establece en el sexenio 2000-2006 para las personas que
no tienen la posibilidad de acceder a una institución de seguridad
social, o bien, para quienes no tienen capacidad económica para comprar
un seguro médico privado. Los objetivos principales del
Seguro Popular son garantizar la cobertura universal de salud a la
población mexicana; reducir la brecha entre familias derechohabientes a
la seguridad social y quienes carecen de esta prestación; crear un
fondo de protección contra gastos catastróficos y la disminución del
pago de bolsillo por gastos en salud2 principalmente
el que se
destina para la compra de medicamentos y consultas médicas. Los
servicios del Seguro Popular se ofrecen con la infraestructura de
los servicios estatales de salud. De esta forma el Gobierno Federal a
través de la Secretaría de Salud espera beneficiar a las personas
afiliadas, especialmente a aquellas con bajos ingresos económicos
(Secretaría de Salud, 15 de marzo del 2002). El Seguro
Popular contempla la atención de las enfermedades desde el primer al
tercer nivel de atención médica en el Catálogo Universal de Servicios
de Salud (Gobierno Federal de México, 2012). En congruencia
con los objetivos del Seguro Popular la Secretaría de Salud enfatiza la
necesidad de garantizar el acceso y la calidad de los servicios de
salud a través del suministro de medicamentos e insumos así como de
fortalecer la infraestructura y el equipo médico para atender en su
lugar de origen a las personas que demandan atención médica (Secretaría
de Salud, 2007).
Con el surgimiento del
Seguro Popular se observan cambios en las
estadísticas de salud. El Instituto Nacional de Geografía y
Estadística (INEGI) incluye, a partir del censo de población y vivienda
2005, como población derechohabiente a quienes se encuentran afiliados
a una institución de seguridad social o al Seguro Popular y a quienes
cuentan con un seguro médico privado (INEGI, 2005; 2010a;
2010b). Es conveniente mencionar que este último no incluye
beneficios que brindan las instituciones de seguridad social por
ejemplo, aseguramiento por riesgos de trabajo, enfermedad, maternidad,
invalidez y jubilación, entre otros.
En su informe sobre
Pobreza en México, el Consejo Nacional de
Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL, 2012a) reporta
con base en datos censales, que entre 2006 y 2011 se observó una
reducción de la carencia de acceso a los servicios de salud secundaria
en buena medida al avance de cobertura del Seguro Popular. En
el mismo informe se reporta que es esta la carencia que disminuyó de
manera más pronunciada entre las consideradas para la medición de la
pobreza. Por ejemplo, en el estado de Tabasco la población
sin derechohabiencia a servicios de salud pasó de 69,5% en el 2005 a
25,2% en el 2010. Este descenso se debe en buena medida al número de
personas afiliadas al Seguro Popular: 61 de cada 100 habitantes (INEGI,
2005, 2010a).
La detección, el
diagnóstico y el tratamiento oportunos de la Diabetes
mellitus (DM) y de la hipertensión arterial (HTA) se incluyen en el
Catálogo único de Servicios del Seguro Popular (Gobierno Federal de
México, 2012), con la garantía del acceso a las diferentes acciones
desde la detección hasta el abastecimiento de los medicamentos
específicos, desde el primer hasta el tercer nivel de atención
médica. El objetivo de este artículo es analizar y
reflexionar acerca de la atención que reciben por parte de las clínicas
institucionales del primer nivel de atención, las personas con un
diagnóstico de DM o bien de HTA y que se encuentran afiliadas al Seguro
Popular.
1.1 Contexto del área de estudio
El estado de Tabasco, se
localiza en el sur de la República Mexicana,
cuenta con 2 238,6032 habitantes de los cuales 3,0% habla una lengua
indígena. Los municipios con mayor presencia de población
indígena son Tacotalpa (19,0%) y Nacajuca (14,5%). Las lenguas
indígenas que se hablan en el estado son Chontal de Tabasco y en menor
medida Chol, Tzeltal y Tzotzil, estos últimos migrantes del estado de
Chiapas (INEGI, 2010a).
El municipio de Nacajuca
se ubica a 26 kilómetros de Villahermosa,
ciudad capital de Tabasco y cuenta con 73 localidades, en 15 de ellas
más del 40,0% de la población habla la lengua Chontal de
Tabasco. El porcentaje de monolingüismo en el municipio se
calcula en 0.14% (INEGI, 2010a). El municipio de Nacajuca se
clasifica con un grado de marginación bajo (Consejo Nacional de
Población, 2010), sin embargo, al interior del mismo se observan
diferencias en los indicadores sociales. Observe en el cuadro
1 que en las localidades del estudio el porcentaje de población
analfabeta es tres veces mayor que el que se reporta para el estado de
Tabasco y 2.5 veces más alto que la media municipal.
Asimismo, el porcentaje de población derechohabiente es superior a la
media estatal y municipal debido al número de personas que se
encuentran afiliadas al Seguro Popular.
Las localidades que se
incluyen en el estudio se comunican con la
cabecera municipal por una carretera pavimentada y los habitantes
cuentan con el servicio de transporte público regular de
camionetas Van, taxis colectivos y mototaxis para trasladarse
entre otras actividades, a las clínicas disponibles en la región y a la
cabecera municipal cuando desean consultar en la medicina privada, el
hospital regional o bien en las farmacias de medicamentos genéricos
conocidas en la región como Farmacias
Similares.
2.
Metodología
Los resultados que se
presentan en este trabajo forman parte de un
proyecto de investigación más amplio que se realizó con el objetivo de
conocer la atención que ofrece el Seguro Popular a habitantes indígenas
de áreas rurales en las clínicas institucionales del primer nivel de
atención médica.
En la selección de las
localidades se listaron en primer lugar las 73
localidades del municipio de Nacajuca (INEGI, 2010a), se obtuvo el
porcentaje de personas de cinco años y más que habla una lengua
indígena así como el porcentaje de población en hogares
indígenas. Se eligieron las localidades que cumplieran con
los siguientes criterios: menos de 1,200 habitantes; 80% y más de
población de cinco años y más que hablen lengua indígena y con 80% y
más de población en hogares indígenas. Cinco de las 73
localidades cumplían con estos criterios, una de ellas con clínica
local. Se eligió la localidad con clínica y en forma aleatoria dos de
las cuatro restantes.
Como parte de la ética de
la investigación, al inicio del trabajo de
campo se solicitó autorización a representantes municipales para
visitar las localidades y permanecer en ellas durante todo el
desarrollo de la investigación. Antes de realizar una
entrevista se informó a cada persona la participación voluntaria, la
garantía del anonimato y del uso exclusivamente académico de la
información.
Se realizó el trabajo de
campo durante los meses de octubre a diciembre
del 2012 y de enero a mayo del 2013. Para recabar la
información se usaron técnicas cuantitativas y cualitativas. Las
primeras incluyen revisión de fuentes secundarias como censos e
informes de organismos gubernamentales y una encuesta de hogares en las
tres localidades seleccionadas.
Las técnicas cualitativas
incluyen observación, pláticas informales con
habitantes de las localidades; entrevistas a médicos pasantes y a
personas con DM e HTA. Se diseñaron los instrumentos para recabar la
información, una prueba piloto de donde derivaron las adecuaciones
necesarias y los instrumentos finales. En el levantamiento de
la encuesta participaron la responsable del proyecto y dos pasantes de
la licenciatura de nutrición. Se visitaron todas las viviendas de las
tres localidades seleccionadas y con el apoyo de un cuestionario se
identificó en los hogares a personas con el antecedente de diagnóstico
de una enfermedad crónica; condición de derecho habiencia a alguna
institución de seguridad social y de afiliación al seguro popular y las
opciones de uso más frecuente para atender las
enfermedades. Además, a partir de preguntas abiertas se exploraron
los principales
motivos de uso y de no uso de la clínica institucional de salud
disponible (primer nivel de atención). En total se visitaron
328 hogares, en 73 de ellos se identificó a 107 personas con alguna
enfermedad crónica.
Al concluir la encuesta de
hogares, la responsable del proyecto
solicitó a las 107 personas una entrevista personal y recabó
información acerca de aspectos socioeconómicos, condición de hablantes
de lengua indígena; apoyo de programas sociales gubernamentales y el
lugar donde lleva el control de su enfermedad. A partir de
estas entrevistas se surgieron aspectos en el control y seguimiento de
la enfermedad que necesitaban explorarse con más profundidad. Se
solicitó a personas con DM e HTA su colaboración para una entrevista
abierta. Se realizaron en total 17 entrevistas al llegar a la
saturación de la información.
El análisis de la encuesta
se hizo con el apoyo del programa
SPSS. Las entrevistas y las notas en el diario de campo se
transcribieron en Word, se realizó la lectura del contenido y se
identificaron categorías para su análisis.
3.
Resultados
3.1
Población entrevistada
A través de la encuesta se
visitó un total de 328 hogares donde se
identificó a 107 personas con alguna enfermedad crónica; 47 (43,9%)
hombres y 60 (56,1%) mujeres. Las principales enfermedades reportadas
fueron diabetes mellitus 24 (22,4%); trastornos de la visión 22
(20,6%); e hipertensión arterial 17 (15,9%). El número de
personas que reportan trastornos de la visión aumenta a 26 cuando se
suman aquellas que tienen además un diagnóstico de diabetes mellitus o
de hipertensión arterial (Cuadro 2).
En los objetivos del
estudio no se incluyó caracterizar en forma
individual las principales complicaciones de las enfermedades crónicas,
así como tampoco proponer a la población procedimientos clínicos, de
laboratorio o de gabinete para el diagnóstico de posibles
complicaciones a las enfermedades crónicas tales como retinopatías o
insuficiencia renal, por nombrar dos. Sin embargo, se reporta
en el presente artículo por considerarlo importante desde el punto de
vista social, clínico y epidemiológico. Se reportó además a
autoridades de la Secretaría de Salud en una reunión de transferencia
de resultados de la investigación. A continuación se enfoca la atención
únicamente en las personas que reportaron DM o bien HTA.
3.2
Personas con Diabetes mellitus e Hipertensión Arterial
En total se identificó a
41 personas con DM o con HTA. En el Cuadro 3
se presentan las características sociodemográficas de estas personas.
Observe que las actividades económicas de las personas entrevistadas es
el empleo informal. La cestería es una actividad tradicional
del municipio de Nacajuca que para la mayoría de las mujeres
entrevistadas se considera como una actividad secundaria que realizan
“mientras descansan” y es un complemento para el ingreso familiar.
La fuente de ingresos
económicos adquiere importancia en el presente
estudio desde el momento en que, en México la condición laboral se
asocia con la oportunidad para ser derechohabiente de alguna
institución de seguridad social bajo el régimen contributivo financiado
por cuotas obrero-patronales. únicamente once de las 41
personas con DM o HTA (3 hombres y 8 mujeres) son derechohabientes al
Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) o bien al Instituto de
Seguridad Social del estado de Tabasco (ISSET). Todas las
mujeres de este grupo son conyugues o madres del trabajador, titular
del seguro. El resto (30 personas) se encuentra afiliada al
Seguro Popular. En resumen, y específicamente en el tema central de
este artículo, la mayoría de la población que participó en el estudio
depende de los servicios del Seguro Popular al momento de decidir la
atención de una enfermedad en alguna institución de salud.
3.3
Control de Diabetes mellitus e hipertensión arterial y primer nivel
de atención médica
La Secretaría de Salud
otorga el primer nivel de atención médica a los
habitantes de las localidades rurales independientemente de su
condición de derecho habiencia. Las personas que solicitan
los servicios de las clínicas acuden caminando (15-20 minutos en
promedio), o bien, en mototaxis (cinco minutos de viaje con un costo de
$5,00MXN (0.40 dólar) por persona. El personal que atiende
estas clínicas es el mismo que existía antes de que se instituyera el
Seguro Popular, es decir, un médico pasante en servicio social y una
enfermera. Los días y horarios de atención son de lunes a viernes, de 8
a 16 hrs. posteriormente cierran la clínica, el médico se retira de la
localidad y regresa al día siguiente. La consulta se realiza
en español. En dos de las tres localidades se presentaron
dificultades durante las entrevistas para la comunicación en español
con mujeres de mayor edad por lo que fue necesario el apoyo de un o una
traductora a la lengua indígena.
De acuerdo con uno de los
médicos pasantes entrevistados, enfrenta
dificultades para atender a las mujeres de mayor edad, sobre todo
cuando llegan sin acompañante y no se encuentra en la clínica una
persona voluntaria que le ayude con la traducción
Chontal-español-Chontal. En la tercera localidad, la
promotora de salud y la enfermera mencionaron que no existe el problema
de la barrera lingüística en los servicios de salud que se ofrecen lo
cual se constató por observación durante las visitas a las clínicas y a
través de las entrevistas en los hogares de esta localidad.
La mayoría de las personas
afiliadas al Seguro Popular (73,2%) acude a
la clínica local para su control por DM o HTA (cuadro 4). Respecto
a
las personas derechohabientes a la seguridad social y que llevan el
control de su enfermedad en la clínica de la Secretaría de Salud,
mencionaron que acuden ahí para cumplir con un requisito de
corresponsabilidad con el Programa de Desarrollo Humano Oportunidades
y/o al Programa de Pensión para Adultos Mayores3 (Secretaría
de Desarrollo Social, 30 de diciembre de 2013; 29 de diciembre de
2013). En voz de una de las mujeres entrevistadas:
“me afilié al Seguro Popular porque llegó un papel de
Oportunidades
donde decían que teníamos que afiliarnos, teníamos que asegurarnos,
pero el Seguro Popular, a veces cubre y otras no” (Amelia, 68 años, con
DM, con Seguro Popular).
Los médicos entrevistados
mencionaron que cuando una persona no asiste
a su cita de control la enfermera realiza una visita domiciliaria para
conocer el motivo de la inasistencia así como para informar de los
riesgos y complicaciones si se abandona el tratamiento. Durante el
trabajo de campo se observó que la visita domiciliaria se
facilita en las localidades en el estudio (con menos de 1,200
habitantes) ya que las enfermeras conocen a la mayoría de los
habitantes.
Hasta el momento, y
únicamente con el análisis de los datos
cuantitativos se puede afirmar el éxito en la continuidad del control
de las personas con DM e HTA en las clínicas institucionales del primer
nivel de atención disponibles para los habitantes de las tres
localidades. Sin embargo, existen diferencias entre el uso y la calidad
de ese control como queda en evidencia cuando se analiza la información
cualitativa. Las personas entrevistadas coincidieron en
mencionar que la consulta de rutina para el control de estas
enfermedades se limita a medir la tensión arterial, el peso y la
glicemia capilar en el caso de las personas con DM. No existe un
control metabólico regular y el antecedente de valoración especializada
por el oftalmólogo. Otro aspecto importante es la irregularidad en el
abasto de medicamentos, por lo que el médico extiende una receta para
que los adquieran con recursos propios. La forma como
resuelven estas personas el problema de la falta de medicamentos queda
plasmada en los siguientes testimonios:
“El seguro popular no
apoya, me quedo sin el medicamento para el
control de la diabetes, entonces para nada está la clínica. Cuando me
toca checarme el azúcar es una cola grande y yo en ayunas, la doctora
llega hasta las ocho, ocho y media y nosotros como diabéticos en
ayunas. Ahorro mis centavitos y me checo el azúcar en particular, ¿para
qué voy a madrugar?” (Catalina, 63 años, DM; con Seguro Popular).
“He tenido que comprar mi medicamento en la farmacia en
Nacajuca. Tengo
Adultos Mayores, me dan $500.00 al mes, de ese dinero compro mi
medicina porque no quiero quedarme sin tomarla. Me afilié al Seguro
Popular por consejo de mi esposa, es bueno porque si no tengo dinero,
voy al centro de salud y no tengo que pagar mi consulta” (José Juan, 74
años, con HTA, con Seguro Popular).
“Me afilié al Seguro
Popular porque me dijeron en el centro de salud
que de lo contrario, me cobrarían la consulta, y es cierto, no pago la
consulta. Es bueno tener el Seguro porque si se presentara una
enfermedad grave, no me cobrarían, aunque hasta la fecha [y de acuerdo
con su percepción] no he tenido que usarlo” (Siomara; 43 años,
DM,
Seguro Popular).
“Los análisis de
laboratorio me los hacen únicamente cuando se me
altera el azúcar. Me he quedado sin medicamentos hasta un mes por no
tener dinero para comprarlos. Los niños están en la escuela”
(Margarita, 40 años, DM, Seguro Popular).
A pesar del número pequeño
de personas derechohabientes al Instituto
Mexicano del Seguro Social, dos de las tres personas entrevistadas
acuden al control de su enfermedad a la clínica de adscripción que se
localiza en la ciudad de Jalpa de Méndez, a 15 minutos en transporte
público. Estas personas, entrevistadas en forma independiente,
coincidieron en mencionar que no les ha faltado el medicamento
específico y que en forma periódica se realizan exámenes de
laboratorio. Una situación diferente viven las personas adscritas al
ISSET y en este caso se debe principalmente a que la clínica de
adscripción se localiza en la ciudad de Villahermosa. La mayoría de
estas personas (62,5%) lleva el control de su enfermedad en la medicina
privada. De acuerdo con las respuestas usan el servicio del ISSET
únicamente en el caso de que se presente una enfermedad grave en la
familia.
4.
Discusión
En México existen
procedimientos normados a seguir para el diagnóstico,
control y tratamiento de la DM y de la HTA en el primer nivel de
atención médica (Secretaría de Salud, 23 de noviembre de 2010; 31 de
mayo de 2010. México). Todos estos procedimientos se contemplan en el
Catálogo 2012 de enfermedades que cubre el Seguro Popular donde se
especifica que el tratamiento de la DM incluye el manejo farmacológico
y no farmacológico, la asesoría de un nutriólogo y una interconsulta
anual con un médico especialista, además de la valoración de
oftalmología para todas las personas que lo requieran (Gobierno Federal
de México, 2012). Si se cumpliera lo normado la población tendría
garantizados en sus lugares de residencia el control de su enfermedad
así como la solicitud de interconsulta especializada.
Desafortunadamente y de
acuerdo con los resultados del estudio no
sucede de esta forma. El impacto del Seguro Popular en la población
mexicana ha sido estudiado por diversos autores (Frenk, 2004; Frenk et
al., 2007; Knaul et al.,
2005; Galárraga et al., 2010;
Danese-dlSantos,
2011) quienes reportan que el Seguro Popular tiene una buena
focalización y apoya a las familias que no tienen acceso a los sistemas
de seguridad social formal. Sin embargo, estos autores
reconocen que existen deficiencias en el desabasto de medicamentos e
insuficiente equipamiento de las clínicas para brindar una atención
médica de calidad. El desabasto de medicamentos para la DM es
un problema que se comparte con otros países latinoamericanos (Vieira
et al., 2010; Elorza, Moscoso
y Ripari, 2012). Las
consecuencias de estas deficiencias tienen efectos biológicos, sociales
y económicos muy fuertes precisamente en la población que se debería
beneficiar del sistema de Protección Social de Salud.
De los resultados del
estudio se hace evidente que la visita periódica
de control de la DM y de la HTA se concreta a cumplir con un
requisito. No se evalúa el control metabólico y aun cuando el
personal médico considera el riesgo al que se exponen estas personas al
no tener acceso a un tratamiento farmacológico, no se encuentran en
posibilidades de solucionar el problema. Desde la Salud
Pública, se agregan las consecuencias de solicitar la cita periódica de
control como requisito obligatorio para recibir el apoyo económico de
programas sociales gubernamentales sin garantizar la calidad de dicha
consulta. Un requisito que se contempló en las normas
operativas de los programas sociales desde la perspectiva de la salud
pública y como acciones positivas para la población se ha convertido en
una obligación que las personas beneficiarias de estos programas tienen
que cumplir porque de lo contrario se les retira el apoyo
económico. Se resta así valor a las bondades de la prevención
y el control.
De esta forma para las
personas entrevistadas el Seguro Popular se
asocia a la atención de enfermedades graves y como un medio para evitar
los gastos que conlleva una urgencia médica, sin embargo, no se
contempla el derecho a un servicio médico de calidad en el primer nivel
de atención. No se debe pasar por alto que es precisamente
este nivel de atención donde se llevan a cabo todas las acciones
básicas de la prevención primaria y secundaria que incluye la
promoción, protección específica y detección, diagnóstico y tratamiento
oportuno de enfermedades.
Las enfermedades tienen un
componente biológico y otro social. Las
personas con antecedentes familiares, inmunodeprimidas, con escasa
actividad física y con obesidad o sobrepeso tienen mayor riesgo de
presentar enfermedades crónicas entre las que se incluyen la DM y la
HTA. Se sabe también que las personas con desnutrición en la
infancia y con infecciones frecuentes tienen mayor probabilidad de
desarrollar en la edad adulta enfermedades cardiovasculares y DM (OMS,
1985; Phillips, 1998; Ravelli, 1998)).Al momento de evaluar el impacto
de los programas de prevención y control, es necesario no pasar por
alto los determinantes sociales. Organismos gubernamentales e
instituciones académicas reconocen la carga social y económica que
representan las enfermedades crónicas para los grupos de población
desfavorecidos económicamente (Salinas et al., 2001; Arredondo, 2004;
OMS, 2010).
Un aspecto que merece
reflexión de los resultados del estudio, es el
número de personas que reportaron discapacidad visual o ceguera y que
de acuerdo con cifras oficiales es actualmente la segunda causa de
discapacidad en México, después de las limitaciones en la movilidad
(INEGI, 2010a). Es conocido que la nefropatía y el glaucoma
son complicaciones secundarias de la DM (Buchanan, 2002; Laclé y
Valero, 2009). En México, y de acuerdo con lo normado por el Seguro
Popular se contempla la atención de las discapacidades visuales e
inclusive la canalización al especialista en todas las personas con DM
o HTA que así lo requieran. Es preocupante que estas normas
que se sugieren por un equipo de expertos en la materia no se lleven a
la práctica.
5.
Conclusiones
Es indudable que el Seguro
Popular en México es una propuesta positiva
por parte del Gobierno Federal, sin embargo, al momento de llevar a
operación lo normado se presentan deficiencias que merecen
atención. En el actual modelo de atención institucional en
México se hacen evidentes las consecuencias del abandono de los
principios de la salud pública en los tres niveles de prevención
(primaria, secundaria y terciaria). Las personas con un
diagnóstico de Diabetes mellitus e hipertensión arterial pagan un costo
alto tanto en el aspecto biológico como social. Se sugiere a
quienes toman decisiones en salud vigilar que se cumpla con lo normado
y lo que se establece en las reglas operativas de los programas de
salud.
6.
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26(6), 1163-1174.
6.
Agradecimientos
Al Programa de
Mejoramiento del Profesorado (PROMEP) por el
financiamiento que otorgó al proyecto “Seguro Popular en localidades
rurales con población indígena de Tabasco: primer nivel de atención
médica” 2012-2013.
Control
de Diabetes mellitus e hipertensión arterial en personas afiliadas al
Seguro Popular. El caso de habitantes de las localidades rurales en
Tabasco, México by
Elda Montero Mendoza is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional License.
Notas
1.
Universidad Juárez Autónoma de Tabasco. MéXICO. eldamontero@yahoo.com
2. El gasto de bolsillo es
el total de desembolso económico que hace un
hogar para recibir atención médica. Incluye los gastos que se
relacionan en forma directa con la atención así como aquellos que son
necesarios para acceder a dicha atención (OMS, 2003).
3. El Programa de
Desarrollo Humano Oportunidades y el Programa Atención
a Adultos Mayores son programas sociales gubernamentales vigentes en
México bajo la responsabilidad de la Secretaría de Desarrollo Social.
Las personas beneficiarias tienen obligaciones de
corresponsabilidad para recibir el apoyo económico que se les brinda
entre las que se incluye acudir a una cita periódica a la clínica
institucional del primer nivel de atención médica que se les asigne.
Cuando no cumplen con el requisito de la cita periódica se les da de
baja en el programa y se les retira el apoyo económico (Secretaría de
Desarrollo Social 2013a; 2013b).