Susceptibilidad y síntomas respiratorios asociados a la exposición a
dióxido de carbono y dióxido de azufre provenientes del volcán
Turrialba, Costa Rica
Susceptibility
and respiratory symptoms associated to carbon dioxide
and sulphur dioxide exposure from Turrialba volcano, Costa Rica
Marisol Yglesias-González1, Horacio Alejandro Chamizo-García2
Resumen
El volcán Turrialba ha
mantenido en los últimos años una actividad de
desgasificación, y paulatinamente se han mostrado los efectos de este
dinamismo sobre la vegetación e infraestructuras de las comunidades
aledañas. Entre las sustancias que conforman esta actividad de
desgasificación se encuentra el dióxido de carbono y el
dióxido de azufre que se han ido incrementando y son capaces de afectar
la salud respiratoria de quienes se exponen a ellas. El objetivo de
esta investigación es analizar la proclividad de las poblaciones
aledañas de desarrollar síntomas respiratorios ante las exposiciones
vía aérea de dióxido de carbono y dióxido de azufre provenientes del
volcán Turrialba. La investigación consistió en un estudio transversal,
descriptivo, analítico y cuantitativo. Se trabajó con ocho comunidades,
y se obtuvo una muestra de 502 personas. Las comunidades estudiadas
fueron: Hacienda La Fuente, La Central, La Silvia, Miravalles, Finca El
Retiro, Guayabo Arriba, Las Virtudes y La Alegría. Esta última fue la
comunidad control. Los estratos con mayor riesgo de presentar molestias
en la garganta cuando hay exposición a gases volcánicos fueron los
niños y adultos mayores (OR=1,93), mujeres (OR=1,86), personas que
emplean varios tipos de cocina (OR=2,07), individuos con ocupaciones al
aire libre (OR=1,51) y personas con ingresos iguales o mayores a los
USD $475 (OR=2,09). Los estratos con mayor riesgo de presentar
molestias en la nariz fueron los niños y adultos mayores (OR=1,37),
mujeres (OR=1,83), personas que emplean cocina eléctrica (OR=2,23),
individuos con ocupaciones dentro de edificaciones (2,12) y personas
con ingresos inferiores a los USD $475 (OR=2,30).
Palabras clave: sistema
respiratorio, enfermedades respiratorias,
contaminación atmosférica, salud pública, epidemiología, medio
ambiente, riesgo.
Abstract
In the past years, the
Turrialba volcano has kept a degassing activity.
Gradually, this dynamic has shown its effects on the vegetation and
infrastructure of the communities surrounding the volcano. Some of the
substances of this degassing activity include increasing concentrations
of carbon dioxide and sulfur dioxide that are capable of affecting the
respiratory health of those exposed to them. The objective of this
research is to analyze the proclivity of the surrounding populations to
develop respiratory symptoms due to aerial exposure of carbon dioxide
and sulfur dioxide from the Turrialba volcano. The research consisted
of a cross-sectional, descriptive, analytical and quantitative study.
The study was conducted in eight communities, obtaining a sample of 502
people. The interviewed communities were: Hacienda La Fuente, La
Central, La Silvia, Miravalles, Finca El Retiro, Guayabo Arriba, Las
Virtudes and La Alegría, the latter being the control community. The
strata with higher risk of throat discomfort when exposed to volcanic
gases were children and the elderly (OR = 1.93), females (OR = 1.86),
people who cook with several types of cook stoves (OR = 2.07),
individuals with outdoor occupations (OR=1.51) and those with incomes
equal to or greater than $ 475 (OR = 2.09). The strata with higher risk
of throat discomfort were children and the elderly (OR = 1.37), females
(OR = 1.83), people who cook with electric stove (OR = 2.23),
individuals with occupations within buildings (2.12) and those with
incomes lower than $ 475 (OR = 2.30).
Keywords: respiratory system,
respiratory diseases, atmospheric
pollution, public health, epidemiology, environment, risk.
Fecha de
recibido: 5 febrero del 2014 Fecha de aceptado: 17
marzo del 2014
Fecha de corregido: 7 abril del 2014
1.
Introducción
El volcán Turrialba está
ubicado en la Cordillera Volcánica Central,
aproximadamente a 3340 m.s.n.m. En las faldas de este volcán se ha
desarrollado actividad económica de tipo agropecuaria y se han
construido asentamientos cercanos. La actividad de este coloso
posterior a la erupción de 1866 y hasta 1995, ha sido de tipo
fumarólica con aportes sulfurosos (Alvarado, 2011). La actividad de
este estratovolcán se ha venido incrementando progresivamente desde el
2000. A partir del 2007, la presencia de gases se hace evidente en la
vegetación, marchitada y quemada por el aumento de las emanaciones, así
como en la lluvia, que ha experimentado cambios físico-químicos
importantes a nivel de pH y de concentración de aniones de origen
volcánico (Martini, 2009). Por otra parte, en enero del 2010
“el volcán entra en un período de inestabilidad termodinámica lo cual
se refleja en la aparición de erupciones freáticas. En 2012, vuelven
las erupciones formando un nuevo boquete en enero de ese mismo año”
(González-Ilama, Mora, Alpízar, Ramírez, Mora y Taylor, 2013, p. 2).
Los cambios ambientales
producidos en el volcán Turrialba y sus zonas
aledañas desde el año 2000, suponen una amenaza a la salud de las
personas que habitan en las faldas del coloso. A nivel
general, el riesgo a la salud de las personas aumenta con la exposición
a un ambiente volcánico activo; en este caso se trata de un medio
ambiente cuyas características han sido alteradas por la inserción de
contaminantes biogénicos en el aire. Según datos del Observatorio
Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (OVSICORI), en los últimos
años el nivel de CO2 se ha incrementado en aproximadamente un
90% (Martini, 2009), el flujo mediano de SO2 ha aumentado dos órdenes
de magnitud, y las emisiones pasaron de 1 ton/día en el 2002 a 740
ton/día en enero de 2008 (Martini et al., 2008). Estos dos gases,
dióxido de azufre y dióxido de carbono, son capaces de producir efectos
adversos en las poblaciones expuestas. Desde años atrás, vecinos de las
zonas aledañas al Turrialba han afirmado sentir molestias en la nariz y
garganta, y tener tos y dificultades para respirar (López, 3 de abril
de 2011), lo cual manifiesta una calidad del aire inadecuada para los
seres humanos.
Respecto a lo anterior,
existen varios estudios a nivel internacional
en donde se asocian diferentes factores de susceptibilidad a presentar
enfermedades y síntomas respiratorios con condiciones ambientales en
donde existen contaminación atmosférica y concentraciones de dióxido de
azufre o dióxido de carbono. A continuación, se exponen algunos de
estos antecedentes. Acerca de la predisposición a enfermedades
asociadas a la exposición a gases volcánicos, Sierra (2012) menciona
algunas condiciones de los grupos más propensos a presentar
sintomatologías respiratorias: “el riesgo más importante de problemas
respiratorios lo presentan los niños, las personas de la tercera edad y
aquellas que se encuentran o trabajan al aire libre; pero sobre todo
los que padecen alguna enfermedad pulmonar crónica” (p. 133). La autora
hace referencia al Monte Aso en Japón, cuya actividad
volcánica fue asociada la muerte de seis personas y la hospitalización
de 56 por exposición a SO2. El común denominador de los casos que
requirieron atención médica fue la existencia previa de enfermedades
respiratorias crónicas.
Las personas con problemas
cardiorrespiratorios preexistentes tienen
mayores posibilidades de desarrollar otros síntomas y/o enfermedades,
ya que su sistema está más vulnerable. Si personas con enfermedades de
fondo se exponen a determinadas concentraciones de gases, su respuesta
no será la misma que la de una persona que carece de problemas
preexistentes a nivel cardíaco y respiratorio. Lo anterior es reforzado
en el estudio de Longo (2013) donde se concluyó que “los participantes
con enfermedades cardiorrespiratorias reportaron dificultades
respiratorias, que van desde opresión en el pecho y falta de aire
durante los niveles diarios de neblina volcánica y hasta altos niveles
de estrés cuando hay eventos de alta contaminación” (p. 4), por lo que
si una persona ya posee una enfermedad respiratoria de fondo, esta
puede exacerbarse debido a la contaminación del aire.
Algunos grupos etarios
presentan una mayor vulnerabilidad y riesgo al
desarrollo de sintomatología respiratoria. Por ejemplo, el
estudio de Prieto et al. (2003) concluyó que en un distrito de Santiago
de Chile, los niños menores de 15 años fueron los más afectados por
síndrome bronquial obstructivo y neumonía en comparación con la
población control. Adicional a esto, los adultos mayores de 65 años y
más, fueron el grupo con mayor número de casos de enfermedades agudas y
crónicas de la vía aérea inferior.
Aparte de la existencia de
enfermedades de fondo, así como de formar
parte de grupos etarios vulnerables, el sexo es otra variable que debe
analizarse como posible factor asociado a una mayor proclividad al
desarrollo de molestias y enfermedades en el aparato respiratorio.
Algunos de los hallazgos que sustentan lo anterior se pueden ilustrar
en el estudio efectuado por Amaral y Rodríguez (2007). Estos
investigadores señalan que las mujeres de la isla volcánicamente activa
de Furnas, Portugal, fueron más propensas a presentar bronquitis
crónica que los hombres, principalmente aquellas entre los 0-14 años y
las mayores de 64 años. Los datos obtenidos sobre edad y casos de
bronquitis crónica fueron estandarizados, según lo cual se obtuvo una
mayor tasa de incidencia a padecer esta enfermedad en los hombres.
No obstante, según la
estimación de riesgo relativo (RR) realizada para
establecer la relación entre ambientes volcánicos activos y la
presencia de bronquitis crónica, fueron la mujeres quienes presentaron
un mayor riesgo (RR=10.74) de enfermarse que los hombres (RR=3.99).
Asimismo, al calcular el RR por edades en ambas poblaciones, fueron las
mujeres entre 45 y 64 años las que presentaron mayor riesgo (RR=27,14)
y los hombres entre los 15 y 24 años (RR=7,35). Estos resultados
indican una asociación positiva entre el factor de riesgo y una mayor
cantidad de casos de bronquitis crónica.
2.
Materiales y métodos
El propósito del estudio
es aportar una línea base sobre los síntomas
asociados a la exposición de la actividad del volcán Turrialba, así
como colaborar con conocimiento científico que permita asociar el
estado de salud de las personas a las concentraciones de dióxido de
azufre y dióxido de carbono emanados por aparatos volcánicos. En la
investigación se analiza la proclividad para enfermarse de las personas
en las diferentes comunidades, ante las exposiciones vía aérea de
dióxido de carbono y dióxido de azufre.
Para lo anterior se diseñó
un estudio transversal que estima la
prevalencia de síntomas respiratorios asociados a la exposición a gases
provenientes del volcán Turrialba. Se trabajó con dos grupos: un grupo
de comunidades expuesto a los gases del volcán Turrialba y otro de una
comunidad no expuesta. El trabajo de campo se realizó durante el mes de
noviembre del 2010. Los criterios de inclusión en el grupo de personas
expuestas fueron que se trataran de comunidades aledañas al volcán
Turrialba monitoreadas por el OVSICORI, y ubicadas respecto al coloso,
en el sector oeste, suroeste y sureste dentro de un radio aproximado de
10 km.
Las comunidades
consideradas como expuestas fueron La Silvia, La
Central, Finca El Retiro, Hacienda La Fuente, La Esperanza, Las
Virtudes y Guayabo Arriba, en las cuales se realizaron mediciones
previas para constatar la exposición. Se trabajó con varias
poblaciones, ya que el número de habitantes por comunidad era muy
reducido para estudiar solamente una.
El grupo utilizado como
control fue una comunidad rural donde no hubo
concentraciones de dióxido de azufre ni de dióxido de carbono en el
aire, los cuales son considerados contaminantes. Se determinó como
comunidad no expuesta La Alegría de Siquirres, en Limón, debido a que
está localizada hacia el noreste y se estima que no hay influencia de
las emisiones del volcán.
Para analizar la
proclividad a enfermarse, se procedió a estratificar
el análisis de riesgo. El análisis estratificado utiliza estratos para
calcular la odds ratio (OR)
ponderada de Mantel y Haenszel, la cual
mide el efecto y permite observar la diferencia con la OR cruda
producto del análisis simple. Asimismo, con este tipo de análisis se
puede determinar la influencia de los factores de riesgo asociados a la
vulnerabilidad de la población.
Con este análisis es
posible observar la distribución del riesgo de
acuerdo con las condiciones de exposición para cada uno de los estratos
que conforman los factores de riesgo del proceso de enfermar. Además,
permite estandarizar la influencia de dichos factores sobre la relación
entre el nivel de exposición y los síntomas. Para esta investigación se
identificaron los siguientes factores de riesgo que interactúan con la
enfermedad y con la exposición a gases volcánicos: edad, sexo, tipo de
cocina utilizada, ocupación, condición socioeconómica y hábito de
fumado.
La obtención de los datos
relativos a los factores de riesgo se llevó a
cabo con un cuestionario que permitiera conocer las características
sociales y de salud de los participantes del estudio. El cuestionario
fue elaborado por los investigadores de acuerdo con los tópicos de
interés del estudio. Se empleó como referencia el formulario ATS-DLD-78
de la American Thoracic Society, elaborado específicamente para la
investigación epidemiológica de enfermedades respiratorias (American
Thoracic Society, s.f.). La información sobre la presencia de síntomas
respiratorios se obtuvo a partir de la percepción de los sujetos
mediante el mismo cuestionario.
Para asegurar la mayor
precisión, se procuró tener una muestra lo mayor
posible, por lo que se trabajó con 502 personas de las ocho
comunidades. Respecto de los sesgos presentes en la investigación que
afectan la validez interna, uno de ellos es el de información. Esto se
debe a que la recolección de datos fue llevada a cabo, en algunos
casos, por los investigadores, factor que no pudo controlarse. Por otra
parte, se considera que el sesgo de memoria pudo haberse presentado
debido a algunas de las preguntas del cuestionario epidemiológico. Para
controlar este sesgo, se elaboró un cegado simple, con el fin de que
los entrevistados no conocieran la hipótesis del estudio y no
identificaran de qué grupo formaban parte (expuestos o control).
3.
Resultados
El estudio abordó varios
síntomas y enfermedades asociadas a la
exposición aérea a gases volcánicos, tales como tos, molestias en la
garganta (picazón, ardor, resequedad), molestias en la nariz (picazón,
ardor, enrojecimiento), sibilancia (en presencia de resfrío,
ocasionalmente y la mayoría de días y/o noches), sensación de asfixia o
ahogo, bronquitis crónica, asma y otros padecimientos (gripe,
agitación, alergias, infecciones en los pulmones). No obstante, se hará
referencia únicamente a los resultados obtenidos en los estratos de
cada factor de riesgo que interaccionan potencialmente con la
exposición a gases de origen volcánico (dióxido de carbono y dióxido de
azufre), asociada al desarrollo de molestias en la garganta y la nariz.
Se hará énfasis en estos dos síntomas dado que fueron los que
presentaron mayor riesgo de aparición en presencia de los gases
volcánicos en estudio.
Los cuadros mostrados
contienen los siguientes datos: la primera y
segunda columna contienen los factores de riesgo y sus estratos. Para
cada estrato, las columnas tres, cuatro y cinco muestran los valores
obtenidos de la OR (odds ratio),
el IC (intervalo de confianza) y la
significancia. La columna seis muestra la OR cruda, o bien, la OR
obtenida en el análisis simple. Se indica también el valor de la OR
Mantel-Haenszel (ORMH), OR estandarizada y su respectivo
intervalo de
confianza. Se debe aclarar que la ORMH u OR estandarizada
indica el
riesgo global a presentar el síntoma, controlando el efecto producido
por el factor de confusión.
De acuerdo con los datos
presentados en el cuadro
1 sobre los
resultados obtenidos al estratificar los factores de riesgo a enfermar
relacionados con el desarrollo de molestias en la garganta, se puede
observar que los niños y adultos mayores que viven en las
comunidades expuestas presentan 1,93 veces mayor probabilidad de
percibir molestias en la garganta.
Asimismo, las personas de
sexo femenino presentan 1,86 veces más
probabilidad de percibir síntomas en la garganta y los sujetos que
utilizan varios tipos de cocina como cocina de gas, eléctrica y/o de
leña tienen 2,07 más probabilidad de percibir molestias en la garganta.
De igual manera, los individuos con una ocupación al aire libre en las
comunidades expuestas a gases volcánicos perciben 1,51 veces más las
molestias en la garganta. No obstante, cabe resaltar que la relación
entre el estrato de ocupación al aire libre y exposición a dióxido de
azufre y dióxido de carbono no fue estadísticamente significativa
(p=0.116). Por otra parte, se ha visto que las personas con salarios
superiores a los USD $475 y los fumadores, presentaron exceso de riesgo
adicional en las comunidades expuestas a los contaminantes de origen
volcánico. Este último estrato (fumadores), pese a no tener
significancia estadística (p=0.537), mostró 1,82 veces más riesgo de
presentar molestias en las comunidades expuestas a gases volcánicos en
comparación con la población no expuesta.
Con base en el cuadro 2 sobre los
resultados obtenidos al estratificar
los factores de riesgo de enfermar relacionados con el desarrollo de
molestias en la nariz, se observa que los niños y adultos mayores de
las comunidades expuestas a la actividad del volcán Turrialba tienen
2,04 veces mayor riesgo de presentar síntomas en la nariz.
Respecto de las personas del sexo femenino que viven en las comunidades
expuestas, el riesgo fue de 1,83 veces más probabilidad. En cuanto al
tipo de cocina empleada, el riesgo de percibir molestias en la nariz al
haber exposición volcánica y utilizar cocina eléctrica fue 2,33 veces
mayor (OR=2,33). Igualmente, tener una ocupación dentro de una
edificación implica 2,12 veces mayor probabilidad de presentar
molestias en la nariz. Se encontró que tener un salario inferior a los
USD $475 incrementó el riesgo en las comunidades expuestas en 2,30
veces (OR=2,30), y no tener el hábito de fumado, en 1,92 veces.
4.
Discusión
Respecto de los hallazgos
mostrados en el cuadro
1 sobre variables con
mayor riesgo de presentar molestias en la garganta, para el factor edad
se observa que, de los sujetos expuestos a los gases volcánicos, el
grupo de niños y adultos mayores es el estrato con mayor riesgo, en
comparación con los adultos jóvenes y maduros, ya que se obtuvieron
riesgos de 1,93 y 1,37, respectivamente. Lo anterior es sustentado por
los estudios de Hansell (2004), Morales y Liao (1999), y Sierra (2012).
Estos indican que los niños y adultos mayores pertenecen a grupos con
mayor riesgo de desarrollar síntomas y problemas respiratorios, además
de ser más sensibles al dióxido de carbono y dióxido de azufre.
Respecto del efecto que tiene el factor de exposición a los gases y el
desarrollo de molestias en la garganta, se observa que la OR
estandarizada es muy similar a la cruda, y se potencia levemente por el
factor de riesgo.
En cuanto al factor sexo,
se observa que son las mujeres quienes tienen
mayor riesgo de desarrollar molestias en la garganta, en comparación
con los hombres. Las mujeres expuestas a los gases del volcán Turrialba
tienen 1,86 veces más de probabilidad de sentir irritación, resequedad
y/o malestar general en la garganta, mientras los hombres presentan un
riesgo 1,37 veces mayor de probabilidad de padecer molestias en la
garganta. En este caso, se puede apreciar que el sexo femenino sí es
más afectado.
Tal y como lo indican
Guyton. y Hall (2006), la mujer, por su
fisiología, tiende a tener más capacidad de captación y resguardo de
los gases inhalados, provocando una mayor adhesión de estos a las
membranas de los alvéolos. Por tanto, su fisiología, aunada a
la exposición a los gases, a que la mayoría se dedica a las tareas del
hogar y al empleo de cocina de leña, el cual es común en la zona de
estudio (67% de las familias entrevistadas emplean cocina de leña), ha
propiciado un mayor riesgo a nivel de molestias respiratorias en ellas
que en los hombres. La vulnerabilidad respiratoria de la mujer se ve
sustentada también con los hallazgos de Amaral y Rodríguez (2007), en
los cuales se encontró que las mujeres que habitan ambientes
volcánicamente activos presentan más riesgo (RR=10,74) de desarrollar
bronquitis crónica respecto de los hombres (RR=3,99) que se exponen a
gases volcánicos. Cabe mencionar que la ORMH o estandarizada
se mantuvo
con un valor similar a la OR cruda; la primera es de 1,61, mientras que
la segunda es de 1,60; se provoca así una leve atenuación del efecto
del factor de riesgo que interviene en el proceso de enfermar.
En cuanto al tipo de
cocina, el estudio de Pérez-Padilla et al. (1996)
realizado en México, demostró una relación entre el uso de leña como
combustible para cocinar y el desarrollo de bronquitis crónica y EPOC.
Asimismo, el estudio de Carmo et al (2013, p. 611-612)
identifica la aparición del EPOC tras periodos prolongados de
exposición al humo de las cocinas de leña, así como la presencia de tos
crónica en el 40% de las mujeres entrevistadas que utilizan cocina de
leña y a las cuales no se les diagnosticó EPOC. Sin embargo,
contrario a lo esperado, en la presente investigación se obtuvo un
mayor riesgo en el uso de varios tipos de cocina para los sujetos
expuestos a los gases volcánicos, que en el de utilizar leña. Quienes
usan varios tipos de cocina tienen un riesgo de desarrollar molestias
en la garganta de 2,07. Las personas que utilizan leña únicamente,
tienen una probabilidad de presentar este síntoma de 1,56.
En cuanto a la ocupación,
se observa que, de los sujetos expuestos a
los gases emanados por el volcán Turrialba, los que ejercen una
ocupación al aire libre tienen un mayor riesgo (OR=1,51, p=0.116) de
presentar molestias en la garganta que aquellas personas que realizan
labores dentro de una edificación (OR=1,32). Al estandarizar la OR, se
obtuvo que el factor de riesgo estaba potenciando el efecto de los
gases, ya que la ORMH fue de 1,45, mientras que la cruda
mostraba un
riesgo de desarrollar molestias en la garganta de 1,60. Asimismo, se
debe tomar en cuenta que las personas dedicadas a labores al aire libre
en las comunidades expuestas alrededor del volcán Turrialba, en su
mayoría corresponden a al sexo masculino, de las cuales el 30% tiene el
hábito de fumado.
Cabe recalcar que la
relación entre ocupación al aire libre y molestias
en la garganta no fue estadísticamente significativa para el presente
estudio. No obstante, es importante resaltar antecedentes a nivel
internacional que han establecido una relación causal entre la
exposición a gases volcánicos cuando se está al aire libre, como el
estudio de Longo (2013, p. 6) en Hawai, donde se mostró altos riesgo de
presentar tos (OR=32,95), sibilancia (OR=14,95), dificultad para
respirar (OR=15,56) y molestias en la nariz (OR=53,11).
El factor ingresos
mensuales mostró que las personas dentro del estrato
de ingresos mayores a los USD $475 tienen un riesgo mayor (OR=2,09) de
presentar molestias en la garganta que aquellos individuos con salarios
inferiores al monto indicado (OR=1,32), contrariamente a lo que expone
Donoso (2004), quien indica que la proclividad social a padecer
afecciones respiratorias depende de la condición de pobreza, entre
otros factores. Muy probablemente, las personas con más ingresos tienen
más gastos en cigarrillos y, por ello, presentan un riesgo mayor a
desarrollar molestias de garganta. Además, es necesario tomar en cuenta
que al inhalar humo del cigarrillo mientras se fuma, este va directo a
la garganta y, al momento de exhalar, suele utilizarse la boca
nuevamente para evacuar el humo en vez de la nariz, por lo cual existe
mayor riesgo de percibir molestias en la garganta.
Por último, se encontró
que las personas expuestas a los gases
volcánicos con hábito de fumado poseen un riesgo de desarrollar
molestias en la garganta de 1,82 (p=0.537), mientras que quienes no
tienen esta costumbre, presentaron una OR de 1,79 (p=0.004).
Investigaciones a nivel internacional muestran una asociación entre el
hábito del fumado con enfermedades a nivel pulmonar (Amaral et al.,
2006). Dado lo anterior, es importante mencionar que, pese a que en el
presente estudio la relación entre molestias en la garganta y el hábito
del fumado no fue estadísticamente significativo, existe una relación
causal relevante de exponer en estudios de este tipo.
Continuando con el
análisis estratificado, en el cuadro 2 se muestran
los hallazgos sobre las variables con mayor riesgo de presentar
molestias en la nariz. Se puede observar que en el factor edad, son
nuevamente los niños y adultos mayores los que tienen mayor riesgo de
desarrollar molestias en la nariz. Estos presentan 2,04 veces más de
probabilidad al exponerse a los gases volcánicos. Por otra parte, los
adultos jóvenes y adultos maduros presentaron un riesgo de 1,37.
Según OMS et al. (2003),
la niñez es una etapa donde el individuo es
proclive a desarrollar enfermedades respiratorias, ya que la persona se
encuentra en una etapa de desarrollo, mientras que en la vejez existe
un detrimento en el aparato respiratorio, lo cual hace más vulnerable
al sujeto. Respecto del efecto de los gases volcánicos sobre este
síntoma, se observa que el factor edad estaba atenuando levemente la
relación entre estas variables, ya que se obtuvo una OR cruda de 1,64,
mientras que la estandarizada fue de 1,65.
En cuanto a los resultados
obtenidos del factor sexo, se encontró que
personas del sexo femenino que viven en la zona de exposición a gases,
tienen 1,83 veces más riesgo de tener molestias en la nariz respecto a
los hombres, quienes presentaron un riesgo de 1,46. Según lo
investigado por Hansell (2004), dos estudios ecológicos realizados en
Nueva Zelanda indican que las mujeres en Maori evidenciaron una alta
mortalidad por enfermedades respiratorias y riesgo de padecer cáncer.
Esto sugiere una posible proclividad a enfermar en personas de este
sexo, la cual se presentó para ese mismo síntoma en las mujeres de las
zonas aledañas al volcán Turrialba.
Contrariamente a lo
planteado en el estudio de Pérez-Padilla et al.
(1996), el uso de leña no generó mayor riesgo de desarrollar molestias
en la nariz respecto a los otros tipos de cocina. Se encontró que las
personas expuestas a los gases volcánicos que utilizan cocina
eléctrica tienen 2,23 veces más de riesgo de tener este síntoma; sin
embargo, los individuos que emplean cocina de leña no queda exentos de
presentarlo, ya que tienen un riesgo de 2,13. El utilizar varios tipos
de cocina genera 1,29 veces más riesgo de sentir molestias en la nariz.
Pese a que no hay
antecedentes de relación entre el empleo de una
cocina eléctrica o de gas y sintomatología respiratoria, esta
asociación podría deberse a que las familias de las zonas expuestas a
los gases volcánicos pudieron haber utilizado cocina de leña en algún
momento y, por el desarrollo socioeconómico de hoy en día, pudieron
acceder después a cocinas de gas y/o eléctricas. Es decir, al momento
de la investigación los participantes del estudio pudieron haber
reportado empleo de cocinas que no implican el uso de leña, no
obstante, eso no significa que en algún momento no la hayan utilizado.
Otro de los hallazgos se
enfoca en el factor ocupación, en donde se
encontró mayor riesgo de desarrollar molestias en la nariz en aquellos
sujetos expuestos a los gases del volcán Turrialba que laboran dentro
de una edificación. El riesgo obtenido fue de 2,12, mientras trabajar
en sitios que implican estar al aire libre produce 1,47 veces más
riesgo de presentar el síntoma. Es importante mencionar que la mayoría
de las ocupaciones dentro de una edificación en las comunidades
expuestas a gases volcánicos, corresponden a labores del hogar llevadas
a cabo por personas del sexo femenino. Se debe acotar que, según la
revisión bibliográfica, las mujeres son más vulnerables a nivel
respiratorio a los gases volcánicos que los hombres, por lo que esa
proclividad biológica, aunada a emisiones de las cocinas de leña,
podrían estar elevando el riesgo a desarrollar molestias en la nariz en
sitios cerrados.
Consistentemente con la
premisa planteada por Donoso (2008) respecto de
la condición socioeconómica, se encontró que las personas expuestas a
los gases volcánicos con salarios inferiores a los USD $475 mensuales,
tienen 2,30 veces más riesgo de tener molestias en la nariz,
a diferencia de individuos con ingresos mayores a ese monto (OR=1,44).
Finalmente, respecto al
factor hábito de fumado, se encontró que las
personas que no fuman tienen 1,92 veces más riesgo de tener molestias
en la nariz. En el estrato de los que sí fuman parece no haber relación
entre la exposición a gases y este síntoma, debido a que la OR fue de
0,67.
Con base en los datos y la
información presentada anteriormente, se
observa que los factores de riesgo de los síntomas estudiados fueron
levemente atenuados y potenciados en el análisis simple; no obstante,
las diferencias entre ellos no fueron muy altas al estratificar. Al
tomar en cuenta los diversos factores de riesgo que influyen sobre la
relación entre la exposición a gases y la presencia de síntomas, se
encontró que la mayoría de las variables generan riesgo de desarrollar
el padecimiento respiratorio cuando paralelamente hay exposición a
gases volcánicos.
Asimismo, se observa que
los estratos de casi todos los factores de
riesgo tienen una OR superior a 1,00. Lo anterior sugiere que,
independientemente de la condición de susceptibilidad descrita, y a
pesar de que se ha observado cómo interactúan los factores mencionados
con la exposición a los gases volcánicos, existe exceso de riesgo en
las comunidades expuestas localizadas en los alrededores del volcán
Turrialba.
5.
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6.
Agradecimientos
Los autores reconocen el
apoyo brindado por el Consejo Nacional de
Rectores (CONARE), la Escuela de Tecnologías en Salud de la Facultad de
Medicina de la Universidad de Costa Rica, M.Sc. Xinia Alvarado Zeledón
y Licda. Ingrid Behm Ammazzini.