Es entre los migrantes que predominan
las personas en edad laboral, ya que es en la juventud cuando se toman
decisiones vitales relacionadas con el cambio de residencia, como son,
por ejemplo, el ingreso a los centros de estudios superiores, la
inserción en la vida laboral y la formación de parejas.
La migración sigue una trayectoria de U invertida con la edad, ya que
los grupos quinquenales 15-19, 20-24 y 25-29 años tienen tasas de
migración muy superiores; sin embargo, en algunos casos se presenta una
segunda cresta en la adultez mayor, que algunos reconocen como el
repunte migratorio asociado al retiro, que se presenta más bien en los
países desarrollados (
Rodríguez, 2004).
El cuadro 5 recoge la estructura de la población migrante y no migrante
por grandes grupos de edades, y atiende a los dos conceptos de
migrantes utilizados, migrantes “de toda la vida” y migrantes
recientes. Las estructuras por grandes grupos de edades de la
población no migrante, tanto para el caso de los migrantes “de toda la
vida”, como para los recientes, se asemejan más a las que aparecen
como estructuras de la población total en el cuadro 2, porque se
deducen de su monto, el peso de los migrantes, menor en tamaño.
Como ya se indicó, las proporciones de población migrante de 60 años y
más de edad “de toda la vida” son apreciablemente más altas que los
porcentajes de migrantes recientes con 60 y más años.
4.2. Los
coeficientes de envejecimiento de la población migrante y no migrante
“de toda la vida”
A partir de las estructuras por grandes grupos de edad de la población
migrante y no migrante, se han calculado, en el cuadro 6, los
coeficientes de dependencia, similares a los que se presentaron en el
cuadro 2 para la población total residente.
Estas cifras que expresan las
relaciones de los grupos de 60 años y más, con respecto a los restantes
grandes grupos de edades, se refieren al coeficiente de dependencia de
los ancianos, el coeficiente de dependencia total y el índice de
envejecimiento. Asimismo, se incorporan en el cuadro los valores de los
porcentajes de la población migrante y no migrante con 60 años y más.
Los porcentajes de población de 60 años y más de la población migrante
son mayores que los de la población no migrante, ya que la primera
incorpora a personas que cambiaron su residencia hace un período
indefinido de tiempo más breve que su edad.
Los valores del coeficiente de dependencia de los ancianos migrantes
son mayores en casi todos los casos que los que muestra la población no
migrante; esto es debido al carácter más envejecido de la estructura de
los migrantes “de toda la vida” ya comentado. Sólo en Ecuador y
Bolivia, este coeficiente de dependencia de los ancianos migrantes no
es mayor, ya que en el primer caso, resulta prácticamente idéntico,
mientras que para Bolivia no se cumple.
Los coeficientes de dependencia totales de los no migrantes son mayores
que los mostrados por la población migrante en todos los países, en
donde el peso relativo de los menores de 15 años que son migrantes
resultaría siempre menor al de los no migrantes, debido a su menor
participación en la migración.
Finalmente, los valores del índice de envejecimiento (relación de
viejos con respecto a jóvenes) son mucho más elevados entre los
migrantes a diferencia de los no migrantes, debido a la naturaleza del
concepto de migrante que aquí se ha empleado, migrante absoluto de “de
toda la vida”. Precisamente, en países como Cuba, Chile,
Argentina y Panamá, estos valores del índice resultan los más elevados
debido al peso que asume la estructura más envejecida de sus migrantes
de “toda la vida”.
4.3. El índice de masculinidad de los
migrantes de 60 y más años de edad
Cuando E. G. Ravenstein (1889)
5 mostró
evidencia del predominio de las mujeres en la migración a corta
distancia, expresamente reconoció la sorpresa que podrían generar sus
hallazgos y afirmaciones, debido al papel más doméstico y con menor
libertad de movimiento imputado a la mujer. En el caso de la
región latinoamericana, la mayor predisposición femenina a migrar ha
sido históricamente uno de los rasgos sobresalientes de los
desplazamientos al interior de sus países. Sin embargo,
esta preeminencia femenina ha declinado de manera tal que varios
países muestran un predominio masculino entre los migrantes recientes;
tales son los casos de Chile, Ecuador, Bolivia, Costa Rica, Argentina,
Panamá, que muestran indicadores superiores a 100 de sus índice de
masculinidad de los migrantes totales. La selectividad masculina
es aún más notable porque entre los no migrantes de esos países
predominan las mujeres; en Venezuela, Brasil, México y Guatemala no hay
predominio masculino entre los migrantes, pero su índice de
masculinidad de los migrantes es superior al de los no migrantes. En
suma, hay un cambio importante —y hasta ahora no documentado— en la
selectividad según sexo de la migración, afirman algunos autores (
Rodríguez, 2004). Estas situaciones
pudieran explicarse porque las corrientes migratorias internas que hoy
prevalecen son urbanas-urbanas, a diferencia de las de antaño, donde
predominaban las corrientes rurales-urbanas, las cuales tenían un
predominio femenino más fuerte. En la actualidad también ha cambiado la
participación de la población femenina en la migración internacional y,
de igual forma, hay migrantes internacionales que compiten en el
mercado de trabajo tradicional que antes absorbía exclusivamente a la
migración rural-urbana predominantemente femenina.
Esta tendencia a la declinación del predominio femenino en la migración
interna es sistemática para las edades jóvenes, pero pierde regularidad
en las edades de 60 y más años, pues en ellas hay un predominio
femenino evidente, con excepción tan solo de Guatemala, Nicaragua y
Costa Rica. En varios países los migrantes presentan en las edades de
60 y más años un índice de masculinidad menor de 100, pero más alto que
los no migrantes, como es el caso en Bolivia, Brasil, Ecuador, Honduras
y Paraguay. Estas situaciones pudieran deberse a una selectividad
por sexo favorable a los hombres varias décadas atrás (ver cuadro 7).
En el caso de Cuba, los índices de masculinidad de migrantes y no
migrantes revelan el predominio de la población femenina entre los
migrantes recientes totales y los que tienen 60 y más años. Una
comparación similar a la mostrada por la relación varones por cada 100
mujeres de los migrantes y no migrantes entre DAM, en el censo de 1981,
permite confirmar la tendencia al aumento del mayor predominio de la
población femenina en la migración, pues su índice de masculinidad de
los migrantes recientes totales en aquel momento era de 98,7 por cada
100 mujeres, y para la población migrante que contaba con 60 años y más
era prácticamente similar, del orden de 98,9 (
Comité Estatal de
Estadísticas, 1984). Valores del índice de masculinidad de
los migrantes totales entre DAM de 94,5 varones por cada 100
mujeres, y de 89,9 para la población con 60 y más años, se
detectaron en el censo de 1970, cuando incluso el país disponía
de un número más de dos veces menor de DAM (
Comité Estatal de
Estadísticas, 1978).
4.4. La migración
de la población de 60 años de edad y más según grupos quinquenales de
edad y sexo. La “propensión” a migrar
La migración reciente puede ser registrada atendiendo a los
grupos quinquenales de edad y sexos de los migrantes, por lo que
es posible evaluar cierta propensión migratoria en el ciclo de vida.
Así se emiten generalizaciones que plantean que la migración sigue una
trayectoria de U invertida con la edad y que en algunos casos presenta
una segunda elevación en grupos avanzados de edad, que se presentan
luego de la jubilación, principalmente en países desarrollados.
La predisposición mayor a migrar, propia de los individuos más jóvenes,
recomienda que se deba llevar a cabo la estandarización por edad de las
tasas brutas de migración, a fin de elevar el rigor para realizar
comparaciones entre países, cuando las estructuras etarias sean muy
diferentes. Pero el cálculo de las tasas de migración precisa de la
información de la población inicial antes del intervalo de migración
que se considere. Este dato no siempre está disponible, si no se tiene
el monto de los inmigrantes y los emigrantes según grupos de edades.
Con datos de la migración reciente, podría ser posible calcular una
suerte de probabilidades de haber sido migrante en los últimos 5 años
previos al censo, con la utilización de la información captada en el
momento final de dicho período. En este caso, se trata de razones
de haber migrado (Ver cuadro 8).
Estas razones o porcentajes, así calculados, disminuyen sobremanera el
efecto de las desiguales diferencias en cuanto a la estructura por
edades que pueden existir, a falta de otros que pudieran ser calculados
y que refieran la verdadera población expuesta al riesgo de haber
migrado en esos últimos 5 años previos al censo de cada país. Como este
no fue el caso, se dedujeron estas razones o proporciones de haber
migrado en el intervalo en cuestión.
Con la intención de confirmar el patrón por grupos de edades y sexos de
los migrantes recientes, se dedujeron las razones calculadas en todos
los grupos de edades de migrantes femeninos y masculinos y, en general,
se encontró que estas aumentan paulatinamente con la edad hasta el
grupo de 20 a 24 años y a partir de este comienza a declinar con la
edad. No se observa tendencia alguna a una supuesta alza de la
migración en las edades avanzadas por motivo de jubilación o retiro de
la vida laboral.
Las proporciones encontradas son
inicialmente mayores para la población anciana masculina y se hacen más
elevadas que las masculinas a partir del grupo 70 a 75 años. En la
mayoría de los países se aprecia una recuperación del valor de esas
proporciones de migrantes femeninos y también masculinos, en las edades
de 70 a 84 años, con respecto al porcentaje del grupo anterior. Ello
pudiera interpretarse como migración de ancianas y ancianos en las
edades avanzadas, cuando sobreviene quizás el fallecimiento del
conyugue masculino o femenino, aunque en menor medida, y la migración
pudiera suceder para buscar la reunión con hijos u otros parientes en
otras DAM. De todas formas, no puede olvidarse el hecho que estos
valores podrían estar influidos por el sesgo del olvido en la
declaración de edades de las personas muy ancianas y a la presencia de
números muy pequeños de migrantes en las edades muy avanzadas que
tienden a distorsionar los resultados encontrados; es por ello incluso
que los cálculos de los porcentajes no se continuaron a mayores edades
aún.
Las mujeres ancianas cubanas muestran proporciones o razones de haber
migrado superiores a sus congéneres del sexo opuesto a partir del grupo
de edades 70 a 74 años. Las proporciones de ancianos y ancianas
de Cuba aumentan lenta y continuadamente a medida que aumenta la edad.
5. Conclusiones
De manera resumida y atendiendo a los acápites que se abordaron, se
concluye que:
- Cuba muestra los valores más bajos de la tasa global de
fecundidad, mientras que su nivel de mortalidad expresado en la
esperanza de vida al nacer es el más alto, junto con Chile y Costa
Rica.
- Llama la atención que las proporciones más elevadas de migrantes
de “toda la vida” también se observen en aquellos países que registran
un mayor nivel relativo de desarrollo económico y social, a diferencia
de los casos de Guatemala y Nicaragua.
- Cuba se encuentra entre los países de más baja movilidad entre
DAM expresada a través de la migración de “toda la vida” y la migración
reciente.
- Cuba, Argentina y, en menor medida, Chile muestran los más altos
porcentajes de población migrante reciente senescente. En Cuba, Chile,
Argentina y Panamá el índice de envejecimiento alcanza los más elevados
valores, debido al peso que asume la estructura más envejecida de sus
migrantes de “toda la vida”.
- En Cuba, los índices de masculinidad de migrantes y no migrantes
revelan el predominio de la población femenina entre los migrantes
recientes totales y los que tienen 60 y más años.
- Los datos examinados muestran que en Cuba y el resto de la región
aún no hay signos característicos de migración interna asociada al
retiro, que de existir debiera a lo menos esbozarse con un repunte muy
marcado de su intensidad cercano a los 60 años de edad.
- Las cinco figuras que ilustran los resultados de los análisis de
correspondencia múltiple permitieron conocer cómo se forman grupos
afines de categorías de las variables estudiadas cuando estas se
analizan simultáneamente. Así se encontró similitud entre Cuba y Chile
por el valor de las variables de población con 60 años y más, esperanza
de vida al nacer, tasa global de fecundidad e índice de envejecimiento.
6. Referencias
Centro Latinoamericano de Demografía (CELADE). (s.f.).
Proyecto Migración Interna en América
Latina y el Caribe, MIALC [base de datos]. Recuperado de
http://www.cepal.org/celade/migracion/migracion_interna/
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interna en América Latina y el Caribe: estudio regional del período
1980-2000. Chile: CEPAL.
Rodríguez, J. (2002).
Distribución espacial de la población de
América Latina y el Caribe: tendencias, interpretaciones y desafíos
para las políticas públicas. Chile: CEPAL.
7. Agradecimientos
Deseamos expresar nuestros agradecimientoa a la Oficina Nacional de
Estadística e Información (ONEI) por facilitarnos muchas de las
informaciones que hemos utilizado.
Notas:
1 Universidad de La Habana. Centro de Estudios de
Migraciones Internacionales (CEMI).
CUBA.
cristinalchl@rect.uh.cu
2 Oficina Nacional de Estadística e Información
(ONEI). CUBA.
blanca@onei.cu
3 Proyecto Migración Interna en América Latina y
el Caribe, MIALC, desarrollado por CELADE desde hace algún tiempo, que
ha procesado más de 20 bases de microdatos censales de los países de la
región pertenecientes a las rondas de 1980, 1990 y 2000 y cuyos
resultados se ofrecen en tablas de salida a través del software
Redatam+SP
4 Las Divisiones Administrativas Mayores DAM se
corresponden con las unidades territoriales de primer nivel de
jerarquía en que se dividen los países, por ejemplo, estados,
provincias. Sobre las DAME, o divisiones menores (municipios,
cantones), la información es muy incompleta, razón por la que la
magnitud de la migración interna que se origina entre estas no se
contabiliza siempre y mucho menos por edad.
5 Economista británico que presentara ante la Real
Sociedad de Estadística de Londres en 1885 un célebre documento bajo el
nombre de “Las leyes de la migración”, que se basaba en resultados
derivados de las observaciones de datos del censo británico de 1881.