RESUMEN: Este artículo presenta
la evaluación de la promoción positiva de los vegetales chayote
(Sechium edule) y brócoli (Brassica oleracea L), al emplear la
estrategia de animación a la lectura conocida como Kamishibai.
Durante el año 2012 en San José, se estudió la actitud infantil hacia
los vegetales (positiva, negativa o neutra), y el agrado sensorial que
manifestaba esta población antes de la exposición al Kamishibai y
posterior a la misma. Se trabajó con 213 infantes preescolares entre
los 4 y 6 años de edad. Las evaluaciones de actitud se efectuaron
por medio de una entrevista, mientras que el agrado se estudió por
medio de un panel sensorial. La exposición al Kamishibai consistió en
10 intervenciones en la forma de sesiones de cuentos, donde se
dividieron los infantes en cuatro grupos según género del menor y
género del personaje del cuento que promocionó el vegetal. Todas
las actividades se llevaron a cabo en un espacio de juego acondicionado
para tal efecto en el salón de clases. A partir de los resultados
obtenidos, puede argumentarse que el uso del Kamishibai como técnica de
animación a la lectura incrementó significativamente la opinión
positiva y el agrado inicial hacia los vegetales en los menores
(p<0,05), indiferentemente de su género y del género de las figuras
que efectuaron la promoción.
Palabras Clave: Promoción de
la salud, regulación del apetito, aprendizaje, niños, hábitos
alimenticios, Costa Rica
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ABSTRACT: This paper presents
the evaluation of positive promotion of squash (Sechium edule) and
broccoli (Brassica oleracea L) on attitude (positive, negative or
neutral) and sensory liking of 213 preschool children between 4 and 6
years old. For that propose, in San José, Costa Rica, during the year
2012, the strategy for encouraging reading known as Kamishibai was
used, exposing children to 10 interventions in the form of storytelling
sessions, where they were divided into four groups according to their
gender and the gender of the character in the story that promoted the
vegetables. Determinations for attitude, by an interview, and liking,
by sensory panel, were established before and after the intervention
with the Kamishibai. All activities were conducted in a
playground set for this purpose in the classroom. From the results, it
can be argued that the use of the Kamishibai as a strategy for
encouraging reading increased significantly both the positive attitude
and the liking for the vegetables in children (p<0.05), regardless
of their gender and the gender of the characters who made the promotion.
Keywords: Health promotion,
appetite regulation, learning, children, eating behavior, Costa Rica
Fecha
de
recibido: 20 marzo
2015 Fecha de
aprobado: 06 junio
2015
Fecha
de corregido: 01
junio del 2015
1. Introducción
La Ley Fundamental de Educación de Costar Rica, en relación con la
educación preescolar, menciona como primer fin la necesidad de:
“proteger la salud del niño y estimular su crecimiento físico-armónico”
(
Asamblea Legislativa de la República de Costa
Rica citada por el
Ministerio de Educación [MEP], 2004, p. 4). A raíz de esto se
percibe
que la salud y la nutrición asumen un papel protagónico en las aulas
preescolares. Es patente, por tanto, la necesidad de contar con las
estrategias metodológicas adecuadas para trabajar el tema de la buena
nutrición en niños y niñas de edad preescolar. De hecho, los centros
educativos deben adquirir un rol proactivo en la promoción de la salud
en el aula (
León, 1998), siendo siempre
apremiante la necesidad de
contar con nuevas estrategias educacionales orientadas a inculcar un
estilo de vida saludable a edad temprana (
Chiang, Torres,
Maldonado, y
González, 2003).
Los hábitos alimentarios y los patrones de ingesta empiezan a
establecerse a partir de los dos años de vida y se consolidan en la
primera década, persistiendo en gran parte en la edad adulta (
Güemes y
Hidalgo, 2007). La educación preescolar, al procurar la
intervención
oportuna e integral de los niños y niñas menores de 6 años, puede
modificar hábitos inconvenientes arraigados por los patrones de
crianza, incluso cuando se trata de la alimentación. Los malos hábitos
alimenticios han hecho que factores de riesgo como el sobrepeso, la
anorexia, bulimia, e incluso alertas cardiovasculares, que se creían
padecimientos de adultos, empiecen a aparecer en edades preescolares
(
González et al, 2008).
Por medio de estrategias lúdicas, se puede brindar un acercamiento
positivo a los alimentos, que facilite la familiarización y favorezca
el consumo (
Roedder, 1999;
Hill, 2002).
El Kamishibai,
técnica japonesa de narración oral de cuentos, es una estrategia útil
que atrae la atención de las personas más pequeñas; por medio de ella
quien trabaja como docente puede crear y trasmitir un mensaje positivo
y aleccionador, para lograr un efecto más significativo y perdurable de
aquello que se desea transmitir (
Cid, 2009).
Con la premisa expuesta por la literatura (
Eertmans, Baeyens y Van
Den
Bergh, 2001;
Ahearn, 2002;
Álvarez, Cilense y Abreu, 2003;
Birch y
Fisher, 2006;
Cooke y
Wardle, 2005), que sugiere que el exponer a los
infantes a un alimento por un mínimo de diez sesiones influye
positivamente en el agrado inicial demostrado, se estableció el
objetivo de estudiar si la promoción positiva, utilizando el
Kamishibai
con figuras promotoras de género femenino o masculino, influía en la
opinión y el agrado manifestado por infantes preescolares hacia un
vegetal determinado.
2. Métodos y datos
2.1. Localización
del estudio y población involucrada
El trabajo con la población infantil se realizó en el Jardín de Niños
de la Escuela Maternal Montessoriana (San José, Costa Rica), durante el
primer semestre del año 2012. En la sede Rodrigo Facio de la
Universidad de Costa Rica se planificó la logística de las actividades,
y se prepararon las muestras comestibles de vegetales.
Se trabajó con un total de 213 menores (101 niñas y 112 niños), con una
edad promedio de 5 años, fluctuando como máximo dentro del intervalo de
4 a 6 años (
Atace y
Meltzoff, 2006). Chacón (
2011b)
menciona que esta
es la edad apropiada para un estudio de esta naturaleza, ya que los
infantes cuentan con las habilidades psicomotoras necesarias para
utilizar satisfactoriamente las herramientas de evaluación sensoriales.
En total 51 niñas y 50 niños fueron expuestos al personaje femenino
“Lucy”, mientras que 50 niñas y 62 niños lo fueron con la figura
promotora masculina “Sam”. El estudio contó con la autorización del
Comité Ético Científico de la Universidad de Costa Rica, obteniéndose
por escrito el consentimiento informado de los encargados legales de
cada menor participante. Este número de participantes concuerda con los
utilizados por estudios similares (
Greenhalgh et al., 2009;
Mustonen,
Rantanen y Tuorila, 2009).
Los niños y niñas conformaron una muestra no probabilística, dado que
debieron cumplir preliminarmente con una serie de criterios
predefinidos que hicieron que no todos los sujetos de la población
fueran candidatos a ser seleccionados (
Cartín,
2005). Gracias a la
interacción preliminar con sus responsables, pudo verificarse que los
niños y niñas no padecieran de ningún problema crónico de alimentación
o bien alguna restricción médica que les impidieran participar en las
pruebas (
Birch y Fisher,
2000; Fischer,
Mitchell, Smiciklas-Wright y
Birch, 2002). Quienes tuvieron un historial médico de desórdenes
alimenticios, psicomotores o problemas de expresión se excluyeron del
estudio (
Lumeng, Zuckerman,
Cardinal y Kaciroti, 2005). Fue también
necesario que los niños y niñas se hallaran disponibles en el horario
requerido, y que estuviesen dispuestos a ser evaluados sin la presencia
de sus familiares (
Chen,
Resurrección y Paguio, 1996;
Cartín,
2005).
2.2. Enfoque de la
investigación
La investigación fue del tipo cuasi experimental, con un enfoque
cuantitativo/cualitativo. Se acudió al uso de instrumentos de corte
cualitativo, como la entrevista, y cuantitativo, como la evaluación
sensorial del agrado.
2.3. Procedimiento
metodológico
2.3.1. Selección y preparación de los
vegetales sujetos a estudio
Preliminarmente se consultó, por medio de preguntas abiertas, a 100
madres de preescolares cuáles eran los vegetales menos gustados por su
hijo o hija. A partir de la misma se determinó que el chayote (
Sechium edule) y el brócoli (
Brassica oleracea L)
serían los vegetales de estudio, al ocupar las primeras posiciones
respectivamente. Además, se consultó en la misma oportunidad la
forma más común de preparar el chayote y el brócoli, de donde se tomó
la decisión de preparar ambos vegetales hervidos y con un poco de sal
para dar gusto.
Para las pruebas sensoriales se empleó chayote y brócoli de la mejor
calidad existente en el mercado, según lo establecido por Demerutis
(
2010). Antes de la cocción los
vegetales se lavaron y desinfectaron.
Posteriormente, fueron cocidos con agua hirviendo (100º C
aproximadamente) y sal, lo cual aseguró su inocuidad. Finalmente, las
muestras fueron empacadas en recipientes de vidrio con tapa para evitar
la contaminación cruzada durante el transporte a los lugares de trabajo.
2.3.2. Procedimientos preliminares a
la evaluación sensorial y a la promoción de los vegetales.
Antes de realizar las evaluaciones sensoriales y cognitivas con las
personas menores, los investigadores se capacitaron en las metodologías
y objetivos de las evaluaciones a aplicar antes del inicio de la etapa
experimental (
Lumeng et al., 2005). Finalizado este
proceso, se llevó a
cabo una semana de familiarización: las investigadoras tenían el
objetivo de entablar relaciones positivas con la población infantil que
sería parte del proceso, de modo que se generara un ambiente de
confianza que favoreciera su participación activa (
Kimmel, Sigman-Grant
y Guinard, 1994;
Popper y
Kroll, 2003).
Para esta etapa de familiarización y para la ejecución de las
evaluaciones posteriores, se acondicionó un área de juego/trabajo
llamada “La Sodita”
6 , que se ubicó fuera
de las aulas en un
salón que contaba con las facilidades necesarias para realizar las
pruebas (
Birch y Fisher,
2000;
Liem, Westerbeek,
Wolterink, Kok y
Graaf, 2004). Este espacio se diseñó de modo que fuese agradable
para
los niños, ya que el espacio físico influye en los aprendizajes que se
construyen (
Polanco, 2004).
Una vez implementada el área de juego/trabajo, se inició paralelamente
con la familiarización. Esta consistió en un periodo de inducción, en
el cual se utilizaron actividades lúdicas para enseñarles a las
personas menores de edad cómo usar la herramienta de evaluación
sensorial del agrado, tal y como describe Chacón (
2010). Esta
herramienta consistió en una escala de adjetivos combinada con una
escala facial hedónica con base a cinco puntos (súper rico, rico, más o
menos, feo o súper feo), la que fue diseñada y empleada según lo
recomendado por la literatura (
Popper
y Kroll, 2003;
Tolia,
Johnston y
Stolle, 2004;
Pepino
y Mennella, 2005;
Jaramillo
et al., 2006;
Chacón,
2010).
2.3.3. Evaluación de la actitud
infantil inicial hacia los vegetales
Completada la etapa inicial de familiarización, se valoró la actitud
infantil inicial hacia el chayote y el brócoli. Esto se efectuó por
medio de una evaluación descriptiva empleando un modelo metodológico de
corte cualitativo, que consistía en una entrevista de menos de 20
minutos de duración (
Chacón, 2010). Se
promovió en todo momento una
conversación abierta y flexible de manera individual con cada uno de
los infantes sobre el brócoli y el chayote.
Al finalizar cada entrevista, se analizaron las respuestas verbales,
así como los gestos de los infantes para definir, según las
recomendaciones de Cartín (
2005), si
la actitud con respecto a los
vegetales era positiva, neutra o negativa. A partir de las respuestas
generadas por los infantes se realizó una clasificación de las
percepciones hacia el chayote y el brócoli en cuadros de frecuencias
para las tres actitudes antes mencionadas.
2.3.4. Evaluación sensorial inicial
del agrado
Siguiendo los procedimientos recomendados por Chacón (2010), en el día
inmediatamente posterior a la evaluación inicial de la actitud se
invitó, a manera de juego, a un niño o niña por turno a que visitara
“La Sodita”. Allí se le invitó a probar las muestras cocidas de cayote
y brócoli en un orden completamente aleatorio (
Birch, 1981), y a
calificarlas con los adjetivos de la escala, dependiendo del agrado que
manifestaba según los adjetivos súper rico, rico, más o menos, feo o
súper feo (
Kimmel et al.,
1994;
Liem et al., 2004;
Pepino y Mennella, 2005).
Antes de que la
persona contestara, se hacía un repaso del significado de cada
descriptor facial. Entre cada degustación se ofreció 5 ml de agua
servida en un vaso transparente pequeño, para remover cualquier sabor
residual por medio del enjuague y la expectoración (
Dagnone, Matsui y
Rieder, 2002 Mennella,
Pepino, y Reed, 2005).
Al terminar la evaluación, se felicitó y agradeció a cada infante por
su participación; además, se le entregó una calcomanía como premio
(
Kimmel et al., 1994;
Chen et al,
1996;
Cooke, 2004). Transcurrida
una semana se repitió la evaluación
sensorial por segunda ocasión. Lo anterior se hizo con las intenciones
de ver si las respuestas variaban entre ambas mediciones y de poder ver
si los menores usaban la escala consistentemente. Los resultados
indicaron que sí hay una repetitividad en la manera en que los menores
usaron la escala (
Chacón, 2010).
Para efectos de análisis, los adjetivos se transformaron en valores
numéricos que iban desde 5 para la categoría súper rico hasta 1 para la
categoría súper feo.
2.3.5. Promoción de los vegetales por
medio del Kamishibai
Una vez establecida la actitud y el agrado inicial, y para promover el
reforzamiento positivo del chayote y el brócoli, se realizaron 10
sesiones de intervención con las personas menores de edad (Cooke, 2004).
En cada sesión se desarrollaron dos etapas. En la primera se contaba un
cuento creado por las investigadoras (con el apoyo de profesionales en
literatura infantil de la Universidad de Costa Rica); para ello se
emplearon láminas ilustrativas. Esta técnica de narración utilizada
recibe el nombre de Kamishibai (
Aldama, 2005b):
consiste en una serie
de láminas con dibujos grandes que acompañan la narración de un cuento
infantil (
Orbaugh, 2012).
Es importante mencionar que se crearon y presentaron 10 historias
diferentes -una por sesión- y que estas fueron compartidas con toda la
población cambiando únicamente el género del personaje principal según
el grupo experimental. Los cuentos giraron en torno a las aventuras de
“Lucy” para quienes estaban expuestos a un personaje femenino, y de
“Sam” para quienes estaban expuestos a un personaje masculino. De este
modo, se constituyeron 4 grupos, según género del menor y de la figura
promotora, tal como se describió en la sección 2.1. La Figura 1
ejemplifica gráficamente el concepto general del
Kamishibai, así como de los
personajes promotores femenino y masculino.
Las historias tuvieron como objetivo acercar a las personas menores de
edad a una percepción positiva de los vegetales (
Paatela-Nieminen,
2008), por lo que su temática giraba en torno a los beneficios del
chayote y el brócoli, expresados estos a lo largo de las aventuras de
“Sam” y “Lucy” respectivamente. Durante la narración se mostraron ambos
vegetales de manera física concreta, para que quienes participaban en
el taller pudieran familiarizarse con los alimentos en cuestión.
Cuando la narración del cuento finalizaba, se abría un espacio para las
preguntas y comentarios de quienes desearan intervenir. Finalmente, se
procedía a realizar actividades complementarias como segunda etapa, que
consistieron en juegos donde se retomaba el cuento y se resaltaba las
cualidades de los vegetales sujetos a estudio. Este reforzamiento tuvo
el propósito primordial de reafirmar los contenidos (
Casero, 2008) y de
hacer más significativa la historia (
Calle,
2008). Cada sesión contó
con una actividad diferente, pero todas procuraron ser divertidas, así
como propiciar la identificación de los niños y las niñas con los
cuentos.
Las sesiones en su totalidad tuvieron una duración menor a los 20
minutos, ya que las historias eran cortas para evitar que los niños y
las niñas perdieran la atención. Las actividades complementarias
también fueron lo más concretas posible para transmitir el mensaje de
manera eficaz (
Bell y Tepper,
2006).
Las historias creadas fueron validadas con el criterio de las
investigadoras, así como por medio de la revisión de profesionales en
literatura infantil, quienes consideran que las historias, cortas y de
pocos personajes, deben relatar sucesos cotidianos en torno a los
cuales los niños puedan sentirse vinculados (
Rodríguez, 2000). Durante
todo el proceso se mantuvo siempre una actitud positiva y afectuosa
hacia los y las infantes (
Birch
y Fisher, 2006;
Cooke y
Wardle, 2005).
2.3.6. Evaluaciones finales de la
actitud y el agrado
Para evidenciar el cambio generado en los infantes posteriormente a la
intervención con el Kamishibai, se realizó nuevamente la entrevista
siguiendo los mismos pasos antes mencionados (
Birch, McPhee,
Steinberg
y Sullivan, 1990;
Atace
y Meltzoff, 2006). El agrado sensorial, en
relación con los vegetales (brócoli y chayote cocinados con agua y
sal), también fue evaluado nuevamente una vez acabado el periodo de
exposición; esta evaluación se realizó siguiendo los mismos
procedimientos antes descritos.
2.3.7. Análisis estadístico de la
información
Se empleó el software estadístico SPSS, versión 18, para el análisis de
todos los datos. En relación con las entrevistas, se efectuaron
análisis descriptivos de frecuencias y pruebas no paramétricas de chi
cuadrado para evaluar posibles diferencias antes y después de la
promoción. Se efectuaron análisis estadísticos de correspondencia para
las frecuencias de opinión según género de las personas menores de
edad, género de las figuras de promoción y vegetal promovido, así como
pruebas de McNemar para las diferencias de las frecuencias antes y
después de la promoción.
En cuanto a la evaluación sensorial del agrado, los datos fueron
analizados por medio de análisis de varianza de medidas repetidas, para
dos niveles del factor tipo de vegetal (chayote, brócoli) y cuatro
niveles del factor grupo experimental, según exposición al
Kamishibai
(niñas expuestas a la figura femenina, niñas expuestas a la figura
masculina, niños expuestos a la figura femenina, niños expuestos a la
figura masculina). Lo anterior se efectuó para la variable dependiente
agrado sensorial. El agrado fue evaluado en tres momentos en el tiempo:
la primera evaluación sensorial, antes de la intervención; la segunda
evaluación sensorial, antes de la intervención; y tercera evaluación
sensorial, después de la exposición al
Kamishibai.
3. Resultados y Discusión
3.1. Evaluaciones
de las actitudes de infantes hacia los vegetales:
La Figura 2 resume las frecuencias porcentuales de respuesta inicial
para las actitudes positivas, neutras o negativas hacia los vegetales
de estudio. Incluye los valores tanto para la población general como
por género.
Se observa, en términos generales, la existencia de porcentajes
relativamente similares entre las categorías de opinión (opinión
positiva, negativa o neutra) que agrupan lo que piensan las personas
menores de edad acerca del chayote y el brócoli. Se evidencia también
que la opinión negativa hacia ambos vegetales tiene el porcentaje más
bajo en todos los casos. Esto viene a poner en entredicho la presunción
muchas veces asumida popularmente como correcta de que los vegetales
tienen una mala opinión generalizada entre infantes. Se manifiesta, más
bien, cómo el desarrollo de las preferencias alimentarias es complicado
y no completamente comprendido (
Birch,
1998).
En este sentido, es importante destacar que es entre las niñas donde
para ambos vegetales se registra un percepción significativamente más
positiva (p<0,05), especialmente por el brócoli. En el caso de los
niños, la población tiende a distribuirse más simétricamente en las
tres categorías de agrupamiento. Autores como Chacón (
2011a), señalan
que este resultado podría relacionarse con un mayor control y presión
al comer por parte de los padres en el caso de las niñas, lo cual
podría estar influenciando su percepción hacia los vegetales. Las
opiniones neutras, en primera instancia, no solamente podrían estar
relacionadas con la indiferencia, sino que también acá pueden tener
cabida explicaciones como el desconocimiento previo que parte de los
menores podría tener del chayote o del brócoli, o bien, que no
reconocieran a estos vegetales por sus nombres durante de la entrevista.
Después de aplicar la promoción positiva de los vegetales a las
personas menores de edad empleando la técnica del
Kamishibai, se
procedió a utilizar los datos recopilados para realizar un análisis
estadístico de correspondencia para las frecuencias de opinión según el
género de quienes participaron, el género de las figuras de promoción,
y el vegetal promovido. Los resultados se muestran en la Figura 3.
Para ambos análisis de correspondencia las variables están
correlacionadas (p<0,05); existe una relación entre la opinión dada
por las personas menores y el grupo experimental al que pertenecían.
Es evidente como antes de la exposición con los
Kamishibai, las
opiniones tendieron a ser bastante heterogéneas para ambos vegetales,
tal y como ya evidenció preliminarmente en forma descriptiva la Figura
2. Sin embargo, posteriormente a la intervención con el Kamishibai
(donde se resaltaron las cualidades positivas de cada vegetal), se
puede notar cómo cada grupo experimental se concentra en una opinión
preminentemente positiva, indiferentemente del tipo de vegetal y del
género de la figura promotora (p<0,05). La exposición al
Kamishibai,
por sí misma, genera un efecto significativo contundente en la
modificación de la opinión que los menores tienen de los vegetales
hacia lo positivo (p<0,05), indiferentemente del género de las
figuras promotoras y del de los menores receptores. Al considerar los
resultados anteriores se realizó un análisis de correspondencias más
general para cada vegetal, según el género de los infantes,
obteniéndose los resultados que se detallan en la Figura 4.
Para ambos análisis de correspondencia las variables están
correlacionadas (p<0,05); existe una relación entre la opinión dada
por los menores antes y después de la intervención.
Los resultados del análisis de correspondencias para la población
general, según género, permiten observar con mayor claridad lo ya
evidenciado a partir de la Figura 3. Tanto para las niñas como para los
niños, es notorio como después de la intervención con el
Kamishibai las
opiniones se tornaron positivas para prácticamente la totalidad de los
casos. Por medio de pruebas estadísticas de McNemar se determinó que la
opinión infantil cambió hacia una preminente actitud positiva
(p<0,05), indiferentemente del tipo del vegetal, del género de los
menores y del género de las figuras promotoras. Esto implicó que las
frecuencias porcentuales de opiniones positivas se incrementaron de los
valores iniciales reportados en la Figura 2 a frecuencias porcentuales
de un 99,11% de opinión positiva para todos los infantes en todos los
casos, atribuible lo anterior al simple efecto de la exposición
positiva de los vegetales a través del
Kamishibai.
Los resultados anteriores parecen evidenciar que el
Kamishibai es una
herramienta útil para promocionar positivamente un determinado
alimento, especialmente cuando se destaca en un contexto positivo un
personaje interpretando un papel divertido que incentive una respuesta
afectiva (
Hill, 2002). De este modo,
se promueve la generación de un
recuerdo (
Roedder, 1999), y también el
deseo de imitación (Botteri,
2001;
Allison 2009).
Como lo menciona Aldama (
2005a), el
Kamishibai es una forma de narrar
cuentos que posee amplias posibilidades didácticas en niños y niñas
menores. A la luz de lo hallado en el presente trabajo, se está en la
posibilidad de aplicar las bondades metodológicas de dicha herramienta
en estrategias lúdicas de promoción de hábitos de consumo saludable de
vegetales. Más allá de mejorar la opinión en torno a los vegetales, en
las personas menores se promovería además la iniciación a la lectura en
un marco de convivencia y estimulación del pensamiento divergente
(
Papalia, Wendkos y
Duskin, 2000), donde se da una interacción gozosa y
compartida (
Aldama, 2005b).
3.2. Evaluación
sensorial del agrado
La evaluación estadística evidenció la existencia de una interacción
significativa entre el tiempo y el tipo de vegetal (p> 0,05); no
fueron significativas las interacciones entre tiempo y grupo
experimental (p>0,05) y entre tiempo, vegetal y grupo experimental
(p>0,05). En otras palabras, indiferentemente del género de las
personas menores y del género de la figura protagonista de los cuentos,
se da un cambio significativo en el agrado hacia cada uno de los
vegetales en al menos uno de los tres momentos evaluados en el tiempo.
Habiéndose descartado el género de las figuras promotoras y de las
personas participantes como agentes de variación, y con la intención de
explorar los efectos simples de la evolución del agrado con el tiempo
para cada uno de los vegetales, se plantearon dos análisis de varianza
de medidas repetidas, una por cada vegetal; ellas se establecieron
considerando la variable dependiente agrado sensorial repetida en tres
momentos en el tiempo (primera evaluación sensorial, segunda evaluación
sensorial y tercer evaluación sensorial). Lo anterior se efectuó para
una población general que abarcó a todas las personas menores. El
resultado de estas pruebas estadísticas mostró que no se da una
diferencia significativa en el agrado que muestran las personas menores
para ambos vegetales entre las dos primeras evaluaciones (p>0,05),
es decir, antes de la intervención con los Kamishibai. No obstante, la
tercera evaluación del agrado, que se realiza posterior a la
intervención con los Kamisihai, genera valores más altos que son
significativamente diferentes tanto para el chayote (p<0,05), como
para el brócoli (p<0,05). Esto evidencia una relación entre el
empleo de los Kamishibai y el incremento del agrado manifestado por los
menores hacia los vegetales. El Cuadro 1 resume las diferencias de
medias antes señaladas.
A partir del Cuadro 1 podría argumentarse que existió un efecto de la
exposición a los cuentos narrados con
Kamishibai
que condujo a una
modificación positiva y moderada del agrado para los dos vegetales. A
la vez, se confirmó que no existió un efecto por la simple aplicación
de la herramienta de evaluación sensorial, al no existir diferencias
entre las dos primeras evaluaciones sensoriales donde no medió la
exposición al
Kamishibai. No
obstante, es apropiado hacer notar que el
agrado general ya era importante desde el inicio, donde valores
superiores a tres en la escala denotan un agrado superior a la
indiferencia. Al final de la intervención para ambos vegetales se
obtienen valores de agrado superiores a 4, lo que es equiparable al
descriptor “rico”.
4. Consideraciones finales
Puede argumentarse que el uso de la técnica del
Kamishibai logró
modificar la opinión positiva hacia los vegetales en quienes
participaron en el estudio, indiferentemente de su género y del género
de las figuras que efectúan la promoción. Lo mismo aplica en forma más
discreta para el agrado sensorial, donde contrariamente a lo que se
suele suponer, fue superior a la indiferencia desde el inicio.
El
Kamishibai muestra ser
metodológicamente apropiado como estrategia
complementaria para mejorar la percepción de un determinado alimento en
el marco de un ambiente emocional y socialmente agradable, que permita
crear asociaciones positivas. Autores como Cid (
2009),
Criado (
2011),
Carreño (
2012) y Paatela-Nieminen (
2008) hacen eco del potencial que
el
Kamishibai ha venido teniendo
desde los años 1930 en los procesos de
enseñanza como recurso pedagógico, en tópicos tan diversos como las
artes, la matemática básica y hasta en los hábitos de higiene y
comportamiento. El
Kamishibai
es entonces una herramienta didáctica
(
Cid, 2009), que según sugiere el presente
trabajo, es útil en la
formación de criterios positivos en torno a los vegetales.
Es recomendable que investigaciones futuras efectúen estudios
longitudinales que evalúen la persistencia en el tiempo de la
modificación, tanto de la opinión positiva como del agrado.
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Notas:
1 El presente trabajo formó parte de la tesis de
licenciatura de las dos últimas coautoras, según se cita en la
bibliografía: Molina y Ruiz (2012).
2 Universidad de Costa Rica. Facultad de Ciencias
Agroalimentarias. Estación Experimental Alfredo Volio Mata. COSTA RICA.
alejandro.chacon@ucr.ac.cr
3 Colegio Internacional SEK. COSTA RICA.
molinaaruth@gmail.com
4 Universidad de Costa Rica. Facultad de
Educación. Escuela de Formación Docente. Departamento de Educación
Primaria y Preescolar. Sección de Educación Preescolar. COSTA RICA.
mariajose.ruiz@ucr.ac.cr
5 Según Tesauro Multilingue POPIN y MeSH.
6 Diminutivo de "Soda": Con este nombre se conoce
coloquialmente en Costa Rica a los pequeños restaurantes y pequeñas
cafeterías.