Revista
Población y Salud en
Mesoamérica
Volumen
18, número 1 |
julio-diciembre 2020
DOI:
https://doi.org/10.15517/psm.v18i1.40061
Cáncer
de colon en las
fronteras de México
Colon
cancer on the Mexican Border States
José
Luis Manzanares
Rivera [1]
Resumen:
Introducción: Uno
de los retos
que se identifican para diseñar estrategias efectivas de control del
cáncer de
colon a escala global es el contar con instrumentos de monitoreo que
permitan
medir su evolución. Objetivo:
Proveer
evidencia para el monitoreo de la mortalidad por cáncer de colon en
México integrando la dimensión espacial y temporal en un periodo de 17
años
comprendido en 1998 y 2015. Metodología:
Los
microdatos analizados
provienen de los registros de defunciones documentadas por los
establecimientos
de servicios médicos de las instituciones públicas del país. Este
segmento
representa la principal vía de atención médica en el país, por lo que
el
alcance de los resultados se acota al panorama que aporta el sector
salud
público en el país. Los datos se recopilan a través del Sistema
Nacional de
Información de Salud y el abordaje de la investigación es cuantitativo.
Resultados: Se encontró un
comportamiento diferenciado a escala regional en conjunto con
desequilibrios en
las capacidades de atención en las regiones de contraste, donde las
entidades
ubicadas de la frontera norte exhiben las mayores tasas de mortalidad
en
particular el caso de Chihuahua con una tasa de 68 para la población
masculina
y 49 para mujeres. Conclusiones: La
evidencia encontrada es un insumo para orientar acciones de
control en
poblaciones específicas. La situación del sector privado no se aborda
en el
presente trabajo, por lo que se reconoce como una debilidad de la
investigación.
Palabras
clave:
Colon, Neoplasmas, consumo de alimentos, México
Abstract:
Introduction: One of the
challenges identified to design effective colon cancer control
strategies on a
global scale is to have monitoring instruments to measure its
evolution.
Objective: To provide evidence for the monitoring of mortality from
colon
cancer in Mexico, integrating the spatial and temporal dimension in a
17-year
period from 1998 to 2015. Methodology: The micro data analyzed
comes
from the death records documented by the establishments of medical
services of
the country's public institutions, this segment represents the main
health care
provider in the country. Therefore, the scope of the results is limited
to the
population that receives health care by the public health sector in the
country. The data collection is made through the National Health
Information
System and the research approach is quantitative. Results:
document a
differentiated behavior at the regional scale, together with
imbalances
in the health care capacity for the border regions studied, where the
states on
the northern border exhibit the highest mortality rates, a particular
high rate
is found in Chihuahua State where a mortality rate of 68 Males and 49
for
Females is found. Conclusions: The evidence found is a data
driven
source to guide control actions in specific populations, that may
improve
resource allocation. The private sector segment is not addressed by
this study,
a fact that represents a weakness of the research related to available
data
sources.
Keywords: Colon, Neoplasms, food
consumption, México.
Recibido:
10 oct, 2019 | Corregido:
29 abr, 2020 | Aceptado 1 jun, 2020
1.
Introducción
A
escala global la incidencia del cáncer de colon constituye un problema
de salud pública que se aborda con creciente interés por los impactos
que se
extienden a lo largo del tejido social. En países como México durante
los
últimos 18 años, el cáncer de colon representó la causa de muerte de
mayor
crecimiento entre todas las causas de cáncer con un crecimiento del 88
(Sistema
Nacional de Información en Salud [SINAIS], 2015), superando incluso a
causas
que tradicionalmente son de alta incidencia como cáncer de pulmón,
próstata o
cáncer de mama, en el caso del sexo femenino. En conjunto, el cáncer de
colon y
estómago cobraron la vida de 10 331 personas durante el 2015; cifra 51
%
superior a las defunciones por cáncer de pulmón, lo que convierte a
estos padecimientos
en órganos digestivos en la mayor amenaza oncológica actualmente en
México.
Ante
los costos sociales de esta epidemia, que incluyen incapacidad del
individuo (Reyes,
Piñeros,
Saldarriaga-Cuartas y Davalos, 2015)
absentismo laboral, pérdidas en la productividad,
erogaciones que pueden vulnerar el patrimonio familiar durante las
etapas de
diagnóstico, tratamiento y cuidados paliativos en el trascurso de la
enfermedad (Hanly, Soerjomataram
& Sharp, 2015),
así como la creciente carga financiera al
sistema
de salud (Instituto
Mexicano del Seguro Social, 2017);
la atención de tomadores de decisiones e investigadores se
ha orientado a la búsqueda de elementos para el diseño de estrategias
de
prevención.
Uno
de los retos
que se identifican a nivel global para el control de este padecimiento
que
parece avanzar en proporciones epidémicas en diversas regiones de
América
Latina (Pinzón-Florez,
Vargas y Barriga, 2010) y el mundo (Jemal,
Center, DeSantis
& Ward, 2010) es el contar con
instrumentos de monitoreo que permitan medir su evolución para diseñar
estrategias efectivas de control (Bray
& Pineros, 2016). Tal como reconocen
estudios epidemiológicos en el campo del monitoreo del cáncer, la
subutilización de los registros sistemáticos con desagregación
geográfica que
se generan actualmente representa un área de oportunidad para incidir
en la
comprensión de la etiología de esta creciente amenaza de salud (Glaser et
al., 2005).
En
el caso de
México, la disponibilidad de microdatos generados por el Sistema
Nacional de
Información en Salud (SINAIS) constituye una fuente valiosa para
conocer los
patrones espaciales y temporales de este padecimiento, sin embargo, a
pesar de
la disponibilidad pública de esta información, los estudios que
incorporan
explícitamente la perspectiva espacial son aún escasos. Esto contrasta
con la
tendencia en regiones de América Latina, donde el estudio de la
configuración
geográfica de los indicadores de salud desagregados a nivel local, en
conjunto
con el escrutinio de las tendencias temporales, se percibe cada vez de
mayor
utilidad (Tisnés, 2014; Arango, Giraldo y Pardo, 2004).
Desde
la perspectiva causal, la evidencia reportada por estudios recientes
indica que determinantes de origen económico como los patrones de
consumo
constituyen un foco de atención (Turner
& Lloyd,
2017),
ya que involucran mecanismos de
exposición de largo plazo a substancias y compuestos cuyo potencial
cancerígeno
ha sido documentado con un alto grado de certidumbre como factor de
riesgo para
el desarrollo de cáncer de colon (Bernstein
et al., 2015; Bouvard
et al., 2015).
De
forma paralela, debido a que las capacidades del sistema de salud
representan uno de los componentes centrales que inciden de forma
significativa
sobre los mecanismos de acceso a los esquemas de detección, tratamiento
y
control de este padecimiento (Organización
Mundial de la Salud [OMS],
2017), considerar la heterogeneidad
territorial de estos elementos causales, así como de las capacidades
del
sistema de salud para enfrentar el avance de este fenómeno de salud
pública se
percibe relevante.
En
este contexto, el presente trabajo tiene como objetivo proveer
evidencia para el monitoreo de la incidencia de cáncer de colon en
México.
Centra su atención en el contraste regional entre las entidades de la
frontera
norte y la frontera sur del país.
Se
emplean registros de mortalidad oficiales mediante series de tiempo que
cubren un total de 17 años. La región frontera norte se define por un
grupo de
6 estados integrados por Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila,
Nuevo
León y Tamaulipas; mientras que la región frontera Sur se integra por
los
estados de Chiapas, Campeche, Tabasco, Yucatán y Quintana Roo.
Se
define la noción de frontera desde una perspectiva funcional no
únicamente limitada a la adyacencia geográfica, así se incluyen dos
entidades
que si bien no comparten un límite geográfico con el vecino país o este
es
ínfimo (14.5 km en el caso de Nuevo León) se tiene una dinámica
funcional
considerada como fronteriza: es el caso
de Yucatán en la frontera Sur y Nuevo León para la frontera norte
Desde
el plano
empírico, a pesar de que la incidencia del cáncer a escala global
proyecta un
crecimiento del 70 % en las siguientes dos décadas (McDaniel, Nuhu,
Ruiz & Alorbi, 2017),
a escala regional persisten importantes diferencias vinculadas a
determinantes sociales. Conocer las diferencias regionales ofrece un
insumo
para contrastar hipótesis sobre la etiología, lo cual es importante en
particular para tipos de cáncer como el de colon y aquellos que afectan
a
órganos digestivos, en los que se ha documentado una asociación con
determinantes sociales como los patrones de consumo.
Acorde con estudios empíricos, uno de los
determinantes primarios de este problema de salud se vincula con
prácticas
alimenticias, en particular su relación con el consumo de carne roja y
productos cárnicos procesados se ha establecido con alto grado de
certidumbre
(Cross et al, 2010; Aykan,
2015).
En
el caso de
México, el perfil demográfico, así como la orientación de los patrones
alimentarios que se encuentra en regiones como la frontera sur y norte
constituyen elementos de contraste con potencial para influir en las
condiciones de salud regionales (Manzanares
Rivera, 2017). Así mientras la población
que reside en los estados del norte presenta un perfil de mayores
ingresos; los
estados en la región frontera sur registran los mayores índices de
pobreza en
el país y albergan la mayor proporción de población indígena, con
proporciones
que alcanzan el 97 % en algunos municipios del estado de Chiapas y
proporciones
similares en el estado de Campeche, donde al menos un tercio de la
población de
la entidad es indígena, (Comisión
Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, 2010).
A
pesar de que este
último rasgo suele considerase como factor protector en términos de las
condiciones
de salud de la población (Montenegro & Stephens, 2006, Flores
et al. 2010), la evidencia sobre
los procesos de
aculturación y cambio en los hábitos de consumo (Loría
y Salas, 2014) que han sucedido en
regiones fronterizas de México (Leatherman & Goodman, 2005)
dan cuenta del inherente carácter dinámico de este factor.
Finalmente,
un
elemento diferencial de importancia que se experimenta entre las dos
regiones
seleccionadas para el estudio es la influencia cultural que tiene lugar
en
ambos sitios, siendo las entidades de la frontera norte, con su
proximidad
geográfica con los Estados Unidos, receptores directos de modelos
dietéticos
que frecuentemente han sido vinculados con el deterioro del estado de
salud (Pinheiro, Callahan, Stern & de Vries, 2018).
Considerando
este contexto, la hipótesis de trabajo plantea que la
incorporación de la dimensión espacial, en conjunto con la evolución
temporal,
puede contribuir a evidenciar patrones regionales en la ocurrencia de
este
padecimiento, lo cual representa información de utilidad para el diseño
de
estrategias preventivas de esta enfermedad en el país.
2.
Referentes
teóricos y el papel del enfoque de ciencia de datos como una
aproximación valiosa para la comprensión de los patrones de mortalidad
por
cáncer
Anualmente,
millones de registros administrativos referentes a mortalidad son
generados en
formato electrónico; esta información se dispone habitualmente en forma
de
bases de datos y, de forma cada vez más organizada, se recopila por los
sistemas de salud en el mundo. A pesar de la estructura aún fragmentada
del
sistema de salud pública, en México, se han logrado integrar sistemas
que
siguen estándares homogéneos que recogen prácticas internacionales en
materia
de clasificación.
Convertir
este
cúmulo de datos en información valiosa, pertinente para el diseño de
estrategias de atención es una tarea esencial que tiene el potencial de
incidir
en la asignación eficiente de recursos.
En
especial,
incorporar la perspectiva geográfica y la dimensión temporal al
análisis
permite generar evidencia para contrastar los esfuerzos que se tienen
en
materia de prevención y control de enfermedades. Por lo anterior, la
aplicación
de métodos analíticos como ciencia de datos es un abordaje que se
reconoce como
cada vez más útil (Bertucci et al., 2020;
Organización para la cooperación y desarrollo Económico [OECD], 2019;
Riba,
Sala, Toniolo & Tonon,
2019).
En
el presente
trabajo se aplica este enfoque que tiene el potencial develar patrones
que
subyacen a las causas en el proceso salud-enfermedad. Se reconoce que
el
estudio de fenómenos de salud pública como la diseminación del cáncer
de colon
demanda un abordaje que trasciende fronteras disciplinarias (Hiatt & Breen, 2008). Este reconocimiento se
sustenta en la evidencia sobre el papel que el entorno social en el que
se
desenvuelven los individuos desempeña sobre los mecanismos de
exposición a
factores de riesgo y sobre el grado de acceso al sistema de salud;
dimensiones
que condicionan el patrón de salud-enfermedad que define a la sociedad
en un
momento dado.
Este
trabajo
plantea un abordaje teórico en el paradigma sobre producción social de
los
padecimientos. Este es un enfoque que se ubica en el campo más amplio
sobre
determinantes sociales de salud, promovido por la Organización Mundial
de la
Salud como un marco conceptual de análisis congruente con los objetivos
de
desarrollo sustentable en donde las condiciones de salud tienen un
papel
central (OMS,
2017).
Este
enfoque constituye una aproximación complementaria a la perspectiva
epidemiológica clásica, que ha sido objeto de múltiples críticas (Berkman y Kawachi,
2000; Honjo, 2004)
por su escala de análisis, que es dominada por un fuerte individualismo
médico (Susser, 2009).
Por
el contrario,
en la perspectiva adoptada en este trabajo, el entorno social es una
fuente
para el surgimiento de brechas en las condiciones de salud entre la
población,
más allá de los factores causales puramente biológicos. Acorde con los
trabajos
pioneros en esta línea, incorporar explícitamente el entorno social al
análisis
de la distribución de los padecimientos, en lugar de solo tratar estos
como un
mero antecedente de un fenómeno biomédico, es una diferencia conceptual
básica (Krieger, 2001)
que permite elucidar vínculos que repercuten sobre las condiciones de
salud.
En
este enfoque las
expresiones biológicas de la inequidad social se vuelven parte del
abordaje al
considerar que las diferencias en aspectos de índole social, como las
disparidades económicas, condicionan el desarrollo de padecimientos y
las
oportunidades para su tratamiento. Desde la perspectiva metodológica,
el
enfoque de ciencias de datos aplicado en este trabajo busca indagar
estos
patrones al aprovechar la información con una perspectiva territorial y
espacial.
3.
Metodología
3.1
Enfoque
El
estudio se elabora a partir de un enfoque
cualitativo. El diseño de la investigación se basa en análisis
exploratorio de
datos considerando dos dimensiones: la evolución temporal y la
distribución
espacial.
3.2
Población de estudio
La
fuente de información principal
proviene de los registros por defunciones documentadas por los
establecimientos
de servicios médicos de las instituciones públicas del país y
recopilados por
el Sistema Nacional de Información en Salud.
Esta información oficial consigna la causa de muerte de la
persona e
incluye atributos sociodemográficos con una desagregación espacial a
nivel de
centro hospitalario, a partir de la información contenida en el
certificado de
defunción, la cual es consignada utilizando la clasificación
internacional de
enfermedades (CIE-10). Esto posibilita su comparación en el contexto
internacional. Además, los datos recopilados con base en la información
de las
actas de defunción por el (SINAIS) son de interés, ya que cumplen con
normas en
materia estandarización de información en salud como la
NOM-035-SSA3-2012.
Dicha estandarización implica que los mismos protocolos de registro se
aplican
en todo el país, lo que facilita su comparación.
El
análisis se realiza utilizando el lenguaje de programación R, mediante
el ambiente integrado de desarrollo (IDE por sus siglas en inglés), R
Studio
versión 3.5.2. Para facilitar la reproducción del análisis y resultados
se
provee el código empleado para todo proyecto.
La primera etapa del análisis muestra la tasa de crecimiento de
cáncer
de colon, cáncer de estómago y la tasa general de crecimiento de las
defunciones para los 32 estados del país. En esta estimación, se
incluye una
trasformación logarítmica a las series en el periodo 1998-2015. La
selección de
este periodo se debe a que se desea incorpora la totalidad de registros
públicamente disponibles en el repositorio oficial del SINAIS al
momento de la
investigación.
Una
segunda etapa examina la concentración relativa de los padecimientos,
a partir de la estimación del cociente de localización (LQ), un
indicador que
permite controlar por el tamaño poblacional de cada entidad para
determinar la
concentración en cada estado. Este indicador considera los principios
desarrollados en el contexto de estudios de análisis regional y, dado
su
potencial para medir la incidencia relativa entre espacios geográficos,
ha sido
utilizado en estudios de corte epidemiológico (Schuurman,
Hameed, Fiedler, Bell & Simons, 2008),
así como por estudios recientes que
analizan la localización de afecciones de salud en países de América
Latina (Manzanares Rivera, 2018).
Si bien este
indicador es una medida relativa, el contraste se dirige al nivel de
concetración entre dos espacios geograficos, no a identificar el riesgo
de
contraer el padecimiento. En este sentido, es importante no confunidr
este indicador
con una tasa de riesgo relativo.
El
cociente de localización se estimó aplicando la siguiente
especificación.
Donde
la variable d
registra el número de defunciones en el rango C18-C189 de la
Clasificación
Internacional de Enfermedades CIE-10 y la variable T captura el total de
defunciones ocurridas por el resto de las causas, ya sea para la
entidad i o bien en el ámbito nacional N.
En ambos casos, se considera un periodo de tiempo t determinado.
Los
dos escenarios
de referencia en los valores del LQ son particularmente importantes
para el
contraste en términos relativos:
LQ>1
Indicando
que la entidad i registra una
concentración relativamente superior al escenario nacional y el caso
apuesto
cuando LQ<1.
En
la tercera etapa del análisis, se estiman las tasas de mortalidad
ajustadas por estructura de edad y sexo para cada uno de los 32 estados
del
país para el año 2015. Este es un indicador estándar en la literatura
sobre
salud pública, lo que permite contar con un escenario, a partir de la
información más reciente disponible y complementar la evidencia de las
estimaciones de concentración relativa. El cálculo se hace utilizando
el método
directo, tomando como población estándar las proyecciones de población
del año
2015, la cual es la información más reciente consistente con los datos
de
mortalidad analizados.
Finalmente,
se consideran los recursos disponibles en el sistema de salud
para la atención del padecimiento, que muestran a) la relación de
pacientes por
personal médico oncológico en el país y b) la distribución geográfica
de los
recursos por centro hospitalario. En esta última perspectiva, se
consideran las
variables de camas en medicina interna, consultorios de oncología y
personal
médico con la especialidad de oncología en las instituciones del
sistema
público de salud en México.
4.
Resultados
4.1 Estado
antropométrico de los niños y las niñas
En
primera
instancia, se analiza la evolución temporal de las defunciones a causa
cáncer
de colon. Esta perspectiva busca mostrar la magnitud de este problema
de salud
pública y un contraste respecto al crecimiento observado por el resto
de las
casusas de muerte entre los 11 estados fronterizos de México. Así como su contraste en el contexto del
cáncer de órganos digestivos, para lo cual se incluye la evolución de
las
causas C16-C169, correspondientes a cáncer de estómago.
La figura 1 muestra los resultados de la
estimación.
Figura
1
Tasa
de crecimiento en defunciones por cáncer de
colon, cáncer de estómago vs. otras casusas de muerte, según entidad
federativa
en la frontera sur y norte. México 1998-2015.
Fuente:
Elaboración
propia, con datos de SINAIS (2019). Registro de
defunciones.1998-2015.
La
estimación con datos de todo el país revela que la tendencia de
mortalidad por padecimientos en órganos digestivos como cáncer de colon
durante
las últimas dos décadas registra un crecimiento promedio de 44.7 %.
Este
patrón contrasta con la evolución observada por la dinámica de
mortalidad en México, que registra un crecimiento promedio en el mismo
periodo
equivalente al 13.9 %. Lo anterior, se
traduce en un ritmo anual de crecimiento de 2.4 % en el caso del cáncer
de
colon, ritmo que duplica el crecimiento anual del resto de las causas
de
muerte, que fue del 1 %.
A
escala regional, la mayor tasa de crecimiento se registró en Quintana
Roo y alcanzó el 138.6 %, mientras en la frontera norte es el estado de
Baja
California el que presenta el mayor crecimiento en el periodo de
estudio con un
124.7 %.
Para
controlar el efecto que tiene la dinámica demográfica sobre el
crecimiento real en estas entidades, es importante observar la magnitud
en la
brecha entre la tasa de crecimiento general y la tasa de crecimiento
específica
por cáncer. Una vez que controlamos por este aspecto, se confirma que
Baja
California es la entidad fronteriza con el mayor crecimiento en
defunciones por
cáncer de colon con una brecha del 80 % entre el crecimiento general y
el
cáncer de colon. Mientras que la posición de Quintana Roo, desciende
hasta el
noveno lugar una vez que se incorpora la estimación de la brecha, cuya
magnitud
es del 37 %. Esto nos da una idea del sesgo que el crecimiento natural
de la
población y el saldo migratorio en esta entidad significan en los
últimos 18
años.
La
estimación de este indicador de hecho hace evidente un patrón que
posiciona a las entidades de la frontera norte con una dinámica de
mayor
crecimiento, respecto a las entidades de la frontera sur. El siguiente
es el
orden por la magnitud registrada en la brecha, respecto a la dinámica
de
mortalidad general: Baja California (80 %), Chihuahua (64 %),
Tamaulipas (62
%), Sonora (52 %), Nuevo León (42 %).
4.2
Distribución espacial del cáncer de colon en México
Si
bien la evolución temporal de los casos aporta una dimensión sobre el
crecimiento del problema, una segunda dimensión de análisis, que es
importante
conocer, es la concentración relativa de los casos para cada entidad
una vez
que se controla por el tamaño de la población en cada estado. Este
procedimiento atiende el sesgo que induce el tamaño poblacional de cada
entidad
sobre el número de casos registrados. La
figura 2a presenta el resultado de la estimación del cociente de
localización
(LQ) para los 32 estados para el año más reciente de la información,
2015. Se
incluye una línea de referencia en LQ=1 que muestra el nivel nacional.
Mientras
la figura 2b incluye su representación en el territorio.
Figura
2a
Cociente
de localización. Defunciones por cáncer de colon, según entidad
federativa. México 2015.
Fuente:
Elaboración
propia, con datos de SINAIS (2019). Registro de
defunciones 2015 y
Consejo Nacional de Población. Proyecciones de población 2015.
Figura
2b
Cociente
de localización. Defunciones por cáncer
de colon, según entidad federativa. México 2015.
Fuente:
Elaboración
propia, con datos de SINAIS (2019). Registro de
defunciones 2015 y
Consejo Nacional de Población. Proyecciones de población 2015.
Para el año 2015, la concentración observada de casos
por cáncer de colon en todas las entidades de la frontera norte supera
el nivel
nacional; patrón que no se observa en los estados de la frontera sur,
donde se
registran los menores estimados del cociente de localización dentro de
todo el
país. Tal como se aprecia en la figura 2b.
Destacan por su elevada concentración los estados de Baja
California Sur
y Baja California con LQ=1.91 y LQ=1.62, lo que implica que, una vez
que se
controla por el tamaño de la población, en estas entidades los casos
registrados de cáncer de colon superan en 91 % y 62 %, respectivamente,
al
escenario de concentración nacional del padecimiento. Esta magnitud
contrasta
con entidades en la frontera sur como Yucatán (LQ=0.52), Campeche
(LQ=0.59) o
Quintana Roo (LQ=0.69).
Con la finalidad de corroborar si el patrón
encontrado de concentración ocurrido en 2015 es un escenario
persistente a
través del tiempo, se estima a continuación el cociente de localización
para
toda la serie temporal desde 1998 para todas las entidades fronterizas
del
país. Esta aproximación permitirá descartar posibles sesgos debidos a
las
condiciones que prevalecieron durante el año 2015, además de
identificar
posibles diferencias regionales en el largo plazo. La figura 3 muestra
los
resultados.
Figura 3
Cociente de localización.
Defunciones por cáncer de colon entidades de la frontera norte y sur,
México,
1998-2015.
Fuente:
Elaboración
propia, con datos de SINAIS (2019). Registro de
defunciones 2015 y
Consejo Nacional de Población. Proyecciones de población 2015.
Los
resultados muestran que existe un patrón de concentración diferenciado
entre los estados que integran la frontera norte y la frontera sur del
país,
los primeros con un comportamiento sistemático de mayor concentración a
lo
largo del todo periodo de estudio. La línea de referencia punteada en
color
negro indica el nivel de concentración promedio en el país.
Si
bien el análisis exploratorio de datos realizado hasta el momento en la dimensión temporal y espacial sugiere
la existencia de diferencias regionales en la manifestación del cáncer
de colon
entre la población, incorporar al análisis
la estructura poblacional mediante el cálculo de las tasas de
mortalidad
ajustada por estructura de edad y sexo (medida estándar y referencia
básica en
estudios en el contexto de salud pública) es necesario para
complementar la
evidencia disponible hasta el momento. La figura 4 muestra los
resultados de
este cálculo basado en el método directo para datos de 2015.
Figura
4
Tasa
de mortalidad ajustada por estructura de
edad, según entidad federativa 2015.
Fuente:
Elaboración
propia, con datos de SINAIS (2019).
Registro de defunciones 2015 y Consejo Nacional de Población.
Proyecciones
de población 2015.
La
estimación permite confirmar los patrones detectados mediante el
análisis espacial de concentración y de evolución temporal y se observa
que las
entidades ubicadas en la frontera norte son las que exhiben las mayores
tasas
de mortalidad. Chihuahua, Baja California Sur y Baja California cuentan
con los
registros de mayor magnitud equivalentes a 68, 71, 62 para hombres y
49, 44 y
51 para mujeres. Estas tasas contrastan con el escenario nacional que
registra una tasa
de mortalidad
promedio 37 para hombres y 32
para mujeres.
Adicionalmente
de la estimación anterior, se distingue un patrón entre las
entidades de alta incidencia que parece afectar en mayor medida al sexo
masculino.
Para
comprender los costos sociales del cáncer de colon es importante
conocer el perfil de la población afectada, esta información puede
indicar la
presencia de impactos en la productividad, así como indicar rangos de
edad en
los que es conveniente emprender estrategias preventivas con pruebas de
detección
temprana. La figura 5 muestra la distribución de edades de la población
diagnosticada en 2015 en México con cáncer de colon y estómago, en
contraste
con la distribución de edades para otras neoplasias.
Figura
5
Edad de
egresos hospitalarios por cáncer de colon y estómago México, 2015.
Fuente:
Elaboración
propia.
Egresos hospitalarios, 2019 Sistema
Nacional de Información en Salud, 2015.
La
mayor densidad en defunciones hacia los 60 años sugiere que tanto el
cáncer de colon como el de estómago implican un periodo prolongado de
exposición a factores de riesgo. La presencia de estos padecimientos
registra
un elevado crecimiento entre los 35 y los 60 años, a diferencia de
otros tipos
de cáncer que pueden registrarse en etapas tempranas de la vida del
individuo.
Un ejemplo de lo anterior es la leucemia linfoblástica aguda (código
CIE-10:
C910), que ocupa el primer lugar entre los egresos hospitalarios en
México y se
registra comúnmente antes de los 35 años. Esta evidencia da cuenta de
importantes
impactos sociales, ya que se trata de una afección de salud que sucede
en una
etapa productiva de los individuos.
4.3
Aproximación a los determinantes y recursos para la atención de cáncer
en el
sistema de salud en México
Considerando
los determinantes, estudios previos han demostrado que uno de
los factores de riesgo para el desarrollo de cáncer en órganos
digestivos, de
colon en particular, se vincula con las prácticas de consumo de la
población.
En la tabla 1 se presenta para el caso de Chihuahua, la entidad de
mayores
tasas de mortalidad para cáncer de colon en 2015, el nivel de gasto
anual por
hogar para tres grupos de productos clasificados según su riesgo
cancerígeno,
documentado por la Organización Mundial de la Salud,
de acuerdo con la clasificación de agentes
cancerígenos desarrollada por el Centro Internacional de Investigación
sobre el
cáncer. Esta clasificación se integra por cuatro grupos: 1, agentes
cancerígenos para los humanos, es el nivel más elevado; 2a, contiene
agentes
cancerígenos probables; 2B, incluye agentes cancerígenos posibles y
representa
un nivel de severidad menor con base en la evidencia empírica
disponible; 3,
agentes no clasificables como cancerígenos para humanos, y 4,
probablemente no
cancerígeno para humanos
Tabla
1
Patrones de consumo por hogar en
productos seleccionados, según riesgo cancerígeno. Chihuahua. 2013.
Riesgo cancerígeno |
Código |
Concepto |
Gasto
anual (pesos) |
Población |
% |
1 |
11241 |
Jamón |
1
216 |
376
345 |
0.10 |
1 |
11242 |
Salchicha
y salchichón |
1
191 |
482
085 |
0.13 |
1 |
11243 |
Chorizo |
632 |
230
565 |
0.06 |
1 |
11244 |
Tocino |
983 |
54
932 |
0.02 |
1 |
11245 |
Mortadela,
queso de puerco y salami |
504 |
31
756 |
0.01 |
1 |
11246 |
Chuleta
ahumada |
1
342 |
52
142 |
0.01 |
1 |
11247 |
Carne
adobada, ahumada o enchilada |
1
167 |
18
931 |
0.01 |
2A |
11211 |
Bistec |
2
348 |
165
872 |
0.05 |
2A |
11212 |
Chuleta
y costillas |
3
275 |
176
071 |
0.05 |
2A |
11213 |
Cortes
especiales |
2
049 |
26
784 |
0.01 |
2A |
11214 |
Molida |
1
989 |
494
936 |
0.14 |
2A |
11215 |
Retazo,
hueso de res |
659 |
16
038 |
0 |
2A |
11216 |
Otros
cortes de res |
2
640 |
267
091 |
0.07 |
3 |
11615 |
Naranjas |
634 |
255
584 |
0.07 |
3 |
11631 |
Manzanas |
904 |
232
246 |
0.06 |
3 |
11742 |
Zanahorias |
284 |
242
109 |
0.07 |
3 |
11771 |
Frijoles |
1
338 |
390
299 |
0.11 |
3 |
11781 |
Papas |
891 |
590
044 |
0.16 |
3 |
11774 |
Lentejas |
476 |
46
578 |
0.01 |
3 |
11731 |
Jitomate |
593 |
646
629 |
0.18 |
Nota:
porcentajes respecto a la
población total del estado.
Fuente:
Elaboración
propia, con datos de Engasto (INEGI, 2013).
La
tabla 1 permite notar que las preferencias de las personas
consumidoras, tal como se expresan por los patrones de consumo,
constituyen
factores de riesgo latentes. Por ejemplo, productos clasificados con el
nivel
de riesgo cancerígeno 1 (el más elevado de la clasificación), como las
salchichas o el jamón, son consumidos por un porcentaje de la población
que
supera a productos considerados saludables como las zanahorias,
manzanas o
naranjas. Además, lo hacen en proporciones comparables a productos
básicos en
la dieta de la población mexicana como los frijoles; resulta importante
considerar la información sobre el potencial cancerígeno de los
productos como
elemento de prevención adicional.
La
figura 6 presenta el
contraste entre el gasto anual en productos cárnicos procesados y
cortes,
considerando los
productos en el rango de los
códigos 11241- 11216
consignados
en el cuadro 1. La
estimación controla las diferencias de gasto entre estados al capturar
el porcentaje
del gasto que estos productos representan, respecto al gasto
total en alimentos por hogar para cada entidad. Se incluye la tasa de
mortalidad por cáncer de colon, con lo que se tiene una perspectiva más
amplia
del papel que los patrones de gasto alimentario tienen en este contexto.
La
representación incluye dos líneas de referencia que corresponden con
los valores medios de cada variable. Así las entidades se ubican en
cuatro
cuadrantes (C.), donde C.I representa la combinación de las mayores
tasas de
mortalidad en conjunto con la mayor proporción de gasto en los
productos
seleccionados, mientras el C.III, captura el escenario opuesto.
Figura
6
Relación
tasa
de mortalidad a proporción de gasto en carnes procesadas y cortes como
porcentaje del gasto total en alimentos por hogar, según entidad.
Nota:
Los montos evaluados consideran el gasto total anual en los productos
en el
rango de los códigos 11241-11216, consignados en el cuadro 1, y se
expresan en
porcentaje respecto al gasto total en la división alimentos. Precios
constantes
año base 2013. Para evitar saturación, se incluyen únicamente las
etiquetas de
los estados fronterizos.
Fuente:
Elaboración
propia, con datos de Engasto INEGI, 2013.
Considerando
que los estudios sobre el potencial de supervivencia a esta
afección de salud indican como elemento clave la etapa de avance del
proceso en
el momento del diagnóstico (Halpern, Pavluck, Ko y Wardet, 2009),
ofrecer condiciones que permitan la detección oportuna y el tratamiento
del
cáncer de colon se convierte en una tarea central para el sistema de
salud. En
este contexto conocer la distribución espacial de los recursos humanos
disponibles puede contribuir a identificar desequilibrios que
representan áreas
de oportunidad para incidir en la reducción de las tasas de mortalidad
y, de
manera paralela, para lograr un uso eficiente de los recursos
disponibles por
el sector salud en el país.
La
figura 7 muestra la relación entre la variable pacientes por
profesional en medicina, considerando el cociente entre el total de
egresos
hospitalarios por cáncer de colon y el total de profesionales en
medicina
especialistas en oncología adscritos al sistema de salud púbico a
escala de
entidad federativa. Ambas variables se expresan en niveles. Esta
variable es un
proxy de la presión que enfrenta el sistema de salud para el
tratamiento de
pacientes. La segunda variable,
representada
en el eje de las abscisas, es la tasa de mortalidad observada. Ambas
variables
para datos de 2015, que corresponde a la información oficial más
reciente
disponible a la fecha de la elaboración de la presente investigación.
Figura
7
Relación
pacientes
por especialista en oncología y tasa de mortalidad por cáncer de colon
según entidad federativa. México, 2015.
Nota:
tasa de
mortalidad expresadas por millón de habitantes.
Fuente:
Elaboración
propia, con datos de Recursos en Salud.
Dirección General de información en Salud, 2019.
La
gráfica muestra una relación positiva entre la tasa de mortalidad por
cáncer de colon a escala estatal y el grado de presión que enfrenta el
sistema
de salud para atender a quienes padecen esta condición. La línea
punteada de
referencia indica la tasa de mortalidad promedio en el país para cáncer
de
colón (causas en el rango C18-C189 de CIE-10), la cual es de 34
personas por
millón. Destaca el caso de estados
localizados en la frontera norte considerados de alta incidencia como
Nuevo
León o Coahuila, en donde se enfrenta una presión mayor para atender a
la
población que padece esta enfermedad con 188 y 86 pacientes por cada
profesional en medicina especialista, respectivamente.
La
figura 8 muestra la distribución de especialistas en oncología por
hospital en el país. La tabla 2, por su parte, consigna los 10
hospitales con
la mayor concentración de profesionales en oncología a nivel nacional,
junto
con el número de consultorios de esta especialidad y la cantidad de
camas
disponibles en el área de medicina interna. Estas variables representan
recursos necesarios para la atención de pacientes con cáncer en las
etapas de
diagnóstico, tratamiento y hospitalización; es decir, la tabla 2
registra las
variables de interés en cuanto a infraestructura para atención en
oncología en
México en los principales centros hospitalarios del sistema público de
salud.
Figura
8
Profesionales en medicina con especialidad en
oncología por centro hospitalario. México 2015 y casos de cáncer de
colon en
Chihuahua por municipio 2015.
Fuente:
Elaboración
propia, con datos de SINAIS (2019),
recursos en salud,
2015.
Tabla
2
Principales
centros hospitalarios del sistema
público de salud con infraestructura para atención en oncología en
México, 2015
Hospital |
Estado |
Oncólogos |
Consultorios
|
Camas MI |
Instituto
Nacional de Cancerología |
CDMX |
95 |
12 |
69 |
Hospital
General de México |
CDMX |
56 |
26 |
84 |
Instituto
Jalisciense de Cancerología |
Jalisco |
20 |
9 |
0 |
Hospital
de la mujer |
CDMX |
19 |
3 |
0 |
Centro
Estatal de Atención oncológica |
Michoacán |
19 |
7 |
0 |
Hospital
Juárez de México |
CDMX |
13 |
11 |
30 |
Instituto
Estatal de cancerología |
Guerrero |
13 |
9 |
0 |
Centenario
hospital Miguel Hidalgo |
Ags. |
12 |
5 |
44 |
Hospital
regional de alta especialidad Dr. Juan Graham Casasus |
Tabasco |
12 |
9 |
38 |
Hospital
general Agustín O´Horán |
Yucatán |
12 |
1 |
48 |
Nota:
Camas MI:
Medicina Interna. Consultorios se refiere a consultorios en la
especialidad de
oncología.
Fuente:
Elaboración
propia, con datos de SINAIS 2019. Recursos en salud. 2015.
Es
notable la concentración de recursos humanos en áreas donde se ubican
los centros urbanos de mayor tamaño en el país; no obstante, como el
análisis
exploratorio ha evidenciado, las regiones con las mayores tasas de
mortalidad
no necesariamente coinciden con estos sitios. De hecho, como se observa
en el
recuadro de la figura 7 con el caso de Chihuahua, entidad que como
hemos
mostrado presentan la mayor tasa de mortalidad de cáncer de colon en el
país,
se tienen retos para la atención de la población que se ubica fuera de
la
ciudad capital. Así, la cobertura de la
población a lo largo del vasto territorio, en este caso, es un reto
compartido
con otras entidades en la frontera norte y sur del país.
5. Conclusiones
La
trayectoria de
crecimiento observada en las últimas dos décadas para el cáncer de
colon en
México sugiere la existencia de un problema de salud que reclama el
diseño de
políticas públicas que involucran la intervención del sistema de salud
para
implementar estrategias de preventivas.
El
análisis exploratorio de datos sobre la concentración espacial del
padecimiento reveló un comportamiento regional diferenciado entre los
estados
de la frontera norte y aquellos ubicados en el sur del país, con
niveles mayores
de mortalidad en la frontera norte que muestran un comportamiento
sistemático a
lo largo de todo el periodo de estudio.
Considerando
esta evolución, así como la evidencia que aportan estudios
pioneros sobre factores de riesgo de índole social, que en el norte de
México
son rasgos distintivos como los patrones de consumo de carne roja y
procesada (Taddei, Robles
y Garza, 2012; Espejel-Blanco,
Camarena y Sandoval,
2014), se percibe importante estudiar
esta hipótesis causal con mayor detenimiento en la agenda de
investigación
sobre el monitoreo de diferencias en las tasas de mortalidad por cáncer
de
colon a escala regional.
La
información que
se explora en el presente trabajo en este sentido para medir la
influencia de
determinantes como los patrones de consumo constituye una primera
aproximación,
aunque se requieren mayores estudios en este aspecto del comportamiento
para
lograr evidencia concluyente.
Por
su parte, el análisis de la concentración de los recursos humanos
especializados en oncología que integran el sistema de salud público en
el país
indica un claro desequilibrio entre las regiones de mayor tasa de
mortalidad y
la localización de los especialistas. Este desequilibrio impacta
negativamente
en la capacidad de atención al incidir en los tiempos de espera para
consultas,
así como en los tiempos para la realización de estudios para obtener un
diagnóstico oportuno, ambos elementos determinantes en el tratamiento y
la
eventual evolución del paciente hacia la recuperación. Una problemática
que se
ha identificado también para otros países en la región de América
Latina, como
el caso de Colombia, es que se ha documentado que la primera consulta
de
pacientes con cáncer de colon comúnmente se realiza en estadios tardíos
de la
enfermedad (Pinzón-Florez,
Vargas, Barriga, 2010).
Esta
evidencia indica la necesidad del diseño de políticas públicas de
largo plazo que consideren la contratación de especialistas en regiones
específicas del país. Particularmente, el presente estudio encuentra
que los
estados ubicados en la frontera norte resultan una región prioritaria
para el
tema de cáncer de colon. Adicionalmente, en esta región del país, la
localización de centros hospitalarios con infraestructura para la
detección
oportuna de este padecimiento se concentra principalmente en las
ciudades
capitales, lo que añade complejidad para el acceso a oportunidades en
la
detección y tratamiento efectivo de esta afección de salud que ha
registrado
una evolución crecente durante las últimas dos décadas en el país.
La
evidencia presentada permite dirigir la atención hacia el diseño de
políticas públicas de control, en particular tres ejes se perciben
importantes
para guiar esta estrategia. Primero fortalecer los esquemas de difusión
de
información entre la población sobre el crecimiento de esta afección de
salud.
En este sentido, existen importantes esfuerzos realizados conjuntamente
por los
institutos nacionales de salud pública y de cancerología mediante el
programa
de infografías (Instituto Nacional de
Cancerología, 2015). Se propone extender
este programa para que su difusión se realice desde el entorno escolar
medio
superior.
En
este primer eje que se orienta a la prevención, la contribución del
presente trabajo para el ámbito de los estudios de monitoreo a escala
temporal
y espacial facilita la evaluación de los resultados de esfuerzos de
política
pública emprendidos en el país. Un ejemplo específico es el programa OncolIMSS que se ha implementado por la
principal
institución del sistema de salud en México, ante el reconocimiento de
la
importancia de este problema de salud, así como también desde la
perspectiva de
los riesgos financieros para el sistema en el largo plazo (Instituto Mexicano del Seguro Social, 2017).
Segundo,
en la perspectiva de la difusión de los factores, se percibe
relevante diseñar un esquema de etiquetado que permita a las personas
consumidoras conocer el potencial o el riesgo cancerígeno de los
productos
consumidos. Este elemento es particularmente importante para los
productos
clasificados como riesgo 1 en el esquema de clasificación de agentes
cancerígenos, desarrollado por el Centro Internacional de Investigación
sobre
el cáncer.
En
tercer lugar, con base en la evidencia presentada en el presente
trabajo se sugiere la realización de programas que incentiven la
contratación
de especialistas en oncología para las regiones que presentan la mayor
incidencia en el país como son las entidades de la frontera norte.
Finalmente,
esta investigación destaca el grado de apertura que el Sistema
de Salud en México ha logrado con la integración de bases de datos con
un alto
nivel de desagregación, que resultan una fuente esencial para
comprender las
tendencias espaciales y la evolución temporal de las condiciones de
salud en
México. El presente estudio constituye un insumo base para la
realización de
investigaciones futuras sobre la ocurrencia de cáncer de colon en
México y
provee información complementaria para aquellos estudios realizados
tanto desde
una perspectiva de epidemiología social como por aquellos realizados en
la
perspectiva clínica sobre este tema.
6.
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[1] El Colegio de la Frontera Norte, MÉXICO. jlmanzanares@colef.mx, ORCID http://orcid.org/0000-0003-3394-4967