Revista
Población y Salud en
Mesoamérica
Volumen
18, número 1 | julio-diciembre
2020
DOI:
https://doi.org/10.15517/psm.v18i1.40092
El
significado de la
diabetes mellitus entre indígenas chontales de Tabasco, México
Meaning
of diabetes mellitus among Chontal Indigenous people of Tabasco, Mexico
Marcelina
Cruz-Sánchez[1]
y Ma. De los Ángeles Cruz-Arceo[2]
Resumen:
Introducción: La
diabetes mellitus
(DM) es un problema de salud pública en aumento y las poblaciones
indígenas no
son la excepción. Aunque se ha estudiado desde diversas perspectivas,
poco se
ha indagado el significado que tiene para esta población. Objetivo:
Comprender el significado de la diabetes y algunas diferencias de
género en
indígenas chontales. Metodología: Se realizó un estudio de
corte
cualitativo con 29 personas de 20 años y más, seleccionados del
registro del
centro de salud. Se utilizó la entrevista a profundidad, previo
consentimiento
se grabó en audio. El análisis se realizó a través de transcripción,
codificación, segmentación, reducción e interpretación de los discursos
producidos. Resultados: Participaron 29 informantes, de quienes
21
fueron mujeres. El promedio de edad fue 48.5 años; Todas las personas
participantes estaban casadas. El 100 % las mujeres se dedicaban al
trabajo
doméstico no remunerado; la escolaridad predominante fue la primaria
(seis años
o menos). La DM se percibía como destino fatal, se encontró
desconfianza en los
tratamientos de diálisis e insulina, que se conciben como precursores
del
fallecimiento. La herbolaria es utilizada y significada como
tratamiento eficaz
para la diabetes; al decir de los informantes, son las mujeres quienes
realizan
más el autocuidado de la enfermedad. Por último, se encontró una
importante
confianza en Dios para los resultados de salud. Conclusiones:
La
diabetes tiene un significado de sentencia de muerte. La diálisis e
insulina se
perciben como procedimientos que aceleran la muerte. Esto sugiere a los
proveedores de cuidado de la salud, considerar los significados de la
enfermedad e incorporar la interculturalidad en la atención de personas
indígenas.
Palabras
clave:
significado
diabetes, población indígena, estudio cualitativo, Tabasco,
México
Abstract:
Background: Diabetes Mellitus (DM) is
a growing public health problem and indigenous populations are no
exception.
Although the problem has been studied from different perspectives,
little has
been investigated about the meaning it has for this population; Objective:
To understand the meaning of Diabetes and some gender differences in
indigenous
Chontales. Methodology: A qualitative study was carried out
with 29
people aged 20 years and over, selected from the registry of the health
center;
the in-depth interview was used, prior consent was audio-recorded; the
analysis
was carried out through transcription, coding, segmentation, reduction
and
interpretation of the discourses produced. Results: 29
informants
participated, 21 women; average age was 48.5 years; All married; 100%
women
were engaged in unpaid domestic work; the predominant schooling was
primary
(six years or less). DM was signified as a fatal fate; distrust was
found in
the dialysis and insulin treatments, meant as precursors of death.
Herbalism is
used and signified as an effective treatment for Diabetes; According to
the
informants, it is women who carry out the self-care of the disease the
most;
Lastly, significant trust in God was found for health outcomes. Conclusions:
Diabetes is meant as a death sentence; Dialysis and insulin are
meanings as
procedures that accelerate death, this suggests to health care
providers to
consider the meanings of the disease and incorporate interculturality
in the
care of indigenous people.
Keywords: meaning diabetes, indigenous
people, qualitative study, Tabasco, México
Recibido:
14 dic, 2019 | Corregido:
04 may, 2020 | Aceptado 1 jun, 2020
1.
Introducción
La
diabetes mellitus (DM) se ha convertido en una epidemia a escala
mundial. En
México se estima que es la primera causa de muerte entre la población
de más de
45 años. La población urbana resulta más afectada; no obstante, las
poblaciones
indígenas de varios países como Australia, Canadá, Chile, Brasil y
México están
viviendo el aumento del padecimiento (Organización Panamericana de la
Salud
[OPS], 2014; Instituto Nacional de Estadística, Geografía e informática
[INEGI], 2016a; Barquera,
Campos, Aguilar, Lopez,
Arredondo y Rivera ,2013;
Brown, 2013).
Un
informe de la Organización de Naciones Unidas señala la alarmante
situación de
la salud de los pueblos indígenas, resaltando que “la diabetes afecta
desproporcionadamente a estas poblaciones”. (United
Nations, 2018, p.V).
Las
causas de la DM son multifactoriales, entre ellas destacan la obesidad,
el
sobrepeso, la vida sedentaria, la alteración en el metabolismo de
lípidos,
familiares en primer grado con el padecimiento (Lancet, 2017).
En el
caso de las poblaciones indígenas, se ha documentado la pérdida de la
dieta
indígena tradicional que tenía un efecto protector, la
occidentalización de la
dieta y el consumo elevado de refrescos embotellados, derivado de la
publicidad
que estimula la sustitución del consumo de agua por refresco (Uauy, Albala & Kain,
2001).
En
México, de acuerdo con cifras del INEGI (2016a), la DM es la primera
causa de
muerte entre las mujeres y la segunda entre los hombres. Para el estado
de
Tabasco situado en el sureste de México, las cifras son similares: la DM
ocupa el segundo lugar como causa de muerte entre la población
general; pero cuando se desglosa por sexo está en primer lugar entre
las
mujeres y en segundo entre los hombres (INEGI, 2016a).
El
problema de la DM en la población del sur y sureste de México es
complejo, ya que los estados que componen esta región, entre ellos
Tabasco,
representan la mayor carga de mala
salud en el país. Aunado a lo anterior, se sabe que la
DM afecta más a las mujeres (Barquera et al. 2013) Por otro
lado, la DM
entre la población indígena en la región destaca entre los primeros
lugares
como causas de morbilidad (Comisión
Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas [CDI],
2014).
La DM
ocasiona a su vez otras complicaciones, como la enfermedad renal,
que afecta excesivamente a las poblaciones indígenas (Jiang,
2014).
Esta cuestión también se relaciona con el autocuidado del padecimiento
y con
las creencias y significados socialmente construidos alrededor de los
tratamientos médicos para mejorar la calidad de vida de la persona. Asimismo,
el
control del padecimiento por los servicios de salud es insuficiente
como lo
muestra el hecho de que la mayoría de las personas diagnosticadas con
DM en
México se encuentran en deficiente control (Sociedad
Mexicana de Nutrición y Endocrinología; Asociación de Medicina Interna
de
México; Sociedad de Nutriología, 2000).
El
diagnóstico se realiza en las unidades de primer nivel de atención[3] cuando
la persona acude a consulta por algún
síntoma, como tener mucha hambre sin alcanzar la saciedad, pérdida de
peso
inexplicable, sed intensas o la queja de orinar en grandes cantidades
aun sin
consumir muchos líquidos.
En este
sentido, se reconoce que los factores culturales afectan
profundamente las formas en que se
identifican y da significado a los síntomas. Cómo, cuándo y
a quién se expresan estos síntomas y si el hecho de ignorar un
padecimiento o
evento es estigmatizado o aceptado por la persona o su
familia (Everett, 2011).
Lo anterior tiene serias implicaciones para el
autocuidado y el manejo exitoso de la DM, ya que se requiere la
colaboración
entre proveedores de cuidado de salud y las personas con esta condición
crónica. Entonces, la dificultad estriba en las concepciones
divergentes acerca
del problema de salud que ambos grupos tienen. Por un lado, la visión
biomédica
de la enfermedad (Disease[4]) y, por otro, las creencias
culturalmente construidas de las personas acerca del padecimiento y su
tratamiento (illness), para nuestro
caso la DM
(Kleinman, 1988). Esta situación cobra
mayor
relevancia cuando se trata de comunidades indígenas, toda vez que,
entre las
diversas culturas indígenas de México y Latinoamérica, existe una
diversidad de
cosmovisiones acerca de la salud, enfermedad, curación y causalidad de
los
padecimientos que no siempre armonizan con la biomedicina (Bermedo,
2015).
En el
estado de Tabasco habitan grupos indígenas que pertenecen a las etnias:
Chontal, Chol y Tzetzal. De estos, los
chontales de
Tabasco residen en los municipios de Nacajuca, Centro, Centla,
Macuspana y
Jonuta. A pesar de que en esta población se presentan abundantes casos
de
diabetes y obesidad (Mayo Castro y Pérez Sánchez, 2018), poco se ha
investigado
acerca del significado atribuido a la enfermedad entre la población
indígena y
si existen diferencias de género en el cuidado del padecimiento de la
DM.
En
este trabajo se pretende comprender el significado de la DM y algunas
diferencias de género en torno al cuidado del padecimiento entre
hombres y
mujeres de una comunidad indígena de la etnia Chontal del estado de
Tabasco,
México.
2.
Referente
teórico
De
acuerdo con la Norma Oficial Mexicana NOM-015-SSA2-2010,
la diabetes
mellitus (DM) es “una enfermedad sistémica,
crónico-degenerativa, con
alguna predisposición hereditaria que se caracteriza por hiperglucemia
crónica
debido a la deficiencia en la producción o acción de la insulina, lo
que afecta
al metabolismo intermedio de los alimentos” (p. 5).
Las causas de la DM son multifactoriales. Desde la
biomedicina, se le
concede mucho peso al estilo de vida sedentario y a la genética (Zheng,
Ley, & Hu, 2018). Por otro lado, las explicaciones para la causalidad, el
tratamiento
y la prevención del padecimiento desde la narrativa
de quienes
la padecen pueden variar con respecto a la de
los
proveedores de cuidados de salud.
Por
ejemplo, Poss y Jezewski
(2008), en su estudio con personas mexicoamericanas en Estados Unidos,
encontraron que el “susto” fue
visto
como una de las causas
de la diabetes y no como
una condición o enfermedad con
síntomas
específicos y duraderos.
El “susto” fue descrito
como
“un suceso que podría cambiar la condición
del cuerpo,
ocasionando que la persona esté más vulnerable a
la aparición de la diabetes
tipo 2 después de un
tiempo no especificado.
Empero, las personas no
pudieron explicar por qué o cómo el susto
podía causar la diabetes”
(p. 373).
Lo anterior lleva a considerar, cómo se vive y da
significado a la
enfermedad, a los síntomas y los tratamientos para su control entre la
población en general y particular entre la población indígena.
A las
poblaciones reconocidas como indígenas se les
ha estudiado desde diversas perspectivas, pero la relación entre
etnicidad y
salud ha sido poco estudiada en México. Los términos "poblaciones indígenas",
"minorías étnicas indígenas", “grupos tribales" y "tribus
registradas" describen a grupos sociales con una identidad social y
cultural distinta a la de la sociedad dominante, que los hace
vulnerables y los
pone en desventaja en el proceso de desarrollo (Banco Mundial, 2015).
Si
bien los términos raza y etnicidad han sido utilizados como sinónimos,
Haro
(2008) sostiene que, aunque ambos apuntan a la “otredad” con la que los
colectivos humanos aluden a su diferencia respecto a ciertos grupos
poblacionales, también funcionan a la vez como elementos de
discriminación y
xenofobia. El concepto de etnicidad, de uso preferencial en las
ciencias
sociales, atiende a referencias culturales más que biológicas.
Además,
debido a la falta de delimitación precisa de los términos raza y
etnicidad,
varias personas autoras prefieren utilizar la categoría raza/etnicidad
y la
definen como una categoría social, no biológica, referida a grupos
sociales que
se forman como consecuencia de sistemas opresores justificados por la
ideología, en los que un grupo se beneficia del dominio que ejerce
sobre otro
(Krieger, 2001).
En lo
que se refiere a las enfermedades crónicas y en particular la diabetes,
las
relaciones de género en el ámbito doméstico de la comunidad indígena
tienen un peso importante en la construcción de significados de la
enfermedad y
en consecuencia para las oportunidades de llevar a cabo el autocuidado
de
diabetes (Trujillo y Nazar, 2011).
El
concepto de género se refiere a las distinciones
socialmente construidas entre las mujeres y los hombres con base en las
diferencias en el acceso a los recursos y el conocimiento, los roles
sociales,
la división del trabajo y la segregación ocupacional, las relaciones de
poder,
las jerarquías de autoridad, la toma de decisiones y las normas
dictadas por la
sociedad con respecto a la identidad, la personalidad y el
comportamiento (Sen
y Östlin, 2007).
El
género es una categoría relacional, en tanto que
se refiere tanto a las mujeres como a los hombres. Es una categoría de
análisis
que determina el sentido y el significado que las personas le otorgan a
la
realización acciones de autocuidado y al padecimiento mismo.
Tomando
en cuenta lo anterior, es posible que la
presencia de este padecimiento (DM) entre hombres y mujeres presente
resultados
diferentes. Asimismo, es posible que las mujeres estén en una peor
situación
que a los hombres y que, entre más baja es la posición socioeconómica
(como la
situación de las personas participantes en este estudio), mayor es la
probabilidad de tener un peor control de la enfermedad y una mayor
frecuencia
en las complicaciones (Sandín,
Espelt, Escolar,
Arriola y Arrañaga, 2011).
En
este marco, para la alfabetización en salud de la población en
general, y en particular de los pueblos indígenas, obtener información
sobre
cómo los distintos problemas de la salud son experimentados y
entendidos por
las personas cuya salud buscamos promover es fundamental.
Para
alcanzar este objetivo, es importe dar voz a las personas, escuchar
su experiencia de vida, saber cómo significan y dan sentido a las
enfermedades
y a los tratamientos. Lo anterior, implica reconocer que la realidad
que viven
los pueblos indígenas es distinta a la de otras poblaciones y que sus
circunstancias determinan la relación con la salud, la enfermedad, los
tratamientos y los proveedores de cuidado. En consecuencia, la
utilización de
la investigación cualitativa, que es generalmente consistente con un
paradigma
constructivista, plantea que existen múltiples realidades que son
construidas
socialmente (Saldaña y Omasta, 2018).
A
esta construcción social de la realidad, se llega a través de la
interacción humana, de la convivencia cotidiana, de experimentar la
vida
diaria, las
personas actúan hacia las cosas, pero lo hacen
con base en los significados que aquellas tienen para ellos. Por
ejemplo, la
enfermedad tiene un significado para los profesionales de la salud,
mientras
que, para las personas ajenas al campo, puede tener otros significados
(Ritzer
& Stenisky, 2019).
Comprender,
en palabras de las personas, el sentido
que tiene para ellas la salud, enfermedad, curación es importante para
los
profesionales de la salud, puesto que de la incorporación de estos
aspectos en
la atención de salud depende, en parte, el manejo exitoso del
padecimiento.
3.
Metodología
3.1
Enfoque
Se
realizó un estudio cualitativo de corte fenomenológico-hermenéutico,
para explorar y comprender los significados que tiene la enfermedad
entre
hombres y mujeres que la padecen. Streubert
y Rinaldi
(2011) señalan que un enfoque de este tipo “es esencialmente una
filosofía de
la naturaleza de la comprensión de un fenómeno particular y la
interpretación
científica de los fenómenos que aparecen en el texto o la palabra
escrita”
(p.84). La fenomenología se interesa por
descubrir la experiencia del mundo de vida de las personas, es decir
cómo lo
experimentan y dan significado. Por otro lado, siguiendo a Denzin y
Lincoln
(2012), la metodología cualitativa tiene entre sus principales
características
que no es un solo, sino varios métodos, es naturalista e interpretativa
o hermenéutica.
Esto implica, para las personas investigadoras que trabajan con estos
métodos,
producir el discurso de las personas para, a través de él, interpretar
el
significado atribuido a las cosas, considerando que el significado no
reside en
las cosas sino en la persona, en su visión particular del mundo. Por su
parte, Charmaz (2014) señala al respecto
“los datos[...](discursos)
revelan las opiniones, sentimientos, intenciones y acciones
de los participantes, así como los contextos y estructuras de sus
vidas”
(p.14).
3.2
Contexto geográfico de la
investigación
El estudio se realizó en la Ranchería
Buenavista primera y segunda
secciones pertenecientes
al
Municipio de Centro, Tabasco, México. La selección
de
esta comunidad
responde a que es una de las de mayor
población indígena hablante
de la lengua Chontal y representó la
mayor posibilidad de proveer
participantes calificados
para el estudio, dado que la prevalencia
de DM es alta, según
lo registrado en
las dos unidades de salud.
Además que, si
bien su lengua
materna
es el chontal, también
hablan español.
Estas localidades
se ubican a 40 km al norte
de la
ciudad de Villahermosa, capital del estado
de
Tabasco. Se llega a ella
a través de rutas
de transporte público,
por la carretera 180, luego
la interestatal hacia
la Villa Tamulté de las Sabanas. Cuentan
con 4141 y 3852 habitantes
cada una y están
a una altitud de 10 msnm.
El 4.93 % de
la población es analfabeta (3.45 % hombres
y 6.42% mujeres). El 99.40 % de la
población es indígena
y el 82.83 % de los habitantes habla
una lengua indígena,
aunque también
hablan español
(INEGI, 2016b).
3.3 Población de estudio
La investigación se desarrolló con hombres y mujeres de
20 a 75 años[5] que habitan en las localidades antes mencionadas. Para
la selección de las personas informantes. se utilizó el siguiente
procedimiento. Se hizo una visita a las unidades de salud de cada
localidad y
se obtuvo una lista de las personas que se encontraban inscritos en el
programa
de atención a pacientes crónicos. Una vez obtenido el listado, se
enumeraron y,
de forma aleatoria, se fueron seleccionando mediante visitas a los
domicilios
de las personas. En total 81 personas
fueron registradas (34 personas en Buena Vista primera sección y 47 en
la
segunda sección). Se utilizó un muestreo por conveniencia y, para
conformar la
muestra, se atendió a los siguientes criterios: mayores de 20 años,
hombres y
mujeres, con DM, que no presentaron alteraciones graves de salud o del
estado
de ánimo y que accedieran a participar en la entrevista. En
consecuencia, se
entrevistó a 29 personas entre noviembre de 2015 y abril de 2016.
3.4
Técnicas de recolección de
información
Para
obtener la información, se utilizaron la cédula
de datos socio-demográficos y una guía de entrevista semiestructurada
con
preguntas abiertas para explorar los siguientes temas: causalidad (qué
cree que
causa la DM2), diagnóstico (cómo supo que tenía la DM2), tratamiento
médico y
tradicional y efecto en sus vidas. La
técnica utilizada fue la entrevista a profundidad. De acuerdo con
Taylor y Bogdan (2000) esta técnica
permite “por lo general aprender
de qué modo los informantes se ven a sí mismos y a su mundo, obteniendo
a veces
una narración precisa de acontecimientos pasados y de actividades
presentes”
(p.106). Aquí se partió del principio de que a partir del discurso de
las
personas informantes se recupera el sentido de su acción acerca de un
objeto o
situación, es decir la subjetividad. Para este estudio, se refiere a
los
procesos que dan sentido al padecimiento de la DM2. La guía de
entrevista no se
realizó de forma rígida, se privilegió el discurso de las personas
informantes,
profundizando en puntos emergentes del discurso producido por ellos; es
decir,
cuando surgía algún tema que no se contemplaba en la guía de
entrevista, pero
que era importante para los objetivos de la investigación, se seguía
esa línea
haciendo más preguntas. La
secuencia de
preguntas se organizó en secciones, según categorías temáticas y en una
forma
que permitió la aproximación desde asuntos menos complejos y de
carácter
general, hasta avanzar sucesivamente hacia esferas más complejas.
Las
personas fueron visitadas en su domicilio para invitarles a
participar; a quienes aceptaron se les explicó en qué consistía el
estudio y se
les solicitó que firmaran el consentimiento informado. Una vez cubierto
este
aspecto se realizó la entrevista que, con autorización de la persona,
se grabó
con una grabadora digital de voz.
Antes
de llevar a cabo el estudio definitivo, se realizó una prueba
piloto que dio cuenta de la factibilidad del estudio. Dicha prueba
consistió,
básicamente, en conocer si las personas aceptarían o no a participar
respondiendo nuestras interrogantes, si lo planteado les resultaba de
fácil o
difícil comprensión, si estaban de acuerdo o no en compartir su
experiencia
sobre el padecimiento y si se sentían cómodos o no con la visita en su
domicilio.
3.5
Procedimientos
Para
entrar a la comunidad, se hizo la presentación
del proyecto al director del Centro de salud con servicios ampliados de
la
Villa Ocuitzapotlan, Centro. A esta
adscripción
pertenece la ranchería Buena Vista primera y segunda sección. Se
solicitó por
escrito a la jurisdicción sanitaria del municipio de Centro el permiso
para
realizar el trabajo de campo. Obtenida la autorización, se entrevistó a
las dos
médicas encargadas de las unidades de salud y, posteriormente, a los
delegados
de la comunidad. En ambos casos, se dio a conocer el proyecto y se
obtuvo la
anuencia para llevarlo a cabo. La solicitud de consentimiento para esta
investigación, por parte de los delegados de la comunidad, fue muy
importante,
puesto que la población no recibe a las personas ajenas a la comunidad.
3.6
Análisis de los datos
El
análisis de los datos tomó como referente la
propuesta teórica de Miles y Huberman
(1994), la cual
consiste en etapas que pueden ser sucesivas o traslapadas; a saber,
reducción
de los datos (simplificación, resumen, ordenamiento), codificación,
estructuración
(identificación de unidades de sentido), transformación de estos y, por
último,
obtención de resultados e interpretación del sentido.
En
consecuencia, la recuperación del discurso
producido en la entrevista se realizó a través de la transcripción
textual de
las mismas y de las notas de campo. Posteriormente, el texto obtenido
se colocó
en una matriz analítica para facilitar el proceso de codificación y
posterior
segmentación. Los textos obtenidos fueron leídos por las investigadoras
de
manera individual y luego de manera conjunta a fin de observar si había
diferencias en la interpretación del significado del discurso. Se
consensó la
codificación de las unidades de sentido, se procedió a la codificación
y
reconstrucción de las categorías analíticas, que correspondían a las
materias
de la guía de entrevista. Asimismo, se identificaron las categorías
emergentes
en los discursos de las personas entrevistadas. Este proceso nos
permitió ir
descubriendo los significados que las personas tienen acerca de la
enfermedad y
de los tratamientos para la misma.
3.7
Consideraciones éticas
Para el
desarrollo de esta investigación nos apegamos a lo dispuesto en
el reglamento de la ley general de salud en materia de investigación en
seres
humanos. Se solicitó el consentimiento informado por escrito,
respetando el
derecho de las personas de negarse a participar o retirarse una vez que
hubiera
iniciado la entrevista. Las transcripciones de las entrevistas, así
como los
archivos en audio, se guardaron de forma digital por una sola persona.
De los
textos se eliminó cualquier palabra que pudiera identificar a la
persona,
conservando su anonimato. De acuerdo con el artículo 17 fracción I del
reglamento citado, esta investigación se consideró sin riesgo;
asimismo, se atendió
a lo dispuesto en el artículo 16 que señala la protección de la
privacidad del
sujeto de investigación.
4.
Resultados
4.1
Datos sociodemográficos
En este estudio participaron 29 informantes,
de los cuales 21 fueron mujeres y 8 hombres. El promedio de edad fue
48.5 años.
La Tabla 1 resume los datos sociodemográficos.
Tabla
1
Perfil
sociodemográfico de las personas
participantes
Fuente:
elaboración propia, 2016.
Todas
las personas informantes eran casadas. Las 21
mujeres participantes se dedicaban al trabajo doméstico no remunerado y
a la
generación de capacidades humanas. Los ocho hombres participantes se
distribuyeron por ocupación en campesino o agricultor, comerciante,
albañil y
dos sin empleo. Por grado de escolaridad, predominó la primaria (seis
años o
menos y al sumar a las personas que no cuentan con escolaridad, se
alcanza un
porcentaje de 68 %. El grupo de edad con más informantes fue el de 46 a
55
años, con 13, seguido por el de 20 a 45 con 10, que sumados representan
el 76 %
de la muestra. Lo anterior, apunta a que la enfermedad, en esta
muestra, está
afectando a la población relativamente joven y en etapa productiva.
El
predominio de la baja escolaridad puede sugerir
una explicación de la ocupación en los varones, en actividades de baja
remuneración. En el caso del trabajo de las mujeres, es posible que
tenga que
ver con la cultura indígena chontal que limita la capacidad de
movimiento de
ellas y el confinamiento al hogar y al trabajo doméstico (Pérez Villar
y
Vázquez García, 2009).
Asimismo,
la baja escolaridad puede ser un factor
que limite el acceso a la información necesaria para el autocuidado y
reduzca
las oportunidades de aprendizaje de la persona que padece esta
enfermedad. Como
se observó en esta investigación, las personas informantes solo acuden
una vez
al mes para su control en la unidad de salud (Cruz
et al., 2014).
De
acuerdo con el tiempo que tienen las personas
viviendo con la enfermedad, se encontró un promedio de 8.19 años, el
mínimo fue
de 1 año y el máximo de 19. En siete de las personas informantes, la
duración
del padecimiento fue de 10 años.
4.2
La
enfermedad como destino fatal
La
experiencia de enfermar e inciertamente morir
por la DM mostró diferentes significados. Uno de ellos fue significar a
la
enfermedad como destino fatal. En este sentido, las personas
mencionaron que,
una vez recibido el diagnóstico de la enfermedad, lo que realmente
reciben es
una sentencia de muerte, pues en su experiencia quien enferma de DM
muere por
esa causa, como se observa en el siguiente fragmento:
-Este, primero 280 y ya de ahí me dijo el doctor: “le
aseguro que usted eres diabética” dice.
Y dije ¡primeramente Dios que no! tú sabes que… casi podía estar
como
decía mi mamá: ya sabes que tienes, ya estás sentenciado; ya sabes de
qué te
vas a morir (Mujer, 51 años, 10 años con la enfermedad).
4.3
Confianza en el “poder divino”
En esta
comunidad indígena existen diversas
religiones, aunque predomina la católica. La penetración de estas
agrupaciones
religiosas se manifiesta en la confianza que tanto mujeres como hombres
depositan en el “poder divino” para sus resultados de salud. Los
discursos
señalan que, si “Dios quiere, la enfermedad se remediará”. Lo anterior,
contrasta con el tratamiento médico para el control del padecimiento
que les
otorgan en el centro de salud comunitario, el cual dicen solo tendrá
efecto “si
Dios quiere”
-Solamente
Dios
sabe, (curación de la enfermedad) eso solamente Dios sabe en qué tiempo
nos
regala la vida (mujer, 48 años, tres años con DM).
4.4
Desconfianza en los tratamientos médicos
Como es
sabido entre las diversas complicaciones de
la DM se encuentra la enfermedad renal crónica y el tratamiento más
frecuentemente usado, cuando el daño a estos órganos es irreversible,
es el
tratamiento sustitutivo conocido como diálisis peritoneal (DP). El
propósito de
este tratamiento es mejorar la calidad de vida del individuo, sin
embargo,
entre las personas de esta etnia que sufren esta complicación, la DP se
significa como una acción que apresura la muerte. Esta afirmación fue
mencionada tanto por los hombres como las mujeres, como se muestra en
el siguiente
fragmento:
-No,
¡¡yo
estaba sano!!, yo estaba trabajando, que me iba a imaginar que tenía
diabetes.
Cuando me operaron del pie me dijeron que estaba malo del riñón, dice
el
doctor. Cuando me operaron del pie (amputación), me llevaban en la
camilla, y
le pregunté: “¿a dónde me llevan?, me dijo: “te vamos a dializar”, ¿por
qué’?,
le pregunté yo; “porque ya no sirve tu riñón y tu hígado” me dijo. ¡Nooo!, le digo, ¡diálisis no!, le digo, porque,
¿Quién se
ha salvado de la diálisis? ¡Nadie sana
de la diálisis! (Hombre de 57 años, con
amputación de pierna izquierda).
Entre
la población de esta comunidad, la DP
comparte el significado de acelerar la muerte con otro tratamiento, el
uso de
la insulina. De acuerdo con la NOM-015[6],
se
indica
insulina cuando el organismo no la produce (diabetes tipo 1) o no la
aprovecha
debidamente (diabetes tipo 2). Las personas que participaron en este
estudio
tenían diagnóstico de DM 2; no obstante, el personal médico receta esta
hormona
para coadyuvar con el tratamiento a base de pastillas. Contrario a
esto, en la
experiencia de las personas de esta comunidad, su uso, en lugar de
mejorar la
salud de la persona, precipita las complicaciones y la muerte sucede en
poco
tiempo. Un ejemplo se puede ver en el siguiente fragmento:
-Me dijo la doctora cuando me vio que ya, tenía yo
285 (g/dl glucosa) estaba subiendo día con día; pero le digo a la
doctora,
“¡pero si yo estoy tomando la pastilla que tú me das; como me explicas,
¡así
mismo lo hago” !, y dice ella: “no, dice, ahorita te tenemos que poner
unas
insulinas tres días. Vino mi hijo y me dijo: “Mami, por qué te van a
poner
insulina sabiendo que por 280 te van a empezar a poner esa cosa”, “no
sabes”,
dice, “que con ese mismo lo mataron a mi tía, que pura insulina le
ponen”
(Mujer, 57 años, 10 años con el padecimiento).
Otro
aspecto que emergió de los discursos fue el
cumplimiento parcial de los tratamientos médicos, que, al decir de las
personas, si se siguen como los manda el personal médico, hacen que la
muerte
llegue más rápido. Interpretamos que esos tratamientos se refieren a
los
cambios en el estilo de vida que quienes proveen cuidados de salud
sugieren
cuando una persona es diagnosticada con DM; pero el énfasis está dado
principalmente en los cambios en el consumo de alimentos como se
observa en el
siguiente fragmento:
- A
veces, (sigo las
recomendaciones), porque yo lo veo con mi hermana, que le dijeron, que
no comas
esto, que no comas aquello, y ella lo siguió, y al poco, se empezó a
poner
mala, triste, no podía caminar, no tenía fuerzas. Entonces le dije, “tú
lo que
tienes es que te estas muriendo, pero de hambre, ¡come lo que
quieras!”; y verá
usted que ya era de vida (Hombre, 40 años, dos años con la DM).
Cuando
se establece el diagnóstico, se sugieren
cambios en la forma de alimentarse, a parte de los tratamientos
farmacológicos. El problema estriba en
que se les pide dejar de comer y beber alimentos que han formado parte
de su
dieta diaria y las preguntas que surgen son: ¿Entonces qué
voy a comer? ¿Me voy a morir de hambre?
4.5
Uso de
medicina tradicional
A
través del análisis de los relatos de las
personas fue apareciendo un patrón consistente con el uso de la
herbolaria
medicinal para el tratamiento de la enfermedad. Cuando se indagó acerca
de cómo
llegaron a utilizar este tipo de plantas para el control de la
enfermedad, las
respuestas son similares y apuntan al hecho de que fue “de
boca en boca”. En las
comunidades
indígenas es frecuente encontrar el uso de alguna planta para tratar
los
problemas de salud. En este estudio la planta más comúnmente mencionada
fue la
conocida como “neem” (Azadirachta
indica). n el
discurso de las personas se pudo
observar una convicción hacia esta planta, ya que la experiencia con su
uso les
devuelve el bienestar en pocas horas después de su consumo, como se
observa en el siguiente fragmento de entrevista:
-¡Sí!
-Hay una yerba acá, ¡esa es cuando ya tengo! (elevada la azúcar),
¡como que ya me comienza pues! (el malestar), na’
más
mando a la niña a comprar allá con mi compadre; se llama
“nim”, ¡¡pero eso es buenísimo!!; ¡¡eso si lo
tomo con fe, porque es buenísimo!! (Por ejemplo) Por lo menos ahorita
ya me
agarró, tomo (el neem), ya al rato y ya en
la tarde
casi no tengo, ¡¡ese si es buenísimo!! (Hombre,
74
años, 5 años con la enfermedad).
El uso
de la herbolaria medicinal como alternativa
a la medicina alopática es una práctica muy extendida entre la
comunidad
indígena, la que, además, se toma con fe porque en su experiencia da
resultados
de forma rápida. Con todo, esta estrategia de tratamiento alternativo
no la
comparten con la médica de la unidad de salud, por el temor de recibir
una
reprimenda por estar usando plantas en lugar del medicamento prescrito.
4.6
Cuidados de la persona con DM
El
cuidado de la persona, una vez hecho el
diagnóstico del padecimiento, implica la realización de cambios en la
alimentación y en sus actividades cotidianas. Cada persona realiza el
autocuidado de acuerdo con la percepción que tiene del problema. En
este sentido,
se pudo observar que,
para las mujeres de esta etnia, el cuidado es importante y significa
una
posibilidad de continuar con sus vidas dedicadas al trabajo doméstico y
a la
crianza de los hijos. Esto se observa en el siguiente párrafo:
-Las mujeres quizás (se cuidan más), porque los
hombres no lo cuidan pues, hay algunos que salen a tomar (mujer,57
años, 8 años
con la enfermedad.
En contraste, en el
discurso de los varones, se percibe una falta de cuidado del
padecimiento que
les significa no perder su condición de masculinidad, la cual, al decir
de los
informantes, tiene que ver con la amistad y la convivencia que tiene
como eje
principal el consumo de bebidas alcohólicas.
-Pues a
veces
(me cuido), es que cuando estoy trabajando afuera a veces tomo
refresco, porque
es que a veces no hay tienda, y si hay venden puro refresco no venden
agua
(hombre, 36 años, tres años con la DM).
-Pues
yo sí,
…pero no todos aquí, bueno las mujeres a lo mejor sí, yo lo veo con mis
compañeros, saben que lo tienen (DM), van con doctor particular, toman
su
medicina, al rato tan tomando sus “cheves” (cervezas) con los amigos
(Hombre,
56 años, cinco años con la enfermedad).
4.7
Causas
que provocaron la enfermedad
Aunque
hay algunas personas tienen entre otros
familiares directos con DM, reconocer la herencia genética como
causante del
problema no fue la razón más comúnmente expresada. Por el contrario,
tanto
hombres como mujeres, aluden al “susto” como el detonador de la
enfermedad.
- Creo que me pego (la enfermedad) así, porque
me accidenté con carro y
por la misericordia de Dios le digo que seguimos vivos, porque el carro
quedó
pedacitos… Pues yo considero que si (hay
relación) porque pues al asustarte de repente se te alteran los nervios
y todo
eso provoca que la sangre también se altere mucho y yo considero que
eso
también provoca que la azúcar se altere bastante (hombre, 47 años, 15
años con
la enfermedad).
5. Discusión
En este estudio
participaron 29 personas, con una notable mayoría de mujeres. Este
hecho puede
explicarse porque, al revisar los registros de enfermos crónicos de la
unidad
de salud, existen más mujeres que hombres. También por el hecho de que
en estas
comunidades se implementa el programa PROSPERA (Secretaría de Salud,
2016), programa
de
inclusión social que brinda apoyos en educación, salud, nutrición e
ingresos.
En el componente de salud, las familias deben acudir una vez al mes a
la unidad
de salud para recibir alfabetización en salud y control de enfermedades
crónicas –quienes más asisten son las mujeres– de no hacerlo, enfrentan
la
suspensión del apoyo del programa.
Uno
de los significados otorgados a la enfermedad de la diabetes, que
emerge de los discursos, la señala como una sentencia de muerte o como
algo que
no se puede controlar. Interpretamos que, a esta forma de significar el
padecimiento, subyace la resignación y un sentimiento de falta de
control de la
salud y del padecimiento. Esto sugiere que tal vez esta significación
sea
producto de la inequidad y vulnerabilidad de los grupos indígenas, no
solo de
México, sino de Latinoamérica. Al respecto, Leyva, Infante, Gutiérrez y
Quintino, (2013), señalan “que
aún persisten condiciones de inequidad social
en salud, en las cuales los indígenas representan uno de los grupos más
afectados” (p.128) y concluyen que por sí solos, los programas de
inclusión
social no parecen incidir en la reducción de la inequidad en salud ni
incrementan la utilización de servicios de salud entre la población
indígena de
México.
Uno de
los elementos que constantemente apareció en
los discursos es la confianza en el poder divino. Los hombres y las
mujeres
participantes en este estudio expresaron que la enfermedad solo se
podrá curar
“si Dios quiere”. Esta consideración
de Dios como una representación del control de
la enfermedad se interpretó como una falta de dominio sobre sus vidas.
En
consecuencia, es probable que esta sensación de falta de control pueda
predisponer a que los cuidados relacionados con la alimentación, el
ejercicio,
la medicación, tal vez no se lleven a cabo como se los indica el
personal
médico, ya que, hagan lo que hagan, su destino está escrito al recibir
el
diagnóstico de la enfermedad. Estos
resultados concuerdan con los reportados por Newlin,
Arbauh, Banach
y Melkus (2015)
en su estudio
con personas con diabetes, en el cual se destaca la cosmovisión
cristiana y la
desconfianza en los tratamientos médicos. Hallazgos similares fueron
reportados
por Torres,
Sandoval
y Pando (2005)
en su
estudio con enfermos crónicos en Guadalajara México, quienes señalaron
que la
curación de la diabetes mellitus solo es posible con la intervención de
Dios o
de un milagro.
Por
otro lado, interpretamos que,
para las personas, la enfermedad solo
existe como tal si interfiere
con la realización de sus actividades cotidianas. Consideramos que
estos
discursos generan que se le de poca importancia a la prevención y a la
búsqueda
de atención. La interpretación que suponemos que está detrás de esta
idea de
enfermedad es la concepción de la salud como capacidad funcional, es
decir
salud en la enfermedad y salud a pesar de la enfermedad (Blaxter,
1990).
Una
categoría que consideramos importante es la
relacionada a la significación que otorga la persona con DM a los
tratamientos.
Por ejemplo, fue común en los discursos de hombres y mujeres el
señalamiento, y
por lo tanto la creencia, de que tanto el tratamiento de diálisis
peritoneal como
el uso de la insulina hacen que la muerte llegue más rápido. Mientras
que la
medicina utiliza este recurso (diálisis) para mejorar la calidad y
prolongar la
vida de las personas que tienen complicaciones en el funcionamiento
renal
(insuficiencia renal crónica) producida por el padecimiento DM2
deficientemente
controlado. La experiencia de vida con el padecimiento de amistades o
familiares puede explicar esta idea acerca de los tratamientos. Hay
algunas
ocasiones en que la demanda de atención médica llega cuando el daño es
muy
avanzado, entonces, aun cuando se instale el tratamiento de DP o
insulina, la
persona fallece por las complicaciones. Sin embargo, para la familia,
la muerte
fue provocado por el tratamiento y no por una búsqueda tardía de
atención.
Este
resultado es compatible con lo descrito por
Page (2015) en su estudio sobre la subjetividad de la causalidad de la
DM entre
indígenas Tseltales del norte de Chiapas,
México.
Este grupo en primera instancia acudía a la biomedicina para el
tratamiento de
su enfermedad y, posteriormente, lo abandonaba por consejo de sus
amistades y
familiares, quienes consideraban que provocaba ceguera y muerte.
Asimismo,
consideramos que es posible suponer que
la experiencia que representa el ambiente hospitalario donde se lleva a
cabo el
procedimiento de la DP, les produce temor y desconfianza, dado que
están
alejados de su entorno familiar y comunitario. Así lo refieren Mbuzi, Fulbrook y
Jessup (2017),
en su estudio acerca de experiencias y percepciones de los pueblos
indígenas en
entornos de cuidado agudo. Señalan que las personas se sintieron raras
en una tierra extraña; con
interacciones disfuncionales (por ejemplo ser tratados como cosas
y no
como personas) y sufriendo estereotipos (por ejemplo, ser incapaces de
tomar
decisiones) y, en general, marginación cultural en los entornos
hospitalarios.
Este
hallazgo es importante porque puede indicar un
retraso por parte de la persona para la oportuna búsqueda de
tratamiento y en
consecuencia una reducción de su esperanza de vida. En este punto, el
teorema
de Thomas cobra singular relevancia, “si
las personas definen las situaciones como
reales, éstas son reales en sus consecuencias”, ya que está
determinando
las acciones acerca del tratamiento de la enfermedad entre la población
indígena de la etnia chontal, debido al significado socialmente
construido de
la enfermedad y su tratamiento.
La
discrepancia de significados respecto a los
tratamientos representa un reto para quienes proveen el cuidado de la
salud,
puesto que el propósito principal es evitar la muerte prematura y
retrasar las
complicaciones. A
los profesionales de la salud les corresponde en primer
lugar ser reflexivos ante tales discrepancias y, en segundo lugar,
implementar
estrategias que permitan una atención inclusiva desde el primer nivel
de
atención.
También,
se observó que el uso de la herbolaria
para el tratamiento de la enfermedad a base principalmente de nim (Azadirachta
indica) es muy frecuente. La principal discrepancia con el
tratamiento médico de la DM2 es que las personas consideran que el uso
del nim
es más efectivo en el control de la hiperglucemia, que los medicamentos
prescritos por los profesionales en medicina.
Estos
resultados son similares a los reportados por
Espinoza
et al., (2016) en su estudio con indígenas
de Oaxaca México, donde señalan que el uso de la medicina tradicional
para el
tratamiento de la enfermedad es una práctica culturalmente muy
arraigada.
Asimismo, Lemley
y Spies (2015),
reportan en su estudio con personas inmigrantes mexicoamericanas
que los remedios para tratar la
DM a base de plantas han tenido
un uso extendido y de larga duración en la cultura mexicana. Además,
una fuerte
creencia cultural de que estas terapias funcionan tal vez más que la
medicina
prescrita.
Por
otro lado, para el autocuidado de la diabetes,
se requiere que la persona realice el monitoreo de la glucosa, al menos
una vez
por día y preferiblemente durante la mañana. En este estudio, ninguno
de los
participantes cuenta con el equipo para ello. En consecuencia, este
examen se
realiza por el personal del centro de salud cada mes durante la visita
de
control. Lo anterior, está determinado por las condiciones de pobreza
de esta
comunidad indígena. La vigilancia de los niveles de azúcar es muy
importante
para el control del padecimiento y la calidad de vida de la persona con
DM, ya
que existe evidencia de una fuerte correlación entre el monitoreo
continuo de
la enfermedad y su control a fin de prevenir o retrasar la presencia de
complicaciones (Miller
et al.,
2013).
Lo
anterior es un dato preocupante ya que, sin un
adecuado monitoreo de la glucosa es posible que surjan complicaciones
como
neuropatía diabética, daño renal retinopatía, entre otros, y el
tratamiento
requiera el uso de insulina o de DP. Es aquí donde se construye el
significado
del tratamiento como algo que acelera la muerte, dado que, al buscar
atención
médica tardía, el daño es tal que aun con la instalación del
tratamiento la
persona muere en poco tiempo. En países de bajos y medianos recursos
como lo es
México, el cuidado de la persona con diabetes en el primer nivel de
atención
médica está restringida por insuficiencia de recursos, no solo de
personal
médico y de enfermería, sino también de medicamentos, material y equipo
(Campbell,
Manns, Edwars y
King-Shier, 2017).
En relación con el
autocuidado de la persona que vive con DM, observamos que, para las
mujeres de
esta etnia, el cuidado es importante y significa una posibilidad de
continuar
con sus vidas dedicadas al trabajo doméstico y a la generación de
capacidades
humanas. En contraste, en el discurso de los varones, se percibe una
falta de
cuidado o cumplimiento parcial del cuidado del padecimiento que les
significa
no perder su condición de masculinidad, la cual, indicaron, tiene que
ver con
la amistad y la convivencia que tiene como eje principal el consumo de
bebidas
alcohólicas. Se puede interpretar que los discursos de hombres y
mujeres dejan
ver algunas diferencias de género que permean en la cultura indígena
chontal,
tales como, que los varones tienen libertad de movimiento y reunión
fuera de
sus casas, cuestión que está prohibida para las mujeres, asimismo el
confinamiento
a los espacios domésticos y la crianza de los hijos, probablemente
explique el
significado del cuidado de su padecimiento. Estos resultados son
similares a
los reportados por Franck y Durden,
(2017) en su estudio con indígenas mayas de Yucatán, donde señalan que
las
construcciones culturales de género funcionan como barreras para el
cuidado de
la persona con diabetes.
Por
otro lado,
los informantes señalaron que la enfermedad de la DM había surgido en
sus
cuerpos después de haber ocurrido un episodio que los asustó
(accidente,
violencia), la herencia genética no fue mencionada, a pesar de haberse
preguntado. Esta explicación coincide con lo descrito por Montessi
(2018), en su trabajo con indígenas de Oaxaca, México. Esta autora
sostiene que
sus informantes mencionaron “el susto” como detonante de la DM.
Resultados
similares fueron descritos por Page (2015) en su trabajo con indígenas tseltales de los altos de Chiapas, acerca de la
subjetividad de la causalidad de la diabetes, sus informantes señalaron
que fue
el susto el que provocó la enfermedad; pero además no
hicieron mención
del factor hereditario (resultado similar al
encontrado en este estudio), sino que reafirmaron, además del susto,
los malos
hábitos alimenticios a nivel familiar.
6.
Conclusiones
En
este
trabajo exploramos el sentido que le otorgan hombres y mujeres de una
comunidad
indígena de la etnia chontal al padecimiento de la diabetes. A la luz
de los
resultados, encontramos que la experiencia de vivir con el padecimiento
es
dolorosa, puesto que significa saber de antemano cuál será la causa de
la
muerte
También,
observamos que el padecimiento está presente en personas jóvenes y en
integrantes de una misma familia. No obstante, las personas de esta
muestra no
consideraron que la herencia genética tuviera alguna relación con la
presencia
del padecimiento.
Los
diálogos
con las personas participantes permitieron un acercamiento a la
comprensión del
significado socialmente construido del tratamiento médico para el
control de la
persona que vive con DM. Este tratamiento, generalmente a base de
pastillas, se
modifica cuando el padecimiento es refractario o existen complicaciones
que
ponen en peligro la vida de la persona. Las causas de las
complicaciones son
muchas, entre ellas destacan la falta de cumplimiento del tratamiento
no
farmacológico a base de modificar hábitos alimenticios y la práctica de
ejercicio regular.
Estas
dos
acciones las entendemos como prácticas sociales y, por lo tanto,
socialmente
determinadas, es decir suceden y se reproducen por la convivencia
permeadas por
la cultura indígena, que implica un complejo problema para quienes,
desde la
biomedicina, intentan cuidar la salud de la población.
En
este mismo
sentido, encontramos el uso de la herbolaria para el cuidado del
padecimiento.
Está practica está muy arraigada en las comunidades indígenas de México
y
Latinoamérica. Consideramos que, en algunos casos, debería alentarse el
uso de
la misma, siempre que haya evidencia que justifique que no habrá
efectos
secundarios de su uso.
Lo
expuesto
sugiere que, en la formación de los profesionales de la salud, es
necesaria la
incorporación de contenidos relacionados a la interculturalidad a fin
de tratar
de cerrar brechas en la atención al hacerla más inclusiva y
culturalmente
apropiada.
Una
de esas
complicaciones es el daño renal, para el que se utiliza el tratamiento
de
diálisis peritoneal. Este último junto con la administración de
insulina
generan mucha desconfianza entre las personas que participaron. La
comprensión
de esta significación al igual que el uso de insulina requiere una
estrategia
de profunda alfabetización en relación con el desarrollo y
complicaciones de la
DM.
La
visita al
campo, y en particular a las unidades de salud, da cuenta de los
escasos
recursos para que esta estrategia sea exitosa. Existe personal de
salud, pero
resulta insuficiente.
Por
otro lado,
la presencia de diversas agrupaciones religiosas en la comunidad de
estudio
puede influir en la confianza depositada en el poder divino, a la que
refieren
las personas cuando se les pregunta por la posibilidad del control de
su
enfermedad. Esto, hasta cierto punto, limita las acciones de
autocuidado, ya
que el diagnóstico de la enfermedad es visto como algo que no se puede
modificar.
El
gerenciamiento de la enfermedad es una condición para su control, pero
esto
depende de contar con los recursos técnicos, económicos y de
información. Y la mayoría
de estos no está disponible para las poblaciones indígenas, ya que, en
general,
estas poblaciones viven en condiciones de pobreza y algunos en pobreza
extrema.
Aun así, los resultados sugieren que son las mujeres quienes se cuidan
más que
sus pares varones. Aunque no queda claro en que consiste el cuidado,
interpretamos a partir de las entrevistas, que pueden referirse al
consumo de
medicamentos prescritos, a la asistencia a las citas mensuales para el
control
y en la medida de lo posible a algunos cambios en el consumo de
alimentos. En
el caso de los hombres, es el consumo de bebidas alcohólicas el
principal
argumento que señalan para que no se lleve el control.
Entre
las
razones mencionadas por las mujeres para cuidarse, están el deber de
cuidar a los
hijos y realizar el trabajo doméstico. Por su parte la explicación de
los
hombres para no cuidar su padecimiento, es no perder frente a los
amigos las
características que se consideran tiene un hombre.
De
lo
anterior, se desprende que existen pautas culturales de género que
inciden en
la presencia del padecimiento. En particular, para el caso de los
hombres la
masculinidad hegemónica[7],
entendida como comportamientos arriesgados (por
ejemplo, consumo de alcohol) a pesar de conocer que sufren de DM y, en
general,
comportamientos contrarios a lo considerado femenino, incluidos el
retraso en
la búsqueda de atención médica.
Respecto
a las
causas que los participantes consideran como origen de su enfermedad,
se señaló
al “susto”. Un evento que en la cultura indígena tiene que ver con un
suceso
imprevisto que altera el estado emocional de la persona, que provoca
una enorme
carga de estrés, que tal vez se vaya acumulando dadas las condiciones
de
vulnerabilidad de las comunidades indígenas. Aunque sin duda existen
otras
situaciones como el consumo de bebidas azucaradas y el cambio en las
dietas
tradicionales.
Por
último,
deseamos expresar que, en este artículo, hemos realizado una particular
interpretación de las narrativas de las personas participantes, ya
complejas.
Y, en consecuencia, otros profesionales que posean formaciones
especializadas
en ciencias sociales pueden llegar a otras interpretaciones. Asimismo,
que la
exploración de los temas aquí abordados, de ninguna manera pretenden
ser
exhaustivos o acabados. Por el contrario, como es común en la
investigación
cualitativa, los resultados generan nuevas interrogantes y con ello la
oportunidad de profundizar en estos fenómenos desde la mirada de
quienes viven
con problemas crónicos como la DM.
7.
Agradecimientos
Esta
investigación fue posible gracias al apoyo
financiero del fondo de investigación de la Universidad Juárez Autónoma
de
Tabasco.
Las
autoras agradecen a las autoridades de salud de
las dos comunidades estudiadas por su disposición para apoyar el
desarrollo del
trabajo de campo.
Un
agradecimiento muy especial a los hombres y
mujeres indígenas chontales que amablemente accedieron a participar en
la
investigación y compartieron su experiencia de vida con el problema de
la
diabetes.
8.
Agradecimientos
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[1] Universidad
Juárez Autónoma de Tabasco, MÉXICO. Marcelina.cruz@ujat.mx; ORCID: https://orcid.org/0000-0001-6463-8511
[2]
Universidad Juárez Autónoma de Tabasco, MÉXICO. Maria.cruz@ujat.mx; ORCID:
https://orcid.org/0000-0002-6486-3046
[3] Primer nivel de atención se
refiere a las unidades de primer contacto del paciente con los
servicios de
salud, que llevan a cabo las acciones dirigidas al cuidado del
individuo, la
familia, la comunidad y su ambiente. Sus servicios están enfocados
básicamente
a la promoción de la salud, a la detección y al tratamiento temprano de
las
enfermedades.
[4]
No
está muy claro quién señaló
inicialmente esta diferencia; sin embargo, Susser
fue
quien trató de aclarar la confusión al proponer la enfermedad (disease) como proceso fisiopatológico o
enfermedad
objetiva y padecer (illness) como
mal,
dolencia o estado subjetivo percibido por el individuo (Susser,
1976).
[5] La DM2 es una enfermedad que se presenta más en
población adulta que en infantes y adolescentes.
[6]
Norma
Oficial Mexicana
NOM-015-SSA2-2010, Para la prevención, tratamiento y control de la
diabetes
mellitus.
[7] Bermúdez, M. M. (2013). Connel y el concepto de masculinidades hegemónicas: notas críticas desde la obra de Pierre Bourdieu. Revista Estudios Feministas, 21(1), 283-300. https://doi.org/10.1590/S0104-026X2013000100015