Revista
Población y Salud en
Mesoamérica
Volumen
18, número 1 |
julio-diciembre 2020
DOI:
https://doi.org/10.15517/psm.v18i1.40765
Caracterización
de la
intervención educativa realizada por estudiantes de nutrición en
escuelas
públicas del cantón de La Unión para la prevención de la obesidad y la
promoción de la salud
Characterization
of the educational intervention carried out by nutrition students in
public
schools in the canton of La Unión for obesity prevention and health
promotion
Ofelia
Flores Castro[1]
y Rocío González Urrutia [2]
Resumen:
Introducción: Frente al contexto de un 34 % de exceso de peso en
la población escolarizada de Costa Rica, dentro del marco de trabajo
del curso
de la Escuela de Nutrición (ENu) de la
Universidad de
Costa Rica, llamado NU-2030 Módulo IV: Situación Alimentaria y
Nutricional en
el Ámbito Institucional II, los estudiantes de la ENu
realizaron una intervención educativa para la prevención de la obesidad
y la
promoción de la salud, en nueve escuelas públicas del Circuito 06 del
cantón La
Unión. Metodología: Se analizaron
los datos correspondientes a 12 proyectos de intervención, recolectados
de
agosto a noviembre del 2016 y documentados en 9 informes finales de
curso. Los
proyectos se dividieron en tres etapas. Fase diagnóstica: Se analizaron
datos
antropométricos y hábitos de estilo de vida en muestra de 1382 niños y
niñas
(N= 3802 preescolares y escolares inscritos), así como valoración de
comidas
ofrecidas en el entorno escolar. Fase de intervención: se trabajó con
datos de
35 sesiones educativas efectuadas por estudiantes de la ENu
para 1004 niñas y niños, 70 docentes, 12 colaboradoras del SAI, 4
personas de
la administración y 7 padres y madres de familia. Los datos fueron
recopilados
en instrumentos diseñados en el curso para tal fin. Fase de evaluación:
Se
analizó la información de la evaluación formativa y sumativa. Resultados: Solo dos escuelas con
prevalencia de exceso de peso inferior al promedio nacional y se
reportaron
para todos factores ampliamente mencionados por la literatura como
favorecedores de un ambiente obesogénico
(relacionados tanto con alimentación como con actividad física). El uso
del
juego con niños y niñas y sesiones constructivistas (aprender haciendo)
con
adultos fueron bien aceptadas en la implementación. No existen
contrapartes
profesionales nutricionistas en las instituciones. No fue posible
observar
cambios en hábitos alimentarios en ocho semanas de intervención. Conclusiones: Las intervenciones con
apoyo docente y de la Dirección fueron más exitosas. El uso del juego
para la
educación nutricional de niños y niñas se considera una oportunidad.
Ocho
semanas de intervención permitieron cambios de conocimiento, no así de
las
prácticas. Preocupa el nulo involucramiento de los padres de familia.
Palabras
clave:
obesidad infantil, educación nutricional, educación,
alimentación saludable
Abstract:
Introduction: Against the context of 34% overweight in the
school population of Costa Rica and within the framework of the course
of the
School of Nutrition (SNu) of the University
of Costa
Rica, called UN-2030
Module IV: Food and
Nutritional Situation in the Institutional Environment II, SNu
students carried out an educational intervention for the prevention of
obesity
and the promotion of health, in nine public schools in Circuit 06 of La
Union
Canton. Methodology: The data corresponding to 12 intervention
projects,
collected from August to November 2016 and documented in 9 final course
reports, were analyzed. The projects were divided into three stages.
Diagnostic
phase: Anthropometric data and lifestyle habits were analyzed in a
sample of
1382 children (N= 3802 preschoolers and school children enrolled), as
well as
assessment of meals offered in the school environment. Intervention
phase: work
was done with data from 35 educational sessions conducted by SNu students for 1004 children, 70 teachers, 12
SAI
collaborators, four clerks and seven parents, collected in instruments
designed
in the course for that purpose. Evaluation phase: Formative and
summative evaluation information was analyzed. Results: Only
two schools
with an overweight prevalence below the national average and were
reported for
all, factors widely mentioned in the literature as favoring an
obesogenic
environment (related to both food and physical activity). The use of
play with
children and constructivist sessions (learning by doing) with adults,
were well
accepted in the implementation. There are no professional nutritionist
counterparts in the institutions. No
change in eating habits could be observed in eight weeks of
intervention. Conclusions:
Interventions with teacher and management support were more
successful. The
use of play for the nutritional education of children is considered an
opportunity. Eight weeks of intervention allowed changes in knowledge,
but not
in practices. The lack of parental involvement is a concern.
Keywords: childhood obesity,
nutritional education, education, healthy eating
Recibido:
19 Feb 2020 | Corregido:
25 May 2020 | Aceptado 29 May 2020
1.
Introducción
El
incremento en la prevalencia de exceso de peso en
menores de edad ha señalado la urgencia de intervenciones en todos los
ámbitos,
incluyendo el contexto escolar. En el mundo 10 % de los niños y las
niñas en
edad escolar presentan exceso de peso (Mancipe et al., 2015) y en el
ámbito
nacional, la prevalencia es de 34 % según el I Censo Escolar de Peso y
Talla
2016 (Ministerio de Salud y Ministerio de Educación Pública, 2017). Las
causas
son multifactoriales, pero se señalan la alimentación poco saludable y
la
inactividad física, influenciados por entornos como el hogar, la
escuela o la
comunidad. Está ampliamente indicado en la literatura la vinculación
entre la
alimentación inadecuada en la infancia y las enfermedades crónicas
asociadas a
obesidad en la adultez (Jara, 2014), la cual produce un impacto sobre
la morbi-mortalidad, la calidad de vida y
el gasto en salud
(Alba-Martín, 2016).
Mancipe
et al. (2015), en su revisión sistemática de
intervenciones educativas, menciona que numerosos estudios resaltan la
importancia de las acciones de promoción de la salud y prevención
primaria
dirigidas a niños y niñas para el control del exceso de peso. Sin
embargo, es
necesario determinar su efectividad. La evidencia muestra que las
intervenciones en el ambiente escolar, que incluyen los componentes
alimentación y actividad física, pueden contribuir a prevenir la
obesidad (Rausch y Kovalskys,
2015).
Es
en la niñez donde se inician y consolidan los
hábitos de vida saludables y los centros educativos son uno de los
principales
motores para desarrollarlos (Díez, 2012). Los comedores escolares
desempeñan
una función nutricional y educativa importante, pues contribuyen no
solo a la
adquisición de hábitos alimentarios, sino son marco de socialización y
convivencia (Aranceta et al., 2008). Dado
el tiempo
de permanencia en la escuela y la realización de hasta dos tiempos de
comida,
el ambiente escolar es idóneo para desarrollar acciones de promoción de
hábitos
de vida saludables y prevención de obesidad (Mancipe et al., 2015).
Morán
y Rivera (2015) y González-Garzón, Laorden,
Pérez y Pérez (2003) resaltan la función del
profesional en nutrición dentro del ambiente escolar y, aunque se
refieren
específicamente al Comedor Escolar, señalan los puntos clave a trabajar
en procura de que los procesos de
alimentación
que se desarrollen se constituyan como:
a. instrumento de educación nutricional, b. marco de
introducción de una
estructura alimentaria, c. aportadores de menús saludables, diversos y
completos en nutrientes, d. ámbitos de formación y educación del
comportamiento
alimentario y e. medios de información nutricional y mensajes positivos
(González-Garzón et al., 2003).
Bajo
estas premisas, se trabajó con datos recolectados
en el marco del curso NU-2030 Situación Alimentaria y Nutricional en el
Ámbito
Institucional II. La intervención educativa realizada por estudiantes
de
nutrición en nueve escuelas públicas urbanas del cantón de La Unión
buscó la
prevención de la obesidad y la promoción de la salud, con el fin de
contribuir
en la toma de decisiones efectivas en este campo de acción del
profesional en
nutrición.
2.
Antecedentes
teóricos
2.1
Curso NU-2030 Módulo IV: Situación Alimentaria y Nutricional en el
Ámbito Institucional II
El
curso nombrado por la Escuela de Nutrición (ENu)
de la Universidad de Costa Rica (UCR) como: Módulo
IV: Situación Alimentaria y Nutricional en el Ámbito Institucional II,
pertenece al VIII ciclo, ubicado en el IV año de la carrera de
Nutrición
Humana. Se denomina como “ámbito institucional” dado que la práctica se
lleva a
cabo en instituciones. Entre sus objetivos, se pretende que “cada
estudiante de manera activa y propositiva,
integre y aplique los conocimientos sobre
Nutrición Normal en población menor de edad dentro del contexto
institucional
local, con el propósito de contribuir con el mejoramiento de la
situación
alimentaria y nutricional de dicha población” (Escuela de
Nutrición, 2016,
p. 2).
Cuenta
con dos ejes problematizadores: lo relacionado
a la problemática detectada en el área de la nutrición normal y clínica
y lo
vinculado con procesos de calidad e inocuidad en el Servicio de
Alimentación
Institucional (SAI). En el área de la nutrición normal y clínica, la
persona
estudiante realiza un diagnóstico de la situación alimentaria y
nutricional de
la población menor de edad atendida por la institución, a partir de
este
prioriza problemas, elabora un proyecto de intervención, lo ejecuta y
lo
evalúa. Todas estas acciones se desarrollan con un acompañamiento
cercano del
profesor supervisor a cargo (Escuela de Nutrición, 2016).
El
Programa de Alimentación y Nutrición del Escolar y
del Adolescente (PANEA), ofrece alimentación complementaria
(complemento,
almuerzo y en algunos casos desayuno), a la población estudiantil
costarricense
que se encuentra dentro del sistema público de educación (Ministerio de
Educación Pública, 2020). Sin embargo, no se realizan intervenciones
educativas
en alimentación y nutrición, debido a que, actualmente, a pesar de los
esfuerzos por implementar un nuevo menú en el año 2017, no se cuenta
con
personal suficiente. Se considera importante el abordaje educativo de
la
población menor de edad en temas de alimentación y nutrición, de ahí el
interés
del curso NU-2030.
Para
efectos de este artículo se entenderá como
intervención escolar en alimentación y nutrición, la planificación y
desarrollo
de un proyecto en centros infantiles, en este caso específico, de
centros
educativos públicos que reciben población en edad preescolar y escolar.
Se
comprende como proyecto la búsqueda de una solución ajustada a la
realidad del
entorno, basada en la identificación de un problema diagnosticado
institucionalmente, que se espera resuelva o mejore una necesidad
específica de
alimentación o nutrición de la población menor de edad atendida
(Delgado,
2006).
En
las intervenciones se trabaja con cuatro etapas, a
saber: a. etapa de diagnóstico y priorización de problemas
alimentarios-nutricionales (tres semanas), b. formulación y diseño del
proyecto
(considera el proceso de negociación del estudiante con la institución;
dos
semanas), c. ejecución del proyecto (ocho semanas) y d. evaluación del
proyecto
(formativa y sumativa, una semana) (Delgado, 2006).
Existen
distintas definiciones del concepto de
educación nutricional que dependen del enfoque y del propósito; pero,
en
resumen, puede entenderse como una herramienta con la que cuenta el
profesional
en nutrición y que le permitirá, por parte del individuo o grupo, “la adopción voluntaria de conductas
alimentarias saludables mediante la enseñanza y aprendizaje sobre la
alimentación y la nutrición como elementos básicos para la conservación
de la
salud” (Martínez, 2015, p.
48). Contento y Swartz
Rose la definen más integralmente como
cualquier
combinación de estrategias educativas,
acompañadas de un apoyo en el contexto social, diseñadas para facilitar
la
adopción voluntaria de selección de alimentos más saludables y otras
conductas
relacionadas con nutrición y alimentación que propicien la salud y el
bienestar
dadas a través de múltiples campos, involucrando actividades a nivel
individual, institucional, comunitario y de políticas (2011, p. 14).
Por
tanto, la educación nutricional tiene que ver con
el desarrollo de conocimientos, habilidades y actitudes que promuevan
un
cambio, el cual permita al individuo mejorar su calidad de vida. La
escuela es
uno de los contextos en que estas estrategias planificadas pueden
desarrollarse
e implican planificación de contenidos, temas y actividades, así como
evaluación.
3.
Metodología
3.1
Enfoque
Se
realizó un análisis de la intervención educativa a
manera de “proceso de reflexión e interpretación crítica de la práctica
y desde
la práctica, que se realiza con base en la reconstrucción y
ordenamiento de los
factores objetivos y subjetivos que han intervenido en esa experiencia,
para
extraer aprendizajes y compartirlos” (Expósito y González, 2017, p. 1).
A
través de una investigación documental, con enfoque
exploratorio y descriptivo, se analizaron nueve informes realizados por
estudiantes en el marco del curso NU-2030, dictado en el segundo
semestre del
año 2016. Estos informes incluían el diagnóstico de nueve centros
educativos
públicos urbanos de educación preescolar y escolar, así como la
planificación,
ejecución y evaluación de 12 intervenciones relacionadas con
alimentación y
nutrición, llevadas a cabo desde agosto a noviembre del 2016.
3.2
Población de estudio
Constituida
por nueve escuelas públicas urbanas del
circuito escolar 06 del cantón de La Unión, de la provincia de Cartago,
con una
población total inscrita para el segundo semestre del año 2016 de 3802
niños y
niñas. No se seleccionó muestra porque se trabajó con todos los centros
educativos en los que se asignaron estudiantes en el marco del curso
NU-2030.
Las
escuelas fueron elegidas a conveniencia por
recomendación del equipo de docencia e investigación que ha trabajado
en el
marco de los proyectos: ED 2957 “Promoción de la alimentación saludable
y la
actividad física para la prevención de la obesidad infantil en escuelas
públicas a través del Modelo Póngale Vida® 2014” y 450-B2-375 “Análisis
de la
distribución espacial y monitoreo de la salud y nutrición de niños y
niñas
escolares costarricenses” de la UCR. Lo anterior, para seleccionar
contextos
que favorecieran el desarrollo de habilidades y destrezas en las personas estudiantes
de la ENu, respecto al trabajo con niñas y
niños
preescolares y escolares en temáticas de alimentación y nutrición.
Se
trabajó con un total de 26 estudiantes de la ENu,
distribuidos en los centros educativos,
aproximadamente uno por cada 150 niños y niñas con matrícula. Las
actividades
de intervención se desarrollaron con la cantidad de niños y niñas,
docentes y
personal del centro educativo que fue asignada por los directores de
las
escuelas, asimismo, de acuerdo con el tiempo presencial (ocho horas
semanales)
que los estudiantes de la ENu permanecían
en el
centro. Durante la permanencia se debía considerar además el tiempo
necesario
para la realización de la fase diagnóstica (variables antropométricas y
de
estilos de vida), así como la selección de grupos de trabajo de acuerdo
con la
priorización de problemas y la negociación con las autoridades del
centro
educativo para la fase de implementación y evaluación (problemas
alimentario-nutricionales, sesiones educativas y métodos de
evaluación).
Se
incluyeron en total 1382 niñas y niños para la fase
diagnóstica. Para la fase de intervención, se trabajó con 1004 niños y
niñas,
70 docentes, 12 colaboradoras del SAI, 4 personas de la administración
y 7
madres y padres de familia.
En
el segundo semestre del año 2016, para la
recolección de datos en cada una de las etapas de la intervención
nutricional,
todas las personas estudiantes emplearon los mismos instrumentos para
elaborar
el informe de los centros educativos asignados.
Respecto
al diagnóstico alimentario nutricional se
empleó el cuestionario de hábitos alimentarios y de estilos de vida
para
preescolares y escolares, del Proyecto para la Prevención de la
Obesidad
Infantil, Modelo Póngale Vida® 2016, ENU-UCR. Este incluye
antropometría y de
estilo de vida: tiempos de comida durante jornada escolar, meriendas,
tipos de
productos que compran/consumen, horas/día pantalla, formas de traslado
escuela-casa, pertenencia a equipos deportivos, juegos dentro o fuera
de casa,
frecuencia y duración de lecciones escolares de educación física.
Además, se
usó el formulario para valoración de comidas ofrecidas en los comedores
y
sodas/ventas Escolares (porciones, tipos de alimentos), que forman
parte de los
materiales de trabajo del curso NU-2030.
En
el caso de las variables antropometría y estilo de
vida, se empleó una muestra aleatoria estratificada por nivel y sexo,
desde
preescolar hasta sexto grado y equitativamente distribuida entre
hombres y
mujeres.
Para
registrar los datos relacionados con la
intervención realizada, se emplearon la guía para priorización
problemas y
propuesta de proyectos (se utilizó la metodología diseñada por Delgado,
2006),
la bitácora de registro de información para implementación del proyecto
y la
guía para la evaluación del proyecto, incluidas en los materiales de
trabajo
del NU-2030.
Tanto
para el proceso de implementación como de
evaluación, se realizaron sesiones de repaso con las personas
estudiantes de la
ENu en el diseño de sesiones educativas,
uso de
matrices y técnicas educativas y técnicas de abordaje para los
diferentes
grupos etarios. Esto se hizo con el apoyo de profesionales de educación
preescolar y escolar, y sobre la base de trabajo del curso NU-2014
Educación
Nutricional de la ENu-UCR.
Las
intervenciones educativas se enfocaron tanto en
conocimientos como en prácticas alimentarias. Todas las sesiones fueron
presenciales. Cuando la audiencia primaria fueron los niños y las
niñas, se
basaron en el juego educativo-activo como mediador de aprendizaje,
además, se
utilizó material de apoyo educativo diseñado específicamente para los
propósitos del proyecto. En el caso de los adultos como audiencia
primaria, las
sesiones educativas fueron constructivistas con actividades de aprender
haciendo para trabajar las diferentes metas de los proyectos.
En
cuanto a la evaluación, se realizó una evaluación
formativa en cada una de las sesiones educativas realizadas. Además, se
efectuó
una evaluación sumativa para determinar el cumplimiento del objetivo
general de
cada proyecto. La metodología de ambas evaluaciones fue variable de
acuerdo con
las características particulares de cada uno de los proyectos
implementados. Se
diseñaron instrumentos específicos para cada proyecto que incluían lo
siguiente: guía de observación no participante, formularios para
aplicación de
pruebas pre y post, guía de entrevista a docentes y diferentes
cuestionarios y
guías para revisión de metas.
La
supervisión de las docentes de la ENu fue
continua durante todas las etapas de trabajo, a
través del instrumento para la supervisión del desempeño práctico,
incluido en los
materiales del curso.
Toda
la información recolectada en el proceso se
obtuvo con el aval del Director Regional de Educación del Circuito 06,
en
acuerdo convenido con la Dirección de la ENu
en la
Carta de Entendimiento 2016. Además, con el aval de aprobación entre el
curso
NU-2030 y los directores de los centros educativos.
Se
tomaron de los informes los datos de prevalencia de
exceso de peso, principales problemas alimentario-nutricionales
detectados,
proyectos implementados, población directamente abordada, número de
sesiones
realizadas y métodos de evaluación de las intervenciones, para efectuar
un
análisis descriptivo. Así mismo, se discutieron las estrategias
empleadas por
los estudiantes para el desarrollo de las sesiones educativas.
Finalmente, se
construyó un análisis FODA (Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y
Amenazas)
de la intervención educativa efectuada.
Se
evaluó el estado nutricional mediante el indicador
Índice de Masa Corporal para la edad (IMC/E). Se utilizaron los puntos
de corte
establecidos por la Organización Mundial de la Salud (2008) y los
programas Anthro® (Organización Mundial de
la Salud, 2009a) y AnthroPlus® (OMS,
2009b), los cuales permiten ingresar
información antropométrica del sujeto, calcular puntajes Z y graficar
el
crecimiento según indicadores.
La
información relativa al estilo de vida, comidas
servidas y vendidas en los centros educativos, así como las variables
demográficas y antropométricas fueron procesadas en el programa
Microsoft Office
Excel®.
4.
Resultados y discusión
En
total se evaluaron 1382 menores en las nueve
escuelas, lo cual corresponde al 36.35 % de la población inscrita. Tal
como se
observa en la Figura 1, se destaca el elevado porcentaje de exceso de
peso
(sobrepeso + obesidad), que varía desde un 30 % hasta un 44 %. Solo dos
escuelas estaban por debajo de la prevalencia nacional del 34 % de
exceso de
peso reportada por el Censo Escolar Peso/Talla (Ministerio de Salud y
Ministerio de Educación Pública, 2017).
Figura
1.
Prevalencia
de exceso de peso (sobre peso + obesidad) en la
población escolar evaluada. Circuito Escolar 06, La Unión, Cartago
2016. (N
3802 n1382)
Fuente:
Elaboración
propia, 2020
La
Tabla 1 muestra los hallazgos de los nueve
diagnósticos que reflejan factores obesogénicos
en el
entorno escolar o del hogar, posiblemente relacionados con las cifras
de exceso
de peso reportadas en la Figura 1.
Tabla
1
Principales
problemas alimentario-nutricionales identificados en la población
escolar evaluada.
Circuito escolar 06, La Unión, Cartago 2016.
NÚMERO DE
ESCUELAS |
|
Existe
repetición de almuerzo (comedor escolar + casa) |
9 |
Meriendas
escolares de baja calidad nutricional1 |
7 |
Bajo
consumo de frutas y vegetales en el comedor escolar (menos de una
porción de cada uno) |
4 |
Tamaños
de porción no estandarizados y no adecuados según edad y grupo etario,
en el comedor escolar |
4 |
Poca
aceptabilidad del plato servido en el comedor escolar2
(rechazo de vegetales por baja calidad sensorial) |
1 |
Desbalance
de los grupos de alimentos que integran el plato servido en el comedor
escolar2 |
1 |
Nota
1:
Solo
dos escuelas con soda escolar,
siete con ventas escolares informales.
Nota
2:
Es
importante aclarar que estas intervenciones
se ejecutaron un año antes del desarrollo e implementación de los
nuevos menús
escolares MEP.
Fuente:
Elaboración
propia, 2020
La
merienda
escolar (llevada de casa o comprada dentro del
centro educativo o sus alrededores), más el doble almuerzo mencionado
por los
niños y las niñas (almuerzo en comedor escolar[3]
+ almuerzo luego en
casa), alerta sobre un excesivo número de tiempos de comida/día, los
cuales no
necesariamente poseen una adecuada calidad nutricional. Los alimentos
reportados en las meriendas de las escuelas fueron elevados en
carbohidratos
simples y grasas, tales como jugos empacados y galletas rellenas,
situación
ampliamente documentada por Calvo et al. (2019) en su estudio sobre los
factores obesogénicos en el entorno
escolar público
costarricense durante 2015-2016.
Si
bien solo dos escuelas
contaban con soda escolar[4],
en los siete centros
restantes se realizaban ventas escolares informales[5].
Ambas entidades
incumplen la normativa dada por el “Reglamento para el funcionamiento y
administración del servicio de soda en los centros educativos públicos”
(Gobierno de Costa Rica, 2013) y proveen a los menores alimentos que,
por su
contenido de energía, azúcar y grasa, se encuentran relacionados con la
ganancia excesiva de peso.
Además,
en el comedor
escolar, la falta de estandarización de las porciones, el tamaño de
porción
grande para la edad, la composición del plato servido con predominio de
alimentos fuente de carbohidratos y la baja aceptabilidad del grupo de
alimentos “vegetales”, por parte de las niñas y los niños, señala el
trabajo
pendiente a nivel nacional (Calvo et al., 2019), ya que los centros
educativos
deberían constituirse en un ámbito de formación y educación del
comportamiento
alimentario (Morán y Rivera, 2015).
En
cuanto a los aspectos
nutricionales mostrados en la Tabla 1, en seis escuelas más del 50 % de
los
niños y las niñas juegan dentro de casa (juegos más pasivos) y en cinco
centros
educativos más del 50 % hace uso de pantallas electrónicas diariamente
(en
promedio 3 horas/día), lo cual señala que el “sedentarismo tecnológico”
es cada
vez más común y sustituye la práctica de actividad física por el uso de
diversos dispositivos electrónicos (Calvo et al., 2019; Castro et al.,
2015).
Se
desarrollaron 12
proyectos de intervención, tal como se observa en la Tabla 2. Siete se
enfocaron en mejorar el valor nutricional de las meriendas consumidas.
Cuatro
se centraron en aumentar el consumo de frutas y vegetales, dos de ellos
emplearon la estrategia de promoción del consumo del plato servido en
el
comedor escolar. Solo un proyecto trabajó con ajustar el tamaño de
porción del
plato servido en el comedor escolar. Cada proyecto tenía un único
objetivo
general debido al tiempo corto de intervención (8 semanas).
Una
revisión sobre
intervenciones escolares para la prevención de la obesidad infantil (De
la
fuente y Cervera, 2018) señala que la mayoría apunta hacia objetivos
similares
a los proyectos diseñados por las personas estudiantes de la ENu; a saber, mejorar la calidad nutricional de
los
alimentos que se ofrecen en el entorno escolar (comedor escolar, soda
escolar,
ventas escolares informales). Este objetivo incluye reducción de
alimentos
elevados en grasa y azúcar, promoción del consumo de frutas y
vegetales, de
agua y del plato del comedor escolar, entre otros.
Tabla
2.
Proyectos
de intervención
nutricional realizados en el marco del curso NU-2030 y cantidad de
estudiantes
de la ENu asignados por centro educativo.
Circuito
escolar 06, La
Unión, Cartago 2016.
ESCUELA |
PROYECTOS
DE INTERVECIÓN REALIZADOS |
CANTIDAD
DE ESTUDIANTES ENU ASIGNADOS |
1 |
Disminución
del consumo de alimentos y bebidas con elevado contenido de azúcar en
las meriendas escolares
|
3 |
2 |
Aumento
en el consumo de vegetales en el plato servido del comedor escolar
(énfasis en grupos preescolar y I grado) |
3 |
3 |
Mejora
de la composición nutricional de las meriendas de los niños y las niñas
de IV grado |
2 |
Ajuste
del tamaño de las porciones servidas en el comedor escolar a la
población de preescolar |
2 |
|
4 |
Diseño
de una “Guía de meriendas infantiles” dirigida a docentes |
2 |
5 |
Promoción
del consumo del plato servido en el comedor escolar con los niños(as)
del nivel de transición |
2 |
Promoción
del consumo del plato servido en el comedor escolar con las niñas y los
niños de IV grado |
2 |
|
6 |
Mejora
del consumo de vegetales en el plato de almuerzo servido en el comedor
escolar con los niños y las niñas del nivel de transición |
2 |
7 |
Mejora
de la composición nutricional de las ventas escolares informales |
2 |
8 |
Promoción
de meriendas saludables en escolares, a través de una guía didáctica
dirigida a padres, madres o personas encargadas |
2 |
9 |
Disminución
del consumo de productos elevados en grasa y azúcar en la merienda de
las niñas y los niños de III grado y mejora de la calidad nutricional
de las ventas escolares informales |
2 |
Disminución
del consumo de productos elevados en grasa y azúcar en la merienda de
los niños y las niñas de V grado y mejora de la calidad nutricional de
las ventas escolares informales |
2 |
|
|
|
Fuente:
Elaboración
propia, 2020
Con
las premisas referentes
a intervenciones en el ambiente escolar, señaladas en la literatura y
en
cumplimiento con los lineamientos del curso NU-2030 (Escuela de
Nutrición,
2016), los proyectos incluyeron, además de la población infantil, a
población
adulta, ya fueran personas docentes, administrativas, colaboradoras del
SAI o
padres, madres o personas encargadas, de acuerdo con el énfasis del
objetivo
general de cada uno y a la metodología que cada cual propuso para
lograr sus
metas. Así, la audiencia objetivo (primaria, secundaria y terciaria)
varió
entre los proyectos.
Se
trabajó con un total
de 1004 niños y niñas correspondiente al 26.4 % de la población total
inscrita
en las escuelas para el año 2016 (N 3802), 291 estudiantes de
preescolar, 458
de I ciclo y 255 de II ciclo. Además, se incluyeron 70 docentes al
menos en una
sesión de sensibilización hacia la problemática de exceso de peso y
sobre los
requerimientos nutricionales de los menores de edad. También se trabajó
con 12
colaboradoras del SAI, 4 personas de la administración y 7 padres,
madres o
personas encargadas. Valga subrayar que, aunque las estrategias de
convocatoria
fueron distintas y se contó con el apoyo de la Dirección de los
centros, la
respuesta de madres, padres y personas encargadas fue casi nula. Esta
situación
fue referida con preocupación en el diagnóstico por las docentes de las
escuelas intervenidas. Indicaron que cada vez más sienten lejanía y
desvinculación de las familias respecto al proceso de desarrollo de los
niños y
las niñas. La Tabla 3 muestra el detalle de los datos antes mencionados.
Tabla
3
Población
de trabajo
directo en los proyectos de intervención nutricional realizados en el
marco del
curso NU-2030. Circuito escolar 06, La Unión, Cartago 2016.
ESCUELA |
POBLACIÓN
DE TRABAJO DIRECTO |
||||
Niños(as) |
Docentes |
SAI |
Padres
y madres |
Administrativos |
|
1 |
94 |
17 |
-- |
-- |
-- |
2 |
57 |
3 |
2 |
-- |
-- |
3 |
60 |
3 |
-- |
-- |
-- |
345 |
-- |
4 |
-- |
-- |
|
4 |
46 |
15 |
-- |
-- |
4 |
5 |
68 |
15 |
3 |
-- |
-- |
90 |
1 |
3 |
-- |
-- |
|
6 |
44 |
2 |
-- |
1 |
-- |
7 |
57 |
10 |
-- |
-- |
-- |
8 |
43 |
-- |
-- |
6 |
-- |
9 |
51 |
2 |
-- |
-- |
-- |
49 |
2 |
-- |
-- |
|
|
TOTAL |
1004 |
70 |
12 |
7 |
4 |
Fuente:
Elaboración
propia, 2020
La
Tabla 4 muestra que se realizaron un total de 35
sesiones educativas con niños y niñas, 12 con docentes, 5 con las
colaboradoras
del SAI y personal administrativo y 3 con los padres, madres o personas
encargadas. Las intervenciones se concentraron en el trabajo con niños,
niñas y
el personal docente que está a su cargo. La variabilidad por centro
educativo
responde a la naturaleza del proyecto negociado por el grupo de
estudiantes. La
duración de cada una de las sesiones fue de una lección escolar,
correspondiente a 40 minutos.
Tabla
4
Número
de sesiones
educativas realizadas por los grupos de estudiantes de la ENu,
según población de trabajo directo. Circuito escolar 06, La Unión,
Cartago
2016.
ESCUELA |
NÚMERO
TOTAL DE SESIONES REALIZADAS |
|||
NIÑOS
y NIÑAS |
DOCENTES
Y ADMINISTRATIVOS |
SAI |
PERSONAS
ENCARGADAS |
|
1 |
3 |
3 |
-- |
-- |
2 |
3 |
1 |
1 |
-- |
3 |
81 |
1 |
2 |
-- |
4 |
2 |
1 |
-- |
-- |
5 |
82 |
22 |
1 |
-- |
6 |
3 |
1 |
1 |
1 |
7 |
1 |
1 |
-- |
-- |
8 |
1 |
-- |
-- |
2 |
9 |
63 |
23 |
-- |
-- |
TOTAL |
35 |
12 |
5 |
3 |
Nota
1:
Se
desarrollaron 6 sesiones en un
proyecto y 2 en otro (ver proyectos en tabla 2)
Nota
2:
Se
desarrollaron 4 sesiones con niños y
niñas en cada proyecto y 1 en cada uno con docentes (ver proyectos en
tabla 2)
Nota
3:
Se
desarrollaron 3 sesiones con niñas y
niños en cada proyecto y 1 en cada uno con docentes (ver proyectos en
tabla 2)
Fuente:
Elaboración
propia, 2020
En
el desarrollo de las
sesiones con las niñas y los niños se empleó el juego como estrategia
educativa
principal. Se realizaron además demostraciones y degustaciones, que
también
fueron empleadas en las sesiones con personas adultas. Entre los juegos
adaptados para tener un propósito educativo se destacaron: los juegos
por estaciones,
carreras de relevo, rally, cuentos, obras de títeres participativas y
canciones. La mayoría de infantes
disfrutaron el
proceso y participaron muy activamente en las sesiones que incluyeron
opciones
de juegos diversos, por lo que el aprendizaje por medio del juego y
actividades
recreativas los estimula a construir su propio conocimiento a través de
experiencias (Chacón, 2008).
En
general se trabajó
tanto con cambio en los conocimientos, como con cambio en las
prácticas, por lo
que para la evaluación sumativa de los proyectos se midieron ambos
puntos
empleando observación no participante o prueba pre/post. También, se
evaluó en
todos los proyectos el cumplimiento de metas por cada sesión ejecutada.
Se
considera que esta evaluación formativa permitió realizar ajustes a la
metodología de las siguientes sesiones y actividades, con el fin de
hacerlas
más asertivas.
Respecto
a los
resultados, en los proyectos enfocados en la mejora de la calidad
nutricional
de las meriendas, los niños y las niñas
lograron
identificar con
éxito en más del 50 % alimentos y bebidas elevados en azúcar y grasa,
así como
alimentos saludables. Sin embargo, en cuanto al cambio de prácticas, en
cuatro
de los siete proyectos no se lograron modificaciones. En dos proyectos
sí se
observó un 20 % de reducción en el consumo de galletas con relleno o
que un 25
% de las niñas y los niños llevara a la escuela meriendas más
saludables.
Pareciera que en este tipo de intervenciones cortas (aproximadamente
ocho
semanas para implementación y una a dos para evaluación) sí es posible
lograr
un cambio en los conocimientos, pero se avanza poco en lo relativo a
cambio en
conductas y hábitos.
Un
cambio en las prácticas es en definitiva lo que se
espera, pero también es necesario generar un ambiente propicio para que
los
conocimientos puedan facilitar ese cambio de comportamiento (Jara,
2014). Se ha
señalado que la educación nutricional por sí sola no logra un cambio
efectivo
en las prácticas, pues, aunque vincula el aprendizaje en el aula con
actividades prácticas, se requiere un entorno escolar que favorezca la
nutrición y la salud, en cual participe todo el personal de la escuela
y la
comunidad (padres, madres y personas encargadas) (Organización de las
Naciones
Unidas para la Alimentación y la Agricultura, 1999). Lo anterior, se
relaciona
con dos de las líneas de acción de la promoción de la salud, creación
de
entornos saludables y fortalecimiento de la participación social,
fundamentales
para promover el desarrollo de estilos de vida saludables (Mejía,
2016).
La
participación comunitaria, familia, docentes, personal
del SAI, personal administrativo y Dirección, asociaciones comunales,
por citar
algunos actores, es una herramienta de la promoción de la salud y hace
referencia a un proceso en el que diversos agentes de cambio de la
comunidad
intervienen para la toma de decisiones en todos los niveles de la
actividad
social y de las instituciones públicas, a través de acciones colectivas
basadas
en educación, cuyo fin es transformar la realidad y promover el
bienestar
social (Mejía, 2016). Sin esta contribución activa y permanente, es
difícil
incidir en un cambio o mejora para el bienestar de las personas menores
atendidas. En este tipo de intervenciones cortas realizadas por agentes
externos a la institución (estudiantes de la ENu),
se
suele depositar la responsabilidad en quién ejecuta y no existe una
verdadera
vinculación con el proyecto, por esta razón se considera que, además de
la
barrera del tiempo (intervención corta), no se logra una vinculación
apropiada
de los actores del entorno escolar que motiven a niñas y niños a
realizar un
cambio. En cinco centros educativos se contó con el apoyo de la
Dirección para
las actividades, lo cual se considera un factor favorable para el logro
de los
objetivos propuestos.
No
obstante, el
involucramiento de actores del entorno escolar se reflejó en dos de los
proyectos con énfasis en la promoción o aumento en el consumo de
vegetales en
el plato servido del comedor escolar, pues, además de alcanzar las
metas con
relación al conocimiento (identificación de vegetales como grupo de
alimentos y
reconocimiento de funciones), se logró que los niños y las niñas
aumentaran su
consumo (ensalada servida en el plato de almuerzo del comedor escolar).
A
diferencia de otras intervenciones, aparte de las sesiones con niñas y
niños,
se negoció y trabajó tanto con las colaboradoras del SAI como con la
Dirección
del centro educativo, para que se sirviera diariamente la porción
adecuada de
vegetales. Esto permitió un trabajo conjunto que favoreció una
exposición
repetitiva y atractiva del alimento en cuestión, lo cual, de acuerdo
con la
literatura, permite aumentar las posibilidades de consumo (Fretes,
Salinas y
Vio, 2013).
Sin
embargo, es necesario
desarrollar estrategias para vencer la resistencia al cambio por parte
de los
actores del entorno escolar. Resulta paradójico que, aunque en la
revisión de
políticas y estrategias, se apunta como promisorio el desarrollo de
líneas de
trabajo y apoyo tanto a docentes como al personal de los centros
educativos
para implementar estrategias de promoción de la salud (Rausch
y Kovalskys, 2015), en cuatro de las
escuelas las
personas estudiantes de la ENu no son
visualizado en
los espacios como un actor que apoya el trabajo.
Respecto
al trabajo con
padres, madres y personas encargadas, como actores centrales, su propio
consumo
y prácticas alimentarias se relacionan directamente con en el proceso
de
adquisición de hábitos alimentarios, la ingesta de frutas y vegetales
en niños
y niñas en etapa preescolar (Brown, 2014). Sin embargo, su mínima
participación
en las actividades educativas (no sólo de nutrición) es un tema que
preocupa,
dado que la formación de hábitos alimentarios se produce en las etapas
tempranas de la vida. La incorporación de la familia en estos procesos
importantes para las personas menores continúa siendo un gran problema,
pues
lamentablemente no se han documentado estrategias conocidas que hayan
tenido
éxito (Vio, Salinas, Montenegro, González y Lera, 2014). Se intentaron
tanto
métodos directos (sesiones presenciales) como indirectos (envío de
materiales a
casa) de educación nutricional, pero la participación no se logró de
ninguna
manera. Esto a pesar de que en la literatura las reuniones han
demostrado más
éxito que el envío de materiales (De la fuente y Cervera, 2018).
Así
mismo, aunque el entorno educativo requiere modificación
de factores para la construcción de ambientes alimentarios saludables
para los
niños y las niñas, preocupa la recarga de funciones al equipo docente
reportada
en los informes analizados, quienes, por esa razón, en muchas
oportunidades no
se involucran en el desarrollo de las actividades programadas por los
grupos de
estudiantes de la ENu. Uno de los
proyectos que
obtuvo mejores resultados en cuanto a conocimientos y cambios en las
prácticas
alimentarias fue donde la profesora retomaba durante la semana los
temas vistos
en las sesiones educativas.
Otro
aspecto relevante es
la inexistencia de profesionales en nutrición como contrapartes
institucionales
en un espacio que atiende población cautiva y la alimenta (al menos una
comida
fuerte diaria). Estos profesionales podrían dar apoyo a este tipo de
intervenciones.
Además,
urge pensar en
cómo hacer efectivo el involucramiento docente y administrativo
escolar, dado
que son actores fundamentales para promover ambientes más saludables.
Un
ejemplo de esto fue en la intervención enfocada a mejorar la calidad
nutricional
de las ventas escolares informales, no se logró que la Junta de
Educación,
incluyera al menos un alimento saludable. Además, de los materiales
preparados
por el grupo de estudiantes de la ENu para
entregar a
madres, padres y personas encargadas, las docentes enviaron solo 24 de
los 150
programados, por lo que la mayor parte de las familias no tuvo
información
alguna. Finalmente, la dirección de la escuela comprende la situación
(incumplimiento de la normativa vigente Reglamento Sodas Escolares),
sin
embargo, no toma acciones correctivas.
Caso contrario en otro centro educativo donde,
además de la disposición por parte de la dirección, existían recursos
para
desarrollar la intervención, la evaluación mostró que más del 80 % de
los niños
y las niñas intervenidos aceptó la nueva disposición del plato servido.
Dicha
disposición consistió servir en platos con divisiones para reducir el
desperdicio y mejorar consumo de vegetales. Las personas docentes
también
concordaron que los platos mejoraban la presentación y facilitaban que
niñas y
niños consumieran los alimentos.
Además
del apoyo de los
actores del entorno escolar, las intervenciones se benefician cuando se
cuenta
con presupuesto. A pesar de que se procura negociar en las escuelas
presupuesto
en efectivo o en especie para los materiales educativos que el proyecto
requiere, se reconoce la limitación presupuestaria de estas. La mayor
parte de
los materiales necesarios para el desarrollo de los proyectos fue
costeada por
las personas estudiantes de la ENu.
La
tabla 5 resume la
forma de evaluación de las intervenciones y los resultados logrados en
cuanto a
conocimientos y prácticas.
Tabla
5
Forma
de evaluación de
las intervenciones realizadas por estudiantes de la ENu
y resultado obtenido. Circuito escolar 06, La Unión, Cartago 2016.
ESCUELA |
FORMA DE
EVALUACIÓN |
RESULTADOS |
|
CONOCIMIENTOS |
PRÁCTICAS |
||
1 |
Instrumento
con imágenes para prueba Pre/post test |
Observación
no participante |
Conocimiento
más 90 %. Reducción en 20 % jugos y galletas |
2 |
Observación
no participante |
Entrevista
a docentes Observación no participante |
Conocimiento
más 90 %. 80 % menores decide probar. Comedor sirve vegetales |
3 |
Cuestionario |
Revisión
de metas Observación no participante |
Conocimiento
más 90 %. 25 % lleva meriendas saludables |
Cuestionario |
Observación
no participante |
80
% menores acepta plato con divisiones, mejora aceptabilidad |
|
4 |
Cuestionario |
|
No
se logra compromiso por parte de docentes para aplicar guía. |
5 |
Cuestionario |
Observación
no participante y entrevistas a maestras |
Conocimiento
más 90 %. Se sirven todos los componentes del plato.
No se logran medir las
prácticas. |
6 |
Prueba
Pre/post test |
Observación
no participante |
Conocimiento
más 90 %. Se sirven vegetales en el plato. Aumenta el consumo de
ensalada. |
7 |
Observación
no participante |
Observación
no participante |
No
mejora ni conocimiento ni prácticas. |
8 |
Prueba
Pre/post test |
Observación
no participante |
Conocimiento
más 90 % 70 % llevó a la práctica. |
9 |
Prueba
Pre/post test |
Revisión
de metas |
Conocimiento
más 90 %. No hay cambios en las prácticas. |
Fuente:
Elaboración
propia, 2020
En
la Tabla 6 se observa
un análisis de la intervención educativa realizada. Se resumen por
medio de un
FODA las principales características obtenidas de los nueve informes
analizados.
Tabla
6
Evaluación
tipo FODA de la intervención educativa realizada
en 2016. Circuito escolar 06, La Unión, Cartago. 2020
FORTALEZAS |
DEBILIDADES |
Intervención
nutricional planificada y organizada en conjunto estudiantes-docentes
de la ENu Acompañamiento
permanente de un profesional en nutrición (docente) durante la
intervención Negociación
constante con los centros educativos antes, durante y al finalizar el
proceso de intervención Sesiones
activas con juego como estrategia, con demostraciones y degustación de
alimentos Material
didáctico de elaboración propia como herramienta para el desarrollo de
sesiones |
Programación
y desarrollo de ciertas actividades iniciales no ajustadas a la edad de
los niños y las niñas Algún
material didáctico no ajustado al perfil de la población No
se cuenta con recurso económico para el desarrollo de materiales o la
compra de utensilios para implementar cambios No
existen profesionales de nutrición en sitio para apoyar y hacer
sostenibles las intervenciones |
OPORTUNIDADES |
AMENAZAS |
Mayoría
de estudiantes dispuestos a realizar un buen trabajo Buen
aprovechamiento del espacio físico y recursos de la escuela Buena
participación e interés de las niñas y los niños en relación con a las
sesiones/actividades planificadas Apoyo
de la mayoría de docentes para la
realización de las sesiones/actividades planificadas Apoyo
activo del 50 % de las direcciones para el desarrollo e implementación
de las sesiones/actividades educativas |
Poco
tiempo de intervención para observar cambios en el comportamiento de
las personas menores. Dificultad
para el manejo de los grupos de infantes por desvinculación del docente
escolar con la persona estudiante de nutrición o por inexperiencia con
infantes con necesidades especiales. Falta
de apoyo docente o dirección: desinterés, resistencia al cambio o no
involucramiento Ambientes
escolares con distractores que complican la realización de las
sesiones/actividades Sodas
escolares y ventas escolares
Informales con productos no permitidos según Reglamento de Sodas
Escolares Resistencia de las colaboradoras del SAI para
realizar cambios en el plato servido Poco
involucramiento de las familias |
|
|
|
Fuente:
Elaboración
propia, 2020
Es
necesario contar tanto con
apoyo docente como de las direcciones (actores del entorno escolar),
así como
de una persona profesional en nutrición (en este caso fueron las
docentes ENu) para lograr intervenciones
de promoción de la salud y
prevención del exceso de peso más exitosas. A pesar de las debilidades
y
amenazas, entre ellas el incumplimiento del Reglamento de Sodas
Escolares y las
ventas informales, fue posible el trabajo de mejorar los conocimientos
de los
niños y las niñas para brindarles más herramientas en la toma de
decisiones al
realizar su elección alimentaria dentro del contexto escolar. Sin
embargo,
preocupa de sobremanera el nulo involucramiento de los padres de
familia,
quienes, en conjunto con el centro educativo, son los actores clave
para el
desarrollo de hábitos alimentarios y de estilo de vida que promuevan la
salud
de las personas menores de edad.
5.
Conclusiones
Se
destaca el elevado
porcentaje de exceso de peso infantil (sobrepeso + obesidad), que varía
desde
un 30 % hasta un 44 %. Solamente dos escuelas estuvieron por debajo de
la
prevalencia nacional. Así mismo, se presenta un ambiente obesogénico
descrito también en otras investigaciones en Costa Rica.
Los
principales problemas
alimentario-nutricionales, identificados en el diagnóstico, que dieron
origen a
los 12 proyectos ejecutados fueron a. repetición de almuerzo, b.
meriendas
escolares de baja calidad nutricional, c. desbalance nutricional en el
plato
servido y d. tamaños de porción no estandarizados en el comedor con
bajo
consumo de frutas y vegetales.
Aunque
ocho semanas de
implementación se consideran como una intervención educativa corta, sí
fue
posible observar cambios en cuanto a conocimientos, pero no fue tan
evidente un
cambio en las prácticas.
El
apoyo docente y de la
dirección por parte del centro educativo, así como visualizar la
persona
estudiante de la ENu como un actor que
apoya el trabajo,
es fundamental para que las actividades desarrolladas tengan mayor
éxito e
incidan en mejorar los estilos de vida en salud de las personas menores
escolares, especialmente en la alimentación y nutrición.
Aunado
a lo anterior, el
empleo del juego educativo como herramienta de enseñanza-aprendizaje se
considera una oportunidad para la educación nutricional de infantes,
tal como
se demostró en la intervención realizada.
Por
último, preocupa el
nulo involucramiento de padres, madres y personas encargadas. Se debe
intentar
trabajar con la familia en la generación de estrategias que permitan el
abordaje del tema de exceso de peso infantil de una forma integral
(Vio et
al., 2014). Hay intervenciones que indican la necesidad de promover el
apoyo de
padres, madres y personas encargadas en actividades desarrolladas en
casa que
contribuyan a mejorar la actividad física, los hábitos alimentarios y a
reducir
el tiempo de pantalla (Rausch y Kovalskys,
2015).
5.
Agradecimientos
A
todas las personas
estudiantes del curso NU-2030 del segundo semestre del 2016 y a las
instituciones educativas del Circuito Escolar 06 del MEP que
contribuyeron a la
formación profesional de las personas estudiantes de la ENu.
6.
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[1] Universidad de Costa Rica, COSTA RICA.
ofelia.florescastro@ucr.ac.cr, ORCID http://orcid.org/0000-0001-7452-6820
[2] Universidad de Costa Rica, COSTA RICA. rocio.gonzalez@ucr.ac.cr, ORCID http://orcid.org/0000-0002-4008-4339
[3] Programa
estatal de servicio de comidas calientes en los
centros educativos pertenecientes al sistema escolar público
costarricense.
Dependencia del Ministerio de Educación Pública (MEP) denominada Programa
de Alimentación y
Nutrición del Escolar y del Adolescente (PANEA)
[4]
Establecimientos
que expenden alimentos
a la comunidad educativa dentro de las escuelas.
[5]
Ventas
de alimentos llevadas a cabo por
la Junta de Educación de la institución de manera esporádica y dentro
del
centro educativo.