Revista
Población y Salud en
Mesoamérica
Volumen
18, número 1 |
julio-diciembre 2020
DOI:
https://doi.org/10.15517/psm.v18i1.40767
Estimación
del peso de
porciones de alimentos ilustrados en fotografías digitales
Estimation of weight of food portions depicted in
digital photographs
Alison
Solano Piedra[1],
Anne Chinnock McNeil[2],
Rocío González Urrutia[3],
Melissa Jensen Madrigal[4]
y Milena Cerdas Núñez[5]
Resumen:
Objetivo:
evaluar el uso de
fotografías digitales para estimar el peso de diferentes preparaciones
de
alimentos. Metodología:
se compraron
102 platos servidos como almuerzos, desayunos y repostería de 52
establecimientos comerciales en San Pedro de Montes de Oca, se pesaron
y
fotografiaron los alimentos servidos, resultando un total de 261
porciones de
alimentos. Al recibir por correo las
imágenes digitales de los platos de comida, se estimó el peso de cada
alimento
por medio de una comparación con un manual de fotografías estándar. El proceso de pesaje y fotografiado de los
alimentos fue realizado de forma independiente del proceso de
estimación del
peso. Para comparar los pesos reales y
los pesos estimados se utilizó la prueba t de Student y coeficientes de
correlación. Resultados: para 6 de los 11 tipos de
alimentos, el peso estimado presentado en una imagen digital no fue
significativamente
diferente al peso real y ambos valores tenían un grado de asociación
significativo. En el caso de los otros 5
tipos de alimentos que consistían en preparaciones con un mayor número
de
ingredientes, hubo diferencias significativas entre los pesos estimados
y los
pesos reales. Conclusión: en el caso de
alimentos simples o con pocos ingredientes, ilustrados en fotografías
digitales, su peso se estimó con suficiente exactitud; no así para
preparaciones con varios ingredientes.
Se requiere más investigación antes de recomendar su uso en
encuestas de
consumo de alimentos.
Palabras
clave:
encuestas sobre dietas,
fotografías digitales, tamaño de la porción.
Abstract:
Objective: to assess the
use of digital images for estimating the weight of different portions
of foods.
Methods: 102 dishes
from 52 commercial sites in San Pedro, Montes de Oca, served as
lunches,
breakfast, and snacks, consisting of a total of 261 portions of foods
were
purchased, photographed and weighed. On
receiving the digital images of the dishes by email, the weights of all
the
different foods were estimated by using as a comparison, a series of
standard
photos of foods with known weights. The process of estimating the
weights of
the foods from the digital images was carried out independently from
their
being weighed and photographed. A
comparison between real and estimated weights was carried out using the
Student
t test and correlation coefficients. Results: in the case of 6 of the 11 food
types, there were no statistically significant difference between real
and
estimated weights and a significant degree of association was found. Significant differences were observed between
real and estimated weights for the remaining 5 foods, which were
composed of
dishes with a greater number of ingredients and greater variation in
proportions of each ingredient. Conclusion:
portion size was estimated with sufficient accuracy for foods prepared
from
simple recipes with few ingredients, but not for foods prepared with
several
ingredients. More research is needed
before recommending this use of digital images in food consumption
surveys.
Keywords: dietary
surveys, digital photographs, portion size.
Recibido:
19 Feb 2020 | Corregido:
21 May 2020 | Aceptado 29 May 2020
1.
Introducción
La
evaluación del estado
nutricional por parte de los nutricionistas involucra la recolección de
información bioquímica, antropométrica, clínica y dietética (Mahan,
Escott-Stump y Raymond, 2013). La
evaluación dietética consiste en el análisis de consumo de alimentos
cuyo fin
es evaluar la alimentación de individuos y grupos de población. En el
caso del
individuo, permite detectar problemas en la alimentación en una etapa
temprana
que, al ser corregidos, evita cambios negativos en los otros
indicadores del
estado nutricional. En grupos de población
la encuesta dietética es importante para estudiar la relación entre
salud y
alimentación y sus resultados pueden brindar información importante
para poder
establecer políticas y programas cuyo fin es mejorar el estado
nutricional de
la población y evitar el desarrollo de enfermedades de déficit o exceso
nutricional.
Existe
una diversidad de
metodologías para evaluar la alimentación de las personas, cada una con
sus
ventajas y desventajas. Los métodos que
miden el consumo actual de alimentos son conocidos como los registros y
son más
exactos porque no dependen de la memoria.
Sin embargo, los registros exigen bastante colaboración de parte
de la
persona que los completa y pueden producir cambios en su consumo de
alimentos.
Los métodos más usados para estudiar consumo de alimentos de forma
retrospectiva
son el recordatorio de 24 horas, cuyo objetivo es averiguar el consumo
de
alimentos del día anterior, el cuestionario de historia dietética y los
cuestionarios de frecuencia de consumo de alimentos. El recordatorio de
24
horas es simple de aplicar, pero se limita a describir el consumo de un
único
día. Los otros métodos tienen la ventaja de cubrir periodos más largos como una semana, un mes o aún más
tiempo. Todos los métodos retrospectivos
tienen la limitación de que dependen de la memoria de la persona y, por
lo
tanto, tienen un mayor grado de error (Bingham, 1987).
Exceptuando
el registro
con peso, todas las metodologías que determinan el consumo de alimentos
requieren la utilización de diferentes técnicas que permitan estimar el
tamaño
de la porción del alimento, tales como medidas estándares, medidas
caseras,
modelos de alimentos y fotografías.
El
uso de fotografías
para cuantificar el consumo de alimentos ofrece varias ventajas.
Permite
representar en una publicación impresa o archivo digital, muchos
alimentos,
cada uno en diferentes tamaños de porción. Además, son fáciles de
transportar y
relativamente baratas de producir dado los avances en la tecnología de
cámaras
digitales. Existen dos usos para las fotografías. En primer lugar,
pueden ser
usadas como instrumento para ayudar a la persona a estimar las
porciones de
alimentos a consumir durante un registro o a recordar alimentos
consumidos en
el pasado con métodos como el recordatorio de 24 horas o formularios de
frecuencia de consumo de alimentos. En estas situaciones se utiliza un
manual o
base de datos digital de referencia que presenta todos los alimentos
comunes de
la dieta en diferentes tamaños de porción, junto con sus respectivos
pesos. En
segundo lugar, se pueden tomar fotografías de alimentos antes de
consumirlos y
posteriormente estimar el tamaño de la porción en la imagen al
compararla con
un manual o base de datos de referencia. Este último es el enfoque
investigado
en el presente estudio.
Con
el avance de la
fotografía digital y su incorporación en teléfonos celulares, los
cuales son
cada vez más accesibles para las personas, se abre la posibilidad de
utilizar
esta tecnología en estudios de consumo de alimentos.
El uso de imágenes digitales para estudiar el
consumo de alimentos puede ofrecer ventajas tanto para quien investiga
como
para la persona participante.
La
estimación del tamaño
de porción de alimentos mostrados mediante imágenes digitales puede
ofrecer
ventajas importantes para encuestas de consumo de alimentos y,
precisamente por
esto, el objetivo de esta investigación es
evaluar el
uso de fotografías digitales para estimar el peso de diferentes
preparaciones
de alimentos.
2.
Referente
teórico
La
investigación sobre nuevas metodologías para evaluar el estado
nutricional de los individuos debe primero pasar por la prueba de
validación y
en este sentido los indicadores dietéticos no son diferentes. Uno de los investigadores más reconocido en
este campo es Nelson, quien en 1997 publicó un análisis teórico sobre
el tema
de la validación de metodologías para medir el consumo de alimentos. La
metodología aplicada en el presente estudio sigue las pautas señaladas
por
Nelson (1997).
En
la década de 1980, fueron publicados los estudios
de los investigadores pioneros en el tema del uso de fotografías como
instrumento para la estimación de consumo de alimentos: Elwood y Bird
(1983),
Bird y Elwood (1983), Fehily y Bird (1986), Sevenhuysen y Wadsworth
(1989) and
Sevenhuysen y Zacharías (1989). Elwood y
Bird (1983) describen un método prospectivo para evaluar la
alimentación basada
en fotografías tomadas con una cámara y proyectadas como diapositivas. Para estimar el tamaño de la porción, el
investigador comparaba las imágenes en la diapositiva con una serie de
imágenes
en diapositivas estándar con pesos conocidos. En los artículos de Bird
y Elwood
(1983) y Fehily y Bird (1986) se comparan las estimaciones de consumo
por el
método de fotografías con registros con pesos. Otro grupo de
investigadores
(Sevenhuysen y Wadsworth, 1989) usaron un método fotográfico donde se
estimaba
el volumen de la porción de alimentos por cálculos trigonométricos y
con datos
publicados sobre la densidad de los alimentos, convertían los volúmenes
de
alimentos a pesos. El estudio de
Sevenhuysen y Zacharías (1989) comparó datos obtenidos por medio de las
fotografías de Sevenhuysen y Wadsworth (1989), con los pesos reales de
los
alimentos.
Posterior
a estos primeros estudios, otros investigadores
analizaron el uso de series de fotografías de alimentos presentados en
varios
tamaños de porción, cuyos pesos eran conocidos, como un instrumento que
permita
a las personas identificar el tamaño de la porción de alimentos a
consumir
cuando participaban en una encuesta dietética que utilizaba el método
de
registro estimado. Existen estudios que
demuestran la validez de utilizar fotografías de alimentos para
cuantificar el
consumo de esta manera (Nelson, Atkinson y Darbyshire, 1994; Chinnock,
2006).
Desde
que el acceso a las cámaras digitales se ha
extendido, existe más interés en utilizar fotografías para cuantificar
el
consumo de alimentos, por lo que otras personas investigadoras se
dedicaron a
responder a la pregunta que inspiró a los primeros estudios de la
década de
1980: ¿se puede estimar la cantidad de un alimento presentado en una
fotografía
o imagen digital, con suficiente exactitud?
Se encontraron
14 estudios que investigaron este tema.
Los estudios de Swanson (2008) y de Simmons y Reuben (2000)
compararon
fotos de platos de comida antes y después de ser consumidos y estimaron
el
porcentaje del plato consumido.
Matthiessen et al. (2011) usaron tazas y modelos de
alimentos
para estimar las porciones de alimentos ilustrados en las fotografías. Un estudio de Elinder, Brunosson, Bergstrom,
Hagstromer y Patterson en 2011 convirtió imágenes digitales de platos
de
alimentos en un puntaje, según la presencia de ciertos alimentos y la
proporción que ocupaban en el plato. Hay
investigadores, como Sun et al. (2010) y Weiss, Stumbo y
Divakaran
(2010), quienes están desarrollando nuevas tecnologías capaces de
convertir de
forma automática, las porciones de alimentos presentadas en imágenes
digitales,
en gramos de peso. Los otros 8 estudios
estimaron la cantidad de un alimento presentado en una fotografía o
imagen
digital, por medio de una comparación con fotografías o imágenes
digitales de
referencia, ya fueran imágenes del mismo alimento o de uno similar, en
varios
tamaños de porción con pesos conocidos.
En los estudios de Small et al. (2009), Higgins et
al.
(2009), Martin et al. (2009), Wang, Kogashiwa
y Kira
(2006) y Kikunaga, Tin, Ishibashi, Wang y Kira
(2007) se presentan los
resultados únicamente en términos del valor nutritivo (energía y
nutrientes) de
los alimentos. Los estudios de
Williamson et al. (2003), de Lazarte, Lazarte,
Encinas,
Alegre y Granfeldt
(2012) y de Lassen et al. (2010) son similares al
estudio actual porque reportan los resultados en términos de cantidades
de
alimentos.
Williamson
et al. (2003) realizaron un estudio
en los Estados Unidos para validar el uso de fotografías digitales de
alimentos
servidos como parte de 6 diferentes menús de cafeterías universitarias. Se preparó y se
tomó el peso de
un total de 60 meriendas, cada una con 10 diferentes tamaños de
porción. Se
tomaron fotografías de los platos de alimentos servidos en las
diferentes
porciones. Adicionalmente, se tomaron
fotografías de los mismos platos, pero con una sola porción estándar. Asistentes de investigación estimaron el peso
de los alimentos en las fotografías al compararlos con las fotografías
estándar, anotando los tamaños de porción como porcentaje de la porción
en la
fotografía estándar. Posteriormente, se
convirtieron los porcentajes en gramos de peso para cada alimento
servido.
Lassen
et al. (2010) realizaron otro estudio de
validación del método de fotografías digitales para cuantificar el
consumo de alimentos.
El estudio se realizó en Dinamarca con 19 adultos quienes tomaron
fotografías y
el peso de alimentos consumidos en la cena durante cinco días
consecutivos
entre semana. Dos analistas de imágenes del área de alimentación y
nutrición,
previamente entrenadas, estimaron el tamaño de la porción de los
diferentes
alimentos en las fotografías digitales por medio de una comparación con
una
serie de fotografías estándar con pesos conocidos.
Investigadores
en Bolivia realizaron un estudio para
validar el método
‘Recordatorio de 24 horas’ con la
incorporación de fotografías digitales (Lazarte et al., 2012). En una comunidad rural, cuarenta y cinco
adultos tomaron fotografías de todos los alimentos consumidos durante
un día y,
durante el mismo día, un asistente de investigación tomó el peso y
registró
todo lo consumido. Al día siguiente, las
personas fueron entrevistadas por otro asistente que empleó el método
de
Recordatorio de 24 horas, usando para estimar las porciones consumidas,
las
fotografías de alimentos tomadas por la persona. La
estimación de los tamaños de porción fue
posible por medio de una comparación entre las fotografías que tomó la
persona,
con un atlas de fotografías de alimentos de referencia que incluía
alimentos
comunes en el área y presentados en diferentes tamaños de porción.
En
resumen, los estudios realizados hasta la fecha en
los diferentes contextos mencionados han tenido resultados
prometedores, que
indican que se puede estimar la cantidad de un alimento presentado en
una
fotografía con cierta exactitud. En la misma línea de investigación, el
presente estudio compara los pesos estimados de alimentos en
fotografías
digitales con los pesos reales.
3.
Metodología
3.1
Enfoque
Este
estudio fue
presentado en la Escuela de Nutrición, Universidad de Costa Rica como
tesis
para optar por el grado de licenciatura (Solano, 2018) y se clasifica
como de
enfoque cuantitativo, transversal y descriptivo.
3.2
Población de estudio
La
población estuvo conformada por los alimentos
preparados en establecimientos comerciales de venta de alimentos del
distrito
de San Pedro de Montes de Oca de la provincia de San José, en el año
2016, que
ofrecían para la venta uno o más de los siguientes tipos de platos:
almuerzos,
desayuno con gallo pinto o huevo o repostería dulce o salada. Se usaron
los
siguientes criterios de exclusión:
alimentos de restaurantes internacionales porque este tipo de
comercio
publica en internet el peso de sus productos, restaurantes que ofrecían
preparaciones en un tamaño estándar, por ejemplo, pizzerías o comida
china y
restaurantes de comida con precios muy elevados (por la cantidad
limitada de
financiamiento disponible para el estudio).
Una
vez definidos los criterios de inclusión, se
realizó un censo de los establecimientos comerciales que venden
preparaciones
de alimentos en el distrito de San Pedro de Montes de Oca. El resultado
fue de
221 establecimientos, de los cuales 130 cumplían con los criterios de
inclusión. Para la selección del grupo de
estudio, se
clasificaron los 130 establecimientos en 3 categorías según la venta de
los
siguientes tipos de platos: a) almuerzos, b) desayunos, c) repostería
dulce o
salada. Se seleccionó al azar 20 establecimientos comerciales en cada
categoría. Los alimentos fueron
adquiridos durante el periodo de mayo a junio de 2016. Se compraron 102
platos
en 52 establecimientos diferentes, para un total de 261 porciones de
alimentos.
Para
asegurar la independencia en el proceso de
estimación del peso mediante el uso de imágenes digitales con relación
a la
toma del peso real de los alimentos expendidos, ambos procesos (compra
y pesaje
de las porciones de alimentos y estimación
del peso de la imagen digital) fueron realizados por dos investigadoras
de
forma independiente.
Se
visitaron los
establecimientos de venta de comida seleccionados en la muestra para la
compra
de los alimentos. Para los desayunos y almuerzos, se instruyó a la
persona
encargada de servir los alimentos en el establecimiento a seleccionar
entre
cuatro platos de diferentes diámetros (23,2 cm., 25,4 cm, 27,9 cm y
30,5 cm)
aquel plato que fuera del mismo tamaño que los platos empleados en el
establecimiento. Después, se le solicitó servir los alimentos en el
plato
seleccionado, se compró el plato servido, se cubrió con plástico
adhesivo para
alimentos y se llevó a casa para realizar los siguientes procedimientos:
a)
Fotografiar
la comida en el plato en que fue servido. La
fotografía se tomó con una cámara con 8.0
BSI, incorporada en un teléfono marca Huawei® (modelo G6-L33), usando
un ángulo
de aproximadamente 60 grados de la línea horizontal, para que fuera
posible
mostrar además del área del plato cubierta por el alimento, la altura
del alimento
dentro del plato. Para contar con una
escala que permitiera estimar la cantidad de cada alimento, se colocó
al lado
del plato, un cuadrado de plástico de 10x10 cm.
En la Figura 1, se puede observar un ejemplo de una imagen
tomada
aplicando la metodología anteriormente descrita.
Figura
1
Ejemplo
de la imagen digital empleado para la estimación de porciones de
alimentos por medio de fotografías digitales.
Fuente:
Elaboración propia, 2018.
b)
Tomar
el peso de cada alimento que conformaba el plato
servido, con una balanza OHAUS® con sensibilidad de un gramo.
c)
Enviar
las imágenes por correo electrónico a la segunda
investigadora quien estimaría los pesos de las porciones de los
alimentos.
Para
estimar los tamaños de porción de los alimentos
en las imágenes digitales, se utilizó como referencia una versión
digital de la
publicación de Chinnock y Castro Jirón (2014).
El uso de material impreso, que muestra diferentes porciones de
alimentos, ha sido utilizado en cuatro estudios de validación de
metodologías
de encuesta dietética en Costa Rica (Chinnock, 2006; Chinnock, 2008;
Chinnock,
2011; Gamboa et al, 2011). Esta
publicación presenta 100 series de fotografías de alimentos y
preparaciones
comunes en la alimentación de costarricenses, con entre 2 y 6 porciones
de cada
alimento. La publicación indica el peso
de todos los alimentos incluidos. Para la comparación entre las dos
imágenes,
se utilizaron dos computadoras, una para las imágenes digitales del
estudio y
la otra para desplegar las imágenes estándar de la publicación de
Chinnock y
Castro Jirón (2014). Era necesario
asegurar que la imagen del plato proyectada en ambas computadoras
tuviera un
diámetro correspondiente al 50 % del diámetro real. Esto fue posible
gracias al
cuadrante de plástico con medidas conocidas incluido en las fotografías
tomadas
para el estudio (ver Figura 1) y ,en el caso de las imágenes de la
publicación
de Chinnock y Castro Jirón (2014), porque se incluía el diámetro del
plato
usado. La investigadora quien estimó los
pesos de las imágenes digitales fue capacitada previamente.
Se
identificó, de las imágenes disponibles del manual
de fotografías de Chinnock y Castro
Jirón (2014), aquella que según su criterio fuera lo más similar
posible a la
porción que se mostraba en la imagen del alimento en estudio. Como las
imágenes
en el manual mostraban varios tamaños de porción para un mismo
alimento, la
segunda investigadora debía elegir según su criterio si la imagen en
estudio era:
a)
Igual
a una de las porciones fotografiada en el manual.
b)
Se
ubicaba entre dos porciones consecutivas de las porciones
de alimentos fotografiadas en el manual.
c)
Menor
a la imagen de la porción más pequeña mostrada en las
fotografías del manual.
d)
Mayor
a la imagen de la porción más
grande mostrada en
las fotografías del manual.
La
Figura 2 ilustra las
opciones de elección disponibles. En el
caso de preparaciones de alimentos del estudio que no tuviera imágenes
correspondientes en el manual, se utilizó el más parecido (como por
ejemplo se
utilizaron las imágenes de arroz para estimar la porción de gallo
pinto).
Figura
2
Ejemplo de opciones empleadas para
la comparación del tamaño de porción del alimento del estudio con las
imágenes
estándar de Chinnock y Castro Jirón (2014).
Fuente:
elaboración
propia, 2018
Una
vez identificada la fotografía en el manual de
Chinnock y Castro Jirón (2014) que correspondía a la imagen de cada uno
de los
alimentos del estudio, se anotó el peso neto en gramos, empleando para
ello la
información de pesos disponible en la misma publicación. En aquellos
casos
donde la imagen en estudio se ubicaba entre dos porciones consecutivas
de las
porciones de alimentos en el manual de Chinnock y Castro Jirón (2014),
se anotó
como peso el promedio de los dos pesos de las imágenes.
La investigadora quien estimó el peso de los
alimentos en las imágenes digitales fue capacitada.
Los
datos correspondientes de cada proceso (toma de
peso real y estimación del peso de la imagen digital) fueron
registrados en dos
archivos de Excel® y, posteriormente, unificados para crear un solo
archivo de
Excel®.
Para
realizar la comparación del peso real con el peso
estimado, se utilizó la prueba t de Student (pareada). En el caso de
alimentos
cuya distribución de pesos fuera significativamente diferente a la
distribución
normal, se convirtieron los valores a logaritmos naturales antes de
aplicar la
prueba t de Student.
El
análisis del grado de asociación entre el peso real
y el peso estimado se realizó por medio del coeficiente de correlación
(Pearson’s o Spearman’s según la forma de la distribución de las
variables).
Finalmente,
se graficaron los valores del promedio del
peso real y el peso estimado contra la diferencia entre ambos pesos,
según el
método de Bland Altman (Altman y Bland, 1983).
Este método se recomienda para para comparar ambos pesos e
indica si la
diferencia entre ambos varía según el tamaño de la porción.
Todo
el análisis con pruebas estadísticas se realizó
mediante el programa estadístico IBM SPSS®, versión 15. El
estudio no utilizó financiamiento de fuentes
externas.
4
Resultados
Se
analizaron en total 102 fotografías digitales de
102 platillos distintos adquiridos en los establecimientos comerciales
de San
Pedro de Montes de Oca. Los platillos correspondían a las siguientes
categorías: almuerzos (arroz, frijoles, plátano maduro, ensaladas,
vegetales
cocidos, carnes rojas y carnes blancas), repostería (salado y dulce) y
desayunos (gallo pinto y huevo picado), para un total de 261 porciones
de
diferentes alimentos analizados.
En
el Tabla 1 se observa la cantidad de muestras
analizadas de cada tipo de alimento. En
el caso de las ensaladas, hay preparaciones muy variadas, desde
platillos con
una base verde como lechuga o repollo, preparaciones harinosas como
ensalada
rusa, de papa o de pasta. El grupo de
vegetales cocidos también incluyó una variación de preparaciones con
diferentes
vegetales sudados, picadillos y papas fritas.
Para cada tipo de alimento, se disponía de entre 2 y 6
diferentes
tamaños de porciones ilustrados en el manual de Chinnock y Castro
Jirón,
(2014), utilizados como referencia para la estimación del peso.
Al
comparar la imagen digital del alimento con las
fotografías en el manual de referencia (Chinnock y Castro Jirón, 2014),
se
puede observar en la Tabla 1 que, para 10 de los 11 alimentos del
estudio, se
logró seleccionar la opción correcta, o la opción adyacente en al menos
el 50 %
o más de los casos. Solamente en 3 tipos de alimentos (repostería
salada,
ensalada de vegetales y huevo picado) se logró seleccionar la opción
correcta o
la adyacente en el 75 % o más de las muestras.
Con la repostería dulce no hubo tanto éxito, solo se logró
seleccionar
correctamente el 45 % de las muestras. Para la totalidad de los
alimentos,
estudiados, se logró seleccionar la opción correcta o la opción a la
par en el
64 % de los casos.
Tabla
1
Frecuencia
de la selección correcta de la imagen de manual de referencia
que corresponde al peso real de cada alimento.
Tipo
de alimento |
n |
Selección
de la imagen correcta o la opción adyacente (Número) |
Selección
de la imagen correcta o la opción adyacente (%) |
Todos
los alimentos |
261 |
167 |
64.0 |
Arroz
cocido |
33 |
22 |
66.7 |
Carnes
blancas |
20 |
11 |
55.0 |
Carnes
rojas |
20 |
14 |
70.0 |
Repostería
dulce |
20 |
9 |
45.0 |
Repostería
salada |
20 |
17 |
85.0 |
Ensaladas
de vegetales |
40 |
30 |
75.0 |
Frijoles
cocidos |
28 |
15 |
53.6 |
Gallo
pinto |
20 |
12 |
60.0 |
Huevo
picado |
20 |
15 |
75.0 |
Plátano
maduro |
20 |
12 |
60.0 |
Vegetales
cocidos |
20 |
10 |
50.0 |
Fuente:
Elaboración
propia, 2018.
La
Tabla 2 presenta los
resultados de la comparación entre los pesos estimados y los pesos
reales para
los diferentes alimentos por medio de la prueba de t de Student. Se
encontró
que los pesos de todas las categorías excepto las ensaladas, tenían una
distribución normal. Puede observarse que existen diferencias
estadísticamente
significativas para las ensaladas, los frijoles, el gallo pinto y el
huevo.
Debido a estos 4 tipos de alimentos, se encontró una diferencia
estadísticamente significativa para la totalidad de los alimentos. La
diferencia promedio entre los datos sin incluir los que tuvieron
diferencias
significativas fue de 6.8 gramos o 5.5 % del peso real.
Tabla
2
Comparación
de las medias de peso real y peso estimado por fotografías digitales de
los
diferentes alimentos.
Tipo
de alimento |
Número
de muestras (n) |
Peso
real (g) |
Peso
estimado (g) |
Diferencia
en gramos (peso
estimado – peso real) |
Promedio
de diferencia expresado como porcentaje del peso real |
|||
Promedio |
DE |
Promedio |
DE |
Promedio |
DE |
|||
Todas
las porciones de alimentos |
261 |
112.4 |
60.74 |
128.5 |
79.32 |
**16.0 |
3.08 |
14.2 |
Arroz
cocido |
33 |
181.8 |
50.62 |
198.6 |
67.26 |
16.8 |
9.72 |
9.2 |
Carnes
blancas |
20 |
150.1 |
63.93 |
142.5 |
67.48 |
-7.6 |
13.97 |
-5.1 |
Carnes
rojas |
20 |
128.4 |
59.30 |
157.9 |
114.76 |
29.5 |
16.87 |
23.0 |
Repostería
dulce |
20 |
109.7 |
36.89 |
99.8 |
54.08 |
-9.9 |
9.57 |
-9.0 |
Repostería
salada |
20 |
104.1 |
28.42 |
103.6 |
28.32 |
-0.6 |
4.65 |
-0.6 |
Ensaladas
de veg1 |
40 |
63.9 |
40.67 |
84.1 |
69.50 |
*20.2 |
7.18 |
31.6 |
Frijoles
cocidos |
28 |
84.5 |
20.00 |
109.1 |
30.15 |
**24.6 |
4.73 |
29.1 |
Gallo
pinto |
20 |
196.9 |
46.01 |
257.2 |
50.52 |
**60.3 |
12.66 |
30.6 |
Huevo
picado |
20 |
78.0 |
12.82 |
99.9 |
24.88 |
**22.0 |
5.04 |
28.2 |
Plátano
maduro |
20 |
54.0 |
12.74 |
56.8 |
26.36 |
2.8 |
5.21 |
5.2 |
Vegetales
cocidos |
20 |
100.2 |
33.82 |
110.2 |
44.69 |
10.1 |
12.31 |
10.1 |
Diferencia
significativa (Prueba t de Student): * p<0,01; **
p<0,001 1: En el caso de las ensaladas, se utilizó
logaritmo
natural para el cálculo de los resultados, ya que las muestras no
tenían
distribución normal.
Fuente:
Elaboración
propia: 2018.
Se
analizó el grado de
asociación entre los pesos estimados por medio de fotografías digitales
y el
peso real de los alimentos. En la Tabla
3 se observa para la totalidad de los alimentos estudiados, un
coeficiente de
correlación de Pearson de 0.78, que varía desde 0.036 para vegetales
cocidos, hasta
0.84 para ensaladas. En el caso de 8 de
los 11 alimentos comparados, existió una asociación estadísticamente
significativa. No se encontró asociación entre ambos pesos para 3 de
los
alimentos.
Tabla
3
Grado de
asociación entre el peso real y el peso estimado
Preparación |
n |
Coeficiente
de correlación de Pearson |
Todas
las muestras |
261 |
0.780 * |
Arroz
cocido |
33 |
0.583 * |
Carnes
blancas |
20 |
0.549 * |
Carnes
rojas |
20 |
0.808 * |
Repostería
dulce |
20 |
0.615 * |
Repostería
salada |
20 |
0.732 * |
Ensaladas
de veg1 |
40 |
0.840 * |
Frijoles
cocido |
28 |
0.565 * |
Gallo
pinto |
20 |
0.315 NS |
Huevo
picado |
20 |
0.432 NS |
Plátano
maduro |
20 |
0.467 * |
Vegetales
cocidos |
20 |
0.036 NS |
1
Coeficiente
de
correlación de Spearman al no tener distribución normal
*
Significante p<0.05;
Fuente:
Elaboración
propia, 2018.
En
la Figura 3, se
presenta el análisis de Bland Altman realizado para la totalidad de los
alimentos. Como puede observarse, existe
una leve tendencia que a mayor tamaño de porción promedio, mayor es la
diferencia entre el peso real y el peso estimado. También se puede
observar que
la mayoría de los datos se encuentran entre el rango de menos 1
desviación
estándar del promedio, a más 1 desviación estándar del promedio. Además, el promedio del grupo está sobre el
cero, lo cual indica una sobreestimación de los datos.
En el caso de los frijoles, los huevos y las
ensaladas, se observa la misma tendencia: a mayor tamaño de porción, se
aumenta
la diferencia entre el peso real y el peso estimado. En el caso de los
demás
alimentos no se observó esta tendencia (datos no presentados).
Figura
3
Análisis
Altman-Bland para la totalidad de las
preparaciones de alimentos: diferencia entre peso estimado y peso real
contra
el promedio de ambos pesos N=261
Fuente:
Elaboración
propia, 2018.
5.
Discusión
Este
estudio encontró
que, para 6 de los 11 tipos de alimentos, el peso estimado de la
porción
presentada en una imagen digital no fue significativamente diferente
del peso
real y que ambos valores tenían un grado de asociación moderado y
significativa. Los alimentos preparados con varios ingredientes
mostraron más
diferencias entre el peso estimado y el peso real.
Es
probable que no se
pudiera estimar adecuadamente el peso de las porciones de ensalada,
vegetales
cocidos y gallo pinto porque cada grupo de alimentos incluyó una
variedad de
diferentes preparaciones y un reducido número de opciones para
seleccionar un
tamaño correspondiente en las fotografías estándar de Chinnock y Castro
Jirón
(2014). Por ejemplo, en el grupo de
ensaladas y vegetales cocidos, hay una gran variación en los tipos y
cantidades
de ingredientes utilizados y, a pesar de que la publicación de Chinnock
y
Castro Jirón (2014) incluye varias opciones, no son iguales a los
platillos
encontrados en el estudio. Lo mismo
ocurre con el gallo pinto, donde la proporción entre frijoles y arroz
puede
variar, así como la cantidad de caldo de frijol incluido en la
preparación. En el caso del huevo
picado, es común utilizar otros ingredientes para mejorar el sabor,
textura y
color, como leche. Esta práctica puede
haber afectado el resultado final del análisis del alimento, ya que se
cambia
la densidad de la preparación y, por ende, la relación entre el peso y
el
volumen. En cuanto a los frijoles, la cantidad de caldo en las
porciones
resultó muy importante. En las fotografías del manual de porciones
estándar se
utilizaron frijoles sin caldo (Chinnock y Castro Jirón, 2014), pero, en
la
mayoría de las fotografías digitales analizados, los frijoles sí tenían
caldo,
el cual se tomó en cuenta para la estimación de peso. La presencia o no
de
caldo en una porción de frijoles servidos en plato afecta en gran
medida la
relación entre el peso y el volumen.
Se
encontraron únicamente
3 estudios similares en la literatura, en los cuales se comparaban
estimaciones
de porciones de alimentos ilustrados en fotografías digitales con los
pesos
reales de diferentes alimentos el de Williamson et al. (2003),
el de
Lassen et al. (2010) y el de Lazarte et al. (2012). El grado de asociación entre el peso estimado
y el peso real en el presente estudio fue significativo para 8 de los
11 tipos
de alimentos y el coeficiente de correlación varió desde 0.04 hasta
0.84, con
un valor promedio de 0.78. En los tres
estudios semejantes se encontró un mayor grado de asociación. Williamson et al. (2003) reportaron un
coeficiente de correlación de 0.94 para la totalidad de los 453
alimentos del
estudio, con coeficientes de correlación desde 0.63 hasta 0.94 para las
6 categorías
de alimentos. Lazarte et al. (2012) encontraron coeficientes de
correlación entre 0.75 y 0.98 para las 10 categorías de alimentos.
Además, el
estudio de Lassen et al. (2010) reporta coeficientes de
correlación
entre 0.83 y 0.94 para las 5 categorías de alimentos, con un
coeficiente de
0.83 para la totalidad de los alimentos estudiados.
Aunque la metodología utilizada por Lassen et
al. (2010) y Lazarte et al. (2012) fue similar a la
empleada en el
presente estudio, no lo fue en el caso del artículo de Williamson et
al.
(2003). En este, las fotografías de los alimentos utilizados como
estándar para
realizar las estimaciones fueron tomadas de los mismos alimentos,
preparados y
pesados en el estudio y, por esta razón, se esperaría un mayor grado de
concordancia
entre ambos pesos.
Al
comparar los pesos
estimados con los pesos reales, el presente estudio determinó para 4 de
los 11
tipos de alimentos estudiados las diferencias fueron estadísticamente
significativas, con una diferencia promedio para todos los alimentos de
16.0 g
o 14.2 % del peso real. Williamson et
al. (2003) encontraron diferencias significativas entre ambos
valores para
4 de los 6 grupos de alimentos y la diferencia varió desde 1.0 g hasta
18.3 g
con una diferencia promedia de 5.9 g o 5.3 % del peso real. En el estudio de Lassen et al. (2010),
todos los 4 grupos de alimentos tuvieron diferencias significativas.
Lazarte et
al. (2012) reportaron diferencias significativas para 4 de las 10
categorías de alimentos estudiados, con valores desde 1 g hasta 13 g o
en
términos porcentuales, desde 1.6 % hasta 8.7 % del peso real.
Los
estudios de Lassen et
al. (2010) y Lazarte et al. (2012) reportan una tendencia a
subestimar el peso real del alimento y en el caso de Williamson et
al.
(2003), al igual que en la presente investigación, hay una tendencia a
sobreestimar el peso.
El
presente estudio
identificó, para todos los alimentos en conjunto, una tendencia de
aumento en
la diferencia entre el peso estimado y el peso real, a medida que
aumenta el tamaño
de la porción. Esto quiere decir que el grado de error en la estimación
del
tamaño de porción por medio de las imágenes digitales es proporcional
al tamaño
de la porción del alimento.
La
metodología de tomar
fotografías de alimentos para cuantificar su consumo ofrece varias
ventajas
tanto para la persona participante en el estudio como para quien
investiga. Varios estudios han reportado
que las personas aceptan usar esta metodología (Small et al.,
2009;
Matthiessen, Steinberg y Kaiser, 2011; Higgins et al., 2009) en
lugar de
registros (Higgins et al., 2009) o recordatorios de 24 horas
(Matthiessen et al., 2011).
Lazarte et al. (2012) reportaron que el tiempo necesario
para
fotografiar todos los tiempos de comida de un día no supera los 10
minutos.
Por
ser un método
aceptable y fácil de usar por parte de la población, puede lograr
reducir el
rechazo a participar en estudios dietéticos, algo esencial para
eliminar el
sesgo cuando el estudio consiste únicamente en personas muy motivadas. También, este método probablemente logra
reducir el error en los registros de consumo debido a cambios que las
personas
realizan en su alimentación por lo tedioso que podría resultar pesar o
escribir
todo lo consumido. Además, registrar el
consumo de alimentos fuera de la casa como en restaurantes, es mucho
más fácil
con fotografías. También esta herramienta permite realizar estudios
durante
periodos más largos, como se demostró en el estudio de Lassen et al.
(2010), donde 28 personas tomaron fotografías de la cena todos los días
entre
semana durante 3 semanas y reportaron su satisfacción con el proceso. Finalmente, es preferible para quien
investiga poder estimar el peso del alimento desde su oficina o
laboratorio que
en un servicio de alimentación.
Un
aspecto importante en
el diseño del presente estudio es la utilización de alimentos comprados
en una
variedad de lugares comerciales del distrito de San Pedro de Montes de
Oca.
Utilizar platos de comida comprados en diferentes comercios introduce
más
variación en la composición de las preparaciones de alimentos y así
brinda
resultados más relevantes para estudios en población libre. Lazarte et al. (2012) también
mencionaron como ventaja que su estudio se realizó en la población
general y no
en un servicio de alimentación donde existe menos variación en los
platos
ofrecidos.
Este
estudio señala una
limitación importante en el uso de fotografías digitales para estimar
la
cantidad de alimentos consumidos; no funciona para preparaciones de
alimentos
cuya forma de preparación, o sea cantidades y tipos de ingredientes,
puede
variar de un lugar a otra. Otro aspecto
que no podemos conocer con los resultados de este estudio es como
funcionaría
en una encuesta de consumo donde las personas deben tomar las
fotografías, o si
la variación interobservador es importante en la interpretación de los
resultados. Y relacionado con el manual de referencia usado para
estimar las
porciones, sería importante conocer si el número de porciones de un
mismo
alimento ilustrado en el manual de referencia o si las imágenes de la
fotografía y del manual de referencia fueron usados en tamaño real
durante el
proceso de estimación del peso, pues estos factores modificarían los
resultados. Son temas para futuras investigaciones.
6. Conclusión
y recomendación
Este
estudio encontró
para 6 de los 11 tipos de alimentos que el peso estimado de la porción
presentada en una imagen digital no fue significativamente diferente
del peso
real y que ambos valores tenían un grado de asociación moderada y
significativa.
En el caso de los alimentos preparados con varios ingredientes, se
encontraron
diferencias significativas entre el peso estimado y el peso real. Se
requiere
más investigación para tratar de obtener mejores resultados en el caso
de
preparaciones con varios ingredientes y evaluar su aplicación en
poblaciones,
antes de poder recomendar su uso en encuestas dietéticas en individuos
y
grupos.
7.
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