Revista
Población y Salud en
Mesoamérica
Volumen
18, número 1 |
julio-diciembre 2020
DOI:
https://doi.org/10.15517/psm.v18i1.40816
Efectividad
del modelo Póngale vida para la
prevención de la obesidad infantil en escolares del cantón de La Unión,
Costa
Rica
Effectiveness
of
the Póngale Vida Model
for the prevention
of childhood obesity in schoolchildren,
La Union County, Costa Rica
Xinia
Fernández Rojas[1]1,
Deidamia Blanco Hernández2, Marianela Zúñiga Escobar3,
Gabriela Masis Carazo4, Azálea María Barrantes Montoya5.
Resumen: Introducción: En Costa
Rica, la prevalencia de obesidad infantil ha tenido un aumento
considerable en los últimos años, por lo que es una prioridad para la
salud
pública. El
objetivo del análisis es evaluar la
efectividad del modelo Póngale Vida mediante las variables
antropométricas,
bioquímicas, preferencias alimentarias y de actividad física de las
personas
escolares. El modelo Póngale Vida
busca promover estilos de vida saludables y prevenir la obesidad
infantil en
escolares de escuelas primarias públicas. Las estrategias se basan en
el modelo
ecológico e incluyen educación alimentaria y actividad física en
diferentes
escenarios (aula, la escuela, la familia y la comunidad) que podrían
influenciar el comportamiento de las personas escolares. Metodología:
En
el 2009, se evaluaron 482 escolares, divididos en una escuela
intervenida
(N=255) y una escuela control (N=173), sin embargo, la muestra final
fue de 287
escolares (n=255 y n=173 respectivamente). Se les evaluó el IMC,
pliegue
tricipital, perfil lipídico y se aplicó una entrevista al inicio y
final de un
periodo de 7 meses. Resultados: Hubo una disminución en la
escuela intervenida en la
media del puntaje Z del IMC/edad (Inicial= 0.54, Final= 0.48) contrario
a la
escuela control, la cual aumentó (Inicial=0.70, Final=0.85), pese a que
la
disminución en la primera no fue significativa, la diferencia en la
medición
final entre la escuela intervenida y control sí fue significativa
(P=0.008). En
los indicadores bioquímicos, todos muestran niños y niñas, en ambas
escuelas,
con valores considerados altos que merecen seguimiento posterior.
Conclusión:
La intervención
permite modificar tendencias, por lo cual la escuela sigue siendo un
escenario
adecuado para la prevención de obesidad infantil, en este caso, Póngale Vida representa una opción para
contribuir a cambios de corto y mediano plazo.
Palabras
clave: sobrepeso,
obesidad infantil, escolares, prevención,
actividad física, alimentación saludable, apoyo didáctico
Abstract: Introduction: The
prevalence of childhood obesity in Costa Rica has been growing in the
last
decade. This problem is now a public health priority. The
objective of the
analysis is to evaluate the effectiveness of the Pongale
Vida Model, through the anthropometric and biochemical variables, food and physical activities preferences, of
children. The Póngale Vida Model look for promote healthy
lifestyles and prevent childhood obesity in school children from public
schools. These strategies are based on an ecological model which
includes
nutrition education and physical activity in the scenarios that are
considered
may influence behaviors in children such as the classroom, school, family and community. Methodology: In 2009,
initially 482
children, were evaluated, divided in one intervened school (n=255) and
one
control school (n=173), and a final sample of 287 schoolchildren (n=255
and
n=173 respectively), were evaluated for BMI, triceps skinfold and lipid
profile, as well as one interview was administered at baseline and
after a 7
month period. Results: There was
a decrease in the intervened school in
the mean Z score of BMI/age (Initial=0.54, Final=0.48) contrary to the
control
school, which increased (Initial=0.70, Final=0.85), despite the
decrease in the
first it was not significant, the difference in the final measurement
between
the operated and control school was significant (P=0.008). The
biochemical indicators showed
high values in both schools which suggest the need of further follow up. Conclusion: The
intervention allows to
modify trends, for which the school
environment continues to be a suitable scenario for the prevention of
childhood
obesity, Pongale
Vida represents an option to contribute
to changes in the short and medium term.
Keywords: overweight, childhood obesity,
school age children, prevention, physical activity, nutrition
education,
didactic material
Recibido: 23
Feb 2020 | Corregido; 25
Mayo 2020, | Aceptado 3 junio 2020
1.
Introducción
Costa
Rica no escapa a la epidemia de obesidad infantil que, como tal, debe
tratarse
como un problema de salud pública. Para la Encuesta Nacional de
Nutrición en
2008, se encontró una prevalencia del exceso de peso de 21.4 % en la población entre los 5-12 años (Ministerio de
Salud, 2009), ya
entonces presentaba un incremento alarmante con relación a la Encuesta
de 1996,
cuya prevalencia fue de 14.9 % (Ministerio de Salud, 1996). Aún más
preocupante
fueron los datos revelados por el Censo Escolar Peso y Talla del 2016,
que
mostraban una prevalencia en esta población de un 34 % (Ministerio de
Salud y
Educación 2017). Otros estudios habían encontrado resultados
similares, si bien no a nivel nacional. Una de estas investigaciones,
en el
2003, estudió a 1718 estudiantes de 34 escuelas diferentes de San José.
Se
identificó que un 34 % presentaba sobrepeso (Núñez, Monge, León y Roselló, 2003;
Herrera et al, 2019), lo cual también nos habla de que las prevalencias
tienen
un componente geográfico.
En respuesta a las nuevas
preocupaciones con respecto a la obesidad infantil, el Ministerio de
Salud
Pública de Costa Rica estableció en la Política Nacional para la
Seguridad
Alimentaria y Nutricional 2011-2021, lineamientos como la promoción de
hábitos
y estilos de vida saludables que permitan mejorar la salud y nutrición
de la
población, a través de la estrategia de coordinación interinstitucional
para la
aplicación de los contenidos de alimentación y nutrición, así como
actividad
física en los programas de estudio de preescolar, primaria y secundaria
(Ministerio de Salud, 2011), entre otras estrategias desarrolladas
actualmente.
Estas políticas llevan al fortalecimiento de la atención integral del
sobrepeso
y la obesidad a nivel interinstitucional e intersectorial, con la
regulación en
el consumo de comida no saludable en centros educativos, centros de
grupos
específicos y otros servicios de alimentación, como una de las
estrategias
(Ministerio de Salud, 2011). Estas propuestas son a largo plazo y
requieren de
estudios que examinen los determinantes específicos de estos problemas
de salud
e implementar y evaluar la efectividad de intervenciones en nutrición
con el
fin de promover estilos de vida saludables.
El
conjunto de estrategias denominada Póngale
Vida fue desarrollado por la Escuela de
Nutrición de la Universidad de Costa Rica como respuesta a las
necesidades
nacionales con el objetivo de promover estilos de vida saludables y
prevenir la
obesidad infantil, mediante estrategias basadas en el modelo ecológico,
el cual
incluye los diferentes escenarios o ambientes a los que están expuestos
los
niños y las niñas
Durante
el año 2009, se desarrolló el proyecto demostrativo en una escuela caso
y una
escuela control, en escolares de primero, segundo y tercer grado de
escuelas
primarias públicas del cantón de la Unión, Cartago. El
objetivo del presente artículo científico es evaluar la efectividad de
la
implementación del proyecto demostrativo de Póngale Vida,
mediante las variables antropométricas y bioquímicas, así como
preferencias
alimentarias y de actividad física, de los niños y las niñas, antes y
después
de la intervención en centros educativos, como insumo para
intervenciones
futuras basadas en la evidencia en el ambiente escolar. Este
proyecto formó parte de los
proyectos RLA 6052 y RLA 6059 y recibió apoyo parcial de la Agencia
Internacional de Energía Atómica y de la Universidad de Costa Rica a
través de
los proyectos 450-A4-332 y ED-2427. Recibió adicionalmente apoyo
financiero
para la producción de materiales de apoyo didáctico de parte de la
Fundación
Inciensa, Costa Rica.
2.
Referente teórico
La
obesidad y el
sobrepeso se ubican como la quinta causa de riesgo de mortalidad a
nivel
global. Además, la diabetes mellitus, la enfermedad isquémica del
corazón y
ciertos cánceres están asociados al exceso de peso (World
Health Organization,
2009; Maury, Rodríguez, Parra y García, 2019).
Las
estimaciones de la
Organización Mundial de la Salud (OMS) para el año 2010 informan que
alrededor
de 43 millones de niñas y niños menores de 5 años presentaron sobrepeso. A pesar de las estimaciones, se sugiere que
la prevalencia es mayor en los países en vías de desarrollo
(Organización
Mundial de la Salud, 2016). Lo anterior, nos habla del paradigma de la
obesidad
en la pobreza, el cual se pueda asociar a los cambios genotípicos de la
población (Bhurosy y Jeewon,
2014).
Los cambios en el estado
nutricional de la población han sido definidos por epidemiólogos a
nivel
mundial como la “transición nutricional”. Esta transición ocurre cuando
la
población modifica sus patrones dietarios que incrementan el riesgo de
obesidad
y enfermedades crónicas relacionadas. Se cree que esta transición es
producida
por cambios demográficos, el incremento en el uso de tecnología
relacionado con
la disminución de la actividad física, urbanización y cambios en la
producción
y mercadeo de alimentos (Organización
Mundial de la Salud, 2016). Durante la evolución humana, la demanda
básica era
la búsqueda de alimentos, pues eran escasos y para ello se requería de
una
inversión significativa de energía. Este condicionante ambiental
determinó un
genotipo que se caracterizó por favorecer el almacenamiento de energía
en forma
de tejido adiposo. Este genotipo, sin embargo, ha sido adaptado de
forma
inadecuada en la sociedad actual, pues existe una demanda menor de
energía
física y un influjo constante de recursos alimenticios, sobre todo
aquellos que
se denominan comidas rápidas, bebidas azucaradas y snacks de
innumerables tipos
(Pollitt, Rose y Kaufman, 2005; Sellayah,
Cagampang y Cox, 2014).
Dado
que el componente genético de los niños y las niñas no puede ser
alterado, el
foco principal para el manejo y la prevención de la obesidad es la
modificación
del ambiente, siendo los factores más relevantes la dieta y el nivel de
actividad física (Daniels et al., 2005; Campos, Momi,
Granados, Zamora y Capitán, 2019). Según el Ministerio
de Educación Pública y el Ministerio de Salud (Arce y Claramunt, 2009),
el
ambiente escolar es un factor clave para promover la actividad física,
por lo
tanto, las pausas activas, así denominadas por el Ministerio de
Educación,
deben ser parte del planeamiento diario.
En
el caso de las niñas y los niños en edad escolar, la prevención exitosa
involucra el mantenimiento del estado de normalidad a lo largo de su
desarrollo. La escuela, por lo tanto, es el escenario más importante
para los
programas de intervención ya que pasan gran parte del día en la
escuela.
Además, la institución educativa representa un vínculo estrecho con
familias y
organizaciones comunitarias. De forma paradójica, sin embargo, el
programa curricular
de las escuelas enfatiza en las materias académicas y da baja o ninguna
prioridad a las actividades relacionadas con la promoción de la
alimentación
saludable y la actividad física (Bhurosy y Jeewon, 2014).
3.
Metodología
El
tipo de enfoque de la
investigación es cuantitativo, con un diseño experimental con
prueba-posprueba
y un grupo control, se realiza un análisis descriptivo del
comportamiento de
las variables en los grupos dentro del estudio.
El
estudio se desarrolló en el año escolar 2009. Se
contó con una escuela intervenida y una escuela control, ambas ubicadas
en el
cantón de la Unión de Cartago y características sociodemográficas y
económicas
similares. Las escuelas participantes pertenecen al mismo circuito
educativo y
comparten características sociales, económicas y geográficas.
Se
seleccionó la población total de los niños y las
niñas de primero, segundo y tercer grado como población de estudio, por
lo que
la edad promedio estuvo entre los 7.53 y 8.14 años durante el periodo,
en la
Tabla 1 se pueden observar las edades para cada escuela, donde no se
identifica
alguna diferencia a considerar. Se seleccionaron los escolares en dicho
rango
de edad pues se considera que es una etapa donde el modelaje de
conductas es
más favorable.
Para
la evaluación de estudiantes se realizó
previamente un consentimiento informado donde padres, madres o personas
encargadas autorizaban la participación de las personas escolares. El proyecto fue aprobado por el Comité Ético
Científico de la Universidad de Costa Rica en su sesión 72
(VI-4121-CEC-90-04).
En
la primera medición se tuvo un total de 482
escolares participantes (255 en la escuela intervenida y 227 en la
escuela
control, puede verse en la Tabla 1). Mientras que para la segunda
medición se
tuvo una pérdida de participantes cercana al 40 %, es decir se recopiló
información de 287 escolares (114 en la escuela intervenida y 173 en la
escuela
control). Nótese, además, que existe mucha diferencia entre la pérdida
de casos
entre la escuela intervenida y la escuela control. La pérdida de los
casos
estuvo asociada a la problemática mundial durante el periodo del
estudio con
relación a la fiebre porcina y el riesgo percibido al realizarse tomas
de
muestras de sangre. Además, en la escuela intervenida se identificó
mayor
ausentismo y cambio domiciliar, probablemente, asociado a condiciones
socioeconómicas fuera del alcance del estudio.
Tabla
1
Características
generales de las personas escolares en
la escuela intervenida y en la escuela control, La Unión, Cartago,
Costa Rica
2009
Característica |
Intervenida |
Control |
|||||
Inicial |
Final |
Porcentaje
casos perdidos (%) |
Inicial |
Final |
Porcentaje
casos perdidos (%) |
||
Estudiantes |
255 |
114 |
55.0 |
227 |
173 |
23.8 |
|
Sexo |
Niñas |
111
(43.5) |
52 |
53.0 |
102
(47.8) |
84
(48.5) |
17.6 |
(%) |
(45.6) |
||||||
Niños |
144
(56.5) |
62 |
57.0 |
125
(52.2) |
89
(51.5) |
29.0 |
|
(%) |
(54.3) |
||||||
Edad
promedio |
7.53
(1.06) |
8.14
(0.96) |
- |
7.72
(1.05) |
8.13
(1.02) |
- |
|
(DE) |
Fuente:
Elaboración propia, 2009
La
intervención se
realizó durante un periodo estimado de marzo a noviembre 2009 con las
interrupciones oficiales del calendario escolar. El tiempo efectivo de
intervención fue de 7 meses. Para la implementación
de las estrategias del Modelo Póngale Vida, las
personas docentes
fueron capacitadas previo al inicio de la intervención y recibieron
monitoreo
durante su ejecución. Las estrategias implementadas en la escuela
intervenida
fueron las siguientes.
Para
este escenario se desarrollaron principalmente
dos estrategias: 1) se dotó con material de apoyo didáctico para la
inclusión
transversal de los temas de alimentación saludable y promoción de la
actividad
física dentro de la ejecución de las materias académicas y 2) se
realizaron 15
minutos de actividad física en el aula al día.
Los
materiales de apoyo didáctico incluían hojas de
trabajo individuales para cada niño que podrían ser usadas en las
materias de
matemáticas, ciencias, estudios sociales y español. Las hojas de
trabajo
permiten al docente incluir los contenidos de alimentación saludable y
actividad física de una manera sencilla, mientras desarrolla los
contenidos de
su currículo académico, ya que estaban diseñadas acorde a los
contenidos de
este.
Cada
aula recibió el calendario de estacionalidad
para la producción de frutas y vegetales de forma que el niño y la niña
tuvieran siempre el vegetal y la fruta del mes. Se dotó a cada escuela
de una
pizarra didáctica magnética para trabajar el tema de proporcionalidad
del plato
servido, al mismo tiempo que permitía el desarrollo de otros temas de
ciencias
o estudios sociales. Por nivel, se entregó el proyecto denominado
Pulpería
Didáctica, que consistió en una simulación de lo que acontece en un
expendio de
alimentos, donde podrán aprender de ellos, de su producción, de su
presentación, de su volumen, de su peso, de su costo, entre otros, al
mismo
tiempo que integra contenidos curriculares de matemática, ciencias y
estudios
sociales.
Por
otro lado, para los 15 min activos en el aula, se
proveyó de material multimedia adicional a la capacitación para su
planeamiento, contenía juegos activos, los cuales podrían ser
realizados en
cualquier momento del día y sin necesidad de materiales adicionales.
Se
organizaron recreos activos. Estos se coordinaron
para realizarse de forma semanal en el recreo con duración de 20
minutos, con
el propósito de estimular al juego programado y colaborativo. El equipo
de
apoyo de la universidad se trasladaba semanalmente a jugar con los
escolares en
cada recreo semanal. Se diseñó material multimedia que incluía juegos
predeportivos, tradicionales, en grupo, etc. Dicho material incluía
además
contenidos sobre desarrollo de autoestima y trabajo en equipo.
Se
dio asesoría al personal del comedor escolar y el
quiosco o soda escolar a fin de mantener un adecuado suministro de
alimentos.
Se
realizaron 4 domingos familiares, los cuales
consistían en espacios lúdicos, creativos donde se promovía la
alimentación
saludable y el disfrute de la práctica de la actividad física, en un
ambiente
de la comunidad donde las familias, de forma gratuita, podrían pasar un
domingo
activo. Los domingos familiares fueron posibles a través del trabajo
coordinado
con organizaciones y líderes comunitarios.
Cada
niño y niña autorizados a participar fue
evaluado al inicio y al final del programa de intervención, a través de
la
evaluación de las siguientes variables.
Las
mediciones recolectadas fueron peso, talla y el
pliegue cutáneo tricipital. El
peso de las personas escolares fue medido
en su uniforme habitual sin zapatos
utilizando una balanza electrónica calibrada Tanita
Solar.
La
talla
se midió
de
pie y sin zapatos mediante
un estadiómetro Leicester con un
rango de medida de 0-2,00
metros con 1 mm de graduación.
Posteriormente se calculó el IMC. Además,
tomaron medidas del pliegue cutáneo tricipital usando un Caliper Holtan LTD.
CRYMYCH U.K, como
una medida aproximada de grasa
corporal.
Se
tomaron muestras de sangre venosa posterior a un
ayuno de 16 horas para la determinación de colesterol total,
triglicéridos, HDL
colesterol, LDL colesterol, VLDL colesterol y la relación HDL/
Colesterol
total. Los lípidos fueron medidos por medio de una técnica enzimática
con un
analizador automático en el equipo Targa
BT 3000 y
reactivos de la casa Wiener. La LDL fue calculada.
Se
aplicó una entrevista individual para la
identificación de preferencias de consumo de alimentos, práctica de
actividad
física en la escuela, participación en actividades deportivas
extracurriculares, etc. Esta entrevista fue validada a través de los
proyectos
RLA 6052 de la Agencia Internacional de Energía Atómica de la cual se
formó
parte.
El
análisis realizado para las variables definidas
fue del tipo descriptivo. Para evaluar el estado nutricional de los
niños y las
niñas, se utilizó el puntaje Z de IMC/E (Kg/m2), con el
software Anthro Plus de la OMS, empleando
el peso, talla, sexo y
edad recolectado. El pliegue cutáneo se presenta como una variable
continua.
Las variables bioquímicas se analizaron como variables continuas,
enfatizando
en el cambio observado entre las dos mediciones. Las preferencias se
describen
como porcentajes de ocurrencia.
Todas
las variables continuas se reportan como medias
y desviación. Posteriormente se analizó
mediante pruebas de T pareadas para evaluar el cambio al interno de
cada
escuela y una prueba de T para muestras independientes para comparar
los
resultados entre escuelas. Además, un análisis de regresión lineal para
identificar las variables que mejor explican la variabilidad del IMC.
Todas las
pruebas se realizaron usando SPSS Versión 17. Los valores de p
reportados son
de dos colas. Se aceptó una diferencia como significativo un p<0.05.
4.
Resultados y Discusión
Los
niños y las niñas en la escuela intervenida
presentan valores similares de peso, talla e IMC al inicio de la
intervención
(Ver material complementario). No obstante, al final hubo un incremento
significativo
en peso, talla, IMC y pliegue tricipital en las niñas; sin embargo, su
puntaje
Z del IMC no cambió significativamente, lo cual podría indicar que se
dio
crecimiento y un mantenimiento de su estado nutricional.
Por
su parte los niños cambiaron significativamente
el peso, talla, IMC, pliegue tricipital y el puntaje Z del IMC, lo cual
habla
de un cambio hacia el nivel superior de la puntuación del IMC. No
obstante, la
media del puntaje z del IMC para ambos se mantiene en el nivel de
normalidad
(Puntaje Z -2 a 1), aunque con desviaciones estándar que hablan de
escolares
que se mantienen con sobrepeso (Puntaje Z 1-2), principalmente del sexo
masculino.
En
cuanto a los indicadores bioquímicos para ambos
sexos los valores observados de colesterol, triglicéridos y LDL, se
encuentran
en los niveles considerados como limítrofes, lo cual habla de la
importancia de
mantener un monitoreo constante en la salud de las personas escolares.
El nivel
del HDL se encuentra en el rango deseable y no hay diferencias por
sexo.
Al
final de la intervención no hubo cambios
significativos en ninguno de los indicadores bioquímicos. Los
resultados
obtenidos se comparan con los reportados por Sallis,
Prochaska,
y Taylor, 2000;
Caballero, et al,
2003 y Plachta, et al, 2007, en
cuyos estudios
encontraron incrementos en el IMC posterior a intervenciones en
actividad
física y alimentación saludable que duraron 2 años como mínimo. Por
otro lado, Kain et al (2008 y
2009) reportaron reducciones en
el sobrepeso, pero no en la obesidad después de 5 meses y 2 años de
intervención respectivamente.
En
general, estudios como Pathways
de Caballero et al 2003, con 3 años de duración en niños
indígenas
americanos resultó en cambios en los conocimientos y las practicas, no
así en
el porcentaje de grasa corporal. Además, justifica que, al ser las
intervenciones preventivas generalizadas a todos los niños y las niñas,
sin
focalización en reducciones de la ingesta energética, no es posible
esperar una
reducción del sobrepeso y menos de la obesidad. Por su parte el estudio
KOPS de
Plachta et al 2007, que duró 4 años
en Kiel,
Alemania, tampoco logró ver cambios en el IMC.
Las
niñas y los niños en la escuela control presentan
valores diferentes para peso, e IMC al inicio de la intervención,
siendo
mayores en los niños. No obstante, al final hubo un incremento
significativo en
peso, talla, IMC y pliegue tricipital en ambos grupos; sin embargo, el
puntaje
Z del IMC no cambio significativamente, lo cual indica que se dio
crecimiento y
mantenimiento de su estado nutricional.
Por
su parte los niños cambiaron significativamente
el peso, talla, IMC, pliegue tricipital.
No obstante, la media del puntaje Z del IMC para ambos se
mantiene en el
nivel de normalidad (Puntaje Z -2 a 1), pero con desviaciones estándar
que
hablan de escolares que se mantienen con sobrepeso (Puntaje Z 1-2),
principalmente del sexo femenino. Los niños presentaron desviaciones
del
puntaje Z del IMC que informan de niños con sobrepeso que no cambiaron
su
situación al final del año escolar.
En
cuanto a los indicadores bioquímicos para ambos
sexos los valores observados de colesterol, triglicéridos y LDL se
encuentran
en los niveles considerados como limítrofes, pero con desviaciones
estándar que
informan de la presencia de niños y niñas con valores altos. Esto habla
de la
importancia de mantener un monitoreo constante en la salud de las
personas
escolares. El nivel del HDL se encuentra en el rango deseable y no hay
diferencias por sexo.
1Al
final de la intervención las niñas redujeron de
forma significativa el HDL lo cual no es deseable, y los niños
incrementaron en
forma significativa el colesterol total y el LDL ambos indicadores que
hablan
de riesgos para la salud estos escolares.
La
Tabla 2 muestra los cambios entre escuelas. Al
inicio se observó una diferencia significativa para el IMC y el pliegue
tricipital en la escuela control. El puntaje Z cuentan con desviaciones
estándar que muestran en ambas escuelas la presencia de casos de
sobrepeso
(Puntaje Z 1-2) principalmente.
Tabla 2.
Cambios en las
variables
antropométricas y bioquímicas según escuela intervenida y control, La
Unión,
Cartago, Costa Rica 2009
Variable |
Medición Inicial |
Medición Final |
||||||||
Media (DE) |
Dif.Medias * |
Media (DE) |
Dif. Medias* |
|||||||
Intervenida |
Control |
(IC 95%) |
p |
Intervenida |
Control |
(IC 95%) |
p |
|||
Antropometría |
||||||||||
Peso (Kg) |
27.08 (6.29) |
27.93 (6.70) |
-0.85 (-2.03 a 0.32) |
0.15 |
28.99 (7.26) |
29.71 (7.0) |
-0.73(-2.37 a 0.94) |
0.39 |
||
Talla (m) |
1.25(0.07) |
1.25(0.07) |
-0.001(-0.01 a 0.01) |
0.77 |
1.28(0.08) |
1.27(0.07) |
0.01(-0.00 a 0.02) |
0.26 |
||
IMC (Kg/m2) |
17.01(2.57) |
17.50(2.83) |
-0.48(-0.97 a 0.00) |
0.05 |
17.24(2.65) |
18.01(2.90) |
-0.77(-1.43 a -0.12) |
0.02 |
||
Z Score IMC |
0.54 (1.11) |
0.70 (1.19) |
-0.15(-0.37 a 0.05) |
0.14 |
0.48 (1.14) |
0.85 (1.16) |
-0.36(-0.09 a -063) |
0.008 |
||
Pliegue tricipital |
12.89 (4.53) |
14.65 (5.73) |
-1.75(-2.69 a -0.82) |
0.000 |
15.55 (6.46) |
16.51 (6.15) |
-0.96(-2.41 a 0.49) |
0.19 |
||
Indicadores Bioquímicos |
||||||||||
Colesterol total (mg/dL) |
171.85(26.83) |
173.13(27.3) |
-1.28(-7.49 a -4.92) |
0.68 |
173.25(24.31) |
175.32(25.43) |
-2.08 (-8.14 a 3.98) |
0.50 |
||
Triglicéridos (mg/dL) |
98.10 (44.35) |
96.86(38.02) |
1.24(-8.07 a 10.56) |
0.79 |
101.98 (41.62) |
96.61 (40.09) |
5.37 (-4.50 a 15.25) |
0.28 |
||
HDL Colesterol (mg/dL) |
51.66 (11.14) |
51.36 (11.75 |
0.82 (-2.33 a 2.93) |
0.82 |
51.85 (10.31) |
52.32 (15.25) |
-0.47 (-3.47 a 2.80) |
0.77 |
||
LDL Colesterol (mg/dL) |
100.58 (24.8) |
102.41 (23.07) |
-1.83 (-7.28 a 3.60) |
0.50 |
100.97 (23.27) |
104.71 (23.32) |
-3.74 (-9.39 a 1.91) |
0.19 |
||
VLDL Colesterol (mg/dL) |
19.5 (8.888) |
19.39 (7.57) |
0.10(-1.75 a 1.97) |
0.87 |
20.42 (8.31) |
19.73 (8.39) |
0.69(-1.33 a 2.72) |
0.50 |
||
HDL/ Colesterol Total |
3.01 (0.87) |
3.10 (0.86) |
-0.09(-0.29 a 0.10) |
0.36 |
2.98 (0.91) |
2.98 (0.91) |
-0.43(1.01 a 0.15) |
0.14 |
||
*Verificado Test de Igualdad
de Varianzas.
Fuente:
Elaboración propia, 2009
Al final de la intervención se
observan diferencias significativas en el IMC y el puntaje Z del IMC,
son
superiores en la escuela control y hablan de una desviación del Puntaje
Z del
IMC, que informa que aparecieron casos de obesidad (Puntaje Z > 2)
en la escuela
control. Los casos son predominantemente del sexo masculino como se
observa en
la Figura 1.
Figura
1
Distribución
por Percentiles del
Puntaje Z de IMC, Escuela Control y por sexo
Población
total (n=173)
Niñas
(n=84)
Niños
(n=89)
Fuente: Elaboración propia, 2009
Por su parte, la escuela
intervenida muestra una reducción de 0.54 a
0.48 en la media del puntaje Z
con respecto al inicio, lo que podría deberse a la disminución del
IMC/E de
algunos estudiantes, particularmente, niñas con respecto a la medición
inicial.
Dicha reducción no fue significativa como para pasar de una condición
nutricional a otra, pero si muestra una tendencia de cambio. Las
distribuciones
por percentiles del puntaje Z se presentan en la Figura 2.
Figura 2
Distribución
por percentiles del
puntaje Z de IMC, escuela intervenida y por sexo
Población total (n=114)
Niñas (n=52)
Niños (n=62)
Fuente:
Elaboración propia, 2009
En
relación con los indicadores
bioquímicos, no se observaron diferencias significativas entre
escuelas, ni al
inicio ni al final. No obstante, las desviaciones de todos los
indicadores
muestran la presencia de niños y niñas en ambas escuelas con valores
considerados altos que merecen seguimiento posterior.
Si bien, existe alguna tendencia a que las intervenciones
de corta duración no son exitosas, los resultados de Kain
(2008) en Chile y ahora los del Modelo Póngale
Vida llaman la atención a que no necesariamente el periodo es
determinante en el cambio del IMC, pero se apunta a la transformación
de
hábitos y conductas mediante transformaciones del entorno y mejora en
los
conocimientos (Summerbell et al., 2005;
Maury et al.,
2019), lo que significa que los cambios o impacto, de mantenerse la
intervención, se verían a largo plazo. Sin embargo, aunque no se logra
el
cambio en los indicadores según lo esperado, se pudo apreciar la
movilización
de la curva normal hacia la izquierda entre la figura 1 y la figura 2,
cuando
inicialmente se encontraba más desplazada a la derecha.
La Tabla 3 ofrece información
sobre algunas prácticas y preferencias alimentarias de los niños y las
niñas.
Se describe el hecho de que existe al menos un 26.5 % de niños en la
escuela
intervenida que al final del periodo no desayunan lo cual es mayor que
en la
escuela control.
Tabla 3
Preferencias alimentarias
observadas según escuela, La Unión, Cartago, Costa Rica. 2009
Conducta |
Intervenida |
Control |
||
Inicial
(%) |
Final
(%) |
Inicial
(%) |
Final
(%) |
|
Desayunan
antes de ir a la escuela |
87.5 |
73.5 |
90.6 |
84.6 |
Llevan
merienda a la escuela |
91.3 |
80.5 |
86.5 |
79.1 |
Llevan
dinero para comprar alimentos |
39.2 |
43.4 |
47.1 |
44.0 |
Almuerzan
antes de ir a la escuela |
96.6 |
95.6 |
98.1 |
94.5 |
Les
gusta comer vegetales diariamente |
90.5 |
89.4 |
91.3 |
91.8 |
Les
gusta comer frutas diariamente |
97.7 |
99.1 |
97.1 |
97.8 |
Les
gusta tomar leche diariamente |
94.3 |
88.5 |
94.7 |
90.1 |
Les
gusta tomar agua diariamente |
90.9 |
89.4 |
93.7 |
91.8 |
Prefieren
galletas a snacks de bolsa |
73.0 |
74.3 |
81.3 |
83.0 |
Fuente:
Elaboración propia, 2009
Hubo, además, una reducción de 10 % de niñas y niños que
llevan merienda en la escuela intervenida, pero un incremento de 4.2 %
niños y
niñas que llevan dinero para comprar en la soda. Las preferencias por
frutas,
vegetales, leche o agua se mantuvieron. Un 1.3 % reportó haber cambiado
su
preferencia de los snacks de bolsita por galletas. Sin embargo, es
importante
destacar que el comprar alimentos en la soda es una práctica de no más
del 40 %
de los niños.
En la escuela control el porcentaje de niños que no
desayunan al final del periodo fue de 15.4 %, 21 % no llevan merienda y
un 5.5
% llegan a la escuela sin almorzar. En oposición, los niños de la
escuela
control aumentaron su preferencia por snacks de bolsita en 2.7 % en
lugar de
galletas.
Otro aspecto por considerar es el impacto de estas
intervenciones por diferencias de sexo, ya sea por el desarrollo de
cada uno o
por circunstancias psicosociales, lo cual indica la importancia de
diseñar las
acciones considerando las diferencias entre niños y niñas. En cuanto a
la edad,
se indica que las intervenciones en niñas y niños entre los 8 y 10 años
han
sido las menos efectivas (Doak, Visscher,
Renders y Seidell, 2006; Herrera et al
2019).
A su vez, para establecer el cambio de los casos con
obesidad, sigue siendo recomendado el seguimiento individual o grupal
dirigido
(Plachta, et al 2007, World Health
Organization, 2004). Además, evaluar el perfil lipídico en los niños y
las niñas para diagnosticar tempranamente los incrementos en los
indicadores
bioquímicos, así como para valorar el estado nutricional de manera más
integral.
En relación con las preferencias de actividad física, la
Tabla 4 muestra que en general cerca del 40 % de las niñas y los niños
de ambas
escuelas reportan no tener espacios para jugar en sus casas y, aunque
de forma
generalizada los niños y las niñas muestran una preferencia natural por
los
juegos activos y el deporte, solamente cerca del 20% participan de
actividades
deportivas fuera de la escuela.
Tabla 4
Preferencias
de actividad física observadas según
escuela,
La Unión, Cartago, Costa Rica 2009
Conducta |
Intervenida |
Control |
||
Inicial
(%) |
Final
(%) |
Inicial
(%) |
Final
(%) |
|
Escolares
que caminan a la escuela |
56.7 |
49.6 |
50.0 |
49.7 |
Juegan
dentro de la casa |
62.4 |
60.2 |
80.2 |
76.2 |
Tienen
espacio en casa para jugar |
56.3 |
58.4 |
60.9 |
66.5 |
Reciben
clases de algún deporte |
18.9 |
23.0 |
22.1 |
24.7 |
Juegan
juegos electrónicos |
64.2 |
57.5 |
61.0 |
60.6 |
Les
gusta correr y brincar |
96.2 |
97.4 |
95.2 |
96.1 |
Les
gusta practicar algún deporte |
97.3 |
98.2 |
92.8 |
96.2 |
Jugar
con amigos juegos activos |
64.3 |
69.9 |
62.5 |
65.4 |
Realizan
actividad física el sábado |
44.1 |
46.0 |
42.3 |
51.6 |
Ver
TV es la actividad principal del sábado |
8.4 |
4.4 |
4.8 |
5.5 |
Realizan
actividad física el domingo |
25.1 |
13.3 |
29.8 |
31.7 |
Fuente:
Elaboración propia, 2009
En el caso de juegos electrónicos, los niños y las niñas de
la escuela intervenida reportaron una reducción de 6 % en su
preferencia por
estos juegos, mientras que en la escuela control se mantuvo sin cambio.
En ambas escuelas se observó un incremento en el número de
niños
que asistía a clases de algún deporte y que realizan actividad física
el
sábado. Sin embargo, se redujo en 4 % el número de escolares de la
escuela
intervenida que tenía el ver televisión como la principal actividad del
sábado,
mientras que en la escuela control el porcentaje fue similar.
El porcentaje de niños y niñas que realizan actividad
física el domingo se redujo en la escuela intervenida lo que habla de
la
necesidad de mantener la estrategia de los domingos familiares como una
forma
alternativa de recreación activa de las familias.
Entre los factores asociados al cambio identificados en la
literatura y en los resultados presentados, se menciona la
participación en
actividades deportivas extracurriculares, el realizar actividades el
sábado, el
no traer merienda o en su defecto comprar en el kiosco o soda escolar y
la
reducción de las horas de televisión los sábados. Estos factores
informan sobre
el inicio del proceso de cambio y debe continuar en el hogar, pues es
ahí donde
se podrán ejecutar más cambios sobre todo en alimentación y en la
posibilidad
de realizar actividad física fuera de la escuela.
Llama la atención, además, el hábito de saltar el desayuno,
que, en el caso de los niños y las niñas de las escuelas participantes,
puede
no ser un salto voluntario sino una limitación económica de la familia
que
podría estar favoreciendo el sobrepeso en los niños y niñas. Por su
parte, el
ambiente social y comunitario se presenta como una limitación para la
práctica
de la actividad física en nuestras comunidades
El cambio en las preferencias por juegos de video y
televisión es un proceso lento que se logró iniciar en la escuela
intervenida y
que deberá fortalecerse, pues es un mecanismo conocido como exitoso en
intervenciones como Planet Health
(Gortmaker et al., 1999).
De igual manera, el incremento del tiempo de televisión
puede ser un factor
que influye de manera negativa en la salud de las niñas y los niños,
por ese
motivo es de resaltar la disminución de este hábito en la escuela
intervenida
(Robinson, 2001).
Los análisis realizados apuntan a la necesidad de focalizar
en el reforzamiento de hábitos positivos como la merienda traída del
hogar (con
énfasis en el efecto de galletas y alimentos tipo snack), la actividad
física
en fines de semana, la participación en actividades deportivas intra y
extracurriculares y, de manera muy importante, el uso el tiempo para
ver
televisión y juegos electrónicos.
Siendo la actividad física del sábado y las actividades
extracurriculares aspectos que podrían hacer la diferencia en la
prevalencia
del sobrepeso y la obesidad, se justifica una vez más la importancia de
los
domingos familiares como mecanismo comunitario que abre opciones
recreativas a
las familias que viven en espacios reducidos y en comunidades inseguras.
5.
Limitaciones
Entre
las principales limitaciones que se presentan en la investigación,
destaca la
pérdida de sujetos. Esto se debe a que las mediciones debían ser
realizadas en
los horarios y fechas establecidas por los centros educativos, además,
por
causa del ausentismo y el efecto del rechazo a la toma de medidas y
pruebas
bioquímicas asociadas a la fiebre porcina de esa época, no fue posible
recuperar los registros o muestras de los estudiantes faltantes.
6.
Conclusiones
Se recupera del estudio la
necesidad de diseñar acciones diferenciadas por sexo y de identificar
las
mejores edades y, por ende, niveles para realizar las intervenciones.
En este
caso solo se realizó para primero, segundo y tercer grado; sin embargo,
las particularidades
de nuestro sistema educativo podrían dar para más, con mediciones a
largo plazo
e identificación de sujetos, fortaleciendo el sistema de vigilancia
nutricional.
A su vez, el análisis
estadístico realizado otorga una luz acerca de periodos de análisis
para
determinar efectos e impactos de intervenciones similares. Así en este
estudio,
aunque no hubo diferencia significativa entre la medición inicial y
final, si
se detecta una tendencia a la disminución del puntaje Z.
Se identificaron algunas
conductas o prácticas que podrían promover la reducción del sobrepeso y
la
obesidad, tales como la participación en actividades deportivas
extracurriculares, el realizar actividades el sábado, el no traer
merienda o en
su defecto comprar en el kiosco o soda escolar y la reducción de las
horas de
televisión los sábadoa. También se
identificaron
otros factores necesarios de monitorear para valorar su relación con el
estado
nutricional y que pueden tener un componente social, como lo es el
saltarse el
desayuno.
Estos resultados, nos permiten
concluir que la escuela sigue siendo un escenario adecuado para la
prevención
de obesidad infantil, en este caso, mediante el modelo Póngale Vida,
debido a
la generación de cambios de corto y mediano plazo. Un periodo de
implementación
mayor podría suponer
la posibilidad de
alcanzar cambios estadísticamente
significativos.
Si bien el estudio presentado
fue realizado en el 2009, la problemática de la obesidad infantil
continúa
siendo actual y el enfoque de entornos saludables en las escuelas de
Costa Rica
aún no ha cambiado. También, el tema de
los entornos saludables está siendo promovido por la OMS, por lo tanto,
los
resultados obtenidos permiten orientar y reforzar elementos para la
toma de
decisiones y desarrollo de estrategias. Al haber sido la primera
implementación
de este modelo, sentó las bases para la mejora tanto en la propuesta de
estrategias como en la recolección y análisis de variables para evaluar
sus
efectos e impacto.
Como recomendación, además, se
desea instar al sistema educativo formal a replantear las prioridades
en el uso
del tiempo durante la estancia de las personas escolares en la escuela,
de
forma que se promueva la actividad física y la alimentación saludable.
Esto
último incluye la eliminación de la soda
o kiosko escolar, la regulación de las
ventas de
alimentos internas y los alimentos que
se ofrecen en ocasiones especiales, así como el
ingreso de alimentos no saludables del hogar, de tal forma que
los
alimentos consumidos por la persona escolar provengan solamente del
Programa de
Alimentación del Escolar y el Adolescente del Ministerio de Educación,
el cual
es adecuado a las necesidades nutricionales de esta población y
previene el
consumo innecesario de alimentos en el centro educativo.
7.
Agradecimientos
Se agradece el apoyo financiero
del Organismo Internacional de Energía Atómica, La Vicerrectoría de
Investigación y Vicerrectoría de Acción Social, la Escuela de Nutrición
y el
Instituto de Investigaciones en Salud de la Universidad de Costa Rica,
la Fundación
Inciensa, Laboratorio Clínico de la Clínica Bíblica y al personal
docente y
administrativo de las Escuelas participantes. Se agradece de manera
especial a a las colegas Paola Mattey
Mora, Maciel Ugalde González, Verónica Izquierdo y Natalia Obando, así
como a todos los estudiantes y voluntarios que hicieron posible la
ejecución de esta intervención.
8.
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