Revista
Población y Salud en
Mesoamérica
Volumen
18, número 1 |
julio-diciembre 2020
DOI:
https://doi.org/10.15517/psm.v18i1.40820
Biomarcadores
de
adiposidad y perfil lipídico en escolares costarricenses del
distrito de San Juan de la Unión, de la provincia de Cartago
Adiposity
biomarkers and lipid profile in Costa Rican school children in San Juan
de La
Union district, Cartago province
Raquel
Arriola Aguirre[1],
Xinia Fernández Rojas[2],
Georgina Gómez Salas[3]
Resumen:
Introducción:
Las alteraciones en las concentraciones plasmáticas de leptina y
adiponectina
son la causa de las alteraciones metabólicas en la infancia como, por
ejemplo,
resistencia a la insulina, glicemias elevadas y perfil lipídico
alterado. El
desequilibrio de estas adipoquinas es la
consecuencia
metabólica del exceso de tejido adiposo en el individuo. La obesidad
infantil
es un problema de salud pública en el mundo, al ser una condición
predisponente
para el desarrollo de exceso de peso en la adultez y, consecuentemente,
de
padecimientos crónicos como enfermedad cardiovascular, diabetes,
síndrome
metabólico, entre otras. De ahí la importancia de su detección en
etapas
tempranas de la vida para su prevención o tratamiento. Por tanto, el
objetivo
del presente estudio fue analizar el perfil lipídico y biomarcadores de
adiposidad, con el fin de establecer la prevalencia de dislipidemias y
riesgo
de aterogenicidad en niños escolares del
distrito de
Tres Ríos, cantón de La Unión, provincia de Cartago. Metodología:
Se determinó la
concentración plasmática de leptina, adiponectina, insulina y lípidos
de un
grupo de 108 escolares del cantón de La Unión, Cartago, Costa Rica, con edades entre 6 y 10 años, a los cuales se les
realizó la evaluación
antropométrica y la determinación por duplicado de los biomarcadores. Resultados:
Las concentraciones plasmáticas de colesterol total y triglicéridos se
encontraban fuera del rango de normalidad en la población en estudio.
El exceso
de peso evidencia una relación significativa y positiva con las
concentraciones
plasmáticas de leptina e insulina. Condiciones como la edad y el sexo
no
afectaron el comportamiento de los indicadores estudiados. Conclusiones: El colesterol
total, los triglicéridos, la leptina e
insulina podrían constituirse en indicadores metabólicos para el
monitoreo del
riesgo de enfermedades crónicas en poblaciones pediátricas.
Palabras claves: leptina, perfil
lipídico, prevención de obesidad
infantil, obesidad infantil
Summary. Introduction:
Childhood obesity
is a public health
problem in the
world, being a
predisposing condition
for the development
of excess weight in adulthood
and consequently of
chronic diseases
such as cardiovascular disease,
diabetes, metabolic syndrome,
among others, hence the importance
of its detection
in early stages
of life for
prevention and / or
treatment. Alterations
in plasma concentrations of leptin and adiponectin in childhood
are the reason
for the
metabolic alterations
that may occur
in this population
such as insulin
resistance, high
blood sugar levels
and altered lipid
profile. The imbalance
of these adipokines is the
metabolic consequence
of excess adipose
tissue in the
individual. Therefore, the objective of the
present study was to analyze
the lipid profile and biomarkers
of adiposity,
in order to establish
the prevalence
of dyslipidemias
and risk of atherogenicity
in school children
in the Tres Ríos district,
La Unión canton, Cartago province. Methodology:
The serum concentration of leptin, adiponectin,
insulin and lipids
was determined
from a group of
108 schoolchildren from
the canton of
La Unión, Cartago, Costa Rica, aged between 6 and 10 years,
to whom the
anthropometric evaluation
and duplicate determination
of biomarkers.
Results: Plasma concentrations
of total cholesterol
and triglycerides were
outside the
normal range in the
study
population. Excess
weight shows a significant
and positive relationship with
plasma concentrations of
leptin and insulin.
Conditions such
as age and sex did
not affect the
behavior of the indicators studied. Conclusions:
Total cholesterol, triglycerides,
leptin, and insulin
could be metabolic
indicators for
monitoring the
risk of chronic
diseases in pediatric
populations.
Keywords: leptin,
adiponectin, lipid
profile, prevention
of childhood obesity,
childhood obesity
Recibido:24 Feb
2020 | Corregido: 25 Mayo 2020 | Aceptado
29 Mayo 2020
1.
Introducción
La
prevalencia de obesidad infantil ha ido aumentando a nivel mundial y
con ella
el incremento de comorbilidades que históricamente han sido
consideradas como
enfermedades de la población adulta, como por ejemplo la diabetes tipo
2, la
hipertensión, la esteatosis hepática no alcohólica, la apnea
obstructiva del
sueño y las dislipidemias (Kumar y Kelly, 2017).
En Costa Rica, la
prevalencia de obesidad ha experimentado un
crecimiento
rápido en las últimas décadas en todos los grupos etarios, incluida la
población
pediátrica, ya que se estima que más de 40 millones de niños a nivel
mundial
presentan esta condición; situación de la que Costa Rica no está
exenta, según
las últimas encuestas nacionales e internacionales (Organización
Mundial de la
Salud, 2014). Al respecto el Censo Escolar Peso/Talla 2016 determinó
que el
aumento del sobrepeso y obesidad en el país ha sido progresivo, ya que
se pasó
del 21 % en la Encuesta Nacional de Nutrición del 2008 a 34 % con el
Censo
Escolar Peso-Talla del 2016 (Ministerio
de Salud y Ministerio de Educación
Pública, 2017).
La obesidad
abdominal, caracterizada por una acumulación de grasa visceral, se relaciona
directamente con alteraciones metabólicas que conllevan al
desarrollo de enfermedades cardiovasculares, síndrome metabólico y
diabetes
tipo 2. Los
efectos de la obesidad abdominal sobre el metabolismo están en parte
mediados
por cambios en la secreción de hormonas del tejido adiposo como la
leptina y la
adiponectina (Pejsova, Hubacek, Zemankova y
Zlatohlavek, 2019).
La leptina y
adiponectina son dos adipocitoquinas
secretadas por
el tejido adiposo, que regulan diversos procesos fisiológicos. La
leptina está
involucrada en la regulación de los niveles de saciedad a nivel
hipotalámico,
la función reproductiva, la angiogénesis, la presión arterial y la
función neuroendocrina, entre otros. Los niveles circulantes de
leptina se encuentran aumentados en los individuos con sobrepeso u
obesidad,
sin la consecuente respuesta anorexígena a
esta
molécula, lo que sugiere una resistencia a la leptina.
La adiponectina por su lado ejerce un efecto
cardioprotector y se relaciona con una mayor insulino-sensibilidad,
menor acumulación de lípidos en el hígado y un menor estado
proinflamatorio (Frühbeck, Catalán, Rodríguez y
Gómez-Ambrosi, 2018).
La leptina y la
adiponectina presentan una relación inversa con el IMC, puesto que
mientras la
concentración sanguínea leptina aumenta proporcionalmente al aumentar
el IMC
(la masa grasa), la de adiponectina disminuye.
El objetivo
del presente estudio fue analizar el
perfil lipídico y biomarcadores de adiposidad, con el fin de establecer
la
prevalencia de dislipidemias y riesgo de aterogenicidad
en niños escolares del
distrito de Tres Ríos, cantón de La Unión, provincia de Cartago.
2.
Referente
teórico
Costa Rica ha
experimentado un incremento en
la incidencia y prevalencia de sobrepeso y obesidad, en las últimas dos
Encuestas Nacionales de Nutrición del año 1996 y 2008-2009. Estas
evidenciaron
un incremento de 6.5 puntos porcentuales en la cifra de prevalencia de
sobrepeso y obesidad en niños y niñas de 5 a 12 años. En estos 13 años,
la
prevalencia en este grupo etario ascendió de un 14.9 % a un 21.6 %,
siendo
mayor en mujeres (21.5 %) que en hombres (21.3 %) (Ministerio de
Salud, Instituto Costarricense de
Investigación y Enseñanza en Nutrición y Salud, Caja Costarricense de
Seguridad
Social, Instituto Nacional de Estadística y Censos, Instituto
Costarricense
sobre Drogas y INCAP/OPS, 2008).
Aunado a lo anterior, el Censo Escolar Peso/Talla 2016 determinó que el
aumento
del sobrepeso y obesidad en el país ha sido progresivo y ascendió para
el 2016
a 34 % (Ministerio
de Salud y Ministerio de Educación Pública, 2017).
Debido a lo anterior y a
que el exceso de peso
del infante tiende a mantenerse en la adolescencia y el de la persona
adolescente en la vida adulta, la obesidad en la edad pediátrica es
considerada
un problema de salud pública (Yeste y
Carrascosa,
2011).
La obesidad
infanto-juvenil constituye un
factor de riesgo para el desarrollo a corto término (infancia y
adolescencia) y
a largo término (vida adulta) de complicaciones
ortopédicas, respiratorias, cardiovasculares, digestivas,
dermatológicas,
neurológicas, endocrinas, ciertas formas de cáncer y en general una
menor
esperanza de vida (Yeste y Carrascosa, 2011; Pulgarón,
2013).
Desde el punto de vista
cardiovascular y
endocrino, se ha descrito que la obesidad infantil está directamente
relacionada con alteraciones en la presión arterial, los lípidos y la
acción de
la insulina, así como con el riesgo de desarrollar diabetes mellitus
tipo 2 y
enfermedades coronarias. Por tanto, las enfermedades que usualmente
inician en
la edad adulta como diabetes mellitus tipo 2, hipertensión arterial,
dislipidemia
y aterogénesis están siendo más frecuentes en niños, niñas y
adolescentes
obesos (Valentina et al., 2008; Yeste y
Carrascosa, 2011; Pulgarón, 2013).
Estas complicaciones
metabólicas y
cardiovasculares de la obesidad están estrechamente relacionadas con la
presencia de hiperinsulinemia y de resistencia a la insulina. “Se
estima que
aproximadamente el 55% de la variabilidad de la sensibilidad a la
insulina en
los niños mayores de 5 años está determinada por el contenido de tejido
adiposo
tras ajustar por edad, sexo, raza y estadio puberal” (Yeste
y Carrascosa, 2011, p. 135e2).
El mecanismo
fisiopatológico por el que la
obesidad infantil induce resistencia a la insulina no es bien conocido;
no
obstante, el incremento del depósito de grasa en músculo, hígado y,
especialmente, en la zona visceral sigue siendo el principal factor
independiente de riesgo para el desarrollo de estados de resistencia a
la
insulina tanto en niños como adultos. Esto porque los depósitos de
grasa, en
especial de grasa visceral, tienen la capacidad de producir una gran
variedad
de adipocitoquinas, las cuales parecen ser
piezas
clave en el desarrollo de los estados de resistencia a la insulina por
su
capacidad para modular los efectos de la insulina a nivel del receptor
o postreceptor (Yeste
y Carrascosa,
2011).
Las adipoquinas
son
sustancias secretadas por el tejido adiposo con actividad endocrina.
Dentro de
las adipoquinas de mayor relevancia y
estudio, se
encuentran la leptina y la adiponectina.
La leptina actúa en el
hipotálamo, suprimiendo
la ingesta de alimentos y aumentando el gasto energético, por lo que
juega un
papel importante en la regulación del peso corporal (Mi et al., 2010;
Harwood,
2012; Falca o-Pires, Castro, Miranda, Lourenco
y Leite, 2012).
Asimismo, actúa periféricamente aumentando la oxidación lipídica
en el hígado,
músculo esqueleto y adipocitos (Harwood, 2012).
La adiponectina, por su
parte, favorece el
incremento de la sensibilidad a la captación periférica de glucosa
inducida por
insulina, la oxidación de ácidos grasos y la inhibición de la
lipogénesis. Esto
último reduce los depósitos de triglicéridos y favorece la sensibilidad
a la
insulina, ambas circunstancias principalmente en hígado y músculo (Yeste y Carrascosa, 2011; Martos-Moreno,
Kopchick, y
Argente, 2013;
Jeon et al., 2013), lo que también se
traduce en una disminución de la glucosa y de las concentraciones de
ácidos
grasos libres en la sangre (Harwood, 2012; Lee y Shao,
2012) y en un menor riesgo de intolerancia a la glucosa y disminución
del
riesgo de infarto de miocardio (Mi et al., 2010).
Sin embargo, en
condiciones de obesidad el
patrón de secreción y actividad de estas sustancias cambian
sustancialmente
(Martos-Moreno et al., 2013). Por lo que, las concentraciones
plasmáticas de adiponectina se encuentran disminuidas y las de leptina
aumentadas. De hecho, la leptina plasmática y la expresión del ARNm en
el
tejido adiposo están directamente relacionadas con la severidad de la
obesidad
(Ouente, Feve,
Fellahi y Bastard,
2008).
Llama la atención que, a
pesar de la hiperleptinemia en obesos,
existe una desensibilización
para esta hormona; un fenómeno conocido como resistencia a la leptina
(Harwood,
2012). Estas situaciones explican por qué en personas obesas, la
leptina, a
pesar de sus niveles elevados, no puede ejercer su función (disminuir
la
ingesta), por lo que los individuos continúan con un elevado consumo de
energía
agravando cada vez más su obesidad.
Asimismo, se ha
observado que la adiponectina
se encuentra disminuida en condiciones de obesidad y padecimientos
relacionados
como la enfermedad cardiovascular, la diabetes mellitus tipo II y el
síndrome
metabólico (Mi et al., 2010; Harwood, 2012; Jeon et al., 2013; Blüher et al.,
2014).
Por tanto, en los seres
humanos, la
concentración de adiponectina en plasma se correlaciona negativamente
con el
índice de masa corporal (IMC), el porcentaje de grasa corporal, la
concentración de insulina en ayuno, la resistencia a la insulina, los
triglicéridos en plasma, la apolipoproteína B-100, la predicción de
diabetes
tipo 2 en niños y niñas con obesidad y la aterosclerosis precoz. Sin
embargo,
se relaciona positivamente con los niveles de colesterol-HDL (Valentina
et
al., 2008; Mi et al., 2010; Falca o-Pires et al, 2012; Lee
y Shao, 2012).
Sin
embargo, la alteración en el patrón de secreción de adipoquinas
y las consecuencias metabólicas concomitantes en condiciones de exceso
de peso
pueden ser reversibles tras la pérdida de peso (Siegrist
et al., 2013).
Debido a lo anterior, se
hace necesario tener
sistemas de monitoreo de exceso de peso en la población, que permitan
estimar
“la real dimensión de esta epidemia y los factores asociados que la
condicionan, para adoptarse políticas de salud pública y medidas de
intervención que detengan el incremento de su prevalencia y disminuyan
la
morbimortalidad que el sobrepeso produce, con el objetivo de mejorar la
calidad
de vida de la comunidad y ahorrar recursos que de otro modo tendrían
que
destinarse al tratamiento de las complicaciones y discapacidad
resultantes”
(Villena, 2018, p. 597).
Además, hay que tener
presente que las
consecuencias de la obesidad en la infancia y en la adolescencia no
solo
incluyen alteraciones relacionadas con la salud física, sino también
consecuencias psicológicas, sociales y de comportamiento, tales como
riesgo de
problemas relacionados con la imagen corporal; la autoestima; el
aislamiento y
la discriminación social; la depresión, y la reducida calidad de vida (Pulgarón, 2013).
3.
Metodología
Este estudio tiene un enfoque cuantitativo de tipo
descriptivo y transversal, ya que se determinaron las características
de
interés de la población en un momento dado.
Participaron
253
escolares del cantón de La Unión de Tres Ríos, Cartago, Costa Rica con
edades
entre los 6 y 10 años.
Estos
se seleccionaron mediante un muestreo aleatorio simple estratificado
según
grado escolar, incluyendo los menores cuyos padres o encargados dieron
el
consentimiento para la participación en el estudio y cumplieron con el
procedimiento
de la toma de la muestra. Asimismo, se tomó en cuenta que se podía
trabajar con
un máximo de 108 niños y niñas escolares de I Ciclo de Educación
General Básica
de la Escuela de Villas de Ayarco y la Escuela Fernando Terán del
cantón de La
Unión. Lo anterior, debido a la limitación de los recursos económicos
disponibles para los análisis bioquímicos.
El
estudio fue aprobado
por el comité ético científico de la Universidad de Costa Rica en la
sesión
No.226 del 08 de febrero de 2012. El consentimiento informado fue
obtenido de
los padres o representantes legales de los menores.
Las
características
demográficas fueron recolectadas mediante un formulario diseñado para
este fin.
El peso y la talla fueron
determinados siguiendo la técnica antropométrica indicada por
la Sociedad Internacional para la Promoción de la Kineantropometría (ISAK) (Marfell-Jones,
Stewart y Carter, 2008). El
diagnóstico antropométrico se realizó utilizando el indicador IMC/Edad,
según
los patrones de referencia de la Organización Mundial de la Salud [OMS]
(2008), considerando sobrepeso: >+1DS, obesidad:
>+2DS, delgadez: <-2DS y delgadez severa: <-3DS. Las muestras
de suero
fueron recolectadas y almacenadas a -80°C hasta su uso. La
determinación de las
concentraciones séricas de leptina y adiponectina se realizó por
duplicado y mediante la técnica de
ELISA siguiendo la
metodología recomendada por el fabricante del kit KHP 0041 Adiponectina
Humana
y del kit KAC2281 Leptina Humana, ambos de la marca Invitrogen. La
determinación del perfil lipídico estuvo a cargo del Laboratorio
Clínico del
Hospital Clínica Bíblica, San José, Costa Rica y la determinación de
insulina
por el Laboratorio Clínico de la Universidad de Costa Rica. Para el
caso de la
determinación del perfil lipídico, cada uno de sus componentes fueron
medidos
por medio de una técnica enzimática con analizador automático en el
Equipo Targa BT 3000 y reactivos de la
casa Wiener a excepción del
LDL, el cual fue calculado.
Se
realizó un análisis
descriptivo del perfil lipídico y de las concentraciones sanguíneas de
leptina,
insulina y adiponectina según sexo, edad y estado antropométrico,
haciendo uso
de medidas de tendencia central (promedio, desviación estándar, máximos
y
mínimos) y percentiles. Los análisis comparativos se realizaron
utilizando la
técnica T student, Annova,
Tukey, Wilcoxon o U Mann Withney, según la
naturaleza
de los datos. Todas las variables estudiadas presentaron una
distribución
normal a excepción de la leptina e insulina, por lo que para el
análisis que
contempla estas variables se emplearon técnicas no paramétricas. Los
datos se
analizaron considerando un nivel de confianza de 95 % (p <0.005). Se
empleó
el paquete de análisis estadístico SPSS versión 25.0
4.
Resultados y discusión
En
cuanto a sexo, la
distribución de la muestra fue aproximadamente de un 50 % para cada uno
de
ellos, 55 hombres y 53 mujeres, y el rango de edad corresponde al
establecido
inicialmente (de los 6 a los 10 años). La edad promedio de los
participantes
fue de 7.53 ±
0.99
años.
El
26 % de los escolares
analizados presenta exceso de peso y, dentro de esta, la categoría de
sobrepeso
es más sobresaliente (17 %) que la de obesidad (9 %). Esto coincide con
lo
reportado en la última Encuesta de Nutrición de Costa Rica, así como en
Censo
de Peso/Talla 2016, donde se indica que cerca del 30 % de los escolares
presentan sobrepeso u obesidad (Ministerio
de Salud y Ministerio de Educación Pública, 2017).
Como
se muestra en la Tabla 1, más del 50 % de los escolares presenta
niveles de
colesterol plasmático por encima de los 170 mg/dL,
nivel aceptable para este lípido en plasma en niños según los criterios
establecidos por Expert
Panel on Integrated
Guidelines for
Cardiovascular Health and Risk
Reduction in Children
and Adolescents, & National
Heart, Lung, and Blood
Institute
(2011). Adicionalmente, se debe
recalcar que este es el único indicador alterado en la población en
estudio.
Tabla
1.
Niveles
plasmáticos de colesterol total, HDL y LDL
en percentiles de escolares costarricenses del distrito de San Juan de
la
Unión, Cartago (n=108)
Indicador |
Nivel
aceptable mg/dL |
Percentil |
||||
Panel de
Expertos Integrado para las Guías para la salud cardiovascular y
reducción del riesgo en niños y adolescentes, 2011 |
10 |
25 |
50 |
75 |
90 |
|
Colesterol
(mg/dL) |
170 |
143 |
159 |
175 |
192 |
208 |
HDL (mg/dL) |
> 45 |
38 |
44 |
53 |
62 |
69 |
LDL (mg/dL) |
< 110 |
74 |
89 |
103 |
120 |
132 |
Triglicéridos
(mg/dL) |
< 75 |
56 |
67 |
85 |
107 |
146 |
Fuente:
Elaboración propia, 2020
Cabe
destacar que el 25 %
de los escolares presenta bajas concentraciones de HDL y altas de LDL,
lo cual
coincide con el porcentaje de escolares con exceso de peso, aunque no
se
encontraron diferencias significativas entre infantes con peso normal y
con
exceso de peso para los indicadores en cuestión (Colesterol total, LDL
y HDL)
(Tabla 2). Aunado a lo anterior, se identificó que los escolares
estudiados
presentan elevados niveles de triglicéridos.
Este
hallazgo es
relevante, puesto que estudios observacionales han encontrado una clara
correlación entre las dislipidemias, la aparición y la gravedad de
aterosclerosis en población infante, adolescente y adulta joven.
Además,
coincide con el patrón dislipidémico de la infancia, el cual es
combinado y
asociado con obesidad, elevación moderada a severa en nivel de
triglicéridos,
normal a leve elevación en el nivel de colesterol LDL y un nivel
reducido de
colesterol HDL (Expert
Panel on
Integrated Guidelines
for Cardiovascular Health
and Risk Reduction
in Children and Adolescents,
& National Heart, Lung,
and Blood Institute,
2011).
Al
analizar el
comportamiento del perfil lipídico según sexo, no se encontraron
diferencias
significativas entre hombres y mujeres. Lo anterior es esperable, ya
que la
diferencias por esta característica se empieza a notar luego de la
pubertad
como producto del aumento en los niveles de hormonas sexuales,
especialmente
estradiol en las mujeres, el cual tiene un efecto cardioprotector. Sin
embargo,
se aprecia una tendencia a niveles plasmáticos superiores en mujeres.
Al
respecto, hay evidencia de que los niveles de estradiol son muy bajos
antes del
inicio de la pubertad tanto en niños como en niñas, pero aún en esta
etapa los
niveles de esta hormona son más altos en las niñas que en los niños; en
la
pubertad estas diferencias se acrecientan entre ambos sexos (Aguillón,
Bedoya, Loango y Landázuri, 2018).
De
igual forma no se
encontraron diferencias en el perfil lipídico según el estado
antropométrico,
lo cual no es coincidente con investigaciones anteriores. En estas, se
señala
que entre mayor sea el exceso de peso el riesgo de dislipidemia se
incrementa
(Tabla 2). Lo anterior podría deberse a factores genéticos, dietéticos
o de
actividad física presentes en los escolares estudiados, sin embargo,
esos
factores no se analizaron en esta investigación. A pesar de que el
principal
determinante de las dislipidemias en población pediátrica es el exceso
de peso,
según lo señalan varios estudios, los estilos de vida inadecuados en
términos
de alimentación y actividad física son determinantes (Noreña, De las
Bayonas, Sospedra, Martínez-Sanz y
Martínez-Martínez, 2018).
Esta
población se
caracteriza por su preferencia por alimentos altos en azúcares simples
y grasas
y deficientes en fibra, tanto en el hogar como en los centros
educativos. Esto
es referido por Calvo et al (2019), quienes en su estudio con
escolares
costarricenses encontraron que los principales alimentos sólidos
incluidos en
las meriendas son galletas dulces con relleno, comidas rápidas y
postres,
mientras que los líquidos más frecuentes fueron los jugos empacados.
Por
otro lado, las mismas
autoras señalan que de los 1268 niños estudiados el 47 % de estudiantes
utilizaba juegos electrónicos más de tres veces por semana, el 65 % no
participaba en actividades deportivas y había desaprovechamiento de las
clases
de educación física, lo que refleja la actitud sedentaria en la
población
pediátrica costarricense (Calvo et al, 2019).
Tabla 2.
Niveles
plasmáticos promedio de componentes lipídicos según sexo, rango de edad
y
estado antropométrico en escolares costarricenses del distrito de San
Juan de
la Unión, Cartago (n=108)
Indicador/
Característica |
N |
Colesterol
(mg/dL) |
HDL (mg/dL) |
LDL (mg/dL) |
Triglicéridos
(mg/dL) |
Sexo |
|
|
|
|
|
Masculino
(M) |
55 |
172
(±26.76) |
52 (±12.22) |
102
(±22.09) |
85 (±36.09) |
Femenino
(F) |
53 |
178
(±23.84) |
54 (±12.13) |
105
(±22.49) |
98 (±33.25) |
P valor M vs F |
|
0.124 |
0.663 |
0.534 |
0.071 |
Estado
antropométrico |
|
|
|
|
|
Normal (N) |
79 |
176
(±26.52) |
53 (±12.14) |
105
(±23.83) |
91 (±36.06) |
Sobrepeso
(S) |
19 |
168
(±25.92) |
54 (±13.61) |
96 (±18.31) |
90 (±33.69) |
Obesidad
(O) |
9 |
182 (±7.89) |
54 (±10.12) |
108
(±12.21) |
102 (±32.29) |
Delgadez
(D) |
1 |
158 |
44 |
101 |
67 |
P valor ANOVA
entre N, S y O* |
|
0.339 |
0.974 |
0.290 |
0.656 |
Edad en
años y meses |
|
|
|
|
|
6.00 – 6.11 |
18 |
179
(±25.46) |
51 (±13.59) |
109
(±22.89) |
99 (±50.02) |
7.00 – 7.11 |
43 |
167 (±26.09) |
52 (±11.58) |
98 (±20.92) |
83 (±26.87) |
8.00 – 8.11 |
26 |
182 (±15.46) |
55 (±13.45) |
108
(±15.44) |
89 (±34.23) |
9.00 – 9.11 |
20 |
179 (±29.88) |
54 (±10.70) |
104
(±28.13) |
104 (±34.34) |
Igual a 10 |
1 |
219 |
53 |
147 |
97 |
P valor entre
rangos de edad*1 |
|
0.050 |
0.587 |
0.138 |
0.087 |
*Nota:
no se considera
el caso con delgadez para este análisis, puesto que es un único caso
*1*Nota:
no se
considera el caso igual a 10 años para este análisis, puesto que es un
único
caso
Fuente:
Elaboración propia, 2020
En
la tabla 3 se muestran la distribución de leptina, adiponectina e
insulina en
percentiles, donde se observa que el mayor número de individuos se
encuentra
dentro de las categorías con mayor concentración plasmática para el
caso de
leptina y adiponectina. Sin embargo, no existen reportes de los niveles
aceptables de estos parámetros en la población infantil, por lo que no
se puede
saber si son adecuados para la población en estudio.
En
el caso de la insulina, la distribución es más homogénea entre los
percentiles,
cabe aclarar que el número de muestras analizadas para insulina fue
menor por
razones de disponibilidad de recursos durante el desarrollo de la
investigación.
Tabla
3.
Niveles
plasmáticos de leptina, adiponectina e insulina en percentiles según
estado
antropométrico en escolares costarricenses del
distrito
de San Juan de la Unión, Cartago (n=108)
Indicador |
Percentil |
||
25 |
50 |
75 |
|
Leptina
(ng/mL) |
2.8 |
5.0 |
9.1 |
n |
24 |
31 |
53 |
Adiponectina
(ng/mL) |
19.1 |
24.3 |
29.9 |
n |
28 |
26 |
54 |
Insulina
(ng/mL) |
4.0 |
5.0 |
6.0 |
n |
11 |
10 |
13 |
Fuente:
Elaboración propia, 2020
Además,
se encontró que solamente el estado nutricional afecta el
comportamiento de la
leptina y la insulina en la población en estudio. En el caso de la
leptina, se
determinó que los escolares obesos presentan mayores concentraciones de
leptina
en comparación con los niños con estado nutricional normal (p=0.001
Análisis
Post Hoc). Sin embargo, no se encontraron diferencias con el grupo con
sobrepeso (Tabla 4).
Con
respecto a la insulina, a pesar de que se identificó que el estado
antropométrico afecta sus niveles plasmáticos, no se pudo identificar
entre que
grupos se encuentra dicha diferencia, debido a que el número de casos
para
realizar la prueba post hoc era insuficiente para algunos grupos (Tabla
4). No
obstante, considerando las medias de los grupos, se evidencia que entre
mayor
es el exceso de peso, mayores son las concentraciones de este
indicador, lo
cual podría sugerir la presencia de resistencia a la insulina.
Tabla
4.
Indicador/
Estado antropométrico |
N |
Leptina
(ng/mL) |
Adiponectina
(ng/mL) |
Insulina
(ng/mL) |
Normal (N) |
79 |
5.5 |
24.9 |
5.0 |
Sobrepeso
(S) |
19 |
7.7 |
26.8 |
6.4 |
Obesidad
(O) |
9 |
10.7 |
25.1 |
13 |
Delgadez
(D) |
1 |
2.38 |
37.3 |
No se
reporta |
P valor
ANOVA entre grupos N, S O* |
108 |
0.000 |
0.749 |
0.002 |
Niveles
plasmáticos promedio de leptina,
adiponectina e insulina según estado antropométrico en escolares
costarricenses
del distrito de San Juan de la Unión, Cartago (n=108)
*Nota:
no se
considera el caso con delgadez para este análisis, puesto que es un
único caso.
Fuente:
Elaboración propia, 2020
Esto
coincide con investigaciones, en las
cuales se ha identificado una asociación entre la obesidad infantil y
la
resistencia a la insulina. Se cree que esto podría deberse al
incremento del
depósito de grasa en músculo, hígado y, principalmente, en la zona
visceral, el
cual sigue siendo el principal factor independiente de riesgo para el
desarrollo de estados de resistencia a la insulina (Yeste
y Carrascosa, 2011).
Lo
que a su vez se asocia con el patrón de
secreción de adipoquinas, puesto que la
producción de
leptina es estimulada por la insulina, los glucocorticoides, los
estrógenos y
las citoquinas inflamatorias, las cuales aumentan la transcripción de
esta
hormona (Harwood, 2012; Martos-Moreno et al., 2013).
5. Conclusiones
Actualmente, la
obesidad infantil es un problema de salud
pública tanto por su incremento exponencial como por las consecuencias
a corto
y largo plazo en el individuo y en los sistemas de salud. Debido a ello
cobran
relevancia las estrategias de atención y prevención a este problema,
las cuales
podrían basar la identificación de factores de riesgo, así como de
indicadores
de éxito, en parámetros bioquímicos innovadores como la leptina e
insulina y
otros más tradicionales como el perfil lipídico. Este estudio permitió
identificar
que al menos el 25 % de la población estudiada presenta un perfil
lipídico
alterado, ya que en esta fracción de la muestra se evidencian niveles
plasmáticos aumentados de colesterol total, colesterol LDL y tiglicéridos y disminuidos de HDL. Asimismo, se
identificó
que los escolares obesos presentan leptinemia
e
insulinemia aumentadas. Dados estos hallazgos, se evidencia el riego de
aterogenicidad en esta población producto
de un perfil
lipídico comprometido y un patrón de secreción de leptina alterado.
Es
por lo anterior que el
colesterol total, los triglicéridos, la leptina e insulina podrían
constituirse
en indicadores metabólicos para el monitoreo del riesgo de enfermedades
crónicas en poblaciones pediátricas costarricenses. Sin embargo, se
hacen
necesarios más estudios en esta línea con un mayor número de participantes y una
representación nacional, que permitan validar los hallazgos de la
presente
investigación y tomar decisiones en cuanto a la definición de criterios
para
determinar riesgo o para diagnosticar alguna morbilidad. Asimismo,
se hace necesario crear estrategias en centros de estudios superiores
nacionales o de investigación para tener acceso a recursos económicos,
puesto
que una de las principales limitantes son los recursos para el
desarrollo de
los análisis bioquímicos, tal como se evidenció en esta investigación.
5.
Agradecimientos
Esta
investigación contó con el apoyo financiero del
Consejo Nacional para Investigaciones Científicas y Tecnológicas de
Costa Rica
(CONICIT) y la Universidad de Costa Rica. Al proyecto 450-A4-332:
“Prevención
de la Obesidad Infantil por medio de un diagnóstico y apoyo didáctico
para la
educación alimentaria -nutricional y actividad física en niños y niñas
escolares de I, II y III grado, de Costa Rica”, de la Escuela de
Nutrición de
la Universidad de Costa Rica.
6.
Referencias
Aguillón,
J., Bedoya, ÁM., Loango,
N. y Landázuri, P. (2018). Niveles de estradiol en niños y jóvenes y su
relación con género, edad, presión arterial, lípidos plasmáticos y
polimorfismo
XbaI del receptor de estrógenos. Revista
Biosalud,17(1), 19-30. doi:
10.17151/biosa.2018.17.1.3
Blüher,
S., Panagiotou,
G., Petroff, D., Markert,
J., Wagner, A., Klemm, T., … Mantzoros,
C. (2014). Effects of
a
1-Year Exercise and Lifestyle
Intervention on
Irisin, Adipokines,
and Inflammatory Markers
in Obese Children.
Obesity, 22
(7), 1701-1708. doi:10.1002/oby.20739
Calvo, K., Fernández, X., Flores, O.,
González, R., Madriz, D., Martínez, A., Villalobos, N. y Villalobos, N.
(2019).
Factores obesogénicos en el entorno
escolar público
costarricense durante 2015-2016. Población y Salud en Mesoamérica, 17(1). Doi:
https://doi.org/10.15517/psm.v17i1.37858
Falca
o-Pires, I,
Castro, P., Miranda, D., Lourenco, A. y Leite, A. (2012). Physiological,
pathological and potential
therapeutic roles of
adipokines. Drug Discovery Today, 17(15/16),
880-889.
doi:
10.1016/j.drudis.2012.04.007
Frühbeck,
G., Catalán, V.,
Rodríguez, A. y Gómez-Ambrosi, J. (2018). Adiponectin-leptin ratio: A promising
index to estimate adipose tissue dysfunction.
Relation with obesity-associated
cardiometabolic risk.
Adipocyte, 7(1), 57-62. doi:
10.1080/21623945.2017.1402151
Harwood,
J. (2012). The adipocyte
as an endocrine
organ in the regulation of metabolic homeostasis. Neuropharmacology, 63,
57-75. doi:10.1016/j.neuropharm.2011.12.010
Hong,
Y.
M. (2010). Atherosclerotic cardiovascular disease beginning
in childhood. Korean
Circulation Journal,
40(1),
1-9. doi:
10.4070/kcj.2010.40.1.1
Hudson,
S.
E., Feigenbaum, M. S., Patil, N., Ding,
E., Ewing, A., y Trilk, J. L. (2020).
Screening and socioeconomic associations of dyslipidemia in young
adults. BMC Public
Health, 20 (1), 1-9. doi: 10.1186/s12889-019-8099-9
Jeon,
J., Han, J., Kim,H., Soo, M., Yun, D. y Kwak, Y.
(2013). The combined
effects of physical
exercise training and detraining
on adiponectin
in overweight and obese
children. Integrative Medicine Research, 2,
145-150. doi:
10.1016/j.imr.2013.10.001
Kumar,
S.
y Kelly, A. S. (2017). Review of
Childhood Obesity:
From Epidemiology,
Etiology, and Comorbidities
to Clinical Assessment
and Treatment. Mayo Clinic
Proceedings, 92 (2), 251-265. doi:
10.1016/j.mayocp.2016.09.017
Lee,
B. y Shao, J. (2012). Adiponectin
and lipid metabolism
in skeletal muscle. Acta Pharmaceutica Sinica
B, 4, 335-340. doi
10.1007/s11154-013-9283-3
Marfell-Jones, M., Stewart, A. y Carter, J. (2008). Estándares
Internacionales para la Evaluación Antropométrica. Recuperado de
http://ciam.ucol.mx/portal/portafolios/alin_palacios/manuales/recurso_936.pdf
Martos-Moreno, G.A, Kopchick,
J. y Argente, J. (2013). Adipoquinas
en el niño sano y con obesidad. Anales de
pediatría. 39, 189.e1-189.e15. doi: 10.1016/j.anpedi.2012.10.008
Mi,
J., Munkonda, M., Li,
M., Zhang, M., Zhao, X., Wamba, P.y Cianflone, K. (2010). Adiponectin
and Leptin Metabolic
Biomarkers in Chinese
Children and Adolescents.
Journal of Obesity,
2010. 1-10. doi:10.1155/2010/892081
Ministerio de Salud, Instituto
Costarricense de Investigación y Enseñanza en Nutrición y Salud, Caja
Costarricense de Seguridad Social, Instituto Nacional de Estadística y
Censos,
Instituto Costarricense sobre Drogas y INCAP/OPS (2008). Encuesta
Nacional de Nutrición, Costa Rica, 2008-2009. San José, Costa Rica.
Recuperado de https://www.paho.org/costa-rica/index.php?option=com_docman&view=download&category_slug=alimentacion-y-nutricion&alias=67-encuesta-nacional-de-nutricion-costa-rica-2008-2009&Itemid=222
Ministerio
de Salud y Ministerio de Educación
Pública (2017). Informe Ejecutivo Censo Escolar Peso-Talla Costa Rica, 2016. Recuperado de http://www.mep.go.cr/sites/default/files/page/adjuntos/informe-ejecutivo-censo-escolar-peso-cortofinal.pdf
Noreña,
A., de las Bayonas, P., Sospedra,
I., Martínez-Sanz, J. y Martínez -Martínez, G. (2018). Dislipidemias en
niños y
adolescentes: factores determinantes y recomendaciones para su
diagnóstico y
manejo. Revista Española de Nutrición Humana y Dietética, 22(1),
72-91. doi: 10.14306/renhyd.22.1373
Ouente,
B., Feve, B., Fellahi,
S. y Bastard, J. (2008).
Adipokines: The
missing link between
insulin resistance
and obesity. Diabetes y Metabolism, 34, 2-11.
doi:10.1016/j.diabet.2007.09.004
Organización Mundial
de la Salud. (2014). World
Health Statistics
2014.
Geneva, Suiza: Autor.
Organización Mundial
de la Salud. (2008).
Curso de
Capacitación sobre la evaluación del crecimiento del niño.
Recuperado de https://www.who.int/childgrowth/training/c_interpretando.pdf?ua=1
Expert
Panel on Integrated
Guidelines for
Cardiovascular Health and Risk Reduction in Children and Adolescents,
& National Heart, Lung,
and Blood Institute
(2011). Expert
panel on integrated
guidelines for
cardiovascular health and risk reduction in children and adolescents:
summary report. Pediatrics, 128
(Suppl 5), S213–S256.
doi.org/10.1542/peds.2009-2107C
Pejsova,
H., Hubacek, J. A., Zemankova,
P. y Zlatohlavek, L.
(2019). Baseline Leptin/Adiponectin Ratio is
a Significant Predictor of BMI Changes in Children/Adolescents
after Intensive Lifestyle
Intervention. Experimental
and Clinical Endocrinology
and Diabetes, 127(10), 691-696. doi:
10.1055/a-0859-7041
Pulgarón,
E. (2013). Childhood Obesity:
A Review of Increased
Risk for Physical and Psychological
Comorbidities. Clinical Therapeutics,
35, A18-A32. doi:10.1016/j.clinthera.2012.12.014
Siegrist,
M., Rank, M., Wolfarth, B., Langhof, H.,
Haller, B., Koenig, W. y Halle. M. (2013).
Leptin, adiponectin,
and short-term and long-term
weight loss
after a lifestyle intervention
in obese children.
Nutrition. 29,
851-857. doi: 10.1016/j.nut.2012.12.011
Valentina,
M., Cambuli,
M., Musiu, C., Incani,
M., Paderi, M., Serpe,
R., … Baroni,
M. (2008). Assessment of
Adiponectin and Leptin
as Biomarkers of
Positive Metabolic Outcomes
after Lifestyle. Intervention
in Overweight and Obese. Children Clinical Endocrinology
Metabolic, 93, 3051-3057.
doi:
10.1210/jc.2008-0476
Villena,
J. (2017).
Prevalencia de sobrepeso y obesidad en el Perú. Revista Peruana
Ginecología
Obstetricia, 63(4), 593- 598.
Yeste, D. y Carrascosa, A.
(2011). Complicaciones metabólicas de la obesidad infantil. Anales
de Pediatría. 75,
135.e1-135.e9 doi:10.1016/j.anpedi.2011.03.025
[1] Universidad de Costa Rica, COSTA RICA.
raquel.arriola_a@ucr.ac.cr, ORCID http://orcid.org/0000-0002-3629-2653
[2] Universidad de Costa Rica, COSTA RICA. xinia.fernández@ucr.ac.cr, ORCID http://orcid.org/0000-0001-5279-9393
[3] Universidad de Costa Rica, COSTA RICA. georgina.gomez@ucr.ac.cr, ORCID: http://orcid.org/0000-0003-3514-2984