Revista
Población y Salud en
Mesoamérica
Volumen
18, número 1 |
julio-diciembre 2020
DOI:
https://doi.org/10.15517/psm.v18i1.40821
Evaluación
de una
intervención educativa para mejorar el consumo de frutas, vegetales y
la
actividad física de docentes en tres centros educativos públicos en
Costa Rica
Evaluation
of an educational intervention to improve teachers' fruit and vegetable
intake
and physical activity practice in three public schools in Costa Rica.
Nadia
Alvarado Molina[1],
Diana Guzmán Sierra[2],
Ivannia Ureña Retana[3],
Xinia
Fernández Rojas[4]
Resumen:
Introducción: El modelo Póngale Vida ® para la prevención de la
obesidad infantil
reconoce a docentes de las escuelas como actores clave para esta labor,
pero
para ello se requiere fortalecer los conocimientos y las prácticas para
la
promoción de la alimentación saludable y la actividad física de los
escolares. Objetivo: Evaluar los
resultados de la intervención educativa para mejorar la autoeficacia en
consumo
de frutas y vegetales y en actividad física en docentes de tres centros
educativos públicos urbanos de Costa Rica. Metodología: Se
aplicó y
evaluó la propuesta educativa de Jara y Rivera (2011) con 70 docentes.
Hubo
evaluaciones antes y después de la aplicación de la intervención. Las
variables
evaluadas fueron demográficas, de estilo de vida y medición de la
autoeficacia
para actividad física y consumo de frutas y vegetales, valoraciones
bioquímicas
y antropométricas. A través de grupos focales, se identificó tanto
facilitadores
como barreras a nivel personal, familiar y laboral. Resultados:
Posterior a la intervención, casi 25 % de docentes incrementó la
práctica de
actividad física y la autoeficacia para las prácticas de actividad
física y
consumo de frutas y vegetales. Las barreras identificadas fueron la
doble carga
de trabajo asociada al rol de género femenino, creencias limitantes y
la falta
de urgencia para la prevención de enfermedades. Conclusiones:
La
propuesta educativa favoreció el aumento de la autoeficacia en el
consumo de
frutas y vegetales, así como la práctica de actividad física de la
población
docente.
Palabras clave:
barreras y facilitadores, intervención educativa, actividad física,
ambiente
escolar, modelo socioecológico.
Abstract: Introduction:
The Póngale Vida ® model for the prevention of childhood obesity
recognizes
schoolteachers as key actors in this work, but this requires
strengthening
their knowledge and practices to promote healthy eating and physical
activity
for school children. Objective: To evaluate an educational
intervention
to increase teacher's self-efficacy for fruit and vegetable consumption
and
physical activity, within three public schools in Costa Rica. Methods:
Jara and Rivera's educational proposal for intervention (2011) was
implemented
and evaluated with 70 teachers. There were evaluations before and after
the
intervention, it had demographic characteristics, lifestyle variables,
self-efficacy measurements for physical activity and fruit and
vegetables consumption;
also, biochemical and anthropometric measures. Focus groups were used
to
identify facilitators and barriers at personal, family and work levels.
Results:
After the intervention, almost 25% of teachers increased their physical
activity practices, as well as self efficacy for physical activity
practice and
fruits and vegetables consumption. The main barriers were a double work
burden
linked with feminine gender roles, limiting beliefs, and, lack of
urgency in
preventing diseases. Conclusions: The educational intervention
contributed in increasing self-efficacy regarding eating fruit and
vegetables
and the practice of physical activity of participating teachers.
Keywords:
Barriers and facilitators, educational intervention, physical activity,
school
environment, socio-ecological model.
Recibido: 23 Feb 2020 | Corregido:25 Mayo 2020 | Aceptado
29 Mayo 2020.
1.
Introducción
El
exceso de peso no solo es una enfermedad sino un factor de riesgo
mundial tanto
para enfermedades crónicas como defunción (Aguilera et al., 2019). En
Costa
Rica, 35 % de la población escolar y adolescente, así como 60 % de la
adulta,
tiene exceso de peso (Ministerio de Salud y Ministerio de Educación
Pública,
2016; Calvo Molina et al., 2019,
Ministerio de Salud, 2009). Por otra parte, las escuelas son espacios
de
incidencia como modeladores de la cultura y el ambiente alimentario de
las
personas (tanto docentes como estudiantes) que pasan allí alrededor de
6 horas
diaria, 5 días a la semana, 200 días lectivos. (Rosales et al, 2017;
Ministerio
de Educación Pública, 2012).
Cada
docente tiene un rol clave para modelar comportamientos y estilos de
vida
saludable en sus estudiantes dada la cercanía, autoridad y tiempo. Para
que
este rol sea efectivo, primero deben tener convicción, conocimiento y
prácticas
adecuadas de estilos de vida saludable. La prevención de la obesidad
nace y se
sustenta en el ambiente alimentario, el cual incluye a las personas
como
modelos a seguir en nuestras relaciones con la alimentación y los
hábitos de
estilo de vida. (Álvarez, 2010).
El
objetivo principal de este artículo es presentar los resultados de la
evaluación de una intervención educativa para mejorar la autoeficacia
en el
consumo de frutas y vegetales[5]
y en la práctica de actividad física en los docentes de tres
centros
educativos públicos ubicados en Santo Domingo de Heredia, Costa Rica,
durante
2015.
Los
docentes laboran en los siguientes centros educativos públicos: Escuela
Cristóbal Colón, Jardín de Niños Benito Sáenz y Escuela Félix Arcadio
Montero.
Los tres en la provincia de Heredia, en el cantón de Santo Domingo y
cuentan
con una matrícula entre 200 y 800
estudiantes. El cantón de Santo Domingo de Heredia tiene un buen nivel
de
estabilidad socioeconómica, al ser el segundo lugar en el Índice de
Desarrollo
Humano Cantonal (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo ,
2011),
estar en el tercio superior del indicador de Desarrollo Social
(Ministerio de
Planificación Nacional y Política Económica , 2018) y presentar el 6°
lugar a
nivel nacional (38.7 %) de prevalencia de exceso de peso en la
población
escolar, siendo este último el motivo de entrada de Póngale Vida a este
cantón
(Ministerio de Salud y Ministerio de Educación Pública, 2016).
Se
contó con el apoyo financiero de la Universidad de Costa Rica (UCR),
pues dicha
intervención, con el Modelo Póngale Vida®, fue inscrito en la
Vicerrectoría de
Acción Social (ED 2957). Además, se contó con el aval de participación
de la
Dirección Regional del Circuito 05 del Ministerio de Educación Pública
(MEP).
Un apoyo fundamental fue el Área de Salud de Santo Domingo de la Caja
Costarricense del Seguro Social (CCSS) con personal de laboratorio
clínico,
psicología y promoción de salud física para la implementación de la
intervención junto con una profesional en nutrición.
El estudio se efectuó de febrero a junio de
2015 como un Trabajo Final de Graduación (Guzmán Sierra, 2018) con
visto bueno
del Comité Ético Local de la UCR.
2.
Referente
teórico
El
ambiente alimentario (disponibilidad, publicidad, condiciones
estructurales,
etc.) está ligado intrínsecamente con la salud de las personas,
específicamente, un ambiente obesogénico estimula el exceso de peso
(Martínez
Espinosa, 2017, Swinburn, Egger y Raza, 1999). Los centros educativos
costarricenses presentan condiciones obesogénicas y, a la vez, existe
oportunidad para cambio, por medio de intervenciones de educación para
la salud
(Calvo et al. 2019).
La
Organización Panamericana de la Salud (OPS), la Organización Mundial
para la
Salud (OMS) y Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación
y la
Agricultura (FAO) han venido abogando para la formación de Escuelas
Promotoras
para la salud desde hace más de 25 años. Como parte de esta labor y con
anuencia del Ministerio de Educación Pública costarricense establece un
eje
curricular transversal denominado Educación para la Vida que reconoce
la
importancia del escenario escuela para la prevención de enfermedades,
promoción
de la salud y el autocuidado (Ministerio de Educación Pública, 2012) .
Las
personas necesitan apoyo para adoptar o modificar sus hábitos, tanto
niños como
adultos (Contento, 2016). La persona docente empoderada y con
autoeficacia para
seguir un estilo de vida saludable asume un rol de modelaje de hábitos
que
tendrá un impacto en las actitudes de sus estudiantes ante la
alimentación
saludable, la actividad física y el autocuidado; es decir, tener
asertividad
dentro del ambiente alimentario en que se vive. (Contento, 2016,
Centers for
Disease Control and Prevention, 2011).
El
Modelo Póngale Vida® para la prevención de la obesidad infantil se basa
en una
intervención sistémica, multiniveles, de enfoque ecológico (también
llamado
socioecológico) (Leachman, Fitzgerald y Morgan, 2013). Bajo la marca
registrada
del Modelo Póngale Vida®, Jara y Rivera (2011) crearon una propuesta
educativa
dirigida a docentes, la cual está constituida por 12 sesiones
educativas que
trabajan aspectos de motivación, fortalecimiento de la autoeficacia en
hábitos
de estilo de vida saludable como son la alimentación y la actividad
física. La
propuesta tiene un enfoque de acción multidisciplinaria de las áreas de
psicología, nutrición y educación física e incide en los escenarios
personal,
familiar y laboral. Esta propuesta está basada en la metodología de
Educación
Nutricional Grupal Interactiva (deBeausset, 2018) con el fin de
aumentar la
autoeficacia para el cambio de hábitos en la población meta.
La
fundamentación teórica de Jara y Rivera (2011) considera cuatro modelos
teóricos de comportamiento en salud. Se escogen estos modelos por la
posibilidad de influir en el cambio de hábitos de manera profunda,
buscando las
raíces en las que se crean y sostienen las prácticas cotidianas, pues
de esta
forma se aumenta la adherencia y el mantenimiento.
1.
Modelo
ecológico: planteado por
Bronfenbrenner (Pérez, 2004) explica cómo el desarrollo humano supone
la
relación entre la persona y el ambiente en que vive. Las
interconexiones
ambientales son determinadas en niveles (micro, meso, exo y
macrosistemas, según
la cercanía o lejanía con la persona) para valorar el impacto que puede
tener
sobre la persona y su desarrollo psicológico. Se identifican ambientes
específicos a nivel personal, familiar y laboral.
2.
Modelo
de creencias en salud: planteado
por Becker y Maiman desde 1974, se centra en los facilitadores e
inhibidores
basados en las creencias de las personas de poder realizar ciertas
acciones.
Incorpora los constructos de importancia, vulnerabilidad, gravedad de
un
problema, así como los beneficios y costos de tomar acción.
3.
Modelo
transteórico del cambio: planteado
por Prochaska y DiClemente, también conocido como las etapas de cambio.
Estas
van desde la inacción hasta el mantenimiento (precontemplación,
contemplación,
preparación, acción y mantenimiento). Además, incorpora los procesos de
cambio
que involucran la motivación y la constancia para este. Asimismo,
orienta a los
profesionales en salud en puntos clave para dicho cambio y para la
ambivalencia
(Álvarez, 2010).
4.
Teoría
social cognitiva: propuesta por
Bandura en 1977, se centra en la autoeficacia, la cual está vinculada
tanto con
las metas y aspiraciones de las personas como con las oportunidades o
barreras
en el medio social.
La
intervención educativa conceptualizada por Jara y Rivera (2011) se
fundamenta
en promover estilos de vida saludables a nivel personal, familiar y
laboral. Se
basa en el fortalecimiento de la autoeficacia mediante la modificación
de las
barreras y el desarrollo de los facilitadores de conductas que mejoren
el
consumo de frutas, vegetales y la práctica de actividad física.
La
propuesta fue interdisciplinaria con las áreas de nutrición, psicología
y
educación física. Tuvo un total de 12 sesiones (Tabla 1), cada 2
semanas, con
duración de una hora cada una y repartidos en 3 subgrupos para
facilitar la
metodología interactiva que enfatiza que cada persona pueda trabajar
con sus
barreras y facilitadores, así como recibir y dar apoyo a los otros
participantes (deBeaussett, 2018).
Tabla
1
Sesiones
de la propuesta educativa del
modelo Póngale Vida® para docentes, según área de trabajo.
Área de
trabajo |
Tema de la
sesión educativa |
Psicología Facilitada
por la psicóloga del Área de Salud De la
CCSS |
Seamos
asertivos |
Soy
expresivo |
|
Solucionando
mis problemas |
|
Estrés,
¿qué es eso? |
|
Desestresándome |
|
Nutrición Facilitada
por una bachiller en nutrición |
5 al día |
Compras
inteligentes y saludables |
|
Meriendas
saludables y compartidas |
|
Comiendo
fuera de casa |
|
Actividad física Facilitada por dos Promotores de Salud Física y una de Salud Ocupacional del Área de Salud de la CCSS |
Ejercitándome
en casa A
movernos en clase Energízate |
Fuente:
elaboración
propia
Durante la ejecución, se usaron matrices de programación educativa
siguiendo la
metodología de Educación Nutricional Grupal Interactiva (deBeausset,
2018), así
como observaciones del proceso con anotaciones donde se detalló lo
sucedido
durante cada una de las sesiones, además, se realizaron observaciones
particulares de participantes respecto a la satisfacción con la
propuesta para
docentes. Otros instrumentos usados fueron listas de asistencia,
bitácora de
campo e instrumentos de evaluación de la ejecución de las sesiones.
Cabe
destacar que la información del proceso no se presenta en este artículo
centrado en resultados.
Durante
las sesiones, se buscaba vincular todo lo aprendido de la población de
docentes
de la fase de diagnóstico para personalizar las sesiones educativas más
que
solo cubrir un contenido educativo. En el ámbito personal, se enfatizó
en la
motivación y el enfrentamiento de obstáculos tales como pereza o poner
excusas.
En el ámbito familiar, se visibilizó la relación entre la carga de
trabajo
doméstico y responsabilidades familiares con la actividad física,
además, el
manejo del presupuesto familiar con el consumo de frutas y vegetales.
En el
ámbito laboral, se contempló los aspectos de horarios y estrés laboral,
el uso
del tiempo libre, así como el ambiente alimentario y la promoción de
ambientes
saludables dentro de los centros educativos.
3.
Metodología
El
enfoque de investigación es mixto porque utiliza tanto técnicas
cuantitativas
como cualitativas. El diseño de investigación es pre-post sin grupo
control.
La
población la constituyen el total de los docentes (n=70) de los tres
centros
educativos (escuela Cristóbal Colón n= 17, Jardín de Niños Benito Sáenz n= 11 y Escuela Félix Arcadio Montero n=
42).
Los
criterios de inclusión fueron que los docentes estuvieran laborando en
alguno
de los tres centros educativos en los que se encontraban implementando
el
Modelo Póngale Vida para la Prevención de la Obesidad Infantil y que
fuesen
mujeres y hombres que voluntariamente aceptaran participar. El
reclutamiento
fue mediante el Proyecto Póngale Vida®, enmarcado como un beneficio
gratuito apoyado
por las directoras y la Dirección Regional del Ministerio de Educación.
Cada
participante completó y firmó un consentimiento informado.
La
recolección se dio en dos partes: una individual y una grupal.
La
evaluación individual de la propuesta se elaboró por medio de un
cuestionario
autoadministrado, previamente validado (Jara y Rivera, 2011) al inicio
y al
final de la intervención. Participaron todas las personas. Se
incluyeron las
siguientes variables:
a.
Características sociodemográficas: sexo, edad, estado civil, número de
hijos,
presencia de enfermedades relacionadas con nutrición, horario de
trabajo, lugar
de residencia y grado académico.
b.
Práctica de actividad física (AF): presencia o ausencia, tipo de AF,
frecuencia
(días por semana) y duración de la actividad física (minutos por
semana) y
compañía para AF.
c.
Hábitos alimentarios: tiempos de comida (número y nombre), alimentos de
consumo
frecuente y situaciones de consumo mayor.
d.
Indicadores bioquímicos en ayunas: glicemia, perfil lipídico
(colesterol total,
HDL, LDL y triglicéridos). Mediciones tomadas en los laboratorios
clínicos del
área de salud local de CCSS.
Para
identificar la precisión de los efectos en términos de actitudes, se
usaron dos
constructos: la autoeficacia (Teoría Social Cognitiva) y las etapas de
cambio
(Teoría Transteórica).
a.
Etapas de cambio: dimensión en la que un individuo se encuentra con
respecto a
una acción determinada, involucra lo temporal, motivacional y la
constancia del
cambio. Se determinó pidiéndole a las personas que se identificaran con
una de
cinco oraciones que representan cada una de las etapas de cambio respecto al consumo de frutas y vegetales y a
la práctica de actividad física (Álvarez, 2010). Se ejemplifica con
actividad
física, a continuación:
1.
Precontemplación:
Actualmente no soy
físicamente activo y no considero necesario cambiar.
2.
Contemplación:
Estoy pensando en realizar
actividad física en los próximos días.
3.
Preparación:
Soy activo, pero no
regularmente.
4.
Mantenimiento:
Actualmente soy activo,
pero inicié la actividad física hace menos de 6 meses.
5.
Acción:
Actualmente soy activo y llevo 6
meses o más de serlo.
b.
Autoeficacia: capacidad que una persona cree tener para alcanzar o
realizar
determinada acción. Este constructo fue operacionalizado por medio de
una
escala de seguridad entre 0 y 100 aplicado a 14 situaciones cotidianas
sobre
emociones, condiciones circunstanciales sociales, de trabajo y apoyo de
personas
(modificado de Bandura, 2001 citado por Jara y Rivera, 2011).
1.
0-30:
incapaz de poder hacerlo
2.
40-60:
relativamente seguro de poder
hacerlo
3.
70-100:
seguro de poder hacerlo
Adicional
a estas variables, se realizó la toma de medidas antropométricas, como
peso y
talla, para determinar el estado nutricional por medio del índice de
masa
corporal (IMC). Cada medida se tomó 2 veces, con apoyo del personal de
salud de
la CCSS, siguiendo la metodología institucional estandarizada y con su
equipo
calibrado. También hubo el apoyo del
Área de Salud de Santo Domingo para realizar exámenes microbiológicos
de perfil
de lípidos sanguíneos y glucosa en ayunas, siguiendo los protocolos
institucionales de Caja Costarricense del Seguro Social.
El
diagnóstico se complementó con tres grupos focales (uno en cada centro
educativo, 6 a 12 docentes que participaron de forma voluntaria) para
detallar
aspectos cualitativos (importancia asignada y barreras o facilitadores
a nivel
personal, familiar y laboral).
Los
componentes cuantitativos fueron analizados mediante estadística
descriptiva
(promedios, rangos, desviación estándar) para las características
sociodemográficas preintervención. Se calcularon diferencias para
comparar el
cambio pre-post; se usó Excel, versión 2013.
Por
otra parte, se usó la evaluación de análisis de discurso explícito
(Aquino
Caregnato y Mutti, 2006) para los grupos focales, con ayuda del
software
MAXQDA, versión 11 (2011). Las categorías se construyeron en relación
con el
consumo de frutas y vegetales, así como de la práctica de actividad
física.
Ambos en las dimensiones de facilitadores o barreras en los escenarios
personal, familiar y laboral. Se buscó identificar cómo las personas
detectan
motivadores para realizar estos cambios y mantenerlos durante el
tiempo, para
esto, las categorías se relacionaron con conocimientos, importancia,
beneficios
u obstáculos.
4.
Resultados
De
las 70 personas docentes participantes, 66 (95 %) fueron mujeres, por
lo tanto,
la información presentada en la tabla 2 no se segmenta por género.
Tabla
2:
Características sociodemográficas de la población docente participante
Características |
n (%) |
Esc.
C. Colón n
(%) |
JN
Benito Sáenz
n
(%) |
Esc. Félix
Arcadio N
(%) |
#
participantes |
70 |
17 |
11 |
42 |
Edad en años promedio (DE) |
43.4
(9.3) |
|
|
|
23-29
años |
6
(8.5) |
3
(17.6) |
1
(9.0) |
2
(4.8) |
30-39
años |
20
(28.5) |
6
(35.4) |
5
(45.5) |
9
(21.4) |
40-49
años |
22
(31.4) |
4
(23.5) |
3
(27.3) |
15
(35.7) |
50-59
años |
22
(31.4) |
4
(23.5) |
2
(18.2) |
16
(38.1) |
No.Hijos / hijas promedio (DE) |
1.8
(1.2) |
|
|
|
ninguno |
12
(17.1) |
1
(5.9) |
5
(45.4) |
6
(14.3) |
1 -
2 |
39
(55.7) |
13
(76.5) |
4
(36.4) |
22
(52.4) |
3 -
5 |
19
(27.1) |
3
(17.6) |
2
(18.2) |
14
(33.3) |
Jornada laboral horas promedio (DE) |
6.9
(1.9) |
|
|
|
5
horas o menos |
26 (37.1) |
0 |
8
(72.7) |
18
(42.9) |
6 a
8 horas |
29 (41.4) |
6
(35.3) |
3
(27.3) |
20
(47.6) |
8 o
más horas |
15 (21.4) |
11
(64.7) |
0 |
4
(9.5) |
No.Enfermedades promedio,
(DE)* |
1.5
(1.3)* |
1.4 |
1.5 |
1.6 |
Ninguna |
13
(8.6) |
5
(29.4) |
2
(18.2) |
6
(14.3) |
Con
enfermedades |
57
(81.4) |
12
(70.6) |
9
(81.8) |
36
(85.7) |
Fuente:
Elaboración
propia
En
promedio, la edad de la población participante es de 43 años y trabajan
7
horas, más del 55 % de las docentes tienen 1-2 hijos o hijas. En apoyo
para la
crianza, 35,7 % tiene pareja. Más del 85 % de docentes viven en el
cantón (1,8
km a la redonda) o en cantones aledaños, por lo que destinan menos de
una hora
diaria en transporte laboral. Quienes laboran más de 8 horas diarias
desempeñan
labores administrativas o están nombradas en varios centros educativos
con
horarios alternos. En promedio, cada docente presentó 1.5 problemas
relacionados con la nutrición. De mayor a menor, el estreñimiento (25
%) seguido
por obesidad, gastritis, dislipidemias, colitis, hipertensión (15 %) y
diabetes
(6 %). Más del 40 % reportó al menos 2 de estos problemas, solamente 18
% no
reporta ninguna enfermedad.
Tabla
3:
Cambio en indicadores antropométricos, bioquímicos y de actividad
física, antes
y después de la intervención, según centro educativo (2015)
Evaluación |
Indicador |
Escuela Cristóbal Colón |
Jardín de Niños Benito Sáenz |
Escuela |
||||
Félix A. Montero |
||||||||
Promedio (DE)* |
Cambio t2-t1 |
Promedio (DE)* |
Cambio t2-t1 |
Promedio (DE)* |
Cambio t2-t1 |
|||
Bioquímica |
Glicemia (mg/dL) |
107.5 (70.5) |
92.1 (-15.4) |
83.5 |
91.1 |
94.3 (31.3) |
96.8 (2.5) |
|
(7.9) |
(7.6) |
|||||||
Triglicéridos (mg/dL) |
165.7 (74.5) |
121.4 (-44.3) |
115.4 (47.1) |
135.3 (19.9) |
134.4 (63.4) |
161.9 (27.5) |
||
Colesterol total (mg/dL) |
210.3 (16.1) |
198.8 (-11.6) |
208.6 (51.6) |
220.6 (12.0) |
207.2 (40.2) |
198.3 (-8.9) |
||
Colesterol LDL (mg/dL) |
122.4 (24.4) |
124.6 (2.2) |
130.6 (46.1) |
137.9 (7.3) |
128.4 (29.1) |
117.6 (-10.8) |
||
Colesterol HDL (mg/dL) |
55.0 |
49.8 |
54.8 (16.8) |
55.5 |
51.9 (15.1) |
48.6 (3.3) |
||
(19.8) |
(-5.2) |
(0.7) |
||||||
Antropometría |
Peso promedio Kg (DE) |
76.1 |
74.2 |
64.8 |
65.8 |
74.4 (17.6) |
73.6 (-0.8) |
|
(15.1) |
(-2.0) |
(8.2) |
(0.9) |
|||||
IMC <18.5 (%) |
6.7 |
6.7 |
0.0 |
0.0 |
0.0 |
0.0 (0.0) |
||
(0.0) |
(0.0) |
|||||||
IMC 18.5-24.9 (%) |
13.3 |
26.7 (13.3) |
36.4 |
27.3 |
19.5 |
19.5 (0.0) |
||
(-9.1) |
||||||||
IMC 25.0-29.9 (%) |
33.3 |
20.0 (-13.3) |
63.6 |
72.7 |
43.9 |
43.9 (0.0) |
||
(9.1) |
||||||||
IMC 30.0-34.9 (%) |
33.3 |
26.7 |
0.0 |
0.0 |
26.8 |
26.8 (0.0) |
||
(-6.6) |
(0.0) |
|||||||
IMC 35.0-39.9 (%) |
6.7 |
20.0 (13.3) |
0.0 |
0.0 |
7.3 |
7.3 (0.0) |
||
(0.0) |
||||||||
IMC >40 (%) |
6.7 |
0.0 |
0.0 |
0.0 |
2.4 |
2.4 (0.0) |
||
(-6.7) |
(0.0) |
|||||||
Actividad física |
Realizan AF (%) |
35.3 |
70.6 (35.3) |
45.5 |
45.5 |
64.3 |
88.1 (23.8) |
|
(0.0) |
||||||||
*DE
en medida inicial, solo para el
caso de ev. bioquímica y promedio grupal de peso.
Fuente:
Elaboración propia
En
términos de cambio de peso, tanto docentes de la
Escuela Cristóbal Colón (ECC) como de Escuela Félix Arcadio Montero
(EFAM)
lograron disminuir la prevalencia de exceso (IMC >25) de
peso, que
pasó de 80 % a 66.7 % y de 80.5 % a 41 %, respectivamente.
En estas mismas escuelas, se observa que hubo
un incremento en el número de docentes que aumentaron la práctica de
actividad
física de forma regular. Respecto a las evaluaciones bioquímicas, en
todas las
escuelas, el colesterol total y LDL inician elevados y se mantienen de
esa
forma. Sin embargo, docentes de la ECC tuvieron cambios bioquímicos
hacia el
rango óptimo para glicemia, colesterol total y triglicéridos.
Tabla
4.
Cambio
en la frecuencia y cantidad de actividad
física semanal en el total de docentes, antes y después de la
intervención
Práctica de actividad física |
Hábitos de Alimentación |
|||
Frecuencia |
T1 |
T2 |
Tiempos de comida diarios* |
% |
No realiza |
45.7 |
22.9 |
1-feb |
0 |
1-2 v/sem |
12.9 |
21.4 |
3-abr |
54 |
3-4 v/sem |
25.7 |
32.9 |
5 |
40 |
5+ v/sem |
15.7 |
22.9 |
6 |
6 |
Apoyo para AF (%) |
40 |
58.6 |
Desayuno |
93 |
Promedio min/sem A |
200 |
204 |
Merienda mañana |
68.6 |
DE min/sem |
143 |
120 |
Almuerzo |
97.1 |
Moda min/sem |
120 |
180 |
Merienda tarde |
91.4 |
Rango min/sem |
45-600 |
60-600 |
Cena |
85.7 |
*No
hubo cambio reportable en tiempos de comida,
por lo que no se incluye
Fuente:
elaboración propia
Como
se observa en la tabla 4, antes de la intervención, en promedio 54.3 %
del
total de docentes realizaba actividad
física y, posteriormente, este promedio subió a 77 %. El tiempo recomendado para la práctica de actividad
física es de 180 minutos por semana para
el mantenimiento de la salud, es decir, el promedio de docentes cumplía
con
esta recomendación. Las actividades físicas más frecuentes fueron
caminar,
baile, zumba, gimnasio, ejercicios aeróbicos, máquinas estacionarias,
correr y
otros. El apoyo de otras personas para realizar actividad física
aumentó un 18
%, esto es positivo pues favorece el mantenimiento y la adherencia a
esta
práctica.
Respecto
a los hábitos de alimentación, estos reflejan que las docentes tienen
patrones
regulares y establecidos. Mencionan los lugares de alimentación usual
el hogar,
la escuela y, en la tarde o noche, sodas, cafeterías, restaurantes y
casas de
familiares o amigos. Además, 78 % reportó que hay circunstancias que
incrementan la ingesta de comida, como situaciones emocionales (50 %),
actividades sociales o vacaciones (54 %).
En estas ocasiones, los alimentos que buscan comer son golosinas
(chocolates, galletas, dulces, helados, postres y reposterías),
alimentos
harinosos, comida rápida, bebidas (gaseosas, batidos), bocadillos tipo
snack y
más cantidad de la comida usual.
Las
etapas de precontemplación y contemplación son etapas pasivas en
relación con
el cambio de comportamiento. Mientras que en las etapas activas
(preparación,
acción y mantenimiento) ocurren los cambios de hábitos y se sostienen
en el
tiempo. Se presenta la distribución en
estas etapas para el consumo de frutas y vegetales y para la práctica
de
actividad física (Tabla 5).
Tabla
5.
Distribución
relativa de docentes según etapas de
cambio para el consumo de frutas y vegetales y práctica de actividad
física
antes y después de la evaluación del Modelo Póngale Vida®, Heredia,
2015.
|
Consumo de frutas y vegetales |
Práctica de Actividad Física |
||||
Etapa de Cambio |
T1 |
T2 |
Δ t2- t1 |
T1 |
T2 |
Δ t2- t1 |
Precontemplación |
1.4% |
1.4% |
0.0% |
2.9% |
1.4% |
-1.4% |
Contemplación |
4.3% |
0.0% |
-4.3% |
34.3% |
10.0% |
-24.3% |
Preparación |
31.4% |
20.0% |
-11.4% |
27.1% |
32.9% |
5.7% |
Acción |
4.3% |
12.9% |
8.6% |
12.9% |
24.3% |
11.4% |
Mantenimiento |
58.6% |
62.9% |
4.3% |
22.9% |
28.6% |
5.7% |
NR |
0.0% |
2.9% |
2.9% |
0.0% |
2.9% |
2.9% |
Fuente:
elaboración propia
Al
finalizar la intervención, hubo un aumento en la preparación para el
cambio de
hábitos que fue notoria para la práctica de la actividad física, pues
pasó de
tener 61.9 % a 85.8 % en las fases activas (preparación, acción y
mantenimiento).
Respecto
al consumo de frutas y vegetales, la población inició con un proceso
activo y
así se mantuvo (94.3 % y 95.8 % al inicio y al final). Hubo un cambio
mayor
hacia acción y mantenimiento, lo que sugiere el resultado positivo de
la
educación.
No
hubo cambios drásticos en términos de autoeficacia para
el consumo de frutas y vegetales. Inició en un promedio de 72.1
y
finalizó en 73.1. Esto se explica porque las docentes reportaron tener
suficiente control sobre su alimentación y destrezas culinarias en su
vida
cotidiana; pero este control se ve afectado por distintas situaciones
emocionales o sociales como se ve en la Tabla 6.
Tabla
6
Cambio
en la percepción del nivel de autoeficacia para el consumo de
frutas y vegetales y práctica de actividad física, Proyecto Póngale
Vida®, 2015
|
Autoeficacia consumo frutas y vegetales |
Autoeficacia práctica de actividad física |
||||
Situación |
t1 |
t2 |
Δ t2-t1 |
t1 |
t2 |
Δ t2-t1 |
Luego de experimentar problemas familiares |
66.59 |
73.31 |
6.71 |
36.43 |
55.14 |
18.72 |
Cuando no consigo mis metas. |
70.07 |
74.49 |
4.42 |
31.57 |
44.13 |
12.56 |
Cuando mi familia y amigos no me apoyan. |
69.19 |
72.75 |
3.56 |
55.00 |
62.83 |
7.83 |
Cuando estoy deprimido. |
67.17 |
69.71 |
2.54 |
52.36 |
59.93 |
7.57 |
Cuando me siento ansioso. |
75.51 |
78.01 |
2.51 |
50.51 |
57.25 |
6.74 |
Durante o después de haber experimentado problemas
personales |
69.35 |
71.64 |
2.29 |
45.93 |
51.16 |
5.23 |
Cuando hay opciones de comida menos saludable. |
68.48 |
70.36 |
1.88 |
42.43 |
47.32 |
4.89 |
Cuando tengo actividades sociales (fiestas reuniones,
cumpleaños). |
62.28 |
63.19 |
0.91 |
49.43 |
53.48 |
4.05 |
Cuando me siento cansado. |
71.88 |
72.17 |
0.29 |
64.79 |
68.33 |
3.55 |
Cuando estoy presionado por el trabajo. |
71.74 |
71.38 |
-0.36 |
37.57 |
40.74 |
3.16 |
Con malas condiciones climáticas. |
75.87 |
75.51 |
-0.36 |
47.21 |
49.20 |
1.99 |
Cuando tengo mucho trabajo que hacer en casa. |
72.90 |
72.17 |
-0.72 |
43.93 |
45.65 |
1.72 |
Después de unas vacaciones |
82.97 |
79.35 |
-3.62 |
65.43 |
64.28 |
-1.15 |
Cuando estoy de vacaciones. |
85.51 |
78.26 |
-7.25 |
74.43 |
69.20 |
-5.23 |
Fuente:
Elaboración
propia
Para
el consumo de frutas y vegetales, entre 62 y 86 % de las docentes
manifiestan
autoeficacia (categorías capaces y relativamente capaces) en las
situaciones,
son manejables y no afectan este hábito de alimentación. Posterior a la
intervención, la autoeficacia aumentó para 9 situaciones principalmente
relacionadas con emociones.
Para
la práctica de actividad física, al inicio la autoeficacia se encuentra
presente entre 40 y 69 % de las docentes en las distintas situaciones. Al finalizar la intervención, la autoeficacia
para la práctica de actividad física aumentó en 12 de las situaciones y
solo
disminuyó para el caso de las vacaciones (durante y después).
Para
ambos hábitos, las situaciones en las que más aumentó el nivel de
autoeficacia
fueron “luego de experimentar problemas familiares”, “cuando no consigo
mis
metas” y “cuando mi familia y amigos no me apoyan”, es decir las
docentes
cuentan con más herramientas de resiliencia.
A
continuación, en la
tabla 7 se sintetizan los facilitadores y barreras reportados por las
personas
docentes para los hábitos de consumo de frutas y vegetales (FV) y
práctica de
actividad física (AF).
Tabla
7.
Facilitadores
y barreras reportados por docentes
para el consumo de frutas y vegetales y práctica de actividad física
organizado
según los escenarios personal, familiar y laboral.
Escenario |
Facilitadores |
Ejemplos
de citas |
Barreras |
Ejemplos
de citas |
|
Personal |
Organización
del tiempo y habilidades culinarias básicas para preparar FV atractivas
y ricas Beneficios
percibidos sobre FV (salud, digestión, prevención de enfermedades,
nivel de energía) Organización
del tiempo para incluir actividades sencillas. Convencimiento
de la importancia de esta práctica como hábito por sus beneficios
físicos y emocionales |
"Soy
diabética, este año me propuse retomar la actividad física para no
tener consecuencias futuras, esa fue una motivación, de no verlo como
voy a rebajar las llantas y eso, sino como algo de salud" (participante
A) "Cuando
va al gimnasio, o cualquier actividad física, usted tiene un sueño más
reparador" (participante A) "Al
principio empecé por un problema vascular y digestivo, ya después me
hace falta, cuando me siento muy estresada o aburrida, me voy para el
gimnasio" (Participante E) |
Falta
de motivación por estrés, cansancio, pereza o por priorizar otras
actividades Percepción
de poca urgencia en prevención Creencias
limitantes: preparar FV es laborioso, solo para hacer dieta Creencias
limitantes: AF no es autocuidado sino estético, es caro, hay que
hacerlo fuera de casa |
"Me
cuesta el consumo de zanahoria, zapallito, brócoli [...] lo preparaba,
pero al segundo día ya pensaba "que aburrido otra vez esto" [...] y da
pereza llegar todos los días a sancocharlos" (participante AL) "Mi
esposo era gordito [...] y le dio pancreatitis, ahí fue cuando se
empezó a cuidar por la salud, a pesar que antes yo le insistía [en que
se cuidara]" (participante Z) |
|
Familiar |
Practicidad
y conocimiento para hacer preparaciones rápidas |
"Hice
un presupuesto, en mi casa nunca faltan las frutas y verduras durante
toda la semana, porque yo ya lo tengo planificado." (participante Z) |
Rol
de género y la doble jornada entre trabajo remunerado y trabajo
doméstico |
"Yo
no me puedo levantar a las tres de la mañana e ir a entrenar, ¿por qué?
porque mi cuerpo no lo aguanta... Antes sí (cuando no estaba casada),
en la tarde yo salía, caminaba, iba a zumba y regresaba relajada"
(participante K) |
|
Acceso
y disponibilidad de FV en casa |
Falta
de apoyo familiar |
"Mi
prioridad es mi hija, no tengo quien me la cuide [...] no la voy a
dejar por complacer emm (sic)... a pesar de que sea saludable, no lo
hago" (participante N) |
|||
Laboral |
Motivación,
apoyo, compañía, ejemplo y colaboración de familiares o compañeros de
trabajo |
"Me
encanta poder ir al gimnasio con mi esposo o alguien conocido que vaya
conmigo, no me gusta ir sola" (participante A) |
Docencia
requiere mucho trabajo extracurricular. |
“Aunque
trate de no hacerlo, casi siempre me llevo algo de trabajo para la
casa” (participante M) |
|
Acceso
a FV en el comedor escolar AF
incluida en el currículo académico |
"Aquí
en el comedor para mí es más fácil porque ya está preparado. Siempre
hay granadilla o alguna fruta ya picada" (participante C) |
Pasan
fuera del hogar casi todo el día y el tiempo de transporte es extenso |
|||
Fuente:
Elaboración propia
A
nivel personal, la autoeficacia se vincula con situaciones que influyen
en el
autocuidado; se identificaron como barreras la motivación, creencias e
incluso
falta de habilidades sobre cómo incluir frutas, vegetales y actividad
física de
forma constante, que se adapte a la situación y como una prioridad.
Esto
contrasta con los facilitadores que son justamente las habilidades
culinarias
básicas, el conocimiento para hacer recetas prácticas, así como la
organización
del tiempo y el convencimiento de estas prácticas como parte del
autocuidado.
Por
otra parte, a nivel familiar, las docentes llegaron a reflexionar que,
debido a
la socialización recibida, hay una doble carga de trabajo donde lo
laboral
remunerado convive con lo doméstico (labores del hogar, así como lo
organizativo respecto al cuido de los demás miembros de la familia), lo
que
desplaza el tiempo y la prioridad para el autocuidado. Igualmente, los
facilitadores encontrados fueron una economía del cuido más balanceada,
manifestada por palabras clave como motivación, apoyo, colaboración,
compañía y
ejemplo de parte de otros familiares.
En
el nivel laboral, las barreras identificadas fueron que la escuela no
tiene las
condiciones para realizar actividad física (espacio físico, facilidades
para el
aseo, normas sociales que lo promuevan). Para ambas prácticas, se
identificó
como barrera el tiempo (en transporte, fuera de sus hogares o dedicado
a
labores extracurriculares de preparación para la docencia). Las
docentes
reconocieron como facilitadores el apoyo de sus colegas y de Dirección.
Asimismo, el hecho de que haya normas sociales (como la disponibilidad
de FV en
el comedor o AF en el currículo académico) son estímulos para estos
hábitos.
5.
Discusión
Entre
las claves para el éxito de la intervención están la correcta
identificación de
barreras y facilitadores percibidos por los participantes, centrar el
objetivo
de la sesión en aspectos personales para el cambio, el abordaje
multidisciplinario, el integrar los escenarios cotidianos (personal,
familiar y
laboral), así como contemplar las diferentes teorías de cambio de
comportamiento. Todo esto aportó a la efectividad de la propuesta
educativa y
permitió la explicación de los patrones en los resultados obtenidos.
Esto
coincide con lo propuesto por Swinburn et al., (1999) y Martínez
Espinosa
(2017) que enfatizan en abordar múltiples componentes del ambiente en
donde se
desempeñan las personas.
Entre
los aspectos que explican las mejoras percibidas en la población
posterior a la
intervención se encuentran los siguientes. 1) Los postulados de la
teoría de
creencias en salud que explican que las creencias sobre la importancia
o
gravedad de un determinado problema, la vulnerabilidad frente a este y
el que
la acción a implementar produzca más beneficios que costos personales,
promueven la adopción de estilos de vida saludables. 2) Las
recomendaciones de
la teoría transteorética, según la cual las acciones a implementar en
las
intervenciones para promover cambios en salud deben ajustarse al
estadio de
cambio en el que se encuentran las personas, se comprueban en la
propuesta
educativa de Jara y Rivera (2011), donde las estrategias se dirigen
principalmente a personas en los estadios de contemplación y
preparación. 3) El
contar con el interés y apoyo de las directoras de las instituciones
como un
facilitador institucional permitió al proyecto ser visto como una norma
social
y no como algo externo. Y, por último, 4) el contar con un ambiente y
clima de
trabajo óptimo para realizar las sesiones educativas (espacio,
duración,
frecuencia, personal capacitado).
Este
estudio viene a contribuir al conocimiento en el área de cambio de
comportamiento, pues evidencia el cambio de hábitos de cuido personal
en
docentes y las repercusiones a nivel personal. Es una pieza fundamental
para el
éxito de las intervenciones con enfoque ecológico, como el modelo
Póngale
Vida®, pues garantiza que los mensajes en salud para la prevención de
la
obesidad en la niñez sean reproducidos fidedignamente. Tal como las
personas
participantes lo manifiestan, tanto en los grupos focales como en las
sesiones
de intervención y a lo largo de la ejecución del modelo, si tienen
autoeficacia
personal para el cuido de la salud pueden acompañar a los niños y niñas
en las
acciones para la prevención de la obesidad infantil de forma gustosa,
sin
resistencias, con claridad y como un apoyo.
Una
de las características de las intervenciones con enfoque ecológico es
que una
vez que el apoyo técnico se retira, en este caso la Escuela de
Nutrición, las
docentes y personal administrativo quedan a cargo de continuar
implementando
las estrategias del Modelo Póngale Vida® de forma autónoma, no por
cumplir una
meta externa sino por motivación de querer tener un ambiente protector
de la
salud. Es decir, han adoptado el modelo
como propio y el centro educativo está más cerca de convertirse en
Escuela
Promotora de la Salud.
Una
de las preocupaciones de todo programa en el escenario escolar
costarricense es
la sobrecarga que se deposita y recae en el cuerpo docente para su
implementación. Ocasionalmente, en especial docentes nuevos que no
habían
participado en el proceso de intervención, manifestaban que no era su
labor
educar en temas de salud, a pesar de que si está aprobado el temario de
Educación para la Salud (MEP, 2017). Lo anterior refleja
desconocimiento de
esas actualizaciones, asimismo, confirma que la falta de autoeficacia
genera
inseguridad en el rol como un modelo positivo para las prácticas de
estilo de
vida saludable y reafirma la necesidad de acompañamiento para el
empoderamiento
en prácticas de cuido de la salud así como en llegar a ser o hacer un
modelaje
efectivo.
Los
grupos focales arrojaron información a profundidad para comprender el
proceso
de cambio. La correcta identificación de barreras y facilitadores
percibidos
por los docentes para el consumo de frutas y vegetales y para la
práctica de
actividad física constituye un paso fundamental, pues ayuda tanto a las
facilitadoras (nutricionista, psicóloga y promotora física) como a las
mismas
docentes a tomar conciencia de sus motivaciones y patrones en torno a
los
hábitos de cuido de la salud. Posteriormente, esto se retomó en las
sesiones y
sirve para centrar el objetivo de la sesión, así como las metas
personales.
Una
reflexión que merece atención es la carga de trabajo depositada sobre
las
mujeres, pues prioriza el rol laboral, como madre, esposa y en sí,
cuidadora de
otros; pero relega su propio cuido a un plano secundario. En las
investigaciones sobre economía del cuido (ONU Mujeres Colombia, 2019)
se señala
que el autocuidado necesita de condiciones mínimas tales como reconocer
el
trabajo de cuido no remunerado, reducirlo para poder tener organización
del
tiempo personal y motivación para otras actividades y redistribución
con otros
miembros familiares, es decir, colaboración de otras personas de su
entorno
inmediato. En este caso, las docentes manifestaron situaciones
similares,
incluida la falta de apoyo de la pareja para la crianza de sus hijos,
lo cual
afecta a alrededor de la mitad de las docentes con hijos.
Esto concuerda con Vargas (2016), quien
registra dentro de las principales barreras para la práctica de
actividad
física, la pereza, la falta de costumbre, el cansancio y sobre todo la
falta de
tiempo. Destaca que, respecto a esta última barrera, existen
diferencias en
cuanto a género, dado que los hombres asocian la falta de tiempo con
las
responsabilidades del trabajo, mientras que las mujeres, la relacionan
con el
rol de cuidado que se les atribuye, a la construcción de su tiempo
libre a
partir de ese rol y a la extensa lista de responsabilidades que deben
cumplir
como mujeres. Añade que en las mujeres entre 30-49 años la barrera de
“falta de
tiempo” se presenta de manera más marcada, debido a que en este
intervalo se
encuentra la edad media de entrada al matrimonio, así como la tendencia
del
primer hijo (Vargas, 2016).
Sin
embargo, algo muy positivo a destacar es que la autoeficacia incrementó
conforme las docentes iban tomando conciencia de estas dinámicas e iban
planteando estrategias para balancear los múltiples roles que asumen y
delegar
otras tareas en otros miembros del hogar. Asimismo, el ámbito laboral
se vio
como uno con mucha oportunidades y facilitadores para los hábitos de
vida
saludable conforme el modelo Póngale Vida® se ponía en acción. Los
programas de
enfoque ecológico necesitan contemplar todas las poblaciones e
identificar los
facilitadores y barreras para la ejecución y sostenibilidad de los
hábitos que
proponen. En especial, si se busca el cambio de normas sociales y
cambios en el
ambiente.
6.
Conclusiones
La
propuesta educativa de Jara y Rivera (2011), basada en un modelo de
educación
nutricional grupal interactiva, fue efectiva para aumentar la
autoeficacia, la
preparación para el cambio de comportamientos, el reconocimiento de las
barreras y facilitadores personales en el consumo de frutas y vegetales
y en la
práctica de actividad física de docentes, lo que aumenta las
oportunidades de
adherencia y mantenimiento de un estilo de vida más saludable.
Como
se evidenció en los apartados sobre la autoeficacia y las etapas de
cambio, la
posibilidad de adopción de estos hábitos tiene componentes individuales
y
grupales que deben ponerse en diálogo; es decir, la persona debe poder
encontrar motivaciones internas, estrategias de enfrentamiento a
situaciones
comunes y sentir apoyos de quienes le rodean para poder vivir un estilo
de vida
más saludable. Esto se refleja en la disminución de la prevalencia de
sedentarismo en los docentes luego de la intervención, así como en el
enfrentamiento de situaciones cotidianas.
Las
barreras señaladas están interconectadas desde la carga múltiple en las
docentes por su rol de género, pasando por la motivación, el tiempo
disponible
y las habilidades prácticas y de autoeficacia.
Como
estudios posteriores, se recomienda evaluar el rol docente durante la
ejecución
del modelo Póngale Vida® para la prevención de la obesidad infantil. Se
observó
empíricamente el modelado de actitudes y prácticas en sus estudiantes,
por lo
que sería el siguiente paso para poder probar si hay relación entre
personas
docentes que saben cómo vivir un estilo de vida saludable y si se
llegan a
convertir esto en modelos que influyen en sus estudiantes. El supuesto
es que
los docentes ejercen el rol de modelaje de hábitos con claridad, con
convicción
y naturalidad, que lo reflejan en sus palabras, en sus actos cotidianos
(tener
agua en su escritorio, comer frutas, vegetales en el comedor,
participar
gustosamente en las actividades de juego, lúdicos y de ejercicio
programado) y
en sus acciones directas.
Las
principales limitaciones del estudio fueron que el formulario de
recolección de
información fuera autocompletado, incluida la frecuencia de consumo de
alimentos. Esto generó errores que impidieron obtener una frecuencia
precisa y
un análisis más detallado de los cambios alimentarios.
7.
Agradecimiento
A
todo el personal docente y administrativo de los centros educativos, en
especial a las directoras que brindaron su interés y apoyo en
implementar este
estudio.
8.
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Politécnica de Madrid, Madrid, España.
[1] Universidad
de Costa Rica, COSTA RICA. nadia.alvaradomolina@ucr.ac.cr ORCID: https://orcid.org/0000-0002-7474-0138
[2] Universidad de
Costa Rica, COSTA RICA. dianin195@hotmail.com, ORCID: https://orcid.org/0000-0003-3581-0946
[3] Universidad de
Costa Rica, COSTA RICA. ivannia.urena@ucr.ac.cr, ORCID: https://orcid.org/0000-0003-1531-8233
[4] Universidad
de Costa Rica, COSTA RICA. xinia.fernandezrojas@ucr.ac.cr, ORCID: https://orcid.org/0000-0001-5279-9393
[5] Se entiende por vegetales las llamadas verduras en otras partes de América Latina y que excluyen cereales, leguminosas y verduras harinosas como yuca, plátano, etc.