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En los últimos años las actividades al aire libre, especialmente las relacionadas con el ambiente, han tenido un auge importante y han logrado capturar la atención de personas con y sin conocimientos técnicos al respecto. Entre dichas actividades se cuenta con la observación de aves (“birding o birdwatching) como una de las más populares. Esta actividad consiste en observar, fotografiar y documentar a las aves en su hábitat natural, sin la necesidad de alterar su comportamiento o las funciones ecológicas que desempeñan.

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La observación de aves es una actividad común en comunidades rurales o áreas de conservación públicas y privadas, que además contribuye a la generación de conocimiento sobre la avifauna del país, así como también favorece al desarrollo de una mayor sensibilidad hacia todos los organismos que integran nuestro ambiente.

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Según Adilio Zeledón Meza, quien es guía turístico autorizado por el Instituto Costarricense de Turismo, las aves integran una parte importante de la naturaleza puesto que reaccionan ante distintas variables en el ambiente, por tanto, se les puede clasificar como un tipo de recurso natural. “Las aves son recursos naturales por cuanto son seres vivos que comparten, dentro de determinados ecosistemas, nichos con otras especies de organismos que en su conjunto pueden ser empleados por los seres humanos para la realización de sus actividades”, indica Zeledón.

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Partiendo de lo anterior, la observación de aves se puede entender como una forma de producir ingresos económicos en las comunidades rurales y también por parte de asociaciones y empresas privadas relacionadas con la actividad turística.

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Un adecuado plan de manejo, que permita trabajar con la explotación de este recurso de manera equilibrada con la naturaleza, conlleva un diseño que incluya a profesionales de áreas diversas como administración, turismo, gestión ambiental, educación y biología, entre otros

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De este modo, bajo un régimen adecuado de manejo que incluya aspectos clave como la reforestación de bosques con la finalidad de crear espacios idóneos para las aves y la prestación de servicios básicos para los observadores, como alojamiento y comida, puede hacer de esta una actividad económica rentable para las comunidades rurales organizadas.

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Cabe destacar que esta es una actividad con un público meta muy amplio que no abarca únicamente al turista extranjero, sino también, a nacionales no capacitados en el tema pero que gustan de pasar tiempo al aire libre, así como investigadores y docentes. Por tanto, un adecuado plan de manejo, que permita trabajar con la explotación de este recurso de manera equilibrada con la naturaleza, conlleva un diseño que incluya a profesionales de áreas diversas como administración, turismo, gestión ambiental, educación y biología, entre otros; siendo esto fundamental cuando se trata del establecimiento de proyectos con grandes dimensiones.

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Es importante mencionar que ya existen en Costa Rica comunidades organizadas y empresarios que se dedican a este tipo de actividades ofreciendo tours, en grupo o individualizados, y giras pedagógicas, con lo cual se demuestra que la observación de aves efectivamente representa una importante fuente de ingresos económicos ligada a la conservación de la naturaleza.

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Luis Mario Calderón Soto

Escuela de Ciencias Exactas y Naturales, Universidad Estatal a Distancia

San José, Costa Rica

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Imágenes

Loro cabecipardo Pyrilia haematotis en Costa Rica. Fotografía de Andy Morffew (CC BY 2.0)

Grupo de observadores de aves. Fotografía de Adilio Zeledón Meza