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El manejo y conservación de los recursos naturales requiere sin duda de la participación de todos. Existen diferentes instrumentos para contribuir a la conservación, uno de ellos y que ha resultado muy eficiente, son las áreas naturales protegidas, convirtiéndose en un instrumento universal para la conservación de bienes y servicios ecosistémicos.
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Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), las áreas naturales protegidas son espacios continentales o marinos, reconocidos y establecidos legalmente. Desde 1872, con la creación de la primera área natural protegida del mundo, el Parque Nacional Yellowstone, hasta este año, existen más de 211 millones de hectáreas protegidas en Latinoamérica. Sin embargo, cuando hablamos de áreas protegidas y conservación de recursos, curiosamente no hablamos de uno de los actores más importantes y que son de hecho los guardianes tras el telón de la conservación: los guardaparques.
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De acuerdo con la legislación de cada país, los guardaparques, tanto hombres como mujeres, poseen múltiples funciones, que incluyen la protección y vigilancia de las áreas protegidas, interpretación de sitios, educación ambiental, acompañamiento en monitoreos y levantamientos científicos, varias actividades de manejo, administración de áreas, además de ser agentes de respuesta ante emergencias y, sin duda, también son ese eslabón clave entre las comunidades locales, las áreas protegidas y la administración general del área.
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Sin duda, el trabajo del guardaparque debe ser reivindicado, reconocido, valorado y respetado.
Diversos esfuerzos deben sumarse y tal como lo dije al inicio, el manejo y conservación de los recursos naturales requiere de la participación de todos
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Sin embargo, pese a todo el esfuerzo y responsabilidad que implica la protección del patrimonio natural, en ocasiones este esfuerzo es pobremente reconocido y conlleva incluso a que estas personas día con día, arriesguen sus vidas a favor de la protección de los recursos. Cada año, guardaparques son asesinados tanto en Latinoamérica como en el resto del mundo, debido a la caza furtiva, tráfico de fauna silvestre o por luchas de territorios.
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En algunos casos, las áreas naturales protegidas cuentan con un solo guardaparque, lo que limita en todos los sentidos la labores a realizar y el cumplimiento adecuado de los objetivos para los cuales fue declarada el área protegida. Algunos países presentan una estructura organizativa consolidada de guardaparques, además de perfiles profesionales establecidos y esto tiene que ver mucho con la historia y peso de la conservación en sus naciones. Pese a eso y aunque existen áreas protegidas emblemáticas, como las de la cuenca del Amazonas, las del Sistema Arrecifal Mesoamericano o del archipiélago de las islas Galápagos, así como otras que son muy poco conocidas, finalmente, las limitaciones, el trabajo, el esfuerzo y los riesgos siguen siendo grandes en cada una de ellas.
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En el año 2018, con el respaldo de la Federación Internacional de Guardaparques, los guardaparques latinoamericanos realizaron un encuentro en Ecuador, con el objetivo de analizar temas relacionados a: estabilidad laboral y problemática social, formación y capacitación académica —que son muy variables en toda la región—, y otras problemáticas inherentes a su labor en Latinoamérica. Sin duda, el trabajo del guardaparque debe ser reivindicado, reconocido, valorado y respetado. Diversos esfuerzos deben sumarse y tal como lo dije al inicio, el manejo y conservación de los recursos naturales requiere de la participación de todos.
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Roxana Margarita López-Martínez
Programa de Pós-graduação em Oceanografia Biológica, Instituto de Oceanografia, FURG
Rio Grande, RS, Brasil
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Imágenes
Fotografía grupal del Encuentro Latinoamericano de Guardaparques, Ecuador 2018. Fotografía de Oscar Carvajal
Dos participantes del encuentro de guardaparques latinoamericanos (2018), junto a un cartel del evento. Fotografía de Oscar Carvajal
Salto dedicado al guardaparque Bernabé Méndez, cataratas del Iguazú, Argentina. Fotografía de Roxana Margarita López-Martínez
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Publicado: 8 de abril, 2019. Serie 3.
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Serie de blogs de la Revista de Biología Tropical. 2019
Universidad de Costa Rica
Edición gráfica: Alonso Prendas Vega
Edición científica: Luis E. Vargas-Castro 
