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Normalmente los esfuerzos en conservación relacionados con la vida silvestre buscan la liberación de animales en su hábitat natural, sin embargo, detrás de ese fin existe una serie de procesos que involucran la rehabilitación de dichos animales y una parte de eso ocurre en cautiverio.
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Los zoológicos son sitios que procuran mantener, conservar y reproducir animales silvestres en cautiverio con el objetivo de perpetuar la existencia de las especies en la naturaleza1. Otro tipo de sitios con animales no domésticos en cautiverio tienen la categoría de zoocriaderos, cuyos procesos de cría y reproducción involucran una logística aún más elaborada con la finalidad de generar un mejor beneficio para las especies con las que se trabaja, o para emplearlas como un recurso de provecho para los seres humanos.
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Existe un debate acerca de si los zoológicos son más cárceles para los animales que ingresan en estos, que sitios para su rehabilitación,
pero la verdad es que eso puede variar mucho de un lugar a otro
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En muchos casos los animales que ingresan a los zoológicos provienen de lugares en donde los mantenían cautivos como mascotas, o bien, han sido víctimas de la cacería ilegal, comercio ilegal de vida silvestre o simplemente fueron extraídos de su hábitat natural, por lo que es común que se encuentren en mal estado, desnutridos o afectados en términos de salud y comportamiento.
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Ahora bien, existe un debate acerca de si los zoológicos son más cárceles para los animales que ingresan en estos, que sitios para su rehabilitación, pero la verdad es que eso puede variar mucho de un lugar a otro y tiene que ver con el cumplimiento de las normas imperantes en cada país para la regulación de sus actividades. Si bien es cierto, los animales silvestres están mayoritariamente mejor en su hábitat natural, lamentablemente la destrucción de la naturaleza producto de algunas de las actividades humanas, así como la reducción de las poblaciones de muchas especies, han ocasionado que personas más conscientes de la realidad del asunto, quizás más o quizás menos, se hayan visto en la necesidad de crear espacios como los zoológicos y los zoocriaderos para brindar apoyo a las especies amenazadas.
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Y es que aunque algunos de los animales que pueden ser encontrados en los zoológicos no puedan ser liberados, debido a su condición de salud o incapacidad para reincorporarse a su ambiente natural, habitualmente acaban contribuyendo a la educación ambiental, con lo cual hacen un valioso aporte al proceso de concientización de los visitantes sobre la importancia de dichos animales en sus entornos naturales.
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Cabe destacar que en los zoológicos se llevan a cabo investigaciones para conocer mejor el comportamiento de los animales silvestres (en cautiverio) y luego con eso poder extrapolar los resultados a la conservación de los organismos de las mismas especies que todavía habitan en estado salvaje. Además, en estos centros también existe toda una serie de procesos que involucran desde una nutrición balanceada, pasando por juegos y rituales propios de los animales para ayudarles a evitar el estrés de vivir aislados en un recinto, hasta llegar a los cuidados veterinarios requeridos por cualquier animal.
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En Costa Rica encontramos una amplia diversidad de animales silvestres, algunos de ellos caracterizados por su estado de amenaza y por lo tanto comunes de encontrar en zoológicos y zoocriaderos. Por ejemplo, la danta (Tapirus bairdii) es una especie amenazada por la cacería, al igual que muchos de los felinos silvestres en el país, como el tigrillo (Leopardus tigrinus), el caucel (Leopardus wiedii) y desde luego el jaguar (Panthera onca)1. Otros ejemplos son el mono colorado o mono araña (Ateles geoffroyi) y el mono ardilla (Saimiri oerstedii), que son usados como mascotas, así como muchas especies de reptiles y anfibios.
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Existen diferentes centros en Costa Rica dedicados a las labores de rescate y conservación de la vida silvestre, como lo son: el Parque Zoológico y Jardín Botánico Nacional Simón Bolívar, y el Centro de Conservación Santa Ana, ubicados en San José; la Escuela Centroamericana de Ganadería, Zoo Ave, Centro de Rescate Fundación La Marina, y el Proyecto Asís, en la provincia de Alajuela; por su parte en la provincia de Guanacaste se encuentran Africa Safari Adventure Park y el Centro de Rescate Las Pumas; mientras que en Puntarenas están presentes El Santuario de Lapas NATUWA y la Jungla de Murciélagos.
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Finalmente, es importante reiterar la importancia de la permanencia de estos sitios dedicados a la conservación, así como su regulación y vigilancia ante el cumplimiento de los parámetros establecidos para los mismos, pues contribuyen a la educación ambiental y generan una nueva oportunidad, en muchos casos, para animales silvestres que aún tienen la esperanza de ser reintroducidos en su ambiente.
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Escuela de Ciencias Exactas y Naturales, Universidad Estatal a Distancia
San José, Costa Rica
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Imágenes
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Jaguar en un zoológico de Nebraska, Estados Unidos. Fotografía de Ali Eminov (CC BY-NC 2.0)
Mono araña en un zoológico de Belice. Fotografía de Michael Schamis (CC BY 2.0)
Visitantes en el Parque Zoológico de São Paulo, Brasil. Fotografía de Deni Williams (CC BY 2.0)
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Referencias
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1Mora Benavides, J. (2000). Los mamíferos silvestres de Costa Rica. San José, Costa Rica: EUNED.
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Publicado: 15 de abril, 2019. Serie 3.
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Serie de Blogs de la Revista de Biología Tropical. 2019
Universidad de Costa Rica
Edición gráfica: Alonso Prendas Vega
Edición científica: Luis E. Vargas-Castro