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Revista de Biología Tropical, ISSN: 2215-2075, Vol. 72: e54459, enero-diciembre 2024 (Publicado Ene. 29, 2024)
involucran estimaciones de rango cuantitativas,
producto de la correlación de datos de presencia
y variables ambientales apoyadas en la teoría de
nicho (El-Gabbas & Dormann, 2018; Medina et
al., 2016). Los MDEs han sido ampliamente uti-
lizados para determinar la distribución de espe-
cies amenazadas en lugares poco explorados
(Manchego et al., 2017; Ortega-Andrade et al.,
2015; Peralvo et al., 2007), logrando resultados
robustos a partir de escasos registros de presen-
cia (Hernandez et al., 2006; Ortega-Andrade
et al., 2013; Pearson et al., 2007). Además, han
ayudado en la evaluación del estado de conser-
vación (Ortega-Andrade et al., 2013; Ortega-
Andrade et al., 2015), al descubrimiento de
especies nuevas (Raxworthy et al., 2003) y a la
detección de poblaciones de especies conside-
radas crípticas o raras (Raxworthy et al., 2003;
Rebelo & Jones, 2010; Udyawer et al., 2020).
De igual manera, los MDEs han demostrado
ser procedimientos sistemáticos con resulta-
dos más representativos que las tradicionales
técnicas usadas por la UICN para calcular la
extensión de la ocurrencia (EOO, por sus siglas
en inglés) (De Castro-Pena et al., 2014; Marcer
et al., 2013; Syfert et al., 2014).
El uso de MDEs es limitado particularmen-
te para los ecosistemas de bosques tropicales
estacionalmente secos (BTES). Dentro de este
bioma, la región tumbesina destaca como una
de las áreas menos estudiadas (Escribano-Avila
et al., 2017; Espinosa et al., 2012) a pesar de ser
reconocida mundialmente por sus niveles de
endemismo (Escribano-Avila et al., 2017), así
como por sus amenazas (Armijos-Ojeda et al.,
2021; Best & Kessler, 1995; García-Olaechea et
al., 2021; Venegas, 2005). Los BTES están suje-
tos a una larga historia de actividades antropo-
génicas, como la deforestación, la expansión de
la frontera agrícola, el pastoreo de ganado, los
incendios forestales, entre otras (Best & Kessler,
1995; Dodson & Gentry, 1991; Espinosa et al.,
2012; Ferrer-Paris et al., 2019; Jara-Guerrero
et al., 2019). Tales actividades han generado
homogenización y fragmentación de los eco-
sistemas tumbesinos llevando a que grandes
extensiones de bosques queden reducidas a
parches aislados (Aguirre & Kvist, 2005; Best
& Kessler, 1995; Tapia-Armijos et al., 2015)
que ocupan menos del 30 % de la cobertura
original (Escribano-Avila et al. 2017; Portillo-
Quintero & Sánchez-Azofeifa, 2010). Esta alta
fragmentación de los bosques tumbesinos los
deja altamente expuestos a otras amenazas,
como el cambio climático, el cual tiende a alte-
rar los rangos de distribución de algunas de las
especies de la región (Manchego et al., 2017;
Orihuela-Torres et al., 2020).
Un grupo que se encuentra particularmen-
te en riesgo y carece de información precisa
sobre la distribución geográfica y estado de
conservación debido a sus hábitos nocturnos y
comportamiento elusivo, son los murciélagos.
Según Frick et al. (2019), del total de espe-
cies de murciélagos evaluadas por la UICN,
el 80 % requiere atención de investigación o
conservación. Estas tendencias son igual de
preocupantes en la región tumbesina debido a
que las listas rojas de Ecuador y Perú reportan
el 95 y 63 % de las especies de murciélagos
amenazados están total o parcialmente en la
vertiente occidental de cada país, respectiva-
mente (SERFOR, 2018; Tirira, 2011). El distur-
bio antropogénico amenaza la mayoría de estas
especies, las cuales se encuentran vulnerables
debido al bajo tamaño de sus poblaciones (Valle
et al., 2021). Aunque existen considerables
esfuerzos realizados en comprender la ecología
e historia natural de este grupo (e.g., Albuja
& Mena-Valenzuela, 2004; Brito et al., 2018;
Carrera et al., 2010; Molina-Moreira & Alava,
2019; Pacheco et al., 2007; Ramírez-Paz & Salas,
2019; Salas, 2008; Valle et al., 2021), no se sabe
con precisión la distribución de las especies de
murciélagos amenazados a través de la región.
Un creciente número de estudios que eva-
lúan las áreas de distribución de especies de
murciélagos que habitan total o parcialmente
la región tumbesina (Burneo & Tirira, 2014;
Moscoso & Tirira, 2012; Pinto et al., 2013; Salas
et al., 2014) se han desarrollado en las últimas
décadas, siendo especies amenazadas las que
mayor interés han ganado entre investigadores
(Loaiza et al., 2019; Loaiza & Pacheco, 2017;
Nárvaez et al., 2012; Peralvo et al., 2007; Ramí-
rez-Fráncel et al., 2020; Ruelas & Pacheco, 2018;