8Revista de Biología Tropical, ISSN: 2215-2075 Vol. 72: e54500, enero-diciembre 2024 (Publicado Ene. 19, 2024)
en comparación con los árboles de siete años
no fue significativa, pero con las plantas más
jóvenes la diferencia fue el doble (de 155 ± 14 a
303 ± 7mg lignina g-1 MS; P < 0.05).
Los patrones observados de los contenidos
de ligninas obtenidos en tallos y raíces fueron
muy similares. Las plantas in vitro obtuvieron
los extractos con los mayores contenidos (288
± 27 y 278 ± 79 mg lignina g-1 MS, respectiva-
mente). Los valores promedio más bajos de la
investigación se obtuvieron en los tallos de los
árboles de año y medio (141 ± 12 mg lignina
g-1 MS), aunque las diferencias no fueron signi-
ficativas con los árboles de siete y 20 años. Las
raíces de los árboles más longevos presentaron
los contenidos de lignina más bajos (120 ± 5
mg lignina g-1 MS), pero estadísticamente sólo
tuvo diferencias significativas con las plantas in
vitro. A los cuatro años, los tallos y las raíces
aumentaron el contenido de las ligninas, pero
el incremento solo fue significativo en los tallos
(224 ± 40 y 218 ± 25 mg lignina g-1 MS, res-
pectivamente). La tendencia en el contenido de
ligninas disminuye conforme el árbol aumenta
la edad. En el caso de los tallos de los árboles de
siete y 20 años, los valores promedio fueron 151
± 13 y 149 ± 9 mg lignina g-1 MS, mientras en
las raíces la reducción fue de 167 ± 4 a 120 ± 5
mg lignina g-1 MS, respectivamente (P > 0.05).
DISCUSIÓN
Los resultados muestran la evaluación de
un único periodo del ciclo de vida de un con-
junto de plantas de diferentes edades. En plan-
tas longevas, como los árboles, se puede tener
un gradiente complejo de tejidos en diferentes
etapas ontogenéticas de desarrollo (Koricheva
& Barton, 2012). Por tanto, las diferencias en los
contenidos de fenoles entre los segmentos eva-
luados de las plantas in vitro e in vivo se deben
a las diferentes condiciones de crecimiento y
etapas específicas del desarrollo de la planta.
Es importante destacar que los estudios
de largo plazo acerca de la distribución de los
metabolitos secundarios en plantas son escasos,
y según Wam et al. (2017), los patrones son
inconsistentes y poco claros. La mayoría de los
estudios acerca de la inducción de metabolitos
secundarios en plantas leñosas se llevan a cabo
en plántulas, probablemente por razones prác-
ticas, lo cual limita los datos para los estados
maduros (Koricheva & Barton, 2012).
La información en la literatura en rela-
ción con la presencia de fenoles y ligninas en
dependencia de las etapas de desarrollo es
contradictoria. Aunque existen investigaciones
que concluyen que las plantas in vitro presen-
tan menores rendimientos en la producción de
metabolitos secundarios en comparación con
las plantas de campo (Dias et al., 2016; Dubra-
vina et al., 2005), muchos estudios han demos-
trado que las condiciones específicas de la
micropropagación estimulan la producción de
compuestos fenólicos al modificar el metabolis-
mo primario. Particularmente, los nutrientes y
las hormonas influyen en la expresión de genes
implicados en la biosíntesis de metabolitos
secundarios (Debnath & Goyali, 2020; Gupta et
al., 2017; Liu et al., 2018). Incluso, hay evidencia
de una mejora en los metabolitos secundarios
de materiales micropropagados de plantas, teji-
dos o células en comparación con las plantas
cultivadas en el campo (Gupta et al., 2017).
Según Isah et al. (2018), los bajos rendi-
mientos obtenidos de metabolitos secundarios
en condición in vitro es por la alta utilización
del carbono exógeno del medio de cultivo
para el metabolismo primario. La demanda
total de proteínas en condiciones no in vitro, y
por tanto, su síntesis, está relacionada con las
demandas proteicas vinculadas al crecimiento,
fijación de carbono y homeóstasis (Jones &
Hartley, 1999). Pero, en condiciones in vitro, el
crecimiento y fijación de carbono no ocurre por
fotosíntesis, sino a través de fotomorfogénesis,
un proceso de desarrollo heterotrófico mediado
por luz y fuentes de carbono exógenas.
Según el modelo de competición proteica
propuesto por Jones y Hartley en 1999, existe
una disputa bioquímica por la fenilalanina,
que es la molécula precursora de la síntesis
de proteínas y fenoles. La hipótesis postula
que cuando las tasas de síntesis proteicas son
altas, las tasas de síntesis fenólicas deben ser
bajas y viceversa. En condiciones naturales, las