Susana Villalobos Ramírez
Sede de Occidente, Universidad de Costa
Rica,
San José, Costa Rica
susanamaria.villalobos@ucr.ac.cr
https://orcid.org/0000-0001-9023-238X
Fecha de recepción: 25 de octubre
del 2023
Fecha de aceptación: 7 de mayo del 2024
Cómo citar:
Introducción: Los procesos co-creativos
y el empoderamiento de la ciudadanía son considerados factores esenciales para
el éxito de las innovaciones sociales. Sin embargo, su prevalencia e
implicaciones en el contexto de las organizaciones no gubernamentales en Costa
Rica han recibido una atención limitada.
Objetivo: Examinar las prácticas participativas en ONG en
Costa Rica con la intención de precisar sus niveles de co-creación
e implicancias para el diseño e implementación de procesos innovadores de
carácter social.
Metodología: Se utilizó un diseño secuencial explicativo, que
incluyó una revisión de literatura para
Resultados: Los resultados mostraron la implementación de
diversas prácticas participativas en las fases operativas, siendo el nivel de co-creación mayoritariamente medio-bajo. Se observó una
mayor presencia de prácticas participativas en las etapas de planificación,
sensibilización y evaluación. Las principales implicancias se relacionan con la
percepción de satisfacción, financiamiento y continuidad del compromiso de las
personas usuarias.
Conclusión: Se evidencia la coexistencia de avances y desafíos
en la implementación de la co-creación. Aunque la
perspectiva dialógica emerge como un eje fundamental que merece reconocimiento
para responder a factores contextuales específicos, y para superar el nivel
representativo, se hace patente la necesidad de un enfoque más transversal,
profundo y sistémico que impulse la formación en métodos colaborativos y
promueva la co-creación como una herramienta
fundamental capaz de catalizar la innovación social.
Palabras clave: ONG, Co-creación, Diseño
participativo, Metodologías participativas, Innovación social.
Abstract
Introduction: Co-creative processes and citizen empowerment are
considered essential factors for the success of social innovations. However,
their prevalence and implications in the context of non-governmental
organizations in Costa Rica have received limited attention.
Objective: To examine
participatory practices in NGOs in Costa Rica with the intention of determining
their levels of co-creation and implications for the design and implementation
of innovative social processes.
Methodology: A sequential explanatory design was used, which
included a literature review for the construction of categories of co-creation
levels, together with the administration of questionnaires and semi-structured
interviews.
Results: The results showed the implementation of various
participatory practices in the operational phases, with the level of
co-creation being mostly medium-low. A greater presence of participatory
practices was observed in the planning, sensitization, and evaluation stages.
The main implications are related to the perception of satisfaction, financing,
and continuity of commitment of the users.
Conclusion: The coexistence of advances and challenges in the
implementation of co-creation is evident. Although the dialogic perspective
emerges as a fundamental axis that deserves recognition to respond to specific
contextual factors, and to overcome the representative level, the need for a
more transversal, deep, and systemic approach that encourages training in
collaborative methods and promotes co-creation as a fundamental tool capable of
catalyzing social innovation is evident.
Keywords: NGOs, Co-creation, Participatory design,
Participatory methodologies, Social innovation.
En las últimas décadas, la innovación
social y los enfoques participativos han sido objeto de mayor atención en el
discurso tanto académico como público (Avelino et al. 2019). Esta creciente
tendencia a las metodologías innovadoras e inclusivas surge de una necesidad
cada vez más reconocida por generar respuestas sistémicas entre diversas
personas, empresas y organizaciones a los desafíos sociales, económicos y
ambientales. En este panorama, las
En la innovación social, el enfoque
centrado en las personas se distingue por su capacidad para incorporar la co-creación en sus distintas fases metodológicas. En este
sentido, es necesario aclarar que el presente texto parte de la premisa de que
la innovación social, además de trabajar con objetivos sociales, frecuentemente
se centra en transformar las prácticas sociales existentes para mejorar la
capacidad de acción de las personas en el desarrollo y su papel en el
mantenimiento de la innovación (The Young Foundation 2012, citados por Marchesi y Tweed, 2021). Así,
la co-creación se entiende como un modelo
Aunque el tema de la co-creación ha sido reconocido en diversos sectores como
una variable clave en procesos de innovación social, su prevalencia e
implicaciones en el ámbito de las ONG son relativamente incipientes en la
investigación académica en Costa Rica. En este artículo, se explora el tema
mediante tres preguntas de análisis: 1)
¿Qué prácticas participativas emplean las ONG y cuál es su nivel de co-creación? 2) ¿En qué fases operativas se observa una
mayor prevalencia de prácticas participativas? 3) ¿Cuáles son las implicancias
de la co-creación para el diseño e implementación de
procesos innovadores de carácter social?
Este tema adquiere trascendencia al
tomar en cuenta que «la innovación social es considerada como el componente más
relevante de los programas de ayuda dirigidos a países desarrollados y en vías
de desarrollo, donde nuevos riesgos e inequidades amenazan la cohesión social»
(Santos 2016, 47).
Innovación social
La innovación social no tiene una
definición universalmente aceptada y continúa
En la puesta en práctica de
innovaciones sociales, el empoderamiento ciudadano y su participación se
consideran
Hay una mayor conciencia del papel
esencial de las personas usuarias en las organizaciones contemporáneas,
especialmente en la investigación y desarrollo de prácticas de gestión pública
y en las crecientes iniciativas de innovación social; sin embargo, la
creatividad colectiva no es una novedad, ya que ha estado presente desde la
década de los setenta bajo la denominación de diseño participativo (Sanders and
Stappers 2008). La temática ha sido
La co
creación puede ser definida como un proceso sistémico en el cual se generan
nuevas soluciones «con» las personas y no «para» las personas, lo que implica,
por tanto: una participación de diversos actores (ciudadanos, empresarios, ONG,
gobierno, planificadores, administradores, funcionarios públicos, academia),
una nueva forma de generar conocimiento (cualitativo, de primera mano), así
como un proceso diferente de innovar (design driven) (Bason 2010, citado por Zurbriggen and González 2015, 145).
Entre las oportunidades destacadas de
los procesos participativos se señalan: la mejora de la calidad de las
decisiones a través de la discusión y la colaboración, pues así, se promueven
alternativas de toma de decisiones que sean factibles, equitativas e inclusivas
(Turnhout et al. 2020, citado por Moallemi
et al. 2023). Otro beneficio mencionado es el hecho de que la co-creación no solo perfecciona las soluciones existentes,
sino que también impulsa la innovación conjunta, al mejorar la capacidad de las
organizaciones y grupos para enfrentar problemas desafiantes y alcanzar metas
políticas que promuevan el desarrollo social (Hartley
et al. 2013).
Aunque las tesis sobre diseño
participativo han subrayado los beneficios inherentes a las metodologías co-creativas, recientemente ha surgido un llamado en la
comunidad del diseño para abordar la dimensión política de la participación en
procesos de investigación y gestión del diseño de proyectos con objetivos
sociales. Este llamado propone enriquecer las discusiones sobre el diseño como
un proceso democrático mediante la inclusión de niveles adicionales de
reflexión de carácter social y político (Serpa et al, 2020a, 2023b). Estas
perspectivas, enraizadas en el paradigma sociocrítico y enfoques de
investigación militante como la Investigación-acción Participativa y la
investigación militante en diseño (Serpa 2023), enfatizan la importancia de
reconocer que las metodologías participativas, por sí solas, no pueden resolver
de manera integral el problema de la representación. En la misma línea,
diversas investigaciones hacen hincapié en la necesidad de reconocer que la diferencia,
el privilegio y la posición dan lugar a la presencia de relaciones
asimétricas de poder que ejercen un impacto significativo en las dinámicas de
colaboración; «de esta manera, para que surja realmente una metodología
descolonizada y liberadora es indispensable reconocer las relaciones
asimétricas y dialécticas del equipo» (Dietz y Mateos
2015[2018], citados por Martínez 2019, 62).
Por otra parte, respecto a la
dimensión colectiva del conocimiento y en el contexto de transferencia de
conocimientos en proyectos tecnológicos para desarrollo local, también se han
presentado paradojas en la aplicación de metodologías participativas, pues
incluso más allá de cuestionar su efectividad para generar un involucramiento
auténtico y efectivo, se ha revelado que los mismos mecanismos diseñados para
fomentar la participación pueden ser utilizados
A pesar del consenso normativo
sobre la necesidad de abrir el desarrollo de conocimientos y tecnologías,
evaluaciones críticas de experimentos participativos han mostrado que la
implementación de tecnologías de participación (desde talleres participativos
hasta mesas de gestión asociada) no alcanza para garantizar un involucramiento
efectivo. Estas también mostraron cómo en ocasiones los mecanismos de
participación se transforman en ejercicios en sí mismos, utilizados para
acreditar «apertura» y legitimar decisiones preexistentes (Wynne 2007; Felt and Fochler 2010, citados
por Bortz and Garrido
Para Serpa (2023), facilitar la
participación efectiva en los movimientos sociales es una tarea compleja y
presenta un desafío permanente, puesto que las desigualdades existentes en la
sociedad se reflejan en los espacios de participación y «las condiciones para
la participación no son algo que los diseñadores o «responsables» puedan dar a
otra persona para que se exprese» (Serpa 2023, 11). En este contexto, es
importante reflexionar sobre dos aspectos, el primero es el riesgo de caer en
la idealización de los procesos metodológicos bajo la etiqueta de innovación social, partiendo por
reconocer las dificultades de aplicación y las complejas dinámicas de poder en
contextos de desigualdad social. Se reconoce, además, que si bien las prácticas
de co-creación han sido caracterizadas por sus
beneficios potenciales, es crucial comprender que no necesariamente ofrecen una
solución completa al desafío de la representación en procesos creativos;
incluso la co-creación no es un fin en sí misma, sino
un medio para la innovación.
El segundo aspecto, relacionado con
el componente contextual, es que a pesar de que
Tabla 1. Categorización de actividades según niveles de co-creación
Nivel de co-creación |
Grado de participación |
Tipo de participación |
Objetivos |
Descripción |
Bajo |
Limitado |
Consulta/ informativo |
Recolectar
o brindar información |
Las
personas usuarias son consultadas sobre sus opiniones o informadas sobre
procesos, pero no participan en la toma de decisiones. |
Medio |
Moderado |
Colaborativo |
Generar
ideas, evaluar propuestas |
Las
personas usuarias tienen representación y son parte en procesos consultivos,
pero su participación es limitada. |
Alto |
Activo
y fundamental |
Co-creadora |
Diseñar,
desarrollar e implementar soluciones |
Las
personas usuarias contribuyen activamente en el proceso de diseño o
desarrollo de las prácticas, y sus aportes son fundamentales para la toma de
decisiones. |
Fuente: Elaboración propia
Las
Al igual que en otras partes del
mundo y por parecidas razones, en las últimas décadas fueron surgiendo y
consolidándose en casi todos los países de ALyC una
gran variedad de organizaciones no estatales, propias de la llamada «Sociedad
Civil». Estas entidades, al asumir crecientes y heterogéneas responsabilidades,
intentan, a través de diferentes modalidades de acción colaborar para que en
general las respectivas sociedades, y en particular los sectores más
desfavorecidos y vulnerables de la población, puedan enfrentar sus necesidades
más elementales y urgentes (Balbis 2001, 13).
A partir del 2000, las ONG continúan
creciendo e integran en
Por otra parte, aunque las ONG han
surgido como actores claves de procesos de innovación social, su aparición no
puede entenderse sin situarlas en contextos institucionales específicos (Parthasarathy, Dey, and Gupta 2021). En el caso de Costa
Rica, el tema de las ONG ha sido estudiado académicamente desde inicios de la
década de los noventa (Guevara 2015). Si bien en el país
Al igual que en el escenario
internacional, durante la última década en Costa Rica se percibe un aumento en
la constitución de fundaciones, pasando
Este estudio utiliza un enfoque de
diseño secuencial explicativo de método mixto (Creswell and Plano Clark
Para la elección de la muestra, se emplearon dos
estrategias complementarias. En primer lugar, se optó por un muestreo
intencional. Se seleccionaron las tres primeras ONG participantes en función de
dos criterios específicos de inclusión:
i) contar con al menos diez años de experiencia en su campo y ii) trabajar con objetivos sociales que involucren
poblaciones desfavorecidas.
El trabajo de campo fue realizado
entre junio 2022 y abril 2023, y contempló dos etapas. En la primera etapa, se
aplicó un cuestionario (N=10) para explorar las tendencias y prevalencia de
prácticas de co-creación en las ONG.
Tabla 2.
Fases operativas de las ONG
Recursos
y planificación |
Preparar recursos y estrategias para los
proyectos de la ONG, incluyendo la elaboración de planes. |
Convocatoria |
Identificar
y seleccionar a las personas usuarias y/o actores que participarán en los programas
de la ONG. |
Sensibilización |
Divulgar información |
Implementación |
Implementar actividades sustanciales, creando condiciones |
Evaluación y
monitoreo |
Evaluar
los resultados obtenidos y el impacto generado por los proyectos o programas
de la ONG. |
Fuente: adaptación de Dietrich,
Trischler, Schuster y Rundle-Thiele
(2017).
En la segunda etapa, se aplicaron
entrevistas semiestructuradas con las tres primeras ONG seleccionadas, con el
fin de explorar las percepciones de las personas informantes sobre los
resultados obtenidos en el cuestionario. Las entrevistas se realizaron de
manera virtual mediante videollamadas que fueron grabadas con previo
consentimiento informado. Posteriormente, se procedió a la transcripción y
categorización de las respuestas para identificar patrones en la conversación.
Para este propósito, se empleó la técnica de muros de afinidad, que consiste en
organizar los datos recopilados en tarjetas y
Figura 1.
Diagrama metodológico
Fuente:
elaboración propia.
La muestra quedó conformada por diez
organizaciones no gubernamentales (ONG) que operan en diferentes áreas de
acción. La población participante de estas organizaciones es heterogénea e
incluye
Tabla 3. Caracterización
de la muestra
# ONG que respondieron la entrevista
y el cuestionario # ONG que respondieron el
cuestionario |
|||||||
N° |
Área
de enfoque |
Estructura |
Cantidad
de personas usuarias por año |
Población |
Ubicación |
Cargo
de la persona informante |
|
1 |
Empoderamiento con enfoque de género |
Asociación |
Entre 500 y 800 |
Mujeres |
San José |
Coordinación de programas |
|
2 |
Promoción de la resiliencia y la superación |
Asociación |
55 |
Mujeres |
Alajuela |
Trabajo social |
|
3 |
Desarrollo integral en adolescentes y mujeres adultas |
Fundación |
25 |
Mujeres |
Heredia |
Trabajo social |
|
4 |
Desarrollo integral en
adolescentes y mujeres adultas |
Asociación |
Aproximadamente 150 |
Mujeres |
Alajuela |
Dirección |
|
5 |
Educación y desarrollo
de la juventud |
Fundación |
15 |
Adolescentes |
San José |
Coordinación de
programas |
|
6 |
Promoción de la paz y
el desarrollo sostenible (enfoque en violencia) |
Asociación |
100,000 |
Población General |
San José |
Coordinación de
programas |
|
7 |
Desarrollo
internacional y ayuda humanitaria |
Asociación |
Más de 1 millón |
Población general |
San José |
Coordinación de
programas |
|
8 |
Promoción de ODS
(enfoque en prevención de la violencia) |
Asociación |
Alrededor de 50 a 60 |
Población general |
No tiene oficina
física |
Dirección y
presidencia de la Junta directiva |
|
9 |
Arte y cultura |
Charity |
300 |
Joven y
adulta |
No tiene
oficina física |
Coordinación
regional |
|
10 |
Arte y
cultura |
Asociación |
80 |
Joven y
adulta |
Guanacaste |
Dirección |
Fuente: elaboración propia.
Los
informantes que representan a estas ONG desempeñan diversas funciones como
dirección (3); coordinación de programas (4); trabajo social (2); y
coordinación regional (1). En cuanto a la antigüedad de la trayectoria de las
ONG, la mayoría (7) de las organizaciones llevaban en funcionamiento más de una
década. Dos organizaciones llevan funcionando más de cinco años, y una tenía un
historial de dos años. El número de beneficiarios oscila entre unas pocas
docenas y más de un millón de personas al año, lo cual demuestra variaciones de
escala.
En las respuestas del cuestionario
Un aspecto que merece atención es que
muchas de las prácticas mencionadas están más relacionadas con procesos de
recopilación de información, diagnóstico y evaluación que con prácticas de co-creación propiamente dichas. Estas incluyen prácticas
como realizar sesiones de lluvia de ideas para identificar necesidades, emplear
herramientas de creación artística para la generación de ideas, organizar
convivios, conducir talleres destinados a la formulación de indicadores y
enviar invitaciones personalizadas a procesos específicos.
En contraposición, el concepto de
«acción como creación» se considera una fase más profunda que va más allá del
diagnóstico o seguimiento, donde las personas se involucran en procesos de co-diseño de soluciones o actividades.
En lo que respecta a la prevalencia de prácticas según
el nivel de co-creación, los resultados de la
categorización de las prácticas declaradas por las ONG como co-creativas
se presentan en la Figura 2. Al analizar el número de menciones y su nivel de co-creación, se observa que la mayoría de estas se
encuentran en el nivel de co-creación bajo, con un
total de 34 menciones. Por otro lado, en el nivel de co-creación
medio se registran un total de 26 menciones. El nivel de co-creación
alto es el que tiene la menor cantidad de menciones con un total de 14.
Figura 2.
Prevalencia de prácticas participativas en las ONG
Fuente: elaboración propia.
En este sentido, es necesario
enfatizar que la co-creación representa un enfoque
elaborado, requiere las condiciones para que las personas usuarias construyan
en el proceso de concepción y el desarrollo de las intervenciones. Aunque
muchas de las prácticas citadas son relevantes para profundizar en un tema concreto
y establecer un escenario empático para el cumplimiento de los objetivos, estas
siguen caracterizándose por la limitación en la toma de decisiones por parte de
las personas usuarias. Se evidencia que las prácticas se centran más en la
recopilación de información de naturaleza diagnóstica, consultiva y evaluativa.
Un ejemplo de esta dinámica se
constata en declaraciones como la siguiente, en las que se considera a las
personas usuarias y líderes comunales en equipos consultivos, pero es el equipo
quien tiene la potestad de diseño:
Nosotras usamos procesos de co-creación en cada decisión para empezar una etapa, por
ejemplo, están los procesos de consulta
con encuestas, y nos han servido para identificar temas que les sirvan para
los talleres y actividades del año, también hacemos reuniones con aliados y
líderes de la comunidad y así el equipo
entiende más las necesidades y los marcos para actuar (Informante 1,
12:22s)[2].
En cuanto a las prácticas con mayor
nivel de co-creación, demuestran un proceso de
agencia por parte de la comunidad que trasciende a la figura de personas
beneficiarias. En lugar de un abordaje donde las decisiones son tomadas
exclusivamente por las personas que trabajan en la ONG, se adopta un enfoque
más horizontal y participativo. Esto se refleja en declaraciones como la
siguiente:
Los proyectos propuestos por
ejemplo nosotros los planteamos, pero solo como un esqueleto, como un machote
que luego en un taller se llena con actividades hechas junto a la comunidad,
con la comunidad y siempre según sus necesidades y curiosidades, y bueno son
ellos los que al final así definen muchos aspectos, si tenemos que replantear
se hace, si tenemos que darle vuelta a la idea inicial también, y bueno lo
hacemos en conjunto como un equipo eso nos ha servido mucho para sacar ideas
innovadoras (Informante 3, 17: 14s).
En el ejemplo anterior, las personas
usuarias aportan en la definición de las actividades que se llevarán a cabo, no
solo comparten información, sino que también tienen voz en la toma de
decisiones. Otro ejemplo de prácticas de co-creación
es constatado en la siguiente cita:
El programa y los cursos si bien
tienen una base, se toman de las necesidades de las participantes para que
puedan potencializar habilidades socioemocionales y laborales. Las participantes ingresan en el programa,
alguna con sus conocimientos brinda
tutorías a otras mujeres, crean cursos para brindar estrategias de
acompañamiento, y nuevas ideas generadoras de ingresos.
La
participación de las mujeres en el programa hace posible la existencia de la
asociación, estas experiencias provocan la necesidad de las mujeres en seguir
descubriéndose, eligiéndose y tener autonomía personal, emocional y económica… la innovación social va
de la mano con el crecimiento de la asociación, continuamente creamos
estrategias para enfrentar la cuestión social desde los espacios individuales,
pero también comunitarios (Informante 2:07 55s).
En este abordaje, las
personas usuarias del programa están involucradas en la creación de contenido y
estrategias, lo cual indica una colaboración significativa en el diseño de
experiencias como cursos, tutorías y enfoques para el programa. Esto se puede
interpretar como un efecto multiplicador de la co-creación,
donde las personas funcionan como mentoras según su participación. Además, se
ha promovido el empoderamiento de las mujeres, ya que han
contado con un espacio para demostrar sus habilidades
socioemocionales y laborales, y aportar nuevas ideas generadoras de ingresos.
Sobre las prácticas de participación
plena que están más relacionadas con la co-creación,
y en las que las personas son parte del diseño de soluciones, suelen ser menos
utilizadas. Al consultar sobre las razones de su baja aplicación, se declara
que las prácticas que permiten mayor involucramiento de las personas usuarias
son difíciles debido a las restricciones de recursos (2 frecuencias), la falta
de adecuación a ciertos contextos de proyectos (1 frecuencia) y la necesidad de
capacitación tanto para el personal de las ONG como para las personas usuarias
(1 frecuencia). En este contexto, es esencial considerar la gestión de las
expectativas relacionadas con la participación, ya que se debe abordar el
equilibrio entre las aspiraciones de co-creación y
los recursos y capacidades disponibles.
Al consultar a las ONG sobre la
implementación de prácticas participativas, utilizando una escala de Likert de
5 puntos para identificar su prevalencia en cada fase operativa, se advierte
una variabilidad significativa (Figura 3), pues su frecuencia no es transversal
a todas las fases operativas.
Figura 3. Prevalencia
de prácticas participativas en fases operativas: según percepción de ONG
Fuente: elaboración propia.
Si bien la intención es co-crear en todas las fases, la realidad operativa podría
estar influenciada por factores, como la necesidad de reportar los resultados
de las actividades y demostrar el impacto para los donantes, y que se sigan
asignando recursos a la organización. Además, hay una tendencia a priorizar la
integración de personas usuarias en las etapas iniciales y de análisis para la
evaluación de procesos.
La primera implicancia examinada se
relaciona con la importancia que las ONG otorgan a la incorporación de la
innovación social en los objetivos y actividades, declarando así la capacidad
de innovación como un factor crítico de
éxito y supervivencia. La segunda se relaciona con la incidencia en la
percepción de satisfacción de las personas usuarias, al ser parte del diseño de
actividades en las que su papel no se reduce a ser «beneficiarias» de un
servicio, sino que son co-creadoras junto con la ONG.
En este sentido, la co-creación
despierta un sentimiento de identidad y pertenencia, lo cual a su vez
fomenta un entorno propicio para la introducción de ideas novedosas. La tercera
implicancia identificada tiene que ver con asumir procesos co-creativos,
no solo con personas usuarias, sino desde una perspectiva de redes
colaborativas que incluyen nodos como las comunidades, los donantes y otras
ONG. Este hallazgo resalta que las redes de colaboración se han identificado
como un enfoque prometedor que facilita la ampliación de recursos, experiencia,
información, legitimidad y apoyo político. La Tabla 4 presenta una matriz de
integración que resume las implicancias mencionadas.
Tabla
4. Matriz de integración: Implicancias de la
co-creación para el diseño e implementación de
procesos innovadores de carácter social
Cuantitativo (frecuencia) |
Cualitativo (cita) |
Resumen |
(1)
La importancia de la innovación social
dentro de los objetivos y actividades de la ONG |
||
P:
¿Cuál es la importancia de la innovación social dentro de los objetivos y
actividades de la ONG? R:9
personas: Es
fundamental, buscamos constantemente nuevas formas de abordar los desafíos
sociales. |
«Si las ONG no
innovamos nos morimos,
necesitamos todo el rato pensar en mejores maneras de abordar las
problemáticas… mejores maneras de financiamiento, mejores estrategias para
trabajar con las comunidades y esto igual con los aliados…» |
Las
ONG que no están dispuestas a innovar se arriesgan a perder su relevancia y
su capacidad de acción. La
innovación social es la respuesta creativa a las necesidades enfrentadas. |
R:1
persona: Es importante, pero no es el enfoque principal de nuestras
actividades. |
«Sí, claro que es
importante, pero algunas veces estamos
en incendios principalmente con asuntos de presupuesto, la atención
entonces está en mantener el funcionamiento y financiamiento, además que solo
somos tres personas y es muy difícil… no
siempre se puede pensar en innovar» |
La
ONG está enfrentando desafíos económicos urgentes que requieren atención
inmediata. La falta de personal también es un
factor que afecta la capacidad de acción estratégica e innovadora en
contextos inciertos. |
(2)
La co-creación y su incidencia en la
satisfacción |
||
10
menciones: La
percepción de satisfacción en las personas usuarias es un efecto de la
implementación de procesos de co-creación |
«El grado de satisfacción de las
personas es alto. Les encanta el
trabajo participativo» «Cuando
las personas participan en los procesos, hemos visto un cambio, es como que
se activa algo, ¡ya! Yo soy parte de esto y eso motiva para hacer
innovación, y salen cosas muy buenas» |
Se
infiere que la co-creación se relaciona con la
satisfacción derivada de un sentido de identidad y compromiso de las
personas, haciéndolas sentir que son una parte integral de lo que están
construyendo e innovando juntas. |
(3)
La co-creación con aliados
estratégicos |
||
Aliados
estratégicos identificados: -Participantes
10
frecuencias -Comunidad
6
frecuencias -Otras
ONG 3
frecuencias -Benefactores
2
frecuencias |
«Con la comunidad e instituciones
de la comunidad. Ellos son los expertos
de las situaciones y debemos seguirlos para poder proponer soluciones
basada en recursos propios» «Cada vez más trabajamos con la
comunidad, en redes interinstitucionales, hermanados con otras organizaciones
de bien social… [La co-creación]
es además la llave para la sostenibilidad de nuestros proyectos» «Nuestros procesos son
desarrollados con alianzas con socios estratégicos y grupos establecidos» |
Se
evidencia un enfoque de respeto y empoderamiento de la comunidad,
reconociendo su conocimiento y experiencia. Se
busca colaborar de manera deliberada con otros actores en procesos de
innovación social. |
(4) Principales
barreras para implementar procesos co-creativos |
||
Etapa
de diseño (4 frecuencias) Financiamiento
(3
frecuencias) Compromiso
y constancia de las personas usuarias (7
frecuencias) |
«La integración en la etapa de
diseño, cuando aún no se ha llegado al campo, lleva tiempo hacer las
relaciones y la confianza» «La capacidad financiera hace que
solo 3 personas trabajadoras sean las encargadas de diseñar, ejecutar y
evaluar los programas y servicios» «Es muy difícil lograr el
compromiso de la gente. Muchas veces no finalizan el programa y su interés
más allá de la participación en los talleres la veo muy difícil de lograr» |
Se
subraya la importancia de la participación temprana, implicar a las personas
usuarias puede suponer un reto, pues el diseño muchas veces se realiza
incluso antes de su ejecución sobre el terreno. El
cortoplacismo es un factor que inhibe el potencial de las metodologías
participativas, se entiende que el escenario de las ONG en el contexto
nacional es de muchas dificultades, atención a la financiación, lidiar con el
compromiso de las personas usuarias, además de planificar y desarrollar sus
programas. Este
aspecto subraya el potencial de una asociación sólida entre la ONG y sus
personas usuarias. |
|
|
|
Fuente:
elaboración propia a partir de cuestionarios y entrevistas.
Asimismo, al indagar sobre las
implicancias, un patrón emergente es el de las barreras para integrar procesos
de co-creación. Aquí se menciona que debido a la
naturaleza de algunas ONG no es posible establecer contacto con las personas
usuarias antes de iniciar el programa, es decir, no todas las ONG cuentan con
trabajo de campo previo. Esto es un factor que dificulta la capacidad para
abordar eficazmente las prácticas participativas, especialmente porque los
proyectos innovadores de carácter social necesitan inversión de tiempo en la
construcción de relaciones y en la confianza entre las partes.
También, se encuentra la complejidad
asociada a la garantía de un compromiso sostenido de las personas a lo largo de
la ejecución de programas, lo cual se traduce en una barrera para el flujo de
información entre las partes involucradas que afecta la co-creación
en miras a la innovación. Asimismo, se destacan las restricciones financieras,
pues además de ser un obstáculo para el funcionamiento básico de las
organizaciones, demandan energía y atención del personal
Otro hallazgo radica en la relevancia
otorgada por las ONG a los procesos comunicativos, los cuales se abordan a lo
largo de sus actividades. Aunque en diferente grado de frecuencia, se evidencia
que en cada fase se promueven oportunidades para abordar cuestiones tanto con
las personas usuarias como con diversos actores involucrados, lo cual refleja
un enfoque dialógico y representativo en la gestión de sus operaciones. Este
hallazgo coincide con investigaciones previas (Butzin
& Terstriep, 2018:80) que indican que las
personas usuarias participan principalmente como proveedoras de conocimientos,
aportando ideas y perspectivas a lo largo del proceso de innovación social
mediante diálogos y sugerencias de mejora.
Las ONG emplean una variedad de
prácticas participativas, entre las cuales se destacan las mesas de trabajo,
los grupos focales y los conversatorios como las más utilizadas. Sin embargo,
las prácticas menos frecuentes como el arte colaborativo comunitario, el diseño
conjunto de intervenciones y talleres para decisiones estratégicas
Las prácticas implementadas en las
diversas fases operativas de las ONG exhiben una variabilidad significativa en
términos de su nivel de co-creación y enfoque. Al
analizar la prevalencia de estas prácticas según su nivel de co-creación, se evidencia que la mayoría se ubican en un
nivel bajo, seguidas por un nivel medio y, en menor medida, por un nivel alto
de co-creación. Este hallazgo indica la oportunidad
de promover una mayor participación y colaboración en las actividades co-creativas dentro de las organizaciones investigadas.
Aunque se identifican instancias de prácticas con un alto nivel de co-creación, en las cuales las personas usuarias desempeñan
un papel destacado en la toma de decisiones y el diseño de soluciones, estas
instancias son relativamente escasas en número, lo que podría limitar la
generación de discusiones creativas y co-creativas.
Por otro lado, la implementación de
actividades participativas en las ONG no es transversal a lo largo de las
distintas fases operativas. Si bien existe la intención de co-crear
en todas las fases, la realidad operativa está influenciada por diversos
factores. Se observa que el acto de involucrar a las personas usuarias se
concentra principalmente en la fase de evaluación, donde la necesidad de
demostrar resultados para asegurar el financiamiento se vuelve crucial. Esta
tendencia sugiere que las organizaciones priorizan la integración de las
personas usuarias en las etapas iniciales y de análisis, percibiendo su aporte
como especialmente valioso en la identificación precisa de necesidades y en la
retroalimentación para la toma de decisiones futuras. La distribución desigual
podría limitar el potencial impacto de la co-creación
en la efectividad de los proyectos y en su capacidad para generar compromiso y
colaboración sostenidas.
Sobre las implicancias de las
prácticas co-creativas para el diseño e
implementación de procesos innovadores de carácter social emerge un panorama
mixto por parte de las ONG. Por un lado, se identifica una disposición y
apertura hacia la adopción de enfoques participativos, respaldada por la
satisfacción percibida en los procesos co-creativos
con las personas usuarias, así como el reconocimiento del potencial de las
alianzas estratégicas y redes colaborativas con otras ONG. No obstante, esta
disposición se enfrenta a desafíos significativos que afectan la integración
efectiva de dichos procesos en el contexto de las ONG. Entre estos desafíos se destacan la
dificultad para mantener un compromiso sostenido por parte de las personas
usuarias y las restricciones financieras, que constituyen obstáculos para la
innovación social. Una observación relevante, es que la perspectiva dialógica
emerge como un enfoque central, valorando el diálogo como medio para abordar
desigualdades e injusticias, y promover la empatía y la acción. Estos espacios
han sido fundamentales para comprender las problemáticas, contextos y
necesidades de las personas. Por lo tanto, no deben ser subestimados en el
marco de la gestión de procesos de innovación.
A pesar del creciente interés en el
pensamiento de diseño y enfoques de co-creación como
impulsores de la innovación social, la implementación de estas prácticas se
enfrenta a brechas entre la teoría y la práctica. Es evidente que queda trabajo
por hacer tanto en la reflexión política y problematización del concepto de co-creación, así como en su aplicación efectiva en el
contexto de estudio. La comprensión de los factores e implicancias en procesos
de participación puede ayudar a las partes interesadas a dimensionar y atender
posibles externalidades negativas asociadas a una integración superficial de
las personas, como el riesgo de incurrir en prácticas asistencialistas, o la
perpetuación de las desigualdades existentes, a la vez
Una de las limitaciones de este
estudio radica en que, aunque los criterios utilizados para categorizar el
nivel de co-creación han sido valiosos para iniciar
la discusión sobre el tema, es esencial reconocer que las dimensiones de
análisis pueden variar considerablemente en función de diversos factores, tales
como el tipo de actividad, el contexto de aplicación, la naturaleza del tema en
consideración y las características únicas de las personas involucradas. Este
estudio aporta una visión inicial y exploratoria de las prácticas de co-creación en el ámbito de las organizaciones no
gubernamentales en Costa Rica, y manifiesta la necesidad de emprender
investigaciones adicionales y más detalladas. Futuras investigaciones podrían
profundizar en la adaptación de enfoques de co-creación
a las particularidades de las ONG y su aplicación en contextos específicos
mediante análisis diacrónicos.
Esta investigación no recibió financiamiento de ninguna entidad.
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[1] La utilidad pública es definida por la
Sala Constitucional de Costa Rica; como aquellos servicios destinados a llenar
los vacíos institucionales y remodelar las apremiantes demandas sociales de las
comunidades (Ley 218 de Asociaciones).
[2] Todas las entrevistas fueron
confidenciales y los nombres de los entrevistados se han ocultado por mutuo
acuerdo.