Polarización
afectiva, clase y género: un análisis de jóvenes de agrociudades argentinas
Affective polarization, class
and gender: an analysis of young people in Argentinian agrocities
Ignacio
Robba
Centro
de Investigaciones Sociales del
Instituto
de Desarrollo Económico y Social (CIS-IDES) // Consejo Nacional de
Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), Buenos Aires, Argentina
https://orcid.org/0009-0000-0802-1277
Fecha de
recepción: 14 de febrero del 2024
Fecha de
aceptación: 26 de
agosto del 2024
Cómo
citar:
Robba, Ignacio. 2025.
Polarización
afectiva, clase y género: un análisis de jóvenes de agrociudades argentinas. Revista Reflexiones. 104 (2). DOI
10.15517/ rr.v104i2.58722
Resumen
Introducción:
En el encuentro
entre los estudios sobre juventudes y los estudios sobre polarización, este
trabajo indaga la polarización afectiva de jóvenes ciudadanos de agrociudades
del sudoeste bonaerense de Argentina en relación con el género y la condición
de clase.
Objetivo: Considerando tanto la polarización afectiva de espacios
partidarios como de líderes políticos, el objetivo es analizar la incidencia de
estas variables sociológicas clásicas sobre la polarización afectiva de jóvenes
ciudadanos de agrociudades del sudoeste bonaerense.
Metodología: Se emplea una encuesta ad hoc aplicada en 2023
en el marco de una tesis doctoral con 1.222 jóvenes de escuelas secundarias, se
replica la escala like-dislike como medida de polarización afectiva y se
realizan ejercicios de estadística inferencial.
Resultados: En un contexto de alto nivel de desconocimiento de espacios
partidarios en contraste con el conocimiento de líderes políticos, los resultados
de la escala like-dislike muestran un nivel medio de polarización
afectiva, explicado por la simpatía política por Javier Milei en un contexto de
alto rechazo político general. Además, en un marco donde los varones y las
clases altas tienen mayores niveles de polarización afectiva, el género
contribuye principalmente a comprender el fenómeno libertario, y la condición
de clase a la polarización del macrismo y del kirchnerismo.
Conclusiones: En definitiva, este estudio aporta elementos
analíticos para comprender los matices de la polarización afectiva entre
jóvenes ciudadanos de agrociudades argentinas.
Palabras
clave: Argentina,
Estadística, Juventudes, Política, Sociología.
Abstract
Introduction:
In the confluence between youth studies and polarization studies, this paper
investigates the affective polarization of young citizens from agrocities in
the southwest of Buenos Aires Province in Argentina in relation to gender and
class status.
Objective:
By analyzing both the affective polarization of political party coalitions and
political leaders, the aim is to examine the incidence of these classic
sociological variables on affective polarization of young citizens from agrocities
in the southwest of Buenos Aires Province.
Methodology:
An ad hoc survey conducted in 2023 for the doctoral thesis with 1,222 high
school students is used, the like-dislike scale is replicated as a measure of
affective polarization, and inferential statistics are carried out.
Results:
In a context of high level of unknown political party coalitions in contrast with
the knowledge of political leaders, the results of the like-dislike scale show
a medium level of affective polarization, explained by political sympathy for Javier
Milei in a context of high general political dislike. Moreover, in a framework
where males and upper classes have higher levels of affective polarization,
gender contributes mainly to understand the libertarian phenomenon, and the class
status to the polarization of macrism and kirchnerism.
Conclusions:
In short, this study provides analytic elements to understand the nuances of
affective polarization among young citizens of Argentinian agrocities.
Keywords:
Argentina, Statistics, Youth, Politics, Sociology.
Introducción
En el marco de una tesis doctoral[1] sobre
disposiciones políticas de jóvenes ciudadanos del sudoeste bonaerense argentino,
en el presente trabajo se propone analizar la polarización afectiva en relación
con el género y la condición de clase. Para ello, se realizan diferentes
ejercicios de estadística inferencial para ponderar el valor explicativo de estas
variables sociológicas clásicas sobre la polarización afectiva. En este
sentido, este artículo se ubica en la confluencia entre los estudios sobre
juventudes y los estudios sobre polarización.
El campo de estudios sobre juventudes es sumamente amplio, tanto en
América Latina (Valenzuela 2019; Alvarado et al. 2021) como alrededor del mundo (Galland 2022; Walther et al. 2021; Van de Velde
2019; Chevalier 2019; Détrez 2016). En Argentina, el vínculo de jóvenes y juventudes con
la política ha sido analizado desde una diversidad de perspectivas (Chaves 2009; P.
Vommaro 2013). Se ha indagado tanto la participación juvenil en el
ámbito escolar (Larrondo 2017; Núñez 2019), en organizaciones partidarias (Grandinetti 2021; Pérez y Natalucci 2012; Vázquez
et al. 2017; Roizen, Vázquez, y Kriger 2020) y con diferentes modos de organización (Bonvillani 2020; Roldán 2021; Elizalde y Romero 2019), sobre políticas públicas de juventudes (Vázquez 2020; P. Vommaro et al. 2017), y también en estudios sobre la formación de
subjetividades políticas juveniles (Kriger 2017;
2021; Bonvillani 2017; Dukuen y Kriger 2016).
En diálogo con la literatura, aquí no se asume por juventud un dato biológico,
sino una “noción socio-histórica definida en clave relacional” (P. Vommaro
2015, 17) y atravesada por procesos de construcción hegemónicos y
contrahegemónicos (Kriger 2014, 584). Por lo tanto, la juventud es una
categoría social creada y creadora: producida por el mundo adulto –producción
socioestatal (Vázquez 2020) y mediática (Chaves 2005)–, y a la vez un cronotopo
del sujeto joven con capacidad de generar mundos (Alvarado et al., 2009). Asimismo,
más allá de la noción de ciudadanía jurídica (Marshall 1997[1949]) que
establece derechos y deberes de los jóvenes nuevos ciudadanos –con la ley de
“voto joven” (Ley 26.774/2012), la ley de centros de estudiantes (Ley
26.877/2013) y el día del estudiante solidario (Resolución 19/2007 del Consejo
Federal de Educación) en Argentina y, especialmente, en Provincia de Buenos
Aires–, una noción amplia de ciudadanía política, que desplace su sentido
normativo y problematice la ciudadanía juvenil (Reguillo 2003) a partir de las
propias reflexiones, creencias y prácticas de las juventudes, implica concebir
la ciudadanía (Andrenacci, 2003) en su doble problematización en referencia
tanto a la pertenencia simbólica y material a la comunidad política como a las
prácticas de participación que contribuyen a la constitución de dicha
comunidad. En este marco, indagar el vínculo con la política de jóvenes
ciudadanos de agrociudades (Albaladejo 2013) del sudoeste bonaerense implica una contribución al
campo de estudios de juventudes al incorporar un contexto de estudio a medio
camino entre lo urbano y lo rural (Robba 2023a).
Por su parte, los estudios sobre polarización también tienen una larga
trayectoria de investigación. Aunque un importante antecedente es el continuum
izquierda-derecha en el marco del debate europeo sobre fragmentación y
estabilidad política (Sani y Sartori
1980), se destaca el debate sobre si la histórica
polarización estadounidense involucra a la sociedad (Abramowitz y
Saunders 2008) o si es un fenómeno de elites (Fiorina y Abrams
2008), con amplios debates teórico-metodológicos (Hetherington
2009). En este marco, la literatura ha indagado diferentes
dimensiones, entre ellas la polarización del sistema de partidos (Dalton 2021; Alcántara, Buquet, y Tagina 2018; Singer
2016), la polarización ideológica (Di Maggio, Evans,
y Bryson 1996; Lelkes 2016) y la polarización afectiva (Iyengar et al. 2019; Wagner 2021; Mason 2015). En Argentina, se ha estudiado en redes sociales (Aruguete y Calvo
2022), la polarización del sistema de partidos (Tagina 2014), la polarización ideológica (Kessler y Vommaro
2021), y la polarización afectiva (Ramírez y Falak 2022; Agrest et al. 2022).
Ahora bien, la polarización afectiva se diferencia del partidismo negativo
(Crespo et al. 2021), implica sentimientos positivos hacia un grupo y
sentimientos negativos hacia otro grupo (Wagner 2021) y tiene diferentes
métodos de medición (Freidin, Moro, y
Silenzi 2022). Específicamente, este trabajo se basa en la escala like-dislike
propuesta por Wagner (2021) para analizar la polarización afectiva de
jóvenes ciudadanos de estas agrociudades. Ello no sólo habilita una mirada
comparativa con estudios internacionales, sino que fundamentalmente permite analizar
tanto a ciudadanos partidarios como no partidarios, sumamente adecuado en un
contexto en donde jóvenes ciudadanos creen en la política pero no en los
políticos (Kriger 2017;
Kriger y Bruno 2013; Kriger y Robba 2023) a la par de procesos de participación política
juvenil –kirchnerista (Pérez y Natalucci 2012), macrista (Grandinetti 2021) y libertaria (Vázquez 2023)–. Así, indagar la polarización afectiva a partir de
una medida estandarizada como la escala like-dislike (Wagner 2021)
implica una contribución tanto a los estudios empíricos en Argentina sobre
polarización afectiva (Ramírez y Falak 2022; Agrest et al. 2022), que se han basado en medidas de distancia social (Druckman y
Levendusky 2019), como al campo de estudios sobre juventudes.
En suma, el estudio del vínculo con la política de jóvenes ciudadanos de
agrociudades del sudoeste bonaerense a partir de la confluencia con la
indagación de la polarización afectiva contribuye a la vez al campo de estudios
sobre juventudes y a los estudios empíricos sobre polarización afectiva. Este aporte
se hace espacialmente relevante en localidades pampeanas por su protagonismo
ciudadano en las movilizaciones durante el denominado conflicto del 2008
(Hora 2010;
Giarracca y Teubal 2010), en tanto hito sociohistórico de la polarización política
argentina (G. Vommaro 2019a) y de la génesis de una juventud de centro-derecha (Grandinetti 2015;
Kriger y Dukuen 2014). En este sentido, es importante subrayar que las
agrociudades del interior bonaerense, generalmente cabeceras de partido, se
destacan por constituirse como centro político y social de los espacios rurales
circundantes (Albaladejo 2013). Asimismo, si bien existe una cincuentena de
agrociudades bonaerenses (Albaladejo 2013), las dos agrociudades del contexto
de estudio[2] se
diferencian del promedio por un mayor acceso a servicios públicos (agua,
cloaca, gas), menores tasas de desocupación y una mayor cobertura de salud
(INDEC, 2010), y tienen una menor rentabilidad agraria comparada con el núcleo
pampeano (se implanta menos soja y más trigo en comparación con el total
bonaerense). De este modo, como se ha analizado en un trabajo anterior (Robba 2023b),
en la estructura socioterritorial de estas agrociudades, las desigualdades
socioeconómicas se relacionan con la tensión urbano-rural.
Así las cosas, este trabajo hipotetiza que la polarización afectiva de
jóvenes ciudadanos de agrociudades del sudoeste bonaerense se ve
estadísticamente afectada por el género y la condición de clase, al considerar
la importancia tanto de la impronta masculina entre los simpatizantes
libertarios (Stacchiola y Seca
2023; Bracco y Porta 2022) como de la condición de clase en el vínculo de
jóvenes ciudadanos con la política (Kriger y Dukuen
2012; Dukuen 2018). De esta manera, se considera no sólo la relevancia
de la clase (particularmente del capital cultural) en las disposiciones
hacia la política (Bourdieu 1979; Kriger y Dukuen 2012), sino también la
intervención de las relaciones desiguales entre los géneros (Bourdieu 1998; Kriger
y Dukuen 2017; Femenías 2019). En una palabra, la pregunta que guía esta
indagación es de qué modos el género y la condición de clase afectan la
polarización afectiva de jóvenes de agrociudades del sudoeste bonaerense. Por
lo tanto, el problema de indagación del presente artículo –esto es, indagar la
polarización afectiva entre jóvenes ciudadanos de agrociudades del sudoeste
bonaerense en relación con la condición de género y de clase– es sumamente
pertinente en este contexto de estudio por las diversas razones expuestas. Es
decir, la vacancia de investigación de estudios sobre juventudes en
agrociudades, la contribución a los estudios empíricos sobre polarización
afectiva y la relevancia de pesquisar el vínculo de jóvenes ciudadanos de
agrociudades del sudoeste bonaerense mediante la indagación de la polarización
afectiva.
Aspectos metodológicos
Este trabajo se basa en resultados parciales de una tesis doctoral en
curso sobre disposiciones políticas de jóvenes ciudadanos de agrociudades del
sudoeste bonaerense. El trabajo de campo mixto (cuantitativo y cualitativo) fue
realizado en 2023 en dos localidades de la Provincia de Buenos Aires (PBA) con
estudiantes de los dos últimos años de nivel secundario (entre 16 y 18 años) de
todos los cursos de todas las escuelas (públicas y privadas)[3].
Es decir, para la instancia cuantitativa se aplicó un censo de dicho universo
con un 99% de éxito (N=1.222). El instrumento se basó en un cuestionario
escrito, individual y autoadministrable con soporte digital en el aula
presencial[4],
elaborado ad hoc para la tesis sobre la base de una herramienta previa (Kriger 2017;
2021), con reformulaciones propias en función de la tesis
doctoral en curso. En este sentido, en el presente trabajo sólo se analizan dos
variables independientes (género y condición de clase) y dos variables
dependientes originales de la tesis (polarización afectiva de espacios
partidarios y de líderes políticos).
Para las dos variables de polarización afectiva analizadas en el presente
trabajo se adaptó en función de la tesis la escala like-dislike de partidos
y líderes políticos del Comparative Study of Electoral Systems (CSES)[5]. Como explica Wagner (2021), la escala like-dislike es pertinente para
sistemas políticos multipartidarios ya que no es necesario considerar a
priori una división dicotómica, sino que permite indagar sentimientos
positivos y negativos hacia más de un espacio partidario o líder político. Por
lo tanto, permite considerar sentimientos negativos hacia un espacio partidario
sin necesariamente tener sentimientos positivos hacia otro, es decir, posibilita
considerar a ciudadanos partidarios y no partidarios. En suma, en el afán de
pesquisar la polarización afectiva entre jóvenes de agrociudades, es pertinente
ya que tiene en cuenta escenarios no necesariamente dicotómicos y, así, estudia
ciudadanos partidarios y no partidarios.
Ahora bien, se realizaron dos modificaciones principales. En primer
lugar, la escala original de 0 a 10 fue adaptada a una escala de 1 a 5 en
función de la comparabilidad con el resto de las variables del cuestionario de
la tesis. En segundo lugar, se reformuló la pregunta en función de ganar
simplicidad al ser un cuestionario autoadministrable; fue reformulada simplificando
la redacción y explicitando el significado de cada valor numérico. Además, se
agregó una categoría “otros” para ampliar las posibilidades, que por temas de
extensión aquí no fue analizada.
La variable polarización afectiva de espacios partidarios surge
de la siguiente pregunta del cuestionario de la tesis: ¿Qué sentimientos te
generan estos partidos políticos? Para cada uno, elegí sólo un valor y marcalo:
1. Me da mucho rechazo; 2. Me da un poco de rechazo; 3. Me da lo mismo; 4. Me
gusta un poco; 5. Me gusta mucho; NC. No lo conozco. a) Juntos por el Cambio
(PRO, UCR); b) Frente de Todos (FPV, PJ); c) La Libertad Avanza (Partido
Libertario); d) Frente de Izquierda (PO, PTS); e) Otro (escribir cuál)[6]. En el presente artículo, se abrevian los espacios
partidarios en JxC (Juntos por el Cambio), FdT (Frente de Todos), LLA (La
Libertad Avanza) y FIT (Frente de Izquierda y de los Trabajadores). El
propósito de los nombres de las coaliciones políticas (JxC, FdT, LLA, FIT) es
simplificar la gran dispersión de partidos políticos a partir de los nombres de
las principales coaliciones políticas como espacios referenciales para la ciudadanía.
Como el trabajo de campo fue realizado con anterioridad al cierre de listas de
las elecciones nacionales 2023, los nombres de las coaliciones correspondían
con los últimos vigentes[7]. Es importante explicitar que el objetivo de esta
pregunta no es estimar la intención del voto, sino indagar la polarización
afectiva.
La variable polarización afectiva de líderes políticos surge de
la siguiente pregunta del cuestionario de la tesis: ¿Qué sentimientos te
generan estos políticos? Para cada uno, elegí sólo un valor y marcalo: 1. Me da
mucho rechazo; 2. Me da un poco de rechazo; 3. Me da lo mismo; 4. Me gusta un
poco; 5. Me gusta mucho; NC. No lo conozco. a) Mauricio Macri; b) Cristina
Fernández de Kirchner; c) Javier Milei; d) Nicolás Del Caño; e) Otro (escribir
cuál)[8]. En el presente artículo, se abrevian en Macri
(Mauricio Macri), CFK (Cristina Fernández de Kirchner), Milei (Javier Milei) y
Del Caño (Nicolás Del Caño). Es importante notar que la pregunta no incorpora
necesariamente candidatos, puesto que el objetivo no fue indagar intención de
voto (el trabajo de campo se realizó a principios de 2023 cuando aún no estaban
definidas las candidaturas, ni tampoco los nombres de las listas que
participarían de las elecciones nacionales), sino indagar la polarización
afectiva a partir de líderes referentes de los espacios partidarios de la
pregunta anterior. En los tres primeros casos, se eligieron a sus principales
referentes (Macri, CFK y Milei), y en el caso del FIT (Del Caño) se eligió al
último candidato a presidente (2019) y diputado nacional electo en 2021 por PBA
(distrito del trabajo de campo). En este sentido, para ambas variables
–polarización afectiva de espacios partidarios y de líderes políticos– se
consideraron cuatro espacios diferentes. Estos son un espacio de centro-derecha
(G. Vommaro 2019b) con la figura de Macri y el espacio partidario JxC; un
espacio kirchnerista peronista (Retamozo y Trujillo 2019) con la figura de CFK
y el espacio FdT; un espacio de derecha radical (Morresi y Ramos 2023) con la
figura de Milei y el espacio LLA; y un espacio de izquierda clasista (Retamozo
y Schuttenberg 2016) con la figura de Del Caño y el FIT.
Por último, aquí se consideran dos variables sociológicas clásicas como
variables independientes: género y condición de clase. La variable género se
construyó a partir de la siguiente pregunta del cuestionario: ¿Cuál es tu
género? Marcá una sola opción: 1) Mujer; 2) Varón; 3) Otro[9]. Para la variable condición de clase, se construyó
una variable de tres categorías (clases bajas, clases medias y clases altas),
considerando las modalidades de estratificación del sistema escolar (Gamallo 2015), que coinciden con indicadores de capital cultural (nivel
educativo del núcleo familiar) y capital económico (ocupación del núcleo
familiar), tomando la propuesta metodológica de Pierre Bourdieu (1979) en línea
con trabajos previos (Kriger y Dukuen 2012)[10]. La Tabla 1 muestra que el nivel educativo es mayor a
medida que se pasa de clases bajas a medias y a altas: en las escuelas de
clases bajas el 79,9% de las madres posee estudios primarios o secundarios; en
las escuelas de clases medias el 60,6% de las madres posee estudios secundarios
o terciarios; en las escuelas de clases altas el 59% de las madres posee
estudios universitarios o de posgrado. Y esta asociación entre condición de
clase y nivel educativo es estadísticamente significativa, fuerte y positiva.[11]
Tabla
1. Nivel educativo de la madre según condición de clase. En %
Bajas |
Medias |
Altas |
Total |
|
Primario |
30,3% |
12,6% |
3,2% |
16,6% |
Secundario |
49,6% |
42,1% |
21,2% |
40,8% |
Terciario |
9,8% |
18,5% |
16,6% |
15,3% |
Universitario |
8,7% |
17,3% |
42,9% |
19,1% |
Posgrado |
1,5% |
9,6% |
16,1% |
8,2% |
Total |
100% |
100% |
100% |
100% |
N |
389 |
596 |
217 |
1.202 |
Fuente:
elaboración propia en base a encuesta ad hoc para tesis doctoral 2023
(N=1.222)
Presentación de resultados
En lo que sigue, primero se presentan las distribuciones de frecuencias
de las variables de polarización afectiva de espacios partidarios (Tabla 2) y
de líderes políticos (Tabla 3). Para facilitar la lectura, se reagrupan las
categorías del siguiente modo. Se define “rechazo político” como la suma
de “me genera mucho rechazo” y “me genera un poco de rechazo”; “indiferencia
política” como la frecuencia de “me da lo mismo”; “simpatía política”
como la suma de “me gusta un poco” y “me gusta mucho”; y se define “desconocimiento
político” como la frecuencia de “no lo conozco”.
En el segundo subapartado, se presentan los promedios de la escala like-dislike
en relación con el género (Tabla 4) y la condición de clase (Tabla 5). Para
ello, se replica la fórmula del spread simple (Figura 1) propuesta por
Wagner (2021) para los resultados de polarización afectiva de lideres políticos
(escala del 1 al 5). Así, se obtiene un spread de la escala 1 a 5 y
luego, al reescalarlo, se obtiene un segundo spread de la escala 0 a 10
para facilitar la comparación con los estudios internacionales del CSES (2020),
empleada por Wagner (2021).
donde
p es el partido (o líder), i el encuestado y likeip
la puntuación like-dislike asignada a cada partido p (o líder)
por cada encuestado i
Figura 1. Ecuación del spread simple
de la escala like-dislike
Fuente: Elaboración propia en base a Wagner (2021)
En el tercer subapartado, para profundizar el análisis de la incidencia
de las variables sociológicas clásicas (género y condición de clase) sobre la
polarización afectiva, se propone un análisis estadístico inferencial a partir de
tablas bivariadas: la polarización afectiva según género (Tabla 6 y Tabla 7) y
según condición de clase (Tabla 8 y Tabla 9). Para ello, se considera a las
variables dependientes (polarización afectiva de líderes políticos) como
variables ordinales del siguiente modo: 1) rechazo político, 2) indiferencia
política, 3) simpatía política. Es decir, para poder realizar el análisis
estadístico, se excluye el desconocimiento y la no respuesta. En la misma
línea, se excluyen las no respuestas de las variables género y condición de
clase.
En los casos que corresponda, se muestran los principales estadísticos
para las tablas de contingencia, estas son Chi-cuadrado, V de Cramer, Gamma y
Odds ratio. Por un lado, la significación del Chi-cuadrado evalúa en qué medida
existe una asociación estadísticamente significativa entre las variables[12]. Por otro lado, el estadístico V de Cramer evalúa la
fuerza de la asociación entre variables nominales. Por su parte, el estadístico
Gamma evalúa no sólo la fuerza, sino también la dirección de la asociación
entre variables ordinales –por ello, este estadístico se considera sólo en las tablas
con condición de clase (Tabla 5 y Tabla 9)–. Además, los porcentajes totales
(100%) se ubican por columnas para analizar la incidencia de las variables independientes
(género, condición de clase) sobre las variables dependientes (polarización
afectiva, escala like-dislike). Por último, el odds ratio (OR) es la
razón de odds (la probabilidad de éxito dividido la probabilidad de fracaso) de
ambas categorías de una variable independiente dummy (en nuestro caso,
varón y mujer; clase alta y clase no alta; clase baja y clase no baja) y de
ambas categorías de una variable dependiente dummy (en nuestro caso, simpatía
y no simpatía; o rechazo y no rechazo). A modo de ejemplo, la Figura 2 muestra
el cálculo odds ratio (OR) de varones con simpatía por Milei.
donde V es varón, M es mujer y S es simpatía por
Milei
Figura 2. Ejemplo odds ratio (OR) de
varones con simpatía de Milei
Fuente: elaboración propia
Entre
espacios partidarios y líderes políticos
La Tabla 2 presenta los resultados para la polarización afectiva por espacios
partidarios. Se observa que el rechazo político es el mayor resultado en todos
los espacios, excepto en LLA. En JxC el rechazo político es de 33,9%, la
indiferencia política del 11,2% y la simpatía política de 15,9%. En FdT el
rechazo es 45,4%, la indiferencia 26,2% y la simpatía 5,5%. En FIT el rechazo
es 43,5%, la indiferencia 22,8% y la simpatía del 3,4%. En cambio, en LLA el
rechazo político es de 18,1%, mientras que la simpatía política es del 27,3%, y
la indiferencia del 20,7%.
Tabla
2. Polarización afectiva de espacios partidarios.
En %
JxC |
FdT |
LLA |
FIT |
|
1. Rechazo |
33,9% |
45,4% |
18,7% |
43,5% |
2. Indiferencia |
32,1% |
26,2% |
20,7% |
22,8% |
3. Simpatía |
15,9% |
5,5% |
27,3% |
3,4% |
Desconocimiento |
16,1% |
20,7% |
31,1% |
27,7% |
NSNC |
2,0% |
2,2% |
2,3% |
2,6% |
Total |
100% |
100% |
100% |
100% |
Fuente:
elaboración propia en base a encuesta ad hoc para tesis doctoral 2023
(N=1.222)
Ahora bien, el desconocimiento es sumamente alto en todos los espacios
partidarios, desde el 16,1% de JxC al 31,1% de LLA. Es decir, si bien se
observa una tendencia del denominado “fenómeno libertario” como fenómeno
juvenil, ya que es el único espacio partidario con mayor simpatía que rechazo,
también es importante notar el alto nivel de desconocimiento. Como se verá a
continuación, este alto desconocimiento de espacios partidarios contrasta con el
conocimiento de líderes políticos.
La Tabla 3 presenta los mismos resultados de polarización afectiva, pero
para líderes referentes de cada uno de los espacios anteriores. Ante todo, se
observa que el desconocimiento político prácticamente desaparece en todas las variables,
excepto en el caso de Del Caño (22,9%). Mientras las figuras de Macri y CFK no
cuentan prácticamente con desconocimiento (en torno al 2%), en el caso de la
figura de Milei es de 8,6%, es decir, 22,5 puntos porcentuales (p.p., desde
aquí) menos que el desconocimiento de su espacio partidario (LLA).
Tabla
3. Polarización afectiva de líderes políticos.
En %
Macri |
CFK |
Milei |
Del Caño |
|
1. Rechazo |
49,6% |
72,0% |
23,1% |
47,0% |
2. Indiferencia |
28,1% |
13,7% |
18,4% |
23,2% |
3. Simpatía |
16,8% |
10,1% |
47,7% |
4,2% |
Desconocimiento |
2,9% |
2,0% |
8,6% |
22,9% |
NSNC |
2,6% |
2,3% |
2,3% |
2,7% |
Total |
100% |
100% |
100% |
100% |
Fuente:
elaboración propia en base a encuesta ad hoc para tesis doctoral 2023
(N=1.222)
Al igual que en la tabla anterior, en todos los casos el rechazo
político es mayor que la simpatía política, excepto para Milei. En Macri el
rechazo es de 49,6% (+15,7 p.p. que el de su espacio
partidario), la indiferencia del 28,1% (-4 p.p.) y la simpatía de 16,8% (+0,9
p.p.). En CFK el rechazo es 71,9% (+26,6 p.p.), la indiferencia 13,7% (-12,5
p.p.) y la simpatía 10,1% (+4,6 p.p.). En Del Caño el rechazo es 47,0% (+3,5
p.p.), la indiferencia 23,2% (+0,4 p.p.) y la simpatía del 4,2% (+0,8 p.p.). En
cambio, en Milei el rechazo es de 23,0% (+4,4 p.p.) y la indiferencia del 18,4%
(-2,3 p.p.), mientras que la simpatía es del 47,6% (+20,4 p.p.).
En suma, en comparación con los resultados de espacios partidarios, en la
polarización afectiva de líderes políticos aumenta el rechazo y la simpatía en
detrimento de la indiferencia y el desconocimiento. Sin valor estadístico, pero
con valor ilustrativo, al analizar los mayores porcentajes de cada categoría es
posible asociar una categoría con cada líder político. En este contexto de
estudio, Milei es el líder de la simpatía política, CFK del rechazo político,
Macri de la indiferencia política y Del Caño del desconocimiento político.
La
escala like-dislike entre jóvenes de agrociudades
En el subapartado anterior se analizaron los resultados de cada una de
las variables de polarización afectiva, pero aún resta analizar la medida de
polarización afectiva, y para ello se emplea la variable de líderes políticos.
En esta línea, si la fórmula del spread simple de la escala like-dislike
(Figura 1) propuesta por Wagner (2021) se replica en el conjunto de nuestra
muestra considerando nuestra escala del 1 al 5, se obtiene un promedio de spread
de 1,06 (Tabla 4). No obstante, para facilitar la comparación con los estudios
internacionales se reescaló nuestro spread (de 1 a 5) al spread del CSES
(de 0 a 10). Para nuestro estudio, el promedio del spread del 0 a 10 es de 2,64
(Tabla 4), que se ubica en un nivel medio de polarización afectiva si se compara
con los resultados (que se ubican entre 1 y 4) del análisis de 51 países realizado
por Wagner (2021).
En este contexto de estudio, este nivel medio de polarización se explica
por la simpatía hacia Milei en contraposición con el rechazo hacia el resto
(mayor en CFK), en donde se conjuga el fenómeno juvenil libertario (Vázquez 2023) junto con la distancia de jóvenes ciudadanos con los
políticos (Kriger y Robba 2023). Asimismo, aquí también es posible establecer ciertas
correlaciones al analizar los promedios de spread de polarización
afectiva según género (Tabla 4) y según condición de clase (Tabla 5).
Tabla
4. Promedios de spreads like-dislike de líderes políticos por
género
Spread escala 1-5 |
Spread escala 0-10 |
N |
|
Mujer |
0,90 |
2,24 |
393 |
Varón |
1,19 |
2,98 |
455 |
Total |
1,06 |
2,64 |
848 |
Chi-cuadrado |
0 |
||
V de Cramer |
0,317 |
Fuente:
elaboración propia en base a encuesta ad hoc para tesis doctoral 2023
(N=1.222)
Tabla
5. Promedios de spreads like-dislike de líderes políticos por condición
de clase
Spread escala 1-5 |
Spread escala 0-10 |
N |
|
Bajas |
0,95 |
2,37 |
256 |
Medias |
1,07 |
2,66 |
422 |
Altas |
1,19 |
2,96 |
174 |
Total |
1,06 |
2,64 |
852 |
Chi-cuadrado |
0 |
||
V de Cramer |
0,231 |
||
Gamma |
0,137 |
Fuente:
elaboración propia en base a encuesta ad hoc para tesis doctoral 2023
(N=1.222)
Por un lado, la Tabla 4 muestra que el spread de polarización
afectiva se ve modificado por el género; es una asociación significativa (es
posible rechazar la hipótesis nula porque la significación del coeficiente
Chi-cuadrado es igual a cero) y fuerte (V de Cramer=0,317). Es decir, el spread
de polarización reescalado (2,64) es mayor entre varones (2,94) que entre
mujeres (2,24). Por otro lado, en la Tabla 5 se aprecia que el spread de
polarización también es alterado por la condición de clase, pero en menor
medida; es una asociación significativa (Chi-cuadrarlo=0) y positiva (Gamma=0,137).
Es decir, el spread de polarización reescalado (2,64) es mayor entre
jóvenes de clases altas (2,96) que de clases medias (2,66) y bajas (2,37). En
suma, este contexto de estudio enseña un nivel medio de polarización afectiva, que
se ve modificado por dos variables sociológicas clásicas; es mayor entre
varones que entre mujeres y es mayor entre clases altas que entre clases medias
y bajas.
La
polarización afectiva según género y condición de clase
Ahora bien, para profundizar el análisis de la incidencia de las
variables género y condición de clase sobre la polarización afectiva, se
propone realizar un análisis estadístico inferencial de tablas bivariadas,
agrupando cada una de las variables de polarización afectiva de lideres
políticos (Macri, CFK, Milei y Del Caño) a partir de tres categorías ordinales:
1) rechazo político, 2) indiferencia política y 3) simpatía política. Así, se muestra
la polarización afectiva en relación con el género (Tabla 6) y con la condición
de clase (Tabla 8). A su vez, las Tabla 7 y Tabla 9 muestran los principales estadísticos
para cada cruce de variables (con género y condición de clase, respectivamente).
Tabla 6. Polarización afectiva de
líderes políticos según género. En %
Macri |
CFK |
|||||
Mujer |
Varón |
Total |
Mujer |
Varón |
Total |
|
1. Rechazo |
54% |
51% |
53% |
70% |
80% |
75% |
2. Indiferencia |
29% |
30% |
30% |
17% |
12% |
14% |
3. Simpatía |
17% |
19% |
18% |
13% |
8% |
11% |
Total |
100% |
100% |
100% |
100% |
100% |
100% |
N |
584 |
565 |
1.149 |
592 |
572 |
1.164 |
Milei |
Del Caño |
|||||
Mujer |
Varón |
Total |
Mujer |
Varón |
Total |
|
1. Rechazo |
39% |
13% |
26% |
53% |
71% |
63% |
2. Indiferencia |
26% |
15% |
21% |
41% |
23% |
31% |
3. Simpatía |
36% |
72% |
53% |
6% |
6% |
6% |
Total |
100% |
100% |
100% |
100% |
100% |
100% |
N |
547 |
537 |
1.084 |
410 |
495 |
905 |
Fuente:
elaboración propia en base a encuesta ad hoc para tesis doctoral 2023
(N=1.222)
Tabla
7. Estadísticos de Tabla 6 (polarización por
género)
Macri |
CFK |
Milei |
Del Caño |
|
N |
1.149 |
1.164 |
1.084 |
905 |
Chi-cuadrado |
0,453 |
0 |
0 |
0 |
V de Cramer |
0,037 |
0,117 |
0,371 |
0,195 |
Fuente:
elaboración propia en base a encuesta ad hoc para tesis doctoral 2023
(N=1.222)
Como muestra la Tabla 7, todas las asociaciones entre polarización
afectiva (de CFK, Milei y Del Caño) son estadísticamente significativas en
relación con el género, excepto en el caso de Macri (la significación del
Chi-cuadrado es 0,453 y no es posible rechazar la hipótesis nula). Así, en la Tabla
6 se observa que la modificación por género de la distribución de la
polarización afectiva de Macri no es estadísticamente significativa (esto es,
se mantiene el rechazo en torno al 53%, la indiferencia en 30% y la simpatía en
18%).
Entre las asociaciones estadísticamente significativas, destaca
principalmente la polarización afectiva de Milei, con una V de Cramer de 0,371
(Tabla 7). Como se aprecia en la Tabla 6, la simpatía política de Milei (53%) es
mayor entre los varones (72%) y menor entre las mujeres (36%). En espejo, el
rechazo de Milei (26%) es mayor entre las mujeres (39%) y menor entre los
varones (13%), y lo mismo sucede con la indiferencia política. Por otro lado, las
asociaciones de la polarización afectiva de CFK y Del Caño también son
estadísticamente significativas con el género, aunque en menor medida (V de
Cramer de 0,117 y 0,195, respectivamente), y de modo inverso. En el caso de la
polarización afectiva de CFK, el rechazo político (75%) es mayor entre los
varones (80%) y menor entre las mujeres (70%) y la simpatía política (11%) es
mayor entre las mujeres (13%) y menor entre los varones (8%). De modo similar,
el rechazo político de Del Caño (63%) es mayor entre los varones (71%) y menor
entre las mujeres (53%) y la indiferencia (31%) es mayor entre las mujeres
(41%) y menor entre los varones (23%).
Esta distinción de la mayor importancia del género en la polarización
afectiva de Milei puede ser clarificada a partir de las oportunidades relativas
(odds ratio), que expresa la probabilidad de ocurrencia: mientras un
varón tiene 4,6 veces más probabilidades que una mujer de tener simpatía
política por Milei, una mujer tiene 4,2 veces más probabilidades que un varón
de tener rechazo político por Milei. Desde ya, estas oportunidades relativas
son menores en el caso de la polarización afectiva de CFK y Del Caño (la V de
Cramer es mayor en el caso de Milei). En definitiva, es posible afirmar que el
fenómeno juvenil de simpatía política de Milei es fuertemente varonil, mientras
que las mujeres tienen mayores niveles de rechazo; sucediendo lo inverso,
aunque no de manera tan marcada, con la polarización afectiva de CFK y Del Caño
(más positiva entre las mujeres y más negativa entre los varones); y sin relevancia
en el caso de la polarización afectiva de Macri.
Ahora bien, ¿qué sucede con el mismo ejercicio para la condición de
clase? Como se observa en la Tabla 9, todas las asociaciones de polarización
afectiva (de Macri, CFK y Del Caño) son estadísticamente significativas con la
condición de clase, excepto en el caso de Milei (Chi-cuadrado=0,886, y no es
posible rechazar la hipótesis nula). Así, en línea con trabajos previos (Bracco y Porta
2022), la Tabla 8 muestra que la polarización afectiva de
Milei no se ve significativamente afectada por la condición de clase; para
todas las clases el rechazo se mantiene en torno al 26%, la indiferencia en 21%
y la simpatía en 53%.
Tabla
8. Polarización afectiva de líderes políticos
según condición de clase. En %
Macri |
CFK |
|||||||
Bajas |
Medias |
Altas |
Total |
Bajas |
Medias |
Altas |
Total |
|
1. Rechazo |
63% |
54% |
31% |
53% |
62% |
77% |
93% |
75% |
2. Indiferencia |
28% |
29% |
35% |
30% |
20% |
14% |
5% |
14% |
3. Simpatía |
10% |
17% |
34% |
18% |
18% |
9% |
2% |
11% |
Total |
100% |
100% |
100% |
100% |
100% |
100% |
100% |
100% |
N |
379 |
565 |
210 |
1.154 |
385 |
568 |
216 |
1.169 |
Milei |
Del Caño |
|||||||
Bajas |
Medias |
Altas |
Total |
Bajas |
Medias |
Altas |
Total |
|
1. Rechazo |
28% |
25% |
27% |
26% |
56% |
60% |
82% |
63% |
2. Indiferencia |
21% |
21% |
20% |
21% |
38% |
34% |
16% |
31% |
3. Simpatía |
52% |
54% |
53% |
53% |
7% |
6% |
2% |
6% |
Total |
100% |
100% |
100% |
100% |
100% |
100% |
100% |
100% |
N |
341 |
542 |
206 |
1.089 |
282 |
445 |
182 |
909 |
Fuente:
elaboración propia en base a encuesta ad hoc para tesis doctoral 2023
(N=1.222)
Tabla
9. Estadísticos de Tabla 8 (polarización por condición
de clase)
|
Macri |
CFK |
Milei |
Del Caño |
N |
1.154 |
1.169 |
1.089 |
909 |
Chi-cuadrado |
0 |
0 |
0,886 |
0 |
V de Cramer |
0,179 |
0,181 |
0,023 |
0,141 |
Gamma |
0,332 |
-0,468 |
0,023 |
-0,287 |
Fuente: elaboración propia en base a
encuesta ad hoc para tesis doctoral 2023 (N=1.222)
Entre las asociaciones con condición de clase
estadísticamente significativas, se observa claramente una dinámica inversa
entre la polarización
afectiva de Macri y la de CFK (y Del Caño en menor medida). La Tabla 9 muestra
que el estadístico Gamma de la polarización afectiva de Macri es positivo
(0,332) y los estadísticos Gamma de la polarización afectiva de CFK y de Del
Caño son negativos (-0,468 y -0,287, respectivamente).
El primer caso implica que la variable dependiente aumenta a medida que
aumenta la variable independiente (Tabla 8), es decir, la simpatía política de
Macri (18%) es mayor a medida que se pasa de clases bajas (10%) a medias (17%)
y altas (34%), A la inversa, el rechazo político de Macri (53%) es mayor a
medida que se pasa de clases altas (31%) a medias (54%) y bajas (63%). El
segundo caso implica que la variable dependiente aumenta a medida que disminuye
la variable independiente. Para la polarización afectiva de CFK, la simpatía (11%)
es mayor al pasar de clases altas (2%) a medias (9%) y bajas (18%), y a la
inversa el rechazo de CFK (75%) es mayor en clases altas (93%) que en medias
(77%) y bajas (62%). Por último, el rechazo de Del Caño (63%) es menor en
clases bajas (56%) que en altas (82%); y la indiferencia (31%) es mayor en
clases bajas (38%) que en altas (16%).
Esta distinción de la importancia de la condición de clase en la
polarización afectiva en espejo de Macri y CFK puede ser nuevamente esclarecida
con los odds ratio. Por un lado, un joven con condición de clase alta
tiene 5,1 veces más de probabilidades de tener rechazo político de CFK que un
joven que no es de clase alta, mientras que tiene 3,1 más de probabilidades de
tener simpatía política de Macri. En cambio, un joven con condición de clase
baja tiene 2,9 veces más de probabilidades de tener simpatía por CFK que un
joven que no es de clase baja, y 1,8 más de probabilidades de tener rechazo de
Macri. Vale remarcar que esta comparación relativa no implica necesariamente
que se transforman las distribuciones absolutas, sino que tienen mayores
probabilidades relativas. En este sentido, el rechazo político de CFK no se ve
modificado totalmente por la condición de clase, sino alterado: en términos
absolutos, jóvenes de clases bajas tienen mayor rechazo que simpatía, pero en
una proporción relativamente menor que al resto de la muestra. Esto se debe al
alto porcentaje de rechazo de CFK en este contexto de estudio (mayor al 70%).
En cambio, en un caso de rechazo elevado, pero no tan alto como el de Macri, la
condición de clase altera de modo más marcado las distribuciones absolutas: en
las clases altas el rechazo, la indiferencia y la simpatía se divide
prácticamente en tres partes iguales, modificando la distribución original de una
mayoría de rechazo (en torno al 50%).
En resumen, mientras la polarización afectiva de Milei (tanto la
simpatía como el rechazo) es transversal a la condición de clase, no sucede lo
mismo con la polarización afectiva de Macri (tiene mayor rechazo entre jóvenes
de clases bajas y mayor simpatía entre jóvenes de clases altas) y la
polarización afectiva de CFK (tiene mayor rechazo entre clases altas y mayor
simpatía entre clases bajas). La dinámica de Del Caño es similar a este último
caso, pero con menor intensidad.
Conclusiones
El presente trabajo se propuso analizar la polarización afectiva entre
jóvenes de agrociudades del sudoeste bonaerense en relación con la incidencia
del género y la condición de clase. En un contexto en donde se conjuga los
activismos juveniles –libertarios (Vázquez 2023), macristas (Grandinetti 2021),
kirchneristas (Pérez y Natalucci 2012)– junto con la positivización de la
política y la negativización de los políticos entre jóvenes ciudadanos (Kriger y
Robba 2023), la intersección entre polarización afectiva, género y condición de
clase abre una perspectiva para contribuir a la investigación tanto del vínculo
de jóvenes ciudadanos con la política como de la polarización afectiva en la Argentina
contemporánea.
Ante todo, este estudio muestra el elevado nivel de desconocimiento de espacios
partidarios en contraste con el fuerte conocimiento de líderes políticos, que
puede interpretarse como efecto de la “representación de proximidad” en las
democracias contemporáneas (Rosanvallon 2008;
Annunziata, Ariza y March 2018; Le Bart y Lefebvre 2005), que aumenta en “la sociedad hipermediatizada que
producen las nuevas tecnologías de información y comunicación y, en particular,
las redes sociales” (Annunziata, Ariza
y March 2018, 73). Sin embargo, tanto en la polarización afectiva de espacios
partidarios como de líderes políticos, LLA-Milei es el único caso en donde la
simpatía política es mayor que el rechazo político. En este sentido, se destaca
el rechazo de FdT-CFK, la indiferencia de JxC-Macri y el desconocimiento de FIT-Del
Caño (aunque estos últimos dos espacios-líderes también con un rechazo elevado).
Por lo tanto, si bien en este contexto de estudio el rechazo político es la
categoría predominante, el fenómeno libertario apunta a una tendencia
específica como fenómeno juvenil.
En este marco, los resultados indican un nivel medio de polarización
afectiva en la comparación internacional de la escala like-dislike
(Wagner 2021), que se explica por el contraste entre la simpatía por Milei y el
rechazo hacia el resto de los líderes políticos, y puede vincularse con la negativización
de los políticos como brecha generacional (Kriger y Robba 2023). Ahora bien,
este nivel medio de polarización afectiva ofrece matices significativos cuando
es interrogada a partir del género y la condición de clase, como factores que
contribuyen a comprender la complejidad del fenómeno. En este sentido, los varones
y las clases altas tienen una puntuación mayor en la escala like-dislike.
¿Cómo se explican estas tendencias? El análisis de la incidencia del género y
la condición de clase sobre la polarización afectiva de líderes políticos presenta
tres dinámicas diferenciales.
Por un lado, en un contexto de mayor simpatía política, la polarización
afectiva de Milei se ve afectada por el género (simpatía de varones y rechazo
de mujeres) y es un fenómeno transversal a la condición de clase. En línea con
la literatura (Stacchiola y Seca
2023; Bracco y Porta 2022), los jóvenes libertarios son mayormente varones sin
distinción de clase. A modo de hipótesis, la relevancia del género en el
rechazo y la simpatía de Milei se relaciona con una bifurcación entre los
activismos juveniles feministas (Bianciotti 2021;
Elizalde 2018; Faur 2019) y la reacción contra la “ideología de género” en los
activismos juveniles de las nuevas derechas (Kessler y Vommaro 2022; Vázquez 2023). Por otro lado, en un marco de rechazo e
indiferencia, la polarización afectiva de Macri no se ve afectada por el
género, sino por la condición de clase (mayor simpatía entre clases altas). En
cambio, en un contexto de elevado rechazo, la polarización afectiva de CFK (y
Del Caño) se ve afectada por el género (menor rechazo y mayor simpatía en mujeres,
en espejo con Milei) y por la condición de clase (menor rechazo en clases bajas,
en espejo con Macri). Como elemento interpretativo, esta dinámica se relaciona
con la mediáticamente denominada “grieta” (Cecchini 2022) entre kirchnerismo y macrismo, en donde el conflicto
de 2008 (Balsa y Liaudat
2019) –con el protagonismo de la movilización ciudadana en
las localidades pampeanas (Hora 2010;
Giarracca y Teubal 2010)– es considerado como punto nodal de la polarización
entre kirchnerismo y anti-kirchnerismo (G. Vommaro 2019a) y de la génesis de una juventud de centro-derecha (Grandinetti 2015;
Kriger y Dukuen 2014).
En resumen, si jóvenes varones tienen una mayor puntuación de
polarización afectiva en la escala like-dislike es debido al fenómeno
libertario: los varones, en comparación con las mujeres, tienen mayor simpatía
política por Milei y mayor rechazo político por CFK. De un modo similar, si
jóvenes de clases altas tienen una mayor polarización afectiva se debe a la polaridad
entre kirchnerismo y macrismo: jóvenes de clases altas, en comparación con el
resto de la muestra, tienen mayor rechazo por CFK y mayor simpatía por Macri. Ahora
bien, si el punto común entre varones y clases altas es el rechazo al
kirchnerismo, pero las simpatías se bifurcan entre macrismo y libertarismo, cabría
preguntarse por las interrelaciones entre polarización y disposiciones
políticas juveniles. Esto es, no sólo la pregunta por la contribución de la polarización
en la conformación de disposiciones políticas (Kriger y Robba 2023), sino inversamente
si varones y clases altas tienen mayores puntuaciones de polarización porque,
justamente, tienen mayores disposiciones hacia la política (Bourdieu 1979; Dukuen
2013) en tanto distribución desigual de capitales legítimos
en el campo político. En este sentido, como una ampliación para futuros
trabajos, se propone aquí la noción de disposiciones ciudadanas para indagar
las fronteras de lo político (Arnaud y Guionnet
2005) en el vínculo de jóvenes con la ciudadanía en su
doble problematización agencial y comunitaria (Duchesne 2022;
Andrenacci 2019) y en relación con la socialización (Mathieu 2010).
A modo de cierre, este artículo plantea el interrogante sobre si la
dinámica de polarización afectiva de jóvenes ciudadanos atravesada por la
condición de clase se ve desplazada, o al menos alterada, por una más condicionada
por el género, como reacción a la agenda cultural (Kessler y Vommaro 2022; Vázquez 2023). En el avenir, sería interesante realizar tanto una
ampliación cuantitativa de la indagación comenzando por las interrelaciones entre
polarización afectiva y polarización ideológica (Wagner 2021; Scherman et al. 2022) como una profundización cualitativa a partir de los
sentidos que las regularidades estadísticas aquí presentadas adquieren en las
prácticas, creencias, reflexiones y afectividades de las propias juventudes.
Apoyo
financiero: Beca
Interna Doctoral del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas
(CONICET), Argentina.
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[1]
Tesis en curso del Doctorado de Ciencias Sociales de la Universidad de
Buenos Aires (UBA), realizada en el marco de una Beca Interna Doctoral del
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), con sede
en el Centro de Investigaciones Sociales (CIS) del Instituto de Desarrollo
Económico y Social (IDES), dirigida por la Dra. Miriam Kriger y codirigida por
el Dr. Juan Dukuen.
[2]
Se opta por obviar los nombres propios, considerando que el interés radica en
reflexionar sobre un problema de investigación en el campo de estudios sobre
juventudes, manteniendo el anonimato de las fuentes.
[3]
Como se explicó en la introducción, la decisión de trabajar con estos grupos de
jóvenes de agrociudades del sudoeste bonaerense se debe a la pertinencia de la problematización
de la noción de ciudadanía.
[4]
El acceso a cada escuela fue solicitado con anterioridad a las autoridades escolares
locales.
[5]
El verbo like se tradujo como “me gusta” y dislike como “me
genera rechazo”. Vale aclarar que dislike no se tradujo como “no me
gusta” (como lo hacen las encuestas del CSES en castellano), debido a que no es
posible conjugar de modo gradiente (mucho, poco, etc.) un verbo negativo que
implica ausencia de gusto. Ahora bien, el verbo dislike conlleva la
adjetivación negativa, y no sólo su ausencia. En este sentido, la traducción es
“me desagrada” (mucho, poco, etc.), pero dicho verbo no se adecua al contexto
discursivo de la investigación. En función de ello, se decidió la traducción
“me genera rechazo” que mantiene la adjetivación negativa con capacidad
gradiente del dislike.
[6] La pregunta del CSES
es: “I’d like to know what you think about each of our political parties. After
I read the name of a political party, please rate it on a scale from 0 to 10,
where 0 means you strongly dislike that party and 10 means that you strongly
like that party. If I come to a party you haven’t heard of or you feel you do
not know enough about, just say so. The first party is PARTY A” (CSES 2012,
18).
[7]
Luego de ya finalizado el trabajo de campo, la coalición Frente de Todos se denominó
Unión por la Patria (UxP).
[8] La pregunta del CSES
es: “And what do you think of the presidential candidates/party leaders? After
I read the name of a presidential candidate/party leader, please rate them on a
scale from 0 to 10, where 0 means you strongly dislike that candidate and 10
means that you strongly like that candidate. If I come to a presidential
candidate/party leader you haven’t heard of or you feel you do not know enough
about, just say so. The first is LEADER A” (CSES 2012,
19).
[9]
La categoría “otro” (n=12) se agrupa con la categoría “mujer” para facilitar el
análisis debido a su baja frecuencia, en función de sus correlaciones empíricas
en la muestra, y en función de los aportes teóricos y empíricos sobre
desigualdad de género (Femenías 2019; Rodríguez y Limas 2017).
[10]
Aunque en estas agrociudades se produce una segmentación social del sistema
educativo como en las grandes ciudades (Gamallo
2015),
ello convive con una heterogeneización y un entrecruzamiento social. Si bien
las tendencias de los resultados son significativas (Tabla 1), en un trabajo
futuro se presentará un análisis de correspondencias múltiples (Gutiérrez, Mansilla, y Assusa 2022) a partir
de indicadores propios.
[11]
No se consideran los casos de “no sabe no contesta” (NSNC) a fin de analizar
estadísticos de asociación de variables ordinales: la tabla bivariada es
estadísticamente significativa, es decir, es posible rechazar la hipótesis nula
de no asociación; y el estadístico Gamma es de 0,530: implica un nivel fuerte
de asociación con una dirección positiva (aumenta la variable dependiente a
medida que aumenta la variable independiente).
[12]
Estrictamente, cuando asume valor igual a cero es posible rechazar la hipótesis
nula de no significación estadística porque las frecuencias observadas difieren
significativamente de las frecuencias esperadas bajo el supuesto de
independencia estadística.