“Un día normal en la vida de Vale: se levanta temprano, prepara el desayuno, lleva a su hijo al
colegio, saca al perro a dar una vuelta en el vecindario y a hacer sus necesidades, prepara el
almuerzo y luego se ducha, corre a clases de yoga online, para abrir caderas y prepararse para el
parto. Allí escucha relatos de otras mujeres embarazadas, comparten inquietudes, datos e
información. Después continúa con el aseo, lavar ropa y ordenar”. (Sibrian, datos inéditos )
Con la esperanza de tener un parto vaginal, humanizado, lo más cercano a las condiciones naturales,
los meses continuaron transcurriendo. Vale estaba convencida de que su cuerpo podía dar a luz sin
intervenciones.
Para contextualizar léase con detenimiento la siguiente narración llevada a cabo en el Registro de
campo del 1 de junio del 2017:
“Al entrar en su casa, lo primero que se vislumbra es una biblioteca con muchos libros de yoga,
seguida de un salón con tapetes tejidos donde juega y come su hijo de cuatro años. Luego viene un
balcón cubierto por las ramas de un hibisco con flores rojas. Allí sobre una hamaca se cuelga Vale
a estirar las piernas. En la mesa del comedor, junto a su computador, tiene el emblemático libro de
Casilda Rodrigáñez “Pariremos con placer” (2008), el cual combina datos de anatomía, historia y
partería natural desde un punto de vista feminista y que constituye la piedra fundacional de la
agrupación argentina “Las Casildas”, quienes fueron pioneras en la discusión sobre el parto
humanizado en América Latina. (Sibrian, datos inéditos)
No obstante, cuando se acercaba la fecha de parto, a su pareja le ofrecen trabajo fuera de Santiago.
Él había estado sin laborar los últimos meses y, frente al nacimiento inminente, la sustentabilidad
era una prioridad. Este fue el motivo por el cual Vale tuvo que programar una cesárea. En la
entrevista post-parto hecha el 27 de setiembre del 2017 Vale expresa:
“Eso fue un jueves y, bueno, lo programé para el otro día. Fue así tan exprés porque hablé con
Julio, porque ¡ah!, llamé a la matrona y le dije: ¿Qué probabilidades hay de programarlo para el
sábado? Y me dice: No, ninguna posibilidad porque el sábado tenemos turno, el domingo tampoco.
Tendría que ser para el lunes. El lunes era mi cumpleaños, ahí justo vino mi cuñada a verme,
entonces como que me aconsejó, me escuchó y todo. Y hablé con Julio y dijimos: Bueno, no
tenemos más tiempo, tú te tienes que ir a Chiloé, ¿cachai? y hay que hacerla, poh. Así que lo
colocamos para el día siguiente”. (Vale, comunicación personal)
En la intervención se tomaron en cuenta algunas de sus peticiones como la luz baja, no obstante,
se trata de una operación donde todo está muy controlado e, ineludiblemente, la mujer es una
espectadora de lo que le sucede, en la entrevista post-parto hecha el 27 de setiembre del 2017 Vale
describe su experiencia de la siguiente manera:
“Tú estás con los brazos así, a los lados, y te los amarran no sé por qué. Arriba, dos cosas gigantes,
así, redondas, de luces, muchas luces adentro, sí. Y eso era loco, porque hacía efecto espejo,
entonces yo me veía ¿cachai? Eso era brígido, onda, ver cómo estaban sacando la guagua, se veía
todo”. (Vale, comunicación personal)