Por lo tanto, derivado de las nuevas maneras de realizar la administración pública se
ha desarrollado la iniciativa relacionada con la creación de los laboratorios de innovación
pública (Abusleme 2016; Acevedo y Dassen 2016; Arros y Ramírez 2017; Criado 2016;
Criado, Rojas y Silván 2017 y Rubio y Calzada 2017), los cuales, por lo general, están
diferenciados por su origen (universidad o gobierno) y las líneas de trabajo a las que se
dirigen (aplicación de los avances tecnológicos al sector público, focalización en el
conocimiento sobre el uso de big data en las políticas públicas, diseño de servicios públicos
y formación de sus empleados para reorientar las políticas a los intereses de los ciudadanos,
localización de innovadores cívicos para canalizar proyectos a través del gobierno local,
solución de problemas sociales mediante la integración de la sociedad civil como un actor
colaborador del estado y el establecimiento de diálogos abiertos sistemáticos, entre otras
líneas, que, sin dudas, han propiciado el desarrollo de la innovación en el sector público, para
la transformación de su actuación a favor de la generación de productos y servicios con mayor
valor agregado e impacto social.
Por ejemplo, uno de los ecosistemas creado por estos laboratorios se orienta a la
ciudadanía y a la democratización de la innovación, el mismo es denominado laboratorio
ciudadano. Este, a través de la co-creación, desarrolla nuevas soluciones con las personas
(Bason 2010; Brugué, Blanco y Boada 2014; Gaete et al. 2019; Resina 2019 y Zurbriggen y
González 2014).
En esa misma línea, en Cuba, las exigencias para la actualización del modelo
económico y social cubano de desarrollo socialista evidencian la necesidad de perfeccionar
la gestión pública local, en aras de potenciar ecosistemas de innovación que generen una
cadena de resultados en el nivel territorial, como base del desarrollo integral del país. En la
Asamblea Nacional del Poder Popular celebrada en junio del año 2017, se aprobó el Plan
Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta el 2030: propuesta de visión de la nación,
ejes y sectores económicos estratégicos y se reafirma la necesidad de desplegar instituciones
de administración pública modernas, cuyo propósito esencial sea la obtención de resultados
en beneficio de la sociedad y del desarrollo nacional y local. Con base en ello, a nivel de
gobierno central se manifiestan dos ideas relevantes: a) el país precisa de una administración
pública eficiente y b) se necesita buscar las respuestas desde la innovación y el conocimiento
(Partido Comunista de Cuba 2017).
Por otra parte, en la palestra de la administración pública municipal cubana aparece
una nueva figura, el intendente: «Artículo 203. El Consejo de la Administración Municipal
es presidido por el intendente, tiene carácter colegiado, desempeña funciones ejecutivo-
administrativas y dirige la Administración Municipal» (PCC 2019, 15). Esta nueva figura
política está destinada a diseñar e implementar enfoques innovadores en su gestión para
alcanzar la sostenibilidad del desarrollo, a partir de estimular la investigación científica y los
procesos de desarrollo tecnológico y de innovación, así como potenciar su difusión, para
garantizar la generalización oportuna de su aplicación en todas las esferas de la sociedad