Volumen 101 (1) 2022: 1-9 Enero-Junio
DOI 10.15517/rr.v101i1.44198
E-ISSN: 1659-2859
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Impactos psicosociales en familiares víctimas de desaparición forzada
Psychosocial impacts on family’s victims of forced disappearance
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Laura Camila Romero Sáenz,
lauraromero2401@gmail.com
https://orcid.org/0000-0002-
7414-7887
2
Viviana Katherine Cuellar Cuellar,
viviana-cuellar13@outlook.es
https://orcid.org/0000-0002-
4259-2281
Universidad de la Amazonia,
Florencia, Colombia
1 2
Fecha de recepción:
13 de octubre del 2020
Fecha de aceptación:
27 de mayo del 2021
Resumen
Introducción
La desaparición forzada ha sido una de las prácticas
que ha sido implementada por parte del Estado y
grupos armados al margen de la ley, esto con la
finalidad de desaparecer a las personas, en aras de
sembrar el terror en los sectores sociales más
vulnerables de Colombia y generar impactos
psicosociales.
Objetivo
El presente artículo pretende dar cuenta del
fenómeno de la desaparición forzada y la compleja
situación que atraviesan los familiares que tiene un
ser querido desaparecido, ya que este hecho ha
dejado huellas imborrables en la historia.
Metodología
El presente artículo de reflexión no derivado de
resultados de investigación expone un análisis
crítico, teniendo en cuenta la lectura en
profundización, una ampliación del conocimiento en
torno a la desaparición forzada.
Conclusión
El crimen de la desaparición forzada ha generado
diversos impactos psicosociales en todas las áreas de
ajuste del ser humano, lo cual ha implicado que las
personas sobrevivientes no puedan llevar a cabo la
planeación e implementación de un proyecto de vida
individual y familiar. Lo anterior evidencia impactos
psicosociales a nivel comunitario: estigmatización y
escenarios de re-victimización; a nivel familiar:
reasignación de roles, quiebre en el ciclo vital,
sufrimiento psicológico permanente; y a nivel
individual: incertidumbre, quiebres de proyectos de
vida, malestar psicológico, entre otros.
Palabras claves: Conflicto armado, Crimen de Lesa
Humanidad, Impactos económicos, Proyecto de
vida, Sufrimiento psicológico.
Volumen 101 (1) 2022: 1-9 Enero-Junio
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E-ISSN: 1659-2859
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Cómo citar:
Romero Sáenz, Laura Camila y
Viviana Katherine Cuellar Cuellar.
2022. Impactos psicosociales en
familiares víctimas de desaparición
forzada. Revista Reflexiones 101 (1).
DOI 10.15517/rr.v101i1.44198
Abstract
Introduction
Forced disappearance has been one of the practices
that has been implemented by the state and armed
groups outside the law, in order to be able to
disappear people, in order to sow terror in the most
vulnerable social sectors in Colombia, generating
psychosocial impacts on society.
Objective
Therefore, this article aims to account for the
phenomenon of forced disappearance and the
complex situation that family members of a
disappeared loved one go through, taking into
account that this fact has left indelible marks in
history.
Methodology
This article of reflection not derived from research
results, presents a critical analysis, taking into
account previous experiences in the field with
respect to forced disappearance.
Conclusion
The crime of forced disappearance has generated
various psychosocial impacts in all areas of
adjustment of the human being, which has implied
that the survivors cannot carry out the planning and
implementation of an individual and family life
project, evidencing themselves Psychosocial impacts
at the community level: stigmatization and re-
victimization scenarios, at the family level:
reassignment of roles, break in the life cycle,
permanent psychological suffering and individual
level: uncertainty, breakdown of life projects,
psychological discomfort, among others.
Keywords: Armed conflict, Psychological suffering,
Economic impacts, Life Project, Crime against
humanity.
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Introducción
En ocasiones, el secuestro como la desaparición forzada son conceptos ligados en el
contexto de violencia. No obstante, según la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones
Unidas para los Derechos Humanos en Colombia, «el primero, es entendido como un medio
para alcanzar un objetivo en específico según los intereses de los raptores, además, es una
privación temporal de la libertad en donde no existe la negativa por parte de los raptores a
reconocer dicha privación» (2009, 6). Es decir, en el secuestro, una vez que las personas
victimarias obtienen su objetivo, dan la libertad a su víctima, por lo tanto, existe una violación
de las necesidades básicas humanas (identidad, libertad, seguridad y bienestar) pero de
manera temporal.
Por su parte, la desaparición forzada de acuerdo con el Centro Nacional de Memoria
Histórica, se entiende como «aquella modalidad de violencia desplegada intencionalmente
en un contexto de extrema racionalización de la violencia que consiste en la combinación de
privación de libertad de la víctima, sustracción de esta del amparo legal y ocultamiento de
información sobre su paradero, en que pueden ser responsables tanto los Estados nacionales
como los grupos armados ilegales que la incorporan a su repertorio en el marco de su
actividad criminal» (2016, 38).
En este sentido, la desaparición forzada como modalidad de violencia, tal como su nombre
lo indica, tiene como fin último «desaparecer» a las personas y nunca más volver a dar
información acerca de dónde está y cómo se encuentra. Es una modalidad en la que también
se ven afectadas las necesidades básicas humanas, puesto que una vez desaparecidas, estas
personas pierden su identidad.
A lo largo de los años, la desaparición forzada ha sido una problemática invisibilizada
en Colombia, en donde el reconocimiento de los diferentes actores que promueven sus
derechos de verdad, justicia, reparación y no repetición ha sido nulo. Dicho fenómeno ha
generado afectaciones en toda la sociedad; de manera directa como indirecta, la cual
evidencia fuertes impactos psicosociales en el que millones de personas han tenido que vivir
a lo largo de la historia.
De esta manera, el documento aborda la situación de la desaparición forzada en
Colombia, especialmente desde las cifras de personas desaparecidas que aporta el Registro
Único de Víctimas (RUV), y desde el análisis realizado por el Centro Nacional de Memoria
Histórica (CNMH); entidad encargada de reunir y recuperar todo el material documental,
testimonios orales y cualquier otro medio relativo a víctimas del conflicto armado interno;
de esta forma, la reflexión de personas autoras permitirá generar nuevos aportes en el área de
la psicología y de la historia colombiana, en tanto afecta directamente al ser humano.
En ese orden de ideas, el documento aporta en el ámbito de la psicología, ya que da
cuenta de una problemática del ser humano, en la cual se evidencian las diferentes
afectaciones que sufre el individuo en distintos aspectos de su vida: familiar, social,
individual, laboral y económica, esto ha producido que el desarrollo personal y social de las
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víctimas se altere, lo cual le compete indagar al campo de la psicología. De esta manera, al
abordar un panorama de los impactos de la desaparición forzada, se puede contribuir al área
de la psicología social, debido a que se evidencia la necesidad de realizar procesos de
acompañamiento psicosocial a la población víctima del conflicto armado con el fin de mitigar
los impactos de la violencia, lo cual, implica un verdadero desafío para los profesionales de
la psicología.
La constante búsqueda: una despedida sin regreso
Colombia ha estado por más de cincuenta años en un conflicto armado interno, siendo
la violencia un factor determinante en las luchas campesinas, estudiantiles, en las de los
grupos armados al margen de la ley. Las atrocidades cometidas en el conflicto armado son
enseñanzas como también hechos indelebles; desde pérdidas materiales hasta la pérdida de
un ser querido, traumas, miedos, silencios, dolor, angustia y el odio surgieron tras la guerra
que parecía acercarse a su fin. Con el pasar de los años, la guerra ha sido un tema de
reflexión; y en medio del rastreo de los orígenes de las oleadas de violencia en Colombia se
ha logrado identificar las víctimas y victimarios, las prácticas inhumanas y las aberrantes
consecuencias de la misma.
Alrededor de los años setenta, la desaparición forzada aparece en Colombia como una
estrategia de «inteligencia» por parte del Estado, y poco después es utilizada para infundir
terror por parte de grupos armados al margen de la ley, tales como el paramilitarismo (grupo
nutrido principalmente por el narcotráfico), organizaciones guerrilleras y demás grupos
insurgentes. De acuerdo con el CNMH (2018), «no hay ninguna causa o motivo que permita
comprender ni explicar la existencia y el uso de la práctica de la desaparición» (p.85). Sin
embargo, se estima que algunas de las causas por las que los grupos armados ilegales ejecutan
desapariciones forzadas ha sido por cuestiones de poder, por fortalecer sus tropas, o porque
estos grupos armados consideran a las demás personas como colaboradoras del estado o de
otros grupos insurgentes, lo que conlleva a ver a las personas como enemigos, y, por lo tanto,
a desaparecerlas
Cabe resaltar que el CNMH (2013) afirma que «la desaparición forzada de Omaira
Montoya Henao, el 9 de septiembre de 1977, ha sido considerada como el primer caso
oficialmente denunciado en Colombia» (p.25). Desaparición ocurrida en Barranquilla, por
parte de los agentes del Estado, Omaira Montoya fue una bacterióloga de 30 años, egresada
de la universidad de Antioquia, que militaba en el Ejército de Liberación Nacional -ELN.
Con este caso se evidenció la primera sanción a personas funcionarias, ante las prácticas
dirigidas por parte de los miembros de la fuerza pública, situación vinculada en un contexto
nacional e internacional. Sin embargo, para el año 1970 la práctica de este delito ya se venía
implementando en las zonas rurales y acechaba al campesinado, esto implicó una triste
realidad para la población colombiana, pues a mediados de los años 80 esta problemática se
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incrementó vertiginosamente, y dejó periodos de la historia por recordar y personas a las
cuales buscar.
En la actualidad, la población colombiana está tras la búsqueda de la verdad, de
saber cómo ocurrió, cuándo ocurrió y por qué ocurrió el infame hecho de la desaparición
forzada, conocido por algunas familias, y desconocido para aquellos que no tienen idea de lo
que es estar bajo la sombra del miedo y la incertidumbre. Según las cifras del Registro Único
de Víctimas (RUV, 2020), con corte al 30 de junio de 2020 se registran en Colombia 181.
722 víctimas de desaparición forzada; de las cuales, 50.003 son víctimas directas y 131.719
son víctimas indirectas, en cuanto a las víctimas de desaparición forzada según sexo (véase
tabla 1).
Tabla 1. Cifras de las víctimas directas de desaparición forzada
en Colombia, según sexo y orientación sexual
SEXO, ORIENTACION
SEXUAL
Hombres
Mujeres
Intersexual
LGTBI
Fuente: RUV. Registro Único de Víctimas 2020
Esta práctica sistemática se evidencia con mayor fuerza en las edades que van entre
los 29 y 60 años, lo cual equivale a un total de 29.263 personas desaparecidas. Así mismo,
de acuerdo con el CNMH, «el crimen de la desaparición forzada ha estado presente en 1.011
municipios de los 1.115 existentes en Colombia» (2018, 82), sin duda alguna, la desaparición
forzada forma parte de las historias de vida de la población colombiana, la memoria histórica
de un país indolente, desequilibrado e injusto, donde miles de familiares tienen la esperanza
de que su familiar retornará a su hogar con vida. Situación que no discrimina raza, edad ni
estrato socioeconómico, que ha acabado con la tranquilidad de familias campesinas,
indígenas, e incluso, familias con poder económico, esta problemática ha sido una estrategia
macabra, poderosa, incomprensible, e implementada a su antojo por parte de los distintos
actores, quizá uno de los crímenes más impunes que produjo la guerra. No obstante, la única
forma de cerrar este ciclo es obtener la verdad y garantizar la no repetición.
Impactos psicosociales de la desaparición forzada
La desaparición forzada ha sido tipificada como un crimen de lesa humanidad, el cual
ha generado distintos efectos, enmarcados en el término «impacto psicosocial» que, según el
CNMH, «es utilizado para reconocer los efectos de los actos violentos en el marco del
conflicto armado, que a su vez han ocasionado, rupturas en la vida emocional, daños físicos
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y psicológicos a nivel individual, familiar y comunitario, siendo un impacto que perdura en
el tiempo» (2014, 20).
Con base en lo anterior, a nivel comunitario se pueden presentar diferentes impactos,
tales como menciona el CNMH (2014,): «ruptura de la cotidianidad del entorno más cercano,
estigmatización por parte de la sociedad y de funcionarios del Estado y escenario de re-
victimización» (55-56). Lo que evidencia que el daño no solo implica a la familia o la víctima
directa, sino que es una afectación que genera impactos de forma transversal y en muchas
situaciones ese impacto no es generado únicamente por la desaparición en sí misma, sino por
los actos que esto conlleva: señalamiento por parte de la comunidad, escenarios de
estigmatización por parte de las instituciones, negligencia por parte de los entes territoriales
ante el suministro de información al respecto de las diligencias administrativas que deben
llevar acabo las víctimas para exigir sus derechos, además, la desaparición es un mensaje
contundente para que exista un desplazamiento territorial por parte de las víctimas.
Ahora bien, con respecto al nivel familiar, se evidencia, según el CNMH, «la
reasignación de roles, debido que, en ocasiones son los hijos los que deben asumir el rol de
padre o madre en la familia, ya que la persona encargada está ausente. Además, se da un
quiebre en el ciclo vital de la familia ante la ausencia de la persona desaparecida porque el
impacto es diferente según la relación filial: padre, madre, hijo(a), tío(a), abuelo(a), primo(a),
por parte de los adultos, se presenta una transmisión de sentimientos hacia los menores de
edad» (2014, 55-56).
En ese orden de ideas, los familiares de las personas desaparecidas están expuestos
a un sufrimiento psicológico permanente, debido a la vulneración y la indignación del hecho,
en donde pueden presentar deterioro afectivo, sentimientos de vergüenza, miedo, periodos
de esperanza y frustración, según el CNMH, «el daño material con frecuencia se traduce en
un verdadero daño al proyecto de vida, pues trunca proyectos e impide la realización de
aspiraciones y anhelos sobre lo planeado» (2016, 308). Estos daños son transmitidos de
generación en generación, puesto que la rabia, el dolor y el miedo se transmiten a los niños,
niñas y adolescentes, lo cual altera su desarrollo.
Finalmente, el impacto psicosocial a nivel individual se evidencia con CNMH «el
dolor y angustia causada por la incertidumbre del paradero de la persona desaparecida,
quiebres de proyectos de vida individuales o su limitación a asumir nuevos proyectos
centrados en la búsqueda del familiar, miedo, desconfianza e inseguridad» (2014, 55-56).
Cuando los individuos no cuentan con información que les aporte a los procesos de búsqueda
de su ser querido, experimentan un malestar psicológico, el cual permanecerá en el tiempo;
de lo contrario, si el familiar regresa al hogar o si éste falleció y entregan su cuerpo a la
familia, entonces este dolor y sufrimiento puede disminuir con el tiempo.
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Proyecto de vida: un verdadero desafío
Los seres humanos por naturaleza tienden a planear cada una de las cosas que hacen;
tanto como a corto, mediano y largo plazo. Durante la vida tienen que vivenciar numerosos
acontecimientos menores que en algunas situaciones los llevan a modificar algunas proyectos
planeados, así mismo, deben vivenciar acontecimientos como la muerte de un ser querido,
padecer alguna enfermedad o ser víctima de la desaparición forzada de un familiar, lo cual
ocasiona un quiebre en la construcción de un proyecto de vida, ya que el individuo deja a un
lado sus objetivos y metas personales para centrarse en los procesos de búsqueda de su ser
querido. Cuando se presenta la dinámica de la reasignación de roles; en donde un miembro
de la familia asume la función que cumplía la persona desaparecida, es decir, que el hijo
asuma el rol de padre. El factor económico se convierte en uno de los limitantes para
solventar las distintas necesidades y entre ellas el poder optar por una educación de calidad,
que permita a las familias obtener un crecimiento personal.
Dichos impactos generan afectaciones mayores en los individuos que se encuentran
en la etapa de infancia y adolescencia, ya que normalmente tienen sus expectativas puestas
en personas adultas, y los planes que tienen a futuro se relacionan con los miembros de su
familia. Comúnmente, después del hecho victimizante las personas no quieren continuar con
los proyectos de vida. En una investigación realizada en el año 2014 en Barrancabermeja se
hallaron algunos resultados que evidencia el daño psicosocial que ocasiona dicho fenómeno,
esto se logró mediante una serie de entrevistas a seis familias víctimas de desaparición
forzada. Una de las personas a las que se entrevistó para dicho estudio de Mateus, Mora y
Tapias (2014) manifiesta que: «parecía que todo el mundo se acababa y no deseaba tampoco
seguir adelante con mi proyecto de vida, me llene de odio, rabia y tristeza, con ganas de
vengarme y sacarme el odio con la persona que me arrebató la vida de mi hermano» (103).
Conclusiones
La violencia ha sido uno de los factores determinantes en la historia colombiana, ha
causado miles de homicidios, atentados, torturas, desplazamientos forzados, reclutamientos
ilícitos, amenazas, desapariciones forzadas, entre otros. Con base en lo anterior, el último
hecho victimizante ha dejado huellas en la sociedad, debido a que es un crimen de lesa
humanidad, que trae consigo incertidumbres, dolor, odio, duelos no resueltos, y, en especial,
una esperanza que prevalece en el tiempo.
Además, el crimen de la desaparición forzada ha generado diversos impactos
psicosociales en todas las áreas de ajuste del ser humano, lo cual ha implicado que las
personas sobrevivientes no puedan llevar a cabo la planeación e implementación de un
proyecto de vida individual y familiar, igualmente, se ha visto afectada la calidad de vida y
el bienestar psicológico de dichas familias.
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Cabe resaltar la pertinencia de visibilizar la temática abordada en este documento,
debido que en Colombia y en el mundo miles de familias que viven las consecuencias de la
desaparición forzada, actualmente no han alzado su voz para dar a conocer que son víctimas
de este flagelo, teniendo en cuenta que al contar las historias se convierte en un medio sanador
que permite reconocerse dentro de un grupo de personas que han sufrido situaciones
similares, por eso, es importante reconocer a las víctimas del conflicto, porque en la medida
que se hace, se reconoce como un sujeto político, social y de derechos.
Finalmente, como menciona Marulanda (2014) «cuando Martin Luther King expresó
su frase célebre: no me duelen los actos de la gente mala, me duele la indiferencia de la gente
buena…» (p.277). Pues en nuestro país, las personas deben enfrentarse a a día a convivir
en medio de una sociedad sorda e indolente ante las diferentes atrocidades cometidas a lo
largo de la historia, muchas personas prefieren permanecer en silencio debido a la
indiferencia de los individuos, y a la negligencia de las instituciones del Estado, dicho
silencio porque muchas veces están en la búsqueda de mejorar las afectaciones que les ha
dejado el hecho victimizante, pero paradójicamente en esa búsqueda terminan más afectados
de lo que creían. Por lo tanto, todo ese silencio y esa negligencia generan que no se
reconozcan las afectaciones y las necesidades de las víctimas y que, además, no se distinga
la desaparición forzada como una verdad problemática en nuestra sociedad que ha sido
fuertemente golpeada por el conflicto armado, y en donde actualmente se siguen cometiendo
hechos atroces contra la humanidad.
Contribución: este artículo es resultado de un trabajo conjunto y las autoras hemos
contribuido en igual medida a su elaboración y revisión.
Referencias
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Huellas y Rostros de la Desaparición Forzada (1970-2010). Bogotá: Imprenta
Nacional.
ed. 2014. Desaparición forzada tomo III: Entre la Incertidumbre y el dolor: impactos
psicosociales de la desaparición forzada. Bogotá: Imprenta Nacional.
2016. Hasta encontrarlos. El drama de la desaparición forzada en Colombia, CNMH,
Bogotá: Imprenta Nacional.
2018. Caquetá: una autopsia sobre la desaparición forzada, Bogotá, CNMH.
2018. Desaparición forzada. Balance de la contribución del CNMH al esclarecimiento
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Marulanda, Stevenson. 2014. El ADN: la raíz de la maldad y de la desigualdad mundial. Rev
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Volumen 101 (1) 2022: 1-9 Enero-Junio
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Mateus, Astrid, Liliana M. Pacheco y Ángela Tapias. 2014. «Percepción de las alternativas
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http://dx.doi.org/10.15332/tg.mae.2014.00186
OACNUDH (Oficina en Colombia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los
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