Introducción
Este año se cumplieron 100 años de la Reforma de Córdoba, un momento histórico que
cambió la dirección que tomaría la universidad pública latinoamericana, convirtiéndola en
un modelo de universidad que emergió desde este contexto y que incluso ha llegado a
influenciar la labor que realizan universidades en otras latitudes.
En una universidad que año con año sufre cada vez más transformaciones en el trabajo
que considera prioritario, la Universidad de Costa Rica (UCR) debe reflexionar acerca del
papel de la Acción Social (Extensión Social o Extensión universitaria) su función y las
implicaciones éticas que comprende. La Acción Social, como actividad sustantiva de la UCR
está llamada a constituirse en el eje articulador entre la docencia y la investigación, de manera
tal, que se aprovechen los vínculos y posibilidades que las propias comunidades brindan, y
se genere un mayor impacto en los resultados de los proyectos que se desarrollan en su
territorio y con su población.
Esta articulación debe realizarse desde abajo, esto es, desde las propias unidades
académicas (facultades, escuelas, institutos y centros de investigación) y su respectiva
población estudiantil. Sin embargo, esta aspiración es cada día más difícil de completar, por
razones de diverso origen, entre las cuales se encuentran las normativas cada vez más
restrictivas debido a presiones presupuestarias que priorizan los intereses administrativos.
Además, el estatus que se le brinda a la Docencia, a la Investigación y a la Acción Social
respectivamente dentro del ámbito académico es un factor que hace que a la población
docente le resulta más rentable adquirir experiencia en investigación o en Docencia y, por
ende, esto resulta más atractivo que desarrollar proyectos de Acción Social.
Además, se suman temas que, aunque no forman parte de la agenda de trabajo o de los
planes de estudios de la universidad, su trascendencia social, política y económica, hace que
la institución deba utilizar tiempo y recursos para debatir sobre ellos. Algunos ejemplos de
esto son: las constantes amenazas de recortes presupuestarios en el Fondo Especial para la
Educación Superior (FEES), la defensa de la educación, el empleo público y los derechos
laborales de la sociedad en general, la vigilancia política de casos de corrupción dentro del
Estado, la protección de los derechos ambientales especialmente en regiones de interés
turístico, entre muchas otras y de muy diversa índole. Todo esto diluye los límites entre las
tres actividades, lo que a su vez abre muchas posibilidades de articulación para lograr una
transformación social más efectiva e integral.
La Acción Social en el modelo universitario latinoamericano
En 1808 Napoleón dispuso que todo el sistema de educación, y la educación superior
en particular, estaría sujeta a la intervención del Estado, de manera que pudiera mantenerla
sometida al poder central. En dicho proceso se eliminaron materias como filosofía y
literatura, por considerar que fomentaban el pensamiento crítico en el estudiantado. Por eso,
al hablar del modelo napoleónico de universidad, nos referimos a una universidad despojada