Volatilidad electoral rural en Costa Rica: el caso del
distrito Cariari en las elecciones presidenciales del 2014 y 2018
Rural Electoral
Volatility in Costa Rica: The case of Cariari district in the 2014 and 2018
presidential elections
Sharon Camacho Sánchez
Universidad
de Costa Rica, San José, Costa Rica
https://orcid.org/0000-0002-7308-0908
Fecha
de recepción: 5 de julio del 2021
Fecha
de aceptación: 21 de diciembre del 2021
Cómo
citar:
Camacho
Sánchez, Sharon.
2023. Volatilidad electoral rural en Costa Rica: el caso del distrito Cariari
en las elecciones presidenciales del 2014 y 2018. Revista
Reflexiones. 102 (1). DOI 10.15517/rr.v102i1.47630
Resumen
Introducción: La
volatilidad electoral que ha caracterizado los últimos procesos electorales del
país se ha intensificado con el fenómeno de los balotajes. La inestabilidad en
los apoyos partidarios ha tenido una clara concentración en las zonas rurales
del país.
Objetivo principal: Este
artículo pretende presentar algunos hallazgos en cuanto a las razones que
explican la volatilidad electoral en las zonas rurales del país a partir del
caso de estudio del distrito Cariari, cantón Pococí, en la provincia de Limón
en las elecciones presidenciales del 2014 y 2018.
Método y técnica: El
artículo presenta el territorio como un concepto geográfico político y explicativo
que permite comprender las condiciones que derivaron los resultados electorales
del 2014 y 2018 en el distrito Cariari. Se utiliza una metodología mixta que
complementó el enfoque cuantitativo con el cualitativo.
Resultados: Los
resultados evidencian que el fenómeno de la volatilidad electoral en Costa Rica
no sigue un patrón aleatorio, sino que ha estado localizado en las zonas
rurales. El caso de estudio permitió observar cómo el descontento y apatía con
lo político es, a la vez, la base del apoyo a partidos con diferentes
posiciones ideológicas del 2014 al 2018.
Conclusión: Se
identifica la percepción de abandono de las zonas rurales y el deseo del cambio
político como la base de la inestabilidad en el apoyo partidario. También se identifica
un escenario que facilitó, por una dinámica territorial compleja en la que las
agrupaciones religiosas juegan un papel fundamental, la capitalización del
apoyo por parte del Partido Restauración Nacional (PRN).
Palabras
clave:
Inestabilidad
electoral, Periferias, Territorio, Balotaje, Localidad.
Abstract
Introduction: The
electoral volatility that has characterized the last electoral processes of the
country has intensified with the ballots phenomenon.
The instability in party support has been clearly concentrated in rural areas
of the country.
Objective: This
article aims to present some findings regarding the reasons that explain the
electoral volatility in the rural areas of the country based on the case study
of the Cariari district, Pococí canton in the Limón
province in the presidential elections of 2014 and 2018.
Method: The paper
presents territory as a geographical, political and
explanatory concept that allows the understanding of the conditions that
derived the electoral results of 2014 and 2018 elections in Cariari district. A
mixed methodology has been used which complemented the quantitative and
qualitative approaches.
Results: The results
show that the electoral volatility phenomenon in Costa Rica does not follow a
random pattern instead, it has been located in rural
areas. The study case allowed to observe how dissatisfaction and apathy with
politics are both, the basis of support for parties with different ideological
positions from 2014 to 2018.
Conclusion: The
perception of the abandonment of rural areas and the wish for political change is
identified as the basis for the instability of party support. Also, a scenario is
identified that facilitated the capitalization of support from the Partido Restauración Nacional due to a complex territorial dynamic
in which religious groups play a main role.
Keywords:
Electoral
instability, Peripheries, Territory, Ballots, Location.
Introducción
Los resultados de las elecciones
presidenciales del 2014 y del 2018 presentaron patrones geográficos volátiles, se
observó el cambio del apoyo de distritos rurales, costeros y fronterizos del Partido
Frente Amplio (PFA) y Partido Acción Ciudadana (PAC) (partidos con una
tendencia de centro izquierda) en el 2014 a un partido con un claro
posicionamiento religioso y conservador como el PRN en el 2018. Este
comportamiento es el que se trata de comprender en el presente artículo a
partir de una descripción general de la distribución espacial de los resultados
a escala distrito electoral[1] y posteriormente desde lo
local con un caso de estudio.
Se vincula al territorio como un concepto
geográfico político que permite un acercamiento a la construcción de las
percepciones de las realidades y los contextos de las personas, así como un
elemento que influye en las decisiones político electorales.
El trabajo se centra en la particularidad de las zonas rurales dentro de un ambiente
de exclusión y desigualdad, conceptualizado a partir de los paisajes cotidianos
de despojo (Ojeda 2016). De manera que el cambio del apoyo del PFA y el PAC en
2014 al PRN en el 2018 en el distrito Cariari estuvo mediado, en primer lugar,
por el descontento con la política tradicional y como resultado de esto, por el
deseo del cambio.
Por su parte, la selección del distrito
Cariari se realizó a partir de un primer análisis de los partidos ganadores en
primera y segunda ronda en todos los distritos del país en la elección del 2014
y 2018. Finalmente, el artículo incluye las siguientes secciones: en la primera
parte se hace un acercamiento al enfoque con el que se estudió el territorio y
las formas en que este fue abordado; seguidamente, con el objetivo de
contextualizar el fenómeno de la volatilidad electoral rural en el país, se
presentan los resultados de las elecciones del 2014 y del 2018 de primera a
segunda ronda a partir de la cartografía de dirección de cambio. Una vez
contextualizado a escala nacional, el artículo se enfoca en el caso de estudio
desde su dimensión político social; por último, se realiza un análisis
territorial desde una perspectiva cuantitativa y cualitativa de las principales
razones que explican la volatilidad del distrito.
Aspectos teórico-metodológicos: el
territorio para la comprensión de los fenómenos electorales[2]
Este es un trabajo de Geografía Electoral
que parte del concepto del territorio desde su dimensión más subjetiva, el
territorio entendido como proceso y como resultado de la interacción geográfica
de múltiples elementos y factores. Se toma la propuesta de Ojeda (2016) de los
paisajes cotidianos de despojo como la forma en que finalmente se concretan y
visibilizan las historias y geografías de los espacios, e incorpora el
territorio como un concepto político geográfico alternativo para comprender la
complejidad del comportamiento electoral de las últimas décadas.
El aporte central de este análisis es la
interpretación del territorio más allá de un espacio de gobernanza en el que se
describen patrones espaciales de resultados electorales, ya que esta visión
invisibiliza multiterritorialidades y mantiene la
subordinación entre las relaciones de territorios dominantes y dominados (Mançano 2008). Asimismo, proporciona una idea del
territorio como resultado (no estático) de la producción de actores, debido a
la actividad que realizan los seres humanos en el espacio común, dentro de los
límites y de la concepción que tienen del mismo (Raffestin
2012).
Para efectos de este estudio, el
territorio tiene influencia en las decisiones político
electorales de las personas que los habitan, producen, experimentan y
perciben cotidianamente. Esto porque es un espacio formado por ideas y
diferentes pensamientos: conceptos, teorías, métodos, ideologías, paradigmas,
etc., que definen una lectura, un enfoque, una interpretación, una comprensión
y, por tanto, una explicación del objetivo, tema o cuestión (Mançano 2008). Lo anterior al considerar que los
territorios materiales (espacios tangibles) son producidos por territorios
inmateriales (espacios intangibles) y que el pensamiento y los imaginarios son
también productores de relaciones de poder (Mançano
2008).
Por otra parte, por las características de
exclusión de las zonas rurales de Costa Rica, se toma la propuesta de Ojeda (2016)
de paisajes cotidianos de despojo, la forma en que la autora teoriza estos
espacios posibilita su comprensión entre el despojo, desigualdades y violencia.
El paisaje, como unidad espacial de análisis, materializa y refleja
temporalidades y escalas, y por su perspectiva visual evidencia la historia de
prácticas materiales y simbólicas arraigadas localmente (Ojeda 2016). Esta
característica suma posibilidades de estudio de los fenómenos políticos por su
visión de paisaje no homogéneo, sino más bien conformado por múltiples
territorios con dinámicas particulares.
Para Ojeda (2016), es necesario superar la
narrativa del capital como el centro de la comprensión del despojo para
entenderlo a partir de sus historias y geografías, y así relacionarlo con otras
formas de desigualdad (Edelman y León 2014, Hart 2006, Kelly 2011, Mollet 2016 en
Ojeda 2016). En consecuencia, el despojo sería un proceso que produce nuevos
espacios y espacialidades y no siempre está mediado por el desalojo. De esta
manera, la autora presenta el concepto desde otras formas menos evidentes de
violencia que se inscriben en la vida cotidiana y que no conllevan
necesariamente el uso de fuerza física (Ojeda 2016).
El despojo se enmarca en espacio y tiempo
como una forma de evidenciar las bases históricas y geográficas de las
desigualdades (Ojeda 2016). Es un proceso violento de reconfiguración socio
espacial y, «en particular socioambiental que limita la capacidad que tienen
los individuos y las comunidades de decidir sobre sus medios de sustento y sus
formas de vida» (Ojeda 2016, 21).
Por otro lado, el artículo considera la
volatilidad electoral como un término para caracterizar la inestabilidad en el
respaldo a los partidos políticos, es decir, para referirse a casos en los que
un distrito es ganado por partidos distintos en elecciones sucesivas. Mainwaring y Zoco (2007) definen la volatilidad electoral como
la suma total de votos transferidos desde unos partidos a otros de una elección
a la siguiente.
Para la recolección de los datos se implementó un
método mixto (cuantitativo y cualitativo) de tipo explicativo secuencial (Creswell
2009). En una primera fase se desarrolló un estudio de opinión sociopolítica para
conocer de manera general las características de los territorios y las razones
del voto. Se aplicó una encuesta en campo bajo un muestreo aleatorio y
estratificado por distrito electoral, el instrumento que se aplicó tiene como
referencia las encuestas post electorales del Centro de Investigación y
Estudios Políticos (CIEP) y el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE). Un segundo
momento consistió en el trabajo de campo con una perspectiva cualitativa para
profundizar en los hallazgos de la primera fase. Esta es la primera vez en el
país que se estudia un fenómeno de este tipo a este nivel de detalle.
Las elecciones
presidenciales del 2014 y 2018 en Costa Rica
Las elecciones presidenciales del 2014 y
del 2018 se caracterizaron por evidenciar el desgaste de las identidades
partidarias, así como por un clima de amplia indecisión y volatilidad (CIEP
2014, 2017 y 2018). En el 2014 resultó electo como presidente Luis Guillermo
Solís del PAC, tras haberse disputado el puesto en una segunda ronda con el
candidato del PLN Johnny Araya, esta fue la primera vez desde el período
bipartidista costarricense en que el ejecutivo no fue ganado por el PLN o el
PUSC. Las investigaciones sobre la contienda del 2014 enmarcan estos resultados
como consecuencia de la decepción de la ciudadanía con la gestión gubernamental
de los partidos tradicionales de Costa Rica (del PLN en el 2006 y 2010 y los
anteriores del PUSC) (Alfaro y Gómez 2014; Cortés y Pignataro
2014; Rosales 2016; Cortés 2019).
Por su parte, la contienda del 2018 se
particulariza porque ninguno de los partidos tradicionales del país logró pasar
a segunda ronda, la elección la disputaron el PAC (partido oficialista) y el
PRN, partido de corte religioso y conservador que en el 2014 no obtuvo mayoría
de votos en ningún distrito del país y solo alcanzó una diputación en la
Asamblea Legislativa; en dicha contienda Carlos Alvarado del PAC fue electo
presidente. La campaña electoral 2017- 2018 se llevó a cabo en un ambiente de
polarización a partir de temas relacionados a derechos humanos y religiosos,
además, por escándalos de corrupción que vinculaban la gestión del primer
gobierno del PAC.
Volatilidad electoral localizada en
las zonas rurales
La volatilidad electoral en Costa Rica se
intensifica por el fenómeno del balotaje, debido a que el cambio en los
respaldos a los partidos políticos no solo ha sucedido entre elecciones, sino
entre rondas de una misma elección (Camacho 2019). Los mapas de dirección de
cambio, que indican si el partido que obtuvo mayoría de votos en cada ronda
electoral es igual o diferente para todos los distritos del país, evidencian la
inestabilidad, confirman la tendencia multipartidista, la fragmentación y el
cambio político que ha venido experimentando la dinámica electoral del país en
las elecciones del 2014 y 2018 (Alfaro y Gómez 2014, Cortés y Pignataro 2014, Cortés 2019).
La tendencia general del cambio de primera
a segunda ronda electoral en el 2014 estuvo marcada por el traslado del apoyo
mayoritario en primera ronda del Partido Liberación Nacional (PLN), partido con
la estructura territorial más importante en el país (Cascante et al 2020),
hacia el PAC en segunda, véase Figura 1. Este comportamiento tuvo una
distribución espacial homogénea en la que lo fueron distritos periféricos del Gran
Área Metropolitana (GAM) y la periferia del país, mientras que el PAC mantuvo
su comportamiento histórico a concentrarse en distritos del centro. La mayoría
de votos hacia el PFA tuvo un patrón específico,
distritos rurales, costeros y fronterizos, además de que en todos los casos de
cara a la segunda ronda fue el PAC el que canalizó la mayor parte del apoyo.
Figura
1.
Dirección de cambio de primera a segunda ronda electoral a escala distrito,
2014
Fuente:
Camacho, 2021
La distribución geográfica del apoyo a los
partidos y las diferencias entre centro periferia también han evidenciado tener
una relación con el perfil socioeconómico de los cantones. Según Cascante et al
(2020), tanto en el 2014 como en el 2018 los cantones con mejor perfil se
asocian con mayor apoyo al PAC (aunque se redujo en el 2018), mientras que el
PRN del 2014 al 2018 desplazó del primer lugar a partidos como el PLN y el PFA
en los cantones con mayor índice de pobreza.
La contienda del 2018 evidencia no solo
una serie de patrones de cambio en contraste con el 2014, sino también dentro
de la misma elección (entre rondas electorales) entre partidos con posiciones
ideológicas opuestas. Esta distribución en parte se debe a la emergencia en el
2018 de nuevas fuerzas políticas que lograron importantes porcentajes de apoyo
en los distritos del país, de manera que el mapa de esta elección se dinamizó
en cuanto a las relaciones de cambio, véase Figura 2.
Figura
2.
Dirección de cambio de primera a segunda ronda electoral a escala distrito,
2018
Fuente:
Camacho, 2021
Sin embargo, como lo demuestra la Figura 2,
el PRN se posicionó de forma extendida en todo el país en primera ronda,
mientras que los resultados de abril lo localizan en las zonas rurales,
principalmente. Fueron los distritos del centro del país que esta agrupación
había ganado en febrero los que redireccionaron la mayoría de apoyo hacia el
PAC en el mes de abril. Acción Ciudadana, por su parte, no tuvo variación en su
patrón de concentración de apoyo y mantuvo mayoría de votos en primera y
segunda ronda en el GAM. Asimismo, según este patrón, fue el partido que captó
la simpatía de las personas que se quedaron sin opción partidaria de cara a la
segunda ronda electoral.
La cartografía evidencia que, en las zonas
rurales de Costa Rica, hasta el momento, ninguna de las nuevas fuerzas
políticas ha logrado establecer su base territorial, ni las tradicionales
reconfigurarla o asegurarla. En parte, esto tiene que ver con la tendencia
histórica del PAC de captar mayor apoyo en el centro de país, relegando las
zonas rurales como los territorios disponibles y disputados por el resto de agrupaciones partidarias.
Territorio despojado y volátil: el
caso del distrito Cariari
Cariari es el segundo centro urbano del
cantón Pococí y evidencia desigualdades palpables entre la cabecera del
distrito (más urbano) y el resto del territorio. En general, es
predominantemente rural y su población se dedica a actividades agrícolas y
comerciales (INEC 2011). Según el Índice de Desarrollo Social Distrital (IDSD)
del 2017, obtuvo un valor de 47, 92 puntos, se ubicó en la posición 401 de 483
a escala nacional y fue el cuarto lugar de los siete distritos del cantón. Fue
la dimensión económica del índice la que presentó valores más bajos con un 17,
26 (MIDEPLAN 2017). La Figura 3 muestra la localización del distrito
administrativo Cariari.
Figura
3.
Mapa de ubicación distrito administrativo Cariari
Fuente:
Camacho, 2021
En perspectiva, según los datos de la
encuesta en campo, casi la mitad de la población encuestada se dedicaba a
labores no remuneradas (48. 4 por ciento), el 59 por ciento tenía el grado de
primaria completa o incompleta, seguido de población que no logró concluir la
secundaria (18. 6 por ciento). Datos que es posible relacionar con el
desempleo, ya que en el 2011 la tasa de desempleo abierto de Cariari era la más
alta del cantón (de 5.7).
La vocación agrícola del distrito está
mayormente determinada por la presencia de monocultivos de banano y piña, mientras
que los y las agricultoras se encuentran en una situación de vulnerabilidad,
debido a que, entre otras razones, se enfrentan a una serie de limitaciones por
la ausencia de mercados locales y regulación de precios, obligados y obligadas
en su mayoría a vender los productos a intermediarios. En este sentido, el paisaje
de despojo en Cariari requiere una lectura trasversal del papel que han tenido
las compañías bananeras en su organización socio espacial, como actor político
y económico en su creación y como una de las principales actividades económicas
actuales.
Las compañías bananeras, a pesar de las
múltiples problemáticas socio ambientales, generan una relación importante de
dependencia en la ciudadanía por ser la principal fuente de empleo. La
población de las comunidades se enfrenta además a limitaciones en cuanto a la
gestión de los desechos sólidos, infraestructura pluvial y acceso a agua potable;
así como al creciente problema en torno al narcotráfico e inseguridad (este es
el problema que más preocupa a las personas encuestadas con un 32. 40 por
ciento de menciones).
Siguiendo a Ojeda (2016), además de las desigualdades
antes mencionadas, los paisajes de despojo pueden caracterizarse por su
despolitización. Los centros de votación de Cariari se catalogan como
comunidades desvinculadas con la política desde varias perspectivas: por la
desorganización comunal (que toma en cuenta cuestiones de comunicación y falta
de liderazgos locales) percibida como el segundo mayor problema de sus
comunidades y por la apatía partidaria, más del 75 por ciento del electorado
afirmó no simpatizar con ningún partido político.
Otra forma de observar este fenómeno es a
partir de la actitud negativa y generalizada en cuanto a la influencia real del
Estado en estos territorios. Solo la mitad de las personas encuestadas (55. 3
por ciento) le concede mayor importancia (muy o algo) a la gestión que realiza
la Municipalidad en sus comunidades, en contraste con un 30. 8 por ciento que
opina lo mismo en cuanto al Gobierno nacional.
Dirección
de cambio en los centros de votación de Cariari
Cariari es un distrito con una trayectoria
volátil instalada, desde la elección del 2002 el electorado de este distrito ha
apoyado a agrupaciones partidarias diferentes. Según las expresiones de las
personas entrevistadas, las elecciones del 2006 y del 2010 fueron momentos clave
en lo que sería el quiebre de la simpatía partidaria en el distrito, hecho
fundamentado en la ruptura de la tradición familiar y el análisis de las
propuestas de las distintas opciones partidarias. Esto es lo que Cortés (2019)
ha definido como el surgimiento de un votante «independiente» o de una nueva
ciudadanía que toma en cuenta y valora de manera más cuidadosa a las y los
candidatos, así como las propuestas y planes de gobierno para decidir su voto.
El comportamiento electoral del distrito
Cariari refleja la volatilidad particular que caracterizó a varios distritos
rurales, costeros y fronterizos del país. La mayor parte de su electorado apoyó
a partidos con orientaciones de centro izquierda en el 2014, PFA en primera
ronda y PAC en segunda, pero en la contienda del 2018 los votos fueron
canalizados por el PRN, un partido con claros posicionamientos conservadores y
religiosos. No obstante, reducir la escala de análisis al centro de votación
significa poder observar otros comportamientos locales.
En la primera ronda del 2014, además del
PFA, el PLN y el Partido Movimiento Libertario (PML) obtuvieron mayoría de
votos en los centros de votación, véase Figura 4. Entre estos tres partidos se alternaron los
tres primeros lugares en todos los distritos electorales, a excepción de
Cariari (Campo Kennedy) y el Ceibo, en los que el PAC ocupó el tercer lugar. Por
su parte, en la segunda ronda el PAC, a pesar no haber sido uno de los
favoritos en febrero, obtuvo el 80 por ciento de los votos en la mayoría de los
centros de votación, véase Tabla 1.
Figura
4.
Dirección de cambio de primera a segunda ronda electoral por centro votación,
Cariari. 2014
Fuente:
Camacho, 2021
Tabla
1.
Primer lugar por distrito electoral en primera y segunda ronda del 2014,
Cariari
|
Primera ronda |
Segunda ronda |
||
Distrito electoral |
Partido |
% |
Partido |
% |
Campo Kennedy |
PLN |
24.75 |
PAC |
81.95 |
Banamola |
PML |
31.89 |
PAC |
85.28 |
Campo Cinco |
PFA |
28.22 |
PAC |
82.04 |
Los Ángeles |
PFA |
32.35 |
PAC |
80.80 |
Campo Dos |
PFA |
30.82 |
PAC |
85.11 |
Cuatro Esquinas |
PLN |
27.77 |
PAC |
83.27 |
El Ceibo |
PLN |
30.46 |
PAC |
83.01 |
Astúa Pirie |
PFA |
27.15 |
PAC |
82.57 |
Progreso |
PFA |
31.09 |
PAC |
82.41 |
Total |
|
100 |
100 |
Fuente:
Camacho, 2021
El balotaje del 2018 en Cariari siguió la
tendencia de las zonas rurales, el PRN ganó con amplio margen en ambas rondas
electorales (véase Figura 5). En febrero con el 20 por ciento sobre el segundo
lugar y en abril con cerca del 65 por ciento de los votos en todos los distritos
electorales (véase Tabla 2). El PLN y el Partido Integración Nacional (PIN) (partido
antisistema) fueron agrupaciones que también mantuvieron y lograron simpatías,
mientras que el partido oficialista prácticamente desapareció.
Figura 5.
Dirección de cambio de primera a segunda ronda electoral por centro votación,
Cariari. 2018
Fuente:
Camacho, 2021
Tabla
2.
Primer lugar por distrito electoral en primera y segunda ronda del 2018,
Cariari
Distrito
electoral |
Primera
ronda |
Segunda
ronda |
||
Partido |
% |
Partido |
% |
|
Campo Kennedy |
PRN |
42.25 |
PRN |
61.89 |
Banamola |
PRN |
42.51 |
PRN |
71.67 |
Campo Cinco |
PRN |
46.43 |
PRN |
68.20 |
Los Ángeles |
PRN |
42.75 |
PRN |
71.61 |
Campo Dos |
PRN |
38.46 |
PRN |
63.19 |
Cuatro Esquinas |
PLN |
29.47 |
PRN |
65.61 |
El Ceibo |
PLN |
30.96 |
PRN |
54.84 |
Astúa Pirie |
PRN |
45.21 |
PRN |
67.40 |
Progreso |
PRN |
42.35 |
PRN |
68.09 |
Cariari H.A |
PLN |
54.55 |
PRN |
67.74 |
Fuente:
Camacho, 2021.
Las razones del voto en un panorama
impredecible
En febrero del 2014 el 36 por ciento de la
población decidió su voto en la última semana o el día antes de la elección
(Cortés y Pignataro 2014) y según el primer Panel
Electoral que realizó el Programa Estado de la Nación (PEN), se evidenciaron electorados
fluctuantes en la preferencia partidaria (Alfaro y Gómez 2014). Por su parte, el
comportamiento de las preferencias en el balotaje del 2018 fue comparado con el
experimentado por una montaña rusa, la indecisión por parte de las personas
electoras se mantuvo entre el 40 y 30 por ciento durante la campaña de la
primera ronda y entre el 13 y el 20 por ciento en abril (CIEP 2018).
Para el caso del distrito Cariari, la
Figura 6 permite observar el comportamiento del voto individual del 2014 al
2018, el mismo refleja los movimientos de las personas encuestadas en cada una
de las rondas electorales. Los colores de las líneas reflejan ya sea el apoyo
estable hacia un mismo partido o el traslado del apoyo a una agrupación
diferente (el número al lado del nombre del partido indica el total de personas
en cada grupo). Se observa entonces, una dinámica volátil más compleja de
transferencias de apoyos entre partidos que la reportada a escala de centro de
votación y aún mayor a unidades espaciales como el distrito o cantón.
Figura
6.
Comportamiento individual del voto, 2014- 2018
Fuente:
Camacho, 2021.
Diferentes publicaciones coinciden en
cuanto a las principales razones que movilizaron el voto en las elecciones en
estudio. Para el 2014 se ha puntualizado en que los resultados fueron consecuencia
del amplio desgaste, rechazo y decepción de la población costarricense hacia
los partidos tradicionales, particularmente, los dos últimos gobiernos del PLN
(2006 y 2010) y los anteriores del PUSC (Alfaro y Gómez 2014; Cortés y Pignataro 2014; Rosales 2016; Cortés 2019). Además, la
percepción sobre corrupción y falta de ética en la gestión gubernamental se estructuró
como eje de discusión de la dinámica electoral junto a la necesidad de un
cambio (Cortés 2019).
El proceso electoral del 2018 estuvo
marcado por lo que en un primer momento fue denominado por el CIEP como un «shock
religioso», el cual condujo principalmente a clivajes en torno a temas de derechos
de la comunidad LGTBIQ y aborto. El pronunciamiento de la Corte Interamericana
de Derechos Humanos (CIDH) sobre este tema en enero del 2018 fue el punto de quiebre de la campaña electoral del
2018, ya que generó una reacción conservadora de oposición (CIEP 2018).
De esta manera, se estaba cumpliendo el
primer periodo del gobierno «nuevo» del PAC, que en su culminación se vio
envuelto en escándalos de corrupción que le restaron credibilidad, provocaron
malestar en la población y agudizó la apatía de la ciudadanía ante la elección
y lo relacionado con lo político (Rodríguez, Herrero y Chacón 2019; Rosales
2018). Dicha situación orientó el inicio de la
campaña electoral del 2018 a discusiones ligadas a combatir con mano dura la
corrupción, como fue el caso del discurso de Juan Diego Castro del PIN.
Ahora bien, las respuestas de las
principales razones que movilizaron el voto en los centros de votación en
Cariari coincide con lo antes señalado. En el 2014 la
idea del cambio se mantuvo en general como la respuesta más recurrente en
cuanto a las razones por las que el electorado apoyó a las distintas
agrupaciones políticas y candidatos, véase Tabla 3.
Tabla 3.
Aspecto con más influencia en el voto de la primera y segunda ronda 2014 en
Cariari
|
Porcentaje
de menciones |
||
Aspectos |
Primera ronda |
Segunda ronda |
|
Recibió bonos, becas, ayudas (como
alimentos) |
0.8 |
- |
|
Quería evitar que ganara otro
candidato |
1.7 |
- |
|
Las propuestas sobre la protección
de los valores costarricenses |
1.7 |
- |
|
Que le gusta votar a ganar |
2.5 |
11.1 |
|
Que le gusta ese partido |
5.9 |
6.7 |
|
Que el candidato era nuevo |
10.2 |
4.4 |
|
Le gustó el candidato |
11.0 |
12.2 |
|
La tradición de su familia |
13.6 |
10.0 |
|
Las propuestas o programa de gobierno
en general |
18.6 |
18.9 |
|
Que quería un cambio |
22.9 |
30.0 |
|
Otros |
7.2 |
3.3 |
|
No sabe/no responde |
3.4 |
3.3 |
|
Fuente:
Camacho, 2021.
Los y las votantes del PAC fueron quienes
señalaron en más ocasiones que su elección estuvo mediada por el hecho de
querer un cambio (42. 2 por ciento), así como la atribución de ser un candidato
nuevo (23.3 por ciento). En cambio, las propuestas y programa de gobierno fue
la idea que más peso tuvo en el voto hacia el PML (60 por ciento) y el PFA (50
por ciento), véase Tabla 4.
Tabla 4.
Aspectos con más influencia en el voto por partido político, primera ronda 2014
en Cariari
Aspectos |
Partidos (en porcentaje) |
||||||
|
Porcentajes |
||||||
|
PLN |
PAC |
PFA |
PML |
|||
Tradición familiar |
44.8 |
2.3 |
8.3 |
10 |
|||
Le gustaba el partido |
10.3 |
2.3 |
16.7 |
10 |
|||
Que el candidato era nuevo |
0 |
23.3 |
8.3 |
10 |
|||
Las propuestas o programa de
gobierno |
17.2 |
7 |
50 |
60 |
|||
Que quería un cambio |
10.3 |
44.2 |
8.3 |
0 |
|||
Que le gusta votar a ganar |
0 |
4.7 |
0 |
0 |
|||
Le gustaba el candidato |
13.8 |
11.6 |
0 |
10 |
|||
Quería evitar que ganara otro
candidato |
0 |
2.3 |
0 |
0 |
|||
Las propuestas sobre la protección
de los valores costarricenses |
3.4 |
0 |
8.3 |
0 |
|||
Recibió bonos, becas, ayudas |
0 |
2.3 |
0 |
0 |
|||
Fuente:
Camacho, 2021.
Para el PLN, la tradición familiar fue el
aspecto con mayor influencia (44.8 por ciento), en general, las razones no
tuvieron grandes variaciones de cara a la segunda ronda del 2014, véase Tabla
5. Además, fue un electorado que decidió su voto de forma temprana, es decir,
mucho antes o durante la campaña (68 por ciento en primera ronda y 69. 6 por
ciento en segunda).
Tabla 5. Aspectos
con más influencia en el voto por partido político, segunda ronda 2014 en
Cariari
Aspectos |
PAC |
PLN |
|
Porcentajes |
|
Tradición familiar |
0.0 |
29.6 |
Le gustaba el partido |
5.6 |
11.1 |
Que el candidato era nuevo |
7.4 |
0.0 |
Las propuestas o programa de
gobierno |
16.7 |
29.6 |
Que quería un cambio |
42.6 |
11.1 |
Le gustaba el candidato |
11.1 |
14.8 |
Quería evitar que ganara otro candidato |
16.7 |
3.7 |
Fuente:
Camacho, 2021.
Cuatro años después, la elección del 2018
compartió las características de inestabilidad en las preferencias electorales,
pero con temas distintos en la discusión de la campaña.
Sin embargo, los resultados indican que las razones de voto fueron las
mismas que en el 2014, las propuestas y programa de gobierno y el cambio fueron
las respuestas con más menciones, tanto en primera como en segunda ronda,
inclusive, aumentaron sus porcentajes en abril, véase Tabla 6.
Tabla 6. Aspecto que más influyó en la
decisión del voto 2018 en Cariari
Aspectos |
Primera
ronda |
Segunda
ronda |
|
Porcentajes |
|
Que le gusta votar a ganar |
1.6 |
1.7 |
Que le gusta ese partido |
3.2 |
1.7 |
Que el candidato era nuevo |
12.8 |
6.0 |
Le gustó el candidato |
15.2 |
11.1 |
La tradición de su familia |
6.4 |
0.9 |
Las propuestas o programa de
gobierno en general |
22.4 |
27.4 |
Que quería un cambio |
16.8 |
23.9 |
Recibió bonos, becas, ayudas (como
alimentos) |
1.6 |
- |
Quería evitar que ganara otro candidato |
4.8 |
15.4 |
Las propuestas sobre la protección
de los valores costarricenses |
5.6 |
4.3 |
Razones religiosas |
4.8 |
1.8 |
Otro |
1.6 |
2.7 |
No sabe/no responde |
3.2 |
3.4 |
Fuente: Camacho, 2021
Los aspectos con mayor influencia en el
voto tampoco muestran variaciones significativas por partido político. El voto
del PAC en primera ronda se definió por las propuestas (25.0 por ciento), que
el candidato era nuevo (21.4 por ciento) y, en tercer lugar, el querer un
cambio (17.9 por ciento). Los simpatizantes del PRN colocaron las propuestas en
primer lugar (22.0 por ciento), por debajo se ubicaron el cambio y que les
gustaba el candidato con un 18.6 por ciento; mientras que para quienes votaron
por el PIN tuvo mayor peso las características del candidato, la idea del cambio
y las propuestas (Tabla 7).
Tabla 7. Aspectos con más influencia en el
voto por partido político, primera ronda 2018 en Cariari
Aspecto |
PLN |
PAC |
PRN |
PFA |
PUSC |
PIN |
|
Porcentajes |
|||||
Tradición familiar |
37.5 |
3.6 |
0.0 |
0.0 |
0 |
0 |
Le gustaba el partido |
18.8 |
0.0 |
1.7 |
0.0 |
0 |
0 |
Que el candidato era nuevo |
6.3 |
21.4 |
11.9 |
0.0 |
0 |
0 |
Las propuestas o programa de
gobierno |
18.8 |
25.0 |
22.0 |
0.0 |
100 |
20 |
Que quería un cambio |
12.5 |
17.9 |
18.6 |
66.7 |
0 |
20 |
Le gusta votar a ganar |
0.0 |
7.1 |
0.0 |
0.0 |
0 |
0 |
Le gustaba el candidato |
6.3 |
10.7 |
18.6 |
0.0 |
0 |
60 |
Quería evitar que ganara otro
candidato |
0.0 |
7.1 |
5.1 |
33.3 |
0 |
0 |
Propuestas sobre la protección de
los valores costarricenses |
0.0 |
3.6 |
10.2 |
0.0 |
0 |
0 |
Recibió bonos, becas, ayudas |
0.0 |
0.0 |
3.4 |
0.0 |
0 |
0 |
Razones religiosas |
0.0 |
3.6 |
8.5 |
0.0 |
0 |
0 |
Fuente:
Camacho, 2021
El porcentaje de mayor apoyo hacia el PAC
en segunda ronda provino de un voto negativo, ya que el aspecto que más influyó
fue evitar que el otro candidato ganara (23. 09 por ciento), también se mantuvo
el cambio y la simpatía con las propuestas y programa de gobierno (21. 7 por
ciento). Para el otro partido que pasó a segunda ronda, el PRN, de nuevo la respuesta
que más influyó fue las propuestas y el programa de gobierno con un 36. 1
(aumentó 14. 1 puntos porcentuales), seguido de la idea de un cambio y las
características del candidato (29. 5 por ciento y 11. 5 por ciento
respectivamente). Respecto a las cuestiones relacionadas a lo religioso,
ninguna persona mencionó que su voto estuvo determinado por estas razones, solo
un 8. 2 por ciento de los votos hacia el PRN fueron movilizados por la
protección de los valores costarricenses. (Tabla 8)
Tabla 8. Aspectos con más influencia en el
voto por partido político, segunda ronda 2018 en Cariari
Aspecto |
PAC |
PRN |
|
Porcentajes |
|
Tradición familiar |
2.2 |
0.0 |
Le gustaba el partido |
2.2 |
1.6 |
Que el candidato era nuevo |
13.0 |
1.6 |
Las propuestas o programa de
gobierno |
21.7 |
36.1 |
Que quería un cambio |
21.7 |
29.5 |
Le gusta votar a ganar |
2.2 |
1.6 |
Le gustaba el candidato |
13.0 |
11.5 |
Quería evitar que ganara otro
candidato |
23.9 |
9.8 |
Propuestas sobre la protección de
los valores costarricenses |
0.0 |
8.2 |
Fuente:
Camacho, 2021
Estas respuestas significaron un primer y
muy importante acercamiento a las razones que explican la volatilidad de los
centros de votación de Cariari del 2014 al 2018. El respaldo hacia los
diferentes partidos políticos tuvo la misma base en las motivaciones, las
propuestas y la aspiración de que la elección del 2018 significara un cambio en
el país, y de nuevo, las decisiones del voto fueron tomadas de forma temprana, en
primera ronda el 51. 6 por ciento tomó la decisión antes y durante la campaña y
un 76. 2 por ciento en segunda.
El deseo de traer un cambio a sus
territorios, el análisis de las ideas de las agrupaciones partidarias, y,
además, haber tomado de forma temprana la decisión de votar por sus partidos de
preferencia se contrasta con muy bajos niveles de participación en otras
actividades relacionadas a la elección; si se analizan otros tipos de
involucramiento, ninguno superó el 15 por ciento en las dos elecciones. Siguiendo
a Pignataro y Cascante (2018), estas otras maneras de
participar tienen relación directa con las simpatías y filiaciones partidarias
de la población, ya que los partidos políticos actúan como movilizadores del
activismo, una forma más de evidenciar el desvinculamiento
de estas comunidades con la política y las estructuras partidarias.
En la misma línea, fueron los grupos de
mujeres y estudiantes las y los que más participaron en la campaña y diferentes
actividades del día de la elección. Se identificó un aumento en la
participación de la mayoría de los grupos del balotaje del 2014 al del 2018, no
obstante, sobresale el crecimiento en los porcentajes de participación que
presentaron los y las dirigentes religiosas por ser mucho más pronunciado que
los demás, véase Tabla 9. Lo anterior da cuenta de la activación y organización
de las denominaciones religiosas, principalmente no católicas, en las
comunidades de Cariari para la elección del 2018.
Tabla 9. Participación por grupos sociales en
la campaña y día de la elección 2014-2018 en Cariari
Grupos
sociales |
2014 |
2018 |
|
Porcentajes |
|
Líderes comunales |
39.9 |
45.7 |
Maestros |
28.4 |
32.4 |
Mujeres |
44.0 |
45.5 |
Estudiantes |
43.9 |
51.4 |
Dirigentes políticos |
25.7 |
30.1 |
Dirigentes religiosos de la
iglesia católica |
16.8 |
25.0 |
Dirigentes religiosos de otras
iglesias (protestantes) |
22.8 |
42.2 |
Fuente:
Camacho, 2021.
Tomando en cuenta lo expuesto en los
párrafos anteriores, se plantea que el fallo de la CIDH fue fundamental para
dar a conocer al candidato Fabricio Alvarado del PRN, pero no como la
explicación principal del apoyo que este recibió. En su lugar, según el trabajo
de campo en los distritos electorales de Cariari, fue el descontento con la
política tradicional y la esperanza de un cambio en los territorios de despojo
los ejes que estructuraron el amplio apoyo hacia el PRN.
De manera que la relación con los temas
religiosos se centra en la percepción que se formó del candidato del PRN a
partir de sus discursos moralistas y posicionamientos religiosos, que lo
convirtió en la mejor opción para solventar las problemáticas de sus
territorios y el país. Govaere (2019) afirma que la
atención al discurso antisistema presentado por Juan Diego Castro del PIN, principalmente,
perdió adeptos y se vio sustituido por asuntos que tampoco tuvieron relación
directa con las prioridades nacionales, pero eso no significó que perdieran
importancia, más bien lo que perdió relevancia fue la retórica electoral frente
a ellas.
Además, de acuerdo con Pineda (2019), la
vivencia religiosa, sobre todo pentecostal, aunque se le ha visto como poco crítica
ante la realidad social, ha llevado implícita una disconformidad con el orden
social vigente. De hecho, esta situación puede verse de forma clara con el
apoyo recibido por el PIN en la primera ronda del 2018 en el distrito a Juan
Diego Castro, candidato «nuevo»; también, se le atribuyó el perfil del
presidente que necesitaba Costa Rica para combatir la corrupción y manejar de
manera transparente las finanzas públicas, sin embargo, Fabricio se adueñó de
la atención del electorado descontento y logró reunir más votos.
Territorios despojados: gana el que
canalice el descontento
La percepción de corrupción y abandono de
los territorios rurales se consolidaron como ejes trasversales del deseo de un
cambio en las elecciones del 2014 y del 2018 en Cariari, debido a que se
identificaron como razones consistentes en la base del descontento ciudadano.
La idea del cambio parte de la sensación de lejanía y desconocimiento de las y
los políticos, y del gobierno en general, de las necesidades y problemáticas de
las comunidades, siendo estos los aspectos que movilizaron los electorados en
ambas elecciones.
En estos territorios el voto que se otorgó
a los distintos partidos políticos en el 2014 y 2018 fue de descontento y
enojo, hallazgo que es importante vincular con las características y dinámicas
históricas y sociopolíticas que se han desarrollado anteriormente, ya que
evidencian desde las historias y geografías específicas del despojo de estas
comunidades otras formas de producir desigualdades (Ojeda 2016). Sin embargo,
desde una perspectiva temporal, fue a partir de la ruptura del apoyo
tradicional al PLN y al PUSC en el 2006 y 2010 donde se empezó a gestar el
deseo del cambio.
De manera que el respaldo de la población
se direccionó hacia las ofertas que parecieron más reales y cercanas a los
problemas de sus comunidades, al candidato que proyectara la imagen más limpia
en cuanto a la transparencia para su gestión, más allá de consideraciones
fundamentadas en lo ideológico partidario. Ahora bien, dado que las
percepciones se forman dentro de un proceso de producción de espacios y sujetos
concretos a partir del despojo, que, a la vez, se materializan en la vida
diaria (Ojeda 2016), y finalmente, culmina en el respaldo hacia una determinada
propuesta política, Fabricio Alvarado logró tocar las fibras más profundas del
deseo del cambio de los habitantes de estos territorios en tanto su discurso
tomó sentido en la ética, los valores y la religión (Zúñiga 2019).
El discurso religioso, según Zúñiga (2019),
subsidia la ética personal, fundamental en la construcción de la ética política
para la ciudadanía. En tanto Fabricio Alvarado personificó a través de la ética
personal proporcionada por su religión las características deseadas para ser el
presidente que traería el cambio para Costa Rica. Laura, una ciudadana de la
comunidad de Cuatro Esquinas, Cariari menciona: «El PAC viene de casi de los de
allá de los de Liberación, ahí viene la raíz, entonces digo yo al darle el voto
a Mauricio Alvarado[3], uno cree que tal vez sea cambios, no porque
él sea cristiano, sino por ver que él era una persona también seria, una
persona que prometía muchas cosas» (Laura, comunicación personal).
Para una sociedad con un arraigo cultural
religioso tan importante como la costarricense, un gobierno que tenga sus bases
en Dios y la fe estaría mejor preparado para gestionar el país. En este caso,
la identidad sería el factor que explica cómo la religión interviene por la vía
moral en la construcción de lo político (Zúñiga 2019). Lo anterior se puede
reflejar en el comentario de José de la comunidad de Campo Cinco, Cariari: «Uno
como cristiano pensó que, con Fabricio, tenía toda la fe de que como él es un
hijo de Dios iba a hacer las cosas correctamente, pero igual la corrupción
cuesta mucho. Por lo menos si pensamos que le iba a ayudar más al país» (José,
comunicación personal).
Profesar, mantener firme su posición de
creyente y la convicción de sus valores durante la campaña electoral, así como
el testimonio de su vida activa dentro de su congregación religiosa, le
atribuyó a Fabricio Alvarado cualidades de un líder con menos posibilidades de ser
permeado por la corrupción. Al respecto, Joselyn de la comunidad Cuatro
Esquinas dice: «Era el candidato más transparente, Carlos Alvarado también era
una buena opción, de hecho, yo lo pensé, pero en ese momento también me fui por
las causas sociales y por lo que uno había visto por la vida de él, por su
familia, sus trabajos que cantaba y entonces uno sabía que era una persona que
era transparente” (Joselyn, comunicación personal)».
En cuanto al tema de la apatía partidaria
por el incumplimiento de las promesas de las y los candidatos en campaña, sensación
de abandono y corrupción, el candidato del PRN se percibió como una persona con
mayor sensibilización hacia las desigualdades de las comunidades, pero además
para responder por sus promesas de campaña como lo menciona José: «Digamos que
él prometió algo y lo iba a hacer, es que eso dice uno por ser él cristiano»
(José, comunicación personal).
Como se ha podido evidenciar, el
comportamiento electoral de los centros de votación de Cariari forma parte de
una dinámica territorial compleja en la que las agrupaciones religiosas tienen
un papel fundamental vinculado estrechamente a las características propias de
los territorios de despojo. No se trató de una asociación directa entre rezago
social y conservadurismo religioso, sino más bien de una combinación de
factores entre los que destacan los contradictorios resultados de un modelo unilateral
de desarrollo (Govaere 2019).
Para terminar de entender la volatilidad
electoral, es indispensable detenerse en el papel que juegan las organizaciones
religiosas en los territorios de despojo. De acuerdo con Pineda (2019), el
análisis del proceso electoral del 2018 conlleva necesariamente tener en cuenta
el rol que ejercen las instituciones religiosas en la vida cotidiana de las
personas, ya que buena parte del éxito de las congregaciones evangélicas y los
discursos (normas e imaginarios) que circulan dentro de ellas se relaciona más
con las necesidades extrareligiosas que estas
permiten satisfacer que con la coherencia de sus propuestas teológicas o con la
bondad de sus postulados dogmáticos.
Estas organizaciones han asumido en gran
medida, y se reconoce por las personas entrevistadas, labores y actividades
relacionadas al desarrollo de las comunidades. Sus convicciones de fe se
trasladan al ámbito público a través de programas de ayuda social y les
proporciona cualidades de compromiso con las desigualdades y problemáticas de
las comunidades. Las iglesias protestantes en Cariari (y en general a nivel
país) trabajan desde un entramado robusto de organización y penetración
territorial que facilitó la confianza y cercanía hacia Fabricio Alvarado, al formar
parte de este tipo de agrupaciones se le atribuyó al candidato las cualidades
positivas desde las experiencias de la gestión social-comunal que hacen sus
iguales.
De igual forma, entender este entramado
territorial (valga la pena recordar el dato de la activación de los integrantes
de agrupaciones religiosas del 2014 al 2018) sirve para poner en perspectiva el
rol importante que tuvieron las iglesias, en particular las protestantes, como
espacios de socialización. Activaron sus redes de organización y comunicación
con fines políticos para movilizar a las personas votantes dentro de un
contexto de ausencia de partidos políticos fuertes y bien organizados
territorialmente (Alfaro 2019).
Finalmente, el alcance y sobre todo la
efectividad de las iglesias como actores políticos para movilizar al electorado
de Cariari implica pensar a estas más allá de espacios físicos o de reunión de
una congregación. El efecto de la moral y la ética dentro del proceso de
identificación con un lugar le asigna valoraciones significativas a la hora de
que estos se politizan, e igual podrían aplicarse este análisis a las figuras
de poder en estos espacios. En este sentido, se identificó un llamado por parte
de las y los pastores, así como de los sacerdotes, al estudio de las propuestas
de los partidos políticos para la elección del 2018 y la importancia de ejercer
el derecho al voto como parte de la responsabilidad ciudadana para el futuro
del país, lo que en definitiva tuvo un eco importante en la decisión final del
voto.
Conclusión
El sistema de partidos y la dinámica
electoral de Costa Rica, como bien se ha documentado, viene experimentando
desde hace algunas décadas importantes transformaciones. Esta investigación significa
una mirada a profundidad a partir del estudio del territorio como objeto
central de estudio de las bases locales de estos cambios. Aporta al análisis del
Estado como algo compuesto de múltiples territorios y dinámicas (Mançano 2008), de manera que se puedan pensar los fenómenos
políticos electorales como resultados de las relaciones de este (el Estado) con
la historia y geografía de las localidades. El caso de Cariari es un buen
ejemplo en donde una lectura de este tipo permitió la comprensión de las
variables que llevaron a que el mismo tuviera el comportamiento volátil y
dirigiera su apoyo hacia al PRN.
Mediante la representación cartográfica se
evidenció la concentración de la inestabilidad en las preferencias electorales
en los distritos periféricos del país como parte de un contexto de exclusión y
desigualdad. En los centros de votación de Cariari los efectos del despojo
tienen una relación estrecha con la volatilidad electoral porque, en primer
lugar, este fenómeno despolitiza a las comunidades y limita la forma en que
pueden decidir sobre sus propios territorios (Ojeda 2016), cuestión que explica
el desvinculamiento de la población con lo político, tanto
a escala local como nacional. En segundo lugar, porque esta percepción de sus
contextos funda el sentimiento de apatía y abandono por parte del Estado, que
es lo que ha movilizado el voto hacia las diferentes opciones partidarias en
las elecciones y rondas electorales del 2014 y 2018.
En otras palabras, el cambio del 2014 al
2018 en Cariari estuvo mediado por la movilización del voto en torno al deseo
del cambio y el análisis del programa y propuestas de gobierno que, a la vez,
se consolidó a partir del descontento con la corrupción política y la
percepción de abandono de las zonas rurales (reconociéndose como territorios
despojados) como ejes estructuradores de la elección. Esta es la razón por la
que se puede afirmar que estas dinámicas de desposesión influyen en la
producción, reproducción y percepción del territorio, y esto, en las decisiones
políticas electorales.
Por su parte, el apoyo hacia el candidato
del PRN, Fabricio Alvarado, guarda estrecha relación, aunque no fue la razón
principal que lo explica, con la respuesta de la CIDH. Este evento lo visibilizó,
pero fueron sus posicionamientos en cuanto a valores religiosos y familiares
los que le otorgaron cualidades personales para ser la persona más capacitada
para gobernar el país. Cualidades subsidiadas por la ética y moral que son características
fundamentales, según Zúñiga (2019), en la construcción de la ética política de
los candidatos ante la ciudadanía. Además, el rol que juegan las organizaciones
religiosas en los territorios de despojo articuló y facilitó los espacios y la
construcción de opiniones y percepciones favorables para que el PRN pudiera
captar la simpatía del electorado de Cariari de la manera en que lo hizo.
Por último, es fundamental hacer mención a la importancia que tienen
y pueden llegar a tener las brechas territoriales en la dinámica electoral costarricense,
principalmente por las implicaciones que, según Alfaro (2019) y Cortés (2019),
estos factores estructurales junto con eventos coyunturales pueden significar
en el afianzamiento y agudización del fenómeno de la volatilidad y la fragmentación
electoral, como amenazas a la estabilidad democrática y la vulnerabilización de
la gobernanza.
Apoyo
financiero: El trabajo de campo se realizó gracias al
apoyo financiero del Centro de Investigación y Estudios Políticos de la Universidad
de Costa Rica.
Referencias
Alfaro
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elecciones del 2018 en Costa Rica, editado por Manuel Rojas y Ilka Treminio, 197- 222. San
José, Costa Rica: Editorial Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, Sede
Costa Rica.
[1] El distrito electoral es la unidad
mínima que se tiene en Costa Rica para la organización espacial de las elecciones.
Se compone por un centro de votación que reúne como un nodo geográfico a
poblados aledaños. Es diferente al distrito administrativo que es el tercer
nivel de desagregación político administrativa del
país: provincia, cantón y distrito.
[2] Los hallazgos que se presentan en
este artículo son el resultado de la investigación en modalidad de tesis para
optar por el grado de licenciatura en Geografía de la Universidad de Costa
Rica, denominada «Volatilidad electoral rural con perspectiva territorial: El
caso de los distritos electorales de Cariari, para las elecciones en primera y
segunda ronda, de 2014 y 2018. Pococí, Limón. Costa Rica».
[3] La persona entrevistada menciona el
nombre Mauricio en lugar de Fabricio.