Virtualización de los procesos comunitarios: explorando estrategias para el fortalecimiento de la Economía Social Solidaria en San Antonio de Escazú

Virtualization of community processes: exploring strategies to strengthen the Solidarity Social Economy in San Antonio de Escazú

 

Karina Acuña Salas

Escuela de Trabajo Social

Universidad de Costa Rica, San José, Costa Rica

karina.acuna@ucr.ac.cr  

https://orcid.org/0009-0000-5141-6741  

 

Cómo citar:

Acuña Salas, Karina. 2023. Virtualización de los procesos comunitarios: explorando estrategias para el fortalecimiento de la Economía Social Solidaria en San Antonio de Escazú. Revista Reflexiones. Dossier Especial. 102. DOI 10.15517/rr.v102i2.56759

 

 

Resumen

                                                                                                          

Introducción: Las reflexiones planteadas se construyeron a partir de la sistematización de la experiencia docente en el curso Taller I y II: organización local y construcción de ciudadanía de la Escuela de Trabajo Social de la Universidad de Costa Rica, durante el periodo 2021-2022.

Objetivo: Por esta razón, el presente artículo tiene como objetivo exponer los principales desafíos de la virtualización de los procesos comunitarios e identificar las principales estrategias construidas para el aprendizaje y el fortalecimiento de la Economía Social Solidaria.

Método y técnica: Debido a que el curso que enmarca la experiencia docente se centra en la Investigación Acción Participativa, las reflexiones responden al resultado de un proceso de sistematización de experiencias durante el periodo descrito.

Resultados: La experiencia vivida en el curso durante el año 2021 y 2022 evidenció grandes desafíos en el acercamiento a la cotidianidad de las personas vinculadas a San Antonio de Escazú, sin embargo, la clave para establecer confianza y garantizar el compromiso en los procesos comunitarios fue la construcción de estrategias de comunicación a distancia acordes a sus condiciones de vida.

Conclusiones: La virtualización de los procesos comunitarios provocó transformaciones en el acercamiento y la construcción de vínculos con la población. En este contexto, el fortalecimiento de la Economía Social Solidaria representó un desafío para las organizaciones dentro del espacio local.

Palabras claves: Virtualidad, Organización local, Economía Social Solidaria, Espacio local, Sistematización de experiencias.

 

 

Abstract

 

Introduction: The stated reflections were built upon the systematization of the teaching experience in the courses: Workshop I and II: Local Organization and Construction of Citizenship of the School of Social Work of the University of Costa Rica, during the period 2021-2022.

Objective: This article aims to expose the main challenges of the virtualization of community processes and identify the main strategies for learning and strengthening the Social Solidarity Economy.

Method and technique: Since the course that frames the teaching experience focuses on Participatory Action Research, the reflections respond to the result of a process of systematization of experiences during the period described.

Results: The experience lived in the course during the years 2021 and 2022 evidenced great challenges in the approach to the daily life of the people linked to San Antonio de Escazú, however, the key to establishing trust and guaranteeing commitment in the community processes was the construction of distance communication strategies according to their living conditions.

Conclusions: The virtualization of community processes caused transformations in the approach and construction of links with the population. In this context, strengthening the Social Solidarity Economy represented a challenge for the organizations within the local space.

Key words: Virtuality, Local organization, Social Solidarity Economy, Local space, Systematization of experiences.

 

 

 

 

 

Introducción

 

Del actual contexto de una crisis socioeconómica agudizada por la pandemia surge la necesidad de potenciar y fortalecer las iniciativas productivas en las localidades. La recuperación de organizaciones solidarias y autogestionadas por personas vecinas de San Antonio de Escazú ha orientado la mirada hacia las bases comunitarias, sin embargo, se gestan desde la informalidad, como emergente paliativo para resolver necesidades que afectan su sostenibilidad organizacional.

Por lo tanto, el curso Taller I y II: Organización local y construcción de ciudadanía que enmarca el desarrollo de la experiencia, se centra en promover la articulación entre organizaciones vinculadas a iniciativas productivas con el fin de generar prácticas solidarias, participación y crecimiento socioeconómico local que responda a las necesidades de la localidad.

El proceso descrito anteriormente se gestó en la virtualidad, aspecto que desafiaba toda experiencia de acercamiento a los espacios locales y problematizó el impacto en la vida cotidiana de las personas de los protocolos establecidos por la universidad para la prevención del contagio del virus COVID 19.

La urgencia por crear redes sostenibles y vínculos entre las iniciativas genera las bases para la construcción de la Economía Social Solidaria, comprendida como: «una propuesta teórico práctica que permite aportar a la superación del capitalismo, sustituyendo las relaciones de explotación del ser humano y la naturaleza, con un conjunto de prácticas, formas de organización y relación en los diferentes campos de la actividad humana basados en valores de cooperación, reciprocidad, compromiso, participación democrática, corresponsabilidad, equidad y transparencia. Desarrollando prácticas democráticas desde la propiedad colectiva y autogestión del trabajo, reconociendo el bienestar del ser humano y la reproducción de la vida como fines de la economía.» (Morales Chacón 2017, 38)

En este contexto, los procesos de organización local para atender sus necesidades materiales de vida se enfrentan al discurso de la «reinvención» frente a una crisis que reproduce la lógica capitalista de culpabilización a las personas por las condiciones socioeconómicas que enfrentan. El impulso del emprendedurismo como respuesta a la ausencia de protección estatal se desarrolla bajo un enfoque de capacidades aunado al vicio de la exclusión legítima en el imaginario social, lo que genera políticas sociales centradas en las necesidades inmediatas sin problematizar las condiciones sociohistóricas que originan su empobrecimiento.

La universidad es un actor significativo en el acompañamiento de esas luchas y tensiones comunitarias que facilita los espacios de reflexión e intercambio de saberes necesarios para potenciar procesos de transformación, sin embargo, las acciones restrictivas para la atención de la emergencia sanitaria llevaron a la virtualización de la acción social. Dentro de este marco, el presente artículo hace un recorrido por las estrategias pedagógicas y de vinculación, los principales retos, las vivencias y grandes desafíos éticos en el acercamiento al espacio local desde la distancia física lo que permite trazar el camino de transición a una realidad percibida como «post-pandemia» donde la Economía Social Solidaria se manifiesta como alternativa para el crecimiento socioeconómico en colectividad.

 

Estrategias metodológicas para el acercamiento al espacio local

Para profundizar en el análisis de la vida cotidiana de los actores locales se plantea el abordaje teórico-metodológico con categorías específicas como Economía Social Solidaria, género, Turismo Rural Comunitario, Economía Feminista, autogestión y defensa del territorio.

El análisis de cada categoría desde un enfoque crítico ha enmarcado el acercamiento y la exploración del espacio local, pero es en la práctica donde converge con la experiencia. De esta manera el proceso de trabajo ha encontrado en la Educación Popular la propuesta teórica y metodológica para responder a las necesidades de las organizaciones locales, debido a que plantea partir siempre de situaciones concretas, realiza un proceso de abstracción y regresa nuevamente a lo concreto con nuevas proyecciones. El autor Oscar Jara introduce el rol de la teoría en los procesos socioeducativos que se gestan desde esta propuesta, «la teoría tiene un papel fundamental, pero en la medida que se llega a ella a través de un proceso sistemático de teorización sobre la práctica y en la medida de que sirva como una guía para la práctica transformadora y no como un conjunto de conceptos o definiciones aprendidas» (Jara Holliday 2018a, 144).

Por lo tanto, la recuperación de la memoria colectiva, el mapeo de actores sociales e iniciativas productivas, el intercambio de experiencias y saberes, y el fortalecimiento de las organizaciones locales, son acciones realizadas en coherencia con el planteamiento teórico basado en la Educación Popular. Sin embargo, los desafíos presentados en el proceso de aprendizaje han implicado el desarrollo de «laboratorios metodológicos» donde los encuentros desde la virtualidad se convirtieron en espacios seguros de experimentación continua con la intencionalidad de generar el impacto y las transformaciones que movilizan lo socioeducativo.

Además, la creación de estrategias de comunicación con las personas que habitan en la localidad, como el uso de Whatsapp, Zoom, llamadas telefónicas y las adaptaciones de las propuestas de trabajo a la accesibilidad tecnológica, potenciaron la creatividad aunado a la exploración de técnicas participativas que rompieron con las barreras de la distancia y que enfrentaron el reto más importante: gestionar proyectos locales sin caminar por la plaza de San Antonio y sin la posibilidad de compartir un café con quienes abrieron las puertas de su casa al activar su cámara.

Debido a que las experiencias vividas representaron una apertura de la acción social a las tecnologías de información con carácter de urgencia, fue necesario recuperar las reflexiones, las transformaciones y las propuestas de acercamiento que generaron impacto a pesar de la distancia. Se encuentra en la sistematización de experiencias una estrategia metodológica que aporta explicaciones profundas sobre el cambio en los procesos, debido a que se plantea como una «interpretación crítica y rescate de aprendizajes de procesos históricos, vitales, complejos, en los que intervienen diferentes actores, que se realizan en un contexto económico social, institucional y cultural determinado» (Jara Holliday 2018ab, 71).

Por esta razón, el presente artículo pretende generar reflexiones críticas en torno a la experiencia del curso en 2021 y 2022, en el marco de las restricciones por la emergencia sanitaria y la transición hacia la presencialidad, a partir de las experiencias de aprendizaje y vinculación con el espacio local.

 

Contextualización de la experiencia

El proceso de trabajo se lleva a cabo en el cantón de Escazú, inicialmente se realiza una exploración del espacio local y un mapeo de actores vinculados a la Economía Social Solidaria, con el fin de generar una ruta de gestión que responda las condiciones sociohistóricas y políticas de la localidad.

Según Luis Sibaja, el origen del término Escazú se debe a distintas versiones, entre las más populares se encuentra que, antes, las poblaciones indígenas de los sitios de Pacaca y Aserrí tenían una relación comercial, sin embargo, debido a que el viaje entre ambos lugares era largo, existía una zona en donde se detenían por un descanso, a este lugar se le conocía como «ISCAT-ZU» término que significa «piedra de descanso». Por otro lado, la otra versión popular es la del Obispo Thiel, quien en 1723 lo escribía como «Iscasú», «Yacasú» y «Escazú». Asimismo, se cuenta que este término apareció «(…) en el expediente levantado en 1755, ante la negativa de los escazuceños de establecerse en San José, aparece "valle Descasu, Escasu, Iscasu e Izcasu» (1970, 98)

Actualmente, el uso de la «s» en la palabra Escasú se ha convertido en un acto de resistencia cotidiana para visibilizar el origen histórico de la palabra y el bagaje cultural que el cambio de letra contiene.

Según el Atlas de Desarrollo Humano Cantonal, Escazú destaca como segundo cantón con el mejor Índice de Desarrollo Humano durante el 2020, debido a su infraestructura y desarrollo económico en comparación con los otros cantones (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo 2023). Este dato estadístico alimenta generalizaciones respecto a su población, debido a que, desde la mirada externa, existe una concentración de la riqueza en este sector, sin embargo, los estereotipos cubren una realidad de desigualdad entre los distritos que forman parte Escazú. El estudio realizado por FLACSO durante el 2018 menciona que, a nivel nacional, el 53% de los hogares en pobreza se centra en las comunidades estudiadas como El Carmen, Bebedero, el Curio. Estos datos evidencian la polarización de las clases sociales, además muestra que las condiciones de pobreza están focalizadas en el distrito de San Antonio (Fernández Madrigal y García 2019, 28).

Por esta razón, durante el año 2022, el trabajo se centra en el distrito de San Antonio. Al recorrer los caminos, es posible reconocer la historia que guardan las casas, la iglesia, la comida, los cerros, entre otros. Existen fronteras simbólicas colocadas por quienes visitan el cantón, la vegetación, los potreros y boyeros en la carretera dan la bienvenida y rompen con los estereotipos que enmarcan a Escazú, trascendiendo los centros comerciales y los grandes residenciales que se han convertido en la fachada del cantón.

La recuperación y visibilización de la memoria histórica de San Antonio es la base de los procesos de transformación que allí se gestan, enmarcan las disputas que se mueven en su territorio y resignifican a las brujas, quienes representan la sabiduría y fuerza de las mujeres que habitan mayoritariamente en la localidad.

 

Trayectorias compartidas en San Antonio de Escazú

La experiencia inicia en el año 2021, momento en el cual se realiza la gestión y la investigación para orientar el camino a seguir y generar una estabilidad en los vínculos y las acciones desarrolladas desde la coordinación de la docente. Al inicio se enfrentó el rumbo a ciegas, donde la imposibilidad de visitar el espacio local representaba una barrera en el acercamiento. Por lo tanto, la energía se concentró en realizar un mapeo de actores locales para identificar alianzas y tensiones dentro del territorio. Además, se indagó sobre la posibilidad de acompañamiento por parte de la Municipalidad de Escazú y otras organizaciones locales en la construcción de antecedentes que permitieran sentar las bases para el planteamiento de proyectos acordes a las limitaciones de la distancia.

Sin embargo, la crudeza de la crisis socioeconómica y los efectos emocionales del distanciamiento llevaron a priorizar la creación de espacios seguros para la discusión, reflexión y acompañamiento de sus vivencias cotidianas. Las estudiantes encontraron estos espacios en las grabaciones de voz, conversaciones por Zoom, los mensajes de texto y las llamadas telefónicas, además, fueron sus aliadas en la conexión con la población, mientras que las tardes de café, necesarias para el intercambio de saberes, se compartieron a través de una cámara.

Durante el proceso de investigación se identificaron necesidades de divulgación de las iniciativas productivas en la feria Miércoles de Hortalizas, además, la población de San Antonio expresó la importancia de abordar los conflictos territoriales y trabajar con las zonas de mayor exclusión social, con el fin de erradicar las causas estructurales de la violencia y el narcomenudeo.

También se acompañaron organizaciones de mujeres interesadas en participar en sesiones enfocadas en el fortalecimiento organizativo con perspectiva de género y la construcción de redes para potenciar la economía local. Por último, en esta primera etapa del proyecto, se visibilizó el potencial cultural de San Antonio, por lo tanto, el abordaje de la memoria histórica de la organización Mesa de Mascareros forjó el camino para construir una estrategia de Turismo Rural Comunitario.

La socialización de los resultados de los proyectos fue relevante para la población, por ejemplo, el podcast «Nuestro proceso» fue una iniciativa conjunta que recuperó las historias de las personas productoras de la feria Miércoles de Hortalizas, humanizando su trabajo y el producto o servicio que ofrecen. La grabación de cada cápsula llevó a la construcción de un vínculo de confianza que garantizó el diálogo sobre sus mayores preocupaciones que les moviliza cada miércoles a organizarse y sostener su iniciativa productiva.

Relacionado con lo anterior, el proyecto realizado junto a la Mesa de Mascareros cerró con el diseño de un fanzine. La politización de sus hojas llevó a que la recuperación de su memoria colectiva quedara plasmada en una producción propia desde sus vivencias, sus intereses y posicionamiento. Fue muy importante para el proceso que cada estrategia de devolución de resultados y experiencias reflejara la identidad de las organizaciones y sus luchas presentes.

En el siguiente año, frente a la incertidumbre de las decisiones tomadas dentro de la universidad para prevenir el contagio de la COVID 19, inicia un nuevo proceso que, si bien recuperó los vínculos y los proyectos ejecutados, quedó en evidencia la oportunidad y necesidad latente de enfocar el trabajo en el distrito de San Antonio de Escazú.

Como se mencionó anteriormente, San Antonio tiene una realidad lejana a los estereotipos y generalizaciones sobre el acceso a recursos y la centralización de la clase alta en el cantón. Basta con atravesar la frontera simbólica de metros antes de llegar a su icónica iglesia y cercanía con los cerros para romper con el paisaje centrado en condominios y centros comerciales. Ante la oportunidad de acercarse al espacio local, se realizó la primera gira donde se comprendió que el sombrero, el chonete y los boyeros marcaban la cotidianidad de aquel lugar guardián de los cerros.

La comprensión de la realidad de San Antonio solo fue posible recorriendo sus calles, probando sus picadillos y hortalizas y escuchando la herencia oral entre sus habitantes, principalmente entre las personas adultas mayores que abrieron las puertas de su hogar acompañadas de un café.

La investigación de los antecedentes en el espacio local relacionados a las organizaciones vinculadas a la ESS, además de ser el tema base del  curso, se visualizó como una necesidad concreta ante las condiciones socioeconómicas que presenta la localidad. Por lo tanto, las experiencias organizativas de Miércoles de Hortalizas, el grupo Teatral Its-cat-zu, CODECE MUVEM, sentaron las bases para la gestión de proyectos enfocados en el Turismo Rural Comunitario, el fortalecimiento organizacional, Economía Feminista, la defensa territorial, el consumo consiente y la recuperación del valor social de los productos locales que se ofrecen.

Los procesos de trabajo generaron un gran impacto en las organizaciones participantes, principalmente porque fueron sus protagonistas respondiendo a sus necesidades, esto llevó a una apropiación de los proyectos, lo que garantizó la sostenibilidad de las iniciativas y movilizaciones. Por ejemplo, en el proyecto «Abrazando nuestro proceso», desarrollado con mujeres jefas de hogar vecinas de la localidad, se menciona lo siguiente: «aprendí a valorar mi trabajo y valorar lo que realizo, la importancia que tengo como mujer y superar mis límites. Me llevo nuevas amistades, ahora sé que estoy rodeada de personas extraordinarias en mi comunidad» (Participante del taller, comunicación personal).

Al cierre, las participantes se acercaron a las estudiantes y expresaron que ahora si les preguntan si trabajan, dicen que sí, las labores domésticas son un trabajo, sin salario, pero son trabajo. La visibilización del aporte de los cuidados en la reproducción de la vida es esencial en el fortalecimiento de la economía local desde la solidaridad.

Además, el grupo teatral Its-cat-zú afirma que acompañamiento de la organización llegó en el momento idóneo para lograr que las ideas se transformen en una realidad sostenible. Asimismo, representantes de la feria Miércoles de Hortalizas indicaron que el proyecto «Valorémonos» captó la esencia de sus historias y el valor social de su trabajo, lo que generó un gran impacto en las relaciones que establecen con quienes consumen sus productos.

 

Desafíos de la virtualidad en el fortalecimiento de las organizaciones locales

La mediación pedagógica desde la virtualidad representó una alternativa de conexión humana y una herramienta que debía politizarse a través del diálogo y el encuentro. La experiencia indica que el principal desafío ha sido enfrentar las desigualdades que se evidencian en la accesibilidad e inclusión dentro de los encuentros mediados por tecnologías de información.

En la virtualidad, la pantalla es una frontera simbólica y física a la vez, pero también se convierte en una oportunidad para crear vínculos desde la escucha, la cercanía y el cuidado. La interacción desde un entorno virtual no es lejana a la socialización cara a cara, la exposición de la privacidad en cada apertura de la cámara, el hablar sin certeza de la escucha, la facilidad de entrar y salir de reuniones, la atención distribuida en los estímulos más cercanos son elementos que inciden en la participación de la población, pero también se viven en los encuentros cotidianos. 

De esta manera, la creatividad y los acuerdos colectivos construidos, según las condiciones de quienes participan, son aliadas para contextualizar las estrategias metodológicas y evitar la participación centralizada e instrumentalizar el acercamiento a los espacios locales.

Además, las relaciones que se establecen responden al neoliberalismo que se potencia ante la emergencia sanitaria. La lejanía y el individualismo se acepta y se normaliza, lo que deja a la solidaridad como una excepción y no como la norma. «Con el avance de valores neoliberales «lo común» y «la comunidad» no serían materia relevante para las sociedades modernas. Aun así, las experiencias de cuidado comunitario comienzan a presentarse como formas alternativas a lo público, lo familiar y lo privado» (Vega, Martínez y Paredes 2018).

La crisis socioeconómica es un agente movilizador, sin embargo, atenta contra la sostenibilidad de los procesos de organización. La realidad dentro de este contexto coloca una lupa que maximiza las manifestaciones de la cuestión social y amplía brechas en la comunicación popular sobre las vivencias y luchas en las comunidades. Las redes y organizaciones sociales resisten frente a los muros que sostienen el distanciamiento, generan estrategias de articulación y atienden necesidades inmediatas en la exclusión y empobrecimiento.

La reflexión permanente debe ser cotidiana tanto dentro del aula (ya sea virtual o presencial) como del espacio local, es necesaria para generar aprendizajes colectivos y replantear los procesos de la mano con lo vivido. Además, la autocrítica permite ver en el error una oportunidad para crear y la tierra fértil para crecer, cada espacio de diálogo sobre la experiencia refleja el posicionamiento ético político que enmarca el trabajo con las comunidades.

En esta construcción de saberes es importante retomar al pueblo y fortalecer espacios clave para hacer transformaciones, como la universidad, ya que si bien hay que lidiar con la organización del conocimiento que ya existe -que en la mayoría de los casos es poco liberador, se debe tratar de superar la distancia entre los saberes, para transformar los mecanismos de dominación (Kioscos Socioambientales 2013).

En la superación de la distancia surge un gran desafío, la reinvención de los vínculos con la población, este se construye desde el compartir cotidiano, pero las restricciones en la movilización a Escazú con     llevó a crear y sostener la afectividad a partir de encuentros virtuales donde la confianza, la sinceridad y la escucha fueron pilares en los procesos de trabajo. Las personas aceptan o no la apertura a su privacidad e historia de vida, así que cada presentación de una mascota, el saludo del niño que se asoma y los paseos por las huertas detrás de las cámaras permitieron comprender que más que la cercanía física, el desafío se centraba en estar presente en la vida de las personas desde el respeto y la reflexión permanente.

Por último, es importante rescatar que la población es siempre la protagonista de los proyectos, su incidencia depende de la apropiación del proceso. Si las personas resuelven sus necesidades inmediatas sin posibilidad de reflexionar sobre su contexto sociohistórico, poco se priorizan los espacios de encuentro para la organización que sostienen los proyectos.

 

 

Conclusiones

 

La experiencia vivida en el curso durante el año 2021 y 2022 dejó grandes aprendizajes en el uso de tecnologías de información y redes sociales para la movilización local y la mediación pedagógica en los procesos socioeducativos. Sin embargo, es necesario caminar la localidad para conocer sus necesidades, sus vivencias, los conflictos e identidad cultural; no se generan espacios de incidencia y transformación si no se acompañan las luchas y no se fortalece el vínculo cotidiano, la clave para establecer confianza y garantizar el compromiso es «estar».

La virtualización de los encuentros permite simplificar el acceso de las personas a la información y garantiza la participación sin limitantes en la ubicación geográfica, siempre y cuando existan condiciones de conectividad. A la vez, se debe entender el entorno virtual como una reproducción de las desigualdades, no se trata de la construcción de un mundo paralelo, si no un espejo de la realidad. 

Si bien, las técnicas participativas no son exclusivas de la presencialidad, el impacto está relacionado a la intencionalidad ético-política con la que se plantean. La Educación Popular enmarca la metodología del trabajo realizado, pero enfrenta el desafío en la lejanía de los actores sociales, uno de los elementos esenciales que la fundamenta es el análisis del contexto, la propuesta pedagógica debe responder a la cotidianidad de la población, por lo tanto, conocer su entorno es necesario, si este acercamiento se restringe, existe el riesgo de centralizar el proceso en las necesidades académicas.

Cada espacio de encuentro se convirtió en un laboratorio metodológico en el cual las estudiantes sentaron las bases para la creación de estrategias participativas y críticas que rompieran con las limitaciones de la distancia. A través de cada experiencia se construyeron propuestas mientras se estaba en la práctica, en constante adaptación y transformación.

Además, desde la experiencia del 2022, el año durante el cual se llevó a cabo una transición continua a la presencialidad, es importante mencionar que la posibilidad del retorno alimentó una ilusión de volver a lo conocido, lo creado, pero la realidad mostró que existe una transformación producto del impacto socioeconómico de la emergencia sanitaria que se traduce en las reacciones sociales, pasando por el cuerpo entre los sentires y saberes.

Para finalizar, se comprende dentro del contexto descrito anteriormente que la construcción de redes para potenciar la economía local es movilizadora, por esta razón la solidaridad se visualiza de forma cotidiana en la reproducción de la vida. En este marco, Trabajo Social genera las estrategias para el fortalecimiento de las organizaciones vinculadas a la Economía Social Solidaria y gestiona proyectos en el espacio local donde el intercambio colectivo, la creación de mesas de abundancia, las donaciones, la movilización de fondos, facilitan el encuentro e impulsan la organización de las comunidades. El desafío se encuentra en superar la inmediatez de las acciones y caminar hacia un modelo económico justo y solidario.

 

Referencia

Fernández Calderón Adriana, Madrigal Herrera Magdalena y García Santamaría Cathalina. 2019. «Diseño, validación y aplicación de un modelo de levantamiento de información social de actuales y potenciales beneficiarios del Sistema de Gestión Social de la Municipalidad de Escazú SDP2019-010.» FLACSO Costa Rica.

Jara Holliday Oscar. 2018a. «La Educación Popular Latinoamericana: historias y claves éticas, políticas y pedagógicas.» San José, Costa Rica: Centro de Estudios y Publicaciones Alforja.

Jara Holliday Oscar. 2018ab. «La sistematización de experiencias: prácticas y teoría para otros mundos posibles.» Centro Internacional de Educación y Desarrollo Humano. Bogotá, Colombia.

Kioscos Socioambientales. 2013. «Conversando se entiende la gente: memoria del encuentro diálogo de saberes.» Vínculo universidad- comunidad. Universidad de Costa Rica. http://kioscosambientales.ucr.ac.cr/docs/publicaciones/memoriaencuentrosaberes2013.pdf

Morales Chacón, Yasy. 2017. «Estado y Economía Social Solidaria (ESS) en Costa Rica: Actores socio-políticos y Regulaciones Estatales: 2000-2015». Tesis de Maestría, Universidad de Costa Rica.

Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). 2023. «Atlas de Desarrollo Humano Cantonal en Costa Rica, 2022» San José, Costa Rica.https://www.undp.org/es/costa-rica/publicaciones/atlas-de-desarrollo-humano-cantonal-2022

Sibaja Chacón, Luis. 1970. «Los orígenes de Escazú.» Repositorio Kerwá. Universidad de Costa Rica. https://revistas.ucr.ac.cr/index.php/ucr/article/view/22224/22389

Vega Solís Cristina, Raquel Martínez Buján Raquel, y Myriam Paredes Chauca. 2018. «Cuidado, comunidad y común. Experiencias cooperativas en el sostenimiento de la vida.» Madrid, España: Traficante de sueños.