Reseña
Giolitti. Il censo dello Stato. Aldo A. Mola, Santaarcangelo di Romagna (RN): Rusconi Libri S.p. A., 2019, 607 páginas. ISBN: 978-88-18-03335-9.
Reseñado por Juan José Morales Ruiz
Universidad de Educación a Distancia, España
Correo electrónico: jmorales@calatayud.uned.es
Recepción: 19 de octubre 2019/Aceptación: 16 de noviembre de 2019
doi: https://doi.org/10.15517/rehmlac.v11i2.39804
Sin duda, una de las claves biográficas del libro del profesor Aldo Mola sobre el político italiano Giovanni Giolitti, es destacar sobre todas las cosas su dimensión como hombre de estado en la Italia de su tiempo: il lento camino delle libertà: riformare per conservare (el lento camino de la libertad: reformar para conservar.
Giolitti (1842-1928) lo fue todo en la política de su país. Fue cinco veces presidente de Gobierno (entre 1892 y 1921). Diputado de 1882 hasta su fallecimiento. Ministro de Economía y de Hacienda (1889-1890); y del Interior (1901-1903). Fue el motor de la andadura liberal del inicio del Novecento y de la gran reforma política, económica y social que colocó a Italia entre las grandes potencias europeas.
Consiguió que se reconociera el derecho de voto universal masculino (192-1913). Logró la soberanía de Italia sobre Libia. Liberó Rodas y el Dodecaneso del dominio turco. Aunque se opuso inicialmente a la intervención italiana en la Gran Guerra finalmente apoyó a su país cuando Italia entró en la guerra.
Monárquico y demócrata se opuso al partido único, y en 1924 votó contra el gobierno fascista de Benito Mussolini, quedándose en minoría y completamente en solitario. Legó su nombre al Novecento, que supuso la última y verdadera etapa de la independencia de Italia. Fue el insuperable estadista de la Nuova Italia.
Creo que “Giolitti. El sentido de Estado”, es una auténtica obra magistral, escrita el profesor Aldo Mola, (Cuneo, 1943) ha dedicado más de cincuenta años a profundizar en la vida y en la obra de este singular estadista.
El profesor Aldo Mola es cotitular de la Cattedra Théodore Verhaegen de la Universidad Libre de Bruselas, autor de la Storia della masonería italiana dalle origini ai nostri giorni (1976 y 1992) y de la Storia de la Masonería in Italia del 1717 al 2018 (2018). Dirige l’Associazione di estudi storici Giovanni Giolitti (www.giovannigiolitticavour.it); preside el comité científico de la revista “Storia in Rete”. Obtuvo en 1980 la Medaglia d’Oro per la Scuola, la Cultura e la Scienza; y en 2003 el Premio Presidenza del Consiglio dei ministri, y en 2005, la Targa d’Argento del Presidente della Repubblica.
En diez documentado capítulos, basados en fuentes archivísticas fundamentales, y una amplia bibliografía, su biografía de Giolitti es digna de figurar entre los clásicos de la historiografía en Italia. La obra abarca la larga vida del político italiano, aproximándonos a su figura, a partir del laberíntico contexto histórico de su largo recorrido vital, situado entre mediados del siglo XIX, y el primer tercio del siglo XX.
Giolitti
Político liberal italiano (Mondovi, Piamonte, 1842 - Cavour, Piamonte, 1928). Hijo de campesinos, se licenció en derecho por la Universidad de Turín en 1861. Entró enseguida al servicio del Estado italiano, recién unificado por impulso de su país natal, el Piamonte. De la administración pasó a la política, en la que ascendió rápidamente, pues llegó a ser diputado (desde 1882), ministro (de Hacienda en 1889-90, del Interior en 1901-03) y primer ministro (en 1892-93, 1903-05, 1906-09 y 1911-14).
En sus sucesivos mandatos, Giovanni Giolitti se apoyó sobre una inestable coalición con hegemonía liberal y apoyos católicos y socialistas, que venía a representar la izquierda del régimen monárquico italiano. Llevó adelante un programa avanzado en el que figuraban muchas demandas tradicionales de los socialistas: impulsó grandes obras públicas, nacionalizó los ferrocarriles, reconoció oficialmente a los sindicatos e introdujo reformas sociales en favor de las clases trabajadoras. A él se debe la introducción del sufragio universal masculino en Italia (1912).
Giolitti no dudó en embarcar al país en una guerra exterior contra la debilitada Turquía para arrebatarle Libia y el Dodecaneso (1911-12); en cambio, defendió sin éxito la neutralidad de Italia en la Primera Guerra Mundial (١٩١٤-١٨) cuando se hallaba en la oposición.
Al terminar la guerra, en la que Italia había intervenido con escaso acierto militar y con un decepcionante fracaso en las negociaciones de paz, Giolitti fue llamado de nuevo a presidir el Gobierno (1920-21) con el objetivo de superar las graves tensiones sociales desatadas. Lo que consiguió gracias a sus promesas que desactivaron inicialmente la oleada de huelgas, que después se volvieron contra él al no ser capaz de llevarlas a la práctica.
Perdido el apoyo de la izquierda, se enemistó también con la derecha. Sus propuestas fiscales fueron desaprobadas por la Iglesia, su proyecto de reforma agraria le enfrentó con los grandes terratenientes y las renuncias territoriales que hizo frente a Yugoslavia al firmar el Tratado de Rapallo (1920) lo desacreditaron ante la opinión nacionalista.
Caído en desgracia y políticamente aislado, asistió pasivamente a la destrucción del régimen parlamentario por Mussolini (١٩٢٢), aunque empezó a criticar la dictadura fascista dos años después. En ١٩٢٤ tuvo el inmenso valor de votar contra Mussolini, permaneciendo como diputado hasta su fallecimiento en 1928.
Esa extraordinaria actuación por sí sola, y al final de su vida modificó la idea de su permanente ejercicio de equilibrismo político para permanecer en el poder (o tratar de conseguirlo) “por todos los medios”. Lo que se denominó - muy a menudo despectivamente - “giolittismo”, en ese decisivo momento histórico hubiera podido cambiar el curso de la Historia de Italia, si su postura hubiera sido imitada por la mayoría de los diputados, impidiendo el paso del fascismo en Italia. Probablemente sólo por esto, aunque también por toda su trayectoria democrática han hecho de Giovanni Giolitti una figura de estado.
Como dice el profesor Aldo Mola en este magnífico libro: “Giolitti Estaba fascinado por el equilibrio. Fue un gran estadista que, a caballo de dos siglos, guío a la Italia liberal, antes de que se produjera la catástrofe de la Segunda Guerra Mundial