Debo de admitir que el gusto por las sociedades secretas, en este caso la masonería, surgió a raíz de los programas de televisión que veía de niño. Durante mi infancia y juventud la televisión se convirtió en un gran escaparate para mí y la familia, las noches en las que nos sentábamos en la sala para ver alguna de las programaciones representaba el único momento del día en que estábamos juntos, ya que la escuela y los trabajos de mis padres nos impedían reunirnos. Fue viendo un episodio de la serie animada Los Simpson, titulado “Homero el Grande”, cuya trama gira en torno a la sociedad secreta de los “Magios”, cuando inició el interés por la masonería. Después vi referencias en otros programas animados como Los Picapiedra o Bob Esponja. Esto alimentó más la inquietud por saber qué eran y qué representaban esas sociedades que parodiaban en la televisión.
Durante la formación en primaria y secundaria, los maestros de historia llegaron a mencionar a la masonería como una “sociedad secreta” que tuvo una participación destacada en algunos acontecimientos de carácter nacional, como la Independencia de México y la Revolución mexicana, aunque nunca llegaron a profundizar en el tema. Esto impulsó el interés por conocer la historia de la masonería. En la Universidad, en una asignatura impartida por la maestra Juana Gabriela Román Jáquez, volví a escuchar sobre masonería, refiriéndose a un acontecimiento suscitado en el estado de Coahuila (norte de México), durante los primeros años del México independiente, donde una logia se mostró en contra de la separación de Texas. Para ese momento conocía la importancia que había tenido la masonería en la conformación de México como país; también conocía de las complicaciones sobre el estudio de las sociedades masónicas por la inaccesibilidad a las fuentes primarias, pero el deseo por estudiar la participación de estas asociaciones en la ciudad, me llevaron a buscar alternativas para hacer de esto, un proyecto de tesis.
Al platicar con la maestra Román Jáquez el interés en hacer una tesis de licenciatura enfocada en masonería, ella me contactó con el director del Archivo General del Estado de Coahuila (AGEC), el señor Lucas Martínez Sánchez —quien forma parte de la masonería—. Al platicar con él sobre el proyecto de investigación, comentó sobre el depósito documental de la logia Fraternidad número 20 al AGEC. Entonces tuve acceso e inicié la investigación. Conforme avancé, descubrí que algunos personajes importantes de la historia contemporánea de Saltillo y Coahuila formaron parte de la logia Fraternidad. También localicé la revista especializada en el tema: Revista de Estudios Históricos de la Masonería Latinoamericana y Caribeña (REHMLAC+). Ésta me ha mostrado un panorama no sólo de México, sino del mundo, la cual me demostró que el tema sí es estudiado por académicos. Al igual que ellos, entendí que podría aportar a la investigación de la francmasonería.
Como lo mencioné, la logia Fraternidad número 20 depositó su acervo histórico en el AGEC, a él tuve acceso. Los documentos fueron la principal fuente para el desarrollo de la investigación. Al ser fuente primaria, representó un aporte significativo para la realización. Ese fondo documental se compone de:
En las fuentes secundarias empleé artículos de la REHMLAC+ y trabajos de investigadores como Carlos Francisco Martínez Moreno, Marco Antonio Flores Zavala y Marco Antonio García Robles, quienes me ayudaron a darle cuerpo y sentido a la tesis. En el caso de Coahuila, como región, no se había escrito de manera académica. Existe La masonería en Coahuila y la fundación de la Gran Logia Benito Juárez, del profesor masón Pablo Díaz Galván. Él hace un recorrido histórico sobre las logias fundadas en el estado de Coahuila, desde la caída del Segundo Imperio, hasta conclusión de la Revolución mexicana (1867-1920). El texto ayudó para señalar los antecedentes históricos de la masonería y dar paso a mi objeto de estudio. Finalmente, para construir el contexto local en el que se fundó la logia Fraternidad, se utilizaron libros de Pablo M. Cuéllar Valdés, Federico Berrueto Ramón, Arturo Berrueto González, Martha Beatriz Loyo Camacho, Gerardo Valdés Villarreal, María Guadalupe Sánchez de la O, Alejandra Lajous, Susana García Travesí y José Fuentes García, por mencionar algunos.
Considero que durante el proceso de elaboración de la investigación se presentaron tres dificultades. La primera fue mi desconocimiento sobre los términos que los masones emplean entre ellos y dentro de las logias; al ser una persona no iniciada en la orden, no entendía algunas abreviaturas y palabras que empleaban en sus libros de actas, lo cual me frenó en un primer momento. El segundo punto fue que ningún catedrático de la Escuela de Ciencias Sociales tenía conocimiento sobre el tema. Fue la maestra Román Jáquez quien accedió dirigir la tesis. Me gusta pensar que ambos fuimos aprendiendo sobre la marcha, ya que ella me recomendó contactarme con investigadores que manejaran la misma temática que yo; entonces establecí comunicación con los doctores Flores Zavala de Zacatecas y García Robles de Aguascalientes. Ellos ayudaron para concretar el trabajo. La maestra Román sugirió libros y artículos, lo cual demuestra que estuvo en constante búsqueda sobre textos masónicos. La tercera dificultad fue la comprobación de datos como la información proporcionada por el profesor Galván en su libro. Aun cuando dice que la obra se basa en los libros de actas, asistencia y tesorería de logias establecidas en Coahuila desde 1868, y que al parecer él obtuvo del archivo de la logia Miguel Ramos Arizpe número 12, es una fuente a la que no tuve acceso y no pude corroborar. La filiación masónica del profesor Galván significó otro problema, por lo que lo tomé con precaución. Otro aspecto para considerar es la poca información sobre nombres, pues se limita a mencionar algunos. Al ser el único texto que aborda la historia de la masonería en Coahuila, es importante la referencia.
Considero que mi tesis de licenciatura como tal no ha resuelto alguna problemática histórica que amerite contestar esta pregunta. Si bien el trabajo realizó un acercamiento histórico a la masonería en Saltillo, lo cual es un avance significativo, tomando en cuenta la historiografía regional considero que estoy lejos resolver algún problema histórico. Creo que el trabajo abre una puerta para seguir investigando las sociedades masónicas desde la academia, con la metodología que esta emplea. Desde un entorno local es novedoso por abordar la masonería, como se hecho en universidades de Zacatecas, Aguascalientes, Jalisco y Ciudad de México.
Como mencioné, la investigación se centra en estudiar la logia Fraternidad número 20 de Saltillo, desde la fundación en las postrimerías de la Revolución mexicana (1919) hasta 1934, que marca un quiebre en la historia del país, con la llegada de Lázaro Cárdenas al poder. Se contribuye con documentos, fotografías, libros y correspondencia. Representa un primer esfuerzo por encontrar y analizar las fuentes desde un concepto político y social. Examiné los perfiles de los miembros de la logia, en qué entorno se dio la fundación y crecimiento como un cuerpo masónico, su relación con otras logias de la ciudad y del estado, la relevancia que tuvieron algunos de sus integrantes en la política y sociedad, y notar si esto se dio gracias a que pertenecían a la masonería.
Si pudiera definir la principal contribución de la tesis es que aporta una nueva interpretación sobre la actuación de los masones relevantes y la creación de cuerpos masónicos. Si bien, existen trabajos que abordan a la masonería desde un enfoque regional, desconozco un trabajo académico sobre la masonería saltillense o coahuilense. La investigación aporta a la historia de la masonería y de las élites políticas del estado en la etapa posrevolucionaria.
Es una investigación de carácter histórico e interpretativo sobre la formación de la logia Fraternidad Número 20 y la manera en que sus miembros reconfiguraron la política y la sociedad de Saltillo en un periodo histórico de transición para la clase política, entre la guerra y la paz revolucionaria.
Creo que el logro más significativo a nivel personal fue terminar mi tesis de licenciatura. Desde que entré a la carrera en Historia, no me consideré un alumno extraordinario. Pero ver concluido el proyecto demostró que soy perseverante. También ayudó a centrarme y ser analítico, durante el trabajo fueron apareciendo datos y nuevos puntos de vista que hicieron replantear sobre lo que quería escribir. Cuando decidí que la historia de la masonería sería el tema de tesis, no faltaron los comentarios diciendo que no era factible hacerlo, tomando en cuenta las limitaciones que el estudio de estas sociedades conlleva; sin embargo, tomé la decisión de continuar.
Aún no podría responder si a nivel académico el terminar la tesis me haya ayudado o me vaya a ayudar, creo que eso sólo el tiempo lo dirá. Cuando comencé a escribir la tesis lo hice con la idea de que me abriera puertas para estudiar un posgrado, dentro o fuera del país, y avanzar en mi formación académica. Considero me falta para lograrlo, pero estoy en el proceso. Esta pregunta me la podrían formular en dos o tres años, esperando que mi situación profesional sea mejor.
De entrada, me gustaría publicar la tesis como libro. He sostenido pláticas con el señor Lucas Martínez Sánchez, director del AGEC, para ver la posibilidad, aunque debido a la pandemia se considera distante. Estudiar una maestría también es otro punto en mis proyectos, para esto he decidido esperar un año y buscar opciones académicas, con la idea de seguir mejorando la redacción, la comprensión lectora y estar al nivel que un posgrado requiere. También seguir escribiendo artículos, participar en congresos e involucrarme en los proyectos que se pueda; aunque no se relacionen con la masonería, pero sí seguir en el tema y la historia de Coahuila durante el siglo XIX.
No tengo otra cosa, más que agradecer a la REHMLAC+ por considerarme para esta entrevista y presentar mi experiencia durante la elaboración del proyecto y la tesis de licenciatura.