Reseña
Isis modernista. Escritos panhispánicos sobre teosofía, espiritismo y el primer Krishnamurti (1890-1930) de José Ricardo Chaves. Ciudad de México: Universidad Nacional Autónoma de México, Bonilla Artigas Editores, 2020. 513 páginas. ISBN: 978-607-8636-97-6.

Karen Anahí Briano Veloz

Universidad Nacional Autónoma de México, México

karen.briano.veloz@gmail.com

ORCID: 0000-0003-2227-5921

Recepción: 25 noviembre de 2022/Aceptación: 3 de diciembre de 2022
doi: https://doi.org/10.15517/rehmlac.v15i1.53844

A la vez que sintetiza y consolida sus trabajos previos sobre el tema1, José Ricardo Chaves nos deja en la entrada a una mina de textos, autores y pistas hermenéuticas que sin duda convierten a Isis modernista en un trabajo de referencia, de consulta básica, para los investigadores interesados en explorar temas y actores del esoterismo dentro del amplio espectro panhispánico, centrado, especialmente, en cuatro países: España, México, Costa Rica y Argentina.

En el nutrido “Estudio preliminar” recupera lo que en sus anteriores trabajos aparece como presentación, pero aquí toma la forma de una historia de la teoría sobre los estudios de esoterismo occidental o “study of western esotericism”, como se le suele ubicar internacionalmente desde hace tres décadas, con un tono más concluyente, sin dejar de ofrecer datos básicos para los que incursionan en este campo académico relativamente joven. Secunda la definición de esoterismo de Antoine Faivre (1934-2021), fundador de la disciplina, como una “forma de conocer” compuesta por seis características, cuatro principales: a) se percibe el hombre y el mundo articulado por un sistema de correspondencias, b) la naturaleza es vivida como un organismo y no como una máquina, c) el órgano que percibe esta realidad es la imaginación, que es suprarracional, no irracional, y d) el objetivo de aprender a conocer o reconocer la realidad de esta forma es propiciar la transmutación interna del sujeto. Además, contempla dos rasgos secundarios: a) la tendencia a establecer puentes en común entre todas las religiones del mundo, consideradas manifestaciones secundarias de una tradición original, y b) el conocimiento esotérico se transmite por cadenas de maestros y discípulos. Fiel tanto a Faivre como a Wouter Hanegraaff (1961), el exponente más importante de lo que puede considerarse la primera generación de estudiosos, Chaves utiliza el concepto de lo esotérico al “medio milenio euroamericano”, desde el Renacimiento español y la llegada de los europeos a América. Pero, consciente de los debates actuales sobre la disciplina, que giran en torno al calificativo “occidental”, cargado de presupuestos imperialistas para algunos, inofensivo y útil para otros, nos ofrece una posible salida a partir de un aporte terminológico desde estas latitudes: propone el uso de “esoterología” como equivalente a “estudios de esoterismo occidental”:

En términos prácticos, y no por diferencias de contenido, creo que esoterología es más útil porque es más corto, más directo, y desde el principio señala su rango académico, sin todos los presupuestos implícitos de la expresión esoterismo occidental. Ambos términos implican un campo de estudios interdisciplinarios y multidisciplinarios, sin un enfoque teórico único, aunque predomine lo empírico e histórico, evitando eso sí, el peligro reduccionista […] todo esto tratado con empatía hermenéutica de parte del estudioso, sobre una base de escepticismo metodológico2.

Debido a su formación académica, algo que caracterizan sus trabajos es el análisis del impacto cultural de lo esotérico en las artes y en las letras a partir del Romanticismo. A la luz de su trayectoria, que cuenta con numerosos estudios de caso a partir del comparativismo con otros idiomas y regiones, Chaves afirma que “Cuando se pasa del nivel individual al colectivo, se torna evidente que tales intereses por ‘lo misterioso’ en nuestros autores no eran peculiaridades ni extravagancias personales, sino un patrón cultural de época que vale la pena recorrer.”3 Los intereses esotéricos de los autores no “fueron exotismos intelectuales pasajeros, sino que en varios casos formaron parte de una inquietud existencial permanente, expresada literariamente.”4

Las corrientes esotéricas contempladas con mayor detalle son el espiritismo que hace su aparición a mediados del siglo XIX con la promesa de contactar a los muertos, y la teosofía moderna que cristalizó sus esfuerzos con la fundación en 1875 de la Sociedad Teosófica por, entre otros, la rusa Helena Petrovna Blavatsky. La presencia tangencial de la masonería se explica por varios motivos: en primer lugar, la temporalidad elegida del libro, finales del XIX, corresponde a un período en el que la masonería ya no era la única opción esotérica. En segundo lugar, como se puede constatar en los números de esta revista, es una de las corrientes que ha tenido más atención por parte de los historiadores y académicos. En tercero, debido a la definición de esoterismo arriba esbozada:

la masonería dirigió sus intereses sobre todo hacia las áreas política y social, al establecer vínculos con el liberalismo, tanto durante la independencia como durante la conformación republicana de los nuevos países, por lo que mucho de su carácter filosófico e iniciático tendió a debilitarse en el contexto americano en sus afanes políticos. […] Por otra parte, hay una franja masónica vinculada con lo esotérico, pero tampoco puede considerarse a la totalidad de la institución como tal per se. De hecho, buena parte de los masones actuales buscan deslindar su institución del campo esotérico y darle un perfil más filosófico y secular5.

El libro dedica varias páginas a explicar los espiritismos y las teosofías, pues de ninguna manera se pueden tomar ambas corrientes como monolitos sino como constructos sujetos a distintas interpretaciones desde sus orígenes angloparlantes. Articular las formas en que se instalaron en la región panhispánica seleccionada, a partir de un fuerte apoyo documental, le permite llegar a ciertas conclusiones que el lector interesado podrá constatar o refutar al acceder a la obra. Una de ellas, por ejemplo, señala que, en México, el espiritismo adquirió la forma de renovación al generar una “cuota más amplia de individualismo religioso”6 y un “espacio propicio para las mujeres en un siglo bastante misógino.”7 Otra nos dice que en Costa Rica espiritismo y masonería van de la mano y fueron blanco de polémicas desde la prensa católica. Otra más indica que la teosofía que se desarrolló en España y América Latina no fue la de su fundadora madame Blavatsky, sino la de la segunda generación, la de Annie Besant y C. W. Leadbeater, caracterizada tanto por una “cristianización” que contrarrestara el marcado orientalismo blavatskyano, como por la implementación del

proyecto Krishnamurti, de tipo mesiánico, por el cual dicho personaje fue propuesto como futuro vehículo para la encarnación de un nuevo avatar divino, equivalente al retorno del Cristo en Occidente o al del Buda Maitreya en Oriente. Dicho proyecto dominó la mayor parte del mundo teosófico en las tres primeras décadas del siglo XX8.

Si bien el estudio preliminar cumple con creces el objetivo de contextualizar sobre los rasgos de los esoterismos desarrollados en España y Latinoamérica, el interés primario de Isis modernista es ofrecer una antología para propiciar la lectura directa de 25 autores representativos del área

que permita al lector del siglo XXI acceder directamente a una muestra de escritos de época, de 1890 a 1930, aproximadamente, los cuales testimonian sus intereses teosóficos y espiritistas, a veces con un enfoque periodístico e informativo, pero en otras ocasiones con uno de tipo espiritual e intelectual que afectaba la propia obra literaria9.

La antología se divide en cuatro capítulos: I. Contextos (historia y testimonios); II. Doctrina y polémicas; III. Influjos e inseminaciones; y, IV. El caso Krishnamurti. En todos

se presentan textos completos de escritores, y no fragmentos, excepto en casos en los que el escrito era demasiado extenso y repetitivo, cada uno con su respectiva y breve presentación. El objetivo es que el lector tenga oportunidad de apreciar el texto, y quizá disfrutarlo, en su totalidad literaria y no solo en su aspecto pragmático de transmisión temática10.

La nómina de autores es la siguiente: los españoles Emilio Carrere (1881-1947), Juan Valera (1824-1905), Mario Roso de Luna (1872-1931), Ramón del Valle Inclán (1866-1936); los mexicanos Pedro Castera (1846-1906), Amado Nervo (1870-1919), Joaquín Valadez Zamudio, Francisco I. Madero (1873-1913), José Juan Tablada (1871-1945); los argentinos Arturo Capdevila (1889-1967), Roberto Arlt (1900-1942), Leopoldo Lugones (1874-1938); los costarricenses Rogelio Sotela (1894-1943), Rogelio Fernández Güell —también importante en la historia de México— (1883-1918), José Basileo Acuña (1897-1992), Roberto Brenes Mesén (1874-1947), Sidney Field Povedano (1906-1988), Mario Sancho (1889-1948); los guatemaltecos Enrique Gómez Carrillo (1873-1927) y Miguel Ángel Asturias (1899-1974). Además del nicaragüense Rubén Darío (1867-1916), el cubano José Martí (1853-1895), el peruano César Vallejo (1892-1938), el salvadoreño Albero Masferrer (1868-1932) y el mexicano-alemán Arnold Krumm-Heller (1876-1949).

Los textos que componen la antología exigen al lector una visión abierta, no sólo por las temáticas, sino por su naturaleza genérica híbrida, aunque enfocada en la prosa ensayística: crónica, artículos y testimonios fundamentalmente, además de conferencias, biografías y una entrada de enciclopedia. Y los tonos van de la seriedad doctrinal al humor, la ironía, hasta la “parodia descalificadora de Arlt”. Las breves introducciones a cada una de las obras no sólo son compendios de datos biográficos, sino comentarios agudos y eruditos sobre los diferentes panoramas literarios, históricos, políticos y, sobre todo, esotéricos, que enmarcan las obras seleccionadas y que le dan al investigador guías sólidas para profundizar en estudios posteriores. Por todo lo anterior, por su rigor histórico, por los textos y por todos los nombres que desfilan, este se perfila como el libro académico de José Ricardo Chaves más generoso hasta la fecha.

Bibliografía

Chaves, José Ricardo. Andróginos. Eros y ocultismo en la literatura romántica. Ciudad de México: Instituto de Investigaciones Filológicas, 2005.

Chaves, José Ricardo. Gótico imaginal. Ensayos sobre androginia y esoterismo en literatura. Ciudad de México: Instituto de Investigaciones Filológicas-Rialta Ediciones, 2018.

Chaves, José Ricardo. Isis modernista. Escritos panhispánicos sobre teosofía, espiritismo y el primer Krishnamurti (1890-1930). Ciudad de México: Universidad Nacional Autónoma de México-Bonilla Artigas Editores, 2020.

Chaves, José Ricardo. México heterodoxo. Diversidad religiosa en las letras del siglo XIX y comienzos del XX. México: Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Filológicas, Bonilla Artigas Editores, 2013.


1 Andróginos. Eros y ocultismo en la literatura romántica (Ciudad de México: Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Filológicas, 2005). México heterodoxo. Diversidad religiosa en las letras del siglo XIX y comienzos del XX (México: Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Filológicas, Bonilla Artigas Editores, 2013); y Gótico imaginal. Ensayos sobre androginia y esoterismo en literatura (Ciudad de México: Instituto de Investigaciones Filológicas, Rialta Ediciones, 2018).

2 José Ricardo Chaves, Isis modernista. Escritos panhispánicos sobre teosofía, espiritismo y el primer Krishnamurti (1890-1930) (Ciudad de México: Universidad Nacional Autónoma de México, Bonilla Artigas Editores, 2020), 25.

3 Chaves, Isis modernista, 16.

4 Chaves, Isis modernista, 33.

5 Chaves, Isis modernista, 27.

6 Chaves, Isis modernista, 28.

7 Chaves, Isis modernista, 28.

8 Chaves, Isis modernista, 29.

9 Chaves, Isis modernista, 31.

10 Chaves, Isis modernista, 49.