Reseña

Primer Congreso en México de Estudios sobre Esoterismo Occidental en América Latina: del Virreinato al Siglo xx

Mircea Gerardo Lavaniegos Solares

Universidad Nacional Autónoma de México, Ciudad de México, México

lavaniegos.mircea@gmail.com

ORCID: 0000-0002-6816-7830

Luis Adrián Linares Sánchez

Universidad Nacional Autónoma de México, Ciudad de México, México

sthelo.ll@gmail.com

ORCID: 0009-0007-0942-8096

Recepción: 22 de noviembre de 2023/Aceptación: 11 de diciembre de 2023

doi: https://doi.org/10.15517/rehmlac.v16i1.57725

Del 19 al 22 de septiembre del presente año, se realizó el Primer Congreso Internacional de Estudios sobre Esoterismo Occidental en el Instituto de Investigaciones Filológicas (IIF) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), ubicado al sur de la Ciudad de México, dentro del marco del Programa de Apoyo a Proyectos de Investigación e Innovación Tecnológica (PAPIIT) IN 402522 “Esoterismo en el México Moderno (1850-1950): Sujetos, corrientes y campo cultural”, a cargo del Dr. José Ricardo Chaves1.

Llevado a cabo en modalidad híbrida a lo largo de cuatro días consecutivos, el congreso reunió a tanto distinguidos como nacientes investigadores de diferentes latitudes, ya de manera presencial, ya virtual, con el fin de no sólo ubicar en el mapa esoterológico actual a Hispanoamérica, sino también de mostrar su alta calidad, a través de aportaciones teóricas, exposición de ejemplos, análisis de caso y, por supuesto, nuevas propuestas para aproximarse a lo esotérico. Distribuido en tres conferencias magistrales, trece mesas y una exposición de libros afines más recientes, el encuentro académico fue inaugurado con la presencia del Dr. David García, director del IIF, quien habló sobre el concepto de “esoterósfera”, propuesto por Chaves en el reciente libro colectivo Esoterósfera. Diez ensayos sobre esoterismo política y literatura (Bonilla Artigas/UNAM, 2023). De acuerdo con este nuevo término, basado en el concepto de “semiosfera” de Yuri Lotman, lo esotérico no sólo posee un espacio propio dentro de la cultura, sino también se encuentra en constante tensión, interacción y, en varias ocasiones, articulación con otras esferas. De hecho, fue posible apreciar este ensamblaje del esoterismo con diversos campos de la cultura y el saber en cada una de las reuniones del congreso.

En la primera conferencia magistral titulada “El ‘Esoterismo Occidental’ como objeto de estudio en la academia: debates teóricos y metodológicos actuales en y desde América Latina”, el doctor Juan Pablo Bubello expuso una genealogía del constructo académico de lo esotérico desde Lynn Thorndike, pasando por Francis A. Yates, hasta Antoine Faivre. A partir de este recuento teórico-metodológico, el historiador de la Universidad de Buenos Aires exhortó a las nuevas generaciones, por un lado, a abogar por una distancia de su objeto, aunque en su vida personal fueran creyentes o practicantes; y, por el otro, a explorar las diversas intersecciones del esoterismo con otros ámbitos, tales como la política, la literatura, la filosofía, el género sexual, etcétera, en el ámbito occidental. De ahí que, en la ronda de preguntas, se complejizara el atributo “occidental” y el lugar que ocupa América Latina dentro de esta categoría esoterológica, pero también geopolítica.

En cuanto a las mesas de la jornada inicial, la primera giró en torno a algunas expresiones esotéricas con elementos prehispánicos en sus respectivos discursos. Por ejemplo, la doctora Beatriz Urías habló sobre un sustrato maya en los principios teosóficos de Felipe Carrillo Puerto en Yucatán; el doctor Marco Antonio Millán, en torno a la búsqueda de la tierra donde habitaba Coatlicue, madre de Huitzilopochtli, tema presente en las interpretaciones esotéricas de Mario Roso de Luna y Samael Aun Weor; el joven investigador Gerardo Luna, acerca de la reinterpretación de la mitología azteca realizada por Rudolf Steiner, junto a otras culturas milenarias y momentos considerados importantes por la antroposofía; y, finalmente, el licenciado Mircea Lavaniegos, sobre la visión esotérica de Laurette Séjourné a través de la figura de Quetzalcóatl, concebido como un ser intermedio y mediador. Algunos comentarios sobre sus trabajos se enfocaron en los desafíos en esta clase de aproximaciones, en particular, debido a la gran diversidad de las culturas precolombinas, así como la potencialidad poética y mítica de su uso, muy en sintonía con el fenómeno esotérico.

La mesa dos se centró justamente en esos retos teóricos y hermenéuticos para abordar el esoterismo occidental en y desde América Latina. En primer lugar, la Dra. Alejandra Galicia problematizó el concepto faivreano de “occidental” que siempre acompaña al de “esoterismo”, no desde una visión homogénea y monolítica centrada en Europa y Estados Unidos, sino aplicable a las distintas realidades latinoamericanas. En segundo lugar, el bachiller Daniel Ugalde visibilizó cómo, en el caso costarricense, la red intelectual e ideas de la Sociedad Teosófica sirvieron a modo de crítica al positivismo y el proyecto modernizador, con el fin de entrever sus contradicciones con la ciencia, en tanto producto de una crisis epistémica y espiritual. Y, en tercero, a partir de la antropología social, la maestra Claudia Rojas mostró una veta poco atendida recientemente: incursionar en las prácticas esotéricas contemporáneas, en particular, los practicantes de la astrología y el tarot en Chile durante las últimas décadas del siglo xx. Varias de las inquietudes acerca de estas presentaciones advirtieron la necesidad de estudios conscientes de un posible uso acrítico con implicaciones colonialistas, pero también de sus difusos límites, campos de acción aún por considerar, diversas dimensiones y urgencia de multidisciplinariedad.

La mesa tres se ocupó del esoterismo novohispano. En virtud de acercarse a sus expresiones culturales, al inicio, la doctora Concepción Zayas expuso una lectura de los “jeroglíficos” a manera de soportes alegóricos de una sabiduría y magia ancestral, afín a la óptica renacentista que vio en Egipto una fuente de la filosofía oculta; de ahí ese orientalismo mezclado con otras tradiciones como el neoplatonismo, el orfismo, la alquimia, etc., en las obras de mexicanos como Alonso Ramos, Antonio Núñez de Miranda, Ana de Zayas y Sor Juana. Luego, el doctor José Sabas Medrano analizó un juego de naipes de la Nueva España cuyo uso, especuló, tenía propósitos no sólo lúdicos y artísticos, sino también adivinatorios; más aún cuando fue denominado por algunos investigadores “Tarot mexicano de 1583”, debido a su fuerte carga simbólica asentada en su iconografía. Después, el doctor Geert Bastiaan van Doesburg examinó un diagrama circular, elaborado alrededor de 1729, en la exhacienda jesuita de san Jerónimo Alfaro, en Xochitlán de Todos Santos, Puebla, utilizado para predecir la época más fértil del año; para ello, elaboró su posible origen, circulación, influencias e impactos de esta “Rueda Salomónica”, entre ellos, las versiones decimonónicas de Antonio Venegas y Arroyo y Agustín Vega Schiaffino. Por último, el doctor Salvador Lira planteó la función de la emblemática, en tanto unión de discurso e imagen, como vehículo de la tradición esotérica de contenido simbólico, centrado en la relación entre lo hermético y el poder; para ello, mostró ejemplos del siglo XVIII en los que despuntaron las figuras del obelisco, el sol y la transmutación alquímica. Con todo ello, los ponentes demostraron la difusión del esoterismo peninsular al Nuevo Mundo, en donde tanto se adoptaron como se adaptaron muchas de sus ideas a partir de la hibridación de varios niveles y ámbitos.

La mesa cuatro atendió algunas manifestaciones ocultistas del México revolucionario y posrevolucionario. Para adentrarse en tales periodos, el doctor Everardo Gabino Carlos resumió, al principio, la ideología de Jesús Ceballos Dosamantes y sus confrontaciones con otros grupos religiosos, esotéricos y políticos, en particular, el presbítero Emeterio Valverde Téllez, el rotativo la Ilustración Espírita y el presidente Francisco I. Madero, a causa, en especial, de su enfoque dicotómico de pretensiones socialistas. A continuación, el maestro Luis Manuel Sánchez reflexionó en torno a un amplio archivo masónico del estado de San Luis Potosí durante las iniciales décadas del siglo XX, que da cuenta de su funcionamiento como una escuela iniciática, sus personalidades más emblemáticas y pensamiento representativo del Gran Arquitecto del Universo. Finalmente, el doctor Mariano Villalva se propuso visibilizar la silueta del biólogo Alfonso Luis Herrera quien, a partir de su noción de “plasmogenia”, fusionó el esoterismo con la ciencia con fines eugenésicos al servicio de las políticas públicas promovidas por Venustiano Carranza, al mismo tiempo que sirvió de puente entre el mundo esoterista mexicano, hispánico y europeo, esto es, un eslabón importante de la red entre América y Europa entre los siglos xix y xx. Tras estas exposiciones, a propósito del trasfondo esotérico de la Revolución Mexicana, hubo intervenciones que señalaron su complejo y variado panorama ocultista todavía por mapear e, inclusive, descubrir, caracterizado por una admiración al guía, el gobernante o el mesías.

Por su parte, la segunda jornada inició con la conferencia magistral “Las ‘redes teosóficas’ y el nacimiento del arte moderno en América Latina”, impartida de manera virtual por el sociólogo de las religiones Massimo Introvigne. A través de los momentos asentados en los murales y las pinturas gestados en el México posrevolucionario de 1920, los Festivales Délficos de 1927 y 1930 promovidos por la artista norteamericana Eva Palmer y el poeta griego Ángelos Sikelianós y el Grupo de Pintura Trascendental fundado por Carl Raymond Jonson y Emil Bisttram en Nuevo México, el investigador italiano planteó el surgimiento de varias corrientes artísticas dentro de una red internacional tejida en torno a la teosofía, inspiradas en los temas de una Nueva Era, la reencarnación, el karma, las entidades sobrenaturales y la relectura de la espiritualidad nativa y mesoamericana para configurar sus nuevas propuestas estéticas.

A continuación, tuvo lugar una mesa sobre la consolidación y las polémicas del espiritismo en América Latina, donde la licenciada Ana María Mancera rastreó la evolución del magnetismo animal en el espiritismo de principios del siglo xx a través de la médium Celina en Bogotá, quien era la esposa del doctor y escritor espiritista Luis Zea Uribe. A este análisis con énfasis en el papel femenino de la médium para acceder al mundo de los espíritus, siguió la ponencia de la maestra Dulce Adame que, mediante una meticulosa revisión de las publicaciones de La Ilustración Espírita, reveló el nacimiento en 1873 de la Sociedad Espírita de Señoras, integrada por “damas” mexicanas de diversas profesiones de distintas partes del país. Destacando a personalidades como Soledad Manero y Laureana Wright, Adame mostró de qué manera el espiritismo kardeciano importado a México influyó en la consolidación de un espacio donde las mujeres pudieran discutir cuestiones religiosas, filosóficas y femeninas, fungir como cabezas de grupos y organizaciones, así como abogar por la igualdad entre géneros a pesar de conservar sus funciones tradicionales. Para finalizar, el maestro Eliff Lara exploró la trilogía de novelas del jesuita mexicano Carlos María de Heredia La linterna de Diógenes, Las manos blancas y El desafío, donde un detective, personaje construido a la manera de un “pastiche” del detective Sherlock Holmes, busca desentrañar unos crímenes rodeados de misterios espíritas. Analizando esta obra dentro de la campaña que el sacerdote mexicano realizó en los años veinte contra el espiritismo, esta ponencia colocó en la mesa otra de las reacciones en contra de la doctrina espírita, la novela policiaca, que aconteció en América Latina en la primera mitad del siglo xx.

Después, siguió una mesa sobre tres expresiones esotéricas en territorio latinoamericano, dos escultóricas y arquitectónicas, y una de humor gráfico. La doctora Joseline Vega realizó un acercamiento a la poética del artista escocés Edward James, quien construyó en México su célebre Jardín Escultórico. Oscilando entre las esculturas de este sitio, escaleras de concreto al cielo y esculturas zoomorfas, y los versos del poeta, Vega planteó los vasos comunicantes del artista con los imaginarios esotéricos, en particular, la alquimia, que inspiraron la búsqueda de un espacio donde la naturaleza y la arquitectura se confundieran. Bajo una óptica semejante, la doctora Laura Cristina Prieto ahondó en el trazado colonial de las ciudades de América Latina y en la configuración de sus templos, que a partir de las independencias recurrieron a los símbolos de la masonería para organizar el espacio urbano y cifrar una nueva organización política. Por su parte, el doctor Mauricio Oviedo analizó una caricatura titulada “Malabarismo esotérico” publicada en el periódico El Cometa de 1912, donde se retrata a Roberto Brenes Mesén, miembro de la Sociedad Teosófica de Costa Rica y, en ese entonces, subsecretario de Instrucción Pública del país. Los malabares del teósofo, tratando de equilibrar su doctrina con el gobierno, la prensa y la opinión pública, muestran, según Oviedo, la desconfianza hacia esta corriente ocultista, así como al espiritismo, que por aquellos años adquirieron mayor presencia en las esferas políticas.

Por la tarde, se presentó una mesa que abrió interesantes sendas teóricas para acercarse a la cultura esotérica contemporánea. En un primer momento, el doctor Ricardo Martínez investigó la película animada El cumpleaños esotérico de Nadia Mendoza y Guillermo Tovar, la cual clasificó como “fantasía esotérica”, ubicándola dentro de una coyuntura posmoderna entre la ciencia y las nuevas espiritualidades. Por su parte, el maestro Esteban Rodríguez-Dobles rastreó los lazos de la teosofía y el neo-gnosticismo con el estudio de los ovnis durante la segunda mitad del siglo xx en Costa Rica. Abonando a este fértil diálogo entre ciencia y esoterismo, el ingeniero Gilberto Llanos expuso los experimentos del neurocientífico y estudioso del chamanismo Jacobo Grinberg sobre la telepatía, tópico común también en el espiritismo kardeciano y la teosofía de Blavatsky. Finalmente, el maestro Omar Leyva examinó los criterios de legitimación, en un contexto latinoamericano, de los miembros de la Orden del Aquarius de la Gran Fraternidad Universal, cuyo proyecto se basaba, por un lado, en el yoga y la meditación, por el otro, en la astrología y la cábala.

Dedicada a las relaciones entre orientalismo y esoterismo, la última mesa de esta jornada inició con la ponencia del doctor Esteban Sánchez, la cual versó sobre algunos retos teórico-metodológicos para estudiar la recepción del sufismo islámico en la literatura teosófica a inicios de la centuria pasada en Costa Rica y México. A continuación, el doctor Freddy Cauich desentrañó los elementos y las prácticas taoístas importadas por la logia Chee Kung Tong y, por lo tanto, reapropiadas por la masonería mexicana como parte de los saberes destinados a sus iniciados. La última ponencia del día corrió a cargo de la doctora Lai Sai Acón Chan, quien investigó los intercambios de esta misma logia en la comunidad china de Limón (Costa Rica) como una forma de negociar con el catolicismo y la modernidad occidental, sirviéndose de las redes de sociabilidad asequibles por medio de la masonería.

La tercera jornada se inauguró con la conferencia magistral “Interrelaciones entre Esoterismo y Misticismo: la recepción teosófica del místico español Miguel de Molinos en la primera mitad del siglo xx”, impartida por el doctor Chaves. En la primera parte, expuso diversas definiciones de “esoterismo” y “misticismo”, gestadas dentro de la academia y en grupos como la Sociedad Teosófica de Blavatsky, destacando la ambigüedad de algunas. En un segundo momento, examinó las relecturas y la promoción de la obra de Molinos llevadas a cabo por miembros de la revista Sophia, entre ellos, Rafael Urbano y Ramón del Valle-Inclán. Realizada por escritores y promotores de la teosofía, esta revaloración de Molinos puso en evidencia los puentes imaginarios, pero susceptibles de ser historiados, entre el esoterismo y la mística. Curiosamente, la semejanza del quietismo molinista con el budismo zen y el yoga, que los detractores de Molinos utilizaban como un argumento de su alejamiento de la ortodoxia cristiana, resultó ser atractiva para los futuros teósofos en su búsqueda por integrar estas prácticas orientales a sus vías espirituales.

Continuando con tales cruces entre misticismo y esoterismo, la primera mesa de esta tercera jornada inició con la ponencia de la Dra. Amelina Correa sobre la relectura de la figura histórica de santa Teresa de Jesús “a la luz del espiritismo” entre los siglos xix y xx. A partir de las obras de la escritora Amalia Domingo Soler, del pintor José Blanco Coris y del heterodoxo fray Eusebio del Niño Jesús, Correa describió la atmósfera de debate y fascinación en torno a la monja de Ávila que se estableció en ciertos medios culturales de la Europa de entresiglos. Por su parte, el investigador independiente Óscar González expuso los artículos publicados por Vicente Risco en la revista Nós (1923), en cuyas páginas se difundió por primera vez en la península Ibérica la antroposofía de Rudolf Steiner, diferenciando su propuesta de la teosofía de Blavatsky la cual, según Risco, mostraba el fracaso de la transmisión vía maestro-secta. Finalmente, la licenciada Isabel González ofreció una audaz lectura interdisciplinaria de la pintura de tema místico, generada en el contexto de la Nueva España en el siglo xvii e inspirada en la vida monacal femenina. Considerando la imagen como documento esotérico, su aportación desplegó una posibilidad fecunda de articular misticismo y esoterismo en el ámbito novohispano.

A continuación, tuvo lugar una mesa sobre la influencia del esoterismo en la literatura latinoamericana. La doctora Peggy von Mayer exploró la trayectoria del poeta nicaragüense Rubén Darío y sus lazos desde la adolescencia con la masonería, a través de los símbolos cabalísticos de su poema “El Libro” y su poemario Salmos de la Pluma, redactados con el afán de desentrañar, mediante un proceso creativo, la escritura del Libro del Universo. Enseguida, la maestra Norma Beatriz Salguero analizó los cuentos “Quien escucha su mal oye” y “Yerbas y alfileres” de la escritora argentina Juana Manuela Gorriti a partir de su expresión de un “modo de pensar” esotérico, interrelacionado con la ciencia de su época y marcado por los modelos de género decimonónicos. Por último, la licenciada y poeta Zully Ordoñez incursionó en la poética del escritor ecuatoriano César Dávila, cuyo pensamiento ecuménico e inclinado al misticismo lo llevó a interesarse por el rosacrucismo, el hermetismo y la francmasonería para transmitir su experiencia religiosa.

Por la tarde, este itinerario hermenéutico por las claves esotéricas en las letras latinoamericanas continuó con una mesa dedicada a sus expresiones mexicanas. El maestro Adrián Linares realizó un fino análisis de los temas y motivos ocultistas en la antología de cuentos Bocetos provincianos (1907) del polifacético escritor zacatecano Severo Amador, dentro del marco de la polémica entre espíritas y teósofos durante el convulso periodo del movimiento armado revolucionario. Esta unión entre una doctrina esotérica y una obra literaria fue puesta en evidencia también por el siguiente ponente, el maestro Claudio Mondragón, quien resaltó el profundo impacto de la obra Tertium Organum de P. D. Ouspensky en el poeta y crítico de arte José Juan Tablada. De acuerdo con Mondragón, durante su exilio en Nueva York, Tablada escribió crónicas y su novela experimental La Resurrección de los Ídolos (1924), para las que recurrió a “la sabiduría antigua revelada por el ocultismo contemporáneo”. Finalmente, la doctora Anahí Briano ofreció un novedoso enfoque para aproximarse a los poemas de largo aliento, cultivados por los Contemporáneos, retomando las herramientas del esoterismo occidental para recuperar los aspectos metafísicos o contenidos espirituales desarrollados en estas textualidades e interpretados por la crítica bajo las categorías de “poema filosófico” o “poesía de pensamiento”.

La última mesa de esta tercera jornada estuvo dedicada a algunas revistas y periódicos teosóficos y espíritas publicados en México y en Chile durante el cambio del siglo xix al xx. La doctora Beatriz Gutiérrez-Müller habló del resurgimiento de la revista Helios (1911-1916) en el México posrevolucionario, semanario que divulgó los experimentos y principios del espiritismo, así como una lírica inspirada en la supremacía del alma sobre el cuerpo, los mensajes del más allá y los anhelos tanto de paz como de justicia. Gutiérrez-Müller resaltó la trayectoria del poeta, periodista y diplomático costarricense Rogelio Fernández Güell, quien dirigió dicho rotativo durante el gobierno de su cófrade Francisco I. Madero. Después, la doctora Tatiana Suárez señaló la conformación del periódico quincenal La Ley del Amor difundido desde 1876 en la península de Yucatán y promotor de la doctrina kardeciana, sus principales acontecimientos y los “dictados” de los médiums del Círculo Espírita Peralta de Mérida, fundado apenas dos años atrás. Suárez subrayó el vínculo entre el espiritismo yucateco y el impulso de las artes, analizando los informes oficiales de Rodulfo G. Cantón, entonces presidente municipal de Mérida y editor de dicha revista. La última ponencia del día corrió a cargo de la doctora y poeta Macarena Urzúa, quien rastreó las estrategias de difusión de los saberes ocultistas en tres revistas espíritas de Chile a inicios del siglo xx. Una de ellas, demostró Urzúa, fue el “travestismo literario” al que escritoras y escritores recurrieron para disfrazar sus identidades o crear mayor impacto en los lectores; tal fue el caso de Inés Echeverría Bello quien publicó con el nombre de Hugo Polo su síntesis pedagógica del espiritismo en 1896: Compendio de la Gran Doctrina.

En la última jornada del evento tuvieron lugar, por un lado, una mesa en torno a algunas personalidades importantes para el esoterismo latinoamericano; y por otro, la presentación de los libros esoterológicos más recientes. En cuanto a las ponencias, éstas estuvieron a cargo de los doctores Mauro Vallejo, Francisco Rodríguez y Guadalupe Antonia Domínguez, quienes a través de los casos de Alberto Santini Sgaluppi, también conocido como el conde Das, Tomás Povedano, Miguel Serrano y Abel Posse, demostraron la presencia e impacto de tales figuras en diferentes países de América Latina. Ya fuera a través del espiritismo en diálogo con la medicina, en particular, los lazos entre la hipnosis y la psicología; ya las artes plásticas con la teosofía en favor del desarrollo de las capacidades intelectivas o la literatura relacionada con una tradición también teosófica sobre aquellas regiones dotadas de un significado sagrado, sus propuestas revelaron las diversas conexiones entre los países del mundo panhispánico, con especial atención en Buenos Aires, Costa Rica y México, mediante el interés, la práctica o el estudio de lo esotérico.

Ahora bien, al respecto de la presentación de los libros, se destacó la labor no sólo impresa, como la antes mencionada obra colectiva Esoterósfera, sino también digital; por ejemplo, de los libros Subjetividades orientalistas: Imaginarios, cultura política y religiosidades (Ricardo Martínez Esquivel y Francisco Rodríguez, eds. Editorial de la Sede del Pacífico UCR), así como de El Esoterismo en y desde Latinoamérica, ambos disponibles en línea (Ricardo Martínez Esquivel y Juan Pablo Bubello, edits. Editorial de la Sede del Pacífico UCR). Aunada a la invitación a favor del acceso electrónico, también se señaló la necesidad de publicar ejemplares en inglés con el fin de que el trabajo de investigadores latinoamericanos sobre sus historias y culturas adquiera mayor atención entre los colegas europeos y norteamericanos, como en el caso de Modernity of Religiosities and Beliefs: A New Path in Latin America, XIXth-XXIth Centuries (Ricardo Martínez Esquivel y Pablo Baisotti, edits. Lexington Books/Rowman & Littlefield, 2021), a la venta en Amazon.

Como se observa, si bien el congreso se caracterizó por una visión acorde a la rigurosidad sistemática de Antoine Faivre y Wouter Hanegraaff, también se interesó por el devenir histórico, las circunstancias sociales y las manifestaciones culturales de cada región de América Latina. En ese sentido, las ponencias versaron sobre diversos aspectos cuyo eje articulador fue el esoterismo occidental abordado desde distintas aristas: la necesidad de elaborar reflexiones oriundas y adecuadas a la experiencia latinoamericana, así como de ahondar en sus más notorias corrientes, temáticas y personalidades, su importancia para la construcción de redes intelectuales, su relación con la literatura, la arquitectura, el dibujo y las artes en general, su presencia en las reelaboraciones sobre lo prehispánico, su vínculo con el orientalismo desde sus orígenes con un vértice en el siglo xix, al igual que su conjunción con la cultura de masas u otros campos, como la ufología, durante el xx, por mencionar sólo unos cuantos. De tal suerte, a lo largo de estos cuatro días, el estudio del esoterismo en y desde América Latina emergió ya no como una terra ignota, sino como una terra nostra, mapeada por las trayectorias de reconocidos académicos y campo fértil para las exploraciones de los nóveles investigadores.

Anexo

Programa del Primer Congreso


1 Pueden consultarse todas las ponencias y las conferencias magistrales del Congreso en el canal del IIF de la UNAM, cuyo enlace es el siguiente: https://www.youtube.com/@IIFLSTREAMING