La masonería en la prensa de Guadalajara (España) de la Segunda República

Freemasonry in the press of Guadalajara (Spain) during the Second Spanish Republic

Julio Martínez García.

Universidad Complutense de Madrid, España

julio@oceanoatlanticoeditores.com

ORCID: 0009-0002-3994-8803

Recepción: 12 de mayo de 2024/Aceptación: 09 de junio de 2024

doi: https://doi.org/10.15517/rehmlac.v16i2.60494

Palabras clave

Masonería; prensa; Guadalajara; España; Segunda República

Keywords

Freemasonry; Press; Guadalajara; Spain; Second Spanish Republic

Resumen

Las logias se han constituido como un tema de confrontación en los periódicos, generándose un importante debate sobre los masones y su intervención en la esfera pública. Sin embargo, esta aseveración –a nivel local– no se ha comprobado en su totalidad. Un ejemplo es Guadalajara (España). Por tanto, se hará un acercamiento a este tema durante la Segunda República, una etapa clave para la historia española, en la que se transformó el sistema político del país. En este momento, las sedes masónicas recuperaron –además– su prestigio como sociabilidad de las élites. En consecuencia, es interesante saber cómo los medios locales arriacenses trataron la entidad, eligiéndose Flores y Abejas, publicación generalista; Abril, cabecera de partido; y El Henares, rotativo católico.

Abstract

The topic of Freemasonry and its involvement in the public sphere has become a matter of contention in the Spanish press, prompting a significant debate. However, the assertion that Freemasonry has a significant impact at the local level has not been fully substantiated. An illustrative example is the case of Guadalajara in Spain. Consequently, an investigation into this issue will be conducted during the Second Spanish Republic, a pivotal period in Spanish history when the country’s political system underwent a transformation. This was a period during which the Masonic headquarters regained their prestige as a venue for the elite to socialise. It is therefore of interest to ascertain how the local media in Guadalajara approached the subject, with Flores y Abejas, a generalist publication; Abril, a party newspaper; and El Henares, a Catholic newspaper all featuring in the coverage.

Introducción

El primer tercio del siglo xx fue un periodo interesante en España desde el punto de vista histórico y periodístico. Se trató de una época en la que se sucedieron diversos sistemas políticos, que fueron desde el régimen «liberal conservador» de la Restauración a la dictadura de Miguel Primo de Rivera, para desembocar en la democracia de la Segunda República. Además, con el paso del siglo xix al xx, se comenzó a producir un cambio de paradigma comunicativo. Una transformación que se condensó en la transición de la prensa de élites a la de masas, por lo que las cabeceras llegaron a gran parte de la población, aprovechándose –para ello– de una alfabetización creciente. Esta última circunstancia permitió que una porción relevante de las clases populares pudiera acceder a los contenidos periodísticos y, por tanto, a la generación de la opinión pública.

Gracias a ello, en los medios de comunicación se reprodujeron diversos debates, que versaron sobre la figura del jefe del Estado, el papel de la Iglesia, o la definición de las políticas liberales. Entre estos ejes de discusión también se encontró el de la Masonería. Una organización que, según fuera la línea de cada medio, se ensalzaba o se denigraba. Era un asunto que, de una forma u otra, llegó a abordarse en las páginas de diferentes cabeceras, originándose un importante debate sobre los masones y su intervención en la esfera pública. Sin embargo, esta aseveración –a nivel local– no se ha comprobado en su totalidad. Faltan estudios sobre el tema en algunas provincias españolas. Un ejemplo es Guadalajara. No existe ningún análisis específico que aborde el tratamiento que los periódicos arriacenses concedieron a la cofradía.

Precisamente, el presente análisis se alza como un inicio en dicho camino. Y anhela hacerlo durante un periodo determinado –entre 1931 y 1936–, una etapa clave para la historia de España. A lo largo del periodo aludido, se transformó el sistema político del país y se redactó una nueva Constitución. Dicha Carta Magna, aprobada el 9 de diciembre de 1931, establecía –de manera efectiva– diferentes libertades, como las de asociación, reunión y culto. Y lo hacía en un momento en el que las sedes masónicas recuperaban su prestigio como forma de sociabilidad de las élites culturales y políticas. Así, bajo este contexto, es interesante ver cómo la prensa de provincias trataba a los talleres fraternos.

Por ello, se ha elegido el semanario Flores y Abejas, el periódico de mayor tirada de los que se publicaron en Guadalajara durante la Segunda República y que contaba con una perspectiva generalista. Asimismo, y con el fin de hacer un trabajo más completo, también se han seleccionado otras dos cabeceras, de tendencias ideológicas antagónicas. Por un lado, El Henares, católico y conservador, que se publicaba en Sigüenza, localidad que –todavía hoy– se constituye como sede episcopal. Y, por otro, Abril, el portavoz de las izquierdas, un rotativo republicano–progresista, que aparecía en Guadalajara capital.

En todos estos casos, se estudiará la manera en que abordó la fraternidad. Al fin y al cabo, la prensa se constituye como una fuente muy importante para el conocimiento del pasado. Pero, al mismo tiempo, “su elaboración y consumo es una parte fundamental de los procesos históricos, por lo que debe ser estudiada en sí misma”1. Sin olvidar que el periodismo en España, a lo largo de la historia, se ha conformado como uno de los registros más relevantes de la vida social.

Así, la hipótesis de partida se basa en que los medios generalistas –como Flores y Abejas– fueron más asépticos a la hora de tratar la organización iniciática. Algo que ocurría para que –desde una perspectiva más neutral– pudieran dar cabida a mayor número de lectores, al no sentirse incómodos ante una determinada postura prosélita. Además, los medios los católicos –como El Henares– fueron más seguidistas de la oficialidad eclesial y, en consecuencia, mostraron una mayor crítica hacia las sedes iniciáticas. Por último, Abril, el portavoz de las izquierdas, al contar con una línea editorial progresista, incluyó un mayor apoyo hacia las logias –o a las actividades y/o personas vinculadas con las mismas–, al considerarlas cercanas a sus ideas.

Para poder dar respuesta a dichas cuestiones, se ha optado por analizar el periodo comprendido entre el advenimiento de la Segunda República y el final de la misma. Se trata de una etapa lo suficientemente prolongada como para observar el tratamiento de las realidades masónicas en cada uno de los rotativos elegidos. A su vez, esta fase coincidió con los últimos años de vida de la logia “Arriaco nº 8”, que –fundada en 1925– se mantuvo en funcionamiento –al menos– hasta 1933. En su seno se integraron algunos de los nombres más destacados del ámbito político, social y cultural de la provincia, por lo que también se indicará qué impacto tuvo en la prensa la vida iniciática caracense. Y, para ello, realizará un análisis comparativo entre los tres medios seleccionados, con el fin de dimensionar el impacto de la actividad masónica en Guadalajara (España). Y, más concretamente, en la prensa de este espacio español.

Metodología

Pero antes de continuar, se explicará la metodología utilizada en el presente artículo. En el mismo, se empleará el “análisis de contenido”, una fórmula que: “permite obtener un resumen de las características de un conjunto de mensajes. Además, no sólo busca descubrir la presencia de determinadas variables, sino que intenta cuantificarlas y ofrecer una imagen de los elementos analizados”2. Además, Castro, Reyes y Larrosa señalan que dicha técnica presenta diversos usos:

1) Describir el contenido de la comunicación, lo cual puede hacerse cronológicamente, permitiendo encontrar tendencias por temporalidad o analizar los cambios en la sociedad; 2) Comprobar las hipótesis con las características del mensaje, lo cual puede darse porque se presume que éste tiene unas particularidades similares a la fuente que lo emite [...]3
De hecho, se busca si, durante la temporalidad elegida, hubo informaciones sobre la orden y, en el caso de que fuera así, de qué manera se trató a dicha organización, optándose por un análisis cualitativo de los contenidos. Sin embargo, también se registrarán de forma cuantitativa tanto el número de notas sobre la masonería, como sus géneros y el tamaño que ocupan en la plana, de la mano de la contabilización de la cifra de columnas en las que se extendieron: “1 columna”, “2 columnas”, “3 columnas”, “4 columnas”, “5 columnas” y “6 columnas”. “Existen diversos mecanismos para jerarquizar las noticias dentro de un diario: mediante la situación en un lugar privilegiado o más visible (la primera página) y dedicándolas más espacio dentro del mismo”4.

Además, se expondrá en qué pliego de cada título han sido insertados los textos seleccionados. Según en cuál aparezcan, esa es la transcendencia que se confirió a dichos artículos, ya que no es lo mismo que una nota se ubique en la portada que en el interior, en página par que en impar. A su vez, también se ha querido realizar una clasificación por géneros periodísticos, ordenándose de acuerdo con los siguientes apartados: “breve”, “crónica”, “información”, “columna”, “reportaje”, “editorial”, “ensayo” y “obituario”.

También se estudiará lo expresado en las piezas mediante la fórmula cualitativa, para ver las diferencias de razonamiento entre los tres periódicos analizados. Para lograr este fin deben existir elementos que se puedan relacionar. Por ello, se analizará la perspectiva empleada sobre las logias masónicas y su actividad; la implicación de reconocidos masones en la escena cultural, social y política de Guadalajara; y la extensión de postulados ideológicos de la fraternidad en diferentes ámbitos de la escena arriacense.

Por tanto, esta categorización se centrará en los contenidos de los textos analizados. Así, se estudiará si en las mencionadas cabeceras se muestra una perspectiva favorable a las logias o –sin embargo– se publican críticas hacia las mismas. También se determinará si las referencias a la fraternidad son sensacionalistas, un formato periodístico fundamentado en el rumor y el escándalo5, para generar estados de ánimo en el lector basados el amor, el odio o la compasión6.

De esta manera, y con el objetivo de realizar la indagación, se tomarán todos los contenidos centrados en la masonería, sus miembros, grupos y actividades. Por ello, el paradigma empleado será el “interpretativo”, que se constituye como una aproximación al tema basado en la observación directa y la toma de notas de campo7, que –en este caso– será el registro de las unidades seleccionadas.

Historia de la masonería en Guadalajara (España)

El territorio provincial de la Guadalajara también tuvo vida masónica. Y para muestra, un botón. Durante un primer periodo, comprendido entre 1808 y 1868, Luis Enrique Esteban Barahona asegura que entre los militares que vivían en el espacio arriacense existieron masones, los cuales llegaron a establecer relaciones con afrancesados locales8. Más tarde, durante el Trienio Liberal, y de acuerdo con lo que se aseguraba en los papeles reservados del rey Fernando vii, hubo –supuestamente– tres logias en la provincia9, que fueron: “Libertad en el valle del Buen Deseo”, emplazada en Guadalajara capital; “Triunfo”, ubicada en Sigüenza; y “Libertad”, situada en Jadraque. Sin embargo, algunos investigadores dudan de la autenticidad de estas sedes iniciáticas. No las consideraban como plenamente masónicas, sino ejemplos de las diversas sociabilidades que hubo en la época. O, directamente, una invención de las fuerzas de seguridad10, con el fin de perseguirlas y evitar focos de oposición al rey.

En cualquier caso, existió poca actividad iniciática en Guadalajara durante el reinado de Fernando vii. Algo que también sucedió a lo largo del mandato de Isabel ii, periodo en el que no se ha encontrado documentación relativa a ninguna sede arriacense11. Realidad que no significó que, en el territorio alcarreño, no vivieran o trabajaran masones. Entre los más conocidos, se encontró el jurista y político menorquín Pedro Gómez de la Serna, quien llegó a ser Jefe Político provincial entre 1836 y 1840. La filiación iniciática de Gómez de la Serna fue un elemento más de su actividad pública12.

De todos modos, el referido contexto cambió entre 1868 y 1898, cuando comenzó a observarse una “animada” actividad fraterna en la provincia. Este mayor movimiento coincidió –en su origen– con el Sexenio Revolucionario, gracias al cual se incrementaron los derechos civiles. Sin embargo, el impulso masónico se mantuvo durante los años posteriores. De hecho, se ha comprobado la existencia de ocho talleres adscritos a tres obediencias diferentes durante el último tercio del siglo xix. Estas sedes encontraron distribuidas por toda la provincia. Por tanto, no se trató de una entidad únicamente urbana, sino que hubo reuniones fraternas ubicadas en diferentes localidades13.

Pueblos pequeños –como Alcocer, Cifuentes, Atienza, Torija o Checa– acogieron actividad iniciática. Fue en el ámbito rural donde se instaló el mayor número de agrupaciones fraternas. En total, cinco de ocho, el 62,5%. Pero no fue extraño que los talleres guadalajareños aparecieran fuera de las ciudades, ya que el peso campo todavía era muy importante en el territorio arriacense14. Por tanto, el aldabonazo que, a nivel de libertades ciudadanas, supuso la Revolución de 1868 también llegó a Guadalajara. Una realidad que se pudo observar en la proliferación de sociabilidades en los municipios ya mencionados15, manteniendo diversos elementos en común, como su corta vida –ninguna superó los dos años de actividad–. Igualmente, todas fueron creadas en dependencia de una matriz madrileña, como “Idea nº 66”, de Atienza, que se vinculó a “Fraternidad Ibérica nº 90”; o “Luz de la Sierra”, de Checa, relacionada con “Ibérica nº 7”16.

Sin embargo, la influencia de la capital española en la masonería guadalajareña no finalizó aquí. La aparición de las sedes arriacenses también solía vincularse con el arribo de un masón madrileño a algún punto de Guadalajara, donde ayudaba a establecer un taller. Asimismo, se deben mencionar las relaciones masónicas erigidas por un caracense durante su educación en la gran ciudad, y que luego las traía a su pueblo. A su vez, tuvieron relevancia los nexos de amistad que trabaron algunos masones en las localidades en las que –posteriormente– se inauguró una agrupación iniciática17.

En cualquier caso, desde la Revolución de 1868 hubo una “edad de oro” de la fraternidad, que se prolongó hasta los últimos años del siglo xix. Durante los dos primeros decenios del xx, volvió a producirse un periodo valle en el funcionamiento de la hermandad arriacense, como ocurrió en otros puntos del país. Hasta mediada la década de 1920 no se tiene registro de ningún taller activo en Guadalajara. Ni siquiera en la capital provincial. Hecho que no significó que no se hayan encontrado rastros de masones procedentes de municipios caracenses, quienes –ante la falta de posibilidades– tuvieron que desarrollar su actividad iniciática en Madrid18.

Un contexto que cambió poco después, durante la dictadura de Miguel Primo de Rivera, cuando reapareció la actividad masónica en Guadalajara. Lo hizo a través de “Arriaco nº 8”, fundada a finales de enero de 1925 como triángulo y en julio de 1927 como logia, cuando reunió el número mínimo de miembros para constituirse como tal. La ceremonia de establecimiento tuvo lugar en Madrid, en “Ibérica nº 7”, agrupación de la que dependió el taller guadalajareño19, quedando acogido al Rito Escocés y federado al Gran Oriente Español20. Ambas fases fueron impulsadas por Miguel Benavides, insigne republicano nacido en Arganda (Madrid), aunque desarrolló parte de su vida laboral en Alicante, donde fungía como funcionario de Hacienda. Precisamente, fue de esta ciudad levantina de donde procedía cuando llegó a Guadalajara en 1924, enclave en el que también quiso estimular la actividad masónica, de la que él participaba desde 1922. Por ello, Benavides estableció una nueva agrupación en la capital caracense21.

Una vez fundada la sede, muchos de sus miembros se involucraron en la esfera pública de la ciudad y de la provincia. Una muestra de ello fue la elección de varios de ellos como diputados y cargos públicos durante el periodo republicano. Por ejemplo, Marcelino Martín fue alcalde arriacense entre 1931 y 1934. Además, también era catedrático de Física y Química en el Instituto alcarreño22. Incluso, hubo otros representantes socialistas que estaban iniciados en la logia. Fueron, en primer lugar, Miguel Bargalló, quien acabó siendo vicepresidente de la Comisión Gestora de la Diputación Provincial23, miembro del Congreso de los Diputados por la circunscripción guadalajareña y director de la Escuela Normal caracense24. Además, se debe mencionar al obrero Ricardo Calvo Alba, tercer masón de los postulantes del Partido Socialista Obrero Español (psoe) en los comicios municipales de 193125.

Esta participación política de los iniciados de Guadalajara se mantuvo en las votaciones a Cortes Constituyentes del 28 de junio de 1931. En una primera ronda salieron seleccionados José Serrano Batanero (por Acción Republicana); Marcelino Martín (por el psoe); Eduardo Ortega y Gasset (por el Partido Radical Socialista); y Álvaro Figueroa y Torres –Conde de Romanones– por parte de los monárquicos liberales. De estas cuatro personalidades, los hermanos en ejercicio fueron Marcelino Martín, miembro de “Arriaco nº 8”, y Eduardo Ortega y Gasset, que formaba parte de la logia “Luis Simarro nº 3”, radicada en Madrid. Serrano Batanero fue un caso especial, ya que no se ha comprobado su filiación masónica durante la Segunda República. Sin embargo, sí que apareció su nombre en diferentes fichas policiales, acusado de participar en la orden26.

Un compromiso masónico que también se observó a la hora de involucrarse en la vida de organizaciones políticas y sindicales. Dos ejemplos fueron Marcelino Martín y Miguel Bargalló, quienes –además de integrantes de “Arriaco nº 8”– fueron dos dirigentes muy activos de la agrupación del psoe en Guadalajara. Una implicación que fue compartida por Ricardo Calvo, otro de los integrantes de la referida logia, quien –además– se involucró en diferentes iniciativas representativas. Presidió la Casa del Pueblo de la capital y la Federación de Sociedades Obreras. Unas instituciones con las que también colaboró el tipógrafo Eduardo Bonis –afiliado a la sede caracense fundada en 1925–, siendo directivo del sindicato UGT, de la Asociación local del Arte de Imprimir, de la Casa del Pueblo y de la Federación de Sociedades Obreras27.

Pero la participación de los masones no se limitaba a las entidades socialistas o trabajadoras. También hubo presencia de iniciados en los partidos burgueses. Miguel Benavides, quien fuera impulsor de “Arriaco nº 8” y gobernador civil de Guadalajara, fue uno de los organizadores de Acción Republicana en el territorio alcarreño. A la labor masónica de Benavides se unieron otras figuras de relevancia, que también estuvieron iniciados en la orden, como Tomás de la Rica o Andrés Núñez del Río. El primero, que perteneció al Partido Republicano Radical–Socialista, llegó a dirigir una iniciativa pedagógica innovadora, la Escuela Laica de Guadalajara28.

Por otro lado, Andrés Núñez del Río, quien –igualmente– formó parte de “Arriaco nº 8”, estuvo involucrado en formaciones políticas, como el Partido Radical. Y cuando esta entidad sufrió diferentes escisiones, pasó a formar parte de Unión Republicana29. Además, hubo dos gobernadores civiles en Guadalajara que estuvieron iniciados. El primero fue el industrial Gabriel González Taltabull, miembro del Partido Republicano Radical, quien ocupó el cargo entre el 17 de abril y el 20 de mayo de 1931. A nivel masónico, perteneció a varias logias, como “Isis y Osiris nº 6” (1922–1924); “Trabajo nº 12” (1924-1927); o “España y trabajo nº 42” (1927-1936)30. El segundo de los gobernadores masón fue el ya mencionado Miguel Benavides31.

No obstante, con el paso de los años, en muchos de estos iniciados fue pesando mucho más su compromiso político y social que el masónico, por lo que la vida de “Arriaco nº 8” comenzó a languidecer. De este taller se dejaron de tener noticias en 193332. Sin embargo, sus miembros tuvieron un gran impacto en la vida social, cultural y política de Guadalajara, lo que facilitó que aparecieran en la prensa provincial. Por ello, se ha propuesto analizar la presencia fraterna en los periódicos arriacenses de la época.

El análisis hemerográfico

Flores y Abejas

El rotativo Flores y Abejas, que actualmente continúa publicándose bajo la marca de El Decano de Guadalajara, es un medio arriacense, cuyo primer número apareció el 2 de septiembre de 1894. Mantuvo su denominación oficial hasta el 12 de septiembre de 1990, momento que adoptó la actual. Se trata de la cabecera más antigua de la provincia, aunque –a lo largo de su historia– hubo dos periodos en el que estuvo sin salir a la calle. El primer parón se desarrolló entre el 20 de julio de 1936 y el 22 de julio de 195833. Y el segundo, desde el 17 de marzo de 2011 y el 2022, cuando reapareció de manera online. Inicialmente, tuvo formato de periódico tradicional y aparecía una vez a la semana. A partir de 1998, mantuvo su publicación semanal, aunque en formato revista. Y, en su tercera época, su presentación fue digital, por lo que su actualización ha sido diaria.

En este caso, nos encontramos ante el medio –de los tres analizados– con más inserciones relacionadas con las logias, la actividad de alguno de sus miembros o el impacto de los postulados masónicos en la vida de Guadalajara. En total, se han contabilizado 30 notas para el periodo analizado, un extremo que no es extraño si se tiene en cuenta que Flores y Abejas pretendía ser una publicación generalista. De hecho, entre los asuntos abordados destacaron los vinculados con la política –o la actividad pública de los masones arriacenses–, que supusieron el 76,66% del total, seguido por los artículos de sociedad, educación y cultura (ver tabla 1.1).

Sin embargo, en relación al tamaño, no se otorgó una gran relevancia a la hermandad. Un extremo que se comprueba al analizar la extensión de los artículos, en los que la mayoría –un 70,00%– fueron de una única columna, seguidos –a distancia– por los que se extendieron «2 columnas» –con un 26,66%– y las apariciones de «3 columnas», que se distinguieron –únicamente– en un 3,33% de las muestras (ver tabla 1.4). Además, el género periodístico más empleado fue el del “breve” –la más reducida de todas las opciones–, acompañado por las “crónicas”, las “informaciones”, las “columnas”, los “reportajes” y las “editoriales”, que si cuentan con una mayor dimensión (tabla 1.2).

Además, la ubicación de las inserciones masónicas también reforzó la idea que éste era un tema –el relativo a las logias– que no fue muy destacado. No se incluyó ningún texto en portada, mientras que la mayoría de los artículos aparecieron en los espacios centrales del rotativo, entre la cuarta y la quinta página (ver tabla 1.3). Por tanto, y aunque fue el medio que mayor relevancia dio a la orden en cuanto a número de notas, no le dispensó gran impacto en su interior, en lo que se refiere a la extensión y colocación en sus planas. Al menos, el tratamiento a la cofradía fue honesto. No se empleó el sensacionalismo ni se observaron críticas a la sociabilidad (ver tablas 1.4 y 1.5).

En el ámbito cualitativo, uno de los asuntos de los que se hizo mayor seguimiento en Flores y Abejas fue la actividad pública de los masones caracenses. Como ya se ha mencionado, en la Guadalajara de la Segunda República formaron parte de la logia «Arriaco nº 8» algunas de las personalidades más conocidas de la provincia. Entre ellas, Marcelino Martín o Miguel Bargalló. Dos nombres que también contaban con una importante vida pública, de la que informó la prensa del momento. Por ejemplo, cuando se publicó la información sobre el donativo de 500 pesetas que hizo la asociación de la prensa para la suscripción iniciada por el Ateneo Obrero en favor de los proletarios sin empleo. “Para destinarlas al mismo objeto, hemos recibido otras 50 pesetas de don Marcelino Martín y don Miguel Bargalló”34. Una decisión que también dejó entrever la perspectiva caritativa de la hermandad, a través de dos de sus miembros más destacados. En este mismo sentido, Bargalló formó parte –como vocal– de la directiva de la “Junta de Beneficencia particular”35, que servía al territorio arriacense.

También se mencionó el compromiso político de varios miembros de la sede masónica aludida, como su participación en diferentes procesos electorales. Por ejemplo, varios candidatos de la coalición republicano–socialista para las elecciones municipales del 12 de abril de 1931 se encontraban iniciados. De hecho, por el primer distrito se presentó Marcelino Martín; por el tercero, Ricardo Calvo; mientras que por el cuarto se pudo votar a Miguel Bargalló36.

De igual forma, se anunciaron los componentes de las listas a las elecciones a Cortes Constituyentes, entre los que se distinguieron varios masones arriacenses. “La conjunción republicano–socialista ha designado ya a los candidatos que han de luchar en esta provincia. Son: el gobernador civil madrileño, don José Ortega [quien era miembro de la logia “Luis Simarro nº 3”, de Madrid], radical socialista; don José Serrano Batanero, de la alianza republicana [de posible filiación masónica]; y don Marcelino Martín, alcalde de Guadalajara y perteneciente al partido socialista”37,38. También se informó de la proclamación de aspirantes, entre los que –finalmente– aparecieron Marcelino Martín, José Serrano Batanero o Eduardo Ortega y Gasset, todos con vinculaciones fraternas39.

A las pocas semanas, se dieron los resultados de estos comicios. “De los 63.130 electores que figuraban en el censo, votaron 47.124, habiendo dejado de ejercer esos deberes de ciudadanía 16.006 individuos”40. Quedaron en primer lugar dos miembros de la orden. José Serrano Batanero, de la Alianza republicana, obtuvo 24.351 apoyos, mientras que Marcelino Martín alcanzó las 23.700 papeletas. Un resultado que fue calificado como “triunfo rotundo”41. El cuarto lugar lo consiguió Eduardo Ortega y Gasset, cosechando 17.775 votos42.

Este último personaje –Ortega y Gasset– fue elegido en dos circunscripciones diferentes –Guadalajara y Ciudad Real–, por lo que decidió alzarse como diputado por el territorio manchego. Una decisión que provocó una repetición electoral en el espacio caracense43. “Habrá, pues, que efectuar elección parcial”44 La nueva cita fue ganada por el hermano Miguel Bargalló, incluido en la candidatura socialista45. “Resultó vencedor el catedrático de la Escuela Normal de Maestros. Con relación a las anteriores votaciones, se han abstenido de acudir a las urnas más de 8.000 ciudadanos”46.

Dejado a un lado las informaciones electorales, en Flores y Abejas se mencionó la manifestación de apoyo al sistema republicano que salió de la Casa del Pueblo de Guadalajara –entidad presidida por el masón Ricardo Calvo–, tras la proclamación del nuevo régimen. Unos comicios en los que las candidaturas no dinásticas obtuvieron muy buen resultado, obligando a Alfonso xiii a abandonar España. La referida protesta desembocó en el Ayuntamiento arriacense, donde una comisión de los manifestantes quiso hablar con el alcalde del momento, Francisco de Paula Barrera. Entre los presentes, se encontraba Marcelino Martín, miembro de “Arriaco nº 8”. “El catedrático del Instituto dirigió la palabra a los asistentes, recomendando respeto y gran cordura”47.

De igual forma, se informó sobre la conferencia de “propaganda política”, desarrollada en el Cinema Ateneo arriacense y protagonizada por el “batallador líder republicano” Eduardo Ortega y Gasset48, quien estaba iniciado. “La concurrencia al evento fue extraordinaria, hasta el punto que, a nosotros, que llegamos a las siete y media al local del Ateneo Obrero, nos fue imposible pasar del vestíbulo”49. El mencionado iniciado “estuvo hablando cerca de una hora, arremetiendo contra todos los gobernantes de la monarquía y cantando las excelencias de las ideas antidinásticas”50. Al final, “fue muy aplaudido, oyéndose muchos «vivas» al credo republicano entre los asistentes”51.

Dentro de las actividades políticas de los masones arriacenses, también se informó del congreso local socialista que tuvo lugar en la capital provincial, y en el que intervinieron dos de los integrantes de “Arriaco nº 8”. “Por la tarde habló Marcelino Martín, acerca de ‘La reforma agraria’, y por la noche disertó Miguel Bargalló sobre ‘La política, el sindicato y la cooperación’”52. De hecho, en la cita se abordaron diversos asuntos, entre los que destacaron “interesantes problemas agrarios”53.

Al mismo tiempo, en Flores y Abejas hubo referencias a sociedades paramasónicas, como la sociedad “Los Hijos del Recreo” –domiciliada en la capital guadalajareña–, de la que se anunciaba que iba a celebrar un “gran baile”, que sería amenizado por una banda de música. “Dicha entidad se propone organizar diferentes celebraciones, las cuales creemos han de ser un gran éxito”54. A esta convocatoria acudieron las personalidades de la Guadalajara del momento. Entre ellas, algunos componentes de la logia “Arriaco nº 8”. Una propuesta que se repitió semanas más tarde, dando inicio a la “temporada veraniega” de las iniciativas sociales caracenses55.

Por tanto, en Flores y Abejas se incluyó el mayor número de inserciones en torno a la masonería de los tres periódicos analizados. Sin embargo, y aunque pueda parecer una contradicción, no se otorgó una gran relevancia a la hermandad. La extensión de las notas era muy reducida, no apareció ninguna en portada, se empleó mayoritariamente el género «breve» –la más pequeña de todas las opciones– y en muy pocas ocasiones se superó la columna de extensión. Además, no hubo menciones directas a las logias, aunque sí a la actividad pública de sus miembros. Incluso, se prefirió evocar a entidades paramasónicas –“Los Hijos del Recreo”– que a las masónicas, como “Arriaco nº 8”.

Una circunstancia que pudo ocurrir debido, por un lado, a la escasa actividad iniciática existente en la provincia, con una única sede fraterna en el territorio arriacense –aunque sus miembros fueran muy activos–. Y, por otra, a la propia tipología del medio analizado. Al constituirse como una cabecera generalista, buscaba llegar a un mayor número de ciudadanos, para –de esta forma– conseguir incrementar sus ventas. Por ello, huía en posicionamientos en polémicas muy fuertes, como la referente a la fraternidad, para evitar encuadrarse en un bando concreto y espantar a lectores contrarios.

Abril, el portavoz de las izquierdas

Frente a la tendencia preponderante en los medios caracenses, que alababan las hazañas del Conde de Romanones –cacique por excelencia en Guadalajara–, el 11 de mayo de 1935 apareció Abril, el portavoz de las izquierdas. Se publicó de forma semanal hasta el 28 de enero de 1937. En la redacción confluyeron políticos de diversas posiciones y personas destacadas en sus profesiones, aunque estuvo cercano –sobre todo– a la agrupación arriacense de Izquierda Republicana56. Unos posicionamientos que, según la investigadora Sonia Jodra Viejo, “le valió el menosprecio de los estudiosos que, durante el franquismo, glosaron el devenir de la prensa en la provincia de Guadalajara”57:

En 1935 apareció un semanario socialista, violento y mendaz, titulado Abril. Eran capitostes de su galera los hermanos Arsenio y Vicente Relaño, que –con otra taifa de escasa formación intelectual– se dedicaban a hacer demagogia contra lo más ano, puro y respetable de la región58.
Abril, el portavoz de las izquierdas logró el segundo lugar en cuanto a la importancia numérica de las inserciones sobre masonería. En concreto, se publicaron 29 artículos, uno menos que en Flores y Abejas. Los asuntos vinculados con las actividades políticas de los masones arriacenses ocuparon –una vez más– el primer puesto de los temas tratados, aunque con un margen menor que en el medio anterior. En este caso, sólo se alcanzó el 62,70%, un 14,59% menos que en su competencia directa. De todos modos, dichos asuntos fueron los predominantes, frente a los de “educación”, “religión”, “sociedad” u “obituarios”, que –por este orden– continuaron en el listado (ver tabla 2.1).

Es llamativo, además, el descenso de la utilización del “breve” como género periodístico, que pasó del primer lugar en Flores y Abejas al cuarto en Abril, el portavoz de las izquierdas, con un 10.34% del total. En cambio, la medalla de oro la lograron la “crónica”, la “información” y la “columna”, con un 24,14% cada una. Incluso, hubo el doble de presencia de “reportajes” –con un 6,89%–, la opción más extensa de todas las posibles (ver tabla 2.2). En este sentido, la alternativa de «1 columna» volvió a ser la más utilizada, aunque con casi 30 puntos menos que en el anterior rotativo, al contar con un 41.38%. Además, en segundo lugar, se distinguieron cinco artículos que llegaron hasta las “6 columnas”, con un 17,24% (ver 2.4). Por tanto, el espacio que se dio a la actualidad masónica fue mucho mayor en esta publicación.

Una relevancia que también se observó en la ubicación de las inserciones. La mayoría –un 51,72%– aparecieron en portada, mientras que el 24,14% se pudo leer en la segunda página (ver tabla 2.3). Una realidad que choca directamente con lo acaecido con Flores y Abejas, donde no se incluyó ni una nota al inicio del periódico. En consecuencia, se otorgó un mayor impacto a este tipo de informaciones. Sin olvidar que el tratamiento hacia la sociabilidad aludida también fue de calidad, ya que no existió ni una sola crítica injustificada a las logias ni a sus miembros. Tampoco hubo rastro de perspectiva sensacionalista en torno a dicha organización (ver tablas 2.5 y 2.6).

Uno de los temas en los que más se centró Abril, portavoz de las izquierdas fue la implicación política de los miembros de “Arriaco nº 8”, que –además– eran próximos en lo ideológico al periódico. Así, se anunciaron las convocatorias de la “Campaña de mítines antifascistas”, en los que participaron Marcelino Martín o Miguel Bargalló, ambos integrantes de la referida logia. Entre las localidades arriacenses en las que se desarrollaron estos encuentros se hallaron Brihuega, Riba de Saelices o Cifuentes59, 60. También se incluyeron algunas crónicas de los citados eventos militantes, como los programados en Galápagos, Horche, Fuentelahiguera o Marchamalo61. A su vez, se observaron las convocatorias de los mítines electorales del Frente Popular, de cara a las votaciones generales de 1936. En estas citas intervinieron los miembros de las listas electorales de la izquierda, alguno de los cuales fue integrante del taller referido62.

Desde un punto de vista nacional, Abril, portavoz de las izquierdas también informó de las actividades públicas y políticas de iniciados masónicos. Entre ellos, destacó Manuel Azaña, quien fuera presidente de la República y máximo responsable del Consejo de Ministros. Este medio arriacense atacó las críticas furibundas que –desde la prensa católica– se proferían en contra de la figura azañista. Les acusaban de “saltarse a la torera el octavo mandamiento”63 –es decir, de mentir– y de basarse en la “falsedad y la calumnia”64. A su vez, desde el rotativo izquierdista caracense también se ponía en duda la teoría complotista de los ultramontanos, en la que vinculaban a marxistas, judíos e integrantes de las logias, bajo el paraguas de un “contubernio” que nunca se demostró.

A raíz de las campañas electorales del otoño de 1933 oíamos clamar contra la trinidad «marxista–judaica–masónica» a aquellos mismos tradicionalistas, cedistas, monárquicos, etc., que muchas veces en España han aprovechado, con ventajas personales (y en contra del interés público), la banca judía internacional. Una banca tan rapaz, tan terca como la otra banca, la católica… «Mueran los masones y los marxistas», decían los carteles de la reacción; y cuando triunfan, se unen los católicos, los masones y los judíos…
[…] A ningún periódico europeo o americano con cierta dignidad se le ocurriría publicar esta patraña. Estamos cansados de leer aquí que los judíos, los masones y los comunistas se han unido para acabar con la civilización (sic) occidental. Esto es un insulto contra el lector inteligente, que se pregunta: “¿Es posible que el rey de Inglaterra y el presidente de los Estados Unidos, ambos masones de alto grado, sean por añadidura judíos y comunistas?”. ¿Es posible que Morgan y Rockefeller y Rothschild, banqueros internacionales –los primeros masones y cristianos, y el último judío– sean identificados con el marxismo?65
Con esta explicación del artículo, basada en la sucesión de preguntas detonadoras que ponían de manifiesto la falacia del contubernio “judeo–masónico–comunista”, se pretendía demostrar la inconsistencia de los razonamientos de los sectores conservadores. En esta columna, aunque transcendía los límites provinciales, se anhelaba desmontar unos postulados que –todavía hoy– se continúan empleando de forma difamadora.

Del mismo modo, en este periódico arriacense se hacía referencia a algunas de las actividades sociales de los masones provinciales. Entre ellos, Marcelino Martín, miembro “Arriaco nº 8”, de quien se indicaba que, “lejos de pasar con sus familiares un verano cómodo, ha preferido sacrificar sus comodidades para seguir dando clase gratuita a todos los alumnos que han sido suspendidos en el mes de junio, para –así– estimularlos con el ejemplo”66. Así, se mostraba que el compromiso de este miembro masónico no sólo fue con el ámbito político –fue alcalde de Guadalajara y diputado en Cortes–, sino también con el conocimiento y la instrucción de los estudiantes caracenses.

Incluso, en Abril, el portavoz de las izquierdas se incluyeron algunas reflexiones que podrían identificarse con el corpus ideológico de la masonería. Por ejemplo, aquellas que apostaban por el perfeccionamiento del hombre a través de la enseñanza y el avance cultural. “En materia de progreso”, la cultura debe acabar con “la ineptitud”67, a la vez que se criticaba a las derechas por –supuestamente– desear “un pueblo inculto”68, ya que –de esta manera– conseguirían “una ciudadanía esclava e ignorante”69. Según los columnistas de este medio, sin la esclavitud y la ignorancia, los ultramontanos “no podrían gobernar España”70. Por ello, también abogaban por la ciencia como herramienta para “rasgar el velo del oscurantismo [establecido por los sectores eclesiales e inmovilistas]”71. De hecho, se consideraba que la escuela era “un templo sagrado, donde el niño y el adulto adquieren lo que más necesitan para obtener un porvenir y ser más útiles para su familia y su patria” 72 Unos postulados que eran compartidos por las logias.

Asimismo, se hablaba de la importante secularización que estaba viviendo la sociedad, en el que habrían intervenido varios sectores. “El cristianismo ha sufrido un proceso de laicización. El primer paso de ese camino fue el protestantismo, mientras que el segundo ha sido el socialismo”73. En esta explicación, sólo faltaría el «masonismo». En cualquier caso, en las páginas de la cabecera analizada se defendía la desacralización de la vida pública. Y, más concretamente, de la educación española.

Claro que, si miramos de frente a la realidad, en España no existe el laicismo; existe, sí, pero no da efecto. No creo que se pueda decir con verdad que los niños de nuestro país se encuentren libres del yugo religioso, porque si en la escuela no se enseña religión, se consiente que el «cura» todas –o varias– tardes los reciba en la iglesia a decirles la “doctrina”74.

Además, no se puede pasar por alto el obituario escrito por Tomás de la Rica –miembro de “Arriaco nº 8”– en honor de Fernando Lozano Montes, uno de los pedagogos adscritos al complejo de enseñanza arriacense más innovador del primer tercio del siglo xx. “Los republicanos le debemos eterna gratitud, porque –con su energía de luchador– supo poner en marcha “La Escuela Laica”75, fundada por Felipe Nieto, después de vencer toda clase de obstáculos que le pusieron las reaccionarias autoridades de la época”76.

De hecho, en el artículo de Tomás de la Rica se indicaba que Lozano Montes fue “un modelo de testamentarios, que con su capacidad –y hasta con su peculio, en muchas ocasiones– ha sido el sostén y guía de esta institución benéfica, que tantos discípulos tiene repartidos por toda España”77. Incluso, se hacía referencia a las colaboraciones del docente fallecido con Las dominicales del tiempo libre, un semanario librepensador impreso en Madrid entre 1883 y 1909, del que fue cofundador y que tenía simpatías y vinculaciones con miembros de la masonería. De hecho, el personaje que protagonizaba este obituario ingresó en la fraternidad antes de 1883, bajo el pseudónimo Demófilo. Un nombre simbólico que sirvió de título a la necrológica analizada.

Pero más allá de esta necrológica, aunque sin dejar de lado al masón arriacense Tomás de la Rica, en Abril, el portavoz de las izquierdas se incluyó una crónica sobre la salida de este intelectual de su trabajo como “Depositario de fondos provinciales”, en la Diputación caracense. “En el acto reinó la más franca camaradería en torno al compañero despedido, demostrativa del afecto que ha sabido granjearse entre todos sus compañeros”78. Además, en este perfil también se incluyeron referencias a su ideología aperturista y a su labor en la Escuela Laica. “Contra viento y marea, frente al cerrilismo e incomprensión [de algunos sectores], sostuvo firmemente el mencionado centro de enseñanza, del que han salido discípulos forjados con una conciencia libre”79.

Asimismo, “en un medio pobre y asfixiante [como era la Guadalajara del momento], víctima de todos los ataques, don Tomás [de la Rica] perfiló su silueta republicana con el tesón intransigente de los convencidos, sin que las claudicaciones ni las vacilaciones de los demás mellasen el hilo liberal de sus creencias”80. Por tanto, y a pesar de que en este artículo no se mencionó directamente la filiación masónica del protagonista, sí que se hizo referencia a su compromiso educativo y a sus posturas ideológicas y políticas aperturistas, similares a las de los miembros de «Arriaco nº 8».

Por tanto, nos encontramos con un medio –Abril, el portavoz de las izquierdas– que, a pesar de incluir menos inserciones sobre masonería que Flores y Abejas, sí que otorgó una mayor importancia a esta realidad. En primer lugar, porque la mayoría de los textos aparecieron en portada, frente al medio fundado en 1894, que no publicó ninguno en primera página. Sin olvidar la extensión de las notas, mucho más largas en el medio de Izquierda Republicana. No en vano, la categoría de “6 columnas” fue la segunda más importante en cuanto al tamaño, mientras que los géneros con una mayor elaboración –“crónica”, “información” y “columna”– también se encontraron a la cabeza.

Además, y desde un punto de vista cualitativo, en Abril, el portavoz de las izquierdas sí que incluyeron referencias directas a la hermandad. Y lo hizo para criticar a aquellos que empleaban el manido «contubernio» para denigrar a sus contrincantes. Eso sí, para este fin tuvieron que ampliar un poco el foco, ya que se utilizaron –desde el periódico progresista– referencias nacionales e internacionales para justificar sus postulados. Pero, al mismo tiempo, y desde un punto de vista más localista, se hizo seguimiento de las actividades públicas de algunos destacados miembros de “Arriaco nº 8”, como Miguel Bargalló o Marcelino Martín.

De igual forma, se incluyó un obituario en honor a Fernando Lozano Montes, uno de los responsables de la “Escuela Laica de Guadalajara”, quien también estuvo iniciado. El artículo fue escrito por Tomás de la Rica, eminente pedagogo y componente de la logia caracense existente en la época. Incluso, se observó en las páginas de esta cabecera el desarrollo de algunas ideas que compartía la masonería, como la confianza en la educación como motor de progreso social o la apuesta por el laicismo. Así, Abril, el portavoz de las izquierdas sí que concedió una relevancia a la orden. Y lo hizo sin necesidad de recurrir al sensacionalismo.

El Henares

En Sigüenza, destacó la presencia del periódico semanal El Henares, publicado entre octubre de 1908 y principios de 193981. Presentaba una tendencia católica y conservadora, apoyando –desde su origen– las acciones y aspiraciones políticas de Hilario Yabén y Yabén, sacerdote, escritor y político monárquico y tradicionalista. Sin embargo, este semanario no sólo se centró en asuntos seguntinos y arriacenses. También incluyó temas nacionales e internacionales, que se adaptaban a la línea editorial eclesial y derechista del medio, en cuyas páginas también hubo referencias a la orden.

Empero, se trató del rotativo que menos inserciones incluyó. En total, siete, frente a las 30 de Flores y Abejas y a las 29 de Abril, el portavoz de las izquierdas. A pesar de ello, el tema principal continuó siendo todo lo relacionado con la política y la actividad pública de los integrantes de la orden en Guadalajara, con un 57,14% del total. Un asunto que sólo fue seguido por temáticas religiosas vinculadas a las logias –que alcanzaron el 42,86% restante– (ver tabla 3.1), algo que se ha de entender de acuerdo a la perspectiva confesional de El Henares. Además, el título abordó la masonería de una forma más detenida que los dos periódicos anteriores, a pesar de las menores referencias a la misma. No en vano, el “editorial” fue el género periodístico más empleado –con el 57,14% del total–, seguido por el “reportaje”, con el 42,86% (ver tabla 3.2). No existió ni una sola aparición de los “breves”, que era la mención de menor extensión…

Es llamativo que no hubiera ninguna nota que se extendiera exclusivamente en una sola columna. Las mayoritarias fueron las de “3 columnas” –con un 57,14%–, seguidas por las de “4 columnas” y las de “2 columnas” (ver tabla 3.4). Así, el impacto de los temas masónicos fue muy importante. Una circunstancia que se pudo comprobar en que la mayoría de las inserciones –un 85,71%– aparecieron en portada (ver tabla 3.3). En definitiva, se otorgó una gran relevancia –en lo formal– a los textos sobre a las logias, sus miembros y sus actividades públicas.

En cambio, el tratamiento periodístico de esta realidad no fue el mejor. De las tres cabeceras analizadas, El Henares fue la que más críticas injustificadas incluyó a la fraternidad, con el 100% del total. Una cifra que se repitió en el caso del sensacionalismo, que apareció en todas las inserciones analizadas (ver tablas 3.5 y 3.6). Unos datos que no deben extrañar al lector, ya que la publicación estudiada presentaba una tendencia católica, por lo que respetaba los postulados vaticanos, que eran censorios hacia las sedes iniciáticas. En consecuencia, este rotativo publicó menos notas sobre dicha sociabilidad, aunque más extensas y reprobatorias.

En este sentido, los ataques a la cofradía los vinculó a la tradicional postura decimonónica de la Iglesia en torno a la citada entidad, acusándola de estar detrás de las maquinaciones en contra del trono y del altar. Y para muestra, los reproches hacia Diego Martínez Barrio, destacado dirigente republicano. Según el rotativo católico, detrás de sus opiniones hacia el gobierno de Alejandro Lerroux, se encontraría la sobra de la cofradía, de la que formaba parte desde el 1 de julio de 190882.

Esa izquierda republicana que quiere asaltar el poder cuenta con la ayuda –al menos, indirecta– del señor Martínez Barrio. No comprendemos la actitud de este hombre, cuya conducta al frente del Gobierno que hizo las elecciones fue correcta y laudable. Pero desde que Lerroux formó su Ejecutivo, su conducta es del todo enigmática. Acaba de rechazar la imputación de que, entre las causas determinantes de su conducta, haya “hilillos secretos” [alude a la influencia masónica], pero hay motivos para sospechar de la existencia de esos “hilillos”83.

Por tanto, nos encontramos ante posturas conspiranoicas que acusaban a las logias de inspirar las confabulaciones para derribar al poder legalmente establecido, fuera éste de tipo político, religioso o económico. Incluso, llegaron a imputar a estas sociabilidades de estar detrás de peticiones que –como la propiciada por el Ayuntamiento de Jaén buscaban moderar y limitar el toque de las campanas de las iglesias, para no molestasen a los vecinos. “Conviene utilizar los recursos legales mientras se prepara el empleo decisivo que es el sufragio– para expulsar de los consistorios a las mayorías sectarias que, desde 1931, vienen lastimando los sentimientos católicos de los pueblos”84. Una vez más, se identifican a las logias con una secta.

De hecho, se consideraba que el régimen republicano estaba permeado por la «secta masónica»85. Incluso, se aseguraba que las listas electorales no católicas estaban influidas por las logias. “En los comicios de Diputados a Cortes es necesario votar por ideas y abstenerse en absoluto de tener en cuenta razones de índole personal. Con el sufragio popular se trata de saber si debe prevalecer esta o la otra política, la socialista o la antisocialista, la sectaria o la católica”86.

Y, como era habitual, desde El Henares –atendiendo a los postulados habituales de la prensa católica– acusaron a los miembros de la masonería de los peores delitos posibles. Llegaron a asegurar que uno de sus miembros intentó matar a Antonio María Claret –conocido como Padre Claret–, que fue misionero apostólico en Cataluña y Canarias, arzobispo de Santiago de Cuba y confesor de la reina Isabel ii. Incluso, impulsó varias congregaciones eclesiales. Entre ellas, los Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María y la de las Religiosas de María Inmaculada Misioneras Claretianas. Por tanto, fue una figura destacada de la organización confesional en España, así que no fue difícil culpar a los masones de su intento de asesinato, dentro de la idea de «contubernio» defendida por el clero. “Las logias buscaron un sicario que le dio, en la cara, una navajada terrible cuando el santo arzobispo salía de la iglesia de Holguín, en Cuba”87. En este caso, además de críticas a los miembros de la fraternidad por un homicidio en grado de tentativa, se empleaba un lenguaje sensacionalista, que intentaba evocar las emociones del lector, con el fin de que apoyase las tesis antimasónicas de la cabecera.

A pesar de ello, llama la atención la falta de remisiones a la masonería en algunos de los artículos, atendiendo a los postulados confesionales de El Henares. Por ejemplo, no se hizo referencia al manido contubernio «judeo–masónico–comunista», tan común en títulos eclesiales de otros puntos del mundo, cuando se informaba de la unión electoral rubricada en Cataluña entre las fuerzas de izquierda88. “Se ha formado un frente único de socialistas, comunistas, sindicalistas y anarquistas. Verdad es que el socialismo tiene poca fuerza en este territorio, pero el ejemplo de los socialistas catalanes puede ser seguido por los de otras regiones de España”89. Es más: “unidos anarquistas y sindicalistas con socialistas y comunistas, podrán hacer mucho más. Es necesario, por tanto, que todos los partidarios del orden social nos unamos para contrarrestar a los revolucionarios”90.

Por tanto, nos encontramos ante un rotativo –El Henares– que, si bien fue el que menos inserciones incluyó sobre la sociabilidad aludida –un total de siete–, sí que otorgó un gran impacto a la mencionada entidad. Llevó la mayoría de estos contenidos hasta la portada, con el fin de que sus lectores pudieran hacer un seguimiento de los mismos con mayor facilidad. A su vez, se emplearon aquellos géneros periodísticos –como la editorial y el reportaje– que permitían un tratamiento más pausado y amplio de esta realidad. Y la extensión de las inserciones fue más relevante que en Flores y Abejas, al predominar una longitud de entre cuatro y cinco columnas. En consecuencia, la cabecera católica publicó menos textos sobre las logias, aunque el tratamiento del tema tuvo un mayor impacto y amplitud desde una perspectiva cuantitativa.

Pero de acuerdo a la visión cualitativa, El Henares no se salió de un ápice del argumentario del Vaticano sobre la fraternidad. De acuerdo con la idea del “contubernio judeo–masónico–comunista”, acusó a los iniciados de ser enemigos del trono y del altar –es decir, del orden establecido–, imputándoles algunos delitos graves. Entre ellos, el intento de asesinato al Padre Claret o de manipular a Diego Martínez Barrio, para que criticara al gobierno del Bienio derechista de la Segunda República española. Incluso, llegó a calificar de “secta” a la hermandad y de estar detrás de diversas leyes y decisiones tomadas durante el régimen republicano, como la adoptada por el Ayuntamiento de Jaén de regular el sonido de las campanas, con el fin de propiciar el bienestar de los vecinos.

Sin embargo, El Henares no fue tan radical como otros medios eclesiales y no en todos los casos acusó a los masones de querer destruir la Iglesia. En algunos ejemplos dejó esta función «exclusivamente» a socialistas, comunistas, sindicalistas y anarquistas. De todas formas, esta cabecera sí incluyó artículos sobre masonería, que los trató en profundidad y que buscaba que su mensaje llegase rápidamente a sus lectores. Y con una perspectiva que –en torno a las logias– era la que ofrecía el pensamiento de las instancias oficiales del Vaticano.

Conclusiones

En el presente trabajo se han analizado tres rotativos de divergentes líneas editoriales, con el fin de la forma en que se acercaban al asunto masónico. Así, en Flores y Abejas, de tipo generalista, se incluyó el mayor número de inserciones en torno a la masonería, aunque no se otorgó una gran relevancia a la hermandad. La extensión de las notas era muy reducida, no apareció ninguna en portada, se empleó mayoritariamente el «breve» y en muy pocas ocasiones se superó la columna unitaria de extensión. Además, no hay alusiones directas a las logias. Una circunstancia que pudo ocurrir debido, por un lado, a la escasa actividad iniciática existente en Guadalajara, con una única sede fraterna durante la época estudiada. Y, por otra, a la propia tipología del medio analizado. Al constituirse como una cabecera generalista, buscaba llegar a un mayor número de seguidores, para –así– conseguir incrementar sus ventas. Por ello, intentaba huir de posicionamientos polémicos estériles, como el referente a la fraternidad.

En otro orden de cosas, se encuentra Abril, el portavoz de las izquierdas, que –aunque incluyó menos inserciones masónicas que Flores y Abejas– sí que otorgó una mayor importancia a esta realidad. En primer lugar, porque la mayoría de las notas aparecieron en portada. También por la extensión de las mismas, mucho más largas. Además, sí que incluyó referencias directas a la hermandad. Y lo hizo para criticar a aquellos que empleaban el manido «contubernio» para atacar a sus adversarios. Al mismo tiempo, y desde un punto de vista más localista, se hizo seguimiento de las actividades políticas y sociales de algunos miembros destacados de “Arriaco nº 8”, como Miguel Bargalló o Marcelino Martín. Consecuentemente, este rotativo sí que asignó una relevancia a la orden, haciéndola coincidir con su postura editorial aperturista.

Por último, El Henares fue el que menos inserciones incluyó sobre la sociabilidad, aunque concedió un gran impacto y amplitud a la mencionada entidad. A pesar de ello, no se salió del argumentario vaticano en torno a la fraternidad. Atendiendo a la idea del “contubernio judeo–masónico–comunista”, acusó a los iniciados de ser enemigos del orden establecido, imputándoles algunos delitos graves. En consecuencia, esta cabecera defendía la perspectiva oficial del Vaticano en torno a las logias.

De esta manera, se cumple la hipótesis de partida, basada en que en que los medios generalistas –como Flores y Abejas– fueron más asépticos en torno a la organización iniciática. Algo que ocurría para que –desde un enfoque más neutral– pudieran dar cabida a un mayor número de lectores, no incomodándolos ante una postura prosélita sobre un asunto concreto. Además, los periódicos católicos –El Henares– fueron más seguidistas de la oficialidad eclesial, mostrando una mayor crítica con las sedes iniciáticas. Por último, Abril, el portavoz de las izquierdas, al contar con una línea editorial progresista, incluyó un mayor apoyo hacia las logias, así como a las actividades y/o personas vinculadas con las mismas, al considerarlas cercanas a su espectro ideológico. A modo de conclusión, y sobre el tratamiento de la orden, cada rotativo acabó atendiendo a su línea editorial cuando se refirió a las logias. Ninguno se remitió a la verdad pura.

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Anexos

Tabla 1.1. Temas de las notas sobre masonería incluidas en Flores y Abejas.

Temas abordados.

Número de apariciones.

Porcentaje de apariciones.

Sociedad.

5

16.66%

Educación.

1

3.33%

Política.

23

76.66%

Cultura.

1

3.33%

Religión

0

00.00%

Obituario

0

00.00%

Total

30

100.00%

Fuente: Elaboración propia.

Tabla 1.2. Géneros periodísticos de las notas sobre masonería incluidas en Flores y Abejas.

Géneros periodísticos.

Número de apariciones.

Porcentaje de apariciones.

Breve

10

33.33%

Crónica

9

30.00%

Información

8

26.66%

Columna

1

3.33%

Reportaje

1

3.33%

Editorial

1

3.33%

Ensayo

0

00.00%

Obituario

0

00.00%

Total

30

100.00%

Fuente: Elaboración propia.

Tabla 1.3. Ubicación de las notas sobre masonería incluidas en Flores y Abejas.

Ubicación de las notas.

Número de apariciones.

Porcentaje de apariciones.

Portada

0

00.00%

Página 2

4

13.33%

Página 3

3

10.00%

Página 4

5

16.66%

Página 5

8

26.66%

Página 6

4

13.33%

Página 7

4

13.33%

Página 8

2

6.66%

Total

30

100.00%

Fuente: Elaboración propia.

Tabla 1.4. Extensión de las notas sobre masonería incluidas en Flores y Abejas.

Extensión de las notas.

Número de apariciones.

Porcentaje de apariciones.

1 columna

21

70.00%

2 columnas

8

26.66%

3 columnas

1

3.33%

4 columnas

0

00.00%

5 columnas

0

00.00%

6 columnas

0

00.00%

Total

30

100.00%

Fuente: Elaboración propia.

Tabla 1.5. Críticas a la masonería en las notas de Flores y Abejas.

Críticas a la masonería.

Número de apariciones.

Porcentaje de apariciones.

No críticas

29

100.00%

Sí críticas

0

00.00%

Total

30

100.00%

Fuente: Elaboración propia.

Tabla 1.6. Sensacionalismo sobre la masonería en las notas de Flores y Abejas.

Sensacionalismo sobre la masonería.

Número de apariciones.

Porcentaje de apariciones.

No sensacionalismo

29

100.00%

Sí sensacionalismo

0

00.00%

Total

30

100.00%

Fuente: Elaboración propia.

Tabla 2.1. Temas de las notas sobre masonería incluidas en Abril, el portavoz de las izquierdas.

Temas abordados.

Número de apariciones.

Porcentaje de apariciones.

Educación

5

17.24%

Política

18

62.07%

Religión

4

13.79%

Sociedad

1

3.45%

Obituario

1

3.45%

Cultura

0

00.00%

Total

0

00.00%

Fuente: Elaboración propia.

Tabla 2.2. Géneros periodísticos de las notas sobre masonería incluidas en Abril, el portavoz de las izquierdas.

Géneros periodísticos.

Número de apariciones.

Porcentaje de apariciones.

Breve

3

10.34%

Crónica

7

24.14%

Información

7

24.14%

Columna

7

24.14%

Reportaje

2

6.89%

Editorial

1

3.45%

Ensayo

1

3.45%

Obituario

1

3.45%

Total

29

100.00%

Fuente: Elaboración propia.

Tabla 2.3. Ubicación de las notas sobre masonería incluidas en Abril, el portavoz de las izquierdas.

Ubicación de las notas

Número de apariciones.

Porcentaje de apariciones.

Portada

15

51.72%

Página 2

7

24.14%

Página 3

1

3.45%

Página 4

6

20.69%

Página 5

0

00.00%

Página 6

0

00.00%

Página 7

0

00.00%

Página 8

0

00.00%

Total

29

100.00%

Fuente: Elaboración propia.

Tabla 2.4. Extensión de las notas sobre masonería incluidas en Abril, el portavoz de las izquierdas.

Extensión de las notas.

Número de apariciones.

Porcentaje de apariciones.

1 columna

12

41.38%

2 columnas

5

17.24%

3 columnas

3

10.34%

4 columnas

4

13.79%

5 columnas

0

00.00%

6 columnas

5

17.24%

Total

29

100.00%

Fuente: Elaboración propia.

Tabla 2.5. Críticas a la masonería en las notas de Abril, el portavoz de las izquierdas.

Críticas a la masonería.

Número de apariciones.

Porcentaje de apariciones.

No críticas

29

100.00%

Sí críticas

0

0.00%

Total

29

100.00%

Fuente: Elaboración propia.

Tabla 2.6. Sensacionalismo sobre la masonería en las notas de Abril, el portavoz de las izquierdas.

Sensacionalismo sobre la masonería.

Número de apariciones.

Porcentaje de apariciones.

No sensacionalismo

29

100.00%

Sí sensacionalismo

0

00.00%

Total

29

100.00%

Fuente: Elaboración propia.

Tabla 3.1. Temas de las notas sobre masonería incluidas en El Henares.

Temas abordados.

Número de apariciones.

Porcentaje de apariciones.

Política

4

57.14 %

Religión

3

42.86%

Sociedad

0

00.00%

Educación

0

00.00%

Cultura

0

00.00%

Obituario

0

00.00%

Total

7

100.00%

Fuente: Elaboración propia.

Tabla 3.2. Géneros periodísticos de las notas sobre masonería incluidas en El Henares.

Géneros periodísticos.

Número de apariciones.

Porcentaje de apariciones.

Reportaje

3

42.86%

Editorial

4

57.14 %

Breve

0

00.00%

Crónica

0

00.00%

Información

0

00.00%

Columna

0

00.00%

Ensayo

0

00.00%

Obituario

0

00.00%

Total

7

100.00%

Fuente: Elaboración propia.

Tabla 3.3. Ubicación de las notas sobre masonería incluidas en El Henares.

Ubicación de las notas.

Número de apariciones.

Porcentaje de apariciones.

Portada

6

85.71%

Página 2

1

14.29%

Página 3

0

00.00%

Página 4

0

00.00%

Página 5

0

00.00%

Página 6

0

00.00%

Página 7

0

00.00%

Página 8

0

00.00%

Total

7

100.00%

Fuente: Elaboración propia.

Tabla 3.4. Extensión de las notas sobre masonería incluidas en El Henares.

Extensión de las notas.

Número de apariciones.

Porcentaje de apariciones.

1 columna

0

00.00%

2 columnas

1

14.29%

3 columnas

4

57.14 %

4 columnas

2

28.57%

5 columnas

0

00.00%

6 columnas

0

00.00%

Total

7

100.00%

Fuente: Elaboración propia.

Tabla 3.5. Críticas a la masonería en las notas de El Henares.

Críticas a la masonería.

Número de apariciones.

Porcentaje de apariciones.

No críticas

0

0.00%

Sí críticas

7

100.00%

Total

7

100.00%

Fuente: Elaboración propia.

Tabla 3.6. Sensacionalismo sobre la masonería en las notas de El Henares.

Sensacionalismo sobre la masonería.

Número de apariciones.

Porcentaje de apariciones.

No sensacionalismo

0

0.00%

Sí sensacionalismo

7

100.00%

Total

7

100.00%

Fuente: Elaboración propia.


  1. 1 María Eugenia Vázquez Semadeni, La formación de una cultura política republicana. El debate público sobre la Masonería en México 1821-1830 (Tesis de doctorado en Historia, Colegio de Michoacán, 2008), 379.

  2. 2 Juan José Igartua Perosanz, Métodos cuantitativos de investigación en comunicación (Barcelona: Bosch, 2006), 184.

  3. 3 E. Castro, J. Reyes y J. Larrosa, “El medio ambiente en la prensa nacional: marginalidad y escasa sustancia”, en Comunicación ambiental en México. Enfoques, experiencias, perspectivas, eds. José Manuel Ramos y Edith Molina (Puebla: Montiel and Soriano Editores S.A., 2012), 51.

  4. 4 Juan José Igartua Perosanz, Métodos cuantitativos de investigación en comunicación, 185.

  5. 5 Jesús Timoteo Álvarez, Historia y modelos de la Comunicación en el siglo XX (Madrid: Círculo de Lectores, 1988), 107–109.

  6. 6 Edwin Emery, El periodismo en los Estados Unidos (México DF: Editorial F. Trillas, 1966), 413.

  7. 7 Roger D. Winner y Joseph R. Dominick, La investigación científica de los medios de comunicación. Una introducción a sus métodos (Barcelona: Bosch Casa editorial, 1996), 41.

  8. 8 Luis Enrique Esteban Barahona, “Masones en Guadalajara: una primera aproximación”, Añil: Cuadernos de Castilla-La Mancha, 17 (1999): 13–14.

  9. 9 Luis Enrique Esteban Barahona, Masones en Guadalajara: una primera aproximación, 14; José Antonio Ferrer Benimeli, “Implantación de logias y distribución geográfico-histórica de la masonería española”, en La masonería en la España del siglo XIX, ed. José Antonio Ferrer Benimeli (Salamanca: Centro de Estudios Históricos de la Masonería Española, CEHME, 1987), 64.

  10. 10 Ferrer Benimeli, Implantación de logias…, 64.

  11. 11 Esteban Barahona, Masones en Guadalajara, 14.

  12. 12 Gonzalo Capellán de Miguel y Xavier Agenjo Bullón, “Masonería y krausismo”, en La masonería española en el 2000: una revisión histórica, ed. José Antonio Ferrer Benimeli (Segovia: Centro de Estudios Históricos de la Masonería Española, CEHME, 2001), 395.

  13. 13 Julio Martínez García, La masonería en Guadalajara (Guadalajara: AACHE Ediciones, 2020), 74.

  14. 14 Julio Martínez García, La masonería en Guadalajara, 75.

  15. 15 Julio Martínez García, La masonería en Guadalajara, 78.

  16. 16 Esteban Barahona, Masones en Guadalajara, 14.

  17. 17 Esteban Barahona, Masones en Guadalajara, 14.

  18. 18 Martínez García, La masonería en Guadalajara, 91.

  19. 19 Martínez García, La masonería en Guadalajara, 123.

  20. 20 Esteban Barahona, Masones en Guadalajara, 17.

  21. 21 Martínez García, La masonería en Guadalajara, 111.

  22. 22 Mar Del Pozo Andrés; Manuel Segura Redondo; y Alejandro Ramón Díez Torre, Guadalajara en la historia del magisterio español (1839-1939). Cien años de formación del profesorado (Alcalá de Henares: Escuela Universitaria de Formación del Profesorado de E.G.B., 1986), 210.

  23. 23 Esteban Barahona, Masones en Guadalajara, 19.

  24. 24 Martínez García, La masonería en Guadalajara, 130.

  25. 25 Martínez García, La masonería en Guadalajara, 113.

  26. 26 Martínez García, La masonería en Guadalajara, 114.

  27. 27 Esteban Barahona, Masones en Guadalajara, 19.

  28. 28 Esteban Barahona, Masones en Guadalajara, 19.

  29. 29 Esteban Barahona, Masones en Guadalajara, 19.

  30. 30 Leandro Álvarez Rey, “La masonería en Sevilla, entre el compromiso y la militancia política (1900-1936)”, en Masonería, revolución y reacción, ed. José Antonio Ferrer Benimeli (Alicante: Centro de Estudios Históricos de la Masonería Española, CEHME, 1990), 253.

  31. 31 Julio Martínez García, La masonería en Guadalajara, 121–122.

  32. 32 Julio Martínez García, La masonería en Guadalajara, 122.

  33. 33 Sonia Jodra Viejo, La prensa en Guadalajara, (1975-2012) (Tesis de doctorado en Historia del Periodismo, Universidad Complutense de Madrid, 2014), 94–95.

  34. 34 Flores y Abejas, “Sección de noticias”, 8 de febrero de 1931, 6.

  35. 35 Flores y Abejas, “Sección de noticias”, 7 de junio de 1931, 7.

  36. 36 Flores y Abejas, “Los candidatos”, 22 de marzo de 1931, 4.

  37. 37 Flores y Abejas, “Para las Constituyentes”, 14 de junio de 1931, 6.

  38. 38 Flores y Abejas, “Para las Constituyentes”, 28 de junio de 1931, 5.

  39. 39 Flores y Abejas, “Las elecciones en esta provincia”, 21 de junio de 1931, 3.

  40. 40 Flores y Abejas, “Las elecciones del domingo”, 5 de julio de 1931, 4.

  41. 41 Flores y Abejas, “Del Ayuntamiento”, 5 de julio de 1931, 54.

  42. 42 Flores y Abejas, “Las elecciones del domingo”, 5 de julio de 1931, 4.

  43. 43 Flores y Abejas, “La elección de hoy”, 4 de octubre de 1931, 3.

  44. 44 Flores y Abejas, “Sección de noticias”, 9 de agosto de 1931, 6.

  45. 45 Flores y Abejas, “Elección de un diputado”, 27 de septiembre de 1931, 5.

  46. 46 Flores y Abejas, “Del momento”, 11 de octubre de 1931, 2.

  47. 47 Flores y Abejas, “Proclamación de la República en Guadalajara”, 19 de abril de 1931, 4.

  48. 48 Flores y Abejas, “Sección de noticias”, 14 de junio de 1931, 6.

  49. 49 Flores y Abejas, “Conferencia de Ortega Gasset”, 12 de abril de 1931, 4.

  50. 50 Flores y Abejas, “Conferencia de Ortega Gasset”, 12 de abril de 1931, 4.

  51. 51 Flores y Abejas, “Conferencia de Ortega Gasset”, 12 de abril de 1931, 4.

  52. 52 Flores y Abejas, “Congreso socialista”, 29 de noviembre de 1931, 5.

  53. 53 Flores y Abejas, “Congreso socialista”, 29 de noviembre de 1931, 5.

  54. 54 Flores y Abejas, “Sección de noticias”, 24 de mayo de 1931, 7.

  55. 55 Flores y Abejas, “Sección de noticias”, 15 de marzo de 1931, 8.

  56. 56 Sonia Jodra Viejo, La prensa en Guadalajara, (1975-2012), 70.

  57. 57 Sonia Jodra Viejo, La prensa en Guadalajara, (1975-2012), 71.

  58. 58 José Sanz y Díaz, “La prensa alcarreña y molinesa”, en Gaceta de la Prensa Española, Madrid, 75 (mayo de 1954), 15; y José Sanz y Díaz, “La prensa alcarreña y molinesa”, en Gaceta de la Prensa Española, Madrid, 76 (junio de 1954), 15.

  59. 59 Abril, el portavoz de las izquierdas, “Campaña de mítines antifascistas”, 23 de noviembre de 1935, 1.

  60. 60 Abril, el portavoz de las izquierdas, “Campaña de mítines antifascistas”, 16 de noviembre de 1935, 1.

  61. 61 Abril, el portavoz de las izquierdas, “Campaña de mítines antifascistas”, 11 de enero de 1936, 1.

  62. 62 Abril, el portavoz de las izquierdas, “Candidatura del Frente Popular para esta provincia”, 5 de febrero de 1936, 1; 8 de febrero de 1936, 1; 11 de febrero de 1936, 1; 13 de febrero de 1936, 1; y 15 de febrero de 1936, 1.

  63. 63 Abril, el portavoz de las izquierdas, “El acto de Lasesarre”, 20 de julio de 1935, 1.

  64. 64 Abril, el portavoz de las izquierdas, “El acto de Lasesarre”, 20 de julio de 1935, 1.

  65. 65 Abril, el portavoz de las izquierdas, “¿Antisemitismo en España? Desde un punto de vista marxista”, 21 de diciembre de 1935, 4.

  66. 66 Abril, el portavoz de las izquierdas, “Hombres honrados y lenguas infernales”, 28 de septiembre de 1935, 2.

  67. 67 Abril, el portavoz de las izquierdas, “Sufragio y realidad”, 25 de mayo de 1935, 4.

  68. 68 Abril, el portavoz de las izquierdas, “Laicismo y enseñanza”, 30 de mayo de 1936, 1.

  69. 69 Abril, el portavoz de las izquierdas, “Laicismo y enseñanza”, 30 de mayo de 1936, 1.

  70. 70 Abril, el portavoz de las izquierdas, “Laicismo y enseñanza”, 30 de mayo de 1936, 1.

  71. 71 Abril, el portavoz de las izquierdas, “La familia”, 7 de septiembre de 1935, 4.

  72. 72 Abril, el portavoz de las izquierdas, “Insistiendo”, 28 de septiembre de 1935, 2.

  73. 73 Abril, el portavoz de las izquierdas, “Socialismo y cristianismo”, 3 de agosto de 1935, 1.

  74. 74 Abril, el portavoz de las izquierdas, “El niño, el maestro y la escuela laica”, 14 de septiembre de 1935, 4.

  75. 75 En la España de inicios del siglo xx se impulsaron distintas iniciativas pedagógicas, como la escuela laica, la moderna, la neutra o la racionalista. El primer intento por parte de las logias de establecer un centro educativo aconfesional tuvo lugar en Barcelona en 1872. Pero, enseguida, este tipo de iniciativas se fueron extendiendo a otras ciudades españolas, entre las que se encontró Guadalajara (Yván Pozuelo Andrés y Ricardo Martínez Esquivel, “Educación escolar y masonería: krausismo y laicidad entre España y Costa Rica a finales del siglo xix”, Revista de Estudios Históricos de la Masonería, REHMLAC+ 9, no. 1 (mayo 2017–noviembre 2017), 132–133, https://doi.org/10.15517/rehmlac.v9i1.28631). De esta forma, se generó “una alternativa a los colegios confesionales que, dada la orientación ideológica y la base social del régimen Alfonsino, gozaban de importantes apoyos sociales y gubernamentales” (José Ignacio Cruz Orozco, “Masonería y educación en la España contemporánea. Entre la tolerancia y el dogmatismo”, Revista de Estudios Históricos de la Masonería, REHMLAC+ 9, no. 1 (mayo-noviembre 2017): 111, https://doi.org/10.15517/rehmlac.v9i1.28630). En el desarrollo de la propuesta arriacense jugó un papel muy importante Felipe Nieto Benito, quien decidió donar su fortuna para que los trabajadores de la ciudad pudieran acceder a una educación no confesional. Determinación que estuvo en consonancia con su ideología progresista y popular (Martínez García, La masonería en Guadalajara, 139–140).

  76. 76 Abril, el portavoz de las izquierdas, “Demófilo”, 5 de octubre de 1935, 1.

  77. 77 Abril, el portavoz de las izquierdas, “Demófilo”, 5 de octubre de 1935, 1.

  78. 78 Abril, el portavoz de las izquierdas, “Una despedida fraternal”, 5 de octubre de 1935, 2.

  79. 79 Abril, el portavoz de las izquierdas, “Una despedida fraternal”, 5 de octubre de 1935, 2.

  80. 80 Abril, el portavoz de las izquierdas, “Una despedida fraternal”, 5 de octubre de 1935, 2.

  81. 81 Sonia Jodra Viejo, La prensa en Guadalajara, (1975-2012), 70.

  82. 82 Leandro Álvarez Rey, “Diego Martínez Barrio y la Masonería andaluza y española del siglo XX”, Revista de Estudios Históricos de la Masonería 1, no. 2, (diciembre 2009–abril 2010): 138, https://revistas.ucr.ac.cr/index.php/rehmlac/article/view/6621/6310

  83. 83 El Henares, “La vida política”, 1 de abril de 1934, 1.

  84. 84 El Henares, “Las campanadas”, 22 de abril de 1934, 1.

  85. 85 El Henares, “Día de la Prensa”, 17 de junio de 1934, 1.

  86. 86 El Henares, “Ley electoral”, 22 de julio de 1934, 1.

  87. 87 El Henares, “El B.P. Claret”, 4 de marzo de 1934, 1.

  88. 88 El Henares, “La amenaza revolucionaria”, 18 de febrero de 1934, 2.

  89. 89 El Henares, “Los socialistas”, 4 de febrero de 1934, 2.

  90. 90 El Henares, “Los socialistas”, 4 de febrero de 1934, 2.