Recepción: 12 de junio de 2024/Aceptación: 20 de junio de 2024
doi: https://doi.org/ 10.15517/rehmlac.v16i2.60802
La investigación académica sobre las masonerías en México sigue progresando cuantitativamente; por supuesto, también cualitativamente. Cada semestre universitario se suman publicaciones sobre el tema. Éstas no están concentradas en la capital del país; tampoco dan cuenta que lo principal es lo propiamente masónico —discursos, prácticas y representación internas—; se amplían analizando la cultura política, las distinciones culturales de las sociabilidades; el arte público hecho por masones o financiadas por logias; las trayectorias de los artistas masones; las logias y los masones asentados en tierra adentro, entre otros temas.
Estas novedades son un efecto de preguntar sobre los rasgos de las asociaciones, sus múltiples integrantes y generaciones, las cualidades socioeconómicas, los trabajos al interior y su relación con el exterior, y una acción mayor: el acceso a los indicios materiales producidos en la actividad masónica y a los acervos documentales —algunos de los cuales ya están depositados en instituciones públicas—, además hacen contraste y son complementados con otras fuentes.
Diferente situación es el de las publicaciones redactadas por publicistas antimasones —en conjunto son otro tema de investigación— quienes continúan manifestando interés por exponer a la masonería como un objeto de estudio singular al no atender las redes, las organizaciones, las tipologías en las relaciones de dominación; las exhiben como un espacio antidemocrático que conspira para hacerse principalmente de instancias del poder con programas extremos provenientes del ateísmo, educación laica y como espacios anti instituciones religiosas.
Otras narrativas historiográficas son las que publican los masones, quienes continúan encerrados en la descripción de su respectiva institución, vinculan la trayectoria de la asociación con la historia política, hacen sinónimo de masonería con etapas de la historia nacional; el eje de su relato es lo que al interior llaman “regular, regularidad”. En ambos casos, los antis y los masones no dan indicios que y desde las masonerías se pueden vislumbrar con amplitud historias sociales, políticas y culturales sobre el Estado y la sociedad mexicanas1.
El libro Sociedad civil y masonería en la ciudad de Zacatecas (1959-1977) lo inscribo en la lista de las publicaciones académicas, en tanto es resultado de la tesis que presentó César Eduardo Gutiérrez Rojas2 para obtener el grado de maestro en Historia en la Universidad Autónoma de Zacatecas. El autor plantea como objetivos:
Para atender los propósitos planteados, Gutiérrez Rojas expone en cuatro capítulos su investigación: La sociedad civil en conceptos; Organizaciones, asociaciones y manifestaciones civiles en la ciudad de Zacatecas (1950-1970); La sociedad civil zacatecana: organizaciones y asociaciones; Masonería zacatecana como sociedad civil, diálogos y acciones públicas. Se puede percibir que se transcurre de lo general a la delimitación de su objeto de estudio, el estudio de la logia zacatecana Úrsulo A. García —taller adscrito a la Gran Logia Valle de México, cuya sede es la capital del país—.
La pregunta central es ¿cuál es el lugar de una logia en el entramado social de una ciudad del interior del país? En cada capítulo sitúa a la masonería, señala que no es propiamente un partido político; pero, tampoco es exclusivamente un club como los rotario y los de león; es una asociación que mantiene autonomía respecto a otras organizaciones locales, con objetivos previamente establecidos en sus reglamentos y tradiciones —estudiar, conversar, escribir, hablar en público con base a sus condiciones culturales y cultura política en cuestiones del avance del secularismo, las libertades individuales y sus compromisos con la comunidad, el tema quid: el trabajo individual y su igualitarismo para integrarse a la fraternidad de los maestros—; no se soslayan sus vínculos como políticos, pero tampoco como disidentes o relativamente separados del autoritarismo mexicano del siglo xx; en este tenor, dilucida las distancias y proximidades con el gobierno, incluso lo hace sobre conflictos, manifestaciones, asociacionismo y la confusión de la sociedad civil.
En el capítulo cuatro, Gutiérrez Rojas analiza con base en fuentes generadas en la logia —actas de sesiones, los periódicos El Zacatecano y Oriente editados por masones—, evidencias materiales producidas por los socios, en masculino, sobre obras públicas financiadas o promovidas por ellos para la ciudad de Zacatecas. Analiza el porqué del nombre del taller3, presenta una biografía colectiva de los integrantes y pone énfasis en distinguir “tenidas, ceremonias y actividades en la logia” de los “masones como ciudadanos, sus actividades y quehaceres profanos”. Coloca a la asociación como “un espacio de diálogo, opinión y discusión sobre cosas públicas; examina manifestaciones en ceremonias cívicas en el espacio público”.
Las notas conclusivas en La sociedad civil y masonería en la ciudad de Zacatecas (1959-1977), guiadas a partir de los escurridizos conceptos de capital social y sociedad civil híbrida, son:
Para cerrar, Sociedad civil y masonería en la ciudad de Zacatecas (1959-1977) tiene el aliciente de ser un estudio de caso, en tanto atiende una logia del interior del país pero integrada a una organización asentada en la capital mexicana, mediante un análisis que profundiza en las particularidades y dinámicas regionales que permiten comprender las acciones de quienes hicieron masonería en Zacatecas en el siglo xx, durante la etapa política de autoritarismo mexicano cuyo eje era el Partido Revolucionario Institucional, cuando la distinción social se conseguía con la afiliación a clubes filantrópicos de prestigio internacional.
Bibliografía
1 Para complementar los párrafos precedentes, véase: José Antonio Ferrer Benimeli, “Aproximación a la historiografía de la masonería latinoamericana”, REHMLAC 4, no. 1 (mayo-noviembre 2012): 1-121, https://revistas.ucr.ac.cr/index.php/rehmlac/article/view/12144/11419; Ferrer Benimeli, “Mito, olvido y manipulación de la historia de la masonería”, REHMLAC+ 11, no. 1 (2019): 1-11, https://revistas.ucr.ac.cr/index.php/rehmlac/article/view/36976; María Eugenia Vázquez Semadeni, “Historiografía sobre la masonería en México. Breve revisión”, REHMLAC 2, no. 1, (mayo-noviembre 2010): 17-29, https://revistas.ucr.ac.cr/index.php/rehmlac/article/view/6608/6297; Ricardo Martínez Esquivel, coord., Historia mínima de la masonería en México (Zacatecas: Editorial Texere, 2021).
2 Textos precedentes de Gutiérrez Rojas son: “Biografía de la respetable Logia ‘Úrsulo A. García’ manifestaciones, actos y opiniones públicas (1957-1989)”, en La masonería. Mito e historia: en el III centenario de la fundación de la masonería moderna, coords. José Leonardo Ruiz Sánchez, Yván Pozuelo Andrés, Antonio Ventura Pires, José Eduardo Franco (Sevilla: Universidad de Sevilla, 2020), vol. 1, 407-417; y “Sociedad civil y masonería en la ciudad de Zacatecas (1959-1977)”, REHMLAC+ 15, no. 1 (enero-junio 2023): 198-203, https://doi.org/10.15517/rehmlac.v15i1.52795
3 Úrsulo García Arizmendi (1892-1937) ejerció como peón de mina, profesor rural y la escuela militar de tropa en San Juan del Río, Qro. Reconocido líder del grupo Alma Obrera, asociación que se consideró anarcosindicalista, conjunto con otros sindicatos conformaron, en 1918, la Confederación Regional Obrera Mexicana. En 1921, fungió como secretario general de Gobierno, por diferencias con el gobernador pasó a laborar a la ciudad de Aguascalientes. En esta etapa fue ingresado a la Logia Benito Juárez núm. 25 de esa ciudad. En 1928 aparece en las listas del mencionado taller como miembro activo con el grado de aprendiz durante la veneratura de Ricardo T. Villalpando, el mismo masón que instaló la logia Francisco García Salinas en la ciudad de Zacatecas en 1917. Fue diputado federal en la xxxiii Legislatura de 1928 a 1930; desempeñó el cargo de alcalde de la capital del estado de 1936, hasta su fallecimiento el 13 de octubre de 1937. Al momento de establecer la Logia Úrsulo A. García, su hijo era gobernador de Zacatecas.